Introducción
En las últimas décadas, los sistemas de producción pecuaria en Latinoamérica han impactado positivamente el mercado agroalimentario, debido a la demanda de proteína animal proveniente de granjas con criterios de productividad sostenible, es decir, unidades de producción que fundamentan sus protocolos operativos sobre indicadores de eficiencia biológica aceptables y cuyos efectos esperados a largo plazo resulten favorables con respecto a rentabilidad económica y cuidado ambiental. En relación con el concepto de desarrollo sostenible, la cría de animales de granja, incluida la producción avícola, debe equilibrar los objetivos de producción con las necesidades de los animales y el ecosistema (1, 2, 3). La actual distribución de la población avícola en el mundo sugiere que la avicultura es una industria en constante desarrollo gracias a su corto período productivo, siendo el negocio agropecuario el de mayor alcance para el abastecimiento de proteína, grasa, minerales y vitaminas en comunidades de países subdesarrollados (4).
Hoy, los pollos de engorde (Gallus gallus) gracias al mejoramiento genético, se consideran una exitosa explotación comercial en términos económicos, cuya prioridad es suministrar un producto altamente nutritivo al menor costo posible, a pesar de que diversos factores de riesgo puedan influir en su calidad y precio (5, 6). De Verdal et al. (7) afirman que los costos por concepto de alimentación representan alrededor del 70% de la estructura económica en una granja avícola, por lo que la modificación del plan alimenticio es la principal medida para reducir significativamente los gastos de producción. Para esto, es indispensable mejorar los criterios de eficiencia biológica mediante el uso de indicadores como la ganancia de peso, la conversión alimenticia y el rendimiento en canal. Por otra parte, El-Wahab, Visscher y Kamphues (8) afirman que el avicultor moderno busca incorporar ingredientes económicos que le permitan reducir el uso de piensos comerciales, así como regular la ración diaria, para garantizar mayor sostenibilidad del sistema productivo.
Por su parte Carvalho, Zilli, Mendes, Morello y Bonamigo (9) sugieren que es necesario optimizar las prácticas de manejo zootécnico para incrementar la capacidad de convertir las entradas físicas del sistema (alimento), en productos comercializables (proteína). Sin embargo, los sistemas biológicos resultan complejos de operar cuando no es posible alcanzar los parámetros productivos deseados, lo cual amerita considerar en primera instancia, la eficiencia biológica en lugar de la eficiencia económica, debido a que es poco probable que la cría comercial de animales menos eficiente biológicamente sea sostenible a largo plazo.
Para Sefeedpari Rafiee y Akram (10) y Freitas, Vieira, Angel, Favero y Maiorka (11) el uso de ingredientes alternativos y estrategias de control alimenticio puede reducir significativamente los costos de producción en los sistemas avícolas, pues el gasto económico que representa adquirir materias primas importadas para formular y fabricar piensos, es un problema que limita la productividad en las granjas. En este sentido, Tallentire, Leinonen y Kyriazakis (6) resaltan la necesidad de llevar a cabo programas de alimentación que permitan expresar el potencial biológico de las aves, y así, mejorar los indicadores de eficiencia a favor de la sostenibilidad integral. La restricción alimenticia surge como una práctica no tradicional para el manejo de parvadas, con la que se busca regularizar la curva de crecimiento, reducir la incidencia de enfermedades metabólicas, generar menor deposición lipídica en canal, incrementar la eficiencia alimenticia y favorecer los indicadores financieros (12).
Para Sugeta, Giachetto, Malheiros, Macari y Furlan (13) y Zhan et al. (14) el efecto de la privación controlada de alimento se manifiesta en la capacidad de los animales para superar a sus mejores análogos cuando se les ofrece piensos de calidad ad libitum, por tanto, la tasa de crecimiento durante el período de realimentación se acelera hasta alcanzar el peso ideal según la etapa de vida productiva, de manera que la programación metabólica o adaptación fisiológica al estrés alimentario influye permanentemente sobre la dinámica de intercambio celular para el aprovechamiento efectivo de nutrientes, sin tener efectos adversos en el rendimiento de los pollos. Igualmente, Hassanein, Esmail y Abdel-Wareth (15) y Morais, Araújo, Rodrigues y D' Avila (16) han documentado que una veloz tasa de crecimiento temprana en pollos de engorde va acompañada de una serie de inconvenientes como trastornos metabólicos y musculoesqueléticos. Para enfrentar estos problemas se han utilizado los programas de restricción nutricional y, en caso de haber depresión del crecimiento durante el ayuno, el crecimiento es compensado más tarde por la realimentación, razón por la cual, los sistemas de restricción alimenticia mejoran el incremento de peso y el consumo de alimento a favor de una conversión positiva, sin presentar efectos secundarios en los rasgos de la canal y órganos digestivos. Si bien es cierto que el bienestar de los pollos de engorde ha sido un desafío para la industria avícola, es un tema para tener en cuenta con el fin de evitar las condiciones estresantes que puedan comprometer la calidad del producto.
El enfoque analítico basado en eficiencia biológica aporta según Tallentire et al., (6) sólidas pautas sobre fisiología productiva necesarias para la planificación estratégica en granjas avícolas realmente sostenibles. Considerando que a criterio de Jaramillo, Rodríguez, Piraquive, Cristiano y Vacca (17) el crecimiento compensatorio en pollos de engorde resulta fisiológicamente complejo de comprender y, que la supresión de alimentos balanceados comerciales se aplica para determinar el comportamiento de distintos criterios de selección y eficiencia alimenticia, en la presente investigación se evaluó el efecto de diferentes períodos de restricción alimenticia sobre parámetros zootécnicos asociados con la eficiencia biológica en pollos Cobb 500.
Materiales y métodos
Área experimental
El protocolo metodológico desarrollado fue aprobado por el Comité de Bioética de la Universidad de Los Andes, Mérida-Venezuela, quienes confirmaron que el manejo recibido por las aves durante el ensayo se ajustó a las pautas de experimentación con animales. La investigación fue conducida en un galpón de 34 m2 sobre una superficie de concreto sin problemas de hundimiento, con paredes y techo lavable (impermeable), y con ductos de ventilación accesibles, orientación este-oeste (clima cálido), ubicado en la población de Santa Cruz de Mora, Municipio Antonio Pinto Salinas del Estado Mérida, Venezuela entre las Coordenadas 08° 23' 18,6'' N; 71° 38' 32,2'' W, altitud de 636 m.s.n.m., temperatura media de 27 °C y humedad relativa promedio de 78 %.
Aves y manejo
Se emplearon 200 pollitos machos Cobb 500 de un día de edad, todos provenientes de una misma incubadora, con aspecto saludable, ojos vivaces, plumón brillante, alertas con metatarsos secos, sin anomalías ni malformaciones, inmunizados al nacer contra Newcastle, enfermedad de Marek y bronquitis infecciosa, así como contra Gumboro, en los días 7 y 14. Otra dosis contra Newcastle fue aplicada al décimo día de edad, siguiendo el protocolo sanitario de arranque propuesto por Perozo et al. (18) y Gómez, Cortés, López y Ávila (19). Las aves se dividieron al azar en veinte corrales, cada grupo de diez polluelos ocupó un espacio de 1.5 m2. Toda el área fue sometida previamente a lavado y desinfección utilizando la aspersión de formalina (15 mL/L), amonio cuaternario al 11 % (15 mL/L) y yodo (3 mL/L) disuelto en agua. Las aves permanecieron sobre una cama de cascarilla de arroz (10 cm de espesor). Cada corral disponía de un bombillo de 60 Watt que sirvió como fuente de calor artificial durante los primeros 14 días, un bebedero pendulante con surtidor automático (agua ad libitum), un comedero plástico de piso para pollos con 50 cm de longitud, el cual se utilizó durante los 12 días iniciales y, luego fue sustituido por comederos plásticos de tolva, todo debidamente ajustado a las sugerencias metodológicas de Amao, Ojedapo y Oso (4); Sugeta et al. (13) y Trómpiz et al. (20). Durante 42 días, las aves fueron criadas bajo criterios de manejo zootécnico convencional, recibieron veintitrés horas de iluminación y una hora de oscuridad (20:00-21:00) (21). De esta forma, se cumplieron los estándares de control sanitario, con la ayuda de antibióticos y anticoccidiales, y se monitoreó diariamente el suministro de agua, variables ambientales, signos clínicos patológicos y mortalidad (22, 23, 24).
Plan y control alimenticio
Los pollos fueron alimentados con una dieta equilibrada (Tabla 1) formulada al 20% de proteína cruda (PC) y 3100 kilocalorías (kcal) de energía metabolizable (EM)/kilogramo (kg) de materia seca (MS); a base de harina de soya, maíz, subproductos de trigo, suplementos antioxidantes, vitaminas, aditivos minerales y promotores del crecimiento, siguiendo las recomendaciones nutricionales de Morais et al. (16); Adino, Wondifraw y Addis (25) y Embaye, Ameha y Yusuf (26). Durante las semanas tres y cuatro (día 15 al 30 de edad) se aplicaron tratamientos (T) o regímenes de restricción alimenticia, los cuales consistieron en colocar los comederos fuera del alcance de los animales bajo los criterios experimentales que se detallan a continuación: T0 = consumo ad libitum de alimento concentrado (control); T1 = 12 horas (h) de ayuno y 12 de libre consumo; T2 = 14 h de ayuno y 10 h de libre consumo; T3 = 16 h de ayuno y 8 h de libre consumo y T4 = 18 h de ayuno y 6 h de libre consumo; superadas las semanas en las cuales se aplicó la restricción, las aves retomaron el consumo ad libitum de balanceado comercial. El consumo de alimento por réplica se registró diariamente durante el período experimental, mientras que el peso vivo individual de las aves se tomó una vez por semana.
Ingredientes (g/kg) | |
Harina de soya | 29.5 |
Maíz | 44.3 |
Sub-productos de trigo | 19.26 |
Aceite de soya | 4.75 |
Sal (NaCl) | 0.3 |
Fosfato dicálcico** | 1 |
Premezcla de vitaminas y minerales*** | 0.8 |
DL-Metionina | 0.09 |
Análisis calculado**** | |
Energía metabolizable (kcal/kg) ***** | 3.1 |
Humedad (%) | 12 |
Proteína cruda (%) | 20.21 |
Extracto etéreo (%) | 5.8 |
Fibra cruda (%) | 4 |
Lisina (%) | 1.11 |
Metionina (%) | 0.4 |
Metionina + Cistina (%) | 0.76 |
Calcio (%) | 0.94 |
Fósforo asimilable (%) | 0.5 |
Extracto libre de nitrógeno (%) | 54.28 |
*Alimento concentrado aves genérico II CONVACA®
** Contiene 23 % de Ca y 20 % de P (CaHPO4).
*** Vitamina A, 1500 IU; vitamina D3, 200 IU; vitamina E, 10 mg; vitamina K3, 0.5 mg; tiamina, 1.8 mg; riboflavina, 3.6 mg; ácido pantoténico, 10 mg; ácido fólico, 0.55 mg; piridoxina, 3.5 mg; niacina, 35 mg; cobalamina, 0.01 mg; biotina, 0.15 mg; Fe, 80 mg; Cu, 8 mg; Mn, 60 mg; Zn, 40 mg; I, 0.35 mg; y Se, 0.15 mg.
**** Las determinaciones analíticas se realizaron en el Laboratorio de Nutrición Animal de la Facultad de Agronomía, Universidad del Zulia-Venezuela; según protocolos establecidos por la Association of Analytical Chemists (27).
***** El cálculo de energía metabolizable (kcal/kg) se realizó de acuerdo con los criterios de conversión teórica expuestos por Kyntäjä, Partanen, Siljander-Rasi, Jalava (28).
Fuente: elaboración propia
Variables de eficiencia biológica
El éxito de una granja avícola se basa en favorecer los parámetros de EB (eficiencia biológica). Particularmente, en pollos de engorde la deposición proteica, con respecto al pienso consumido después de cubrir el requerimiento de mantenimiento, es la clave para garantizar sostenibilidad (26, 29, 30). Siguiendo las recomendaciones de Morais et al. (16) y Alkhair, Ahmed, Ismail, Alkurdi (31) se registró la ganancia total de peso (GTP), ganancia diaria de peso (GDP), consumo de alimento (CA), factor de conversión alimenticia (FCA), mortalidad (M) y rendimiento en canal (RC) de las aves como indicadores asociados al crecimiento, aprovechamiento del alimento y supervivencia. El CA se calculó a partir de la diferencia entre el total de balanceado despachado y el remanente hallado en los comederos, el incremento de peso fue determinado por la diferencia entre el peso inicial de las aves y el obtenido al final del período experimental, mientras que el resultado al dividir CA entre GTP permitió hallar la conversión alimenticia en los animales, la M se calculó con base en el porcentaje de aves muertas por tratamiento. Finalmente, al día 42 se sacrificaron las aves con previo ayuno de tres h para obtener el RC a partir de la relación porcentual entre el peso de la canal y el peso vivo de las aves al momento del beneficio.
Análisis estadístico
En función de los reportes experimentales de Castro, Contreras, Marcos, Silveira (22); Adino et al. (25) y Embaye et al., (26) se empleó un diseño completamente al azar con cinco T y cuatro repeticiones, adoptando un análisis de varianza (ANOVA) unidireccional y utilizando la prueba de Tukey para comparaciones múltiples de media (p < 0.05). Los datos recabados fueron procesados a través del paquete informático SAS® versión 9.1 bajo ambiente Windows, de acuerdo con el modelo aditivo lineal Y ij = µ + σ i + ɛ ij .
Resultados y discusión
Para Zubair y Leeson (32) los procesos biológicos ligados al crecimiento están influenciados por factores como la edad, la calidad del alimento, el genotipo y el programa alimenticio; al respecto Morais et al. (16) afirman que el hecho de exponer pollos de engorde a severas privaciones alimenticias en las primeras semanas de vida, compromete la respuesta biológica ideal desde el punto de vista productivo, generándose según Sugiharto, Henckel y Lauridsen (33) y Butzen et al. (34) un crecimiento retardado de los pollos y condicionando así, la EB que demanda la sostenibilidad en la avicultura contemporánea. El efecto de los diferentes periodos de restricción alimenticia sobre indicadores de EB asociados al crecimiento en pollos Cobb 500 se muestran en la Tabla 2. El peso inicial promedio de las aves se ubicó en 37.34 ± 0.44 g. Este valor fue similar al reportado por Idan, Paulk y Stark (35) en su experiencia con pollos de engorde, lo cual evidencia que al comienzo del ensayo hubo uniformidad entre las unidades de observación, ya que no se evidenciaron diferencias estadísticamente significativas (p > 0.05) entre los grupos evaluados. Se ha documentado que los pollos de engorde sometidos a restricción alimenticia estabilizan positivamente la ganancia de peso, mejoran el consumo y favorecen la conversión alimenticia (36).
*(a,b) Literales diferentes entre fila indican que los valores promedio por grupo difieren significativamente (p < 0.05).
Fuente: elaboración propia
Para Henn, Bockor, Ribeiro, Coldebella y Kessler (37) y Narinç, Öksüz-Narinç y Aygün (38) el crecimiento es cualquier cambio sobre el tamaño del cuerpo animal debido al incremento de proteína, grasa, agua y minerales en los tejidos durante una fracción de tiempo, siendo un parámetro zootécnico determinante para líneas avícolas pesadas. Al finalizar el trabajo de campo, se evidenció que no hubo diferencias significativas (p < 0.05) en los pesos iniciales y en los pesos finales de las aves al comparar los resultados obtenidos entre los grupos. La Figura 1-A muestra la curva de crecimiento durante toda la fase experimental para cada tratamiento, en ella se observa el incremento progresivo de peso mediante una función no lineal, tal y como lo plantean Henn et al. (37) y Adenaike et al. (39). Debido a la velocidad con la que crecen los pollos de engorde, Marcu et al., (40) expresaron que la GDP es un indicador clave para calcular la deposición proteica y, en consecuencia, una variable que influye sobre la viabilidad económica del negocio avícola. La GDP durante el ensayo no mostró diferencias estadísticamente significativas (p > 0.05) entre el grupo control y los demás tratamientos. Las aves ganaron en promedio 50.49 ± 3.05 g/d, un dato similar al expuesto por Pauwels et al. (41), los cuales reportan una GDP media de 53 g en pollos Cobb e híbridos Cobb x Sasso alimentados con materias primas alternativas. Igualmente, Abera, Abebe, Begna, Tarekegn y Alewi (42) obtuvieron una GDP promedio a los 42 días de 57.29 ± 24.06 g bajo condiciones de clima cálido semejantes al trópico americano, demostrando que la línea Cobb 500 presenta una acelerada tasa de crecimiento. Las aves sometidas al plan de alimentación restringida pudieron alcanzar una GTP de 2076.27 ± 94.52 g, mientras que el grupo control (T0) alcanzó 2297.47±13.55 g. Las aves de T4 mostraron el mayor peso vivo al beneficio (2199.72±10.04 g); sin embargo, no hubo diferencias significativas (p > 0.05) entre los grupos. Resultados similares fueron obtenidos por Sugeta et al. (13); Morais et al. (16) y Urdaneta-Rincón y Leeson, (43), razón por la cual la estrategia de supresión alimenticia aplicada en el presente estudio no ejerció ningún efecto negativo sobre la ganancia de peso, lo que sugiere una compensación favorable del crecimiento. En cuanto al CA, este fue ligeramente superior en los animales alimentados ad libitum, registrándose un valor promedio total de 4181.01 ± 306.46 g entre tratamientos, muy similar al calculado por Henn et al. (37); Mendes et al. (44), e Infante-Rodríguez et al. (45). Sahraei (12) afirma que la tasa de crecimiento está relacionada con el CA, por lo que la restricción alimenticia podría inhibir considerablemente la GTP; sin embargo, el análisis estadístico arrojó que el CA registrado en el T3 y T4, fue significativamente menor (p < 0.05) con respecto al grupo control, en tal sentido, los criterios prácticos de análisis productivo empleados actualmente por los avicultores, sugieren que el valor calculado de CA en el T4, probablemente ejerce un impacto económico significativo, considerando que la alimentación constituye el costo variable más alto (46). En la Figura 1-B se ilustra el comportamiento de la variable CA durante la experiencia en campo, y se observa que, a pesar de la disminución del consumo durante la restricción, al final del ensayo todos los grupos alcanzaron valores de ingesta similares al tratamiento control, tal y como fue reseñado por Hassanabadi y Moghaddam (47). El crecimiento acelerado que se observó durante el período de realimentación, se atribuye a una mayor eficiencia metabólica para el aprovechamiento de los sustratos dietéticos, esperando que el rendimiento de las aves al final del ciclo productivo sea igual o superior al alcanzado por las aves bien alimentadas tal y como lo argumentó Jahanpour et al. (21) y Salih, Tesfaye, Tamir y Singh (48) quienes demostraron que al ofrecer una dieta alta en energía y proteína a pollos de engorde previamente restringidos, estos exhibieron mejores indicadores de crecimiento en comparación con las aves alimentadas bajo esquemas tradicionales.
Con respecto al FCA, se determinó un valor promedio de 2.02 ± 0.08 sin hallarse un efecto estadísticamente significativo (p > 0.05) entre las restricciones alimenticias programadas para el T1, T2 y T3 y la respuesta productiva de los pollos asignados al T0. Igualmente, Jaramillo et al. (17) demostraron que la supresión diaria del alimento entre 15 y 20 % en pollos Avian Cobb 48 alcanzó una conversión alimenticia de 1.95 y, a su vez Morais et al., (16) reportaron un FCA de 2.11 en aves sometidas a severas restricciones. El análisis estadístico arrojó que el T4 resultó significativamente diferente (p < 0.05) con respecto a los demás tratamientos, obteniéndose un FCA promedio de 1.78 ± 0.14. El FCA es un parámetro favorable cuando de sostenibilidad alimenticia se trata, ya que, a menor valor de conversión alimenticia, la transformación de alimento consumido a músculo es más eficiente. Por su parte, Santoso (49), basado en teorías asociadas al crecimiento compensatorio en aves, sometió a restricción alimenticia pollos Arbor Acres obteniendo un FCA igual a 1.70 el cual fue considerado como el parámetro ideal de análisis para garantizar productividad; así mismo Rosero et al., (50) demostraron experimentalmente que la cría eficiente de pollos Cobb 500 gira en torno a un FCA de 1.70 bajo criterios de manejo zootécnico tradicional; a su vez, Urdaneta-Rincón y Leeson, (43) lograron el menor FCA (1.74 ± 0.04) en aves sometidas a una leve restricción de alimento y Alkhair et al. (31) lo alcanzaron (1.78 ± 0.09) al incorporar 6 h de ayuno durante 8-28 días de haber iniciado el estudio en sus parvadas, es así como se demuestra en la presente evaluación, que el FCA resultó favorable en las aves que ayunaron hasta 18 h durante el periodo en el cual se aplicó la restricción. Por otra parte Moran (51), afirma que a lo largo de la vida productiva de las aves, el esquema práctico nutricional influye sobre el rendimiento y calidad de la carne, lo cual repercute sobre el valor final del producto; por ello, se consideró el RC como un indicador importante para la comercialización del pollo beneficiado, en este sentido, se obtuvo un rendimiento promedio de 71.75 ± 0.8 % sin hallarse diferencia significativa (p > 0.05) entre los tratamientos, resultando T0 (72.65±1.34 %) y T4 (72.42±1.93 %) con los porcentajes más altos; resultados similares fueron fijados por Zhan et al. (14), Jaramillo et al. (17), García et al. (52) al lograr rendimientos de 73 ± 3.39 %; 72.69 ± 0.18 % y 71.41 ± 0.73 % respectivamente, tras someter pollos de engorde a diferentes criterios de restricción nutricional. Finalmente, el efecto de la restricción sobre la mortalidad no tuvo efecto negativo, pues no se registraron muertes durante la evaluación, por esta razón Morais et al. (16) Boostani, Ashayerizadeh, Mahmoodian, Fard y Kamalzadeh (53) y Sahraei (54) coinciden en señalar que, al controlar la oferta de alimento concentrado, las aves de engorde manifiestan crecimiento compensatorio como una respuesta homeostática que minimiza la incidencia de trastornos metabólicos y, a su vez, el número de aves muertas. Es evidente que los resultados presentados en este estudio, reflejan que los pollos sometidos a restricción de alimento produjeron una ganancia de peso compensatoria al obtenerse una GTP y GDP relativamente igual a las aves no restringidas, así mismo, se presume que el beneficio económico en los tratamientos con menor CA y FCA es superior, debido al mayor aprovechamiento del balanceado comercial; en tal sentido, los pequeños avicultores podrían considerar esta práctica alimentaria en sus granjas como una alternativa para aprovechar al máximo el recurso dietario.
Conclusión
La restricción alimenticia surge como una estrategia de manejo nutricional sostenible en la avicultura moderna para favorecer los indicadores de eficiencia biológica, reducir costos operativos y mortalidad debido a patologías metabólicas. Durante el periodo del estudio, las aves pudieron compensar la pérdida de peso ocurrida durante la restricción alimenticia, pues se evidenció que todos los grupos evaluados manifestaron similar comportamiento productivo, al obtenerse valores de peso corporal estadísticamente iguales que las aves alimentadas ad libitum. Sin embargo, la supresión de alimento concentrado durante 18 horas (T4), generó los mejores valores para consumo y conversión alimenticia, demostrando la factibilidad del tratamiento para activar la programación metabólica del crecimiento compensatorio en pollos Cobb 500.