Introducción
La tenencia responsable de mascotas inicia cuando se decide tener un animal de compañía y se nota que para ello es importante contar con recursos básicos como presupuesto, espacio y tiempo, con el propósito de garantizar el bienestar animal (1). Asimismo, con ello se busca evitar riesgos que pueden afectar la salud e integridad física y emocional de las personas, familias y la sociedad en general (2).
Cabe destacar que los perros y gatos son los animales de compañía que se encuentran con mayor frecuencia en los hogares de Perú. En San Martin de Porres, Lima, se estimó una población de 83.845 perros al considerar una relación de un perro por cada siete personas (3). En asentamientos humanos de Ventanilla, Callao, se estimó una relación superior: un perro por cada 3,98 personas y un gato por cada 5,34 personas (4). Del mismo modo, en un asentamiento humano de la provincia de Huamanga, Ayacucho, la relación persona: perro estimada fue de 3,2 (5).
En ese sentido, el perro cumple diferentes funciones como la de compañía, el pastoreo, la vigilancia de la propiedad, la detección olfativa de sustancias ilícitas, así como la función de terapia o asistencia, entre otras. En el caso de los gatos, estos suelen ser usados como compañía, pero además sirven como controladores biológicos de roedores (6).
Sin embargo, la interacción humano: animal de compañía ha traído algunas complicaciones debido a la inadecuada tenencia de estos, que resulta afectando a grupos vulnerables como niños, ancianos y personas con inmunosupresión (7). La tenencia irresponsable de estos animales puede llegar a representar un riesgo para la salud, el bienestar y la seguridad de las personas. Estos animales pueden actuar como reservorios de una serie de enfermedades zoonóticas como la toxocariasis (8, 9), la equinococosis (10) y la rabia en Perú (11). Además, pueden provocar accidentes por mordedura, lo que implica el riesgo de contagio de rabia (12). También pueden generar contaminación del ambiente por orines y defecación, o porque rompen bolsas de basura. A ello se suma la contaminación sonora por ladridos o maullidos persistentes, y favorecen el crecimiento descontrolado de la población de perros y gatos, debido a un pobre o nulo control reproductivo por parte de los propietarios (13).
En este contexto, es importante conocer la población de animales de compañía que habita una determinada región, así como la interacción que hay entre las personas y estos animales. Por ello, los objetivos del presente estudio fueron describir las características de la crianza de dichos animales de compañía, al igual que evaluar conocimientos y prácticas asociadas a la exposición a zoonosis en los pobladores del distrito de La Coipa, Cajamarca, Perú, en el año 2019.
Materiales y métodos
Lugar de estudio
El estudio se realizó en el distrito de La Coipa, que es uno de los siete distritos de la Provincia de San Ignacio, en el departamento de Cajamarca, Perú. Tiene una población de 21.032 habitantes, 5524 viviendas, y está ubicado a 5°23′36″S, 78°54′16″O. Su capital es el poblado de La Coipa, que se encuentra a 1500 msnm. Tiene una temperatura promedio de 23 °C (14, 15).
Diseño y población objetivo
El estudio corresponde a una investigación observacional descriptiva de corte transversal que se desarrolló entre los meses de enero a marzo del año 2019. En ese lapso, la población objetivo fue los pobladores que habitaban las viviendas ubicadas adentro de la jurisdicción del distrito de La Coipa.
Tamaño de muestra
El tamaño de la muestra se calculó mediante la fórmula de comprobación de una proporción para poblaciones desconocidas. El nivel de confianza utilizado fue de 95 %, el error máximo admisible fue del 6 %, y se implementó una proporción referencial del 50 % para la variable de tenencia de algún animal (valor utilizado cuando se desconoce la proporción referencial, lo que permite obtener el tamaño de muestra más grande). El tamaño de muestra calculado fue de 267 viviendas a encuestar como mínimo. El principal criterio para incluir a una persona en el estudio fue que fuera padre o madre de familia mayor de edad. Se consideró como criterio de exclusión a las personas que, cumpliendo los criterios de inclusión, decidieron no firmar el consentimiento informado.
Instrumento de recolección de datos
Se diseñó una encuesta que fue validada por la opinión de expertos y que consignó las siguientes variables:
Datos generales (sexo, edad, grado de instrucción, número de personas que viven en la casa, lugar de vivienda y actividad laboral).
Tenencia de animales de compañía (especie, cantidad, utilidad).
Conocimiento de enfermedades zoonóticas transmitidas por animales de compañía (tipo de enfermedad y conocimiento de quién lo transmite).
Prácticas relacionadas con los perros y gatos: vacunación, desparasitación, manejo de accidentes por mordedura, control de la reproducción.
Percepción de los perros vagabundos.
Recolección de datos
La selección de las viviendas encuestadas se realizó a través de un muestreo estratificado, en el que se consideró una selección proporcional de viviendas de zonas urbanas y zonas rurales (caseríos). Asimismo, la selección de las viviendas dentro de cada estrato siguió los criterios de un muestreo aleatorio simple.
La encuesta se inició con la presentación del encuestador ante una vivienda y la solicitud de la participación de un adulto responsable del hogar, a quien se le informó acerca de la justificación y objetivos del estudio, y se le pidió su participación voluntaria (se leyó el consentimiento informado). Dicha participación fue confirmada con una firma o huella digital en el consentimiento informado. Luego de ello, el encuestador procedió a leer las preguntas y a marcar las respuestas en el documento. Al finalizar la encuesta, se agradeció la participación.
Análisis de datos
La información que provino de la encuesta fue resumida mediante estadística descriptiva. Se utilizó la media como medida de tendencia central, y la desviación estándar y los valores extremos como medidas de dispersión, para las variables cuantitativas. En el caso de las variables cualitativas, se utilizaron cuadros que presentaron los resultados en frecuencias absolutas y relativas. Para evaluar la asociación entre la procedencia (rural o urbana) y la tenencia de animales de compañía, el conocimiento sobre enfermedades zoonóticas, las prácticas sanitarias y la percepción sobre los perros vagabundos, se utilizó la prueba de Ji cuadrado.
Consideraciones éticas
El estudio se inició una vez que el Comité Institucional de Ética de la Universidad Peruana Cayetano Heredia lo aprobó. El documento de conformidad corresponde a la constancia 470-20-18. La participación en el estudio fue voluntaria, y se resguardó la identidad de los participantes.
Resultados
Un total de 280 personas fueron entrevistadas, de las cuales el 46,4 % (130) habitaba la zona urbana, y el 53,6 % (150), la zona rural. El sexo de los encuestados fue masculino en el 48,0 % (134) de los casos, y femenino en el 52,0 % (146). El grado de instrucción predominante fue primaria (49,6 %, 139) seguido de la secundaria (33,9 %, 95). Solo el 8,2 % (23 personas) de los encuestados tenía estudios superiores (técnico o universitario), y el 8,2% (23 personas) no contaba con estudios.
El número predominante de habitantes por vivienda fue de cuatro (27,1 %, 76) y tres (23,2 %,65). En tanto, menos de tres agrupó al 17,8 % (50) y más de cuatro al 31,8 % (89). La edad media de los entrevistados fue de 44,3 años (desviación estándar de 14,7 y valores extremos de diecinueve a noventa años). El 53,6 % (150) de los encuestados fueron agricultores, 30,4 % (85) amas de casa, el 8,9 % (25 personas) comerciantes, 2,5 % (7 personas) trabajadores públicos. La diferencia, 4,6 % (12 personas) correspondió a otras actividades (tres estudiantes, tres mecánicos, dos estilistas, una costurera, un docente, una enfermera y un zapatero).
El 70,7 % (198) de los encuestados poseían perros y el 50,7 % (142) poseía gatos. La distribución del número de animales de compañía entre los encuestados se presenta en la tabla 1. La relación persona: perro calculada fue de 3,0: 1 y la de persona: gato fue de 5,0: 1, lo que representó un total de 7006 perros y 4203 gatos, en tanto que se estima la población de estos animales con base en la información de la población de La Coipa ofrecida por el INEI (2017). Cabe destacar que el detalle de la relación persona: animal de compañía según zona de estudio (urbano o rural) se presenta en la tabla 2. En tanto, el 79,8 % (158) de quienes tenían perros mencionó que su utilidad principal era la de guardia, y el 20,2 % (40) lo utilizaba como animal de compañía. En el caso de los gatos, el 95,8 % (136) lo utilizaba como controlador biológico de roedores y solo el 4,2 % (6) lo utilizaba como animal de compañía. Se encontró una diferencia estadística significativa entre el uso de los perros por procedencia del encuestado (p=0,000). En ese sentido, el uso como guardián predominó en la zona rural. En el caso de los gatos, no se encontró diferencia estadística entre las proporciones de uso por procedencia del encuestado.
El 91,1 % (255) de los encuestados manifestó no conocer el significado de la palabra zoonosis. Cuando se preguntó acerca de enfermedades específicas, la tasa de respuestas afirmativas asociadas al conocimiento del animal transmisor, o el animal que se encontraba involucrado en la transmisión, fue alta para el caso de la rabia. En las otras enfermedades el conocimiento fue bajo. Es importante señalar que el detalle de los conocimientos sobre cada enfermedad se encuentra en la tabla 3. Asimismo, no se encontró asociación entre la zona de procedencia del encuestado (urbana o rural) y el conocimiento de las enfermedades consideradas en la encuesta.
De los 198 encuestados que manifestaron tener perros, el 83,3 % (165) mencionó vacunar contra la rabia a sus animales. Entre los que tenían perros y gatos, el 78,5 % (232) manifestó que desparasitaba a sus animales contra parásitos externos y el 45,3 % (105) contra parásitos internos. En tanto, el 26,7 % (62) de los que desparasitaban externamente, lo hacía en intervalos recomendables (hasta cada tres meses). En el caso de las desparasitaciones internas, la frecuencia adecuada (máximo cada 3 meses) era realizada por el 18,1 % (42) de los encuestados. Asimismo, no se encontraron diferencias entre la proporción de encuestados que realizaban prácticas sanitarias en los perros (vacunación y desparasitación externa e interna) por efecto de la zona de procedencia.
Por otra parte, el 60,9 % (106) de los encuestados manifestó haber sufrido un accidente por mordedura de perro. No se encontró asociación entre la proporción de encuestados que afirmaba haber sufrido un accidente de mordedura dentro del entorno familiar, y la zona de procedencia del encuestado. De ellos, el 61,3 % (65) manifestó haber lavado la herida con agua y jabón, el 34,9 % (37) se dirigió al centro de salud, y solamente el 1,9 % (2 personas) lavó la herida con agua y jabón, y posteriormente se dirigió al centro de salud. El 1,9 % (2 personas) de los encuestados no contestó la pregunta.
En cuanto al control de la reproducción de los animales de compañía, de un total de 232 encuestados que respondieron la pregunta, solo el 37,5 % (87) mencionó realizarlo. No se encontró una asociación entre la práctica del control reproductivo de los animales de compañía y la procedencia de los encuestados. De ellos, solo el 3,4 % (3 personas) indicó que sus animales estaban esterilizados o castrados. La mayoría, 64,4 % (56), mencionó mantenerlos encerrados y el 32,2 % (28 personas) señaló que los animales recibieron un anticonceptivo inyectable (ampollas). No se encontró ninguna asociación entre la preferencia de los métodos de control reproductivo y la procedencia del encuestado.
Entre tanto, la disposición de las crías, en caso de que los animales de compañía se reprodujeran, fue contestada por 127 encuestados. De ellos, el 81,9 % (104) respondió que las regalaría, el 3,2 % (4 personas) que las vendería, el 2,4 % (3 personas) las regalarían o venderían, y la cantidad restante, el 12,6% (16 personas), señaló otras formas de disposición (abandono en la calle o eliminación).
Respecto a los perros vagabundos, el 98,2 % (275) mencionó que estos representaban un problema. Además, para el 70,0 % (193) de los encuestados, estos animales tendrían dueño. En tanto, la proporción alusiva a la percepción de que los perros vagabundos representaban un problema, y de si estos tenían dueños, no varió por efecto de la procedencia de los encuestados. En ese escenario, los principales problemas ocasionados por los perros vagabundos que reconocieron los encuestados fueron los accidentes por mordeduras, el que se ensuciaran las calles con heces, y la transmisión de enfermedades. Al respecto, el detalle se presenta en la tabla 4. En cuanto a los responsables de afrontar el problema, se menciona principalmente a la municipalidad. El detalle se presenta en la tabla 5. Cabe señalar que la solución a este problema que fue mencionada con mayor frecuencia fue la adopción y la eliminación o eutanasia de los perros vagabundos. El detalle se presenta en la tabla 6.
Número de animales | Perro | Gato | ||
---|---|---|---|---|
Nro. | % | Nro. | % | |
Uno | 84 | 42,4 | 96 | 67,6 |
Dos | 71 | 35,9 | 35 | 24,7 |
Tres | 30 | 15,2 | 6 | 4,2 |
Cuatro | 11 | 5,6 | 2 | 1,4 |
Más de cuatro | 2 | 1,0 | 3 | 2,1 |
Total | 198 | 100 | 142 | 100 |
Fuente: elaboración propia
Zona | Nro. de Encuestas | Total de Personas | Perros | Gatos | ||
---|---|---|---|---|---|---|
Total de animales | Personas: perro | Total de animales | Personas: gato | |||
Urbano | 130 | 527 | 106 | 5,0: 1 | 89 | 5,9: 1 |
Rural | 150 | 567 | 264 | 2,1: 1 | 130 | 4,4: 1 |
Total | 280 | 1094 | 370 | 3,0: 1 | 219 | 5,0: 1 |
Fuente: elaboración propia
Enfermedad | No escuchó | Escuchó - No sabe cómo se transmite | Escuchó - Sí sabe cómo se transmite | |||
---|---|---|---|---|---|---|
Nro. | % | Nro. | % | Nro. | % | |
Rabia | 29 | 10,4 | 38 | 13,6 | 213 | 76,1 |
Toxoplasmosis | 206 | 73,6 | 50 | 17,9 | 24 | 8,6 |
Leptospira | 247 | 88,2 | 29 | 10,4 | 4 | 1,4 |
Hidatidosis | 252 | 90,0 | 25 | 8,9 | 3 | 1,1 |
Toxocariasis | 241 | 86,1 | 37 | 13,2 | 2 | 0,7 |
Fuente: elaboración propia
Problemas | Nro. | % |
---|---|---|
Accidentes como mordeduras | 173 | 62,9 |
Ensuciar la calle con heces | 113 | 41,1 |
Transmisión de enfermedades | 111 | 40,4 |
Rotura de la bolsa de basura | 79 | 28,7 |
Se comen las aves | 14 | 5,1 |
Fuente: elaboración propia
Problemas | Nro. | % |
---|---|---|
Municipalidad | 190 | 69,1 |
Vecinos - comunidad | 37 | 13,5 |
Ministerio de Salud | 28 | 10,2 |
Los dueños | 12 | 4,4 |
Protectores de animales | 6 | 2,2 |
No opina | 2 | 0,7 |
Total | 275 | 100 |
Fuente: elaboración propia
Problemas | Nro. | % |
---|---|---|
Adopción | 95 | 34,5 |
Eliminación/ eutanasia | 76 | 27,6 |
Esterilización/castración | 32 | 11,6 |
Albergues | 32 | 11,6 |
Concienciación a dueños | 14 | 5,1 |
Encerrar a los perros | 6 | 2,3 |
Otros3 | 16 | 5,8 |
No opinan | 4 | 1,5 |
Total | 275 | 100 |
Fuente: elaboración propia
Discusión
La Coipa es un modelo de muchos distritos constituidos de zonas rurales y urbanas en el Perú, en donde la crianza de los animales de compañía se realiza sin tomar en cuenta la tenencia responsable, el bienestar animal y el riesgo que pueden representar estos animales como reservorios de enfermedades que podrían afectar a las personas. En ese escenario, las encuestas se realizaron a personas mayores de edad y predominaron las personas del sexo femenino; rasgo de la investigación que probablemente está asociado a que ellas son quienes permanecen en la vivienda durante el día, y están encargadas de la atención de los hijos, así como del cuidado de los animales criados a traspatio, así como de la huerta familiar. Asimismo, ellas son responsables de la preparación de los alimentos.
Cabe señalar que el porcentaje de viviendas con perros fue alto (70,7 %), un resultado que podría esperarse en zonas rurales. En dos asentamientos humanos de la provincia de Huamanga, Ayacucho se encontró que el 69,8 % de los encuestados tenía perros (6) y en Huaraz, Ancash esta proporción alcanzó el 77,5 % (16). Estos resultados difieren a los encontrados en zonas urbanas en donde el porcentaje de viviendas con perros es menor. Por ejemplo, se encontraron valores de 58,2% en San Martín de Porres, Lima (3), 60,4 % en Comas, Lima (17), 61,9% en Ventanilla, Callao (4), 54,2% en San Borja, Lima (18) y 56,1 % en Bellavista, Callao (19). En el caso de los gatos, la proporción de viviendas que los poseían fue de 50,7 %, valor que se encontraba por encima de los que se reportan en zonas urbanas como Ventanilla, en donde la proporción de viviendas con gatos fue de 40,0 % (4) y en San Borja, donde alcanzó el 11,6% (18).
En ese sentido, en La Copia, Cajamarca, la relación persona: animal de compañía es estrecha, y sigue el patrón encontrado en los últimos estudios demográficos realizados en diferentes lugares del país. Aparentemente, la condición socioeconómica de los lugares estudiados no afectaría esta relación en el caso de los perros. Así, en lugares con estratos socioeconómicos bajos, Morales (16) encuentra una relación personas: perros de 3,4: 1 en Huaraz, Ancash, Málaga et al. (20) encuentran 3,9: 1 en Los Jardines de Manchay, Lima, y Rendón et al. (4) de 3,98: 1 en Ventanilla, Callao. En el caso de lugares con estratos socioeconómicos medio a altos, se encuentran los resultados de Arellano et al. (18) que reportan una relación de 5,0: 1 en San Borja, Lima, y los de Harada et al. (19) de 5,6: 1 en Bellavista, Callao. Sin embargo, cuando los resultados de La Coipa, Cajamarca, se clasifican por zona de procedencia, la relación persona: perro es más estrecha en la zona rural.
Cabe señalar que la relación persona: perro es una información requerida por las autoridades del sector salud, debido a que esta les permite estimar la población de perros que habitan una determinada zona: precisamente, a partir de esa información podrán planear adecuadamente las campañas de vacunación antirrábica (21).
En tanto, en el caso de la relación persona: gato encontrada en el estudio, esta fue más estrecha a la encontrada por Llalla (22), quien reportó una relación de 18,5: 1, en una encuesta realizada en colegios de distintos estratos socioeconómicos de Lima (11,4: 1 en San Martin de Porras; 31,1: 1 para Surco; y 30,7: 1 para Breña). Lo mismo ocurrió con respecto al resultado reportado por Arellano et al. (18), en San Borja, Lima, en donde la relación fue de 19,5: 1.
Asimismo, el conocimiento de la relación persona: animal de compañía es también importante para los gobiernos locales. Esto obedece a que con ella se pueden planificar los requerimientos y evaluar los programas de tenencia responsable de animales de compañía que las autoridades locales deben desarrollar, de acuerdo con la ley que regula el régimen jurídico de los perros (23).
En caso de los perros, su utilidad principal fue de guardianes. En estudios anteriores, realizados en zonas rurales o urbano-rurales -como lo son el de Morales (16) en Huaraz, Ancash y el de Cuzcano et al. (5) en Huamanga, Ayacucho-, así como en los estudios realizados a nivel urbano, el principal uso de los perros fue de animal de compañía. Se encontró que la proporción de hogares que consideraban como guardianes a sus perros fue significativamente mayor en la zona rural, probablemente porque su tenencia se da para proteger al ganado y las viviendas.
En el caso de los gatos, la utilidad principal fue como controlador biológico de roedores. Cabe señalar que Arellano et al. (18) observaron que el uso de gatos en el distrito de San Borja, Lima, fue el de animal de compañía en el 100 % de los encuestados. En ese sentido, la condición socioeconómica del distrito, el contar con servicios básicos, así como el cumplimiento de los servicios de saneamiento ambiental, explicarían estas diferencias en la utilidad de los gatos con respecto a La Coipa.
Es destacable que la enfermedad zoonótica que fue reconocida con más frecuencia por los encuestados fue la rabia. Esto probablemente obedece a la difusión con que se promocionan las campañas de vacunación antirrábica de los perros (VANCAN). Con todo, las otras zoonosis son poco difundidas, debido a que no forman parte de ningún programa de control nacional. Al respecto, Llalla (22) también encuentra que la rabia fue la enfermedad más ampliamente conocida entre estudiantes de cuarto y quinto año de secundaria de colegios de diferentes estratos socioeconómicos en Lima.
Más del 80 % de los encuestados destacó la importancia de vacunar contra la rabia. Sin embargo, a decir de los encuestados, la campaña de vacunación antirrábica no llega a La Coipa, y la vacunación se realiza haciendo uso del servicio de un técnico agropecuario, profesional al que también se recurre en caso de las desparasitaciones. Se debe de tener presente de que el mantenimiento de altas coberturas de vacunación antirrábica en perros previene la diseminación de la rabia ante el eventual ingreso del virus rábico variante urbana a esta zona.
En lo que respecta a la desparasitación, esta se realiza con mayor frecuencia en el caso de los parásitos externos a comparación de la desparasitación de los internos. Esto probablemente se debe a que los parásitos externos eran vistos por las personas y les producían incomodidad tanto a los animales como a los propietarios; mientras tanto, a los internos no se los suele ver fácilmente, a menos que los animales se encuentren muy parasitados. Sin embargo, en ambos casos, las desparasitaciones hechas con la frecuencia recomendada suceden en una proporción baja, lo que podría obedecer a que las parasitosis no eran consideradas un problema o debido a los costos que implica la desparasitación.
En cuanto a accidentes por mordedura de perros, más de la mitad mencionó haber sufrido uno; sin embargo, menos del 50 % había recurrido al centro de salud para recibir atención médica. Estos resultados son similares a los encontrados en otros estudios realizados en zonas de Perú no endémicas a la rabia, como lo son San Martin de Porres, Lima (24) y Huaraz, Ancash (25). Sin embargo, esta situación se presenta también en zonas endémicas a la rabia, como lo mencionan Talavera et al. (26) en un estudio realizado en Puno y Madre de Dios. Dada la importancia de los accidentes por mor dedura sobre la salud de las personas, los resultados encontrados deben llamar a la necesidad de informar y educar a la población en la prevención de ac cidentes por mordedura de perros y en la aplicación de la “triada preven tiva de la rabia” (lavar la herida con abundante agua y jabón, identificar al animal agresor y recurrir al centro de salud) (27).
Respecto al control de la reproducción, el método usado principalmente fue el encierro. La tasa de animales esterilizados y castrados fue baja. Esto podría estar relacionado con la poca disponibilidad de servicios veterinarios y con los costos monetarios en los que se incurre con ello. Por su parte, Pelaez et al. (28) encuentran que los métodos quirúrgicos son los preferidos por los médicos veterinarios de práctica clínica en animales de compañía. Además, Rojas et al. (29) reportan que los propietarios prefieren someter a control reproductivo principalmente a las hembras. Estas dos situaciones serían una limitante para la instauración de un programa de control poblacional de perros en zonas vulnerables como La Coipa, toda vez que el distrito tiene condiciones socioeconómicas que limitan esta práctica.
En cuanto a los perros vagabundos, los encuestados percibían que la mayoría tenía dueño. Aquello llevaría a deducir que los perros no tienen restricciones para salir a las calles, por lo que pueden representar un problema para la salud pública. En ese sentido, León et al. (21) mencionan que estas poblaciones tienen la potencial capacidad de provocar accidentes por mordedura, ensuciar la calle con heces y transmitir enfermedades; problemas que fueron considerados también como los principales por la población encuestada.
En ese escenario, la municipalidad fue la institución sindicada como la que debe enfrentar el problema de los perros vagabundos. Lo anterior coincide con lo mencionado por Vizquerra et al. (30), quienes encontraron opinión similar entre los estudiantes de Medicina Veterinaria de dos universidades de Lima. Con respecto a las posibles soluciones al problema consideradas por los encuestados, se observa que hay respuestas extremas. Se considera a la adopción o la eutanasia de los animales como alternativas. En contraste, Vizquerra et al. (30) señalan que los estudiantes de veterinaria consideran que la esterilización de hembras sería la mejor solución para este problema. Según la Ley N° 27596, que regula el Régimen Jurídico de Canes (23), las municipalidades deben enfrentar estos problemas, a través del recojo de animales vagabundos, su custodia por treinta días y, por último, su eutanasia, en caso de que estos no fueran reclamados o incorporados a la sociedad mediante un programa de adopción.
En este contexto, el estudio muestra que en el distrito de La Coipa, Cajamarca, la crianza de animales de compañía debe ser mejorada, involucrando buenas prácticas en su manejo. Asimismo, se debe informar a la población acerca de las enfermedades que afectan la salud de los animales, al igual que aquellas que tienen carácter zoonótico. A partir de la línea de base que ofrece el estudio, se deben desarrollar programas sanitarios y educativos, de forma que se apoye a los propietarios de los animales de compañía en la mejora de la crianza, y se disminuya en la población humana el riesgo de exposición a las zoonosis.
Conclusiones
El presente estudio concluye que la utilidad principal del perro fue la de guardián, y la del gato fue la de controlador biológico de roedores. Asimismo, la mayoría de propietarios de perros y gatos indicaron tener prácticas inadecuadas con relación a la tenencia responsable de animales de compañía, y estas no variaron por efecto de su procedencia (rural o urbano). Además, los pobladores del distrito desconocen la forma de transmisión de las principales enfermedades zoonóticas, por lo que se requiere de una intervención educativa, con el fin de evitar la exposición a dichas enfermedades.