INTRODUCCIÓN
La inactividad física, junto con el bajo consumo de frutas y verduras, el uso nocivo de alcohol y el tabaquismo son los cuatro factores de riesgo comportamentales más comunes que propician la aparición de alteraciones metabólicas y fisiológicas que aumentan considerablemente el riesgo de padecer enfermedades no transmisibles (ENT) 1. Actualmente, las ENT son la principal causa de muerte en el mundo y las proyecciones son desalentadoras pues de 38 millones de defunciones que causaron en el año 2012, se estima que esta cifra aumentará a 52 millones para el 2030 2.
Las preocupantes prevalencias de factores de riesgo comportamentales en el mundo han llevado a la Organización Mundial de la Salud, OMS, a crear un plan de acción global para la prevención y el control de las ENT, que consiste en la aplicación de una serie de políticas por parte de los Estados Miembros en el período 2013-2020, las cuales tienen como meta la reducción de las prevalencias de factores de riesgo comportamentales 1, como es el caso de la inactividad física que alcanza un 81% en la población adolescente en el mundo (11-17 años) 2. En el contexto latinoamericano, en Chile, prevalencias de tabaquismo y consumo abusivo de alcohol alcanzan el 40,6% y el 29,7% respectivamente, mientras en Argentina el bajo consumo de frutas y verduras registró un 95,4% 3.
En cuanto al contexto nacional, la realidad es igual de preocupante evidenciando la necesidad de implementación de políticas para la reducción de estas conductas nocivas. En Colombia, los resultados de la Encuesta Nacional de la Situación Nutricional (ENSIN, 2010) determinaron que la inactividad física se ubica en el 46,5%, además de concluir que la población entre los 18 y 64 años de edad presenta un bajo consumo diario de frutas y muy bajo en el caso de las verduras 4.
Lamentablemente, a pesar de la amplia evidencia científica que existe sobre los beneficios de un estilo de vida saludable, las prevalencias de factores de riesgo en la población universitaria, en algunos casos, son superiores a las de la población general. Por esta razón, algunos autores identifican a este grupo poblacional como vulnerable debido a que está más propenso a padecer ENT en el futuro debido a un estilo de vida poco saludable 5,6.
Estudios realizados en los últimos cinco años en población universitaria latinoamericana evidencian altas prevalencias de factores de riesgo comportamentales. En cuanto a la inactividad física se registran prevalencias del 90%, 84,8% y 81,3% en universitarios chilenos 7, ecuatorianos 8 y brasileños 9 respectivamente. Con relación al bajo consumo de frutas y verduras, estudios realizados en Brasil y Chile concluyen que más del 90% de los universitarios participantes registra esta conducta nociva 10-12. Con respecto al tabaquismo, se encuentran cifras entre el 17,7% y el 47,5% en estudiantes mexicanos 13, brasileños 14, peruanos 15 y chilenos 7. Finalmente, en el caso del consumo perjudicial de alcohol, investigaciones realizadas en México, Paraguay y Brasil determinan cifras superiores al 45% 16-18.
Aunque es amplia la evidencia científica sobre los niveles de cada uno de los factores de riesgo comportamentales en población universitaria, muy poco se ha explorado sobre la asociación que puedan tener entre ellos. Además de esto, la mayor parte de las universidades llevan a cabo campañas para la promoción de estilos de vida saludables, lideradas en su mayoría por sus departamentos de bienestar universitario. Sin embargo, en el mayor de los casos al momento de diseñar las estrategias de intervención, se desconoce la prevalencia de cada uno de los factores de riesgo en la población, lo que podría generar errores al enfocar esfuerzos en factores que pudieran no ser los que requieran mayor atención.
Teniendo en cuenta lo anterior el objetivo de este estudio fue evaluar la asociación entre el consumo de frutas y verduras, tabaquismo y consumo excesivo episódico de alcohol y la actividad física en los tres dominios establecidos (ocupacional, transporte y tiempo libre) en estudiantes universitarios de Bucaramanga, Colombia. Esta información es el punto de partida para el diseño de estrategias eficaces e integrales que permitan, por un lado, dar prioridad a la reducción de los factores de riesgo más prevalentes en la población, y por otro lado, la adquisición de un estilo de vida saludable en la población universitaria con el fin de disminuir el riesgo futuro de padecer alguna ENT.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio de corte transversal analítico cuya muestra estuvo conformada por estudiantes de pregrado de una universidad privada de Bucaramanga, Colombia, mayores de 18 años, durante el período comprendido entre agosto y diciembre de 2015. Este estudio fue aprobado por un comité de investigación y se solicitó el consentimiento informado por escrito a los participantes. La muestra estuvo constituida por 385 universitarios. El cálculo de muestra fue realizado teniendo en cuenta una población de 5650 estudiantes de pregrado matriculados en el segundo período académico de 2015 (agosto a diciembre), un porcentaje de heterogeneidad del 50%, un margen de error del 5%, poder de 80% y un nivel de confianza del 95%.
El método de muestreo utilizado fue bietápico en el cual primero se realizó una selección por muestreo aleatorio simple de niveles académicos (semestres) de cada carrera. Después, dentro de cada grupo de nivel académico se realizó muestreo por conveniencia, de tal manera que se invitaba a participar a todos los estudiantes y se incluían a quienes aceptaban hacer parte del estudio. Los estudiantes fueron contactados, personalmente, a través de los docentes líderes del programa CEPI (Círculo Educativo de Promoción y Prevención Integral) perteneciente al departamento de bienestar universitario, los cuales suministraron información sobre la ubicación y horario para poder aplicar el instrumento de recolección de la información en su respectiva facultad, el cual fue aplicado utilizando el método de entrevista directa. Se incluyeron en este estudio, estudiantes mayores de edad, de pregrado, matriculados en el segundo periodo académico de 2015 y que firmaran el consentimiento informado. Se excluyó a aquellas estudiantes embarazadas.
Para este estudio, se aplicó el cuestionario básico del instrumento STEPS (Paso 1) para la vigilancia de factores de riesgo de enfermedades crónicas diseñado por la OMS, el cual permite obtener información demográfica básica y datos sobre 4 factores de riesgo comportamental como son: el tabaquismo, consumo de alcohol, consumo de frutas y verduras y actividad física19. Dos profesionales en cultura física, deporte y recreación, debidamente entrenados en técnicas estandarizadas, fueron los encargados de la recolección de la información siguiendo las recomendaciones del Manual de vigilancia STEPS de la OMS 19.
Se consideraron como variables dependientes el consumo regular de tabaco (consumo de por lo menos un cigarrillo en el último mes) 20, el consumo perjudicial de alcohol, que contempla dos conductas nocivas, el consumo alto (más de 30 tragos estándar/mes) y el consumo excesivo episódico (60 gramos o más de alcohol puro o cinco tragos estándar al menos una vez en los últimos 30 días) 21, el bajo consumo de frutas y verduras (consumo diario inferior a cinco porciones de frutas y verduras) 22.
La actividad física en cada uno de los dominios fue establecida como variable independiente principal, definida por el Cuestionario Mundial de Actividad Física (GPAQ por sus siglas en inglés), que a su vez, hace parte del instrumento STEPS en este factor específico. El GPAQ además de haber sido validado en varios países y ser considerado un instrumento adecuado para monitorear la actividad física 23, resulta adecuado para el contexto colombiano. Un estudio sobre la reproducibilidad del GPAQ en población adulta de Colombia determinó una reproducibilidad prueba-reprueba buena para el GPAQ (Coeficiente de Correlación Intraclase (CCI): 0,79, Índice de Kappa ponderado (Kw): 0,66, Kappa de Cohen (K): 0,68) 24. Este instrumento evalúa la frecuencia semanal, intensidad y duración de la actividad física realizada en tres dominios diferentes: ocupacional, transporte o desplazamiento y tiempo libre) 25. Con relación al dominio ocupacional, se tienen en cuenta todas las actividades realizadas en el trabajo, sean o no remuneradas, en la universidad, que pueden ser académicas y de entrenamiento, y las tareas del hogar. En el caso de la actividad física relacionada con el transporte, hace referencia a las formas para desplazarse, siendo las más comunes, caminar y en bicicleta. Finalmente, la actividad física en el tiempo libre hace alusión a todas las actividades recreativas realizadas fuera del tiempo obligatorio que se cumple en el trabajo, universidad o en los desplazamientos para ir de un sitio a otro 25.
Para determinar el nivel de actividad física se tuvo en cuenta la frecuencia semanal (número de días que realiza algún tipo de actividad física en una semana corriente en cada uno de los tres dominios), la duración (solo se tuvieron en cuenta sesiones mayores a 10 minutos) y la intensidad, la cual fue determinada en MET (equivalente metabólico). Para determinar el gasto energético se estipularon cuatro MET para el tiempo empleado en los desplazamientos y actividades de intensidad moderada, y ocho MET en el caso de las actividades de intensidad vigorosa 25. De esta manera los MET-minuto por semana se calcularon multiplicando los días de la semana en los que se realizó actividad física, por los minutos de actividad al día, por el número de MET de la actividad realizada en cada uno de los tres dominios (Días a la semana X Minutos de actividad/día X Número de MET de la actividad) 25.
Una vez determinado el gasto energético y cantidad total de minutos de actividad física a la semana, los participantes podían ser clasificados como ‘activo’ o ‘inactivo’. Se clasificó a un estudiante como físicamente activo cuando en una semana realizó mínimo 150 minutos de actividad física moderada, o 75 minutos de actividad física vigorosa, o una combinación de las dos alcanzando un gasto energético igual o superior a 600 MET-minuto-semana. Por otra parte, se clasificó a un participante como físicamente inactivo, cuando no reporto ningún tipo de actividad física o realizó algo de actividad física pero no alcanzó los criterios establecidos de la categoría ‘activo’ 25.
Otras variables analizadas fueron el sexo, la edad, el nivel socioeconómico y el semestre académico en curso.
Análisis de datos
Se realizó un análisis descriptivo de las características de la población de estudio. Las variables categóricas fueron descritas como valores absolutos y relativos. La evaluación de la distribución de las variables continuas se realizó mediante la prueba de Shapiro-Wilk. Estas variables fueron expresadas con la media y desviación estándar cuando presentaron una distribución normal. Cuando la distribución de las variables continuas era asimétrica, se presentó la mediana y rango intercuartílico. Se utilizaron las pruebas de Chi2 y T de student para determinar la existencia de diferencias estadísticamente significativas entre las variables categóricas y entre las variables categóricas y continuas respectivamente. Se realizaron análisis bivariados entre cada uno de los factores de riesgo comportamentales y la actividad física en cada uno de los tres dominios. Las variables que presentaron valores de p < 0,20 en el análisis bivariado, se mantuvieron en el análisis multivariado. Se realizó un análisis multivariado tipo backward a través de la regresión logística, obteniéndose así Odds Ratio (OR). Todos los análisis fueron realizados en el programa Stata versión 12.1/IC (Statistics Data Analysis. STATA/ICq 12.1).
RESULTADOS
Características sociodemográficas
Se analizó un total de 385 estudiantes, de los cuales el 61,82% de la población de estudio era de sexo femenino. El 10,65% de los estudiantes pertenecía al nivel socio económico bajo, 78,70% al nivel medio y 10,65% al nivel alto. Casi la mitad de los estudiantes (47,53%) se encontraba cursando entre primer y quinto semestre académico de su carrera.
Actividad física
El 39,48% de la población de estudio era físicamente inactiva. Respecto a los dominios en los cuales realizan actividad física, se encontró que los estudiantes realizan más actividad física durante el tiempo libre, seguido por transporte o desplazamiento y finalmente, actividad física ocupacional (actividad física durante el tiempo libre: media: 181,80; Desviación Estándar (D.E): 253,92 minutos/semana, actividad física durante el desplazamiento: media: 112,26, D.E: 163,56 minutos/semana, actividad física ocupacional: media: 75,04, D.E: 184,75 minutos/semana).
Se encontró mayor total de minutos de actividad física por semana en hombres que en mujeres (Hombres: mediana: 450 minutos/semana, percentil 25 (p25): 150 minutos, percentil 75 (p75): 750 minutos; Mujeres: mediana: 150 minutos/ semana, p25: 75 minutos, p75 390 minutos. P= 0.000) (Figura 1).
Con referencia al semestre académico en curso, se encontró mayor riesgo de ser físicamente inactivo a medida que aumenta el semestre académico (OR: 1,12, IC 95%: 1,03 a 1,23, p=0,007).
Consumo de alcohol y tabaquismo
En cuanto al consumo excesivo de alcohol, el 52,21% presentó consumo excesivo episódico, y el 28,65% presentó un consumo alto de alcohol. La media de tragos por mes fue 17,34 tragos, D.E 15,11 tragos. El 72,21% de los estudiantes había consumido alcohol durante el último mes (promedio de tragos cada vez que tomó durante el último mes: 4,66 tragos, D.E 4,95. Rango de 0 a 30 tragos).
Respecto al consumo de tabaco, el 16,88% manifestó que fuma de manera regular y el 40,52% había fumado alguna vez en la vida.
Consumo de frutas y verduras
Para el consumo de alimentos, se encontró un bajo consumo de frutas y verduras, según las cantidades recomendadas, en el 87,27% de los encuestados. La media de porciones totales de frutas y verduras por semana fue 17,10, D.E 15,12 porciones (media de porciones de frutas/semana: 8,21, D.E 8,93 y media de porciones de verduras/semana: 8,90, D.E 10,36).
No se hallaron diferencias estadísticamente significativas en cuanto al total de porciones de frutas y verduras por semana (Hombres: mediana: 14 porciones/semana, p25: 7 porciones, p75: 26 porciones; Mujeres: mediana: 12 porciones/semana, p25: 6 porciones, p75: 21 porciones. P= 0,210).
Diferencias en las características de interés según el sexo
Se encontraron diferencias estadísticamente significativas, según el sexo, para la inactividad física, consumo alto de alcohol, consumo excesivo episódico de alcohol y consumo regular de tabaco (p=0,000, p=0,011, p=0,000 y p= 0,000, respectivamente). Las mujeres presentaron mayor inactividad física que los hombres, mientras estos reportaron mayor consumo alto y excesivo episódico de alcohol y consumo de tabaco que las mujeres. No se presentaron diferencias estadísticamente significativas, según el sexo, para el bajo consumo de frutas y verduras (Tabla 1).
* Todos los valores p determinados mediante prueba Chi2, excepto la de la edad que fue establecida por la prueba T de Student
Fuente: elaboración propia.
El número de tragos por mes fue mayor en los hombres (media de tragos/mes en hombres: 26 tragos D.E 33,42 tragos vs mujeres: 18,68 D.E 35,38 tragos; p=0,025). De cuatro factores de riesgo comportamentales, los estudiantes reportaron un promedio de 2,71, D.E 0,90, factores.
También se presentaron diferencias estadísticamente significativas para la actividad física realizada en cada dominio, según el sexo. Los hombres realizan más actividad física durante el tiempo libre y ocupacional que las mujeres, mientras éstas realizan más actividad física que ellos durante el desplazamiento (Tabla 2).
Asociación entre actividad física en el tiempo libre y factores de riesgo comportamentales
Después de ajustar por sexo, edad y nivel socioeconómico, el bajo consumo de frutas y verduras resultó asociado con realizar actividad física en el tiempo libre (OR: 0,48, IC 95%: 0,24, 0,96, p=0,040) (Tabla 3).
DISCUSIÓN
A partir de este estudio se pudieron establecer no solo las prevalencias de los cuatro factores de riesgo comportamentales en los estudiantes universitarios, y que en general, son superiores a las registradas por la población en general, sino que también se pudo determinar un mayor riesgo de ser físicamente inactivo a medida que aumenta el semestre académico y una asociación entre el bajo consumo de frutas y verduras con la realización de actividad física en el tiempo libre.
El análisis de la asociación entre factores de riesgo comportamentales, como los aquí evaluados, y la realización de actividad física durante el tiempo libre, resulta relevante para el diseño de estrategias integrales para la adquisición y mantenimiento de hábitos de vida saludables en estudiantes universitarios, con miras a la preparación para una posterior etapa adulta libre de enfermedades crónicas.
Con relación a la actividad física, el 39,48% de los estudiantes participantes registró inactividad física. Esta cifra es superior a la reportada en población adulta en el mundo (23%) 2 y en la región de las Américas (32%) 2, lo que confirma que la población universitaria presenta un nivel de vulnerabilidad que debe ser puesto en consideración. Los resultados registrados en este estudio son casi iguales a una serie de estudios publicados y analizados en un meta-análisis que determinó un rango de prevalencias de inactividad física en población universitaria entre el 40% y el 50% 26, sin embargo, también es posible hallar resultados de inactividad física superiores a los registrados en este estudio: 86,6% en universitarios de Estados Unidos 27, 75,3% en mujeres universitarias saudíes 28 y 53,9% en estudiantes mexicanos 29. Con relación al sexo, los estudiantes hombres de este estudio presentan menores niveles de inactividad física que las mujeres. Este hallazgo está en línea con lo determinado en varios estudios realizados en Latinoamérica 30-34 y el mundo 35-39.
Con referencia al semestre académico en curso, se encontró mayor riesgo de ser físicamente inactivo a medida que aumenta el semestre académico. Estos resultados van en línea con lo reportado en otros estudios, donde inclusive no solo reportan una disminución en los niveles de actividad física a medida que aumentan los años de estudio en la universidad sino también aumento de peso corporal 40-44. Estos hallazgos justifican el diseño e implementación de campañas de hábitos saludables enfocados a la actividad física, a medida que se incrementa el transcurso por los niveles académicos en la universidad.
En cuanto al consumo excesivo perjudicial de alcohol, el 52,20% de la población universitaria analizada en este estudio presenta esta conducta poco saludable. Los resultados establecidos en esta investigación son superiores a los encontrados en investigaciones realizadas en estudiantes latinoamericanos 45-48 y de Estados Unidos 49, y casi iguales a los registrados en estudiantes franceses (51,3%) 50. Con relación al sexo, los estudiantes hombres de este estudio reportaron una mayor prevalencia de consumo perjudicial de alcohol, al igual que en otras investigaciones realizadas en el mundo 51-53.
Con respecto al tabaquismo, el 16,88% de los universitarios participantes en este estudio manifestaron fumar de manera regular. Esta cifra es superior a la registrada en población adulta en Colombia, que se ubica en el 12,8% 54. Los resultados de este estudio se ubican en el rango que otras revisiones sistemáticas 55,56, que incluyen estudios realizados en todo mundo, ya han establecido. Para algunos autores, es normal que este rango sea bastante amplio debido a que depende mucho de los hábitos que un país tenga sobre esta conducta poco saludable 57. En cuanto al tabaquismo y el sexo, los hombres participantes de este estudio presentan cifras superiores de esta conducta nociva que las mujeres. Este hallazgo es acorde a lo registrado en otros estudios realizados en Latinoamérica 58-60.
Al analizar los resultados de bajo consumo de frutas y verduras, los datos confirman que es el factor de riesgo comportamental con prevalencia más alta en los universitarios participantes de este estudio (87,27%). A pesar que la cifra es alta, otras investigaciones realizadas en diferentes países, como Venezuela (96,7%) 61, Chile (95%) 62, Estados Unidos (95%) 63, y Argentina (90%) 64 presentan prevalencias aún más altas.
En general, este estudio muestra que los hombres son más físicamente activos y presentan un mayor consumo de frutas y verduras. Por otra parte, las mujeres, presentan prevalencias más bajas en cuanto a hábitos nocivos; estos hallazgos representan información adicional para una potencial implementación de estrategias diferenciales por sexo en estudiantes universitarios y además, son tema que requiere profundización en futuras investigaciones.
Uno de los hallazgos más importantes de este estudio fue establecer que los estudiantes que realizan actividad física en su tiempo libre tienen menor probabilidad de presentar bajo consumo de frutas y verduras. Este hallazgo va en línea con lo establecido en un estudio realizado en 26 países y un total de 17789 estudiantes universitarios participantes y que determinó una asociación entre la inactividad física y el bajo consumo de frutas y verduras 65. Según Peltzer y Pengpid, esta asociación puede explicarse debido a la teoría de la conducta problema 66 en la cual, un bajo consumo de frutas y verduras se comparte con otras conductas nocivas como la inactividad física, y además agrega que los programas de promoción de la salud deberían ser ampliados para incluir el abordaje colectivo de estos factores de riesgo 67.
El hecho que en este estudio se haya asociado específicamente la actividad física en el tiempo libre con el bajo consumo de frutas y verduras, refuerza aún más la explicación de la teoría de la conducta problema, debido a que la realización de actividad física en el tiempo libre es una decisión voluntaria, a diferencia de la realización de ésta en el dominio ocupacional y relacionado con el transporte que dependen de factores externos, los cuales no necesariamente implican una elección libre del quien la realiza.
Se puede destacar como fortaleza de este estudio el uso del Cuestionario del Instrumento STEPS de la OMS el cual garantiza la aplicación de criterios establecidos por la OMS para determinar las prevalencias de cada uno de los factores de riesgo comportamentales analizados 19. Además de esto, el componente de este instrumento que valora la actividad física, llamado Cuestionario Mundial de Actividad Física (GPAQ por sus siglas en inglés) ha sido validado internacionalmente 23.
Una de las limitaciones de este estudio corresponde a que es de corte transversal, por lo tanto, no se puede determinar una causalidad de cualquiera de los factores asociados en este estudio, solamente se establece una asociación.
CONCLUSIONES
A medida que los estudiantes participantes avanzan en el estudio de su carrera profesional y los semestres de estudio aumentan, es mayor el riesgo de ser físicamente inactivo, además, los universitarios que tienen un bajo consumo de frutas y verduras tienen menor probabilidad de realizar actividad física durante el tiempo libre. Es importante implementar estrategias que promuevan comportamientos saludables, a través de intervenciones que permitan el abordaje colectivo de los factores de riesgo comportamentales entre los estudiantes universitarios con el fin de proteger a esta población del riesgo cardiovascular futuro.