Introducción
La oferta de tecnologías de información (TI) para las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) cada día es más amplia; su uso en las mipymes es una práctica cada vez más generalizada y obligada (Afolayan et al., 2015). El valor de su uso ha sido ampliamente estudiado (Ashrafi & Mueller, 2015; Bi et al., 2015; Correa Ospina & Díaz-Pinzón, 2018; Díaz-Pinzón et al., 2017).
Las mipymes presentan unas características especiales que pueden afectar el uso y aprovechamiento de las TI: desconocimiento frente al ambiente tecnológico (Afolayan et al., 2015), alta dependencia en la actitud de los propietarios/ gerentes hacia las tecnologías (Eze & Chinedu-Eze, 2018; Neirotti et al., 2018), restricciones en recursos humanos y financieros (Parker et al., 2015), subutilización de las TI con una visión de su uso más operativo y a corto plazo, en vez de percibirse como un soporte a objetivos estratégicos a mediano y largo plazo (Eze et al., 2019).
Una de las principales causas de fallas en la implementación de sistemas de información en las organizaciones es la falta de preparación organizacional (Suh et al., 2017). Para una mipyme, por sus características particulares, es más difícil ser consciente de su grado de preparación o madurez organizacional.
La literatura académica presenta múltiples modelos de madurez organizacional en relación con las TI (tabla 1), algunos de ellos dirigidos a las pymes (Poeppelbuss et al., 2011), algunos otros haciendo un planteamiento a nivel teórico y sin detallar la operacionalización del método para clasificar las organizaciones en los niveles de madurez planteados. La mayoría de los modelos, a partir de la definición de unos criterios preestablecidos, clasifica a las organizaciones en un único nivel de madurez; sin embargo, una organización podría estar en diferentes niveles de madurez con relación a diferentes aspectos de la organización en su aprovechamiento de las TI.
El constructo de la capacidad en tecnologías de información (ITC) resulta apropiado para este fin, ya que permite ir más allá de las medidas de apropiación de TI relacionadas exclusivamente con la infraestructura y aspectos básicos de uso. Otros recursos, como los bienes de conocimiento relacionados con el capital humano y organizacional, son importantes para la adopción exitosa de TI por parte de las mipymes. Estos bienes empoderan las empresas haciéndolas menos dependientes de una tecnología particular (Organisation for Economic Cooperation and Development [OECD], 2017). Por eso, valorar la difusión del paradigma digital en las empresas únicamente por el grado de extensión de la infraestructura instalada conduce a distorsiones en el análisis (Peirano & Suárez, 2006). Otros aspectos en relación con las capacidades de los recursos humanos son determinantes del grado de aprovechamiento de las TI y son relevantes para explicar las diferencias de desempeño entre organizaciones (Peirano & Suárez, 2006).
Díaz-Pinzón et al. (2019) identifican seis dimensiones para describir la capacidad en TI: i) infraestructura de TI, ii) conocimiento estratégico en TI, iii) planeación estratégica, iv) relacionamiento interno área de TI, v) conocimiento personal de TI y vi) relacionamiento proveedores de TI. Un análisis del grado de preparación o madurez organizacional desde las dimensiones de la capacidad en TI podría ayudar a tener una visión holística de su situación y, así, permitiría identificar de manera acertada el cuándo y el cómo invertir en TI para aprovechar de una mejor manera sus recursos tecnológicos; de esta manera, se apoya la localización e inversión de recursos particulares que, junto con las habilidades de los gerentes, aportan para el desarrollo de capacidades (Schriber & Lówstedt, 2015).
El valor de las TI para una organización está relacionado con cómo estas desarrollan sus recursos de TI para desarrollar su capacidad en TI (Ashrafi & Mueller, 2015; Bi et al., 2015; Lyver & Lu, 2018; Raymond et al., 2018). Para ello, se debe ser consciente de su realidad en cuanto a sus recursos en TI y su capacidad en TI. El propósito de este estudio es ofrecer a las mipymes una manera de evaluar su madurez en TI a través de las dimensiones de la capacidad en TI establecidas en el modelo definido por Díaz-Pinzón et al. (2019), a partir de la identificación de unos niveles de madurez para cada dimensión de la capacidad en TI y de la presentación de un método de clasificación en estos niveles.
Revisión de la literatura y antecedentes Modelos de madurez en TI
La madurez en TI está asociada a la evolución de las organizaciones en relación con características de la infraestructura técnica y su gestión (Ragowsky et al., 2012), el grado de su adopción y difusión (Ekuobase & Olutayo, 2016), su uso estratégico y la habilidad de los empleados en su uso (Suh et al., 2017). Múltiples modelos de madurez han sido desarrollados en diferentes áreas de investigación, especialmente en desarrollo de software, adopción de TI y gestión de conocimiento (Poeppelbuss et al., 2011). La tabla 1 presenta modelos generales de madurez de TI, identificando los métodos y criterios de clasificación utilizados.
Autor(es) del modelo | Criterios de clasificación | Método de clasificación | Teoría base | Tipo de empresa |
---|---|---|---|---|
Nolan (1973) | Tareas de control, tareas de organización y tareas de planeación. | Evaluación de las actividades realizadas en la organización para cada grupo. | Stage theories | No especifica |
Benbasat et al. (1980) | Gastos en hardware, experiencia y uso de SI, ubicación jerárquica SI, capacidad usuario, rol de los gerentes, objetivos formalizados, presupuesto SI, evaluación del SI, planeación del SI, control SI y portafolio mixto SI. | Evaluación entre un rango dentro de unas empresas menos maduras y unas empresas más maduras para cada criterio. | Procesos de Nolan | No especifica |
Nolan (1979), Nolan y Koot (1992) | Usuarios, gestión, recursos y portafolio de aplicaciones | Evaluación y comparación de los procesos asociados a cada grupo. | Stage theories | No especifica |
Raho et al. (1987) | Operación TI, restricciones organizacionales, temas educación, percepción del usuario, tasa de cambio tecnológico, falta de apoyo dirección, políticas existentes, seguridad de los datos. | Clasificación según los problemas experimentados con la integración de las TI en la organización. | Asimilación y difusión de tecnología Modelos de McFarlan y McKenney Modelo de innovación de Rogers | No especifica |
Huff et al. (1988) | Aplicación y conexión con: operaciones del área de TI, planeación y control, soporte TI, entrenamiento área de TI, personal de TI y usuarios. | Grado de madurez de la aplicación e interconectividad de las aplicaciones con otros elementos. Propuesta teórica. | Evaluación y adopción de las TI Procesos de Nolan | No especifica |
Galliers y Suther- land (1991) | Estrategia, estructura, sistemas, personal, estilo TI, competencias y cultura. | Valoración de cada empresa por estado y por criterio. | 7 S | No específica, características de grande |
Karimi et al. (1996) | Modo de planeación en TI, modo de control en TI, organización de las TI e integración de las TI. | Instrumento de 21 ítems para medir el progreso de cada empresa | Revisión de la literatura | Grandes y pymes |
Holland y Light (2001) | Uso estratégico de las TI, sofisticación organizacional, penetración del sis- tema ERP, visión estratégica de las TI, implementación de lecciones. | Cuestionario, entrevistas semiestructuradas. Ranking de empresas de 1 a 24 de acuerdo con el nivel de madurez. No clústeres específicos pero el análisis los lleva a tres etapas. | Galliers y Nolan | Diferentes tamaños |
Knol y Stroeken (2001) | Estrategia, tecnología, organización | Evaluación de escenarios | Difusión de innova- ciones de Rogers | Pymes |
Pham (2010) | Infraestructura, aplicaciones, recursos Humanos y políticas en TI. | Cuestionario, pesos y cálculo de un índice de madurez. | Modelo de madurez KM | Pymes |
Ragowsky et al. (2012) | Habilidad de personal TI y no TI para maximizar la utilización de las TI. | Entrevistas con CIO y percepción de usuarios. | Perspectiva del usuario | Grandes |
Garbarino Alberti et al. (2012) | Gobierno de TI, toma de decisiones, es- tructura de TI, valor de TI, riesgos y seguridad de TI, servicios de TI. Para cada uno de estos criterios se de- finen las características en cada nivel | Entrevistas a directores (generales, financieros, de departamento y de TI) en pymes. Para clasificar la empresa en un nivel determinado se evalúa si esta cumple con todos los atributos del nivel. | Marcos de buenas prácticas y estándares internacionales para el Gobierno de TI como: COBIT, Val IT, ITIL, ISO 38500, CalderMoir y MOF | Pymes |
Doherty et al. (2013), Carcary et al. (2015) | 35 capacidades de gestión de TI agru- padas en cuatro macrocapacidades: gestión del presupuesto de TI, gestión de la capacidad de TI, gestión de TI hacia el valor del negocio, gestión de TI como un negocio. | Cuestionario en línea y entrevistas a stake- holders en TI y en el negocio para evaluar el estado actual y el deseado en cuanto a la gestión y aprovechamiento de las TI en la organización. | RBV | Grandes y pymes |
Dyerson et al. (2016) | Estrategia de TI, procesos de TI, gestión de proyectos de TI y complejidad tecnológica. | Para la recolección de datos se utilizó un cuestionario online. Para el análisis se realizó un análisis de componentes principales y un análisis de clúster. | RBV | Pymes |
Suh et al. (2017) | Percepción de los gerentes de la gestión de su SI según las cuatro etapas de su implementación. | Evaluación cuantitativa (1-7) para cada etapa. | Gobierno de TI Modelo de Peterson | Grandes y pymes |
Díaz-Pinzón et al. (2017) | Contribuciones de las TI en las organizaciones. | Propuesta teórica | Beneficios de las TI | No especifica |
Cataldo et al. (2020) | Patrón de adopción de software. | Análisis de clúster | RBV | Pymes |
Nota. si: sistemas de información; ERP: sistema de planeación de recursos empresariales; KM: gestión del conocimiento; RBV: visión de la organización basada en recursos; COBIT: objetivos de control para tecnología de información y tecnologías relacionadas; Val IT: valor empresarial: gobierno de las inversiones en tecnologías de la información; ITIL: biblioteca de infraestructura de tecnologías de información;
MOF: marco de operaciones de Microsoft.
Fuente: elaboración propia con base en los autores citados.
Uno de los primeros y más usados modelos de madurez es el de Nolan (1973, 1979) y Nolan y Koot (1992), quienes definen cuatro y seis etapas de madurez en la gestión de las TI (1er y 2do modelo, respectivamente). En la primera propuesta, se plantea clasificar las organizaciones de acuerdo con el nivel de desarrollo de las tareas asociadas al control, a la organización y a la planeación de las TI. En la segunda propuesta, los criterios de clasificación corresponden a los procesos de crecimiento asociados a los usuarios, a la gestión, a los recursos y a las aplicaciones informáticas. Por otro lado, Benbasat et al. (1980), usando once criterios, clasifica las organizaciones en dos grandes grupos: empresas maduras y menos maduras.
Basados en teorías de adopción y difusión de las TI, Raho et al. (1987) y Huff et al. (1988) proponen cuatro y cinco fases de madurez, respectivamente. Ambos proponen unos criterios de clasificación basados en la integración y la interconectividad de las aplicaciones con otros elementos al interior de la organización.
A partir de criterios relacionados con la estrategia de TI, la estructura del área de TI, las aplicaciones informáticas, el perfil del personal de TI, el "estilo" del área de TI, las competencias del personal de TI y la cultura informática de la organización, Galliers (1991) propone seis fases de madurez en TI de las organizaciones. Por otro lado, Karimi et al. (1996) evalúan el progreso de TI en las organizaciones a partir del grado de planeación en TI, el control de las TI, la organización de las TI y la integración de las TI.
Posteriormente, se encuentran modelos específicos a empresas o tecnologías. Holland y Light (2001) proponen un modelo de tres estados de madurez en el uso de sistemas ERP basado en criterios de uso estratégico de las TI, sofisticación organizacional, penetración del sistema ERP, visión estratégica de las TI y lecciones aprendidas en la implementación.
Por su parte, Knol y Stroeken (2001) y Pham (2010) proponen cinco niveles/fases de madurez para pymes, así como tres criterios de clasificación: estrategia, tecnología y organización; Pham (2010) basa su propuesta de clasificación según criterios como la infraestructura, las aplicaciones, el recurso humano y las políticas en TI.
Dentro de los modelos más recientes se encuentran el modelo Organizational IT Maturity (OITM) (Ragowsky et al., 2012), el marco de referencia en madurez de sistemas de información (Suh et al., 2017), el marco de madurez de capacidad en TI (Carcary et al., 2015; Doherty et al., 2013) y el modelo de madurez de adopción de TIC (Cataldo et al., 2020). El primer modelo se basa en el Capability Maturity Model (CMM) y enfocado en criterios de clasificación relacionados con el rol de personal (TIC y no TIC) y su capacidad para crear valor a partir del uso de las TI. La segunda propuesta está basada en el gobierno de TI y enfoca los criterios de clasificación de las empresas de acuerdo con la gestión de los sistemas de información en las diferentes etapas de su implementación. El modelo de madurez de capacidad en TI examina el nivel de desarrollo de las empresas de acuerdo con la gestión que se realiza del presupuesto para las TI, la gestión de la capacidad en TI, la gestión de las TI para dar valor al negocio y, por último, la gestión de las TI como un negocio. En el modelo de adopción de TIC se agrupan las pequeñas empresas según los aplicativos o combinación de aplicaciones que utilizan, evidenciando cuatro etapas de acuerdo con el grado de sofisticación de dichas herramientas.
En los modelos de madurez iniciales predominan los criterios relacionados con la gestión de las TI en actividades como el control, la operación, el presupuesto y la planeación. Los modelos más recientes resaltan la importancia de la estrategia de TI y la alineación con los objetivos del negocio.
Niveles de madurez en TI
Generalmente los modelos de madurez en TI son presentados en forma de "múltiples etapas" que presentan un "camino lógico desde un punto inicial a un estado de madurez objetivo" usando perspectivas de "ciclo de vida y/o formulación de objetivos e implementación para explicar y predecir el desarrollo de capacidades organizacionales" (Poeppelbuss et al., 2011, p. 506).
Cuatro grandes grupos de niveles de madurez (tabla 2) son identificados a partir de la revisión de los diferentes modelos de madurez presentados anteriormente.
Modelo | Nivel inicial | Nivel intermedio inferior | Nivel intermedio superior | Nivel superior | ||
---|---|---|---|---|---|---|
Nolan (1973) | Inicio | Contagio | Control | Integración | ||
Benbasat et al. (1980) | Menos maduras | Más maduras | ||||
Nolan (1979), Nolan y Koot (1992) | Iniciación | Contagio | Control | Integración | Administración | Madurez |
Raho et al. (1987) | Identificación e inversión | Experimentación, aprendizaje y adaptación | Gestión y control | Extensión tecnológica | ||
Huff et al. (1988) | Aislado | Stand-alone | Integración manual | Integración automática | Integración distribuida | |
Galliers y Sutherland (1991) | Adhocracia | Comienzo de cimientos | Dictadura centralizada | Dialéctica democrática cooperación | Oportunidad empresarial | Relaciones armo- niosas integradas |
Holland y Light (2001) | Gestión de sis- temas heredados | Implementación sistemas ERP | Valor estratégico usando CRM, KMS, SCM | |||
Knol y Stroeken (2001) | No uso de TI | Soporte funciones existentes | Efectividad de la empresa | Soporte de procesos externos y rediseño de procesos externos | Revisión objetivos negocio | |
Pham (2010) | Inactiva | Básica | Sustancial | Basada en servicios web | Basada en conocimiento | |
Ragowsky et al. (2012) | Ignorancia | Conciencia | Disposición | Confianza | Aceptación | Responsabilidad |
Garbarino Alberti et al. (2012) | Inicial | Repetible | Estandarizado | Gestionado | Optimizado | |
Doherty et al. (2013), Carcary et al. (2015) | Adhoc | Básico | Intermedio | Avanzado | Optimizado | |
Dyerson et al. (2016) | Grupo 1 - Uso básico | Grupo 2 - Uso promedio | Grupo 3 - Uso avanzado | |||
Suh et al. (2017) | Planeación de las TI | Implementación de las TI | Operación de las TI | Evaluación de las TI | ||
Díaz-Pinzón et al. (2017) | Nivel uno | Nivel dos | Nivel tres | Nivel cuatro | ||
Cataldo et al. (2020) | No adoptante / Básico | Intermedio | Avanzado |
Nota. ERP: sistema de planeación de recursos empresariales; KMS: sistema de gestión del conocimiento; CRM: gestión de las relaciones con los clientes.
Fuente: elaboración propia con base en los autores citados.
Nivel inicial
El primer nivel de madurez hace referencia a la etapa en la que la empresa está comenzando a adquirir e introducir TI en la organización (Galliers & Sutherland, 1991; Nolan, 1973). Se trata principalmente de aplicaciones de ofimática como procesadores de texto y hojas de cálculo (Cataldo et al., 2020). Se automatizan algunos procesos desarrollando o adquiriendo soluciones informáticas (Galliers & Sutherland, 1991; Nolan, 1973). Aún existe un grado de desorganización (Holland & Light, 2001) y aislamiento o falta deinterconectividad entre las aplicaciones de la organización (Huff et al., 1988).
A este nivel los usuarios no tienen la capacidad, el conocimiento, ni el interés de participar en el sistema de información (Pham, 2010; Ragowsky et al., 2012); no hay planeación de TI; la alta dirección no se involucra en los temas de TI, y el área de TI está a un nivel operativo dentro de la organización (Benbasat et al., 1980). No hay un soporte formal al usuario para ayudarlo a interactuar y aprender acerca de la tecnología (Huff et al., 1988). No hay políticas ni reglas explícitas en relación con la implementación y uso de las TI en la organización (Pham, 2010).
Nivel intermedio inferior
El nivel intermedio inferior de madurez hace referencia a la etapa en la que las TI empiezan a expandirse en la organización (Nolan, 1973, 1979; Nolan & Koot, 1992), en la mayoría de los casos de manera desintegrada (Huff et al., 1988) y con el fin de cumplir las necesidades de los usuarios (Galliers & Sutherland, 1991). Particularmente, en las pequeñas empresas comienzan a utilizar, además de las aplicaciones de ofimática, software contable y otros utilitarios como, por ejemplo, antivirus y aplicaciones para la seguridad de la información (Cataldo et al., 2020). Se realizan todavía muchas actividades de integración manualmente (Huff et al., 1988). Por otro lado, el área de TI se encuentra aislada de la organización (Galliers & Sutherland, 1991). Empiezan a definirse reglas y rutinas de estandarización alrededor de la gestión de los sistemas de información (Pham, 2010).
En este nivel, los usuarios empiezan a ser conscientes de la importancia de los sistemas de información como fuente de información de calidad (Ragowsky et al., 2012). El desarrollo de habilidades en los usuarios en relación con temas organizacionales y técnicos es una prioridad organizacional (Pham, 2010; Raho et al., 1987), entendimiento y conocimiento que favorece la apropiación de las TI por parte de los usuarios.
Nivel intermedio superior
Cuando la madurez en el uso de TI alcanza un nivel intermedio superior, las organizaciones realizan una planeación y control formal sobre las prácticas de gestión de los sistemas de información en la organización. La desorganización y multiplicidad de plataformas empieza a disminuir (Holland & Light, 2001); la organización cuenta con procesos automáticos de integración entre aplicaciones (Huff et al., 1988). Las tecnologías de información comienzan a permear la organización (Raho et al., 1987), utilizando aplicaciones más alineadas con las necesidades del negocio particular (Cataldo et al., 2020).
A este nivel, los usuarios comienzan a desarrollar habilidades en la gestión de las TI (Pham, 2010) y a participar activamente en el análisis del sistema; la alta dirección se involucra en los temas de TI (Benbasat et al., 1980). Se desarrolla confianza entre las diferentes áreas de la organización y el área de TI; los usuarios aceptan al personal de TI como interlocutores válidos, ya que son conocedores de sus necesidades (Ragowsky et al., 2012). El área de TI comienza a tener autonomía jerárquica dentro de la organización (Benbasat et al., 1980).
Nivel superior
El nivel superior de madurez hace referencia a la etapa en la que se realiza sistemáticamente una planeación estratégica de los sistemas de información en la organización. Esta planeación es derivada y está alineada con los planes y objetivos de la organización (Benbasat et al., 1980; Nolan & Koot, 1992). Periódicamente se mide el uso, la satisfacción y el valor obtenido de los sistemas de información, con el fin de mejorar dicha planeación (Suh et al., 2017). Las TI son consideradas oportunidades para las organizaciones (Karimi et al., 1996) y usadas para la innovación y la gestión del conocimiento (Pham, 2010).
A este nivel, los usuarios toman la corresponsabilidad del sistema de información, asumiendo su rol en la planeación de los proyectos de TI, en la definición de sus propias necesidades y en el uso de las TI, al liderar junto con el área de TI y la alta dirección los cambios para mejorar sus procesos e innovar (Ragowsky et al., 2012). El área de TI tiene un rol estratégico en la organización (Huff et al., 1988). Se establecen políticas y rutinas asociadas al uso y la gestión de las TI, así como en relación con el entrenamiento de usuarios (Ragowsky et al., 2012).
La capacidad en TI y sus dimensiones
Se denomina capacidad en TI a la habilidad que tiene una organización para movilizar sus recursos de TI en combinación con otros recursos y capacidades (Bharadwaj, 2000). Este constructo se origina desde la RBV, siendo esta la perspectiva más utilizada para su estudio (Brosig et al., 2020). Los efectos de la ITC han sido ampliamente estudiados encontrando efectos positivos sobre la agilidad, el desempeño operativo y financiero, la competitividad y la innovación de las organizaciones (Ashrafi & Mueller, 2015; Choi, 2019; Kim et al. 2011; Lu & Ramamurthy, 2011; Raymond et al., 2018; Wiesboeck, 2018). Por eso, se espera que, al mejorar la madurez en su ITC, las empresas logren generar beneficios en el uso de las TI.
Se han identificado aspectos físicos, organizacionales y humanos como dimensiones constitutivas de la ITC (Kim et al., 2011). Los aspectos físicos se refieren a la infraestructura de TI en la que se incluyen el software, hardware, redes, servidores, etc., utilizados en la empresa. Otros aspectos son de tipo organizacional, como la planeación estratégica de las TI, la calidad de las relaciones al interior y exterior de la organización y aspectos de gestión y rutinas relacionadas con las TI. Los aspectos humanos se centran en el conocimiento tanto de las TI como de las posibilidades que estas pueden brindar al negocio.
Particularmente, Díaz-Pinzón et al. (2019) establecen seis dimensiones: infraestructura de TI, conocimiento estratégico en TI (CE), planeación estratégica (PE), relacionamiento interno con el área de TI (RI), conocimiento del personal de TI (CP) y relacionamiento con proveedores de TI (RE). Estas dimensiones se agrupan en cuatro categorías: la capacidad de cohesión organizacional del área de TI, la capacidad estratégica en TI, la capacidad de infraestructura tecnológica de TI y la capacidad de relacionamiento externo. Además de incluir la diversidad de aspectos involucrados en la obtención de beneficios desde las TI, estas dimensiones se establecen en el contexto de mipymes en un país en desarrollo, por lo que constituye un marco adecuado para plantear un modelo de madurez de TI con base en la ITC y enfocado en mipymes.
Metodología
La recolección de los datos utilizados en la investigación se realizó mediante la aplicación del cuestionario de evaluación de las dimensiones de la ITC desarrollado y validado por Díaz-Pinzón et al. (2019). El instrumento evalúa la dimensión de conocimiento estratégico identificando qué tanto conoce la empresa sobre innovaciones en TI y si consideran que tienen habilidades para aplicar y gestionar las TI. En cuanto a la planeación estratégica, se evalúa si la empresa realiza planeación de las tecnologías y la participación del gerente en esta actividad. En la dimensión de conocimiento del personal de TI, se examina qué tanto el personal que gestiona o da soporte a las TI conoce la organización, sus metas y procedimientos. Se indaga también sobre la calidad de las relaciones entre los usuarios y la gerencia con las personas encargadas de las TI en la empresa, así como la calidad de las relaciones con los proveedores de TI. Finalmente, en cuanto a la infraestructura, se examina el presupuesto y la inversión en TI, el uso de recursos de interconexión y actividades hacia el cliente basadas en TI como el comercio electrónico.
El cuestionario se aplicó de manera presencial en 490 mi-pymes y a través de Internet en 1.980 mipymes para un total de 2.470 empresas encuestadas. Teniendo en cuenta el número de empleados, el 91,17% de las empresas en la muestra corresponde a microempresas (hasta diez empleados); el 7,09%, a pequeñas empresas (entre 11 y 50 empleados), y el 1,74% restante, a empresas medianas (entre 51 y 200 empleados). En cuanto a los sectores, la mayoría de las empresas participantes en el estudio pertenecen al sector de comercio, siendo 1.610 empresas que corresponden al 65,18% de la muestra; el 24,25% se ubica en el sector de servicios con 599 empresas; en el 10,57% restante participan los sectores de construcción (5,91%), manufactura (3,97%) y agroindustria (0,69%).
Una vez recolectada la información, se realizó la agrupación de las empresas, identificando los niveles de madurez de su ITC y se desarrolló un algoritmo clasificador basado en la agrupación realizada.
Agrupación de las mipymes por niveles de madurez
Para segmentar las mipymes se utiliza una técnica de agrupación sobre la muestra de 2.470 mipymes para identificar el nivel de madurez por cada una de las dimensiones de la capacidad en TI validadas por Díaz-Pinzón et al. (2019). Inicialmente, se realizó una revisión sobre el conjunto de datos para revisar la cantidad de datos faltantes, los cuales se describen en la tabla 3. En los casos donde no se tenía ninguna respuesta en la dimensión, se decidió eliminar el registro del análisis para la dimensión particular; cuando se presentaron datos faltantes en algunas variables, se realizó imputación de datos empleando modelos de regresión logística y máxima verosimilitud (Medina & Galván, 2007).
Una vez se completaron los datos, se procedió a reducir las dimensiones mediante los métodos de componentes principales y correspondencias múltiples: i) componentes principales para las variables binarias (dimensión de infraestructura) y ii) correspondencias múltiples para las variables categóricas (otras cinco dimensiones), que transforman el conjunto original de variables en uno de menor dimensión, de tal manera que se construyen nuevas variables que no tengan correlación entre ellas y permitan realizar una clasificación donde no se presenten problemas de colinealidad en los datos (Peña, 2002).
Posteriormente, se hizo una agrupación sobre estas variables independientes, utilizando un algoritmo jerárquico de agrupación (HCPC)1; para evaluar cada dimensión, se incluyeron las empresas que contestaron completamente las preguntas de la dimensión correspondiente, dado que las incompletas fueron imputadas. Siguiendo las indicaciones planteadas por Husson et al. (2010), se realizaron los siguientes pasos:
Reducir las dimensiones de las variables para eliminar correlaciones entre las variables y problemas de colinealidad.
Realizar un agrupamiento jerárquico, empleando en este caso el método de Ward, con el que se busca minimizar la diferencia entre cada observación y un punto representativo de cada grupo, conocido como centroide, que se calcula con alguna medida de tendencia central de los datos, como el promedio, la mediana, entre otros. Esto se realiza de forma iterativa empezando con cada individuo (empresa en este caso), como un clúster, hasta llegar a agrupar todas las observaciones en uno solo, lo que se puede representar en un diagrama de árbol como los que se observan en la figura 1.
Una vez creado el árbol con base en el método de Ward, se procede a definir un punto de corte donde, de acuerdo con las agrupaciones de los datos, se busca una división óptima de grupos en términos de la variación dentro y entre los grupos. La idea es que cada clúster sea poco variable por dentro, mientras que entre clústeres la variación sea muy alta.
Una vez definido el número de clúster con base en el agrupamiento jerárquico, se realiza el algoritmo k-means, que requiere que se defina a priori el número de clúster para segmentar el conjunto de datos. Una vez indicado el número de clúster, el algoritmo realiza un conjunto de iteraciones particionando en cada una de ellas los datos, hasta que se consiga que los centroides (promedio de las variables de cada clúster) no presenten cambios.
Finalmente, se realiza una descripción de los clústeres de acuerdo con el comportamiento de las variables dentro de cada uno.
La figura 1 muestra el dendograma referente a la agrupación jerárquica de cada una de las dimensiones. Para las dimensiones evaluadas en escala de Likert (CE, PE, CP, RI y RE) el algoritmo propuso cuatro grupos o clústeres. Posterior a la definición del número de grupos se utilizó el método de partición k-means, segmentando las empresas del estudio para cada dimensión (tabla 3).
Clúster Dimensión | Uno | Dos | Tres | Cuatro | NS | No aplica | Número de mypymes con respuestas completas |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Conocimiento estratégico en TI | 674 | 486 | 536 | 367 | 407 | 0 | 2.470 |
Planeación estratégica | 677 | 550 | 463 | 328 | 451 | 1* | 2.469 |
Conocimiento personal TI | 8 | 23 | 148 | 152 | 53 | 2.086** | 384 |
Relacionamiento interno área de TI | 4 | 9 | 138 | 211 | 22 | 2.086** | 384 |
Relacionamiento proveedores de TI | 59 | 125 | 171 | 143 | 121 | 1.851*** | 619 |
Infraestructura de TI | 1.316 | 482 | 323 | 349 | 0 | 0 | 2.470 |
Nota. *No responde; **No tiene personal de Ti; ***No tiene relación con proveedores de Ti.
Fuente: elaboración propia.
Generación de un clasificador de empresas en los niveles de madurez
Con el objetivo de generar un modelo predictivo que permita clasificar mipymes en uno de los grupos identificados previamente, se realizan dos actividades principales: entrenamiento y evaluación. Los porcentajes de datos para entrenamiento y evaluación no se pueden definir de una manera específica, es decir, no existe un algoritmo o método que especifique la cantidad de datos que se debe emplear para entrenar o evaluar. Frecuentemente, se emplea entre el 60% y 80% de los datos para entrenar, y el restante para evaluación, pero esta es una medida empírica.
En este caso, se tomó el 70% de los datos de cada dimensión2 como base de entrenamiento para definir un conjunto de parámetros que permitan clasificar posteriormente un nuevo conjunto de datos. Esto se hizo usando el algoritmo de las máquinas de vectores de soporte (SVM)3. Para la evaluación, se tomó aproximadamente el 30% restante de los datos para calcular la precisión del método empleado.
Finalmente, se clasificaron las empresas de la muestra en los grupos identificados y se compararon con los resultados de la segmentación. Para medir la precisión que se obtiene al realizar la clasificación se han propuesto en la literatura varias medidas tales como las siguientes: matriz de confusión (confusion matrix), exactitud (precisión), sensibilidad (recall), precisión (accuracy), puntaje F (f1-score). En general, se puede observar que se presentaron medidas de ajuste altas en términos de precisión. Los valores obtenidos se encuentran por encima del 95% ( \* MERGEFORMAT; tabla 4), indicando que el algoritmo es capaz de clasificar la gran mayoría de empresas nuevas en sus niveles de madurez de acuerdo con el comportamiento de la muestra observada en este estudio. Además de la precisión, otras medidas como la sensibilidad y el f1-score también presentaron valores altos, que permiten evaluar la calidad del modelo en términos de empresas bien clasificadas, teniendo en cuenta que hay grupos con mayor número de empresas y esto podría inducir a problemas por desbalance en los datos (Goutte & Gaussier, 2005). Sin embargo, se observa que en general los valores son altos (cercanos a 1), concluyendo que el modelo es adecuado para clasificar las empresas de acuerdo con su madurez en TI por dimensiones.
Resultados
Como resultados del estudio, se identifican cuatro niveles de madurez en el aprovechamiento de las TI en el contexto de las mipymes y se genera un método de clasificación a partir del constructo multidimensional de ITC.
Niveles de madurez de la capacidad en TI
A partir de la agrupación jerárquica realizada (figura 1), se obtienen cinco grupos o clústeres propuestos por el algoritmo para cada una de las dimensiones propuestas (salvo para la dimensión de infraestructura para la cual se obtienen cuatro grupos). La tabla 3 presenta la agrupación de las empresas del estudio para cada dimensión. Cada dimensión tiene la misma cantidad de individuos (2.470), pero no todos fueron segmentados con el algoritmo k-means. Para tres de las dimensiones se tiene una categoría "No aplica", que hace referencia a las empresas que presentan ausencia de proveedores o de encargados de las TI en su organización. La categoría "NS" corresponde a las respuestas asociadas a "no sabe". Las categorías etiquetadas como NS y "No aplica" (tabla 3) no se tuvieron en cuenta a la hora de realizar la segmentación, por lo cual solo se tendrán en cuenta los cuatro grupos rotulados como uno, dos, tres y cuatro.
A partir de lo anterior, se tienen cuatro niveles de madurez de la capacidad de TI en mipymes (correspondientes a los grupos uno, dos, tres y cuatro), para cada dimensión de la capacidad en TI (figura 2).
Cuando la empresa presenta sus dimensiones clasificadas en nivel 1, encontramos que las tecnologías de información están en etapa de incorporación. Por eso, no se evidencia inversión en TI ni uso de herramientas como Internet para su negocio, siendo su infraestructura de TI mínima. Consecuentemente, no se identifican personas en la organización a cargo de la gestión de las TI, así como tampoco relaciones establecidas con proveedores de TI. No existe una visión clara acerca de cómo aprovechar las TI para el negocio.
En el nivel 2, las mipymes clasificadas se caracterizan por que, aunque hay inversión para la adquisición de TI, sus equipos no están interconectados ni se utiliza Internet como medio de relacionamiento con clientes y proveedores; su infraestructura es, entonces, desarticulada. El personal a cargo de actividades de gestión de las TI es escaso, con poco conocimiento de las necesidades de la organización, por lo que no tiene claridad sobre la aplicabilidad organizacional de las TI. La relación con los proveedores de TI es limitada y puntual en la atención esporádica de requerimientos específicos. La organización está en fase de aprendizaje a nivel técnico y organizacional.
Una vez automatizada la operación de la organización y el personal consciente de su importancia, la organización está preparada para hacer una adecuada planeación y desarrollo de las TI (nivel 3). Las mipymes clasificadas en este nivel presentan un desarrollo creciente de sus TI, un entendimiento de las particularidades organizacionales y de la aplicación de las TI a partir de estas características. El personal encargado de TI y el resto del personal de la mipyme están dispuestos a trabajar en equipo y planear una estrategia de TI de manera conjunta. En las empresas en que no hay personal TI, esto se representa en la capacidad y conocimiento del gerente de la organización, o algunos de los otros miembros de esta, para asumir un rol importante en la planeación estratégica de las TI.
Una particularidad de las mipymes pertenecientes al nivel 4 está asociada a la alineación estratégica y la sostenibilidad. Estas mipymes se caracterizan por su visión estratégica con relación a las TI, presentan habilidad para aprovechar las tecnologías de información en concordancia con los objetivos y planes globales de la organización. La planeación estratégica de las TI es el resultado de un trabajo cooperativo entre la gerencia, el área de TI (o del que asuma el rol) y las áreas del negocio.
La clasificación de las empresas se realiza para cada una de sus dimensiones, por lo que una misma organización puede situarse en diferentes niveles de acuerdo con el estado de cada dimensión. En la tabla 5 se describen las características de las mipymes para cada nivel y para cada dimensión de la capacidad en TI.
Con respecto a la infraestructura de TI, en un primer nivel las organizaciones no presupuestan ni invierten en TI contando con una mínima infraestructura; a medida que avanzan en su capacidad de TI se evidencia inversión en TI, interconexión de su infraestructura y uso de Internet como canal de ventas o de relacionamiento con sus proveedores, lo que lleva, en un nivel superior, a contar con las TI en un rol estratégico.
La madurez organizacional en cuanto a la relación con los proveedores de TI se evidencia prácticamente inexistente en un primer nivel; en un segundo nivel, los contactos con el proveedor son ocasionales según se requiera una adquisición o soporte, en los últimos niveles las relaciones se fortalecen en el largo plazo, creando lazos de confianza hacia establecer el proveedor como un socio estratégico.
La madurez organizacional en relación con el conocimiento organizacional del personal de TI y el conocimiento estratégico de TI está determinada por el conocimiento y la aplicación del conocimiento en la implementación estratégica de las TI. En un primer nivel, primará un desconocimiento organizacional y del uso de las TI, según sea el caso. Un segundo nivel de madurez corresponde a un conocimiento parcial en relación con las necesidades organizacionales y de TI; un tercer nivel de madurez implica un entendimiento organizacional y de TI que permita planear y desarrollar el uso de las TI en la organización. Finalmente, en un cuarto nivel la organización podrá aplicar el conocimiento organizacional y de las TI para poder implementar estratégicamente las tecnologías de la información en la organización.
La madurez organizacional de las relaciones entre las áreas de la organización y el área de TI, o de las personas que asumen está función en la organización, está determinada por el grado de sinergia que tiene la gerencia, el personal/ área de TI y las demás áreas de la organización. El primer nivel corresponde a la inexistencia de una relación colaborativa entre el personal de TI y el personal no TI de la organización; el segundo nivel presenta una relación de colaboración débil. El tercer nivel de madurez hace referencia a la existencia de un trabajo en equipo entre las diferentes áreas de la organización, incluyendo el personal de TI. Finalmente, el nivel cuarto de madurez representa la presencia de una sinergia entre la gerencia, el área de TI y las diferentes áreas de negocios que permitirán aprovechar de manera estratégica las tecnologías de la información.
La madurez organizacional en relación con la planeación estratégica de la organización representa la rigurosidad en la elaboración y ejecución de planes estratégicos asociados al uso y aprovechamiento de las TI en las organizaciones. El primer nivel de madurez corresponde a una improvisación en la incorporación y en el uso de las tecnologías de la información; el segundo nivel presenta una planeación estratégica en TI limitada. El tercer nivel de madurez se caracteriza por la planeación en TI de manera general y en algunos casos no alineada con la estrategia de la organización. Finalmente, el nivel cuarto de madurez refleja la realización de planeación estratégica hacia la incorporación, uso y aprovechamiento de las TI en la organización de acuerdo con los objetivos estratégicos de esta.
Dimensiones capacidad TI Niveles de madurez de la capacidad TI | Capacidad de cohesión organizacional del área de TI | Capacidad estratégica | Infraestructura | Relación con proveedores de TI | ||
Conocimiento personal TI | Relación TI y otras áreas | Conocimiento estratégico | Planeación estratégica | |||
Nivel 1 Incorporación | Desconocimiento de la organización | No relacionamiento personal TI y no TI | Desconocimiento del uso de las TI | Improvisación | Mínima | Inexistente |
Nivel 2 Aprendizaje | Falta de claridad necesidades de la organización | Relación débil | Falta de claridad del uso de las TI | Planeación limitada | Desarticulada | Relación esporádica |
Nivel 3 Planeación y desarrollo | Entendimiento organización | Trabajo en equipo | Entendimiento del uso de las TI | Plan general de TI | En desarrollo | Relaciones de confianza |
Nivel 4 Alineación y sotenibilidad | Habilidad para implementar TI estratégicamente | Sinergia gerencia, área TI y áreas de negocio | Habilidad para implementar TI estratégicamente | Planeación alineada | Soportando procesos estratégicos | Proveedor TI como socio estratégico |
Fuente: elaboración propia.
Método de clasificación de mipymes
Como resultado del estudio, se genera y evalúa un modelo predictivo para poder clasificar mipymes en los niveles de madurez de la capacidad en TI. En la diagonal de la matriz de confusión (tabla 4) se encuentran las empresas que presentan un mejor ajuste en su ubicación mostrando unos porcentajes de clasificación superiores a 85%.
Este modelo predictivo podrá ser usado para clasificar cualquier mipyme a partir de dos actividades principales (figura 3). Lo primero será hacer una evaluación de la capacidad de TI de la mipyme a partir del instrumento de capacidad en TI validado por Díaz-Pinzón et al. (2019). Posteriormente, se deberá usar la base entrenada y el algoritmo para clasificar la nueva mipyme en uno de los grupos (niveles de madurez) identificados para cada dimensión de la capacidad de TI.
Conclusiones y discusión
En este artículo se presenta el desarrollo de un modelo de madurez en TI, específicamente para mipymes, utilizando como marco la capacidad en TI. La evaluación de la madurez de TI de una mipyme no debería estar asociada a una sola característica organizacional (por ejemplo, infraestructura). Múltiples dimensiones han sido identificadas como determinantes de la capacidad de TI de una mipyme en Colombia (Díaz-Pinzón et al., 2019): conocimiento organizacional del personal de TI; capacidad de relacionamiento entre el personal encargado de las TI y el resto del personal de la organización; conocimiento estratégico en TI de la organización; capacidad de planeación estratégica en TI; capacidad de relacionamiento con proveedores de TI y la infraestructura. Los niveles de madurez de TI identificados en la presente investigación son multidimensionales y están asociados a estas seis dimensiones.
Algunas de estas dimensiones han sido incluidas y evaluadas en otras propuestas de modelos de madurez como la infraestructura de TI, la planeación estratégica y el conocimiento del personal de TI. El nivel de sofisticación de la infraestructura y el portafolio de aplicaciones puede llevar a diferenciaciones y mejoras en el desempeño financiero, particularmente en el contexto de las mipymes (Benbasat et al., 1980; Cataldo et al., 2020; Karimi et al., 1996; Knol & Stroeken, 2001; Nolan & Koot, 1992; Pham, 2010). La planeación de las TI y su alineación estratégica es uno de los principales aspectos estudiados para evidenciar la madurez en el aprovechamiento de las TI (Carcary et al., 2015; Doherty et al., 2013; Dyerson et al., 2016; Galliers & Sutherland, 1991; Holland & Light, 2001; Huff et al., 1988; Suh et al., 2017). El personal de TI tiene también un papel importante en la ITC de las organizaciones; incluye su conocimiento técnico, pero también su conocimiento del negocio (Galliers & Sutherland, 1991; Huff et al., 1988; Pham, 2010; Ragowsky et al., 2012). Cabe anotar que en las mipymes no es común contar con un departamento de TI como tal, siendo frecuente que algunos empleados asuman funciones relacionadas con la gestión de las TI. El modelo de madurez que presentamos resalta adicionalmente aspectos menos abordados como la calidad de las relaciones tanto al interior de la organización como hacia el exterior con los proveedores de TI. Particularmente, las relaciones con los proveedores de TI adquieren gran importancia en el contexto de la pequeña empresa, apoyando el entrenamiento en TI, el soporte técnico y la definición de requerimientos (Ghobakhloo & Tang, 2015).
Una mipyme puede estar en un nivel diferente de madurez para cada una de las dimensiones de la capacidad en TI. Estos niveles de madurez son los siguientes: nivel 1, incorporación de las TI en la organización; nivel 2, aprendizaje tecnológico y organizacional; nivel 3, planeación y desarrollo, y nivel 4, alineación y sostenibilidad. Esos niveles de madurez son dinámicos. A través del tiempo, una organización podrá estar en diferentes niveles de madurez para una misma dimensión de la capacidad en TI y no necesariamente para "avanzar", sino también para "retroceder".
De la misma manera, la clasificación en los diferentes niveles de madurez es relativa al momento en que se mide y dependerá del conjunto de datos utilizado para su análisis. Identificamos, entonces, como limitación de este estudio la dependencia del modelo con respecto a la base de datos de muestra; en este caso, la mayoría de las empresas encuestadas corresponden a microempresas y los sectores predominantes fueron el de comercio y el de servicios. Para superar esta limitación, la base de conocimiento utilizada podrá entrenarse constantemente, incluyendo así nuevas realidades asociadas a la tecnología, al tamaño organizacional e, incluso, al sector al que pertenece la mipyme.
El mecanismo de valoración y clasificación usado y presentado en este artículo permitirá a una mipyme autoevaluarse constantemente de acuerdo con sus realidades y las realidades de su contexto. El aprovechamiento de las TI será mayor en la medida en que una mipyme tenga una conciencia de su situación real en relación con estas seis dimensiones de la capacidad en TI y pueda compararse con sus pares. Por otro lado, es fundamental que, a través de estos mismos mecanismos, el Ministerio de las Tecnologías de la Información pueda entender y evaluar permanentemente el estado de las mipymes colombianas con relación a su madurez tecnológica a la luz de estas seis dimensiones, logrando de esta manera implementar programas para fortalecer el aprovechamiento de las TI, enfocados en las particularidades y realidades de las micros, pequeñas y medianas empresas.