Introducción
Los estudios sobre los jóvenes1 han avanzado significativamente en los últimos años; se trata de comprenderlos como personas claves dentro de la actual coyuntura social y política que atraviesa el mundo. Acercarse conceptualmente a estos sujetos implica abrirse a nuevos espacios de interpretación que los considere como agentes activos capaces de construir sociedad, procesos que empiezan en las colectividades juveniles que se reúnen a través de diferentes prácticas.
Una primera aproximación es pensar la juventud como una etapa dentro del ciclo vital en la cual ocurren cambios biológicos, psicológicos y sociales; el joven se configura y (re) construye sus comportamientos de acuerdo al contexto donde se reconoce su existencia 1, siendo una etapa crítica en la que se presentan cambios continuos y situaciones extremas. Por ejemplo, la movilidad de jóvenes hacia el contexto universitario, conjuga prácticas y comportamientos que pueden incrementar los indicadores negativos en temas de salud sexual y reproductiva, dado que se incrementan conductas relacionadas con el consumo sustancias psicoactivas (SPA) y alcohol, las cuales a su vez, aumentan el riesgo para adquirir ITS o VIH-SIDA, así como el embarazo en adolescentes 2,3.
El tercer estudio epidemiológico andino sobre el consumo de drogas en la Población Universitaria realizado en Colombia en 2016, encontró que el consumo riesgoso de alcohol afecta 1 de 4 universitarios colombianos y 1 de cada 10 presenta signos de dependencia alcohólica; además el 40% de los jóvenes universitarios ha consumido alguna vez al menos una SPA y 10,8% es consumidor mensual, prevaleciendo la marihuana, el LSD (ácido dietilamídico lisérgico) y la cocaína 3.
En jóvenes, el consumo excesivo de alcohol además de los problemas relacionados con las conductas sexuales de riesgo, trae consigo, problemas de conducta social y de violencia 4-6. Según la OMS, para el 2015 se estimó el consumo en 6,3 litros de alcohol puro por persona mayor de 15 años, además para el 2012, 3,3 millones de muertes globales se atribuyeron al consumo de alcohol, lo que para el momento significó un 5,9% de las muertes totales alrededor del planeta 7. Para América Latina, los episodios de consumo excesivo (ECE), es decir aquellos episodios en los que el consumo lleva a la embriaguez, se presentó con una prevalencia de 7,1% para las mujeres y 29,3% para los hombres en la población de 15 a 19 años, cifras que son mayores que la media mundial (6,2% en mujeres y 16,8% en hombres) 8. En Colombia, según el estudio nacional de consumo de SPA, el consumo de alcohol aumenta con la edad, con un inicio en promedio a los 13 años 9.
También se ha descrito el consumo riesgoso de drogas ilícitas. En estudiantes de una universidad de Colombia. se encontró una prevalencia de consumo del 21,9%, siendo los estudiantes con edades entre los 21 y 25 años los que más consumen 10, otro estudio realizado en universitarios colombianos encontró que el inicio del consumo fue en promedio a los 17 años, siendo la marihuana la primera SPA consumida en un 54,3% de las ocasiones 11.
Como se mencionó, una de las problemáticas asociadas al consumo de alcohol y SPA son las conductas sexuales de riesgo, que incluyen la actividad sexual bajo los efectos de estas sustancias, sin métodos anticonceptivos o con un amplio número de parejas; dichas conductas se encuentran asociadas a las infecciones de transmisión sexual (ITS) y los embarazos no planificados 12-15.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reportó para el 2016, 376 millones de nuevas ITS causadas por C. trachomatis (127 millones), N. gonorrhoeae (87 millones), T. pallidum (6 millones) y T. vaginalis (156 millones) (16). La presencia de una ITS incrementa el riesgo de contraer otras ITS incluyendo el VIH, además se pueden desarrollar graves secuelas a largo plazo tales como enfermedad pélvica inflamatoria, embarazo ectópico e infertilidad 16,17. Sobre el VIH/SIDA, en América Latina y el Caribe para 2018 se reportaron 2,1 millones de personas viviendo con la enfermedad y 115.000 nuevas infecciones, de los cuales 3.500 correspondían a menores de 14 años 18. Para 2019, en la misma región, se reportaron 1,9 millones de personas viviendo con la enfermedad y 100.000 nuevas infecciones, de los cuales 3.100 correspondían a menores de 14 años 19. En Colombia, según el Instituto Nacional de Salud (INS), se reportaron 13.310 nuevos casos de VIH, de los cuales el 24,5% se presentaron en población entre los 15 y los 24 años 20.
Por su parte, el embarazo en esta población, se ha convertido en un grave problema de salud; la OMS reportó una tasa mundial de fecundidad en adolescentes de 46 nacimientos por cada 1.000 mujeres entre los 15 y 19 años, para el periodo 2010-2015; por su parte América Latina y el Caribe ocuparon el segundo puesto a nivel global en fecundidad en dicho grupo etario con una tasa estimada de fecundidad de 66,5 nacimientos por cada 1.000 mujeres entre los 15 y 19 años para el mismo periodo 21. Para Colombia, según el estudio sobre determinantes sociales del embarazo adolescente realizado en 2018 por el Ministerio de Salud y Protección Social y Profamilia, 13,8% de las mujeres del país que tienen entre 13 y 19 años han estado embarazadas 22. Factores biológicos propios de esta población tales como: inmadurez ginecológica y anatómica de la pelvis y mayor riesgo de presentación de hemorragia postparto, preeclampsia-eclampsia y endometritis puerperal 23,24, incrementan el riesgo de complicaciones durante la gestación, parto y puerperio. A estos factores se suman aspectos socioculturales como dificultad para culminar la formación educativa, aislamiento social, falta de apoyo familiar y oportunidades de empleo, características comunes en la población de escasos recursos económicos 23.
De los embarazos en jóvenes, se estima que aproximadamente el 41% termina en aborto, se calculan 4,4 millones de interrupciones del embarazo en este grupo etario, trayendo graves secuelas como infección, hemorragia, complicaciones anestésicas, proceso inflamatorio pélvico crónico, incluso infertilidad y muerte 14. Condiciones sociales, políticas y culturales han impedido hacer un abordaje efectivo para disminuir cifras de morbilidad y mortalidad 25,26.
Entendiendo que el consumo de alcohol y SPA puede incrementar el riesgo de problemas en la salud sexual y reproductiva de los jóvenes, entre estos el embarazo en adolescentes, que en la mayoría de los casos se reporta como no deseado y que esta relación ha sido poco explorada en contextos universitarios, que exponen condiciones cambiantes especialmente desde tránsito del colegio a la universidad, el presente estudio tuvo como objetivo determinar la relación entre sexualidad, consumo de alcohol, consumo de sustancias psicoactivas y el embarazo no deseado en estudiantes de la Universidad del Cauca, con el propósito de atender oportunamente esta problemática, gestionar y proporcionar criterios y lineamientos de prevención e identificación oportuna de los casos como estrategia de prevención para disminuir los riesgos en morbilidades relacionadas con la salud sexual, que de facto afectan la salud académica de los jóvenes universitarios.
La salud sexual y reproductiva constituye un pilar fundamental en la formación de los jóvenes, por lo cual se recomienda hacer un abordaje con un enfoque holístico que permita entender desde diferentes visiones, las dinámicas, las características del contexto comunitario y social y su relación con la salud sexual y reproductiva como alternativa para su mejoramiento 27.
Materiales y Métodos
Se realizó un estudio descriptivo de corte transversal con intención analítica. La población objeto de estudio fueron los estudiantes de pregrado de la Universidad del Cauca de los programas que ofrece la institución en las diferentes sedes y pertenecientes a las jornadas diurna y nocturna. No se realizó cálculo de tamaño de muestra, la encuesta se envió a través del correo institucional a la totalidad de los estudiantes de pregrado que se encontraban matriculados a febrero del 2018 (16.124 estudiantes), de los cuales aprobaron su participación a través del consentimiento informado y respondieron la encuesta 2.767.
La encuesta utilizada en la investigación se basó en el cuestionario Reig-Ferrer 28 que hace referencia al estado de salud de los estudiantes universitarios y además incluye variables relacionadas con la salud sexual. Se consideraron seis apartados: caracterización sociodemográfica, caracterización académica, vida sexual y gestación, características de salud sexual y reproductiva (incluido el embarazo no deseado), consumo de alcohol, tabaco y sustancias psicoactivas y factores de riesgo (identificados a través de la literatura científica), relacionados con el embarazo no deseado.
Los datos obtenidos fueron exportados al programa SPSS versión 21.0 con licencia de la Universidad CES de Medellín-Colombia, para su análisis. Las variables cualitativas fueron analizadas mediante frecuencias y porcentajes y las variables cuantitativas mediante medidas de tendencia central y medidas de dispersión, previa evaluación del tipo de distribución de los datos mediante el estadístico Shapiro Wilk. En el análisis bivariado se exploró la relación entre algunas conductas de riesgo y el embarazo no deseado (embarazo deseado/no deseado) en las mujeres que ya iniciaron vida sexual, por ser esta una variable de particular interés en la población universitaria. La relación se exploró utilizando el estadístico chi cuadrado, considerado un nivel de significancia de 0,05. También se calcularon razones de prevalencia (RP) con sus respectivos intervalos de confianza al 95%.
El presente análisis hizo parte del proyecto “Situación de salud y bienestar en relación a la salud sexual de los estudiantes de la Universidad del Cauca, 2017” financiado por la Vicerrectoría de Investigaciones de la institución donde se realizó y tuvo la aprobación del Comité de ética institucional - ID 4676, considerándola una investigación de riesgo mínimo, según la resolución 008430 de 1993 29.
Resultados
Características sociodemográficas
El número de estudiantes que dio respuesta efectiva al total de la encuesta fueron 2.767 estudiantes matriculados en el primer semestre de 2018 en los programas de pregrado de la Universidad del Cauca, 2.764 con nacionalidad colombiana y tres estudiantes procedentes de Canadá, Ecuador y México. El 55,6% de los participantes fueron mujeres y el 44,4% hombres. La mediana de edad de los encuestados fue de 21 (RIC: 19-23) años, con un mínimo de 16 máximo de 58 años. El 76,4% procedente de zonas urbanas y el restante 23,6% de zona rural. Al consultar sobre la identidad étnica se encontró que el 9,8% se identificaron como indígenas, 4,2% afrocolombiano, 0,1% raizal y 0,1% gitano (Tabla 1).
Respecto al estrato socioeconómico del 98,6% (2.727/2.767) que manifestaron conocer dicha información, la mayoría indicaron pertenecer a los estratos uno (32,5%) y dos (32,7%). El 89,6% conocían su estado de afiliación en salud; el 33,7% pertenecían al régimen contributivo, el 29,1% al régimen subsidiado, el 20,2% al SISBEN, un 2,4% con afiliación especial de las fuerzas armadas, un 4% sin afiliación en salud y el 10,4% manifestó no saber a cuál régimen de salud pertenece (Tabla 1).
Características académicas
El 8% de los participantes pertenecían a programas de regionalización (programas que se dictan en municipios diferentes a Popayán, capital del Cauca). Los mayores porcentajes de participación estuvieron en los programas de medicina (7,1%,) derecho (5,2%), enfermería (4,7%) y fonoaudiología (4,6%). De los 2767 estudiantes, el 52% pertenecían a grupos sociales, culturales o de investigación de la universidad, tales como ACOME (Asociación Colombiana de Estudiantes de Medicina), ACEU (Asociación Colombiana de Estudiantes Universitarios), FEU (Federación de Estudiantes Universitarios), entre otros. El 24,5% de los estudiantes informaron que además de las actividades académicas, también desempeñan una actividad laboral paralela.
Vida sexual y gestación
Sobre los resultados del módulo de sexualidad, el 87,1% (2409/2767) indicó haber iniciado vida sexual, con una mediana de edad de inicio de 16 (RIC: 15-18) años, la mínima edad de inicio registrada fue de 4 años (sin consentimiento) y máximo 29 años. De los 2.409 estudiantes que ya han tenido relaciones sexuales, el 3,2% (76/2409), que en su mayoría son mujeres (54/76) refieren que la primera relación fue no consentida. El 31,2% ha tenido dos o más parejas en el último año (Tabla 2). De este grupo de estudiantes (2409/2767) que ya iniciaron vida sexual, el 80,1% (1929/2409) se siente capaz de tomar decisiones en torno a la sexualidad, el 16,7% algunas veces y el 3,2% se siente incapaz de tomar decisiones adecuadas.
El 9% de los participantes tienen hijos; con mínimo un hijo y máximo cuatro. El 18,9% (290/1538) de las mujeres afirma haber estado embarazada alguna vez y de estas el 61,4% (178/290) haber tenido un embarazo no deseado. De este mismo grupo de mujeres el 43,8% (127/290) afirma haberse practicado un aborto, con un 65% (82/127) practicados de manera clandestina y un 35% (45/127) guiado por un profesional de la salud.
Salud sexual y reproductiva
El 41% de los estudiantes asistió por los menos una vez cada tres años a consulta de salud sexual, ya sea preventiva o curativa.
Sobre las ITS el 6,3% de los estudiantes dice haber tenido una o varias con un total de 214 respuestas, de las cuales el 27,1% correspondieron a candidiasis vaginal, 22,4% virus de papiloma humano, 19,6% vaginosis bacteriana, 10,7% herpes genital, 9,8% gonorrea, 2,3% tricomoniasis, 2,3% clamidiasis, 2,3% sífilis, 1,4% balanitis, 0,9% VIH y 0,9% virus del molusco contagioso. Del total de personas que refieren haber tenido ITS, el 86,2% (151/175) recibió algún tipo de tratamiento, el restante 13,8% no (Tabla 2).
Aunque 175 estudiantes recibieron el diagnóstico de ITS, un mayor número (423) ha consultado por síntomas relacionados con este tipo de infecciones; el 11,6% de ellos en la institución prestadora de servicios de salud (IPS) a la cual se encuentra afiliado, el 2,3% en droguerías y el 1,3% en la división de salud de la Universidad del Cauca; el 83% (351/423) considera que la atención recibida fue buena. El 37,7% del total de estudiantes considera que su entorno social e institucional no le ofrece los recursos necesarios para orientarse y atender las temáticas relacionadas con salud sexual y reproductiva.
El 36% de los estudiantes considera tener un nivel óptimo de conocimiento respecto a ITS, el 83,8% un nivel intermedio (representado por puntaje de 2, 3 y 4 puntos en una escala de 1 a 5) y el 2% un nivel muy deficiente.
Respecto a la citología; de las 1.538 mujeres el 48,6% se la ha realizado alguna vez, 87,3% (652/747) obtuvo resultado normal, el 7,8% anormal y un 5% no lo recuerda. La frecuencia de realización de la citología varió entre una vez al año y una vez cada 4 años. El 43,6% (574/1317) de las mujeres que manifestaron ya haber iniciado vida sexual, no se han practicado una citología. El 15% (230/1538) de las mujeres refirió no saber cuál es la utilidad de la citología cérvico-uterina y el 39% no conocer sobre las causas del cáncer de cuello uterino.
Al consultar sobre el uso del condón el 90,8% (2188/2409) de quienes ya iniciaron vida sexual refieren con seguridad saber usarlo, y 75,1% (1810/2409) usarlo durante las relaciones sexuales, ya sea durante toda la relación (1491/1810), solo al inicio (156/1810) o al final de la intimidad (163/1810).
El 27,1% de los estudiantes considera tener un nivel óptimo de conocimiento sobre planificación familiar, el 68% un nivel intermedio (representado por puntaje de 2, 3 y 4 puntos en una escala de 1 a 5) y el 4,9% un nivel muy deficiente.
Consumo de tabaco, alcohol y sustancias psicoactivas (SPA)
Del total de estudiantes, el 15,2% manifestaron consumir tabaco, un 56,1% alcohol y el 2,9%, SPA; siendo en los tres casos, más frecuente el consumo en el grupo de hombres. Respecto a la frecuencia de consumo de tabaco, alcohol y SPA, 132, 65 y 80 respectivamente, los consumen más de una vez por semana. De los 2.409 estudiantes que ya han iniciado vida sexual, 59,7% respondieron a la pregunta: ¿ha tenido relaciones sexuales bajo los efectos del alcohol o de SPA?, y de estos el 69% (992/1438) respondieron afirmativamente (Tabla 3).
Condiciones de riesgo (sexuales, de consumo de alcohol y de consumo de SPA) con el embarazo no deseado
En este último apartado, se incluyeron los datos de 290 estudiantes de sexo femenino, que habían estado al menos una vez en embarazo, de las cuales en 178 de los casos al menos uno de los embarazos fue no deseado (tabla 4). Al comparar la relación entre el tipo de embarazo (no deseado/deseado) y algunas condiciones de riesgo, se encontró que la prevalencia de embarazo no deseado fue 1,55 veces en quienes iniciaron su vida sexual antes de los 18 años, comparado con quienes iniciaron su vida sexual a los 18 años o después (IC95% 1,15-2,07, p = 0,001); 1,48 veces en quienes tuvieron 2 o más parejas sexuales el último año, comparado con quienes tuvieron solo una pareja (IC95% 1,25-1,75, p = 0,000); 1,45 veces en quienes no se sienten capaces de tomar decisiones adecuadas en sus relaciones sexuales o solo se siente capaces algunas veces, comparado con quienes sí se sienten capaces (IC95% 1,23-1,7, p = 0,001); 1,46 veces en quienes consumen alcohol una o más veces por mes comparado con quienes no consumen o consumen esporádicamente (IC95% 1,21-1,75, p = 0,005); 1,55 veces en quienes consumen SPA una o más veces por mes comparado con quienes no consumen o consumen esporádicamente (IC95% 1,31-1,83, p = 0,000); 1,55 veces en quienes han tenido relaciones sexuales bajo el efecto del alcohol o SPA comparado con quienes no (IC95% 1,31-1,83, p = 0,000).
Discusión
La aplicación de la encuesta a los estudiantes universitarios permitió el acercamiento a la descripción de las características sociodemográficas, académicas, de salud sexual y reproductivas y de consumo de alcohol y SPA, así como explorar algunos factores que podrían relacionarse con el embarazo no deseado. Históricamente, desde la salud pública se ha intentado “intervenir” los factores considerados de riesgo a la vez que relacionarlos con características sociales, culturales y del comportamiento de los sujetos; sin embargo, la literatura refiere que las intervenciones sin considerar el contexto no son eficientes cuando se trata de entender los factores perjudiciales a partir de prácticas y comportamientos que de alguna manera deben ser intervenidos 30,31.
Sobre la vida sexual y gestación, la mayoría de los encuestados dijo haber iniciado relaciones sexuales con una mediana de edad de 16 años lo cual de manera similar se reportó en estudios recientes realizados en Colombia 32,33. Otros autores reportaron los 10 años como promedio de inicio de la vida sexual 31; al respecto, estas prácticas tempranas son consideradas de riesgo, porque se ha encontrado que entre más temprano se inicie la vida sexual se incurre en conductas riesgosas y con mayores tasas de embarazos no deseados, que para el presente estudio registró una relación estadísticamente significativa al comparar el embarazo no deseado con el inicio de la vida sexual antes de los 18 años, dato que se correlaciona con los hallazgos realizados en otros grupos de estudiantes universitarias de Colombia y Ecuador 33-35.
En muchos casos, según lo reporta la literatura, los embarazos no deseados, llevan a prácticas de abortos clandestinos aumentando las tasas de morbilidad y mortalidad en la población joven. Al respecto algunos países de América Latina muestran altas cifras de embarazos, abortos y partos en adolescentes, lo cual además se registra como una tendencia ascendente en países de bajos recursos, y de estos, en estratos socioeconómicos bajos los cuales se han definido como determinantes de riesgo socioculturales y políticos en los cuales los programas de prevención de embarazo en adolescentes tienen políticas débiles y poco efectivas para el control 36.
Sumado a lo anterior se ha descrito que dentro de estos determinantes de riesgo se encuentran la influencia del ambiente y del contexto social que restringe la autonomía de la joven con relación a la sexualidad; al respecto el presente estudio describió una relación estadísticamente significativa sobre el riesgo de embarazo no deseado para aquellas jóvenes que no se sienten capaces de tomar decisiones en sus relaciones sexuales. De la misma manera se encontró que quienes tuvieron dos o más parejas en el último año presentaron 1,48 veces más probabilidad de tener un embarazo no deseado que aquellas que indicaron haber tenido solo una pareja; lo anterior, se da con la pobre o nula educación en planificación familiar, lo cual de manera similar se describe en el presente estudio, en el cual un porcentaje considerable manifiesta que la institución universitaria no les ofrece los servicios necesarios para una buena prevención en temas de salud sexual 13.
Sobre ITS y VIH, algunos jóvenes refieren haber padecido infecciones genitales como candidiasis, virus del papiloma humano, vaginosis, herpes genital, gonorrea, clamidiasis, sífilis, virus del molusco contagioso y en menor porcentaje VIH, distinto a otros estudios que reportan cifras menores de ITS y VIH para este grupo etéreo 33; sin embargo y según Ministerio de Salud en Colombia, cada hora se diagnostican diez ITS o VIH y el grupo más afectado es el de 15 - 35 años, siendo mayor la vulnerabilidad en jóvenes de 10 - 19 años, por ser los más propensos a asumir prácticas de riesgo en relación a lo mencionado 32,37. El haber reconocido su padecimiento frente a las ITS evidencia algún conocimiento en relación a los síntomas y microorganismos que los producen; al respecto, la mayoría indicó tener un conocimiento intermedio sobre éstas, a pesar que la Encuesta de Demografía y Salud indica que el conocimiento que tienen los jóvenes sobre estas infecciones es óptimo 32, definiendo que la causa de padecerlas no tendría relación con el conocimiento que de hecho se imparte desde la escuela, sino el cómo enfrentarlas, es decir, en el cómo prevenirlas y esto hace referencia específicamente a la práctica consistente del uso del condón. Al respecto, la mayoría de los estudiantes que ya iniciaron vida sexual refieren con seguridad usarlo y saber usarlo, pero un porcentaje de estos indicó usarlo solo al inicio y otros solo al final de la relación, similar a lo reportado en otros estudios, donde no se usa de manera consistente en las relaciones sexuales 2,38, solo unos cuantos usan el condón y no se reconoce como estrategia efectiva para evitar el contagio y otros problemas 31,39, aumentando los riesgos en temas de sexualidad.
Los estudiantes encuestados manifiestan principalmente consumir alcohol, pero de la misma manera, aunque en un porcentaje más bajo indican consumir tabaco y SPA. Algunos estudiantes manifestaron consumir SPA al menos una vez por semana; de manera similar en otros estudios se indica que un porcentaje considerable de jóvenes que consumen alcohol los predispone al consumo de tabaco y SPA 31; se señala además que el consumo de drogas motiva y lleva a la búsqueda de experimentación en temas sexuales 2, de hecho algunos de los estudiantes del presente estudio manifestaron haber tenido relaciones sexuales bajo el efecto de alcohol y SPA, variable que tuvo una relación estadísticamente significativa con la prevalencia de embarazo no deseado.
Las estimaciones obtenidas en esta investigación solo aplican a los participantes y no es posible generalizar a la totalidad de la población universitaria, dado que solo participaron un porcentaje de los estudiantes. Adicionalmente, este estudio ofrece una aproximación a la identificación de la prevalencia de condiciones de riesgo en estudiantes universitarios, así como la relación de estos con el embarazo no deseado. Dado el carácter descriptivo de la investigación no es posible identificar factores de riesgo, ni hablar de causalidad, por la ausencia de medición de temporalidad, pero sí es posible plantear hipótesis respecto a ciertas condiciones que podrían estar favoreciendo un resultado no deseado, condiciones que en la mayoría de los casos no dependen solo del estudiante, sino del entorno y de las condiciones de vida.
Se espera que esta investigación pueda continuar con estudios específicos para cada condición que incluyan estimación de riesgos, así como estudios cualitativos que permitan una aproximación hacia el sentir de los estudiantes y sus expectativas en torno a la sexualidad, la educación y el apoyo que reciben al respecto.
Conclusiones
El estudio mostró condiciones que pueden favorecer problemas relacionados con la salud sexual y reproductiva de los jóvenes universitarios. Permitió identificar la alta prevalencia de condiciones no deseadas en estudiantes universitarios, tales como desconocimiento sobre aspectos básicos en salud sexual y reproductiva, enfermedades de transmisión sexual, consumo frecuente de alcohol y SPA, lo cual pone en manifiesto la necesidad de reforzar la educación sobre el cuidado y manejo adecuado de situaciones de riesgo, ya conocidas.
Sobre el embarazo no deseado se encontró que tiene relación estadísticamente significativa con diferentes variables tales como el inicio temprano de la vida sexual, el número de parejas sexuales/año, el consumo de alcohol y PSA y la falta de autonomía para la toma de decisiones en temas de sexo y sexualidad; hallazgos que pueden considerarse como oportunidades para mejorar el diseño e implementación de las intervenciones en salud pública en el ambiente universitario, especialmente en temas de salud sexual y reproductiva las cuales deben incluir el conocimiento de las prácticas sociales y culturales de los jóvenes, y de este modo intervenir los riesgos y favorecer aquellas que podrían considerarse como protectoras, de tal manera que sean evaluadas y reconocidas como intervenciones permanentes de salud pública, oportunas, efectivas y eficientes.