Introducción
En la investigación sobre la confianza en las instituciones políticas muchas veces se da por sentado que las personas que viven en un mismo país están expuestas a un grado de calidad institucional similar. Si un país cuenta con instituciones transparentes, eficientes o democráticas se tiende a suponer que la ciudadanía estará expuesta a un grado de calidad institucional semejante, por buena o mala que esta sea. Sin embargo, la experiencia de la ciudadanía con las instituciones políticas puede ser sustancialmente diferente, aun al interior de un mismo país. Por ejemplo, una creciente bibliografía ha mostrado que la calidad institucional y la oferta de bienes públicos en el ámbito subnacional es muy variable (Giraudy, Moncada y Snyder, 2019; Harbers y Steele, 2020). Esto implica que la ciudadanía está expuesta a grandes diferencias en la calidad y el desempeño de las instituciones políticas sólo por el hecho de localizarse en regiones diferentes del país. Dado que la confianza política es una actitud que depende de la evaluación ciudadana del desempeño del sistema político y sus instituciones (Martini y Quaranta, 2020; Van der Meer y Hakhverdian, 2017), es de esperar que ciudadanos y ciudadanas que experimentan diferentes grados de calidad institucional en el plano subnacional tengan opiniones divergentes de la confiabilidad de esas instituciones. No obstante, todavía hay pocos estudios que exploren la relación entre el desempeño subnacional del sistema político y la confianza en las instituciones políticas.
Este artículo contribuye a investigar la relación entre las diferencias en el desempeño de las instituciones al interior de los países y la confianza ciudadana en las instituciones del sistema político. El argumento es que el plano subnacional es un factor determinante de la confianza ciudadana en una institución clave de la democracia: las elecciones. El postulado central es que la gente evalúa el desempeño de las instituciones del régimen político tomando en cuenta las experiencias que tiene con esas instituciones en su entorno inmediato. Si se asume que las instituciones del régimen democrático son igualmente imparciales o eficaces en todo el territorio nacional, entonces las áreas o regiones subnacionales no deberían hacer diferencia en la confianza política; sin embargo, si el desempeño de esas instituciones está asociado a diferencias subnacionales, entonces se espera que esas diferencias contextuales influyan en la forma en que la ciudadanía juzga la confiabilidad de las elecciones en el país.
Empleando encuestas representativas de opinión pública e indicadores políticos de quince democracias electorales de América Latina, este estudio aporta evidencia que sugiere que la confianza electoral en los países de la región está asociada a diferencias en el alcance y desempeño subnacional del Estado y la democracia. Considerando la escasez de datos sistemáticos y comparables de la presencia, calidad o desempeño de instituciones políticas subnacionales, este estudio recurre a un indicador de la presencia subnacional del Estado medido a través de encuestas de opinión pública (Luna y Soifer, 2017). Asimismo, utiliza un índice compuesto de democracia subnacional observado en el ámbito país por el proyecto Variedades de la democracia (V-Dem v12) (McMann, Maguire, Gerring, Coppedge y Lindberg, 2021). Si bien estas variables miden de forma indirecta la variación en la calidad institucional en el plano subnacional, los hallazgos coinciden con las expectativas teóricas y las predicciones empíricas de este trabajo, a saber, que las personas son sensibles a las diferencias en la calidad de las instituciones estatales y democráticas en el plano subnacional, y que esto se traduce, a su vez, en diferencias en su evaluación de las instituciones del régimen político. De esta manera, con sus limitaciones, los resultados obtenidos sugieren que la heterogeneidad política subnacional desempeña un papel clave en la confianza que la gente le atribuye a las elecciones.
1. Confianza electoral
Las elecciones son una institución fundamental de la democracia (Manin, Przeworski y Stokes, 1999). La confianza de la ciudadanía en las elecciones -o confianza electoral- es una actitud que refleja la legitimidad que tienen los procesos electorales. Como tal, es un indicador de las actitudes de apoyo a las instituciones políticas (Norris, 2017). Si la ciudadanía confía en las elecciones que se celebran en su país es probable que también le dé su respaldo a las instituciones del régimen democrático y esté menos dispuesta a tolerar prácticas fraudulentas o intentos de desmantelar las agencias estatales que garantizan elecciones libres y limpias.
Un predictor decisivo de la confianza electoral es la identificación política de los votantes con el presidente o los partidos en el gobierno (Anderson, Blais, Bowler, Donovan y Listhaug, 2005; Cantú y García-Ponce, 2015; Reller, Anderson y Kousser, 2022; Ugues Jr., 2018). Diversos estudios han mostrado, asimismo, que la calidad de la democracia y la integridad del proceso electoral tienen un efecto favorable en la confianza electoral, incluso, son factores que moderan la diferencia entre votantes afines al gobierno y los votantes de la oposición (Maldonado y Seligson, 2014; Mauk, 2020). Otras investigaciones han encontrado que la persistencia de prácticas de manipulación o fraude electoral son predictores de la desafección, apatía o insatisfacción políticas (Fortin-Rittberger, Harfst y Dingler, 2017; Norris, 2019; Wellman, Hyde y Hall, 2018).
Paralelamente, estudios recientes muestran que la confianza electoral en México y América Latina depende de la percepción de que las elecciones se conducen con integridad, especialmente cuando la ciudadanía tiene una noción informada de lo que significa la democracia (Monsiváis-Carrillo, 2022). Otros trabajos han encontrado que el rechazo de los candidatos perdedores a reconocer el resultado de una elección envía una fuerte señal a sus seguidores, promoviendo la desconfianza electoral, aun en sistemas en los que las elecciones son limpias (Hernández-Huerta y Cantú, 2021).
En estos estudios, sin embargo, normalmente se asume que la calidad de las instituciones afecta por igual a todas las personas. Si las instituciones democráticas de un país son fuertes, se supone que son fuertes por igual para toda la ciudadanía. Por ejemplo, sea cual sea el grado de integridad con el que se conducen las elecciones en un país, es común asumir que las personas se verán expuestas al mismo grado de imparcialidad y profesionalismo en la conducción de las elecciones. Este supuesto puede ser válido si la calidad de las instituciones y su grado de desempeño son homogéneos en todo el territorio. La realidad es que muchos países, sobre todo aquellos en vías de desarrollo, rara vez tienen la capacidad de garantizar que sus instituciones políticas cubran todo el territorio nacional con el mismo grado de efectividad. Como lo sugiere la metáfora formulada por Guillermo O’Donnell (1993), al interior de los países se encuentran zonas marrones y azules, dependiendo de qué tan efectiva sea la presencia del Estado. Por lo tanto, si la calidad institucional es desigual, los ciudadanos también tendrán experiencias dispares con el desempeño del régimen y sus juicios deberían reflejarlo.
2. El plano subnacional y la confianza electoral
El estudio de las causas y consecuencias de la variación subnacional de la capacidad de las instituciones ha ganado centralidad en poco tiempo (Dosek, 2020; Giraudy, Moncada y Snyder, 2019; Giraudy y Niedzwiecki, 2022; Harbers y Steele, 2020). Sin embargo, todavía son pocas las investigaciones que investiguen la relación entre la política subnacional y la confianza política. Una creciente bibliografía investiga la capacidad de la ciudadanía de distinguir los ámbitos de autoridad y gobierno implicados en un marco de gobernanza supranacional, como el de la Unión Europea (Muñoz, 2017; Proszowska, Jansen y Denters, 2021). Rebecca Weitz-Shapiro (2008) encontró que la satisfacción democrática en Argentina es sensible a la capacidad de los votantes de evaluar con criterios distintos el desempeño de los gobiernos local y nacional. En cambio, Sara Niedzwiecki (2016) muestra que en Argentina y Brasil los ciudadanos pueden reconocer el rol diferenciado de los gobiernos locales y nacional en la implementación de programas sociales, dependiendo de qué tan clara sea la atribución de responsabilidad en esos programas. Otros estudios aportan evidencia de que la satisfacción con servicios públicos locales básicos influye en la confianza de los mexicanos en las instituciones políticas (Monsiváis-Carrillo, 2019).
Con todo, para investigar la relación entre la política territorial y las actitudes políticas no es suficiente con evaluar las actitudes de los votantes hacia las diferentes esferas de gobierno. Es necesario averiguar, igualmente, de qué manera los contextos subnacionales producen patrones de confianza y apoyo político diferenciados. Jonathan Hiskey y Mason Moseley (2018) han mostrado que las regiones subnacionales menos competitivas y más clientelares en México y Argentina propician lazos facturados de rendición de cuentas entre los votantes y los gobiernos locales y nacionales. De la misma manera, mediante un exhaustivo estudio comparado en esos dos países, Matthew Cleary y Susan Stokes (2006) encontraron que las regiones más democráticas favorecen una comprensión más sofisticada y menos clientelar de la rendición de cuentas gubernamental y un aprecio mayor por la legalidad y el Estado de derecho. Asimismo, Amanda Fidalgo (2021) analizó la influencia de los atributos subnacionales de la democracia en las actitudes ciudadanas hacia este régimen. Recopilando evidencia en sistemas federales en el mundo, su trabajo muestra que la calidad subnacional de la democracia influye en la percepción de manipulación electoral, protección de derechos humanos y el carácter democrático atribuido al régimen.
En esa misma línea, el argumento de este estudio es que la variación subnacional en el desempeño de las instituciones política es clave para explicar diferencias en materia de confianza electoral. La razón es que la ciudadanía incorpora en sus evaluaciones de las instituciones políticas y de la calidad de las elecciones la experiencia que tiene con el desempeño de esas instituciones en su entorno inmediato. En la medida en que existan diferencias subnacionales en la calidad y el desempeño del Estado, la democracia o el aparato gubernamental la evaluación que haga la ciudadanía de la confiabilidad de estas instituciones estará condicionada por las características del funcionamiento institucional en el plano subnacional. De esta forma, entre mejor o más deficiente sea el funcionamiento o el desempeño de las instituciones del régimen político en el plano subnacional, mayor o menor será la confianza electoral, pues el juicio que emita la ciudadanía estará informado por su experiencia directa con el entorno subnacional.
2.1 Hipótesis
El postulado central de esta investigación es que las diferencias subnacionales en el desempeño de las instituciones del régimen político nacional condicionan la confianza en las instituciones políticas -y en particular, la confianza electoral-, a saber, en la medida en que las instituciones del régimen político tienen una presencia diferenciada en el ámbito subnacional, algunas personas estarán más expuestas que otras a un mejor desempeño de las instituciones y, en consecuencia, tenderán a evaluar mejor a las instituciones.
Para evaluar esta posibilidad, la primera hipótesis empírica de este estudio establece que la exposición individual a la capacidad estatal territorial es un factor asociado a la confianza electoral. La capacidad estatal es la habilidad del aparato estatal de hacer valer su autoridad en el territorio que debe gobernar de forma imparcial, profesional y regular (Centeno, Kohli y Yashar, 2017; Enriquez, Sybblis y Centeno, 2017; Luna y Soifer, 2017). El Estado debe ser capaz de imponer su autoridad de forma regular y recaudar los impuestos necesarios para cumplir sus funciones. En la práctica, sin embargo, el alcance territorial del Estado es un atributo variable que resulta de conflictos político-territoriales y soluciones de compromiso de distinta índole (Giraudy y Luna, 2017). Ante la precaria, incompleta o ineficaz presencia del Estado los ciudadanos se enfrentarán a aparatos administrativos permeados por relaciones patrimoniales, de clientelismo y patronazgo. Por lo tanto, el juicio ciudadano acerca de la confiabilidad institucional, por ende, debería ser congruente con esa exposición a la capacidad estatal territorial. Así, la primera hipótesis es la siguiente:
H1: la exposición individual a la presencia territorial del Estado se asocia positivamente con la confianza electoral.
Ahora bien, para evaluar de manera más estricta el argumento principal es necesario analizar la relación entre el plano subnacional y la confianza en las elecciones. Esto implica que los contextos subnacionales importan. Si la confianza electoral depende de la exposición individual a la presencia estatal se debe esperar que también responda positivamente a la presencia de instituciones democráticas más o menos fuertes en el ámbito subnacional. No obstante, como lo muestra la literatura, en muchos países democráticos persisten enclaves subnacionales híbridos o, incluso, predominantemente autoritarios (Cleary y Stokes, 2006; Del Tronco, 2019; Gervasoni, 2010; Gibson, 2013; Giraudy, 2013; Loza y Méndez, 2016). Por lo tanto, aun asumiendo que el régimen político de un país sea democrático, algunos ciudadanos pueden estar localizados en regiones con mejores garantías democráticas, mientras que otros pueden residir en áreas donde los atributos autoritarios sean predominantes. Esta diferencia debe ser decisiva en la confianza electoral agregada en el ámbito país. La confianza electoral deberá ser más alta en países en los que la democracia tenga una distribución territorial más uniforme y homogénea que en aquellos en los cuales se encuentran regiones menos democráticas e, incluso, enclaves autoritarios. Este planteamiento se traduce en la segunda hipótesis:
H2: la distribución uniforme de atributos democráticos en el ámbito subnacional se relaciona positivamente con la confianza electoral.
Si el contexto institucional subnacional influye en la opinión de las personas, es probable que ese contexto condicione o modifique también la relación de la experiencia de esas personas con la presencia estatal en su entorno local y la confianza electoral. Es decir, si la exposición individual a la presencia territorial del Estado está asociada con la confianza en las elecciones, esta asociación también dependerá de los atributos del contexto. En países con mayor homogeneidad o uniformidad democrática subnacional el vínculo entre la exposición individual a la territorialidad estatal y la confianza electoral será más fuerte que en países con mayor divergencia subnacional. Entonces, conforme la calidad subnacional de la democracia sea similar al interior de un país la gente confiará más en las elecciones, especialmente si está familiarizada con una mayor presencia territorial del Estado.
H3: la relación entre la exposición individual a la presencia territorial del Estado y la confianza electoral depende de la distribución uniforme de la democracia subnacional.
3. Diseño de investigación
La evaluación de las hipótesis se realizó mediante un diseño de investigación transversal con datos observacionales en América Latina. En esta región, los países están atrapados en un equilibrio en el que las deficientes capacidades estatales y las democracias de mediana calidad se refuerzan mutuamente (Mazzuca y Munck, 2021). La principal fuente de información son las encuestas del Barómetro de las Américas de las rondas 2014, 2016/17 y 2018/19 (Vandervilt University, s. f.), las cuales recopilan información con base en entrevistas cara cara en los hogares seleccionados mediante un diseño de muestreo complejo.2 Los datos son representativos de la población adulta en edad de votar del país respectivo.
Debido a que los regímenes autoritarios también pueden estar caracterizados por un alto grado de uniformidad subnacional (McMann et al., 2021), el análisis en este estudio se enfoca en los sistemas políticos que son democracias electorales en el plano nacional. El criterio para considerar democrático a un país es tener una puntuación igual o superior a 0.50 en el Índice de democracia electoral del proyecto Variedades de la democracia (V-Dem, s. f.). Con base en este criterio se identificaron quince democracias en América Latina entre 2013 y 2018: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay. Estos países también son considerados democracias por el Índice de regímenes del mundo del V-Dem (s. f.) -la mayoría son clasificados como democracias electorales y otros como democracias liberales-. Los regímenes autoritarios de Nicaragua, Honduras y Venezuela no fueron considerados en el análisis principal, aunque más adelante se discutirán los hallazgos cuando se incluyen estos casos.
3.1 Método
El análisis se realizó utilizando modelos de regresión multinivel con interceptos y pendientes aleatorios. Este método permite dar cuenta de la estructura agrupada de los datos, dado que las observaciones individuales están contenidas en unidades de segundo nivel definidas por el país y año de encuesta. Este método también permite evaluar la relación de variables contextuales con la variable dependiente de ámbito individual. Ahora bien, el nivel contextual comprende 15 unidades de análisis, equivalentes a las 15 democracias latinoamericanas. Esta cantidad de unidades de segundo nivel puede ser insuficiente para obtener estimaciones consistentes (Stegmueller, 2013). Por este motivo el análisis contempló todos los años-país en los que fue medida la variable dependiente en democracias latinoamericanas. Esto arroja un total de 45 unidades de segundo nivel. Sin embargo, esas 45 unidades son en realidad 15 países en los que se levantaron encuestas en tres momentos diferentes, por lo cual se introdujo una variable dummy para controlar los efectos fijos de la ronda en la que fueron realizadas esas encuestas en cada país.
3.2 Confianza electoral en América Latina
La variable dependiente es la confianza en las elecciones o confianza electoral. Esta variable mide «hasta qué punto» la persona encuestada tiene confianza en las elecciones en el país en el que vive. La escala de medición es continua con siete categorías. Para facilitar la interpretación de los resultados fue convertida a una variable de siete niveles en una escala de cero a uno, donde cero significa «nada» y uno significa «mucho». La Tabla 1 presenta la estadística descriptiva de esta variable y las dos variables independientes que se describen a continuación.3 Las Gráfica 1 y Gráfica 2 ofrecen un panorama descriptivo de la variable dependiente, tanto de forma agregada como desagregada por país y año.
Observaciones | Media | Desviación típica | Mínimo | Máximo | |
---|---|---|---|---|---|
Variable dependiente | |||||
Confianza electoral | 70 857 | 0.48 | 0.32 | 0.00 | 1.00 |
Variables independientes | |||||
Territorialidad estatal subjetiva (TES) | 79 905 | 0.565 | 0.278 | 0.00 | 1.00 |
Uniformidad democrática subnacional (UDS) | 45 | -0.22 | 0.091 | -1.63 | 2.80 |
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.) y V-Dem (s. f.).
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.). Rondas 2014, 2016/17, 2018/19.
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.). Rondas 2014, 2016/17, 2018/19.
3.3 Territorialidad estatal subjetiva
La primera hipótesis evalúa la exposición individual a la presencia territorial del Estado. En este artículo se mide la capacidad estatal subnacional mediante encuestas de opinión pública siguiendo el método propuesto por Juan Pablo Luna y hillel Soifer (2017). De acuerdo con ellos, uno de los principales problemas de las mediciones subnacionales de la capacidad estatal es que se basan en datos o estadísticas gubernamentales. El problema con este tipo de datos es que dependen de eso que pretenden medir, pues los países con altas capacidades estatales pueden generar más y mejor información que los países con capacidades débiles. Otro inconveniente que le atribuyen a las fuentes gubernamentales es que tienen el incentivo de ofrecer resultados favorables y omitir datos que puedan resultar inconvenientes para el gobierno en turno.
De esta manera, la primera variable independiente es un indicador de la evaluación subjetiva de la presencia territorial del Estado. Esta variable se denomina territorialidad estatal subjetiva (TES), pues designa al juicio personal acerca del alcance territorial de las capacidades estatales. Esta variable se midió con la siguiente pregunta: «INFRAX. Suponga que alguien se mete a robar a su casa y usted llama a la policía. ¿Cuánto tiempo cree que la Policía se demoraría en llegar a su casa un día cualquiera, a mediodía?». Las opciones de respuesta fueron: (1) Menos de 10 minutos; (2) Entre 10 y hasta 30 minutos; (3) Más de 30 minutos y hasta una hora; (4) Más de 1 hora y hasta 3 horas; (5) Más de 3 horas; (6) [NO LEER] No hay Policía/No llegaría nunca. Este es el único reactivo de la batería diseñada por Luna y Soifer (2017) que está presente en las encuestas de 2014, 2016/17 y 2018/19.
La variable independiente TES revierte y recodifica INFRAX para que adopte valores de 0 a 1. El valor 1 indica que la Policía tardará en llegar «menos de diez minutos» y 0 que «no llegará nunca». La premisa es que conforme se estime que a la Policía le tomará menos tiempo llegar al hogar en el que se está cometiendo un delito mayor es la presencia territorial de la capacidad estatal de aplicar la ley. Esta variable no pregunta por la confianza que se tiene en que la Policía va a responder ni tampoco por la actitud que se tiene hacia la capacidad del Estado de aplicar la ley. La pregunta es de carácter fáctico: solicita hacer una estimación inductiva. Aunque el cálculo que realizan las personas puede ser impreciso, se asume que en promedio la respuesta refleja una realidad vivida por los encuestados. Para corroborar este supuesto se realizó una correlación bivariada entre el promedio nacional de TES y la variable capacidad estatal, desarrollada por Jonathan Hanson y Rachel Sigman (2021) a partir de un modelo que predice los valores de una variable latente. Los valores de capacidad estatal para los países de América Latina sólo llegan hasta 2015. Por este motivo, el análisis sólo cuenta con 36 observaciones, equivalentes a los 18 países en los periodos 2014 y 2016/17. Así, el coeficiente de Pearson de la correlación entre TES y capacidad estatal es de 0.62 (p> 0.000), lo cual es consistente con el supuesto de que TES es un indicador válido para medir la exposición individual a la presencia territorial del Estado (véanse Gráfica 3 y Gráfica 4).
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.). Rondas 2014, 2016/17, 2018/19.
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.). Rondas 2014, 2016/17, 2018/19.
3.4 Uniformidad democrática subnacional
La segunda hipótesis requiere introducir una variable contextual: el alcance territorial de la democracia en el plano subnacional. La medición de la calidad democrática en el plano subnacional ha sido encarada por diversos proyectos (Cleary y Stokes, 2006; Del Tronco, 2019; Gervasoni, 2010; Giraudy, 2013; Harbers, Bartman y van Wingerden, 2019; Loza y Méndez, 2016). Hasta el momento, sin embargo, pocos estudios han producido un indicador de la calidad de la democracia en unidades de análisis subnacionales que permita hacer comparaciones entre diversos países. En ese sentido, destaca el estudio de Fidalgo (2021), que construyó un modelo para estimar una variable latente a partir de un conjunto de estadísticas electorales y de desempeño institucional en democracias federales. La metodología de Fidalgo (2021), sin embargo, requiere unidades subnacionales formalmente establecidas para poder obtener los indicadores necesarios. Esta estrategia le permitió demostrar que la calidad subnacional de la democracia impacta en diversos indicadores clave del apoyo a la democracia, pero no puede ser fácilmente replicable en países que no tienen una estructura federal.
Como alternativa, se utilizó la variable uniformidad democrática subnacional (UDS), basada en un indicador de la homogeneidad subnacional del régimen (McMann, 2018; McMann et al., 2021). La UDS está medida en el ámbito país y representa el valor promedio de dos indicadores: por un lado, la homogeneidad en la celebración de elecciones libres y limpias en el plano subnacional; por el otro, la homogeneidad subnacional en el respeto gubernamental a las libertades civiles. Estos indicadores forman parte de una batería del proyecto Variedades de la democracia (V-Dem) que fue validada para medir atributos subnacionales de la democracia (McMann, 2018). La escala de esta variable ha sido estandarizada por el modelo de medición empleado por el proyecto V-Dem, el cual tiene media igual a 0 y desviación estándar igual a 1. Cuando los valores están por debajo de 0 significa que la democracia subnacional tiende la heterogeneidad; cuando están por encima de 0 la democracia tiende a ser uniforme en el territorio nacional. Entre los países latinoamericanos el rango de variación es amplio (-1.63 a 2.80) y tiende hacia el polo negativo. Es decir, en la región predomina la disparidad en la democracia subnacional (véanse Gráfica 5 y Gráfica 6).
3.5 Alcance, explicaciones alternativas y variables de control
El diseño de investigación expuesto hasta este punto tiene supuestos y limitaciones que es preciso aclarar. En primer lugar, el alcance explicativo de las hipótesis está circunscrito a la confianza en las elecciones en el país como un atributo del régimen político. Los datos no permiten distinguir entre elecciones locales y nacionales, aunque esta diferencia debería investigarse más. De igual forma, la territorialidad estatal subjetiva es una variable que mide la presencia subnacional del Estado-nación, no del gobierno o la administración locales (Luna y Soifer, 2017). La segunda variable dependiente, uniformidad democrática subnacional, mide el contexto en el ámbito país. Sería deseable que fuera un indicador medido en el plano subnacional, pero esa información no está disponible para todos los países contemplados en este análisis. En síntesis, con la información disponible, este estudio constituye una aproximación al estudio de la relación entre el plano subnacional y la confianza electoral que busca mayor generalidad y representatividad, de ahí que el análisis se realice en quince democracias y sea aplicable, también, en dieciocho países en América Latina.
¿Qué sucede, entonces, con explicaciones alternativas asociadas a factores o condiciones como la estructura central o federal del Estado, las elecciones locales, los sistemas de partido subnacionales, el clientelismo u otras variables? Para controlar la influencia de explicaciones alternativas se incluyó un indicador que distingue a los votantes en función de su decisión en las últimas elecciones presidenciales. El estatus de los votantes como «ganadores» o «perdedores» es reconocido como uno de los más significativos predictores de actitudes y comportamiento políticos (Anderson et al., 2005). El interés en la política es, igualmente, un determinante clave de actitudes y conductas (Monsiváis-Carrillo, 2021; Robison, 2017). Otras variables de control que son esenciales para explicar la confianza política son la situación económica del país, el grado de confianza interpersonal, la condición de haber sido víctima de algún delito y la importancia de la religión. Finalmente, se incluyeron diversos controles sociodemográficos: sexo, edad, educación, auto adscripción étnica, localidad de residencia y bienestar en el hogar.
Por otra parte, el estudio de McMann et al. (2021) revela que la UDS está correlacionada con factores como la diversidad étnica de un país, una topografía rugosa y el tamaño poblacional. Sin embargo, puede haber países en los que la democracia sea robusta, pero con diferencias marcadas en la calidad subnacional de la democracia. También puede ser el caso de regímenes democráticos subnacionales con una distribución territorial relativamente homogénea, pero situadas en un país con una democracia débil. Para controlar este posible factor de confusión se introdujo el Índice de democracia electoral del V-Dem (Coppedge et al., 2022).
De forma similar, es importante que la correlación entre la UDS y la confianza electoral no se vea confundida por el grado de división vertical del poder en un país. El hecho de que algunos países sean estados federales o tengan niveles de gobierno intermedios entre el plano nacional o local no debería ser un factor que, en sí mismo, se asociara con la confianza electoral. Para controlar esta fuente de variación, se utilizó el Índice de división del poder del V-Dem. Adicionalmente, se incluyeron controles del ingreso per cápita nacional y la esperanza de vida al nacer.
4. Resultados
La primera hipótesis establece que la exposición individual a la presencia territorial del Estado estará correlacionada con la confianza electoral. Los resultados del modelo M1 de la Tabla 2 apuntan en esa dirección: la relación entre la territorialidad estatal subjetiva y la confianza en las elecciones es positiva y estadísticamente significativa. Esta relación queda ilustrada de la siguiente forma: el valor promedio de la TES es de 0.58/1.0, equivalente a la creencia de que a la Policía le tomará entre media hora y hasta tres horas llegar al lugar donde se le necesita. En este nivel, el valor esperado de confianza electoral es de 0.48, con un intervalo de confianza (IC 95%) igual a 0.46-0.50. Si todas las variables de control se mantienen en su valor promedio, se espera que la confianza electoral en América Latina se incremente de 0.39 a 0.55 puntos -en una escala de 0 a 1- cuando la variable TES cambia de su valor mínimo a su valor máximo.
M1 | M2 | M3 | M4 | ||
---|---|---|---|---|---|
Territorialidad estatal subjetiva (TES) | 0.16*** | 0.16*** | 0.16*** | ||
[0.008] | [0.008] | [0.008] | |||
Uniformidad subnacional (UDS) | 0.09*** | 0.08*** | 0.07*** | ||
[0.010] | [0.012] | [0.012] | |||
TES × UDS | 0.02* | ||||
[0.008] | |||||
Variables de control | |||||
Economía del país | 0.12*** | 0.13*** | 0.12*** | 0.12*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Confianza social | 0.07*** | 0.09*** | 0.07*** | 0.07*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Víctima de delito | -0.03*** | -0.04*** | -0.03*** | -0.03*** | |
[0.003] | [0.003] | [0.003] | [0.003] | ||
Interés en la política | 0.13*** | 0.14*** | 0.13*** | 0.13*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Decisión electoral | Abstención | ||||
Ganadores | 0.05*** | 0.05*** | 0.05*** | 0.05*** | |
[0.003] | [0.003] | [0.003] | [0.003] | ||
Perdedores | -0.01*** | -0.02*** | -0.01*** | -0.01*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Voto nulo u otros | -0.02*** | -0.02*** | -0.02*** | -0.02*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Importancia de la religión | 0.05*** | 0.05*** | 0.05*** | 0.05*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Sexo: Mujer | -0.01*** | -0.02*** | -0.01*** | -0.01*** | |
[0.002] | [0.002] | [0.002] | [0.002] | ||
Años de edad | 0.00*** | 0.00*** | 0.00*** | 0.00*** | |
[0.000] | [0.000] | [0.000] | [0.000] | ||
Años de escolaridad | -0.00*** | -0.00*** | -0.00*** | -0.00*** | |
[0.000] | [0.000] | [0.000] | [0.000] | ||
Grupo étnico | Blanco | ||||
Mestizo | -0.01*** | -0.01*** | -0.01*** | -0.01*** | |
[0.003] | [0.003] | [0.003] | [0.003] | ||
Indígena u otro | -0.02*** | -0.02*** | -0.02*** | -0.02*** | |
[0.004] | [0.004] | [0.004] | [0.004] | ||
Bienestar en el hogar | -0.04*** | -0.03*** | -0.04*** | -0.04*** | |
[0.006] | [0.006] | [0.006] | [0.006] | ||
Localidad rural | 0.04*** | 0.03*** | 0.04*** | 0.04*** | |
[0.003] | [0.003] | [0.003] | [0.003] | ||
Democracia electoral | 0.41** | -0.08 | -0.06 | -0.06 | |
[0.131] | [0.098] | [0.118] | [0.116] | ||
Índice de división vertical del poder | 0.01 | 0.08** | 0.07 | 0.07 | |
[0.049] | [0.030] | [0.036] | [0.036] | ||
Producto interno bruto per cápita | 0.00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 | |
[0.003] | [0.002] | [0.002] | [0.002] | ||
Esperanza de vida (años) | -0.00 | -0.00 | -0.00 | -0.00 | |
[0.006] | [0.003] | [0.004] | [0.004] | ||
Ronda de encuesta | 2014 | ||||
2016-2017 | -0.04 | -0.03 | -0.05* | -0.05* | |
[0.027] | [0.016] | [0.020] | [0.019] | ||
2018-2019 | -0.06* | -0.03 | -0.06** | -0.06** | |
[0.028] | [0.016] | [0.020] | [0.019] | ||
Constante | 0.43 | 0.66** | 0.56* | 0.55* | |
[0.372] | [0.221] | [0.265] | [0.261] | ||
Parámetros de efectos aleatorios | |||||
País-años de encuesta | Varianza (TES) | 0.002 | 0.002 | 0.002 | |
[0.001] | [0.001] | [0.001] | |||
Varianza (constante) | 0.005 | 0.002 | 0.003 | 0.002 | |
[0.001] | [0.000] | [0.001] | [0.001] | ||
Varianza (Residual) | 0.082 | 0.084 | 0.082 | 0.082 | |
[0.000] | [0.000] | [0.000] | [0.000] | ||
Observaciones | |||||
Individuos | 60,401 | 60,401 | 60,401 | 60,401 | |
Países-año de encuesta | 45 | 45 | 45 | 45 |
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.), V-Dem (s. f.) y Coppedge et al. (2022). Nota: Regresiones multinivel con efectos y pendientes aleatorios. Nivel de significancia: *p<0.05, ** p<0.01, *** p<0.001.
En segundo lugar, como se ve en el modelo M2, la relación entre la uniformidad democrática subnacional y la variable dependiente también es positiva y significativa. Esta relación es consistente con las expectativas de la segunda hipótesis, a saber, en algunos países se observa una mayor disparidad en la calidad subnacional de las elecciones y respeto gubernamental a las libertades civiles que en otros. Los países con menor dispersión en la calidad subnacional de la democracia tienen, en promedio, una ciudadanía que confía más en las elecciones. Cuando la variable UDS alcanza el punto máximo de los países en la muestra la confianza electoral predicha es de 0.68. En países en los que la USD es mínima la certidumbre esperada en los comicios se reduce a 0.35.
El modelo M3 replicó el análisis evaluando a las dos variables independientes simultáneamente. En este análisis no se detectó ningún cambio sustantivo en los resultados descritos previamente. Las dos variables continúan siendo estadísticamente significativas y sus respectivos coeficientes se mantienen sin cambios. Solamente disminuyó el coeficiente de la variable UDS desde 0.089 (IC95%: 0.071, 0.10) en M2 a 0.076 (IC95%: 0.053, 0.099) en M3. Sin embargo, el traslape entre los intervalos de confianza entre esos dos coeficientes indica que la diferencia no es significativa.
El modelo M4 sometió a prueba la tercera hipótesis. Esta hipótesis establece que la uniformidad democrática subnacional condiciona la relación entre la territorialidad estatal subjetiva y la confianza electoral. Para evaluar esa hipótesis el modelo M4 utilizó una interacción estadística (Brambor, Clark y Golder, 2006). Los resultados indican que los tres elementos de esta interacción tienen una dirección positiva y son estadísticamente significativos. En primer lugar, la relación entre la TES y la confianza electoral sigue siendo positiva, aun cuando se toma en cuenta el cambio en la UDS. Es decir, independientemente del nivel de uniformidad democrática subnacional de un país, la experiencia personal con una mayor presencia territorial del Estado estará asociada con mayor confianza en las elecciones. Lo mismo sucede con la relación entre la uniformidad democrática subnacional en el ámbito país y la variable dependiente. El Estado puede estar más o menos presente en el territorio, según lo indique la experiencia personal de la ciudadanía, pero el electorado de un país en el que la calidad subnacional de la democracia sea más pareja tendrá, en promedio, mayor confianza en las elecciones.
En concreto, la tercera hipótesis encuentra soporte empírico en el hecho de que el término de interacción en M4 es significativo. De acuerdo con los resultados, la magnitud de la correlación entre la TES y la confianza electoral se ve reforzada por la uniformidad democrática subnacional. El panel A de la Gráfica 7 ilustra esta relación. Suponiendo que el nivel promedio de TES en un país haya alcanzado su nivel más alto, entonces la confianza electoral será mayor si la calidad democrática subnacional es uniforme. Esto es, cuando la exposición individual a la presencia territorial del Estado llega a su máximo nivel, la confianza electoral llegará a 0.75 (IC95%: 0.68, 80), siempre y cuando la calidad subnacional de la democracia tienda a la uniformidad.
Fuente: elaboración propia a partir de Vandervilt University (s. f.), V-Dem (s. f.) y Coppedge et al. (2022).
En contraste, si el alcance subnacional de la democracia fuera heterogéneo, la confianza electoral sería de 0.42 (IC95%: 0.38, 0.46), aun cuando la TES estuviera en su nivel más alto. La importancia de la UDS en la relación entre la TES y la confianza electoral queda de manifiesto también en el caso opuesto. En un país en el que prevalece la uniformidad democrática subnacional, la confianza electoral será sistemáticamente mayor, aun cuando la variable TES se encuentre en su punto mínimo -esto queda patente, asimismo, en la Gráfica 7, panel A-. Es decir, se espera más confianza electoral cuando la uniformidad subnacional de la democracia es alta que cuando es baja, aunque la TES esté en su punto más alto en este último caso.
De manera simétrica, la relación entre UDS y la confianza electoral está condicionada por la territorialidad estatal subjetiva (véase Gráfica 7, panel B). En los países en los que existe mayor UDS la confianza en las elecciones es claramente más alta que en los países con una menor UDS. No obstante, al interior de esos países la variable TES modifica positivamente el impacto de UDS en la confianza electoral. En ese sentido, para los países con el nivel de mayor UDS la confianza electoral predicha es de 0.75 (IC95%: 0.70, 81) cuando TES alcanza su máximo nivel. Si TES desciende a su punto mínimo, entonces se espera una confianza de 0.56 (IC95%: 0.50, 0.61). La diferencia es cercana a 0.20 puntos. Esta relación se manifiesta por igual en el caso en el que UDS disminuye hasta su punto más bajo. En este caso, la confianza electoral también disminuye, pero qué tanto lo hace depende de la TES. Incluso en países con una amplia variación en la democracia subnacional, la confianza electoral será mayor cuando la territorialidad estatal sea más evidente para la ciudadanía que cuando no lo sea.
En conjunto, la evidencia es consistente con el planteamiento teórico de fondo: la distribución uniforme de capacidades institucionales en el plano territorial favorece la credibilidad de las elecciones. Es importante destacar que los resultados descritos hasta este punto son producto de modelos de regresión que contienen a todas las variables de control. Los resultados, en otras palabras, son independientes de la relación que tienen otras variables individuales y contextuales con la confianza electoral. De igual forma, los resultados principales se sostienen incluso si se añaden las observaciones correspondientes a tres regímenes autoritario-competitivos: Bolivia, Honduras y Venezuela.4 En este análisis las dos variables independientes son estadísticamente significativas y el coeficiente de la interacción es igual a 0.015 con p=0.053 (z =1.94). Estos datos indican que la uniformidad democrática subnacional tiene una relación directa e independiente con la confianza electoral, al mismo tiempo que esa variable condiciona la relación entre la TES y la variable de respuesta, independientemente de que los sistemas políticos sean democráticos o autoritarios. No obstante, la introducción de regímenes autoritario-competitivos disminuye marginalmente la interacción entre TES y UDS. Esta evidencia confirma, a la vez, que el argumento y las hipótesis son más coherentes cuando quedan circunscritas a los regímenes democráticos.
Conclusiones
La confianza en las elecciones es una pieza central de la relación de la ciudadanía con las instituciones de la democracia. El argumento de este trabajo ha sido que la confianza electoral está influida por la variación del alcance y el desempeño de las instituciones en el plano subnacional. En específico, se ha propuesto que el alcance dispar de las capacidades estatales y la variación en la calidad de la democracia subnacional son aspectos que influyen en la relación de los ciudadanos con los procesos electorales y que condicionan la legitimidad que le confieren a las elecciones.
El análisis de la confianza electoral en quince democracias latinoamericanas produjo resultados congruentes con las expectativas teóricas. En primer lugar, se encontró evidencia de que la exposición individual a la presencia territorial del Estado está asociada positivamente con la confianza en las elecciones. La gente que tiene una experiencia más directa de la presencia estatal en su entorno inmediato también muestra actitudes más favorables hacia las elecciones en su país. En segundo lugar, los datos muestran que los países en los que la democracia subnacional es más uniforme son países en los que la ciudadanía tiende a confiar más en las elecciones. Este hallazgo es independiente del grado de desarrollo democrático del país. De acuerdo con el análisis, el desarrollo de la democracia electoral no es un predictor sistemático de la confianza en las elecciones, a diferencia de la uniformidad de la democracia subnacional.
El tercer hallazgo es el de mayor relevancia. El análisis confirma que la uniformidad democrática subnacional refuerza la correlación positiva entre la exposición al alcance territorial del Estado y la confianza electoral. Esto significa que cuando el alcance territorial del Estado está en su punto más alto la confianza electoral será mayor en países con mayor uniformidad democrática subnacional; y viceversa, se espera menor confianza electoral cuando la territorialidad estatal subjetiva esté en su punto más bajo, más aún en países en los que la democracia subnacional es muy heterogénea. Esta relación también implica que la exposición a la presencia territorial del Estado aumenta la confianza electoral en países con una alta homogeneidad democrática subnacional.
Ahora bien, una de las principales limitaciones de este estudio es que no cuenta con datos factuales del ámbito subnacional. Si se desea evaluar el efecto condicional de la variación subnacional en las capacidades estatales o la calidad de la democracia, lo ideal sería emplear con mediciones sistemáticas de unidades subnacionales que permitieran incorporar este plano en el análisis. El problema con esta estrategia no solamente se enfrenta a la dificultad de reunir indicadores comparables de capacidad estatal o calidad de la democracia en este ámbito. También existe la necesidad de justificar debidamente el grado de agregación territorial de las unidades de análisis. Cuando se trata de países federales, la unidad de análisis contextual son los gobiernos estaduales o regionales formalmente establecidos (Fidalgo, 2021). No obstante, en sistemas no federales no hay un criterio claro para identificar a la unidad de análisis subnacional apropiada. Como ha mostrado Soifer (2019), el grado de agregación subnacional importa y diferencias pequeñas hacia arriba o hacia abajo en la escala territorial pueden tener consecuencias significativas. En tal sentido, la variable desarrollada por McMann et al. (2021) -UDS- ha mostrado ser un indicador eficiente, a pesar de estar definido en el plano nacional. Estudios posteriores en materia de la confianza política podrían seguir explorando el potencial heurístico de esta variable como indicador de la variación subnacional del régimen.
Dados los retos metodológicos y logísticos en la recopilación de datos comparables en el ámbito subnacional del alcance estatal y la calidad de la democracia, la estrategia recomendada por Luna y Soifer (2017) ha demostrado ser heurísticamente productiva. Emplear encuestas representativas para aproximarse a la presencia territorial de la capacidad estatal permite contar con observaciones generadas de forma independiente que pueden ser replicadas sistemáticamente en una amplia cantidad de países. Si bien puede criticarse a este tipo de medidas su carácter subjetivo, el análisis presentado en este trabajo indica que estas medidas se comportan de forma consistente con su propósito conceptual y las expectativas teóricas asociados a ellas. En todo caso, la medición del alcance territorial del Estado a través de encuestas representativas constituye un área de investigación que debe estimularse. Existen métodos para el desarrollo y validación de escalas que pueden aplicarse en el desarrollo de la medición del alcance de las capacidades estatales con base en encuestas de opinión pública.
En general, este es un estudio de corte exploratorio que aporta evidencia coherente con el argumento teórico que establece que la heterogeneidad política territorial es un factor determinante de la legitimidad política que la ciudadanía les atribuye a las elecciones. Desde luego, este argumento podría ser aplicable a otras instituciones de la democracia, como los gobiernos locales, los partidos políticos o, asimismo, a los órganos de administración electoral, entre otros. En tal sentido, investigar la relación entre la heterogeneidad institucional territorial y diversos indicadores de apoyo político es un reto que debería orientar investigaciones futuras.
Con todos sus potenciales y limitaciones, el análisis sugiere que la confianza electoral está asociada con la forma en que se distribuyen las capacidades estatales y la calidad de la democracia al interior de los países. Este hallazgo es relevante en sí mismo, pues sugiere que la confianza en las elecciones no depende solamente de factores que fluctúan en el corto y mediano plazos, como el estatus de «ganador» o «perdedor» de los votantes o su evaluación del desempeño del sistema. Antes bien, la evidencia sugiere que existen condiciones de carácter estructural, definidas por el alcance territorial del Estado y la democracia, que reproducen las disparidades en la relación de la ciudadanía con las instituciones democráticas.