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Anuario de Historia Regional y de las Fronteras

Print version ISSN 0122-2066

Anu.hist.reg.front. vol.19 no.1 Bucaramanga Jan./June 2014

 


William Walker y los
frontereños en el norte de la
Baja California, 1853-1854

Mario Alberto Magaña Mancillas. Historiador, Magister en Estudios de Población, Doctor en Ciencias Sociales. Instituto de Investigaciones Culturales-Museo de la Universidad Autónoma de Baja California, Mexicalli, México. Correo electrónico: alberto.magaa@uabc.edu.mx

Fecha de recepción: 30/01/2014 Fecha de aprobación: 22/04/2014



Resumen

En este artículo se presenta otra perspectiva al estudio de la expedición filibustera de William Walker al noroeste mexicano, centrándolo en el impacto que tuvo en la sociedad regional del norte de la Baja California, o conocida, en ese entonces, como frontereña. La cual era heredera de una cultura colonial tardía centrada en las misiones, con sus indios y sus soldados. Así, se explica cómo el proyecto filibustero en realidad buscaba ocupar Sonora, pero las circunstancias políticas los llevó al norte de la Baja California, especialmente por su cercanía al puerto de San Diego. Frente a esta situación, la sociedad regional se vio arrasada por la ocupación y la guerrilla de resistencia, motivando un sentimiento identitario muy fuerte, pero a un costo muy alto en aspectos económicos y demográficos.

Palabras clave: filibusteros, rancheros, historia regional, identidad regional, frontera.


William Walker and the Frontereños in
Northern Baja California, 1853-1854

Abstract

This article presents a different perspective to the study of William Walker filibustering expedition to northwest Mexico, centering on the impact it had on the regional society of northern Baja California, or known, then, as frontereña. This was heir to a late colonial culture focused on missions with his Indian and his soldiers. Thus, explains how the project actually filibuster on occupying Sonora, but political circumstances brought them to northern Baja California, especially because of its proximity to the port of San Diego. In this situation, the regional society was devastated by occupation and guerrilla resistance, encouraging a strong sense of identity, but at a very high cost in economic and demographic aspects.

Keywords: filibusters, ranchers, regional history, regional identity, frontier.


Referencia para citar este artículo: MAGAÑA MANCILLAS, Mario Alberto (2014). "William Walker y los frontereños en el norte de la Baja California, 1853-1854". En Anuario de Historia Regional y de las Fronteras.19 (1). pp 109-138.



Introducción

Este ensayo explora el impacto de las actividades filibusteras de William Walker, entre 1853 y 1854, sobre las sociedades que habitaban en el norte de la Baja California, en especial en la región de la Frontera1, una invasión que impactó la demografía y la economía de la sociedad frontereña, que era resultado del poblamiento militar y misional iniciado en 1769 y que comenzó a declinar hacia 18082. Por esto último, se inicia con un esbozo de los antecedentes históricos de la región, que en parte contribuyeron a que el efecto de la invasión filibustera fuera mayor y condicionante para el posterior devenir histórico y demográfico de los habitantes de la Frontera. Es de reconocer que se ha dejado de lado la historia de la colonización de la península de Baja California desde la primera fundación misional jesuita en 1697 hasta la independencia de México en 1821, por motivos de espacio fue necesario iniciar el relato en los antecedentes más inmediatos al periodo de estudio3.

En el año de 18224, el comandante de la frontera, alférez José Manuel Ruiz, se trasladó a Loreto para hacerse cargo del gobierno interino de la península de Baja California, y se desconoce hasta ahora quiénes fueron los que le sucedieron en el mando, salvo algunos datos que nos permiten reconstruir parte de esa historia institucional5. Para 1850, cuando el capitán Manuel Castro se encontraba en camino a establecer la colonia militar en la antigua misión del Nuestra Señora del Santísimo Rosario, por instrucciones del gobierno nacional6, el jefe político de la Baja California e inspector general de la colonia, Rafael Espinosa, le informó: "Tengo entendido que en el rancho de La Grulla en esa frontera se halla el alférez don Estanislao Armenta perteneciente a la antigua compañía presidial y como los individuos de esta clase deben refundirse en la nueva colonia militar se lo avisará usted a su llegada con el fin de que continúe prestando sus servicios en la colonia militar del cargo de usted o que pida su retiro si así le conviene"7. Lo que muestra el estrecho vínculo entre la colonización con soldados misionales entre 1769 y 1834, en el norte de la Baja California, y que algunos de ellos serán rancheros privados a mediados del siglo XIX.

Hacia octubre de 1851 se inició un conflicto por el control político administrativo de la Frontera, a través de la titularidad del mando de la colonia militar y sus recursos, entre Francisco del Castillo Negrete, recién nombrado subjefe político del Partido Norte de la Baja California, quien asimismo debía sustituir a Manuel Castro como capitán primero de la colonia militar, y José Antonio Chávez, encargado de la colonia militar por ausencia de Castro8. El conflicto llevó hasta el enfrentamiento armado en enero de 1852, resultando vencedor Chávez a la cabeza de las tropas de la colonia militar, siendo derrotado en grupo de Castillo Negrete apoyados por el alférez Andrés Pérez Vidal y el ranchero José Luciano Espinosa, dueño del rancho de Santo Domingo9.

A pesar de lo anterior, Francisco del Castillo Negrete pudo instalarse como subjefe político del Partido Norte y capitán primero de la colonia militar entre mediados de 1852 y principios de 1853. Así, Castillo Negrete tomó el mando aproximadamente un año y medio después de que Rafael Espinosa le anunció su nombramiento de capitán. Lo anterior, provocó un nuevo vacío de autoridad, ya que parte de los rancheros y colonos reconocían a Castillo Negrete como subjefe político y comandante, mientras que otros lo hacían con relación a Manuel Castro, en la persona de José Antonio Chávez.

El conflicto por el control de la colonia militar de la Frontera de la Baja California, colocó a la región en una difícil situación, que aún no estaba bajo control de ninguna autoridad cuando William Walker desembarcó en la región en noviembre de 1853. Es revelador que José Antonio Chávez escribiera a Manuel Castro el 3 de diciembre de 1853, desde San Diego, lo siguiente: "(...) la Baja California hoy día es Nueva República y que mi querido padrino [Rafael Espinoza] está en Santo Tomás como prisionero voluntario según la voz pública, a las órdenes del comandante que desembarcó hace cuatro días ocupando la Frontera. Amigo, creo que ya la cosa comenzó a llevársela el diablo"10.


Sonora, objetivo filibustero

A las anteriores circunstancias se le deben añadir que las aspiraciones anexionistas de ciudadanos estadounidenses sobre las Californias, especialmente para la Alta California, se empezaron a percibir desde de mayo a agosto de 184111. A esas intenciones tempranas se aunaron la ocupación de la Alta California durante la guerra de Estados Unidos contra México, entre 1846 y 184812. Así, en la Baja California se creía que la región se encontraba en continuo peligro de ser incorporada a los Estados Unidos, tanto por continuas declaraciones de autoridades como de ciudadanos diversos13. Además, no obstante concertada la paz entre ambas naciones con la firma del tratado de Guadalupe-Hidalgo el 2 de febrero de 1848, no fue sino hasta el 1º de septiembre de 1848 que se retiraron las tropas estadounidenses de la península, especialmente de La Paz, junto con cerca de 300 habitantes, entre ellos varios antiguos funcionarios, que prefirieron salir con el ejército extranjero que permanecer en esa región14.

Es así entendible la continua sospecha de Rafael Espinoza, cuando fue autoridad regional, de que se estaban organizando expediciones anexionistas con destino a la Baja California. Además, Espinoza debía implementar la defensa de esa parte de la nueva frontera entre México y los Estados Unidos15. Y en las "Instrucciones" que le entregaron se le hacía la siguiente recomendación: "Cuantas menos relaciones, cuanta menos comunicación haya por ahora entre nuestra California y las posesiones americanas, menos riesgo tendremos"16.
En abril de 1851, Espinoza estuvo reportando varias noticias remitidas por las diversas autoridades locales del extremo sur de la Baja California sobre posibles intentos de expediciones filibusteras17, tanto a la península como a Sonora, con base en las noticias proporcionadas por diferentes navegantes que se acercaban a las costas bajacalifornianas18. Pero lo interesante es el hecho de que algunas autoridades municipales peninsulares sintieran la necesidad de reiterar su adhesión a la república mexicana, como lo hizo el ayuntamiento de Mulegé en una carta con nueve documentos anexos que corroboran la defensa del territorio que emprendieron estos habitantes durante la ocupación estadounidense19.

En mayo de 1851, el propio Rafael Espinoza informó al gobierno nacional acerca de la expedición de Joseph C. Morehead, y que ésta "(…) venía a esta península a insurreccionarla para anexarla a los Estados Unidos y que dicha expedición, [era una] compañía de aventureros americanos, extranjeros y algunos hijos de este país"20. Fue en estas fechas que se inició un periodo de alta actividad filibustera en el noroeste mexicano, desde la encabezada por Morehead hasta la de José Napoleón Zerman21, es decir desde inicios de 1851 hasta enero de 1856. La gran mayoría de esas expediciones se organizaron en la ciudad y puerto de San Francisco, aunque poblados como Los Ángeles y San Diego, no quedaron al margen. No obstante, sólo la de William Walker tuvo un impacto directo sobre la región de la Frontera de la Baja California, y fue centrada principalmente en los poblados de Santo Tomás y San Vicente

Como se ha señalado existía toda una historia de enfrentamientos entre los bajacalifornianos y los estadounidenses desde la ocupación de la Baja California por la guerra de Estados Unidos contra México, lo que creó un sentimiento contrario a un posible anexionismo que mantenía en continua sospecha todo movimiento originado desde Estados Unidos, tanto por parte de las autoridades peninsulares como de los ciudadanos, especialmente del sur de la Baja California22. Por lo menos las principales expediciones anexionistas como la de Morehead, la del conde Gastón de Raousset- Boulbon23, y la de William Walker tenían como meta Sonora, más que Baja California, y poco interés despertaba la región de la Frontera, de ahí resulta muy interesante la decisión de Walker de desembarcar en la ensenada de Todos Santos, como lo veremos después.

Tomando en cuenta esta hipótesis, que era Sonora el objetivo de estas expediciones, resulta concordante la propuesta de Lawrence Taylor al plantear que los movimientos filibusteros estuvieron relacionados con la explotación de minerales en Sonora, antes y después del auge aurífero de California, ya que esto provocó un continuo movimiento entre las zonas mineras sonorenses y las californianas. Facilitando la comunicación de información sobre la riqueza minera sonorense, que después del decaimiento y acaparamiento de los yacimientos californianos, hacia 1854, implicó una esperanza para los cientos o miles de gambusinos desplazados que buscaban poder obtener riquezas y prosperidad24.

Así, las expediciones filibusteras y algunas otras de búsqueda de nuevos yacimientos, funcionaron como válvulas de escape sociales a los grandes conglomerados humanos que se arremolinaban en el puerto y ciudad de San Francisco, cada vez con menos posibilidades de cumplir sus aspiraciones, y de ahí que fuera este punto el principal centro de las actividades filibusteras. Como señala Robert May:

Salidos de la costa del Pacífico, el filibusterismo reclutaba llenado sus filas con los seres humanos que no obtuvieron beneficios de la gran fiebre del oro de California de 1849. A los hombres jóvenes sobre todo en San Francisco, sino también en otros lugares de la nación y los nuevos estados con frecuencia experimentaron grandes dificultades para encontrar empleo, y los que no conseguían trabajo en general, ha tenido problemas para cubrir su gastos en una economía con una alta inflación25.

Pero no solo el noroeste mexicano era objeto de especulaciones y excursiones filibusteras, desde octubre de 1851 el reino de Hawaii había estado amenazado por expediciones de filibusteros y en marzo de 1852 el comisionado estadounidense en Honolulu, Luther Severence, informó que se escuchaban continuos rumores de que grupos de filibusteros saldrían de San Francisco hacia esas islas26. Por la presión de los aventureros y gambusinos que se aglutinaban en San Francisco, Morehead "(…) fue seguido en 1852 por dos expediciones más serias de franceses, quienes habían llegado a California -demasiado tarde, la mayoría de ellos- para buscar oro"27.

En este punto, es de rescatar la hipótesis sugerida de una lectura del estudio realizado por Sucheng Chan, con respecto a las políticas y prácticas discriminatorias iniciadas por los mineros estadounidenses y británicos contra las diversas minorías étnicas y nacionales durante la fiebre de oro en California. Esta autora muestra que tanto los "hispanos" (mexicanos, chilenos, peruanos, altacalifornianos, etc.), como los franceses sufrieron actos de racismo, especialmente por el cobro del denominado Foreign Miners's Tax, que fue aplicado tanto a los "hispanos" como a los franceses. En general, estas prácticas lograron que miles de mineros de origen iberoamericano y galo tuvieran que abandonar los campos mineros californianos entre 1850 y 185228. Aunque también implicó alianzas defensivas, como se informó en 1850:

Persona fidedigna y bien relacionada, me comunica últimamente desde Mazatlán, que allí se sabe ha habido una gran mortandad en los placeres de oro de la Alta California de resultas de haberse unido los franceses con los chilenos y mejicanos contra los americanos a causa de que éstos cada día infieren muchos agravios a aquellos, y que habiendo perecido de uno y otro bando se notó que era mayor el número de los americanos29.

En los campos y pueblos mineros californianos, entre 1846 y 1850, se presentaron cientos de sonorenses y franceses, y es probable que la constante agresión por parte de los mineros estadounidenses y británicos motivara un acercamiento entre los afectados, lo que propició el intercambio de información sobre los yacimientos sonorenses y la situación sociopolítica en ese estado mexicano. Despertando el interés de diversos grupos franceses por explorar y buscar fortuna en el cercano estado de Sonora, en México.

Entre las expediciones extranjeras en busca de minerales, salidas desde California hacia Sonora, que coincidieron temporalmente y en algunos casos se articularon con las incursiones filibusteras30, están la del grupo de cerca de 50 hombres encabezados por Charles W. Churchill, Daniel M. Cook, y Hiram B. Bronson. Esta expedición partió en mayo de 1851 desde el norte de California hasta la región de Altar, por vía terrestre hacia el paso de las confluencias de los ríos Colorado y el Gila, luego se trasladó al poblado de Tucson y de ahí al Altar. Durante el verano de ese año se les unió un contingente de 19 personas, que llegó probablemente por la misma vía. En octubre de 1851, la mayoría del grupo había regresado a Los Ángeles31.

Otra expedición la integraron un grupo de 90 colonos franceses encabezados por el marqués Charles de Pindray32, que tuvieron el apoyo del vicecónsul mexicano en San Francisco, William Schleiden. Estos salieron desde San Francisco hasta Guaymas, vía marítima, donde llegaron el 22 de diciembre de 1851 y de ahí se dirigieron a Cocóspera, con la intención de establecer una colonia militar bajo los auspicios del gobierno federal y estatal que promovían la colonización con extranjeros33. "No obstante, con la llegada de 60 colonos adicionales en el transcurso de los meses subsecuentes, los franceses se empezaron a dedicar a la búsqueda de oro y plata, que constituía su verdadero objetivo". Tras el fallecimiento de Pindray, hacia mediados de 1852, poco a poco los colonos terminaron regresando a California, y otros se unieron al grupo de T.P. Saint-Marie34.

En marzo o abril de 1852, un grupo de colonos gambusinos encabezados por T.P. Sainte-Marie, con la colaboración de Pierre Charles de Saint-Amant, quien se desempeñaba como agente consular francés en Sacramento, salió del puerto de San Francisco con destino a Guaymas. Ya en Sonora, a éstos se les unieron algunos colonos de Cocóspera del "grupo Pindray", y aunque lograron descubrir algunas vetas de oro en el valle de Santa Cruz, en el norte de Sonora, eran de poca calidad de modo que desde junio hasta octubre de 1852 muchos de ellos ya habían regresado a California35.

Tras las expediciones de colonos franceses hacia Sonora realizados entre finales de 1851 y mayo de 1852, en junio de ese último año se organizó un nuevo grupo de colonos encabezados por el conde Gastón de Raousset-Boulbon, al cual también se incorporaron algunos de los franceses recién llegados del "grupo Sainte-Marie", que dieron al conde información fresca acerca de la situación en Sonora. Raousset-Boulbon y sus colonos salieron desde San Francisco hacia principios de junio, continuando su viaje hasta Hermosillo, y de ahí a la antigua misión de Sáric, que era el destino acordado con el gobierno mexicano. Es de resaltar que de junio hasta octubre de 1852, en Sonora todavía quedaban algunos de los colonos de las expediciones de Pindray y de Sainte-Marie, quienes al parecer se integraron al grupo bajo el mando de Raousset- Boulbon, mientras otros terminaron regresando a California, como lo consignaron algunas notas periodísticas36.

Hubo una serie de enfrentamientos con el gobernador Fernando Casillas acerca de las obligaciones y derechos de los colonos, además de que el citado gobernador "(…) sospechaba que Raousset fuera filibustero, en vista de que el líder francés se refería a sí mismo como el "Sultán de Sonora", y en su expedición llevaba un par de cañones de campaña. Finalmente, en octubre de 1852 el grupo de colonos franceses tomó Hermosillo por las armas, pero no logró el apoyo ciudadano. Los filibusteros tuvieron que pactar su rendición y retirarse hacia Guaymas, en donde a la mayoría se les permitió regresar a San Francisco desde Mazatlán. En cuanto al líder filibustero, "(…) debido a que sufría de disentería, permaneció en Guaymas hasta la primavera de 1853, cuando también volvió a California"37.

Por otra parte, en esas fechas y según refiere Ronald Gilliam:

Para la primavera de 1853 los dos grupos [políticos sureños de Benicia y los mineros de Auburn, ambas poblaciones en California] habían aceptado a [William] Walker como jefe de una expedición filibustera, con el título fantasioso de "Coronel del Regimiento de la Independencia". Su socio, Henry Watkins, fue nombrado segundo jefe. El 1º de mayo, [Henry A.] Crabb y algunos otros empezaron a vender bonos garantizados por tierras públicas de la futura "República de Sonora" -una legua cuadrada por $50038.

Como lo indica Robert E. May, entre 1848 y 1861, fue muy común que dos o más expediciones filibusteras de estadounidenses o de otras nacionalidades se estuvieran organizando, saliendo o atacando diferentes territorios soberanos con costas al Pacífico y al Atlántico, supuestamente en situación de desorganización o bajo gobiernos ineptos, esto desde la perspectiva de la opinión pública estadounidense y de los filibusteros39.


El caso William Walker

Entre el 1º de mayo de 1853, cuando se emiten los citados bonos y que se consideran como la formalización de la expedición filibustera encabezada por Walker, y el 8 de mayo de 1854 cuando cruzó la línea fronteriza entre México y Estados Unidos, en el área que hoy es la ciudad de Tijuana, y se entregó al mayor Justus McKinstry y al capitán Henry S. Burton, se puede dividir la historia de este movimiento filibustero en la Baja California en tres etapas temporales: 1) del 1º de mayo al 17 de octubre de 1853, que es la etapa de los preparativos; 2) del 17 de octubre al 29 de noviembre de 1853, cuando se realizó el intento de invasión al sur bajacaliforniano; y 3) del 29 de noviembre de 1853 al 8 de mayo de 1854, que corresponde a la invasión del norte de la Baja California.

Durante la primera etapa resulta interesante el viaje, en el bergantín Arrow, tanto de Walker, como del hijo de Watkins, James L. Springer y de otros acompañantes desde San Francisco hasta Guaymas (11 de junio al 23 de julio). Los navegantes se dirigían a Sonora con el supuesto propósito de realizar trámites para obtener la autorización y terrenos para fundar una colonia en ese Estado. Sin embargo, las noticias del proyecto filibustero y sus bonos ya habían llegado a las autoridades de Sonora, y los estadounidenses quedaron en custodia en el puerto, mientras las autoridades regionales definían su situación40. Tiempo después, el grupo fue liberado y durante su trayecto de regreso a San Francisco, acompañados del barco Carolina, los viajeros hicieron una escala en el puerto de La Paz, lo que al parecer le permitió a Walker conocer de primera mano las características, las actividades y medidas de protección del citado puerto y capital peninsular.

El 9 de septiembre de 1853 ya se encontraban todos ellos de vuelta en San Francisco. A partir de este momento se intensificó la difusión del proyecto filibustero por medio de noticias periodísticas en diarios como San Francisco Herald, Alta California y New York Herald41. Estrategia que Walker mantuvo sobre todo a partir de la retirada de La Paz. En general podemos decir que muchos de los decretos y notas informativas emitidas por la "administración" filibustera estaban dirigidos en realidad a lectores estadounidenses, pero ésta era una práctica común en los proyectos filibusteros de la época42.

El 22 de septiembre de 1853, el mayor general Ethan Allen Hitchcock, comandante de la división del Pacífico del ejército estadounidense, solicitó al recaudador del puerto de San Francisco que tuviera especial vigilancia, ya que había recibido noticias de una posible expedición filibustera. Dicho funcionario le informó que se estaban realizando actividades sospechosas en el navío Arrow que estaba por salir del puerto. Ante lo cual, solicitó al fiscal de distrito que retuviera el barco por posible violación del Acta de Neutralidad de 181843. Además que se le remitió al fiscal las instrucciones que el presidente Millard Fillmore (1850 a 1853) le había dado a Hitchcock para que detuviera posibles expediciones filibusteras contra países en paz con los Estados Unidos44. El 30 de septiembre de 1853, el barco fue abordado y quedó bajo la custodia de las autoridades federales de Estados Unidos45, pero éstas solo pudieron controlar parte de las armas y municiones y las provisiones de la expedición. Muy pocos filibusteros se encontraban a bordo. Inmediatamente Walker interpuso una demanda contra Hitchcock, con el apoyo de diferentes personalidades de la política como el senador William A. Gwin, un destacado personaje de los estados esclavistas, quien lo acusó de haber provocado perjuicios por $30,000 dólares46. Mientras tanto, Walker logró embarcar a 45 de sus hombres en el barco Carolina, en el que se trasladó de regreso de su "visita" a Guaymas en julio de 1853. Así, el "(…) 17 de octubre, el Carolina zarpó para Guaymas con su dotación normal de carga y pasajeros: 85 mexicanos y mineros alemanes con destino a Sonora, y los 45 filibusteros"47.

Un aspecto importante de esta primera etapa de la experiencia filibustera de Walker hacia Sonora y la Baja California, es la participación del gobierno federal estadounidense, quien buscó impedir la expedición y este acto fue contundente para que este grupo no tuviera éxito en sus proyectos, como de hecho lo fue. Esta expedición tendría un fuerte impacto en la economía de la sociedad frontereña, en razón de las escasas provisiones que se habían comprado y acumulado para la invasión durante algunos meses. La mayor parte se había quedado en el Arrow, y nunca pudieron ser recuperadas del todo.

Con relación a la postura del gobierno federal estadounidense, desde el 1º de octubre el comandante Hitchcock y la autoridad portuaria se presentaron ante el vicecónsul mexicano en San Francisco, Guillermo E. Barrón, para ponerlo al tanto de la detención del barco Arrow, quien a su vez informó al gobierno mexicano que "Ambos individuos me han manifestado su resolución firme de oponerse, por cuantos medios están a su alcance, a la salida de semejantes expediciones y estar prontos a cooperar conmigo, a hacer las indagaciones oportunas que tiendan al fin deseado"48.

El 1º de noviembre de 1853, días antes de que Walker llegara al puerto de La Paz, desde la ciudad de Washington, D.C., el secretario de Estado, William L. Marcy49, envió una comunicación al embajador estadounidense en México, James Gadsden, informándole de la detención del Arrow e instruyéndolo "Si no han llegado a la capital de México noticias de esto, le será a usted conveniente y útil avisarlo al ministro de Relaciones Exteriores como una prueba de la buena fe de este gobierno y de la vigilancia de las autoridades de California en ejecutar el acta del Congreso de abril de 1818"50. Pero en otra comunicación de Gadsden al ministro Manuel Díez de Bonilla, fue mucho más contundente en señalar que "La aprehensión del Arrow ciertamente no solo ha afligido, sino que ha impedido el más completo éxito de la expedición organizada por Walker y socios"51.

Algunos autores como Gilliam señalan que la administración del presidente Franklin Pierce había permitido la expedición de Walker como una forma de presionar al presidente Antonio López de Santa Anna en la negociación del Acuerdo Gadsden o el tratado de la Mesilla. Destacando que al concretarse este acuerdo el 31 de diciembre de 1853 "Pierce ya no necesitaba al filibustero y lo descartó. De repente, Walker se había convertido en un estorbo"52. Sin embargo, en algunos informes diplomáticos sobre la expedición, se percibe una preocupación de las autoridades federales estadounidenses de que la expedición filibustera provocara un nuevo enfrentamiento entre ambos gobiernos, pero además algunos comentarios de Gadsden muestran que Walker le causó serios problemas en sus negociaciones. No obstante, la propuesta de la posible compra de Baja California por Gadsden al tiempo que Walker la invadía, hizo sospechar a la administración de Antonio de Santa Anna de que el gobierno federal estadounidense estaba detrás de la expedición filibustera, y eso fue lo que contó al momento de las negociaciones realizadas en la ciudad de México en 1853 que culminarían en el tratado de la Mesilla53.

Por su parte, la expedición de Walker durante su segunda etapa (17 de octubre al 29 de noviembre de 1853) logró salir con 45 filibusteros, con destino a Guaymas, Sonora, pero finalmente el barco se dirigió a la Baja California54. Hasta ahora, ningún autor ha puesto en claro este cambio de objetivo, algunos señalan que se debió a que Walker consideró que no tendría ninguna posibilidad frente a las fuerzas militares de Guaymas o a las sonorenses que podrían ser convocadas, además suponía que la noticia de su partida ya había llegado a las autoridades de Sonora, como de hecho ocurrió. Tal vez pensó que si podía tomar el puerto de La Paz, luego podría preparar una expedición más fuerte y organizada hacia Sonora.

El 28 de octubre, once días después de su partida, sin noticias del Arrow, y después de desembarcar cerca del cabo de San Lucas, la expedición y acompañantes se dirigieron a La Paz "(…) donde, según un pasajero mexicano, los filibusteros habían acordado previamente reunirse antes de continuar a Guaymas"55. Entre el 3 y el 6 de noviembre, los filibusteros ocuparon La Paz, con continuos problemas y resistencia de los habitantes del puerto y poblados cercanos. Fue en estos días que Walker proclamó la independencia de la península. El decreto expresaba de manera escueta y por supuesto en inglés: "La República de Baja California por este medio se declara libre, soberana, e independiente, y toda lealtad a la República de México se renuncia para siempre"56.

Durante estos días, los filibusteros lograron capturar al jefe político de la Baja California, Rafael Espinoza, y por circunstancias accidentales, al coronel Juan Clímaco Rebolledo, quien llegaba a La Paz para sustituir a Espinosa, por órdenes de Santa Anna. Junto con estos funcionarios, los filibusteros se apropiaron del archivo del gobierno, y con toda esa documentación decidieron partir, ya que la resistencia local cada vez era mayor y que varios barcos al darse cuenta de la situación habían regresado a la contracosta para informar a las autoridades mexicanas. Ya estando en mar abierto, Walker decidió expedir dos decretos más dirigidos a los habitantes de la República de Baja California, uno sobre la liberación del comercio y otro sobre cuestiones de orden judicial57.

En el segundo decreto de Walker, como presidente, en noviembre de 1853, estableció: "Desde ahora y en adelante a esta fecha, el Código Civil y el Código de Procedimientos del Estado de Louisiana se acatarán para el gobierno y ley en tanto que las cortes de la república son organizados"58. ¿Por qué el código de Louisiana y no el de California? La respuesta está en que Louisiana tenía una legislación esclavista y después fue, en 1861, uno de los estados fundadores de los "Estados Confederados de América", junto con Carolina del Sur, Mississippi, Alabama, Florida y Texas59. Al respecto, Gilliam señala que:

Puesto que la esclavitud africana era lícita en Louisiana, se ha dicho que este decreto indica que el propósito verdadero de "la nueva república" era traer a la unión norteamericana un estado esclavista más. Pero Walker nunca tomó pasos concretos para introducir la esclavitud, ni siquiera en Nicaragua después de haberlo acordado con unos senadores sureños a cambio de su apoyo en el congreso norteamericano60.

Se considera que este decreto es un indicador de la situación política del proyecto filibustero de William Walker, y probablemente no se refiera a que en lo concreto se pensara en que el objetivo fuera introducir esclavos en la nueva república desde África o de algunas de las colonias antillanas. Creo que corresponde a una estrategia entre mediática y política, pero dirigida al público estadounidense. Desde antes de la expedición de Walker existía un fuerte movimiento de política interna en los Estados Unidos sobre la incorporación de nuevos territorios para equilibrar la lucha entre esclavistas y sus contrarios, entendidas como fuerzas políticas. Así lo muestra un artículo sobre posibles invasiones filibusteras a México, publicado el 6 de noviembre de 1852 en el periódico Daily Tribune de Nueva York, donde se decía que:

En el curso del verano o del otoño próximo, podrían ponerse en estado de revolución las seis o siete provincias citadas [Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Durango "y tal vez también San Luis Potosí"] y establecerse la esclavitud a tiempo para anexarlas antes de que terminara su primer periodo de sesiones, el trigésimo tercer congreso61. Es verdad que esto sería trabajar demasiado aprisa, pero la práctica de los filibusteros haría la obra completa y la opinión pública está preparada para el suceso. Podrían [así] formarse [por] lo menos tres estados completos de esta hornada, con seis senadores, además de otros en perspectiva que serían suficientes para contrapesar todos los estados libres que puedan agregarse en medio siglo62.

El asunto de fondo era la lucha entre las dos principales corrientes políticas estadounidenses que buscaban encontrar formas de conseguir mayor fuerza en contra de los otros, y que la incorporación de California en 1850, con una legislación no esclavista, provocó una tendencia en contra del grupo político integrado por los estados esclavistas. Estos empezaron a ver en la anexión de Cuba y el norte de México, una forma de equilibrar la lucha política interna a los Estados Unidos, a través de los escaños en el senado estadounidense63.

Mientras tanto, Walker permaneció varios días navegando cerca del cabo de San Lucas esperando los refuerzos que se habían quedado en San Francisco, pero sobre todo sus provisiones, ya que las pocas que se habían conseguido para el Carolina habían aminorado por alimentar a los 85 pasajeros, que al parecer seguían yendo y viniendo con los filibusteros. En los pocos días de estancia en La Paz, poco se había logrado obtener. El 20 de noviembre de 1853, los filibusteros entraron en contacto con el vapor John L. Stevens, en su ruta San Francisco-Panamá, recibiendo entonces noticias de que no habían salido ningún refuerzo64. Fue al parecer con base en esta información, que Walker decidió dirigir la expedición al norte de la Baja California y desembarcar en la ensenada de Todos Santos.


La invasión a la región de la Frontera

En la historiografía regional no se explica por qué el movimiento filibustero encabezado por Walker decidió volver a tierra. La expedición se retiró de La Paz ante las dificultades iniciales provocadas por la captura del Arrow, además que ese puerto ya había sido escogido como meta previa al ataque a Guaymas, y los filibusteros intentaron convencer en vano a la población local modificando su plan original, pero ¿cómo explicar que decidieran desembarcar después en la ensenada de Todos Santos? Esta región está, geográficamente, más cerca de San Diego y por tanto de la California estadounidense, pero las comunicaciones entre la Frontera y San Diego eran rudimentarias, la navegación por cabotaje era escasa, y la conexión de la región hacia Sonora era bastante difícil ante la hostilidad de los indios del bajo río y delta del Colorado. Además que esta corriente era muy difícil de franquear.

Lo que sí se sabe es que el 29 de noviembre de 1853, los filibusteros desembarcaron en la ensenada de Todos Santos y ocuparon el rancho de la Ensenada, propiedad de Pedro Gastélum, renombrándolo como Fort McKibbin. Todo esto al parecer sin ningún contratiempo, ni oposición de las autoridades locales, que en ese momento, nominativamente, tenía su sede en el pueblo de Santo Tomás, al sur de la ensenada de Todos Santos. El subjefe político y capitán primero de la Colonia militar era entonces don Francisco del Castillo Negrete.

Al parecer los conflictos iniciaron ante la necesidad de provisiones que los filibusteros necesitaban de manera urgente, además de caballos para establecer correos terrestres con San Diego, para dar parte al público norteamericano acerca de sus avances y logros de la República de Baja California. Recién instalados los hombres de Walker en tierra, pero con las provisiones restantes, los pasajeros y la tripulación a bordo del navío Carolina, se realizaron decomisos de productos. Primero en el rancho de Guadalupe, propiedad de Juan Bandini, del cual "Los filibusteros se llevaron 15 caballos con sus sillas, dejando un recibo firmado por Walker"65.

Después dirigieron una correría hacia el rancho de La Grulla de la familia Meléndrez, buscando monturas y al aparecer también fueron al de Antonio María Meléndrez66, ya que según Gilliam "Walker se había enterado de que los hermanos Meléndrez habían dirigido una rebelión el año pasado y que recientemente el gobierno había despojado a Antonio Meléndrez de su puesto de Comandante de la Guardia Nacional Local. Walker pensaba que Antonio Meléndrez podría unirse a su expedición, lo que le daría el imprescindible elemento nativo que le faltaba"67. Quien había sido también despojado de su nombramiento era el capitán Manuel Castro, y aunque no podemos negar que los hermanos Meléndrez pudieron haber participado en el conflicto por el control de la colonia militar entre 1851 y 1852, nunca aparecieron sus nombres como líderes de las facciones en lucha68.

Lo que es contundente es que estos ataques a ranchos frontereños y en especial al de la familia Meléndrez sembraron pánico en la región. El propio Antonio María Meléndrez se dirigió a Santo Tomás para informar a Francisco del Castillo Negrete, y entre ambos lograron reunir una fuerza de 58 hombres con la cual sitiaron Fort McKibbin del 5 al 14 de diciembre de 185369. Mientras se realizaba este sitio, en el barco Carolina, anclado en la ensenada de Todos Santos y al mando del piloto Alfred Williams, ya que el capitán Howard A. Snow se encontraba en la defensa de Fort McKibbin, se decidió con base en negociaciones entre Espinosa, Rebolledo y algunos pasajeros, que la embarcación volviera al sur de la península para regresar a los prisioneros, y continuar hasta Guaymas con el fin de devolver la nave a su dueño, Juan Robinson, hijo del cónsul estadounidense en ese puerto.

Así, Walker quedó aislado en su cuartel y sin las provisiones que resguardaba el navío Carolina. No obstante, logró soportar el asedio, ya que primero se retiró Castillo Negrete, quien decidió salir hacia San Diego con la esperanza de poder comunicarse con las autoridades regionales y nacionales mexicanas de manera más expedita, y de ser posible obtener apoyo de las fuerzas estadounidenses acantonadas en San Diego, y después Meléndrez se retiró con sus hombres hacia Santo Tomás el 14 de diciembre70.

Por fortuna para Walker, el 18 de diciembre llegaron los tan esperados refuerzos al mando de Henry Watkins, en la barcaza Anita. No obstante, al perder contacto con Walker, los filibusteros en San Francisco habían dispersado las provisiones y enviaron a Australia el navío Arrow. Los refuerzos llegaron, por esta razón, de manera improvisada a la ensenada de Todos Santos, en una pequeña embarcación sobrecargada. Por lo que en el trayecto perdieron gran parte de las provisiones que de manera apresurada habían obtenido, al enterarse que Walker se hallaba en el norte de la Baja California. Así, "Ahora Walker tenía más tropa [150], pero seguía sin provisiones. Urgía buscar alimentos en los ranchos cercanos a Ensenada"71. Esta búsqueda de provisiones fue haciendo crecer la oposición de los frontereños al proyecto filibustero, pero además se le debe añadir el costo de la defensa local contra los filibusteros que asumieron completamente los rancheros y habitantes de la región, dígase caballos, monturas, alimentos para la campaña, municiones y armas, ya que las autoridades regionales y nacionales no hicieron absolutamente nada, en la práctica, para apoyarlos en este conflicto.

¿Y las autoridades de La Paz, Mazatlán, o la ciudad de México? ¿Por qué no enviaron un contingente en apoyo de los frontereños? Se sabe que estaban oportunamente informados por los consulados mexicanos de San Diego y San Francisco. Tal vez la respuesta la puede dar un contemporáneo de los sucesos como lo es Urbano Ulises Lassépas, quien en marzo de 1861 informó al ministro de Relaciones Exteriores sobre otra supuesta invasión filibustera a la Frontera, indicando: "La fuerza de Sinaloa, espero, restablecerá seguramente la paz que ha turbado esa expedición pirática, y no sucederá con el gobernador Vega lo que aconteció en 1854, que contándose en La Paz con una guarnición de mil hombres, se dejó a Walker en completa libertad de talar cuatro meses y medio los campos de La Frontera"72.

El 12 de diciembre de 1853 llegó finalmente a La Paz un contingente de 250 soldados al mando del coronel Antonio Ochoa, enviado por las autoridades sinaloenses, para "repeler al enemigo", un mes después de los incidentes, y como respuesta del gobierno nacional "Santa Anna nombró jefe político y comandante militar al general José María Blancarte en reemplazo de Rebolledo, con el objeto de enviar a la península una fuerza militar de 600 elementos que resguardara la integridad nacional; sólo que dicha fuerza y su comandante no llegarían sino hasta marzo de 1854"73.

Por su parte, ya con sus refuerzos en la ensenada de Todos Santos, Walker decidió regresar a su proyecto original de invadir Sonora y envió el 18 de enero de 1854, para ser publicados en el San Diego Herald, cuatro decretos presidenciales que "informaban" a los habitantes de la República de Baja California que a partir de ese momento se denominaría el nuevo "estado-nación" como República de Sonora, la cual estaba integrada por dos estados, Baja California y Sonora, y por tanto se declaraba anexionado el estado de Sonora a la nueva república, desde la costa noroccidental de la Baja California y sin que el jefe de la expedición hubiera puesto un pie en el inmenso territorio sonorense74. Y si recordamos lo señalado en el artículo de 1852 del Daily Tribune, con esta nueva propuesta se trataba de incorporar cuatro nuevos senadores al congreso estadounidense, tomando en cuenta que la supuesta república consistía de dos estados.

En una de esas maravillosas coincidencias históricas, el mismo día que Walker enviaba sus decretos para gobernar la República de Sonora, en la ciudad de Washington, D.C., el presidente Franklin Pierce publicaba una proclama en contra la expedición filibustera de William Walker y aunque no dice su nombre queda sobreentendido: "(…) advirtiendo a todas las personas que tengan alguna parte en dicha empresas o expediciones, que se les aplicaran con todo rigor las penas establecidas por las leyes contra tales delincuentes"75. Esta declaración cortó de tajo los posibles apoyos de Walker en California, aunque siguió recibiendo algunos nuevos voluntarios, como los 50 hombres que salieron desde San Francisco hasta San Diego en vapor, y luego por tierra hasta Fort McKibbin76. Pero también los frontereños recibieron apoyo desde el pueblo de San Diego, como dejó constancia en su testimonio Jorge Ryerson, vaquero tejano en espera de regresar a su tierra, quien ayudó en la defensa de la Frontera y después terminó viviendo en esta región77.

El 29 de enero de 1854, el comandante de la fragata estadounidense Portsmouth, informaba al embajador Gadsden que partía de inmediato hacia la ensenada de Todos Santos "(…) y si Walker intenta pasarse a la costa del Golfo frente a Guaymas, me anticiparé a él y le haré retroceder. Entre tanto impediré que lleguen auxilios a su campo en la ensenada, por mar"78. A principios de febrero la fragata amarró en la ensenada de Todos Santos, obligando a Walker y a sus hombres a buscar una nueva ubicación para sus cuarteles generales, trasladándose hacia el poblado de San Vicente, ya que al parecer estimaron que Santo Tomás estaba demasiado cerca de la ensenada de Todos Santos79.

Este bloqueo provocó que los filibusteros dependieran exclusivamente de los recursos propios de la región para mantenerse. Los cuales eran de por sí escasos y con la depredación anteriormente realizada las dificultades aumentaron. Los ranchos del sur de la ensenada de Todos Santos estaban saqueados incluyendo también al parecer el rancho de Santo Domingo, el más próspero de la región, de modo que cada vez los frontereños se enemistaban más con los filibusteros. Ante tal situación y la multiplicación de las deserciones entre sus filas, sobre todo por falta de alimentos, Walker decidió hacer realidad la incorporación de Sonora a la denominada "República de Sonora", iniciando una expedición con 100 hombres, dos cañones, unas mulas de carga, y cien cabezas de ganado80.

Este fue el fin del proyecto filibustero de Walker, ya que al dividir a sus hombres, estos fueron presas fáciles de los hombres de Meléndrez, quien luchaba bajo una forma de guerra de guerrillas, debido a que contaba con menos combatientes que Walker. Además, Walker quedó expuesto a los hostiles indios de las sierras y del delta del Colorado, que durante el trayecto hasta esa afluente y de regreso a la costa del Pacífico le fueron hurtando el ganado que llevaba como provisiones. Es de destacar la participación de grupos indígenas en la estrategia de guerrillas organizada por Meléndrez, como destaca Adrián Valadés:

Interesando a los indios de Santa Catarina, La Huerta y Cucapá, en el botín del ganado, logró [Meléndrez] que se le unieran 300, muchos de ellos armados con rifles. (…) A la hora fijada, que fue la salida del lucero del alba, los 300 indios que tenía Meléndrez, ya dispuestos y prevenidos, dieron impulso y dirección a la gran cantidad de ganado robado que conducían los piratas, el cual, asustado con los tiros y alaridos de los indios, se lanzó a escape, como torrente impetuoso y arrollador, sobre el campamento enemigo. (…) Tras el ganado, y en medio del desorden ocasionado naturalmente entre los invasores, cargó Meléndrez al machete con sus 40 hombres"81.

Estando Walker en las cercanías del delta del Colorado, no pudo cruzar debido al desconocimiento de la región, además que si se acercaba al conocido Puerto de Concepción o Paso de Algodones, quedaría demasiado cerca del Fuerte Yuma82, desde donde podrían haberlo capturado las autoridades estadounidenses. Hacia el cual, no obstante, 78 de sus hombres decidieron caminar para entregarse, desertando de las filas filibusteras. Sin hombres, sin ganado, con pocas municiones, Walker decidió regresar hacia San Vicente, pensando reagrupar sus fuerzas, pero Meléndrez ya había tomado el poblado y dispersado la guardia filibustera. No le quedó más remedio a Walker que emprender el camino hacia la línea fronteriza entre México y los Estados Unidos, siempre con los hombres de Meléndrez persiguiéndolo en su retirada.

A inicios de mayo de 1854, los 32 filibusteros que aún seguían a William Walker, tras negociaciones con el capitán Henry S. Burton, decidieron entregarse a las autoridades estadounidenses y no presentar su rendición a Meléndrez. Así, el 8 de mayo de 1854, cumpleaños número 30 de Walker, se entregaron mientras que desde el lado mexicano, Meléndrez y sus hombres observaban lo que sucedía83.

La incursión de la expedición filibustera de William Walker en la región de la Frontera de la Baja California, que transcurrió entre diciembre de 1853 y mayo de 1854, provocó una catástrofe económica y un severo golpe demográfico para los frontereños, no por los muertos sino por la migración de las familias. En el informe de Francisco del Castillo Negrete del 6 de abril de 1854, se indicaba que "Hasta ahora, han emigrado dieciséis familias, y a las demás no las dejan salir"84.

Si tomamos en cuenta que en 1835, según la estimaciones que resultan del informe del coronel Miguel Martínez, podemos estimar una población no indígena en alrededor de 805 habitantes para la región de la Frontera, y en 1856 con base en datos recolectado por José Matías Moreno se obtiene una población de 498 habitantes no indígenas, se percibe una reducción de más del 38 por ciento en menos de 21 años85. Pero además en 1851, solo la colonia militar ubicada en Santo Tomás había registrado 194 habitantes, de los cuales 118 eran no indios (60.82%) y el resto 76 personas (39.10%) fueron clasificados como indios o gentiles. Ahora bien, de los 118 no indios, 33 habitantes (17.19%) se pueden relacionar directamente como nuevos habitantes venidos a fundar la colonia militar86. Los conflictos ocurridos entre 1851 y 1854 crearon una migración de frontereños y colonos hacia zonas más seguras como San Diego e incluso San Francisco87, propiciando una caída demográfica del 38 por ciento en la región. Mientras que el resto de la Baja California, principalmente de San Ignacio hasta la zona de los Cabos tuvo un aumento demográfico del 39.33 por ciento entre 1836 y 1850, con una tasa anual de 2.8 por ciento de crecimiento88.

Además del daño demográfico y económico que causó la incursión filibustera de Walker a la región de la Frontera, llama la atención las crecientes reclamaciones al gobierno mexicano en general, por la falta de apoyos durante la invasión:

Me causa un gran sentimiento ver que no se ha protegido un país [región de la Frontera] en que se ha hecho una defensa heroica, a la que hasta las mujeres han prestado su servicio, escoltando prisioneros, porque los hombres estábamos al frente del enemigo. Tan lejos de la capital, tan exhaustos de todo recurso y tan faltos de comunicación podremos haber sido olvidados y esto desanima a los que se han acreditado de buenos mexicanos, prefiriendo emigrar en la desgracia y vivir en la miseria antes que sufrir el yugo pirático ni extranjero89.

Pero también resulta interesante encontrar una de las primeras referencias a los habitantes no indígenas, principalmente las familias de los rancheros descendientes de los soldados y mayordomos misionales, como los "frontereños", que se habían aglutinado frente a los estragos cometidos por los filibusteros. Como lo expresa Francisco del Castillo Negrete, en un informe al ministro de Relaciones Exteriores del 9 de marzo de 1854, dos meses antes de la conclusión de la aventura de Walker: "A los frontereños que ahora se hallan aquí huyendo [en San Diego], (…) han mantenido su esperanza de que el supremo gobierno los ayudará para verse libre de esta plaga de bandidos, pero si esta ayuda dilata tendrán que morir de hambre o abandonar el país, pues no tienen ni semilla para sembrar"90. En abril de 1854, los vecinos de la región de la Frontera presentaron una petición dirigida al presidente Santa Anna, indicando que:

En el exterior se entiende que un espíritu de conquista condujo al filibusterismo a la Baja California, mas para los que hemos soportado el peso de este nuevo vandalismo en los cuatro y medio meses transcurridos, la devastación ha sido el resultado; nuestra industria agrícola y rural, destruida intencionalmente hasta en sus implementos; nuestras casas de habitación, saqueadas repetidas veces; las tiendas del comercio, robadas en su totalidad; la iglesia en Santo Tomás, desacatada; nuestras personas, vejadas en frecuentes prisiones y amenazadas de muerte; en exigencias deshonrosas, hemos tenido, para salvar la vida, que abandonar patria, hogares, propiedades y que emigrar, por ahora, a un suelo extraño, aventurando hasta la precisa subsistencia91.

Este documento fue entregado al cónsul Luis N. del Valle, firmado por 56 vecinos frontereños y encabezados por Manuel Retes, quien fuera alcalde jurisdiccional del Partido del Norte. Además el propio Retes realizó con el cónsul una consulta sobre "Las indemnizaciones con que se deben satisfacer los perjuicios y ultraje inferidos a los habitantes del Partido Norte de la Baja California, con motivo de la invasión pirática procedente de ese puerto [San Francisco] compuesta de ciudadanos norteamericanos, es objeto de dudas entre algunos, que vacilan si deben pagarlas Norteamérica o México"92. Poco después, por un memorando de mayo de 1854 del ministro de Relaciones Exteriores, Manuel Diez de Bonilla, expeditos para los tiempos y distancias, y recién salido Walker y su contingente de la Frontera, -aunque se desconoce la fecha de recepción en San Francisco, California -, se le informaba al cónsul que:

En contestación a la nota de usted número 21 de 15 del pasado en que transcribe la que con fecha 1º del mismo mes le dirigió don Manuel Retes, vecino de la Baja California, en que solicita le dé usted su opinión acerca de quién debe pagar los perjuicios causados a los habitantes del Partido del Norte de la Baja California con motivo de la invasión pirática procedente de su puerto, debo decirle que México no tiene obligación de hacer indemnizaciones de ninguna clase en el presente caso93.

No obstante, aún en 1870 algunos de los propietarios de la región de la Frontera continuaban realizando reclamos al gobierno estadounidense. Se trataba de Tomás Warner94, Guadalupe Meléndrez, Pedro Gastélum, Santiago D. Arce, Loreto Amador y José Domingo Saez95. Todos argumentaban que se había violado el Acta de Neutralidad y señalaban que "William Walker, un ciudadano de los Estados Unidos de América, se dedicó a alistar y armar en el Estado de California para una expedición de seiscientos ciudadanos americanos, con quienes invadió la Frontera (Baja California), en el año de 1853"96. El daño causado por Walker y sus filibusteros era estimado en un alto valor financiero. Pedro Gastélum reclamaba que de su rancho Ensenada se le habían tomado "12,000 cabezas de ganado; 300 caballos de silla, y del 50 de los mejores caballos; 13,000 yeguas con sementales". Lo que estimó en $694,000, al parecer dólares, a esta cantidad se le debían añadir un interés del 10% anual por 17 años, lo que sumaba $1'179,800, sólo de intereses, más el costo de lo robado, todo ascendía a una reclamación por $1'873,80097. Esta es una cantidad considerable para la época, y si se toman en cuenta las seis reclamaciones, se obtiene la suma de $5'544,110 dólares de reclamación ante el gobierno estadounidense de parte de algunos de los frontereños afectados por Walker. Lo que se considera un muy buen indicador del grave daño causado a la economía de los propietarios frontereños tan sólo entre 1853 y 1854.


Conclusión

Por lo expuesto en este ensayo se puede afirmar que la comprensión de los movimientos filibusteros de la segunda mitad del siglo XIX en el noroeste mexicano requiere de estudios detallados, pero al mismo tiempo, relacionados con la situación geopolítica internacional. Mucho nos falta por estudiar la importancia de Hawaii en el entramado de la colonización y dominio marítimo del Pacífico norte. Pero además, se requiere estudiar algunos aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de las regiones expuestas a estas expediciones, pero incluso de la construcción simbólica del filibusterismo como una amenaza sobre las sociedades del noroeste de México.
También, es importante cómo se demuestra, más allá del discurso de la época, que la expedición filibustera de Walker provocó la ruptura de la frágil estabilidad socioeconómica y política del norte de la Baja California, provocando la emigración de la gran mayoría de la población no indígena hacia San Diego, es decir los Estados Unidos, y el saqueo y destrucción de la poca riqueza local, consistente en ganado vacuno y caballar y en algunos productos agrícolas. Sin dejar de reconocer que la crisis política de 1850-1853 por la colonia militar, había debilitado la solidaridad regional, que de alguna manera había perdurado hasta mediados del siglo XIX por la sobrevivencia de algunos líderes de los soldados misionales de la colonización iniciada en 1769 en el norte de la Baja California.

Pero en cuanto a las identidades regionales, a partir de 1870 cuando se descubrió oro en el valle de San Rafael y se fundó el poblado de Real de Castillo, mucha de la sociedad frontereña había sufrido grandes pérdidas de sus aglutinantes demográficos, económicos y socioculturales. Lo que motivó una falta de instrumentos de transmisión de la herencia cultural misional y ranchera decimonónica hacia las nuevas oleadas de inmigrantes que conformaran un nuevo poblamiento y una nueva apropiación del espacio geográfico como territorio identitario98. Poco a poco, se fue olvidando en la mayoría de la sociedad bajacaliforniana contemporánea esta parte de la historia regional, y en algunos casos se recordaba como anécdotas de un pasado un tanto lejano y ajeno.


1 Con el término Frontera, Peveril Meigs denomina al cuadrángulo norte del actual estado de Baja California desde la misión de Nuestra Señora del Santísimo Rosario hasta la de San Miguel Arcángel-El Descanso, por el océano Pacífico, y desde San Luis Gonzaga, en el golfo de California, hasta el delta del Río Colorado. Consúltese MEIGS, Peveril, La frontera misional dominica en Baja California, colección Baja California, Nuestra Historia, no. 7, ciudad de México, Secretaría de Educación Pública / Universidad Autónoma de Baja California, 1994, pp. 39 y 59. Pero es de reconocer que en documentos de la segunda mitad del siglo XIX, se establecía que esta región tenía estas delimitaciones, como se puede apreciar en el título del informe de José Matías Moreno, fechado en 1861: "Relación estadística de los pueblos, exmisiones y ranchos del Partido Norte de la Frontera de la Baja California, que comprende desde la exmisión de San Fernando hasta la línea divisoria, formando un trapecio, cuya extensión es de cien leguas de longitud por cuarenta leguas de latitud, término medio entre las dos bases que componen una superficie de cuatro mil leguas cuadradas": MORENO, José Matías, Descripción del Partido Norte de la Baja California, por... 1861, introducción y notas de David Piñera Ramírez y Jorge Martínez Zepeda, Tijuana, Fuentes documentales para la historia de Baja California, no. 2, 1984, p. 17.

2 Consúltese MAGAÑA Mancillas, Mario Alberto, Indios, soldados y rancheros. Poblamiento, memoria e identidades en el área central de las Californias (1769-1870), ciudad de México, Gobierno del Estado de Baja California Sur, Instituto Sudcaliforniano de Cultura / El Colegio de Michoacán / Conaculta, 2010, pp. 39-42.

3 Considero que las referencias incluidas a lo largo de este artículo, pero en especial las iniciales, si son consultadas por los lectores podrán obtener una visión detallada de ese periodo histórico.

4 Resulta interesante anotar que para algunas personas de la región, esa fecha resultó importante de recordar, por ejemplo: "Me llamo Jatiñil y soy el capitán de esta tribu desde el año en que se fue de aquí para el sur el teniente Ruiz (1822)": CORONADO, Eligio Moisés (editor), Los apuntes históricos de Manuel Clemente Rojo sobre Baja California, La Paz, edición privada, 1996, p. 31.

5 Sobre la historia de la Colonia militar de la Frontera de la Baja California, consúltese MAGAÑA, Mario, Indios, soldados y rancheros, pp. 338-347.

6 AD-IIH, Gobernación, 7.14 y 16.10 (México, Imprenta de I. Cumplido, calle de los Rebeldes No. 2, 1848, Colonias militares. Proyecto para su establecimiento en las fronteras de oriente y occidente de la república).

7 AM-IIH, Documentos originales, rollo 9, p. 261 (La Paz, 11 de enero de 1850, Carta de Rafael Espinosa a Manuel Castro).

8 Sobre nombramiento de subjefe consúltese: AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, pp. 43-44 (La Paz, 12 de febrero de 1851, Carta de Rafael Espinosa a Manuel Castro); sobre nombramiento de capitán primero, AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, pp. 210-211 (La Paz, 10 de agosto de 1851, Carta de Rafael Espinosa a Manuel Castro), y sobre la ausencia de Castro, AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, pp. 208-209 (Santo Tomás, 5 de agosto de 1851, Carta de [Manuel Castro] a Rafael Espinosa).

9 AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, pp. 244-247 (Santo Tomás, 8 de enero de 1852, Carta de José Antonio Chávez a Rafael Espinosa).

10 AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, p. 600 (San Diego, 3 de diciembre de 1853, Carta de José Antonio Chávez a Manuel Castro).

11 Informe de F. de Ararangoiz a José María Ortiz Monasterio, ciudad de México, 22 de mayo de 1841; Informe de Juan Feruz de la Vega al ministro de Relaciones Exteriores, La Habana, 10 de julio de 1841; Informe de Maximiliano Garro al ministro de Relaciones Exteriores, París, 6 de agosto de 1841, todos en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María Documentos para el estudio de Baja California en el siglo XIX, tres tomos, ciudad de México, Futura Editores, 1992, pp. 94-95. Aunque es de señalar que desde el bienio 1826-1827, las expediciones de Jedediah Smith provocaron una serie de dudas por parte de las autoridades altacalifornianas, sobre todo cuando averiguaron que "Los estadounidenses, acampados entre los indios paganos Mokelumne, tenían armas y cuchillos, y hacían un mapa. Que el propio Jedediah Smith había preguntado por la distancia a las misiones y a la costa, el número de soldados, y el número de residentes", consúltese WEBER, David J., The Californios versus Jedediah Smith, 1826-1827. A New Cache of Documents, Spokone, Arthur H. Clark Company, 1990, p. 24. Traducción libre.

12 MOYANO Pahissa, Ángela, La resistencia de las Californias a la invasión norteamericana (1846-1848), ciudad de México, CONACULTA, 1992.

13 TREJO Barajas, Dení, "La invasión norteamericana, la reorganización política del territorio y el peligro filibustero (1846-1856)", en GONZÁLEZ Cruz, Edith (coord. gral.), Historia general de Baja California Sur II. Los procesos políticos, La Paz, Universidad Autónoma de Baja California Sur, 2003, p. 301.

14 MOYANO, Ángela, La resistencia de las Californias, p. 161; TREJO, Dení, "La invasión norteamericana", pp. 295-298. Este pasaje de la historia regional sigue siendo tratado como anecdótico, sin un estudio amplio del impacto social, cultural y demográfico sobre todo para el área de La Paz.

15 Rafael Espinoza era diputado y obtuvo su licencia del Congreso de la Unión el 9 de enero de 1849, consúltese: AD-IIH, Gobernación, 7.18, f. 4, 6 (ciudad de México, 9 de enero de 1849, Licencia de Rafael Espinoza, Guillermo Prieto y M. Sili, y ciudad de México, 11 de enero de 1849, Nombramiento de Rafael Espinoza, firma ilegible).

16 AD-IIH, Gobernación, 7.18, f. 32-43, cita p. 34 (ciudad de México, 28 de abril de 1849, Instrucciones para el gobierno de California). Es de señalar que en la "Instrucciones" se denomina "California" a la parte mexicana y Alta California a la conquistada por los Estados Unidos.

17 Lawrence Taylor define al filibusterismo como "una expedición militar ilegal organizada por intereses particulares en un territorio neutral, para fomentar rebeliones en países y regiones": TAYLOR, Lawrence D., "Ataques filibusteros en contra de México y Canadá durante el siglo XIX: un estudio comparativo", en Secuencia, no. 37, enero-abril de 1997, p. 57. Por su parte, otro autor señala: "Filibusteros son personas que, ya fuere que tengan el explícito o implícito consentimiento de sus propios gobiernos, planean, instigan o participan en invasiones militares privadas o intentos de invasiones de naciones extranjeras o sus dependencias con los cuales sus propios países se encontraban en paz": MAY, Robert E. "Manifest Destiny's Filibusters", en HAYNES, Sam W. y MORRIS, Christopher (editores), Manifest Destiny and Empire. American Antebellum Expansionism, Arlington, Texas A&M University Press, 1997, pp. 148-149. No obstante, para Thomson, el fenómeno es mucho más específico y lo define como "Un miembro de alguna de esas bandas de aventureros que entre 1850 y 1860 organizaron las expediciones desde los Estados Unidos, en violación del derecho internacional, con el propósito de revolucionar ciertos estados de América Central y las Indias Occidentales españolas": THOMSON, Janice E., Mercenaries, Pirates, and Sovereigns. State-building and Extraterritorial Violence in Early Modern Europe, Princeton, Princeton University Press, 1994, p. 188, nota 46. Este énfasis en que deben ser denominados como filibusteros los grupos privados de fuerzas militares salidos desde Estados Unidos es apoyado por otro estudio de MAY, Robert E., Manifest Destiny's Underworld. Filibustering in Antebellum America, Chapel Hill-London, University of North Carolina Press , 2002, especialmente en pp. xi y xv. Traducciones libres.

18 Varios documentos en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 103-105; TREJO, Dení, "La invasión norteamericana", p. 323.

19 "Ayuntamiento de Mulegé al presidente de la república", Mulegé, 5 de mayo de 1851, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 105-111.

20 "Informe de Rafael Espinoza al ministro de Relaciones Interiores y Exteriores", La Paz, 26 de mayo de 1851, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 117- 118. Aquí mes de resaltar esta alusión a los "hijos de este país", que podría estar relacionada con los 300 "exiliados" de 1848.

21 TREJO, Dení, "La invasión norteamericana", pp. 335-336. También consúltese a CHAMBERLAIN, Eugene Keith "Baja California After Walker: The Zerman Enterprise", en Hispanic American Historical Review, No. 34, mayo de 1954, pp. 175-189.

22 "Mas no por eso se dirá, ni puede decirse que el territorio de la Baja California quiere la anexación": "Acta de la municipalidad de San Antonio", San Antonio, 1º de junio de 1851, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 119.

23 La expedición de Morread de manera general se desarrolló entre mayo de 1851 y mayo de 1852, y la de Raousset en dos momentos, el primero de junio a diciembre de 1852, aunque el líder regresó a San Francisco desde Guaymas hasta mayo de 1853, y el segundo momento de abril a agosto de 1854, concluyendo con el fusilamiento de Raousset- Boulbon, véase TAYLOR, Lawrence D., "La fiebre del oro en Sonora durante la década de 1850 y sus repercusiones diplomáticas con Estados Unidos", en Revista de El Colegio de Sonora, vol. VII, No. 12, 1996, pp. 116-118, 120-125; CRAMAUSSEL, Chantal, "Francia y el norte de México (1821-1867)", en PÉREZ Siller, Javier y CRAMAUSSEL, Chantal (coord.), México Francia: memoria de una sensibilidad común, siglos XIX-XX, vol. II, ciudad de México, BUAP / El Colegio de Michoacán / CEMCA, 2004, p. 441; GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray, el conde de Raousset-Boulbon y otros miembros de la colonia francesa de la Alta California en la colonización de Sonora, México (1850-1854)", en CRAMAUSSEL, Chantal y GOZÁLEZ, Delia (editoras), Viajeros y migrantes franceses en la América española y portuguesa durante el siglo XIX, Zamora, El Colegio de Michoacán, 2007, pp. 311-337.

24 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 112, 132.

25 MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 100. Traducción libre. También consúltese GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", p. 318.

26 "Nosotros seguimos escuchando los más ominosos llamamientos además de movimientos filibusteros desde San Francisco" citado por MAY, Robert, "Manifest Destiny's Filibusters", p. 146. Véase también MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, pp. 20, 56. Traducción libre.

27 GILLIAM, Ronald R. "La "Gloriosísima empresa" de William Walker en Baja California, 1853-54: un estudio en improvisación", en CARRILLO, Miguel H., y HEATH, Hilarie J., (editores), Memoria 1999, Mexicali, Seminario de Historia de Baja California, A.C., 1999, p. 60.

28 CHAN, Sucheng, "A People of Exceptional Character. Ethnic, Diversity, Nativism, and Racism in the California Gold Rush", en STARR, Kevin y ORSI, Richard J., (editors), Rooted in Barbarous Soil. People, Culture, and Community in Gold Rush California, Berkeley, University of California Press, 2000, pp. 63-67. "Durante este mismo periodo, el movimiento nativista que había sido dirigido contra los mineros latinoamericanos y franceses, quienes no hablaban inglés, habían nacido en el extranjero y eran católicos, se transformó en un racismo contra los afroamericanos y chinos, cuya color de piel y otros fenotipos los diferenciaban de los anglosajones blancos protestantes", en CHAN, Sucheng, "A People of Exceptional Character", 67. Traducción libre.

29 AD-IIH, Gobernación, 7.62 (La Paz, junio 20 de 1850. Rafael Espinoza al ministro de Relaciones Interiores y Exteriores).

30 Es importante hacer énfasis en que las siguientes expediciones no fueron filibusteras, pero como señala Delia González, en el caso del marqués Charles de Pindray, "pasó a la historia como otro filibustero más aunque tanto sus cartas como sus reacciones indican que él estaba lejos de suscribir un proyecto como el que persiguió después el conde": GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", p. 337.

31 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 113-116.

32 Según una autora el grupo era de 84 hombres, pero lo interesantes es que consigna que "75 de los cuales eran ciudadanos franceses": CRAMAUSSEL, Chantal, "Francia y el norte de México", p. 440, ya que uno de las características interesantes del fenómeno del filibusterismo es que algunos de ellos argumentaron que sus proyectos eran para beneficiar a sus respectivos países de origen, principalmente estadounidenses y franceses, y aunque sus estados los repudiaban, terminaban apoyándolos en el regreso, y en el caso de Raousset, incluso cuando éstos habían dejado Francia para vivir en California. THOMSON, Janice, Mercenaries, Pirates, and Sovereigns, pp. 134-135.

33 La ley sonorense de colonización se publicó el 6 de mayo de 1850 y fue conocida como el "decreto 134". GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", p. 315.

34 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 118-119. Sobre el regreso de estos gambusinos franceses este autor lo refiere a noticias publicadas en el diario The Daily Alta California en la edición del 18 de octubre de 1852, véase TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 119, nota 32.

35 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 119-120; GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", pp. 322-324.

36 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 119, nota 32, 120, nota 33; GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", pp. 324-328.

37 TAYLOR, Lawrence, "La fiebre del oro en Sonora", pp. 120-121; GONZÁLEZ, Delia, "El marqués de Pindray", pp. 335-336.

38 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 61.

39 MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 20.

40 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 61; "Informe de Manuel María Gándara al ministro de Relaciones Exteriores", Ures, 8 de julio de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 128. Gastón García Cantú consigna que en marzo de 1853 ocurrieron las "Primeras escaramuzas de William Walker, para establecer una "colonia" en Guaymas, Sonora", en GARCÍA Cantú, Gastón, Las invasiones norteamericanas en México, ciudad de México, Secretaría de Educación Pública, 1986, pp. 193-194. Es de indicar que este autor, podríamos decir, subdivide y sobreestima algunos de los movimientos y etapas del proyecto filibustero de Walker hacia Sonora y Baja California, que como se señala en este ensayo abarca un periodo de un año y por tanto tuvo algunos énfasis diferenciados durante ese tiempo, pero no podemos considerar cada etapa como una expedición filibustera independiente.

41 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", pp. 62-63.

42 "No sólo los filibusteros utilizaron la prensa, pero a su vez los aventureros fueron manipulados por la prensa. Los comerciantes se aprovechan de la notoriedad filibustera como una forma de llamar la atención del público para su propaganda. (…) En una cantina en San Francisco en febrero de 1854 promovió los arreglos de alojamiento y comida para William Walker aludiendo a la aparente conquista de Sonora", en MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 70. Traducción libre.

43 Sobre las principales leyes de neutralidad estadounidenses. THOMSON, Janice, Mercenaries, Pirates, and Sovereigns, pp. 78-79. "La más importante de estas disposiciones legales, la "Ley de Neutralidad" de 1818, estipulaba multas de hasta tres mil dólares (una suma considerable en aquellos tiempos) y prisión de hasta tres años para que cualquier persona desde la jurisdicción de los Estados Unidos cometiera el delito menor de comenzar, invadir o suministrar los medios para "cualquier expedición militar… contra el territorio o dominios de cualquier príncipe extranjero o estado, o de cualquier colonia, distrito o personas, con las cuales los Estados Unidos se encuentran [en] paz", en MAY, Robert, "Manifest Destiny's Filibusters", p. 150. Traducción libre.

44 El 9 de octubre de 1853, Hitchcock escribió en su diario que: "Alrededor de mediados del mes pasado, he recibido una información sobre una expedición terrestre que estaba en esta ciudad y que iría a derrocar a la autoridad mexicana en el estado de Sonora, colindante con California por el sur [sic], y ya allí crear un gobierno revolucionario. Las órdenes del Presidente Fillmore son imperativas para prevenir dicha empresa hasta que se llevan a cabo, ya sea mediante el uso de la fuerza militar en mi poder", citado por WOODWARD, Arthur (editor), The Republic of Lower California, 1853-1854. In the words of its State Papers, Eyewitnesses, and Contemporary Reporters, Los Angeles, Dawson's Book Shop, 1966, p. 16. Traducción libre. No obstante, en la traducción al español de estas instrucciones, fechadas el 18 de noviembre de 1852, se refieren expediciones contra las islas de Sándwich, que posiblemente se refieran a los ataques filibusteros contra el reino de Hawaii. Sobre las instrucciones. "Mandato del presidente de los Estados Unidos al general Hitchcock", en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 135. Lo que es de resaltar es que la instrucción es del presidente Fillmore, del partido Whig y considerado antifilibustero, consúltese MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 66. Fillmore concluyó su periodo el 3 de marzo de 1853, habiendo iniciado el 9 de julio de 1850.

45 WOODWARD, Arthur, The Republic of Lower California, p. 17; GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 63; MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 133.

46 Hitchcock escribió: "¡Monstruoso! El juez está en manos de los aventureros. Yo no tomo mucha atención acerca de lo que hace. Sé que tengo razón, y eso es suficiente para mí", citado por WOODWARD, Arthur, The Republic of Lower California, p. 19. Traducción libre. También consúltese MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 158. Traducciones al español de las principales noticias sobre el juicio entre Walker y Hitchcock se pueden consultar en "Informe de Guillermo E. Barrón al ministro de Relaciones Exteriores", San Francisco, 13 de octubre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 134-138. Para dar una idea del monto de la demanda, el presidente Fillmore tenía asignado un sueldo anual de $25,000.00 dólares.

47 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 63. Una de las grandes incógnitas de esta historia es ¿qué pasó con los 85 pasajeros?

48 "Informe de Guillermo E. Barrón al ministro de Relaciones Exteriores", San Francisco, 1º de octubre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 133-134.

49 Marcy perteneció al gabinete del presidente Franklin Pierce, que gobernó del 4 de marzo de 1853 al 3 de marzo de 1857. "Elegido presidente en 1852 (…) Pierce inspiró una esperanza renovada en el movimiento filibustero americano. Como un antiguo general de la Guerra contra México, se rumoraba que era miembro de la Orden de la Estrella Solitaria, y nominado como candidato del expansionista Partido Demócrata, Pierce atrajo el apoyo de muchos de los que quería que el gobierno de los Estados Unidos fuera más agresivo en las conquistas territoriales", en MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 119. Traducción libre.

50 "Carta de W.L. Marcy a Santiago Gadsden", Washington, 1º de noviembre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 141. Por desgracia en esta antología de documentos no se consigna cómo fue que el documento llegó al Archivo de Relaciones Exteriores, quién lo tradujo, y mucho hubiera ayudado saber su fecha de recepción.

51 "Carta de James Gadsden a Manuel Díez de Bonilla", Ciudad de México, 6 de diciembre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 150.

52 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 72.

53 MAY, Robert, "Manifest Destiny's Filibusters", pp. 166-167, en especial las notas 64 y 65. También véase a Trejo Barajas, aunque no queda claro cuál es su postura: "Los preparativos de Walker interferían con las negociaciones que llevaba a cabo el gobierno estadounidense para obtener más territorio y que concluyeron el 30 de diciembre de 1853 con el tratado que les concedió La Mesilla", en TREJO, Dení, "La invasión norteamericana", p. 328.

54 Por ejemplo, "Aprovecho la salida de otro buque para Mazatlán, para remitir a vuestra excelencia copias de los periódicos publicados hoy, los que hace referencia a la salida antes de anoche de la barca nacional Carolina, con destino a Guaymas", en "Carta de Guillermo E. Barrón al ministro de Relaciones Exteriores", San Francisco, 18 de octubre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 140.

55 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 64.

56 WOODWARD, Arthur, The Republic of Lower California, p. 24; GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 65.

57 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 66.

58 "Decretos iniciales de la República", en WOODWARD, Arthur, The Republic of Lower California, pp. 27-28. Traducción libre.

59 MORISON, Samuel E., COMMAGER, Henry S. y LEUCHTENBURG, William E., Breve historia de Estados Unidos, ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 1987, pp. 341-342.

60 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 64.

61 Desde fines de 1852 se realizará la elección presidencial donde resultó ganador Pierce, demócrata, en contra de Winfield Scout. Ya desde el inicio del 31º Congreso, en diciembre de 1849, se habían presentado las polémicas sobre la incorporación de los nuevos territorios conquistados a México, sobre todo con relación al asunto de la esclavitud y asuntos relacionados con ésta, en dichos nuevas entidades federales, véase a MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, p. 24.

62 "Informe del cónsul general mexicano F. de Arrangoiz", en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 124, énfasis en el original.

63 CHANDLER, Robert J., "An Uncertain Influence. The Role of the Federal Government in California, 1846-1880", en BURNS, John F. y ORSI, Richard J. (editores), Taming the Elephant. Politics, Government, and Law in Pioneer California, San Francisco, California Historical Society / University of California Press, 2003, p. 227.

64 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 64. Un día antes, en la Ciudad de México, el ministro de Relaciones Exteriores reconocía los esfuerzos del gobierno estadounidense por reprimir estos "actos piráticos", véase "Carta de Manuel Díez de Bonila a Santiago Gadsden", ciudad de México, 19 de noviembre de 1853, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 145-146.

65 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 64. El mejor relato pormenorizado de las correrías de Walker en el norte de la Baja California, aunque sus fuentes son poco claras, se puede consultar en WALTHER Meade, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez. Caudillo y patriota de Baja California, Mexicali, Universidad Autónoma de Baja California, 1988.

66 "Un pastor, el mentado Antonio Meléndrez, joven sin instrucción alguna, y cuya conducta dejaba mucho que desear, pero fuerte y decidido, se puso a la cabeza de las fuerzas que habían permanecido fieles y logró desalojar al filibustero": ALRIC, Henry J.A., Apuntes de un viaje por los dos océanos, el interior de América y de una guerra civil en el norte de la Baja California, Mexicali, Secretaría de Educación Pública / Universidad Autónoma de Baja California, 1995, p. 138.

67 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 68. Un autor solo señala que en esta incursión buscaban a Antonio, véase WALTHER, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez, p. 38.

68 No obstante, en una nota periodística se dice "Un caballero mexicano de la región meridional del país, nos informó ayer que Meléndrez, el jefe de la fuerza insurreccional, se va con un alto a Santo Tomás": SDPL, San Diego Herald, vol. II, no. 3, p. 2 (San Diego, lunes 28 de junio de 1852).

69 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", pp. 68-69; WALTHER, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez, p. 38.

70 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 69.

71 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 69; WALTHER, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez, p. 39.

72 "Informe de Francisco Zarco", ciudad de México, 9 de marzo de 1861, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 100-101.

73 TREJO, Dení, "La invasión norteamericana, p. 330.

74 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 71. También consúltese "New Decrees and a New Republic", 21 de enero de 1854, en WOODWARD, Arthur, The Republic of Lower California, pp. 43-45.

75 "Proclama del Presidente de los Estados Unidos", en "Informe de J.N. Almonte al ministro de Relaciones Exteriores", Washington, 19 de enero de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 160; GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 71.

76 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 72.

77 AM-IIH, rollo 11, pp. 1-13 ("Dictation of Gov. Jorge Ryerson for the historical Works of Hubert Howe Bancroft").

78 "Carta de Madison A. Dornud a Santiago Gadsden", San Francisco, 29 de enero de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 163. En este tipo de acciones de las autoridades estadounidenses de buscar controlar o incluso detener a los filibusteros, ya en territorio extranjero, se veían en un punto contradictorio, ya que se podría asumir que estaban realizando una invasión. Preocupaciones que tuvo el comandante del Portsmouth para el caso de Walker: MAY, Robert, Manifest Destiny's Underworld, pp. 159-160.

79 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", p. 72; TREJO, Dení, "La invasión norteamericana, p. 332.

80 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", pp. 74-75.

81 VALADÉS, Adrián, Historia de la Baja California, 1850-1880, ciudad de México, Universidad Nacional Autónoma de México, 1974, pp. 42-43. Otra versión más simple: "Después de trasponer la serranía [Walker y sus hombres] se le unieron treinta cucapás que desaparecieron posteriormente con otras treinta reses, por lo que cinco de ellos fueron mantenidos como rehenes, y al intentar escapar, fueron muertos tres": WALTHER, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez, p. 59.

82 Para el 27 de noviembre de 1850 se dio el primer establecimiento de Fort Yuma, una milla al sur de la unión del río Gila con el Colorado, en el sitio del antiguo pueblo y misión de Nuestra Señora de la Purísima Concepción, y con el objetivo de la protección de los migrantes que se dirigían hacia California, consúltese HART, Hebert M., "History. Fort Yuma", en http://www.militarymuseum.org/FtYuma.html consultado el 20 de enero de 2006.

83 GILLIAM, Ronald, "La "Gloriosísima empresa" de William Walker", pp. 76-77; WALTHER, Adalberto, Antonio Ma. Meléndrez, pp. 60-61; "Informe de F. de Arrangoiz al ministro de Relaciones Exteriores", Nueva Orleáns, 6 de junio de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 184-185.

84 "Informe de Luis N. del Valle", San Francisco, 15 de abril de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 179.

85 "Noticias estadísticas que para el superior conocimiento del alto Gobierno dirige el coronel don Miguel Martínez, relativas al territorio de la Baja California del que es actualmente comandante principal y jefe político superior", en TREJO Barajas, Dení (edición, introducción y notas), Informes económicos y sociales sobre Baja California, 1824-1857, ciudad de México, Universidad Autónoma de Baja California Sur / Universidad Autónoma de Baja California / Secretaría de Educación Pública, 2002, pp. 103-117; TREJO Barajas, Dení, "La Frontera de la Baja California en la primera mitad del siglo XIX", en LANDAVAZO, Marco Antonio (coord.), Territorio, frontera y región en la historia de América. Siglos XVI al XX, ciudad de México, Editorial Porrúa / IIH-UMSNH, 2003, pp. 309-311.

86 AM-IIH, Documentos originales, rollo 10, pp. 157-163 (Santo Tomás, 25 de junio de 1851, "Padrón de los habitantes de la colonia militar").

87 BL, California Biography, vol. 13, p. 326 (San Diego, 20 de marzo de 1854, Carta de Francisco Javier del Castillo Negrete a Mariano Guadalupe Vallejo).

88 TREJO Barajas, Dení, "Declinación y crecimiento demográfico en Baja California, siglos XVIII y XIX. Una perspectiva desde los censos y padrones locales", en Historia mexicana, No. 215, enero-marzo de 2005, p. 793.

89 "Informe de Luis N. del Valle", San Francisco, 15 de abril de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, p. 179.

90 "Informe de Francisco del Castillo Negrete", San Diego, 9 de marzo de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 172-173. Énfasis añadido.

91 "Vecinos de la parte agredida del Partido del Norte de la Baja California al presidente Santa Anna", San Diego, 15 de abril de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 175-176.

92 "Informe de Luis N. del Valle", San Francisco, 15 de abril de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 176-177.

93 "Comunicación al cónsul mexicano en San Francisco", 23 de mayo de 1854, en LEÓN-PORTILLA, Miguel y MURIÁ, José María, Documentos para el estudio, pp. 183-184.

94 Pablo L. Martínez identifica a Warner con Bona, aunque no presenta las bases documentales o testimoniales de su afirmación: "Tomás Warner era inglés y usó en muchas ocasiones, especialmente en documentos oficiales, su apellido castellanizado en forma de Bona. Fue Presidente Municipal del Partido Norte y encargado de la primera autoridad política en varias temporadas, a partir de 1850": MARTÍNEZ, Pablo L., Guía Familiar de Baja California, 1700-1900. Vital Statistics of Lower California, México, Editorial Baja California, 1965, p. 746.

95 Estos seis expedientes me fueron proporcionados por Delia González de sus propias búsquedas en los National Archives of Unites States, en Washington, D.C., lo que agradezco.

96 Por ejemplo, NAUS, Walker Invasion Cases, RG 76, pp. 990-991 (Memorial Tomas Warner).

97 NAUS, Walker Invasion Cases, RG 76, pp. 998-999, (Memorial Pedro Gastelum).

98 GIMÉNEZ, Gilberto, "Territorio, cultura e identidades. La región socio-cultural", en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, época II, vol. V, no. 9, junio de 1999, p. 29.



Fuentes

Fuentes primarias

Archivos

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Fuentes secundarias

Artículos

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Libros

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Capítulos de libros

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