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Revista Colombiana de Reumatología
Print version ISSN 0121-8123
Rev.Colomb.Reumatol. vol.19 no.2 Bogotá Apr./June 2012
ARTÍCULO DE REVISIÓN
Papel de la enfermedad periodontal en el desarrollo de entidades inflamatorias de etiología autoinmune: implicaciones clínicas y desafíos terapeúticos
Role of periodontal disease in the development of autoimmune inflammatory entities clinical: implications and therapeutic challenges
Wilson Bautista Molano1, Sonia R. Unriza Puin2, Juan Carlos Munevar2
Gloria Lafaurie2, Rafael Raúl Valle Oñate1
María Consuelo Romero Sánchez2
1Grupo Espondiloartropatías. Servicio de Reumatología e Inmunología. Hospital Militar Central. Bogotá, Colombia.
2Unidad de Investigación Básica Oral. Universidad del Bosque. Bogotá, Colombia.
Correspondencia: Wilson Bautista Molano: wbatu@hotmail.com
Los autores declaran no presentar ningún conflicto de interés al momento de la redacción del manuscrito.
Recibido: 15 de febrero de 2012. Aceptado: 30 de mayo de 2012.
Resumen
Durante la última década el área de conocimiento relacionada con la patogénesis de infecciones odontogénicas y su posible asociación con enfermedades sistémicas ha sido de gran interés. Patógenos periodontales que ingresan al torrente sanguíneo se encuentran implicados en efectos patológicos sistémicos y esto ha llevado al desarrollo de la Teoría de Infección Focal, que se basa en la correlación fisiopatológica entre periodontitis crónica y ciertas enfermedades autoinmunes.
La artritis reumatoide, como enfermedad inflamatoria, se caracteriza por sinovitis persistente, destrucción del cartílago y del hueso. Su etiología es incierta, pero ciertos microorganismos pueden jugar un papel importante en la pérdida de autotolerancia y desarrollo de autoinmunidad. P. gingivalis puede estar comprometida en la amplificación de la respuesta inmune en individuos susceptibles genéticamente. Surge, entonces, el concepto de medicina periodontal como una disciplina que integra dichas asociaciones.
Palabras clave: infección focal, dental, periodontitis crónica, inflamación, artritis reumatoide.
Summary
During the last decade the knowledge related to the pathogenesis of odontogenic infections and their possible association with systemic diseases has been of great interest. Periodontal pathogens that enter to bloodstream are involved in systemic pathological effects. The Focal Infection Theory is based on the pathophysiology correlation between chronic periodontitis and the development of certain autoimmune diseases.
Rheumatoid arthritis as inflammatory disease is characterized by persistent synovitis and destruction of cartilage and bone. The etiology is uncertain, but some microorganisms may play important role in the lack of self- tolerance and the consequent development of autoimmunity. P. gingivalis may be involved in amplifying the immune response and induction of the disease in individuals with genetic susceptibility. Therefore, the concept of periodontal medicine as a discipline to integrate these associations has emerged.
Key words: focal infection, dental, periodontitis, inflammation, arthritis rheumatoid.
Introducción y antecedentes históricos
Ha tomado cerca de 300 años el desarrollo del concepto de infección e inflamación de la cavidad oral como factor de riesgo para patologías sistémicas. De acuerdo con O'Reilly & Claffey, una revisión publicada en el año 2000, en 1674 Leeuwenhoek describe el hallazgo de microorganismos con un microscopio rudimentario analizando muestras de raspado dental. Posteriormente, Robert Koch, en 1876, postula la teoría del germen y enfermedad, que sugiere que las bacterias pueden causar enfermedad; finalmente, Edward Jenner, Joseph Lister y Louis Pasteur complementan dicha teoría1.
Sin embargo, no es sino hasta 1879 que Willoughby D. Miller (1853-1907), graduado del Colegio Dental de la Universidad de Pensilvania, toma los postulados de Koch y estudia la microflora de la cavidad oral, varios trabajos fueron publicados en la época. Uno de ellos titulado “The human mouth as a focus of infection” proponía el papel de microorganismos orales y sus productos en el desarrollo de varias enfermedades en órganos distantes de la cavidad oral, incluyendo abscesos cerebrales, enfermedades pulmonares, gastrointestinales e infecciosas2. De forma simultánea, en Londres, William Hunter luego de conocer el trabajo de Miller, utiliza el concepto de sepsis oral como causa de enfermedad sistémica3. Publica su trabajo “Papel de la Sepsis y Antisepsis en Medicina” en 1911 en Lancet, e inicia la era de la teoría de la infección focal4.
A partir de ese momento, se acentúa en la práctica clínica la remoción de piezas dentales como forma de prevención y, posteriormente, como manejo de diversas enfermedades sistémicas. En 1922 era rutinaria la realización de amigdalectomías y exodoncias, puesto que estos tejidos se consideraban una fuente importante de infección y, por lo tanto, de alteración del estado de salud, a tal punto que clínicos de la época manejaban a los pacientes con diagnóstico de artritis inflamatorias con extracciones dentales5.
En 1938, Cecil y Angevine publican un estudio en el cual incluyeron 200 pacientes con artritis a quienes se les removieron todas las piezas dentales. Los autores describen que ninguno de los pacientes presentó mejoría clínica e inclusive tres pacientes presentaron deterioro de los síntomas articulares. Un editorial en Dental Cosmos, de ese mismo año, sugería que el concepto de infección de la cavidad oral como etiología de enfermedad era irracional6.
Adicionalmente, en 1952, un editorial de American Medical Association mencionaba que la remoción del foco de infección no necesariamente trataba o prevenía enfermedades. Por tanto, con los hallazgos disponibles hasta el momento, surgía la necesidad de ofrecer un nuevo enfoque al concepto de infección de la cavidad oral y su relación con enfermedad7.
Desde la década de los cincuenta hasta finales de los ochenta hubo poco interés científico en el desarrollo del concepto de salud oral y salud sistémica. En 1989 Mattila y cols., reportan en el British Medical Journal que pacientes que ingresaban a los servicios de urgencias con eventos coronarios agudos presentaban un alto índice de enfermedades orales tales como gingivitis, periodontitis y problemas endodónticos8,9. Estos resultados centran nuevamente la atención y el foco de investigación en esta área con el fin de establecer una nueva mirada dirigida a analizar la relación existente entre enfermedad oral y condiciones sistémicas10.
La presente revisión recoge la evidencia actual respecto al papel que tiene la enfermedad periodontal y periodontitis crónica en la iniciación de la vía patogénica de entidades articulares inflamatorias. Se realizó una búsqueda en Medline (Pubmed) utilizando los siguientes términos MESH: «periodontal disease», «periodontitis», «arthritis», «rheumatoid arthritis» y «ankylosing spondylitis», sin límite de años de búsqueda. Posteriormente, mediante búsqueda manual se ampliaron las fuentes dentro de las bibliografías de las referencias originales.
Fisiopatología de periodontitis crónica
En años recientes, el concepto de infección focal ha sido modificado y se basa en la correlación existente entre periodontitis crónica y enfermedades sistémicas. En este escenario, en 1996, en el World Workshop in Periodontics se introduce el término de medicina periodontal11, y en julio de 1998, el Colegio Americano de Periodontología inicia esfuerzos educativos dirigidos a concientizar a la población acerca de la prevención de infecciones orales y su predisposición para el desarrollo de enfermedades sistémicas12,13.
La enfermedad periodontal corresponde a un grupo de enfermedades bacterianas inflamatorias que afectan los tejidos de soporte del diente: encía, ligamento periodontal, cemento y hueso alveolar. La periodontitis se caracteriza por una pérdida de inserción del ligamento periodontal al cemento que lleva a la formación de bolsas periodontales, resorción de hueso alveolar, recesión gingival, migración dental, abscesos y, finalmente, pérdida del diente. La gingivitis es un evento reversible, es la inflamación del tejido gingival alrededor del diente el cual no causa pérdida del tejido de soporte cuando se trata con buena higiene oral y tiene un buen pronóstico; sin embargo, si ésta no es tratada puede progresar a periodontitis14.
La causa de estas condiciones inflamatorias es la placa dental. En 1 mm3 de placa dental que pesa aproximadamente 1 mg, se estima que se encuentran presentes más de 108 unidades formadoras de colonias -UFC- de bacterias y más de 400 especies de esos depósitos se han aislado. En condiciones normales, la microbiota oral y la respuesta inmunológica local se encuentran en equilibrio, lo cual permite el mantenimiento de la integridad periodontal. Sin embargo, modificaciones de las condiciones medioambientales, reducción de la proporción de bacterias benéficas con un incremento de bacterias periodontopatógenas de naturaleza anaerobia y deficiencias inmunológicas del huésped pueden alterar dicho equilibrio y generar patología15. Hasta la fecha se ha establecido asociación de enfermedad periodontal con los siguientes microorganismos: Porphyromonas gingivalis, Prevotella intermedia, Treponema denticola, Tannerella forsythia, Campylobacter rectus, Aggregatibacter actinomycetemcomitans, Eubacterium timidum, Eubacterium nodatum, Fusobacterium nucleatum y Micromonas micros16.
Infección periodontal y enfermedades sistémicas
Patógenos periodontales, junto con sus toxinas tales como enzimas citolíticas y lipopolisacáridos, tienen acceso al torrente sanguíneo a través del epitelio ulcerado o comprometido de la bolsa periodontal. En el tejido gingival inflamado se producen varios mediadores inflamatorios, tales como: factor de necrosis tumoral alfa (TNF-α), interleucina 1 β, prostaglandina E2 , interferón γ, y proteínas de fase aguda como la proteína C reactiva (PCR) y el amiloide A sérico (AAS), entre otros, los cuales ingresan al torrente sanguíneo y contribuyen a la carga inflamatoria global.15
Varios estudios han demostrado que los microorganismos presentes en la bolsa periodontal ingresan continuamente al torrente sanguíneo por bacteremia debido al estado inflamatorio gingival. Por tanto, la exposición sistémica a este tipo de patógenos, sus toxinas y mediadores inflamatorios pueden determinar consecuencias patológicas en diferentes órganos y sistemas. Estudios epidemiológicos han establecido asociación entre periodontitis crónica con enfermedad cardiovascular17, diabetes17, osteoporosis17, síndrome metabólico18, enfermedades neurodegenerativas19 y artritis reumatoide20.
Periodontitis crónica como factor de riesgo en artritis reumatoide: asociación etiológica
La periodontitis crónica y la artritis reumatoide son desórdenes inflamatorios crónicos caracterizados por erosión, reabsorción ósea y producción de citocinas proinflamatorias. La prevalencia de la enfermedad periodontal en pacientes con artritis reumatoide es cercana a dos veces comparada con la población general. De Pablo y cols., analizando 4.461 individuos mayores de 60 años (103 con diagnóstico de artritis reumatoide), encontraron mayor frecuencia de edentulismo (OR: 2.27), y periodontitis (OR: 1.82) en el subgrupo de artritis reumatoide luego de ajustar según edad, sexo y tabaquismo21.
Mercado y cols., encontraron que la escala de severidad de periodontitis en pacientes con artritis reumatoide se correlacionaba con la velocidad de sedimentación globular (VSG), proteína C reactiva, conteo articular inflamado y con el índice utilizado para evaluar la limitación funcional en artritis reumatoide, HAQ (Health Assesment Questionnaire score)22. Así mismo, en cuanto a progresión radiológica, la destrucción articular del carpo en artritis reumatoide se asoció con resorción alveolar (p<0.001). El autor concluye que existe evidencia con asociación significativa, la cual sugiere que los individuos con enfermedad periodontal moderada a severa se encuentran el alto riesgo de desarrollar artritis reumatoide o viceversa. De igual forma, propone que dicha asociación puede ser el reflejo de una disregulación común subyacente de la respuesta inflamatoria en dichos individuos22,23.
La prevalencia reportada de periodontitis es altamente variable y en la población norteamericana es de alrededor del 4,2%24. Estudios epidemiológicos, consistentemente, han evidenciado que la prevalencia de la enfermedad periodontal se incrementa (cerca de dos veces en promedio) en pacientes con artritis reumatoide25. P. gingivalis, T. denticola y T. forsythia son algunas bacterias del grupo Gram negativas que hacen parte de la biopelícula bacteriana en el surco gingival y se han asociado con el desarrollo y progresión de la periodontitis26. Niveles de anticuerpos dirigidos contra P. gingivalis se han correlacionado con títulos de anticuerpos antipéptido citrulinado cíclico (anti CCP), especialmente del tipo IgM y IgG, lo cual ha postulado a esta bacteria periodontopática como un candidato medioambiental atractivo iniciador en el desarrollo de la artritis reumatoide27.
Citrulinación de autopéptidos-neoantígenos
Dentro del paradigma etiológico de la artritis reumatoide, un agente medioambiental puede activar una reacción autoinmune en un individuo genéticamente predispuesto. El hallazgo de autoinmunidad dirigida específicamente contra la citrulina puede ser la clave para el entendimiento de las interacciones genes-medio ambiente y, por tanto, la causa de la enfermedad28,29.
La citrulinación es la conversión enzimática de peptidil-arginina a peptidil-citrulina, una modificación postraduccional catalizada por una familia de enzimas peptidil-arginina deiminasas dependientes de calcio (PADs)30. El papel de la autoinmunidad dirigido de manera específica contra la citrulina en artritis reumatoide ha llevado a la hipótesis propuesta por Rosenstein, en la cual P. gingivalis, bacteria con mayor asociación con la periodontitis, expresa una enzima con actividad de amino deiminasa (PAD) similar a la comprometida en la etiología de artritis reumatoide31. La asociación probablemente es causal, basada en la hipótesis en la cual la infección por P. gingivalis reduce la tolerancia a antígenos citrulinados y que un antígeno en particular -α-enolasa citrulinada- es central en la iniciación de la vía patogénica del desarrollo de la artritis reumatoide30,31.
La arginina es un aminoácido hidrofílico con carga positiva frecuentemente encontrado en la superficie de proteínas, donde participa con interacciones iónicas con las cadenas laterales de aminoácidos y forma puentes de hidrógeno estables entre el péptido y las cadenas laterales de otros aminoácidos. Estas características lo constituyen en un aminoácido importante en la organización tridimensional de proteínas y en la interacción con otras moléculas biológicas. Por tanto, modificaciones postraduccionales de la arginina pueden alterar la estructura proteica tridimensional y potencialmente exponer epítopos previamente ocultos al sistema inmune. La deiminación (citrulinación) de las cadenas laterales de arginina (peptidil-arginina) para formar peptidil-citrulina juega un papel normal en la fisiología de diferentes tejidos32.
Aunque la citrulinación fisiológica de sustratos específicos ocurre en una variedad de células y tejidos en individuos sanos, la citrulinación patológica parece ser un fenómeno general asociado con inflamación, en el cual la tolerancia a proteínas citrulinadas se pierde selectivamente en pacientes con artritis reumatoide.30 A pesar de la ubicuidad de las proteínas citrulinadas, la respuesta de autoanticuerpos a proteínas citrulinadas es restringida a artritis reumatoide, posiblemente secundaria a pérdida de tolerancia32. La citrulinación aberrante se ha observado en diversas enfermedades que comprometen piel y sistema nervioso central, así como en otros procesos inflamatorios33.
La P. gingivalis es una batería Gram negativa, anaerobia, no móvil, comúnmente presente, junto con otras bacterias, en la cavidad oral, formando parte de la biopelícula subgingival y en células epiteliales orales. La periodontitis no es siempre causada por P. gingivalis, de forma inversa, la infección por P. gingivalis no siempre resulta en periodontitis; sin embargo, hay mayor frecuencia de P. gingivalis en la placa subgingival de pacientes con periodontitis comparados con individuos sin esta entidad (OR: 10)34,35. Este microorganismo tiene una gran variedad de factores de virulencia, dentro de los cuales están unas proteínas denominadas las gingipaínas que son cisteína proteasas extracelulares, implicadas en la adherencia, crecimiento, degradación e invasión tisular, además de la evasión de la respuesta del sistema inmune36,37. En humanos se ha identificado una familia de cinco enzimas PADs codificadas por cinco genes localizados en el cromosoma 1. A diferencia de la PAD-4, la cual puede trasladarse al núcleo, las demás enzimas PAD se encuentran típicamente en el citoplasma de varios tipos celulares y muestran una distribución tisular característica38.
Entre los organismos procarióticos, la actividad PAD ha sido identificada hasta la fecha solamente en P. gingivalis, por lo cual la actividad PAD puede ser más relevante para la iniciación del proceso autoinmune en un sitio distante de la articulación tal como lo es la encía. Así mismo, las PAD-2 y PAD-4 humanas son importantes en la generación de autoantígenos que perpetúan el proceso autoinmune en artritis reumatoide, una vez la tolerancia se ha perdido39.
P. gingivalis contiene un número de proteínas endógenas citrulinadas que no están presentes en otros patógenos orales comunes. Se ha documentado la citrulinación de fibrinógeno y α-enolasa humana por P. gingivalis, dependiente no sólo de PAD sino también del subgrupo gingipaínas-argininas, las cuales proteolíticamente actúan sobre los residuos de arginina de las proteínas, generando péptidos cortos con residuos de arginina en el extremo carboxilo, que son subsecuentemente citrulinados por las enzimas PAD40. Sin embargo, no existe evidencia directa del papel de P. gingivalis en el desarrollo de la artritis reumatoide. Es necesario el desarrollo de futuros trabajos que establezcan una relación más clara entre la artritis reumatoide y la periodontitis, que traten de dilucidar los mecanismos moleculares entre P. gingivalis y el proceso de citrulinación, con el fin de determinar si la antigua hipótesis propuesta -en la cual la artritis reumatoide es desencadenada por infección- es verdadera, al menos en un subgrupo de pacientes.
Citrulinación y relación con espondiloartritis
Las proteínas citrulinadas son consideradas como neoantígenos, debido a que no participan en la selección tímica de las células T. Se ha demostrado que el Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC) clase II restringido a las células T es capaz de distinguir entre péptidos citrulinados y péptidos no modificados presentados por células presentadoras de antígeno41,42. En desórdenes autoinmunes, en los cuales las lesiones inflamatorias son comunes, la citrulinación de proteínas es aparentemente un fenómeno generalizado, independiente de la asociación de genes del MHC con enfermedades específicas43.
De igual manera, se han encontrado péptidos citrulinados en tejido sinovial de pacientes con artritis reactiva, patología asociada con el alelo HLA*B27, frecuente en nuestra población, la cual forma parte de los diferentes subtipos de espondiloartritis44,45. En este grupo de enfermedades hay mayor probabilidad de presentación por el MHC de fragmentos derivados de polipéptidos citrulinados. Teniendo en cuenta lo anterior, estos péptidos modificados generan estructuras conformacionalmente alteradas presentadas en el contexto del MHC por ciertos subtipos de HLA*B27, a través de mecanismos aún no muy claros de unión al péptido46.
Por tanto, diferentes subtipos de moléculas del MHC son capaces de unirse a péptidos citrulinados específicos, sin embargo, presentan el péptido a la célula T en conformaciones distintas. Basados en estudios de datos estructurales por cristalografía, los péptidos no modificados sufren un proceso de unión a ciertos subtipos de HLA*B27 de forma opuesta. De este modo, se puede concluir, en primer lugar, que los péptidos citrulinados pueden influenciar la respuesta inmune de forma poco predecible en pacientes con artritis reactiva y, posiblemente, en espondilitis anquilosante. En segundo lugar, aproximaciones proteómicas comparativas de pacientes con espondiloartritis son necesarias para determinar enfoques terapéuticos novedosos desde el punto de vista molecular47.
Implicaciones clínicas
Es necesario que la comunidad médica se concientice de los efectos potenciales negativos de infecciones periodontales en condiciones sistémicas, las cuales deben ser diagnosticadas y tratadas a través del mantenimiento de medidas de cuidado e higiene orales. Esto implica un manejo multidisciplinario entre el clínico y el especialista en periodoncia con el fin de obtener una aproximación integral en la práctica clínica que beneficie al paciente15.
La PAD-4 ha sido ampliamente estudiada como blanco terapéutico potencial en artritis reumatoide. La inhibición selectiva de la PAD podría reducir los niveles de proteínas citrulinadas y, en consecuencia, suprimir la respuesta inmune humoral dirigida a antígenos citrulinados en artritis reumatoide. Debido a que la PAD-4 tiene funciones fisiológicas y se traslada al núcleo, los posibles inhibidores deben ser selectivos para compartimentos extracelulares u otros isotipos PAD, con el fin de evitar efectos no deseados en la transcripción génica, sin embargo, no se conoce si la localización intra o extracelular es importante en la fisiopatología de artritis reumatoide32.
Paclitaxel es un agente quimioterapéutico derivado de la corteza del árbol del pacífico (Taxus brevifolia), el cual inhibe la angiogénesis, interfiriendo con la función microtubular, mitosis, migración, quimiotaxis y transporte intracelular. En el rango milimolar inhibe a la PAD y se ha demostrado que previene la inducción de artritis provocada por colágeno48,49. Actualmente está en curso un estudio fase II, multicéntrico, de paclitaxel en pacientes con artritis reumatoide cuyos resultados están pendientes y ya existen resultados publicados de estudios fase I50.
Otros inhibidores de la PAD: F-amidina, L-ornitina y Cl-amidina, siendo este último el más potente. Los resultados muestran adecuada biodisponibilidad y el bloqueo enzimático dependiente de calcio, lo cual reviste importancia debido a que inhiben a la PAD-4 sólo en el estado activado en sitios de inflamación, tales como el sinovio, limitando notablemente la toxicidad.50 Cl-amidina inhibe la actividad clínica de la enfermedad en porcentajes que oscilan entre 55%, 53% y 42% según las dosis decrecientes en modelos de artritis inducida por colágeno, lo cual representa una terapéutica novedosa dirigida hacia la citrulinación51,52.
Knuckley y cols., utilizaron derivados de tetraciclina (minociclina, doxiciclina, tetraciclina y clortetraciclina) por su potencial de inhibir la actividad de PAD-4 en la región distal del sitio activo. La estreptomicina también inhibe la PAD-4 a través de sus grupos guanidina en el sitio activo de la enzima con gran potencia y selectividad53.
En cuanto a la inhibición de la actividad PAD de P. gingivalis, es un blanco atractivo debido a su localización en la superficie celular bacteriana. Se están desarrollando blancos terapéuticos dirigidos a residuos de arginina en el extremo carboxilo terminal independiente de calcio, con alta selectividad y poca o nula reactividad cruzada con enzimas del huésped. Futuros trabajos se encuentran encaminados a identificar la naturaleza in vivo de la PAD y sus características enzimáticas con el fin de diseñar estrategias para modular su actividad biológica54.
Conclusiones
La enfermedad periodontal corresponde a un grupo de enfermedades bacterianas inflamatorias de los tejidos de soporte del diente. La exposición sistémica a bacterias periodontopáticas, sus toxinas y mediadores inflamatorios pueden determinar consecuencias patológicas en diferentes órganos y sistemas.
La periodontitis crónica y la artritis reumatoide son desórdenes inflamatorios crónicos caracterizados por erosión ósea y producción de citocinas proinflamatorias. Pacientes con artritis reumatoide tienen una más alta frecuencia de enfermedad periodontal avanzada comparados con la población general, y un gran número de estudios han mostrado la asociación entre las dos enfermedades.
P. gingivalis, el agente causal más asociado a la periodontitis, se ha postulado como probable agente etiológico en artritis reumatoide. La asociación, probablemente, se basa en la hipótesis de que la infección por P. gingivalis reduce la tolerancia a antígenos citrulinados los cuales tienen un papel importante en la iniciación de la vía patogénica del desarrollo inflamatorio de la artritis reumatoide.
Es necesario concientizar, tanto a la comunidad médica como odontológica, de los efectos potenciales negativos de las infecciones periodontales en condiciones sistémicas, las cuales deben ser diagnosticadas y tratadas a través de medidas de higiene oral. Debe hacerse énfasis en la importancia del estado periodontal en el curso, desarrollo y actividad clínica de los pacientes con artritis reumatoide y espondiloartritis. Esta área de potencial desarrollo y estudio, de la relación entre infección y el desarrollo de enfermedad autoinmune, se está convirtiendo en el pilar de varias investigaciones por grupos de impacto internacional, tanto en periodoncia como en reumatología.
Actualmente, la inhibición de la PAD de P. gingivalis es un blanco terapéutico de gran interés debido a su localización en la superficie celular bacteriana. Se espera a futuro identificar la naturaleza in vivo de las PAD y sus características enzimáticas con el fin de diseñar estrategias para modular su actividad biológica.
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