Introducción
El presente trabajo tiene por objetivo presentar un recorte de los resultados obtenidos mediante una investigación compleja, en la que se han estudiado posibles asociaciones entre niveles de actividad física, salud mental, desenvolvimiento social y afectivo, y las capacidades motoras, en adultos mayores (AM). En este caso, se estudió el nivel de independencia en las actividades de la vida diaria en relación con el nivel de fuerza muscular y el rendimiento motor.
En la Argentina, al igual que la mayor parte del mundo, la globalización y las urbanizaciones han promovido un estilo de vida que favorece el aumento de las enfermedades crónicas no transmisibles (ECNT) 1. Con estilo de vida se hace referencia al conjunto de decisiones que las personas adoptan en su vida cotidiana y les permiten llevar a cabo las actividades laborales, del hogar y de tiempo libre.
Al mismo tiempo, ha crecido el ritmo de envejecimiento poblacional, con lo que se ha incrementado la cantidad de adultos mayores, sumado a un aumento de enfermedades vinculadas al estilo de vida y a la vejez. Por tanto, las personas aumentan la expectativa de vida, pero conviven largo tiempo con alguna de las enfermedades derivadas del estilo de vida actual 1. Además, como las personas añosas se enferman más que el resto de la población, existe un mayor uso de los sistemas de salud, lo que implica un aumento en los costos de la atención sanitaria 2.
La inactividad física forma parte del estilo de vida y se asocia fuertemente con la aparición de enfermedades y deterioro de la salud a todas las edades. Una estrategia válida sería diseñar programas que aumenten la eficiencia del ejercicio físico 3 que podría tener impacto positivo sobre la salud y el envejecimiento saludable.
Algunos estudios han señalado la importancia de que los adultos mayores realicen actividad física como parte de su estilo de vida para mantener el bienestar 4. La actividad física en adultos mayores mejora la flexibilidad, la fuerza, la coordinación y el equilibrio, los cuales favorecen la estabilidad postural, disminuyendo el riesgo de caídas y fracturas 5.
La buena condición física es un factor que favorece la salud y la calidad de vida de las personas. Para este estudio, se entiende como condición física saludable (CFS) a la capacidad de llevar a cabo las actividades de la vida cotidiana sin fatiga excesiva 6. Se ha señalado que las cualidades que componen la CFS son la fuerza muscular, el equilibrio, la resistencia cardiorrespiratoria, la flexibilidad y composición corporal 7. Este trabajo evalúa la fuerza muscular, en particular la fuerza máxima de prensión manual, que es uno de los componentes de la CF, necesaria para que las personas mayores puedan asirse con seguridad y sostener objetos pesados. Estudios similares se llevaron a cabo en la región 8-9-10.
La evaluación de la independencia en el adulto mayor fue puesta en consideración por numerosos estudios previos utilizando el test de Barthel 11, algunos de ellos vinculados a salud mental, cognitividad y rendimiento físico 12-13-14.
Otra investigación en el mismo grupo etario utilizó este test para determinar la asociación entre niveles de autonomía y variables como grado de ansiedad y depresión; vivir solo, acompañado o en residencia; y con el nivel de salud y el uso de los servicios sociales y sanitarios 15.
Hipótesis: Las personas AM que tienen mejor condición física saludable tienen mayor independencia para las actividades básicas de la vida diaria.
Materiales y método
Para confeccionar la metodología se han tomado los aportes de Hernández Sampieri 16. Se utiliza una metodología cuantitativa. El estudio es descriptivo y correlacional, ya que mediante la recolección de la información se busca caracterizar el fenómeno que se somete a análisis, y asimismo conocer cómo la modificación de una variable es seguida de la modificación de otra u otras; es no experimental, ya que se observan fenómenos para luego analizarlos, sin manipular variables; es de tipo transversal. La muestra es no probabilística, seleccionada por conveniencia.
Participantes
Población: 91 adultos, mayores o igual a 60 años, 64 mujeres y 25 hombres urbanos de 74,66±10,21 y 75,2±6,99 años de edad, respectivamente, que asisten a centros comunitarios y hogares del municipio de La Plata, Argentina.
Instrumentos
Evaluación de la condición física saludable o desempeño físico.
Fuerza de prensión de la mano: La fuerza máxima de prensión de la mano se midió con un dinamómetro de mano marca Jamar. La prueba se realizó de acuerdo con las normas de la Sociedad Americana de Terapeutas de la Mano 17. Se midió y registró tres veces la fuerza de prensión en cada mano, utilizando para el análisis el mayor registro, desechando los dos inferiores.
Velocidad de marcha: se aplicó la prueba de caminar seis metros. La prueba consistió en caminar 6 metros lanzados a una velocidad de desplazamiento habitual y se tomó el tiempo que demora su ejecución 18. Los participantes recibieron la consigna de caminar a la velocidad que lo hacen regularmente.
Time Up and Go (TUG): En la prueba TUG se midió el tiempo empleado en ponerse de pie de una silla, caminar tres metros, retornar y sentarse de nuevo en la silla. Esta prueba debe realizarse en el menor tiempo posible 19.
Test de Barthel: mide la capacidad funcional para las actividades básicas de la vida diaria. Consta de diez actividades cotidianas, en las que la persona es evaluada en función de la ayuda que requiere para su realización. El resultado en esta prueba permite ponderar el riesgo de dependencia (tabla 1). Se utiliza una puntuación que va de 0 a 100, donde 100 indica independencia máxima 11.
A partir de la clasificación de Barthel, en este estudio se formaron dos grupos, uno con aquellos individuos que alcanzaron puntaje hasta 90, y otro con puntaje entre 91 y 100, esto último corresponde en la escala nominal a Dependencia leve o Independencia.
Procedimiento
Las personas AM que participaron del estudio fueron informadas personalmente por el equipo de investigación en reuniones previas llevadas a cabo en los centros comunitarios y hogares donde éstos concurren o estaban internados. Se exceptuó a quienes no cumplían con los criterios de inclusión. Una vez reclutados, los AM firmaron el consentimiento informado.
Criterios de inclusión: mayores de 60 años, de ambos sexos, que puedan deambular por sus propios medios, sin enfermedades crónicas que afecten su independencia para la marcha, y que estén alfabetizados.
Criterios de exclusión: personas amputadas o con enfermedades degenerativas que puedan afectar la marcha y la composición corporal.
Análisis estadístico
Variables sociodemográficas y antropométricas se presentan de manera descriptiva. La asociación entre variables fue evaluada a través de la prueba de correlación de Pearson, prueba de t y ANOVA. El nivel de significancia α adoptado fue del 5%. Se utilizó el programa estadístico IBM SPSS Statistics 19.
Resultados
Los resultados se presentan en tablas y texto. La tabla 2 describe la muestra obtenida y en la tabla 3 se pueden observar la fuerza muscular y el desempeño motor de los adultos mayores de ambos sexos.
Se realizó un análisis de correlación que fue positiva entre VM y TUG (r 0,76 R2 0,57, p<0,05), y entre edad y TUG (r 0,64 R2 0,41 p<0,05), y fue inversa entre FMP y TUG (r-0,50, R2 0,24, p<0,05), y entre FMP y VM (r -0,43 R2 0,2, p<0,05). Esto significa que, a medida que aumenta la fuerza muscular, la VM y la prueba de TUG mejoran.
A medida que aumentó la edad, la fuerza máxima disminuyó significativamente (r-0,40R2 0,16 p<0,05).
Cuando se evaluó la condición física saludable a través de uno de sus componentes como es la fuerza máxima de prensión, se observó que la fuerza muscular es significativamente mayor en personas que son independientes que en aquellas que tienen algún grado de dependencia (dependientes Fmax 17,47 kg ± 6,58 P<0,05 con IC 95% 14,1-20,85 vs independientes Fmax 23,76 kg ± 6,3 P<0,05 con IC 95% 22,27-25,25).
Discusión
Este estudio, que parte de una investigación más amplia, tuvo por objetivo conocer el nivel de independencia en las actividades básicas de la vida diaria (entendidas como aquellas que permiten el propio cuidado), en relación con el nivel de fuerza muscular y el rendimiento motor. En este sentido se ha podido comprobar que las personas AM que tienen mayor fuerza máxima son más independientes para las actividades de la vida diaria que aquellas que tienen menor fuerza máxima.
Otro hallazgo resultó el hecho de que a medida que aumentó la edad, la fuerza máxima disminuyó significativamente. Otros estudios han llegado a conclusiones similares, como el de Clark y Manini 20, quienes encontraron que la fuerza máxima declina con la edad, lo cual contribuye a la dependencia física y la mortalidad. En este marco, los autores destacan la importancia de identificar estrategias para mantener la masa muscular durante el proceso de envejecimiento. En relación con la edad, nuestro estudio halló que a medida que ésta aumenta, disminuye el rendimiento en TUG.
Otra observación es que las variables de desempeño motor cambian proporcionalmente una con respecto a la otra, por lo que, a mayor desempeño en la VM, mejor desempeño en la prueba de TUG. En esta línea, Freter y Fruchter han hallado una fuerte correlación entre las pruebas de VM y TUG, en una población que asiste a un programa de rehabilitación ortopédica 21.
En el presente estudio se ha encontrado que a medida que aumenta la fuerza muscular, tanto la VM como el TUG mejoran. El estudio de Latorre-Román, Arévalo-Arévalo y GarcíaPinillos 22 llegó a conclusiones similares a través de una metodología diferente. En ese caso se utilizó Barthel y el cuestionario Yale Physical Activity. Los autores sugieren que el deterioro característico de las edades avanzadas podría prevenirse con actividad física y esto contribuiría al mantenimiento de las habilidades para solventar las actividades de la vida diaria. Además, explican que esta asociación tiene relevancia para la práctica clínica y los programas preventivos. También, en el estudio de Rybertt, Cuevas, Winkler, Lavados y Martínez 23, se observó que los componentes del desempeño motor están significativamente relacionados entre sí, evidenciándose una interdependencia entre las velocidades de marcha normal y máxima, la fuerza de las extremidades inferiores y la capacidad aeróbica. Complementariamente, los autores afirman que estas variables tienen una gran influencia sobre el rendimiento de los sujetos en la marcha, por lo que son capacidades de relevancia para evaluar la independencia del adulto mayor. Este hallazgo no es coincidente con el de Nemerosky et al., quien señala que las pruebas funcionales como la VM, TUG y Barthel tienen escasa repercusión funcional en los voluntarios sarcopénicos 24.
Otra conclusión de este estudio es que las personas que tienen mayor fuerza muscular presentan mayor independencia física. Cano-Gutiérrez, Borda, Reyes-Ortiz, Arciniegas y Samper-Ternent (2017) 25 arribaron a conclusiones similares, ya que encontraron una correlación positiva estadísticamente significativa (p<0,05) entre el puntaje total en la escala de Barthel y una mayor fuerza de prensión y una mayor VM.
Dado que la sarcopenia se caracteriza entre otras cosas por la pérdida de masa muscular, resulta interesante mencionar un estudio que halló asociación entre el bajo nivel de masa muscular y el deterioro funcional en AM 26.
Asimismo, las personas AM que se mantienen activas conservan sus niveles de velocidad, movilidad, equilibrio, marcha y la funcionalidad de sus extremidades superiores al cabo de un año, en comparación con aquellas que no realizaron actividad física 27. En sintonía con ello, Cohen et al. 28 hallaron que los AM hospitalizados que realizan actividad física reducen el riesgo de pérdidas funcionales, teniendo implicancias en la independencia para la vida diaria.
Futuras investigaciones podrían dilucidar nuevas asociaciones entre componentes de la condición física saludable que no han sido incluidos en este estudio, así como nuevos diseños de investigación podrían dar luz acerca de mejores estrategias preventivas para esta población.
Conclusiones
El trabajo se propuso conocer las relaciones que pueden existir entre el componente de fuerza de la condición física saludable, con el grado de independencia de los adultos mayores; para lo cual, se utilizaron pruebas validadas y de amplia aplicación en el área de estudios del adulto mayor. Se ha comprobado la hipótesis acerca de la relación entre la condición física saludable y la independencia en el grupo de estudio. Este fenómeno resulta interesante dado que, si futuros trabajos lo confirman, servirá para reforzar las recomendaciones de ejercitar la fuerza en adultos mayores y da fundamento a los programas de promoción de salud que incluyen la condición física saludable entre sus objetivos.
La capacidad de ponerse de pie y volver a sentarse, es una parte importante de la vida cotidiana de las personas mayores y está relacionada con la calidad de vida. En este estudio hemos observado que la posibilidad de realizar movimientos básicos como el descrito, mejora en paralelo con la fuerza máxima.