Biotipología y biocracia
En la decepcionante realidad europea que sobrevino tras la Gran Guerra, el hombre fue una figura cultural intensamente tematizada, un objeto de estudio que servia de reflejo especular para entender desde la parte el todo, para llegar desde el conocimiento del individuo al de una sociedad considerada enferma y decadente. Según esta perspectiva, que pronto pasó a integrarse a distintas versiones de la eugenesia, el hombre representaba el origen del mal y de su salvación, y cuando los tiempos requerian llevar a cabo grandes cambios, en torno a él se articuló también la virtud, identificada en la recreación de los valores humanos del clasicismo, en la heroicidad expresada durante la contienda y en su proyección futurista que permitia celebrar el advenimiento de una nueva época1.
Dentro de esta problemática ocupó un lugar destacado la biotipologia2, una rama de la eugenesia que trascendia los alcances de la Escuela Positiva a través de un nuevo léxico y formas renovadas de clasificación de las personas para constituirse, junto con las prácticas ortogénicas, correctivas de los desvios corporales de los individuos, en un instrumento para resolver los problemas biopoliticos de la nación3. Si la difusión del lombrosianismo habia sido tan grande que su implementación dejó de requerir de una formación especifica cuando la relación entre el aspecto exterior y los comportamientos pasó a inferirse con facilidad, la biotipologia instauraba una disciplina basada en un orden tecnocrático que requeria de nuevos especialistas en el campo biomédico para llevar a cabo la utopia de alcanzar un control individualizado y totalizante de las poblaciones4.
Nicola Pende5 fue el creador de la biotipologia italiana6 y el responsable de que muy pronto se propagara en paises sudamericanos sobre el sustrato del fuerte impacto que tuvo en ellos la "Galaxia Lombroso"7. La biotipologia, que también abrevó en la Escuela Constitucionalista de Achille Di Giovanni y Giacinto Viola, buscaba forjar un "hombre nuevo" para un "Estado nuevo", entendiendo al arte y la ciencia como factores consustanciales en la definición de un estereotipo influyente en estrategias de indole politica, cultural y racial8. Retomando arquetipos creados en el humanismo aquella gestó un marco interpretativo que integró la biologia celular, el conocimiento endocrino, el organicismo católico y una esencialista celebración de la raza que llevó a Roma a la cúspide de la civilización. Dentro de esa diversidad, el neohipocratismo servia de amalgama entre el pasado y el presente a través de criterios que podian verse reflejados en representaciones artisticas del cuerpo humano. Si en Los cuatro apóstoles Alberto Durero habia traducido al arte la teoria hipocrática y galénica de los humores y temperamentos9, la biotipologia deconstruia esa representación gestando su propia clasificación de individuos. Asi, del humoralismo se llegaba al "hormonismo moderno", donde el saber endocrino se conjugaba con el constitucionalismo para conformar los pilares en los que se apoyaba el biotipo humano10, puesto que a Los cuatro apóstoles les correspondian los cuatro biotipos fundamentales establecidos por Pende desde la morfologia, la antropometria, la fisiologia diferencial, la endocrinologia constitucional y la psicologia11. Cada biotipo representaba caracteristicas eficaces para tareas bien delimitadas y era el biotipólogo el encargado de estudiarlas para detectar "el justo lugar" que un individuo debia ocupar dentro del organismo social12.
Pende fue el principal propagandista de la eugenesia en Sudamérica a partir de 1930 cuando, a la importante difusión de su teoria, anadió un plan que tuvo un fuerte impacto en metrópolis como Buenos Aires y Rio de Janeiro. Pero además existieron otros espacios de producción de conocimiento que cabe integrar dentro de la eugenesia latina13, como el que en Francia propugnó hacer de la eucracia un programa de gobierno en el que fueran privilegiadas las cualidades biológicas, por lo cual devino en la noción de biocracia. Se trató asi de una corriente de pensamiento que alcanzó su máxima expresión con Alexis Carrel14 y su libro L'homme, cet iconnu (La incógnita del hombre), publicado en 1935 e inmediatamente convertido en best seller por una enorme difusión a la que favoreció la simultánea edición en inglés y la aparición por partes en Readers's Digest (Selecciones)15. Habia sido anteriormente el psiquiatra francés Edouard Toulouse, quien impulsó la biocracia, entendiéndola como un sistema basado en la valoración de la desigualdad biológica y social para priorizar un orden sustentado en las aptitudes psicotécnicas de cada individuo y en la aceptación de la misión social asignada por esas mismas aptitudes para alcanzar asi la eucracia16.
Las ideas de Toulouse, y del campo en el que se inscribieron, permearon el texto de Carrel, integrándose a una visión holista, atravesada por la obsesiva exaltación de la decadencia y la degeneración de las sociedades modernas17. El holismo invocado se traducia en una libre recreación de aspectos de la doctrina de Pende, para anadirle alusiones a medicinas alternativas, homeopatia, tratamientos fitoterapéuticos y una filosofia del pesimismo que realzaba los perjuicios de la civilización moderna. El mal denunciado y la salvación, ofrecidos por Carrel, recayeron circularmente en la figura del hombre, en tanto estereotipo que podia proyectarse socialmente para proveer de ejemplos colectivos con una clara formulación: la creación del Instituto del Hombre. De hecho para Carrel, Francia debia promover la "ciencia del hombre" al capitalizar avances como los alcanzados por Pende en su Instituto de Génova18.
Carrel era una figura reconocida mundialmente por desarrollar técnicas de trasplantes que le valieron la obtención del Premio Nobel en 1912. De formación católica y con fuertes inquietudes espiritualistas no habia incursionado aun en la eugenesia, aunque nunca ocultó su rechazo a la democracia por considerarla una falaz abstracción incapaz de reemplazar a las leyes de la naturaleza. Sin embargo, La incógnita del hombre pasó en poco tiempo a constituirse en una referencia ineludible para eugenistas de todo tipo de orientación y en un emblema para quienes aspiraban proyectar internacionalmente la cultura francesa.
Asi, la biotipologia y la biocracia se constituyeron en grandes utopias biomédicas de la década de 1930, fundadas en importantes intertextualidades y en un insistente objeto central que era forjar el "hombre nuevo". Pende la sustentó desde un soporte cientifico que comprendió la elevación de su instituto a un plano modélico. El suceso de Carrel, en cambio, reposó en un best seller, donde su instituto era solo un proyecto. Los grandes puntos en común que ambos poseian, también dieron lugar a disputas por el liderazgo sobre el mundo latino, a través de dos expresiones de la eugenesia orientadas por Italia, en un caso, y Francia, en otro, para articular una noción de latinidad que permitiera desplegar su supremacia cultural y politica sobre Sudamérica.
La eugenesia latina y su despliegue en Sudamérica
Las inquietudes raciales que afloraron en la Europa de entreguerras no tardaron en empalmarse con las de Sudamérica, sobre todo luego de que el crac de 1929 derivara en golpes de Estado llevados a cabo en Argentina y Brasil que favorecieron el despliegue de la eugenesia en la región. En Argentina, el 6 de septiembre 1930 fue destituido el presidente Hipólito Yrigoyen (1852-1933) por el general José F. Uriburu (1868-1932), quien recobraba asi el poder para los más tradicionales sectores oligárquicos, anadiendo la novedad de pretender instaurar un régimen corporativo a imagen y semejanza del que existia en Italia. Para quienes compartian esta mirada, el golpe también fue entendido como una oportunidad para llevar a cabo acciones que en democracia eran más dificiles implementar. Si, por caso, para el arquitecto suizo-francés Charles-Édouard Jeanneret (Le Corbusier) se abrieron las expectativas de que un año después de pasar por Buenos Aires fuera contratado con el fin de llevar a cabo un plan urbanistico19; para el médico argentino Gregorio Aráoz Alfaro se habia terminado con las trabas que impedian implementar la eugenesia en su pais20. Y, efectivamente, esto último comenzó a tomar forma con notable celeridad a raiz de la colaboración diplomática que Italia prestó al Gobierno de facto facilitando la oportuna visita de Pende a Buenos Aires21. Su llegada acicateó la conforma-ción de una sociedad de eugenesia local liderada por el médico Arturo R. Rossi, que serviria de punta de lanza para promover la biotipologia y el fascismo en Sudamérica. En un breve lapso Rossi creó importantes espacios que incrementalmente acompanaron el desarrollo de la eugenesia (la Asociación Argentina de Biotipologia, Eugenesia y Medicina Social y el Instituto Biotipológico en 1932, los Anales de Biotipología en 1933 y la Escuela de Biotipologia en 1934), y fue ungido por Pende como el responsable regional de un plan de expansión de la eugenesia y la latinidad bajo directivas emanadas desde el Instituto de Génova.
Por su parte, el golpe de Estado en Brasil del 3 de noviembre de 1930 llevó a la presidencia a Getúlio Vargas (1882-1954). Los cambios politicos supusieron la institucionalización del autoritarismo aunque también, y a diferencia de lo ocurrido en Argentina, trajeron consigo una ampliación de derechos para franjas sociales relegadas por la tradicional configuración oligárquica que habia tenido el pais, con medidas que incluyeron especialmente la expansión de las áreas de educación y salud. De hecho, Brasil careció de un Ministerio de Educación hasta que en 1930 fue creado para pasar a funcionar conjuntamente con el área de Salud Pública. Asimismo, la cuestión racial impregnó los contenidos del varguismo, que tomó debida nota de las discusiones del primer Congreso Brasileno de Eugenesia en 1929. Presidido por Edgard Roquette Pinto, director del Museo Nacional de Rio de Janeiro22, alli se presentaron estudios raciales que integraron antropologia, medicina y criminologia, y estimularon una inquietud que prosiguió con pocos cambios en las décadas siguientes23. Subyacia en ella un velado interés por evitar que la abolición de la esclavitud en 1888 y el fin de la monarquia en 1889 supusieran una profunda alteración del orden social, algo que ya habia motivado el surgimiento de la primera Sociedad de Eugenesia sudamericana en 1918 bajo el liderazgo de Renato Kehl y la apoteosis del blanqueamiento en torno al centenario de la independencia en 1922, con una exposición que intentó mostrar al mundo el ingreso de Brasil a la modernidad.
Para ello fue demolido el morro do Castelo, la montana en la que se erigió el núcleo fundacional de Rio de Janeiro en 1567, y que, por haberse convertido en el refugio habitacional de los más pobres, en torno a 1900 pasó a ser visto como el foco de una "mala vida" que ponia en riesgo a toda la sociedad24. Esto motivó que el prefecto, Carlos Sampaio, se empenara en extirpar ese "diente putrefacto", aquella "verruga monstruosa" que afeaba el bonito rostro de la "ciudad maravillosa"25. De aquel gesto fáustico emergia la exposición de un Brasil blanco y abierto al futuro26, que también dio un lugar preeminente a intelectuales como Francisco José de Olveira Vianna, para quien la única solución al problema racial era el blanqueamiento por medio de una inmigración europea que privilegiara una "colonización inteligente"27. También Jeca Tatu28 fue puesto en escena como contracara de la población idealizada de brasilenos europeizados y blancos que aparecian en imágenes, publicidades y filmes29. Y dentro de ese clima de ideas, en 1923, el diputado por el estado de Minas Gerais, Fidelis Reis, elaboró un proyecto para impedir la inmigración que afectara "la formación étnica de la nacionalidad", identificando el mal en la llegada de negros y asiáticos, ante lo cual recibió el apoyo de figuras como el propio Oliveira Vianna30.
Con la llegada de Vargas al poder se reavivó la discusión en torno a la eugenesia, de la que él mismo se habia ocupado siendo estudiante de Derecho, cuando abordó los impedimentos matrimoniales debido a que, como sostenia, la unión sexual entre degenerados favorecia el decaimiento de los organismos y el debilitamiento de la especie31. Puesta en debate la cuestión racial, la degeneración por "cruzamientos indebidos" y los limites a la acción preventiva de la higiene en ciertos grupos sociales, nació en 1931 el primer gabinete de identificación nacional32, que dos años más tarde fue elevado al rango de Instituto, bajo la dirección de Leonidio Ribeiro y la orientación ideológica de la escuela constitucionalista y biotipológica italiana. Su antecedente habia sido el gabinete biotipológico del doctor Juvenil Rocha Vaz, introductor de las ideas de De Giovanni, Viola y Pende en Brasil. Más tarde, Ribeiro convocó a Waldemar Berardinelli y a otros asistentes de Rocha Vaz para conformar con Arthur Pereira Ramos el Instituto de Identificación, también llamado Laboratorio de Biotipologia y Antropologia Criminal. Entre sus miembros estaba Afrânio Peixoto, quien trasladó las expectativas depositadas en la función eugénica que cumpliria el Instituto para evitar mestizajes a los propósitos del I Congreso Nacional de Identificación celebrado en 1934 en Rio de Janeiro y San Pablo33.
La eugenesia también permeó los debates por la nueva Constitución sancionada en julio de 1934, desde la Comisión Central de Eugenesia fundada por Renato Kehl y a la Comisión de Selección Inmigratoria, integrada también por Kehl junto a Edgard Roquette Pinto y Oliveira Vianna, para proponer una enmienda a la Constitución que el Congreso Nacional aprobó en 1935. A través de estos espacios se introdujeron normas sobre matrimonios y el establecimiento de cotas raciales que en adelante afectaron el ingreso a Brasil de japoneses y judios, y complementaron asi el impedimento establecido sobre el arribo de negros34.
También en 1934, y por otras vias, cobró un fuerte impulso el desarrollo de la eugenesia en la región. Ese año Pende propuso aunar la difusión de su ciencia con la expansión politica del fascismo en Sudamérica, articulando su interés con el de Benito Mussolini por convertir esa parte del mundo en un espacio para promover una intensiva colonización cultural. Con el acuerdo del Duce, Pende encargó a Rossi y sus epigonos la organización en Buenos Aires de un gran Congreso Internacional Latino, con la presencia de veintinueve naciones, divido en tres secciones (ciencia, bellas artes y ciencias aplicadas), en lo que seria "para la Italia fascista el primer reconocimiento por parte de América Latina de la preponderancia que de ahora en adelante debe tener Roma en la dirección cultural de las naciones latinas"35. En contrapartida, Roma seria la sede de la súper universidad latina.
Con la misión de comprometer la presencia de colegas brasilenos al Congreso Internacional Latino que se celebraria el 12 de octubre de 1936 en Buenos Aires, la delegación argentina encabezada por el psiquiatra Gonzalo Bosch llegó a Rio de Janeiro en agosto de 193436. El principal anfitrión fue el psiquiatra Antonio Austregesilo, quien confirmó su participación en el evento de 1936 representando al respectivo Ateneo local que se creó bajo su presidencia37. Bosch también se reunió con miembros de la escuela constitucionalista y biotipológica brasilera, entre ellos Waldemar Berardinelli y Gerbert Perissé, corresponsales de los Anales de Biotipología, Eugenesia y Medicina Social; los referentes de la biotipologia criminal, Leonidio Ribeiro, Isaac Brown y R. João Mendonça; y de la Liga de Higiene Mental, Afrânio Peixoto, Ignacio Cunha Lopes y Waldemar de Almeida. Respaldando esa integración, el presidente argentino, Agustin P. Justo (1876-1943), dirigió el 7 de septiembre de 1934 un mensaje radiotelefónico al pueblo brasileno, donde se centró en el rol común que ambos paises debian cumplir como "representantes de la raza latina"38. Como contrapartida, Vargas visitó Buenos Aires, donde contribuyó a estrechar los vinculos científicos entre Argentina y Brasil, especialmente en el campo de la medicina constitucional y biotipológica39.
El Ministerio del Hombre en Río de Janeiro
La biotipologia se afirmó en el Brasil de Vargas en medio de debates sobre la identidad nacional que interpelaron las caracteristicas étnicas, raciales y culturales deseadas para el pais. El blanqueamiento sustentaba una perspectiva de jerarquia racial mucho más fuerte que el "mito de la democracia racial" derivado de la obra de Gilberto Freyre, y al que reforzaron medidas de selección eugénica de inmigrantes que priorizaban a los europeos como los mejores tipos antropológicos para conformar la nación40.
El tema halló resonancia en el Ministerio de los Negocios de la Educación y Salud Pública desde que, en 1934, pasó a conducirlo Gustavo Capanema. En efecto, católico nacionalista de Minas Gerais, Capanema asumió un protagonismo politico que iba a la par de la instalación de ese estado y su capital, Belo Horizonte, en un lugar expectante dentro de una disputa de poder interurbana mantenida entre Rio de Janeiro y San Pablo41. Capanema era una figura polifacética, en la que una clara idea racial coexistia con el extendido vinculo mantenido con las vanguardias artisticas, a las que convocó para impulsar la modernización del Ministerio a su cargo. El Ministerio pasó a administrar desde las colonias de leprosos y sanatorios de tuberculosos hasta la Fundación Oswaldo Cruz, especializada en enfermedades tropicales, además de las principales instituciones educativas, entre ellas la Escuela Nacional de Educación Fisica creada para satisfacer las orientaciones eugénicas de la reforma escolar42.
Todas estas acciones demandaron nuevos medios administrativos y acentuaron la necesidad de crear un edificio que centralizara las funciones y sintetizara el espiritu de su gestión. Para eso Capanema acunó la denominación de "Ministerio del Hombre", figura retórica connotativa de una acción dirigida a "preparar, componer y poner en valor al hombre del Brasil"43, dentro de un proyecto fundado en la certeza de que la educación resolveria los males raciales de la nación44. Su plan tuvo interminables derivaciones culturales y politicas que afloraron desde el momento en el que se formuló la pregunta clave: icómo debia ser el hombre brasileno? Alli radicaba un problema por el que discurria una profunda reflexión acerca de la nacionalidad. Las primeras medidas que adoptó Capanema, entre abril y junio de 1935, fueron convocar al concurso para la realización del edificio del Ministerio y contratar al italiano Marcello Piacentini para proyectar la ciudad universitaria de Rio de Janeiro, basándose en su reciente experiencia en la ciudad universitaria de Roma.
Con relación al Ministerio, Capanema destacó la voluntad de reforzar los ideales modernizadores del estado con una obra que debia ser una senal hacia el futuro. Incluso, el predio destinado a la realización anadia más elementos simbólicos por integrar un sector del demolido morro do Castelo, cuya resultante explanada hasta el mar, que alojó la mencionada Exposición del Centenario de 1922, luego se convirtió en el centro administrativo de la ciudad, consolidando asi una intervención que fue vista como un verdadero "laboratorio eugénico"45. Alli, justamente, se emplazó el nuevo plan de Capanema que vendria a profundizar el ideal modernizador desatado en la década anterior. Pero si las reformas urbanas requeridas por la Exposición de 1922 posibilitaban disponer del sitio para levantar el "Ministerio del Hombre", de la Semana del Arte Moderno lanzada en San Pablo para poner en crisis los paradigmas intelectuales y estéticos que aquel evento exacerbaba irrumpieron notables intelectuales que en la década siguiente confluyeron también en el proyecto modernizador de Capanema. Por caso, seguirian ese itinerario, Mario de Andrade, luego director del Instituto Nacional del Libro y Carlos Drummond de Andrade, jefe de gabinete del ministro. El punto en común que tenian los cultores de una y otra perspectiva cultural, social y estética radicaba en una percepción de lo nacional que defendia la eliminación de las partes en favor del conjunto. Este criterio que no dudaban en exponer los modernistas, sustentaba las ideas autoritarias y cientificistas que justificaban y legitimaban al papel tutelar que asumió el Estado desde 193046.
El plan que comenzaba por levantar el "Ministerio del Hombre" tuvo un primer contratiempo en el resultado que arrojó el concurso convocado para ese fin. Se impuso Archimides Moreira con un trabajo que para Capanema resultaba "aberrante" por haber sido proyectado en estilo marajoara, es decir inspirado en la civilización precolombina que se desarrolló en la isla de Marajó. Este proyecto iba precisamente en el sentido opuesto a las ideas de Capanema, quien no queria que este emblema del Estado simbolizara culturas pretéritas, sino precisamente a la civilización que las habia retirado de la historia, como lo habia hecho antes con el morro do Castelo. Capanema impulsaba el blanqueamiento de la sociedad desde una gestión al frente del Ministerio, iniciada en coincidencia con la avanzada de los biotipólgos argentinos que llevaron a Brasil el mensaje de Pende y sus estrategias de irradiación del poder cientifico. De hecho, pronto surgieron iniciativas que reconocian la influencia de Italia, como la creación de la Dirección de Protección a la Maternidad y la Infancia, que emulaba la institución inaugurada por Mussolini en 1925, dentro de la misma orientación que llevó a contratar a Piacentini para proyectar la ciudad universitaria.
Y, precisamente, Piacentini fue uno de los técnicos consultados en marzo de 1936 que desaconsejó a Capanema realizar el proyecto ganador del concurso del Ministerio porque, más allá de las cuestiones estéticas, poseia también importantes problemas funcionales.
El episodio que siguió fue largamente analizado en la historia del arte y la arquitectura, donde se destacó la sensibilidad de Capanema y su compromiso con las vanguardias, con lo cual quedó un tanto eclipsada la cuestión racial que sobrevoló en sus ideas en todo momento. Entre los participantes desclasificados del concurso se hallaba Lúcio Costa, un continuador del espiritu que animó a la Semana del Arte Moderno, y a quien el ministro recurrió para encargarle directamente la obra, en la que comenzó a trabajar junto a otros jóvenes arquitectos (Carlos Leao, Affonso Reidy, Jorge Moreira, Ernani Vasconcellos y Oscar Niemeyer). Costa también convenció al ministro de invitar a Le Corbusier para que dirigiera el equipo de trabajo conformado. Además de Le Corbusier y los jóvenes arquitectos brasilenos, Capanema encargó a Cándido Portinari la realización de los murales, a Burle Marx las tareas paisajisticas y puso especial énfasis en la realización de una importante estatuaria dentro de la cual prevaleceria la estatua que vendria a simbolizar la función del ministerio de "modelar el hombre de Brasil"47.
Bajo las cualidades arquitectónicas de Costa subyacia, además, una veta que sintonizaba muy bien con la del ministro. Poco antes de celebrarse el Congreso Brasileno de Eugenesia, se habia declarado "pesimista sobre la arquitectura y el urbanismo en general" debido a que:
Toda arquitectura es una cuestión de raza. Cuando nuestra nación es esa cosa exótica que nosotros vemos en las calles, nuestra arquitectura será inevitablemente exótica (...). Si la crianza es buena el gobierno es bueno, la arquitectura será buena. Nuestro problema básico es la inmigración selectiva. El resto es secundario.48
Pero aun habiéndose establecido el control de la inmigración, el problema enunciado persistia, por lo que el dilema de Costa sobre cómo producir buena arquitectura en un mal ambiente seguia vigente. Fue entonces Le Corbusier quien proporcionó la forma de destrabar ese dilema desde el mismo marco de enunciación, es decir, pensando eugénicamente. La llegada de Le Corbusier a Rio de Janeiro trajo algunos cambios de importancia. Regresó tras la estadia en 1929 cuando propagandizó sus nuevas ideas arquitectónicas en distintas ciudades de Sudamérica con la expectativa de encarar grandes trabajos en esta región. Desde entonces, pensaba en la creación de una federación latina que colocara a Francia por encima de Italia en la disputa por las relaciones con América Latina49, y su reaparición en la esfera pública brasilena representaba también la oportunidad para producir ese reposicionamiento cultural.
Al mismo tiempo se dieron por terminadas las tareas que cumplian Piacentini y su epigono, Vittorio Morpurgo, porque no seria la ciudad universitaria de Roma el modelo cultural a seguir. Aunque bajo nuevos lineamientos, a través de Le Corbusier se reavivó el protagonismo que tuvieron arquitectos franceses en el desarrollo urbano de Rio de Janeiro con la actuación de León Jaussely y especialmente de Alfred Agache hasta 1930. Y en la disputa por colocarse al frente de la latinidad, Le Corbusier se exhibia como el portador de una precisa teoria del hombre, aquella que podia traducir a la arquitectura el pensamiento eugénico de Alexis Carrel. Coincidentemente, se produjo la desactivación del plan que Pende habia impulsado en la región a través de sus seguidores en Argentina para organizar una red latina liderada desde Italia. Con la anexión de Etiopia que le permitió al Duce proclamar la instauración de un imperio, el foco de interés del fascismo se concentró en el Mare Nostrum, hecho que se acentuó en medio de la condena internacional y las sanciones económicas recibidas. Las propuestas lanzadas en Sudamérica pronto se vieron desfinanciadas y asi el Congreso de Cultura Latina previsto para ser inaugurado en Buenos Aires el 12 de octubre de 1936 fue suspendido, como también la súper universidad que desde Roma habria de monitorear la red eugénica latina. Los Ateneos representativos de cada pais, como el que Austregesilo abrió en Brasil, pronto se diluyeron. El camino estaba despejado para que Rio de Janeiro recibiera otra propuesta eugénica.
En este contexto tan favorable, Le Corbusier se presentó públicamente como el intérprete de Carrel en las conferencias que dictó, comenzando con sus alusiones al necesario "renacimiento del cuerpo humano", algo que implicaba un cambio fisico pero antes espiritual y moral que solo podia ocurrir cambiando el ambiente. Le Corbusier buscaba ahora profundizar a través de Carrel una orientación holistica y biocrática que inició en Paris junto al médico Pierre Winter. Asi, llegó a manifestar que de su estancia en Rio de Janeiro esperaba poder avanzar en la realización de "un libro que fuera un eco" de La incógnita del hombre50.
El hombre brasileno
Desde el primer boceto que realizó del Ministerio, Le Corbusier instaló un elemento estético que se mantendria en forma invariable a lo largo de los sucesivos anteproyectos realizados en la explanada del morro do Castelo. Nos referimos a la estatua del hombre brasileno. Ella estaba ya en la propuesta realizada en julio de 1936 sobre un terreno longitudinal que Le Corbusier escogió y requirió a las autoridades para llevar a cabo la obra. Y la misma estatua presidió el segundo anteproyecto, concluido el 13 de agosto de 1936, para el predio originariamente previsto, tras habérsele denegado el terreno solicitado.
La estatua, como la concibió Le Corbusier, perduró aún durante los posteriores cambios introducidos hasta seguir dominando el centro de la escena en el proyecto definitivo que tuvo su "patio del hombre brasileno".
Fuente: Le Corbusier y Pierre Jeanneret, Oeuvre complète, vol. 3 (1934-1938) (Zurich: Les Éditions Girsberger y Willy Boesiger, 1953).
Esa estatua que Le Corbusier dibujó y sus colegas brasilenos mantuvieron en todas las propuestas contenia rasgos bien marcados: era un hombre primitivo, no un ario. Retomaba en ello bocetos del viaje anterior a Rio donde retrató a los habitantes de un pueblo disvaloso, a los ojos del propio Le Corbusier, y sobre el cual sólo el ambiente modificado por la arquitectura podria ejercer su función mejoradora. La impronta de Carrel y vertientes francesas proclives a pensar la eugenesia desde el ambientalismo lamarckiano, subyacia en estos planteos que destrababan el argumento paralizante de Costa: antes que resignarse a que una raza determinara la calidad de la arquitectura, seria una buena arquitectura la que mejoraria las condiciones raciales.
Fuente: Le Corbusier y Pierre Jeanneret, Oeuvre complète, vol. 3 (1934-1938) (Zurich: Les Éditions Girsberger y Willy Boesiger, 1953).
Fuente: Fondation Le Corbusier (FLC), Paris-Francia. Société des auteurs dans les arts graphiques et plastiques (ADAGP), Sección: Oeuvre. Fondo: Architecture. Projects - Ministère de l'Education Nationale et de la Santé, 1936.
Capanema aprobó la propuesta general en todos los términos y solo reparó en las dimensiones de la estatua del hombre, requiriendo que ellas fueran respetadas en la concreción definitiva. Tendria 12 metros de alto, estaria sentada en una posición que, aunque fuera similar a la del Pensador de Rodin, debia transmitir una sensación distinta, "de calma, de dominio, de afirmación"51. Quizás de melancolia, uno de los cuatro temperamentos creados por Galeno, entendido por neoplatónicos como una prueba de genialidad y máxima creatividad asociadas a la arquitectura. Seria un bloque monolitico de granito y tendria también "algo de parecido con los colosos de Menon, en Tebas o con las estatuas del templo de Amon, en Karnak"52, imágenes que en Le Corbusier resonaban desde su viaje de juventud a Oriente. Capanema encargó la obra al escultor Celso Antonio Menezas por indicación de Lúcio Costa. Pero también recurrió a destacadas figuras de la ciencia brasilena para condicionar la interpretación del artista, dando cuenta del carácter performativo atribuido a las imágenes con las que biotipologia establecia criterios de normalidad, belleza y concepciones morales53. Para el ministro:
El trabajo, a ser realizado por el escultor, no será simplemente una obra de arte. Hay en él un lado cientifico importante, que es el de fijar ya no digo el tipo brasilero (que todavia no existe), sino la figura ideal que se nos sea licito imaginar como representativa del futuro hombre brasilero.54
De este modo, se dirigió a Francisco Oliveira Vianna, Edgard Roquette Pinto y a Juvenil Rocha Vaz, enviando a cada uno de ellos el siguiente mensaje:
Para la realización de esa obra, vengo a pedir su valiosa opinión. ¿Cómo será el cuerpo del hombre brasilero, del futuro hombre brasilero, no del hombre vulgar o inferior, sino del mejor ejemplar de la raza? ¿Cuál su altura? ¿Su tamaño? ¿Su color? ¿Cómo será su cabeza? iLa forma de su rostro? ¿Su fisionomia? Estamos, sin dudas, en el terreno de las hipótesis. iPero no son las hipótesis un esfuerzo de la ciencia?55
Para Oliveira Vianna, el problema a resolver oscilaba en torno al grado de pureza aria que debia ser contemplado. Hacia falta reflejar al hombre europeo que llegó al Brasil, pero no solo a través de los tipos resultantes del blanqueamiento por la evolución arianizante de la sangre mezclada de las principales corrientes migratorias, sino también contemplando a los representantes de todas las otras razas europeas presentes en el pais, ya fueran las de colonos fijados o sus descendientes56. Roquette Pinto respondió que los análisis antropológicos que venia realizando desde hacia 20 años demostraban que existian, "además de tipos mal caracterizados y raros, dos tipos blancos dominantes (leucodermos); tres tipos mulatos diferenciados (phaiodermos); dos tipos caboclos (xanthodermos); dos tipos negros (melanodermos)"57. Según esta clasificación los tipos se distinguian por el color de la piel obedeciendo el nombre de cada uno a ese rasgo fundamental. Y entre esas categorias identificadas, pretendiendo alcanzar una solución ideal, Pinto escogia una rama situada dentro de los leucodermos, la que conformaba al moreno que era el blanco mejor aclimatado al pais. Luego fundamentaba esa preferencia en que hacia ese biotipo del blanco con rasgos morenos "se orientaba la evolución morfológica de los elementos raciales de Brasil (...), hacia él que tienden los otros tipos, incluso mulatos y caboclos"58. Destacaba su predominancia en la población general, ya que, según senalaba, eran blancos el 51 % de la población, mulatos el 22 %, caboclos el 11 % y negros el 14 %, y anticipaba que ese predominio aumentaria hasta ser abrumador en un plazo más o menos largo59. Anteriormente, ya habia expuesto una progresión estadistica por la que calculó que para el año 2012 ya no habria negros en Brasil y en ese momento la población blanca alcanzaria al 80 % de la población60. Por esa razón desaconsejaba recurrir a biotipos llamados a desaparecer y llegaba a precisar aún más las caracteristicas del "hombre brasilero" que, además de ser blanco, debia medir 1,63 metros, poseer 81 de indice cefálico y 68 de indice nasal61.
Rocha Vaz explicaba que el problema de las razas estaba siendo estudiado con "gran rigor" por la escuela constitucionalista y biotipológica italiana que, además de Pende, integraban Viola, el sacerdote Mario Barbara y Piero Benedetti. Siguiendo la metodologia de trabajo de esa escuela, concluia que el blanco era el tipo más frecuente en Brasil y especialmente el más homogéneo en la región central del pais, pudiéndose considerar entonces a ese como el futuro hombre brasileno, con los siguientes caracteres morfológicos: altura 1,66 a 1,70 metros; peso 60 a 65 kg; cabellos lisos y color oscuro del iris, tendencia a la braquicefalia y a la normotipia del rostro62.
Con las respuestas recibidas, Capanema decidió crear una comisión para verificar la concordancia entre los patrones raciales indicados cientificamente y la escultura que estaba siendo realizada por Celso Antonio. Aunque existieran ciertas discrepancias, habia coincidencias fundamentales con la propia idea de Capanema en que se expresaran las virtudes masculinas de virilidad, fuerza y coraje a través de una europeidad que indicara que esa era la raza del futuro de Brasil63. Esas coincidencias alcanzadas no podian quedar a merced de nuevos debates, por eso se rechazó la intervención de "notabilidades mundiales" en la comisión, "pues el examen a ser hecho versará principalmente sobre la identificación del proyecto con el tipo racial brasilero que se pretende fijar, y solamente especialistas nacionales podrán hacerlo"64.
Mientras avanzaban los estudios sobre la representación del hombre brasileno, la politica nacional aceleraba la orientación autoritaria del varguismo, tras ser disuelto el Congreso Nacional y promulgarse en noviembre de 1937 otra Constitución de la cual Capanema fue uno de sus principales animadores. Comenzaba ahora el "Estado Novo", que también tuvo en Oliveira Vianna a uno de los ideólogos65 de aquello que era presentado como una verdadera encarnación de la nacionalidad que evitaba la fragmentación66, y, dentro de los cambios implementados, precisamente salia fortalecida el área reorganizada bajo la designación de Ministerio de Educación y Salud.
Los cambios, que también dieron impulso a las estrategias de homogeneización racial67, enmarcaron el inicio de las obras del edificio, mientras la forma de la estatua era aún una incógnita. Ella comenzó a develarse cuando Celso Antonio hizo pública su idea de representar al hombre brasileno desde una identificación con la cultura indigena. Con esta definición no era necesario ya conformar una comisión para verificar si cumplia con los patrones raciales promovidos, puesto que el propio escultor se jactaba de haberlos rechazado. Se pensó entonces reemplazar a Celso Antonio a partir de la organización de un concurso para el cual fue convocado un jurado compuesto por Roquette Pinto, Mario de Andrade, José Octavio Correia Lima, Carlos Leao y Cándido Portinari68. Si Roquette Pinto llevaba una autorizada voz de los biotipólogos, Cándido Portinari era portador de ideas estéticas y politicas que podian poner en peligro el plan de Capanema69. Finalmente el concurso no fue convocado, evitándose asi que pudiera reeditarse la frustrada experiencia anterior, cuando fue premiado un proyecto "marajoara" para el edificio del Ministerio.
En febrero de 1938 Capanema recurrió a la persuasión que podia ejercer sobre el artista Mario de Andrade, quien en Macunaíma (1928) habia creado en torno a un indigena la figura de una suerte de arquetipo negativo. El ministro le expresó el problema suscitado debido a que "el escultor insiste en dar a su trabajo un carácter distinto al que estaba en nuestros propósitos"70. Las controversias también llegaron a la prensa. El periodista Paulo Filho recordó la simpatia que Silvio Romero expresaba por el mestizaje y senaló que de sus ideas podia desprenderse que la figura perfecta y definitiva de un biotipo que representara lo nacional, no está fijada. Ella seria, tal vez, el resultado un de proceso evolutivo de dos o tres siglos. Partiendo del papel fundamental del blanco en el proceso civilizatorio, Romero, en vez de lamentarse por la "barbarie del indigena y la inepcia del negro", buscaba soluciones originales: la salida frente a la situación deteriorada del pais se hallaba en el mestizaje y era sobre el mestizo -como producto local, mejor adaptado al medio- donde recaian sus esperanzas71. El mestizaje seria el resultado de la lucha por la supervivencia de las especies, e invertia la forma en que se utilizaban los modelos evolucionistas sociales al sostener que a la raza más fuerte no se llegaria por su selección sino por el cruzamiento de blancos, negros e indios72.
Paulo Filho visitó el atelier de Celso Antonio y reportó los motivos por los que aquel se resistia a aceptar los condicionamientos "científicos". El escultor rechazaba la exigencia de darle a la obra un carácter ario puro, tan exacto y riguroso como lo eran las mediciones de los biotipólogos que el ministro convocó. En cambio pretendia modelar el hombre que conocia desde el Amazonas al Rio Grande do Sul, no el inmigrante, sino un habitante autóctono. Frente a esto Capanema manifestó que no concebia "una obra de arte sin belleza y verdad" y por esa razón le resultaba "repugnante el mestizo de trazos duros y labios prominentes" que estaba creando Celso Antonio73. Si la estatua debia poner de manifiesto el proceso por el cual la educación convertiria a los brasilenos en blancos y fuertes, hombres dignos de un brillante futuro, las formas imaginadas por Celso Antonio reunian todo lo que se esperaba dejar atrás74. Otra nota periodistica adheria a la postura de Capanema senalando que seria "una ofensa a la belleza y a la verdad, porque además de la fealdad no expresaria una realidad sino una absurda inquietud de Celso Antonio, por querer ensanchar su esdrújula preferencia por nuestro aborigen para personificar nuestra actualidad racial"75.
Para zanjar estas disputas Celso Antonio también apeló al presidente de la nación, Getúlio Vargas quien, en su libro A Nova Política do Brasil abordaba la formación etnográfica del hombre brasileno. Sin embargo, las controversias no se detuvieron debido a que la voz normativa de los biotipólogos volvió a alzarse para desautorizar el emprendimiento. Ante una nueva consulta de Capanema por la estatua del hombre brasileno, Roquette Pinto introdujo otro cuestionamiento en la categórica respuesta que cerró el debate: "Pienso que el hombre brasileño debe ser representado en la posición de quien marcha... iSentado? Nunca"76. Esa imagen del hombre estaba asociada a la acción, al movimiento. Seguramente se aproximaba mucho más a los atletas semidesnudos del Stadio dei Marmi del foro Mussolini, creado en 1934 en Roma y donde Pende examinaba a los estudiantes77, que a la celebración de la melancolia.
Epílogo: el Ministerio sin su "hombre" y los "ecos de Carrel"
El 3 de octubre de 1945 el edificio del Ministerio de Educación y Salud quedó inaugurado, tras una ceremonia en la que hizo uso de la palabra Roquette Pinto. Para el antropólogo, el Ministerio representaba "la disciplina espiritual; sin la cual no hay educación ni ensenanza, ni salud, ni fuerza, ni riqueza". Todo ello resumia las acciones que debian promoverse para generar una necesaria asimilación del inmigrante:
En el pasado, Brasil fue punto de encuentro y mestizaje de los tres tipos biológicos de la especie humana. En ningún punto de la tierra tantos blancos, amarillos y negros se reunieron. En el futuro va a ser punto de encuentro de todos los pueblos. Pero permanecerá brasileno en el futuro como lo fue en el pasado, debido a la incuestionable fuerza nacionalizadora de un entorno natural dominante y un entorno social que es el más humano que existe en el planeta78.
Roquette Pinto mantenia sus viejas preocupaciones por los efectos disgregantes de la diversidad racial, proyectando al futuro la solución a esos males por medio de la asimilación de entidades menores a una entidad mayor que debia ser el brasileno blanco. El celo con el que sostuvo esta idea y su influencia sobre Capanema, quedaron reflejados en un edificio que dispuso de su "patio del hombre brasileno", sin la correspondiente estatua, puesto que su sentido no habia sido debidamente interpretado por el arte. En cambio, el edificio si contó con esculturas de la mujer brasilena, prefiguradas en los primeros bocetos de Le Corbusier y Lúcio Costa y llevadas a cabo por el propio Celso Antonio con las mismas caracteristicas fisicas con las que infructuosamente intentó realizar al hombre brasileno. Alli podian advertirse las licencias artisticas toleradas para plasmar a la mujer, mientras el problema cientifico fundamental quedaba reservado al hombre, tematizado por Pende y Carrel, y convertido en un cualificado objeto de estudio para la fijación de precisos patrones de normalidad racial por la eugenesia.
Solo unos pocos dias después de la inauguración del Ministerio que concretaba una de las mayores aspiraciones del Estado Novo, el régimen de Vargas en Brasil fue depuesto por militares que integraban su propio entorno. El transcurso de la Segunda Guerra Mundial también trastocó los planes de las figuras europeas más influyentes en los debates sudamericanos en torno a la cuestión racial durante la década de 1930. Después de inaugurar su fastuoso instituto biotipológico dentro de la E42 -el vasto complejo que Mussolini impulsó para celebrar el veintenio del ascenso al poder-, Pende no logró sustraerse al impacto de la caida del fascismo79.
Carrel, por su parte, alcanzó a ver creado su anhelado instituto del hombre tras la ocupación de Paris por el nazismo y el surgimiento del régimen instaurado por el Mariscal Pétain. Asi nació, a fines de 1941, la Fundación Francesa para el Estudio de los Problemas Humanos, conocida como la "Fundación Carrel", que en poco tiempo produjo un importante número de investigaciones sobre las consecuencias de la guerra y propuestas eugénicas focalizadas en los problemas de la natalidad y los necesarios cambios ambientales para mejorar sus indices. Uno de los integrantes fue Le Corbusier quien, junto a François De Pierrefeu, publicó en 1942 La vivienda del hombre, obra concebida como un "eco de Carrel"80. Pero tras la liberación de Paris, en agosto de 1944, la "Fundación Carrel" llegó a su fin. Carrel fue apartado de sus investigaciones y poco después falleció.
La culminación de esta experiencia no supuso para Le Corbusier un cambio de orientación en su carrera, y sus inquietudes decantarian en una imagen normativa del hombre que disenó y denominó con el nombre que le dio a su siguiente publicación: Le Modulor (1948). Con manos demasiado grandes y una cabeza pequena, el "Modulor" también fue un curioso canon para el hombre blanco construido desde la evocación a las caracteristicas primitivas que observó en aquellos "seres exóticos de Brasil"81. El "Modulor" recreaba la representación del hombre brasileno que no pudo plasmarse en el Ministerio de Educación y Salud de Rio de Janeiro y que seguia siendo un emblema del primitivismo demandante de una acción transformadora del eugenismo ambiental para civilizarlo. El "Modulor" era un nuevo "eco de Carrel", en tanto representación que venia a completar un debate eugénico abierto en la década anterior sobre la función del estereotipo en las sociedades modernas. Ya no como instrumento modelador de la raza deseada a partir de un criterio predictivo, sino como expresión de lo disvalioso que, desde su representación, identificaba aquello que ponia de manifiesto las necesarias transformaciones en el medio que debian llevarse a cabo para que la eugenesia prosperara.