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Cuadernos de Contabilidad

Print version ISSN 0123-1472

Cuad. Contab. vol.15 no.spe39 Bogotá Dec. 2014

https://doi.org/10.11144/Javeriana.cc15-39.ecgc 

Ética y contabilidad de gestión. Un camino posible hacia el logro de objetivos*

Ethics and Management Accounting: A Possible Road toward the Achievement of Objectives

Ética e contabilidade de gestão: Um caminho possível para atingir metas

Serveleón Mina-Balanta
Docente de tiempo completo, Facultad de Ciencias Económicas, Universidad Militar Nueva Granada, UMNG. Contador público, UMNG. Administrador de empresas, UMNG. Especialista en finanzas y administración pública, UMNG. Especialista en control interno, UMNG. Especialista en docencia universitaria, UMNG. Magíster en gestión de organizaciones, EAN. Candidato a doctor en educación, Universidad Santo Tomás. Correo electrónico: serveleon.mina@unimilitar.edu.co; serveleonmina@ustadistancia.edu.co

*El artículo se deriva del proyecto de investigación doctoral La ética como componente transversal del plan de estudios para la formación del contador público colombiano, formalizado ante la Universidad Santo Tomás, cuyo objetivo principal es establecer los elementos de la ética que se puedan proponer como componente transversal del plan de estudios para la formación del contador público colombiano, que contribuyan a minimizar progresivamente la violación de los principios éticos que regulan la profesión. El tiempo de ejecución a la fecha son dos años y medio.

Fecha de recepción: 28 de junio de 2014 Fecha de aceptación: 20 de octubre de 2014 Disponible en línea: 15 de diciembre de 2014


Para citar este artículo

Mina-Balanta, Serveleón (2014). Ética y contabilidad de gestión. Un camino posible hacia el logro de objetivos [número especial: Contabilidad Gerencial]. Cuadernos de Contabilidad, 15 (39), 807-828 doi: http://dx.doi.org/10.11144/Javeriana.cc15-39.ecgc


Resumen

El objetivo de este documento es dejar ver que la ética—como parte de la realidad humana— y la contabilidad de gestión —como motor que jalona el desempeño de las actividades internas de las organizaciones bajo criterios de planeación y control— pueden ser una fórmula necesaria para el quehacer exitoso en el campo personal, laboral y profesional, al propulsar el trabajo de equipo en la consecución de los objetivos y la construcción de hábitos que propendan por un mejor futuro para todas las personas que formen parte del proyecto que se emprenda, pues induce a los gestores empresariales a tomar conciencia de que los clientes internos y externos son su razón de ser y de que la importancia de la ética comienza cuando los seres humanos logramos convertir en hábito positivamente nuestro modo vivencial y de conducta; entendemos el hábito como una disposición comportamental perdurable frente al cumplimiento de las responsabilidades con objetividad y asimilamos que la ética persistentemente fortalece el deseo de mejorar para ayudar a percibir el mundo como es y no simplemente como queremos que sea según nuestra conveniencia.

Palabras Clave: ética; gestión; contabilidad; empresa


Abstract

The purpose of this document is showing that ethics —as a piece of human reality— and accounting management —as the engine that pulls the performance of the internal activities of organizations under planning and control criteria— may be a necessary formula for a successful performance in the personal, work, and professional fields. This could be achieved through the promotion of teamwork for the achievement of objectives and the construction of habits aiming at a better future for everyone that is part of the undertaken project. In turn, this leads to corporate managers to become aware that internal and external customers are the reason for their existence, and that ethics begin when we, às human beings, can turn into a positive habit our lifestyle and behavior. We understand habit às a lasting behavioral mindset for the objective compliance of responsibilities, and we understand that ethics persistently strengthens the wish to improve in order to grasp the world às it is, and not simply às we would like it to be for our convenience.

Keywords: ethics; management; accounting; company


Resumo

O objetivo deste documento é evidenciar que a ética —como parte da realidade humana— e a contabi-lidade de gestão —como motor que puxa o desempenho das atividades internas das organizações sob critérios de planejamento e controle— podem ser uma fórmula ne-cessária para o quefazer bem sucedido no campo pessoal, laboral e profissional, para impulsionar o trabalho de equipe na consecução de metas e a construção de hábitos que propenderem por um melhor futuro para toda pessoa que formar parte do projeto a se empreender, pois induz os gestores empresariais para tomar consciéncia de que os clientes internos e externos são sua razáo de ser e de que a importancia da ética comeca quando os seres humanos conseguimos tornar um hábito o nosso modo vivencial e de conduta; entendemos hábito como disposição compor-tamental perdurável frente ao cumprimento das responsabilidades, com objetividade, e assimilamos que a ética persistentemente fortalece o desejo de melhorar para aju-dar a perceber o mundo como ele é e não simplesmente como nós desejamos que ele seja, conforme a nossa con-veniéncia.

Palavras-chave: ética; gestão; contabilidade; empresa


En un mundo de cambios vertiginosos, donde la adaptación al mercado, la innovación y el aprendizaje van a ser continuos y vitales, es imprescindible que las empresas sean inteligentes. Que sepan aprovechar todas las capacidades de sus empleados, todas las posibilidades de la organización, toda creatividad que pueda surgir de los esfuerzos compartidos. No se trata de contratar a un montón de superdotados, sino de hacer que el conjunto funcione inteligentemente.
José Antonio Marina, 2000

Introducción

La pretensión de este documento es proponer la ética y la contabilidad de gestión como un camino posible hacia el logro de los objetivos empresariales con el fin de ayudar a construir un sendero seguro que afiance la sostenibilidad gradual y perdurable del crecimiento empresarial; para lo cual, entenderemos la ética fundamentalmente como un saber que ayuda en la construcción de buenos hábitos para propender por un mejor futuro para el individuo, la empresa y la sociedad.

De igual manera, vemos la contabilidad de gestión como la herramienta clave que facilita especialmente la racionalización y valoración de la circulación interna de los recursos principalmente económicos, lo que potencia el control de las actividades corporativas que se desarrollen en la empresa, con el propósito de suministrar la información necesaria y oportuna para la toma de decisiones atinadas.

Desarrollaremos este enfoque desde la perspectiva de que tanto la ética como la contabilidad de gestión comienzan a robustecerse cuando las personas que protagonizan cada actividad que se emprende, logran descubrir cimientos equitativos a la cotidianidad de su comportamiento; soportados en buenas reglas de conducta para entender la importancia y necesidad de actuar siempre ceñidos a criterios de legalidad y confianza social mutua.

Con fundamento en lo anterior, conviene decir que el objetivo de este trabajo es resaltar de manera progresiva la importancia de la ética como soporte vital en la habitualidad y quehacer de las personas que tienen la responsabilidad de jalonar las actividades que cumple la contabilidad de gestión como el principal lenguaje interno de la empresa; lenguaje que requiere que todos los integrantes de la organización lo conozcan, lo aprendan, lo piensen, lo dominen y apliquen como trabajo de equipo para el entendimiento mutuo, ligados a la coherencia, honestidad y rectitud como ejes que jalonen y gobiernen la actividad personal y laboral del individuo con criterios de confianza.

Para lograr este objetivo, desde una perspectiva meramente cualitativa, metodológicamente haremos un sucinto recorrido por el pensamiento de literatos como Howard Selsam; Francisco Olmedo-Llorente; Ángel Ignacio Góngora-Vega y Jesús Antonio León-Castañeda; Rafael Antolínez-Camargo y Pío Fernando Gaona-Pinzón; Gustavo García-Cardona; José Antonio Marina; Enrique de Mulder-Duclós y José María Ortiz-Ibarz; Alfredo Gómez-Muller; Fernando Savater; Monique Canto-Sperber y Ruwen Ogien; Manuel G. Velásquez; Kumen H. Jones, Michael L. Werner, Katherene P. Terrell y Robert L. Terrell; Leif Edvinsson y Michael Malone; Antonio José Burbano-Pérez; Francisco J. Toro-López; Carlos Fernando Cuevas; Carlos Mallo, Robert S. Kaplan, Sylvia Meljem y Carlos M. Giménez; Carlos Augusto Rincón-Soto y Fernando Villarreal-Vásquez; Don R. Hansen y Maryanne M. Mowen; Hans Küng y Enrique Zamorano-García, entre otros; para defender inicialmente a la ética como generadora de confianza, luego dejar ver la gestión y su importancia empresarial, acto seguido reflejar la contabilidad como un sistema de información para la toma de decisiones, para posteriormente evidenciar la contabilidad de gestión y su papel en el desarrollo interno de la empresa, luego esbozaré la ética y la contabilidad de gestión como fuerzas clave para perpetuar el desarrollo empresarial y finalmente a manera de cierre, hacer notar que la ética y la gestión contable son un hilo conductor vital para el logro de los objetivos empresariales. Todo esto encaminado a señalar la relevancia de la ética y la gestión contable interna, como el camino adecuado para persistir en la mejora continua en el campo empresarial, profesional y personal; esto genera crecimiento económico dentro de una convivencia promotora de confianza.

1. La ética como generadora de confianza

Para fundamentar este trabajo desde lo ético, he acudido a algunos autores del pasado cercano como Howard Selsam (1968), quien considera que la importancia de la ética comienza cuando los seres humanos intentamos hallar fundamentos racionales a nuestras reglas de conducta y no simplemente cuando nos limitamos a acatar las normas por el mero hecho de que no hacerlo está sancionado por la Ley.

En este mismo sentido, también Francisco Olmedo-Llorente (1976) deja ver que los seres humanos debemos actuar ceñidos a criterios de confianza que ayuden a fortalecer el carácter social de los buenos actos que deberán ser realizados libre, inteligente y conscientemente; ya que según él, la ética está llamada a calificar el comportamiento individual y social de las personas en la cotidianidad y en su interacción con otros, tanto en lo socioprofesional como en el mundo de los negocios; nos identificamos plenamente con esta postura, ya que la ética desde otrora ha estado al servicio de la humanidad para aportar bienestar y allanar el camino hacia el logro de la sana convivencia e integración de la humanidad.

En este orden de ideas, la Ley 43 de 1990, puntualmente en su artículo 37, muestra los principios de la ética profesional que deben ser observados por los profesionales de la contabilidad para el adecuado ejercicio de la profesión en Colombia y enfatiza que estos principios constituyen el fundamento esencial para el desarrollo de la actividad contable con soporte en lo ético, con lo que se refleja de nuevo la importancia de la ética, no solo para el individuo sino para la sociedad en general.

Según Ángel Ignacio Góngora-Vega y Jesús Antonio León-Castañeda (1990), el término ética procede del griego éthikos, ἡθικὁζ, que significa costumbre, igual que su correlativo latino mos; por lo cual, la primera definición nominal sería que la ética es la ciencia de las costumbres que permite generar juicios sobre los actos humanos. Esta reflexión admite evidenciar que la ética se fundamenta en el comportamiento puntual de los seres humanos, lo que, según estos autores, deja ver que "a lo largo de la historia han aparecido reflexiones éticas que tratan de codificar y normatizar el comportamiento de los hombres, señalando el marco por el cual las personas deben orientar su conducta en diversas situaciones particulares" (p. 117).

A nuestro juicio, esta postura de Ángel Ignacio Góngora-Vega y Jesús Antonio León-Castañeda permite argumentar que la ética es un prodigio universal que ha estado presente en los seres humanos desde su origen cualquiera que fuere, ya que emerge de su naturaleza racional y se fundamenta en la intención de ayudar a preservar la especie humana dentro de una sana convivencia; aunque cabe aclarar que a pesar de haber perdurado al servicio de la humanidad, el aporte de la ética ha sido voluble en el tiempo por múltiples factores como la mayor humanización y el desarrollo cultural de los pueblos, lo que la hace fundamental y necesaria para mantener y fortalecer la armonía entre el individuo y su entorno.

Enrutados hacia el propósito ético de fortalecer la armonía entre el individuo y su entorno, innegablemente pensadores como Rafael Antolínez-Camargo y Pío Fernando Gaona-Pinzón (1994) hacen importantes contribuciones a este trabajo cuando piensan que la ética puede aportar en valores y lograr direccionar posibles propuestas de solución a los actuales y futuros problemas de la humanidad, como una forma de ayudar en la construcción de hábitos que propendan por un mejor futuro para el individuo y la sociedad; consideran que casi todo modo vivencial y comportamental puede ser convertido en hábito mientras la coherencia, la honestidad y la rectitud sean vistas como los ejes que jalonan y gobiernan nuestra conducta en el interactuar de la cotidianidad.

Desde esta perspectiva, Siegfried Uhl (1997) dice que para que se integre como parte de la vida cotidiana del ser humano y se haga presente en todos sus actos, la ética debería convertirse en un hábito, y refiriéndose a literatos como Rudolf Eisler (1927), Otto Willmann (1959), James Sully (1898) y Wolfgang Brezinka (1987), explica: "Un hábito es una propiedad vivencial de la personalidad del individuo o una disposición psíquica relativamente duradera para un determinado tipo de comportamiento" (p. 224). Esto nuevamente nos deja entrever que un hábito debería ser una disposición comportamental perdurable, que puede ser considerada como un soporte vital para hacer de la ética un propósito fundamental del quehacer del ser humano para alcanzar y fortalecer bajo claros principios y valores, una adecuada realización personal, profesional y laboral, en particular en la gestión interna de la empresa.

Dentro de esta particularidad y zambulléndonos con mayor ahínco en la fuente que nutre la riqueza intelectual que ofrecen algunos autores, notamos cómo en este mismo sentido, Gustavo García-Cardona (1999) asegura que la ética no intenta solucionar el actuar humano al facilitar un "recetario prefabricado de fórmulas mágicas con base en una supuesta claridad de principios (...), sino darle contenido a los problemas fundamentales que plantea la autocomprensión razonable de la actividad humana" (pp. 98-100), con lo que podemos ver que la ética pretende activar en los seres humanos la búsqueda de sentido, mediante continuas preguntas por la vida, la convivencia, la dignidad, los valores, la persona, la libertad, la cultura y la responsabilidad que cada individuo debe convertir en hábito en su estructura interna para permear su entorno.

Cuando la ética se convierte en hábito, le permite al ser humano agregar valor a su existencia y a sus actos, al influir positivamente en su entorno relacional y laboral para facilitar el entendimiento y la interacción armónica dentro de un contexto de confianza mutua que aporte al desarrollo de la persona, la empresa y la sociedad; por lo que, en términos de José Antonio Marina (2000), se puede aseverar que la ética es tal vez la mejor creación de la inteligencia humana, entendida como el conjunto de valores y comportamientos que conducen al bienestar y la prosperidad, por lo cual constituye la mejor guía de crecimiento para garantizar que, a pesar de las turbulencias del presente, se puede proyectar y construir para preservar un mejor futuro.

Por otra parte, pero enfocados en la importancia de la ética como generadora de confianza, Enrique de Mulder-Duclós y José María Ortiz-Ibarz (2001) nos invitan a comprender que, por naturaleza, los seres humanos somos complejos, y corroboran que una de las tareas de la ética es y será lograr generar confianza recíproca y que para ello, son fundamentales los valores que se implanten en la persona; pero que estos valores no pueden seguir siendo un simple requisito en el papel, sino que "es necesario alimentarlos todos los días especialmente con el ejemplo, hasta lograr que se conviertan en cultura y fomenten el crecimiento del individuo, como una manera de crear valor y evitar el despilfarro intelectual" (p. 11).

En este propósito de evitar el despilfarro intelectual con fundamentos éticos, es justo decir que Alfredo Gómez-Muller (2003) expresa en sus escritos que la ética le permite al individuo involucrarse en la realidad para buscar proponer rutas de cambio hacia un conocimiento consciente de la necesidad de reconstruir con responsabilidad, la convivencia ciudadana dentro de un marco de confianza y respeto equitativo; para hallarle sentido a la existencia, para disponer de referentes claros que le ayuden a instituir y definir sus compromisos y determinar sus proyectos en la vida. Es decir, le permite "trazar, borrar y volver a trazar sin cesar un camino de vida acorde con sus principios y los del entorno" (p. 33).

Lógicamente, si este camino de vida está dentro de los postulados éticos y ligado al contexto convivencial, le permitirá al individuo alcanzar metas que le ayuden a ser éticamente útil al colectivo con responsabilidad social. En este sentido, Fernando Savater (2003), interpretando a Bruno Bettelheim dice que "la ética de la responsabilidad social exige compromisos y es una ética propositiva que busca mejorar las condiciones del entorno para contribuir al bienestar de la sociedad en general" (p. 29); con lo que estamos de acuerdo en el sentido de entender que la ética busca generar un pensamiento positivo permanente y colectivo que permita establecer parámetros convivenciales adecuados para todos.

Desde otro punto de vista pero reafirmando su postura, Fernando Savater (2004) dice también que, a diferencia de otros seres vivos, los humanos podemos inventar y elegir en parte nuestra forma de vida y "podemos optar por lo que nos parezca bueno para la vida (.), de modo que parece prudente fijarnos bien en lo que hacemos para procurar adquirir un cierto hábito para saber vivir que nos permita acertar en el constante actuar" (pp. 13-34); esto permite evidenciar la importancia de la ética para generar confianza en pro de la convivencia y el saber vivir.

Análogamente, Monique Canto-Sperber y Ruwen Ogien (2005) consideran: "La ética se formula a partir de principios universales, reglas comunes (...), y referentes que constituyen la base sólida y colectiva de evaluaciones y juicios" (pp. 14-15), esto permite vislumbrar que la ética es la razón por la que tiene sentido reflexionar sobre la necesidad de retroalimentarse continuamente para minimizar la posibilidad de repetición de errores del pasado en pro de la convivencia armónica en todo orden.

Para afianzar la convivencia armónica, Alberto Hernández-Baqueiro (2006), en la introducción del libro Ética actual y profesional: lecturas para la convivencia global en el siglo XXI, dice: "lo éticamente relevante son los fundamentos, las razones por las cuales una persona o una colectividad distingue entre lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, lo lícito y lo ilícito" (p. 16); esto deja traslucir que la ética es fundamental para construir las bases necesarias para el desarrollo del individuo y la sociedad en todos los campos. En este mismo orden de ideas, este autor asegura que la importancia de la ética se "resalta desde los antiguos griegos hasta la época actual, ya que el hombre ha tratado de entender el sentido de su propia existencia, siendo la ética una de las expresiones en las que más ha encontrado preguntas y respuestas" (p. 30), para asegurar la convivencia humana.

Dentro de este constante devenir del hombre entre preguntas y respuestas para encontrar sentido a la convivencia y existencia humana, Manuel G. Velásquez (2006) dice que entre los parámetros socialmente admitidos, la ética corresponde a "estándares aceptados en términos del bienestar personal, empresarial y social, que se formulan a partir de principios universales, reglas y referentes comunes que constituyen la base para determinar evaluaciones y juicios" (p. 7); en un mundo globalizado y permeado por la velocidad de los constantes cambios, esto permite ver con mayor claridad la necesidad de incorporar a nuestras vidas la cultura de la ética y la legalidad como un mecanismo de ataque certero a la impunidad y la corrupción en cualquier nivel y en todos los sentidos, para fortalecer la confianza.

Esta confianza requiere ser fortalecida en la vida social y laboral de los colombianos para enrutar el camino hacia lo ético, que tal vez en algunos contextos ha perdido rumbo por el interés desmedido por obtener crecimiento en especialmente económico fácil y rápido, sin importar si se destruye al otro; esto puede cambiar si se logra que en la vida personal y en el mundo de los negocios, la ética sea vista como herramienta básica de gestión que ayuda en la toma de decisiones en todos los niveles; esto convierte la rutinaria percepción de desconfianza, en confianza, fortaleza o ventaja comparativa y competitiva que genere sinergias de cambio o bucles recursivos que forjen beneficios equitativos para todos.

Con la intención de contribuir en la generación de sinergias de cambio para todos, en el mundo de hoy, es básico comprender que la ética compromete a las personas con el cumplimiento de sus responsabilidades en especial en lo personal, familiar, social y laboral e invita a ser vista como tarea que debemos cumplir personas concretas para que realmente se logre interiorizar en la cotidianidad y con el paso del tiempo pueda influir en el colectivo social y entre todos ayudemos a transformar positivamente el entorno, con principios y valores que permitan recordar constantemente que la principal fuente de la que se nutre la ética son las personas.

Ya en el ocaso de este punto y recapitulando, podemos decir que para ayudar a generar confianza mutua, la ética reclama a sus exclusivos usuarios —los seres humanos— ser vista y considerada como el faro que ilumina y dirige el rumbo de nuestras vidas en la relación con el micro y el macroentorno, en especial en lo social y laboral, para interiorizarse y ayudar a la sostenibilidad del mundo de los negocios, y formar parte de los flujos de información organizacional para fortalecer el trabajo de equipo y mejorar la gestión en lo interno y externo.

2. La gestión y su importancia empresarial

Después de este corto recorrido por el mundo de lo ético, abordaré de manera sucinta la importancia de la gestión en el mundo empresarial, y para ello, vuelvo a literatos como Enrique de Mulder-Duclós y José María Ortiz-Ibarz (2001), quienes insinúan que la tarea básica de la gestión corporativa, radica en entender: ¿cómo satisfacer a clientes cada vez más informados y sofisticados y al mismo tiempo agregar valor?, ¿cómo retener en nuestra empresa al talento humano valioso en un mercado tan competitivo?, ¿cómo lograr que los clientes prefieran en forma constante nuestros productos o servicios antes que los de la competencia?, ¿cómo lograr que el potencial humano capaz y creativo quiera trabajar para nuestra organización sin que esto signifique insalvables sacrificios económicos para la empresa? Si resolviéramos los interrogantes planteados, podríamos percibir que solo la gestión del talento de las personas asegura que en el futuro una empresa esté en mejor o peor situación que la de sus competidores.

Desde esta perspectiva y según Kumen H. Jones, Michael L. Werner, Katherene P. Terrell y Robert L. Terrell (2001), otra tarea fundamental de la gestión es propender por aglutinar de manera inteligente las mejores experiencias del pasado, la visión particular y global que se tenga del presente y el fortalecimiento de la capacidad de innovación para construir futuro; esto le permitiría a la organización aplicar el conocimiento para atraer, retener y desarrollar "el talento de la gente a su servicio (.), en procura de maximizar la convicción y la experiencia de sus colaboradores para colocarla al servicio de sus clientes y el mercado, como una manera de asegurar crecimiento sostenido de la empresa" (pp. 3-19); entendiendo por empresa, "toda actividad económica organizada para la producción, transformación, comercio, circulación, administración o custodia de bienes y la prestación de servicios" (Código de Comercio colombiano, art. 25).

Continuando tras el rastro de la gestión, según Leif Edvinsson y Michael Malone (2004), para que una empresa en cualquiera de los campos de su actividad fortalezca su capacidad de gestión, se requiere robustecer en el cliente interno o colaborador inmediato, la necesidad de fomentar el intercambio de conocimientos, habilidades y trabajo de equipo; así se entiende que el recurso más valioso y escaso en cualquier organización es el "conocimiento acumulado de sus colaboradores (...), conocimiento que no es otra cosa que el capital intelectual de la organización" (pp. 61-92); esto genera una tendencia a considerar que el éxito de la empresa normalmente lo garantizan la calidad de sus clientes y el carisma interno colectivo, lo que nos permite decir que en un mundo altamente competitivo; la mejor ventaja competitiva es "el talento humano que es quien en últimas permite adaptar la organización de modo permanente, a los continuos cambios del entorno en las mejores condiciones posibles" (AECA, 2003, p. 17).

Lo anterior deja ver con un alto grado de claridad, que una buena gestión asegura la calidad del producto y/o servicio. En el mercado, esta puede motivar cambios en los hábitos de consumo para inclinar al consumidor final a favor del producto y/o servicio que se ofrece; esto permitiría generar crecimiento económico, que el crecimiento es una oportunidad para asegurar los intereses de la empresa y de las personas que laboran para ella; además de ayudar a mejorar la capacidad de innovación y facilitar el movimiento en entornos cambiantes, que solo se superan logrando la fidelidad de los clientes tanto internos como externos mediante una adecuada gestión.

Vale decir entonces que desde lo que le compete a la gestión, para crecer y ser coherentes en el alcance de sus objetivos, las empresas deberán razonar sobre su necesaria adaptación al entorno, sin descuidar los contextos donde operan; ya que estos serán cada vez más complejos, dinámicos y hostiles, lo que le exige a la organización contar con estrategias seguras que le garanticen la efectiva toma de decisiones para asegurar la supervivencia.

A propósito de estrategias efectivas y seguras para garantizar la supervivencia, Antonio José Burbano-Pérez (2006), apoyándose en Michael E. Porter (2002), deja ver que "tanto la efectividad como la estrategia son esenciales para un adecuado y exitoso desempeño empresarial" (p. 8). En este mismo orden de ideas, también Ricardo Uribe-Marín (2011) dice que "en la actualidad las organizaciones están en la imperiosa necesidad de tomar decisiones e implementar proyectos estratégicos seguros" (p. 18) que faciliten su capacidad gestora.

De igual modo, ahora en este punto y volviendo al concepto de empresa como núcleo de transformación de bienes y servicios bajo parámetros de gestión, Joaquín Cuervo-Tafur y Jair Albeiro Osorio-Agudelo (2008) perciben la empresa como "una unidad económica donde las partes están interrelacionadas y organizadas para la explotación de actividades específicas con el propósito de obtener utilidad económica y/o social" (p. 3), con fundamentos éticos.

Esto deja clara la importancia de la actividad empresarial y permite entenderla como todo aquello que consume recursos y genera costos para obtener ingresos; todo aquello que para la gestión es fundamental y amerita clarificar que toda actividad empresarial consume recursos para generar productos o servicios y los productos o servicios que se generan o gestionan, normalmente consumen actividades; este bucle recursivo sustenta la importancia de la gestión empresarial que, jalonada por la contabilidad como motor que ayuda en el control del crecimiento económico-social y la ética como orientadora de los buenos actos humanos, facilita la toma de decisiones.

3. La contabilidad como un sistema de información para la toma de decisiones

Todos los que aportamos para el fortalecimiento de las ciencias económicas sabemos que la contabilidad —como facilitadora para la toma de decisiones— es ante todo un sistema de información que tiene como fin último satisfacer necesidades de la sociedad; principalmente mediante la medición, evaluación, ordenamiento, registro, análisis e interpretación de información de las personas naturales y jurídicas para la preparación de fundamentos sobre la correspondiente posición financiera de las organizaciones económicas en un momento determinado, pues soporta los datos monetarios sobre los cuales se basan las decisiones que a las empresas y a los interesados —incluyendo al Estado— les permite entrever el posible futuro económico de los entes con los cuales se relacionan (Régimen contable colombiano, 2014).

De esta forma, creemos oportuno recordar que la contabilidad—como sistema de información— ha estado presente en la vida de los seres humanos en todos los tiempos y aunque no corresponde a este trabajo precisar sobre sus orígenes, sí cabe aseverar que por su importancia para el desarrollo especialmente socioeconómico de la humanidad, la contabilidad es considerada la base para la implementación y aplicación de estructuras sistémicas que, organizadas de manera lógica, racional y coherente, faciliten la gestión empresarial.

Creemos que todo esto nos permite reflexionar y determinar que principalmente la función básica de la contabilidad consiste en suministrar información confiable, adecuada, oportuna y relevante para la toma de decisiones, en especial estratégicas, para facilitar el quehacer permanente de las empresas en el mundo de los negocios, en procura de aportar para la mejora continua y el control organizacional.

Con estos fundamentos, podemos decir que —como sistema para el suministro de información y aplicación del control— la contabilidad se bifurca en varias ramas de las cuales para este trabajo solo mencionaremos aquellas que se ocupan del desempeño interno de la empresa y que algunos autores denominan contabilidad de costos, contabilidad administrativa y/o contabilidad gerencia!; para dejar ver que a pesar de las bifurcaciones que se puedan presentar, todas estas denominaciones convergen en lo que para este trabajo y en sintonía con estudiosos del tema, llamaremos contabilidad de gestión como un subsistema que dentro de la contabilidad, permite aglutinar la actividad interna de la empresa.

Como dije al principio y puntualizando mi postura conceptual, abordaré sucintamente cada uno de los anteriores calificativos, con el preciso interés de dar mayor claridad a los fundamentos que me conducen a determinar que la contabilidad de gestión como sistema de información, en lo esencial, recoge y cumple el propósito de las otras denominaciones al propender por el mejor desarrollo de las actividades internas de la empresa para facilitar la toma de decisiones. Veamos:

3.1. Contabilidad gerencial

Según Robert Meigs, Jan Williams, Susan F. Haka y Mark Bettner (2001), la contabilidad gerencial comprende el desarrollo e interpretación de la información contable destinada específicamente a ayudar a la gerencia a manejar el negocio; esto deja ver que una de las actividades principales de la conducción empresarial es jalonar la gestión interna de la empresa para afianzar el manejo y lograr las metas que forjen los impactos necesarios tanto internos como externos para el éxito de la organización.

3.2. Contabilidad administrativa

En este campo, la mayoría de los estudiosos del tema considera la contabilidad administrativa como una herramienta de planeación y control administrativo que ayuda en el diseño y creación de políticas, presupuestos y estudios analíticos, que facilitan determinar en forma cualitativa y cuantitativa, las actividades de un ente económico en cumplimiento de propósitos específicos para el desarrollo del objeto social (Toro, 2010). En este mismo orden de ideas, también Gladys Carrillo de Rojas (2004) dice que la contabilidad administrativa "tiene como objetivo presentar información interna y detallada a los administradores del negocio, funcionarios y directivos, que les ayude a tomar adecuadas decisiones en procura de la buena marcha de las actividades internas de la empresa" (p. 3).

3.3. Contabilidad de costos

En cuanto a la contabilidad de costos, en forma casi generalizada, algunos autores opinan que esta es una rama de la contabilidad gerencial y/o administrativa que se encarga de recoger, ordenar, custodiar, resumir, registrar, analizar y reportar por medio de indicadores y estados financieros, la información relacionada con los costos, para facilitar la planeación, el control, la dirección y toma de decisiones acertadas, en la transformación de bienes y servicios (Cuevas, 2010).

3.4. Contabilidad de gestión

Desde la experiencia y el aporte de estudiosos del tema como Graham Mott (1997), Carlos Mallo, Robert S. Kaplan, Sylvia Meljem y Carlos M. Giménez (2002); Ángel Sáez-Torrecilla, Antonio Fernández-Fernández y Gerardo Gutiérrez-Díaz (2004), y Gladys Carrillo de Rojas (2004), entre otros, la contabilidad de gestión puede ser vista como la principal herramienta para el control, generación de políticas, cumplimiento de metas y actividades internas de la empresa, mediante la adecuada planificación, recolección, ordenamiento, análisis, interpretación, resumen y registro de la información necesaria para facilitar la oportuna y acertada toma de decisiones en las organizaciones en materia de producción de bienes y/o servicios.

Generalizando, esto que algunos autores denominan como contabilidad gerencial, contabilidad administrativa y contabilidad de costos son conceptos absorbidos por la función que cumple la contabilidad de gestión en las empresas y que, en términos sucintos, tiene como tarea básica generar e interpretar información que facilite los procesos y contribuya para lograr la eficacia, eficiencia y efectividad en el desempeño empresarial.

4. La contabilidad de gestión y su importancia para el desarrollo interno de la empresa

Con este breve abordaje de la contabilidad de gestión y su importancia para el desarrollo interno de la empresa, ahora podemos observar que esta conforma un sistema de información interna que busca alcanzar el suministro continuo de referentes necesarios para realimentar el control, mediante el análisis y utilización de las transacciones económicas reales, para ayudar a organizar las bases de información que permitan transformar la indagación de datos en conocimiento útil para comprender sistémicamente el comportamiento interno de la organización y facilitar la toma de decisiones a los gestores en todos los niveles (Mallo, Kaplan, Meljem & Giménez, 2002).

Explorando un poco más en la contabilidad de gestión, desde la mirada de la Asociación Española de Contabilidad y Administración de Empresas (AECA, 2003), la contabilidad de gestión es "una rama de la contabilidad, cuyo objeto es la captación, medición y valoración de la circulación interna, así como su racionalización y control, con el fin de suministrar la información relevante para la toma de decisiones empresariales" (p. 23), dentro de un determinado y claro horizonte de tiempo.

También cabe decir que la contabilidad de gestión es un instrumento que se puede utilizar para distintos fines, como: "motivar la consecución de determinados objetivos, guiar la asignación de recursos (...), evaluar los resultados obtenidos por cada centro de responsabilidad, premiar la actuación individual, facilitar el proceso de aprendizaje interno y evaluar la contribución económica de las diferentes actividades" (AECA, 2003; pp. 16-63), que realiza la empresa para suscitar e impulsar los valores que sean más adecuados para la organización, al promover la evolución tecnológica y ayudar a lograr la mayor coherencia posible en la estructura corporativa.

Otro concepto que nos ayuda a clarificar la idea de que en materia de actividad interna la contabilidad de gestión recoge cualquier otra denominación, es la postura de Ángel Sáez-Torrecilla, Antonio Fernández-Fernández y Gerardo Gutiérrez-Díaz (2004), para quienes la contabilidad de gestión es un instrumento que, partiendo especialmente de la indagación sobre los elementos constitutivos del costo, "se ocupa de elaborar y comunicar la información oportuna (.), y relevante de la empresa para facilitar la toma de decisiones en el campo interno de lo operativo, táctico y estratégico, para el desarrollo de la planificación y el control" (pp. 2-20).

Al avanzar un poco más sobre la tarea que cumple la contabilidad de gestión y su importancia para el desarrollo interno de la organización, para Carlos Augusto Rincón-Soto y Fernando Villarreal-Vásquez (2011), el papel de la contabilidad de gestión es enfatizar sobre la necesidad de realizar una oportuna evaluación del control, que permita el desarrollo de la información como sistema de manera adecuada, honesta y pertinente a la empresa; considerando que la honestidad es una forma de vivir congruente entre lo que se piensa y la conducta que se observa hacia el entorno que, aunado a principios éticos, exige dar a cada quien lo que le es debido objetivamente, y estos autores explican que la objetividad, es "la capacidad de ver el mundo como es (...), y no simplemente como queremos que sea" (pp. 3-10).

Todo lo anterior permite avizorar que los gestores empresariales deberán estar conscientes de que los clientes son la razón de ser y siempre estarán al lado de quien les proporcione mejores soluciones a sus necesidades más sentidas, lo que obliga a cada gestor a hacer las cosas cada vez mejor; el papel que juega cada colaborador o cliente interno en la empresa para desarrollar y aplicar con creatividad y capacidad de innovación su esfuerzo laboral, marca la diferencia en la construcción del mejor camino para alcanzar los propósitos empresariales en coherencia con los intereses del cliente interno y externo.

En efecto, en materia de gestión, esto hace que sea fundamental mantener el interés de los colaboradores inmediatos —o trabajadores si se prefiere— por hacer cada vez mejor su trabajo, para que se alejen de la rigidez y se acerquen a la flexibilidad creativa; considerando que la flexibilidad es una cualidad necesaria para asegurar la calidad en todos los órdenes y lograr comprender oportunamente si lo inicialmente establecido sigue siendo necesario para alcanzar las metas propuestas en la gestión.

También es bueno advertir que el gestor organizacional debe comprender y recordar que a todos los colaboradores les gusta participar —en lo posible— de las decisiones que se tomen frente a su trabajo, y saber que cuando sus opiniones son escuchadas, se activa con mayor fuerza su nivel de motivación para sugerir cambios necesarios; esto invita a tener presente que son los trabajadores quienes en últimas detectan primero la necesidad de innovación y ejecutan los cambios en las empresas (Ogliastri, 1991).

Para la contabilidad de gestión es menester conocer en forma permanente el grado de satisfacción en especial del cliente interno. Considero que se debe tener presente la importancia que para el colaborador inmediato tienen los adecuados y justos flujos de trabajo en la organización. Hasta el momento, ninguna empresa tiene garantizada la fidelidad plena de los trabajadores; por ello, es necesario mantener la motivación precisa que haga permanecer vivas las expectativas del cliente interno en cada actividad que desarrolla. Todo esto indica que debemos evitar olvidar que el reconocimiento del trabajo del otro es clave para el éxito empresarial, porque genera motivación laboral y estados de ánimo capaces de alcanzar cualquier meta (Prince, 1980).

Para lograr mantener en la empresa estados de ánimo capaces de superar barreras, se debe tener presente que la contabilidad de gestión es tal vez el principal lenguaje interno de la empresa y que requiere que todos los integrantes de la organización lo conozcan, lo aprendan, lo piensen, lo dominen y apliquen para el mutuo entendimiento tanto en lo interno como en un mundo globalizado y marcado por la turbulencia y el dinamismo de un contexto cambiante que exige constantemente la adecuada toma de decisiones que asegure la supervivencia de la empresa y por añadidura el bienestar de sus colaboradores (Hansen & Mowen, 2007).

Hasta este punto, creo haber dicho lo suficiente para resaltar la importancia de la contabilidad de gestión para el desarrollo interno de la organización; ahora me apoyaré en Armando Ortega-Pérez de León (2008), y Graham Mott (1997), para ayudar a recordar que en entornos marcados por el dinamismo y la turbulencia como en los que hoy se mueve la gestión y actúan la mayoría de empresas, se hace necesario incrementar la flexibilidad para adaptarse con la mayor rapidez posible a los inesperados y numerosos cambios que están latentes en todo momento; por esto, es preciso pensar en un proceso de ajustes permanente que permita competir en un ambiente de gran incertidumbre, en el que el riesgo representa un componente esencial a tener en cuenta para garantizar la supervivencia de la empresa.

Ahora, es oportuno tener presente que en un mundo altamente competitivo, en el que fácilmente se podría previsualizar que solo sobrevivirán las organizaciones empresariales que demuestren eficiencia, eficacia y efectividad en el manejo del potencial humano y sus procesos especialmente internos, busco dejar ver que la ética y la contabilidad de gestión pueden ser una fuerza que bien conducida, genere las verdaderas ventajas comparativas y competitivas que ayuden a asegurar la perpetuidad de la empresa en un mundo cada vez más permeado por la competencia.

5. Ética y contabilidad de gestión: una fuerza clave para perpetuar el desarrollo empresarial

Para continuar avanzando en la tarea de proponer la ética y la contabilidad de gestión como soporte básico para alcanzar el éxito empresarial, es conveniente volver a Enrique de Mulder-Duclós y José María Ortiz-Ibarz (2001), quienes ratifican que en los tiempos de hoy la ética surge como el "mejor navegador de los comportamientos correctos en las relaciones de convivencia para transitar por un mundo globalizado y plantear relaciones mercantiles atractivas que permitan apuntarle al gana-gana como el mejor camino para alcanzar el crecimiento socioeconómico colectivo" (p. 2).

En este sentido, si uno de los cambios más notorios que se han dado en el mundo de los negocios en los últimos tiempos, ha sido pasar del predominio del poder del producto y la calidad individual de las organizaciones, al dominio del poder del cliente como individuo y la calidad percibida de manera colectiva, se podría ver con mayor claridad la importancia de la ética y la contabilidad de gestión, como el camino adecuado para cautivar mercados y cimentar el futuro empresarial (Senger, 2007).

Con el propósito de enfatizar en lo anterior, anotaré nuevamente que la ética hoy es una necesidad estratégica que bien estructurada permite asegurar la mejora creciente en la gestión de los negocios en una economía que se caracteriza por el predominio de la incertidumbre, la conectividad, las comunicaciones, la complejidad, la imprevisibilidad y la poca fuerza que conserva la planificación rígida por la reducción de la diferencia entre el corto y largo plazo, el predominio de la innovación y el poder del cliente para la determinación del éxito o fracaso del producto final; al asumir que la tendencia en el mundo de los negocios es disminuir costos e incrementar ingresos, se observa que la ética juega un papel muy importante para asegurar la permanencia estable de la empresa en el mercado con capacidad competitiva (Mulder & Ortiz, 2001).

En esta dirección y sentido, Hans Küng (2006) opina rotundamente que "necesitamos realizar una reflexión sobre el talante ético de las personas, su comportamiento moral, los valores y las normas que rigen sus proyectos y acciones" (p. 43). En el sentido de nuestros proyectos y acciones, a la contabilidad de gestión y a la ética les corresponde cimentar los fundamentos necesarios para lograr un desempeño conveniente que cobije a todas las personas que propenden por el cumplimiento de los objetivos de la empresa por medio de las actividades que desarrollan, en procura de permear su entorno positiva y constantemente.

Desde otro ángulo pero en el mismo orden de ideas, María Teresa Sierra, Eudaldo Rivas y Marta Pacheco (2006) se apegan a creer en la necesidad de buscar los caminos que permitan encontrar una oportunidad para reflexionar sobre la premura de incorporar a nuestra actividad empresarial, la cultura de la ética y la legalidad al tiempo que se propenda por disminuir la impunidad para minimizar la corrupción en todos los niveles y enfatizan en que las personas al tener la capacidad de pensar y de reflexionar, pueden elegir la mejor alternativa para lograr un mundo cada vez más armónico, donde la convivencia sea el aliciente de todos, para aportar los cambios positivos que la sociedad reclama especialmente en materia de equidad.

En materia de equidad y frente a los cambios positivos que la sociedad reclama, de parecido modo, Patricia Debeljuh (2009) dice que la ética tiene variedad de especificaciones; esto permite hablar de ética individual, familiar, profesional, social y empresarial, entre otras, y que su significado se ajusta a las distintas exigencias derivadas de su aplicación a los diferentes ámbitos de actuación humana. La ética empresarial no es, en sí misma, algo diferente de la ética en general y, por el contrario, la ética de la empresa solo es "la aplicación concreta de los principios y objetivos de la ética para que quienes trabajan en el mundo de los intercambios económicos adquieran los hábitos operativos adecuados que les facilite alcanzar la felicidad, meta última de cualquier persona" (p. 16); esto deja notar que la persona actúa conforme a la ética siempre y cuando elija hacer las cosas bien y de manera coherente con el entorno en donde se desempeñe, para que el correcto actuar se interiorice y forme parte inquebrantable de su estilo de vida.

Así mismo, la Federación Internacional de Contadores (International Federation of Accountants) dice que la ética "impone la obligación a todos los profesionales de la contabilidad de cumplir las disposiciones legales y reglamentarias aplicables y de evitar cualquier actuación que el profesional de la contabilidad sabe, o debería saber, que puede desacreditar a la profesión" (IFAC, 2009, p.18). Esto deja ver el nivel de compromiso profesional e involucra a las personas que en la organización asumen la responsabilidad de cumplir las exigencias propias de la contabilidad de gestión como mecanismo y medio de información que, en últimas, refleja el buen juicio y actuar ético de las personas que laboran para la empresa.

En similar sentido, Fabio Orlando Neira-Sánchez y William Acosta-Valdeleón (2010) dejan ver algunas tendencias y desafíos frente a la sociedad de hoy, e intentan llamar la atención sobre la necesidad de cambios con fundamentos éticos en los actuales modelos de negocio, para fomentar procesos que contribuyan al fortalecimiento de los factores que involucren a las personas en la acometida de buenos actos como un aporte a la convivencia social armónica y reflexiva, pues la reflexión ética debería ser el criterio que jalona el pensamiento individual y colectivo en la sociedad de hoy y por ende en el mundo empresarial, para que los fundamentos que impulsan la contabilidad de gestión sean los necesarios para un cambio profundo hacia el pensar en el otro como una manera de armonizar la convivencia y fortalecer el crecimiento económico de las empresas.

También Enrique Zamorano-García (2010) dice que "todos debemos tener un sentido claro de los principios éticos que sirven de premisa a todas nuestras acciones, los cuales deben permanecer firmes e inalterables a través del tiempo y de las circunstancias" (p. 27), pues la ética debería ser aplicada a lo largo de la vida y en todas las circunstancias que involucren la actividad individual y/o colectiva de los seres humanos y para este caso puntual, para el adecuado desarrollo y cumplimiento de las exigencias de la gestión contable en las estructuras empresariales.

A todo esto, Juan García-Colin (2014) ratifica que el mundo experimenta día a día cambios sorprendentes en todos los ámbitos, en especial en lo financiero, económico, ecológico y social, que marcan el comportamiento de los individuos y, en consecuencia, de las empresas. También manifiesta que para enfrentar estos cambios, los gestores empresariales deben considerar como uno de los factores clave de éxito, el manejo adecuado de los sistemas de información como la contabilidad de gestión de manera confiable, oportuna y relevante, para optimizar el desarrollo de sus funciones, en especial en la planeación y control de operaciones soportados en fundamentos éticos.

Para agregar valor a lo anterior, estamos convencidos de que la ética y la contabilidad de gestión son condiciones necesarias para conseguir la excelencia en la actividad interna de la empresa, pues bien aprovechadas, se pueden convertir en la ventaja competitiva que impulse el motor de crecimiento rentable para la organización, sus colaboradores, el entorno y la sociedad en general, de manera estable y exitosa, al entender la estabilidad y el éxito como la capacidad de hacer lo mismo que la competencia pero de manera diferente, optimizar costos y lograr penetrar positivamente en la mente y el corazón de los consumidores finales para que vean en el producto que se les ofrece, la verdadera diferencia que los logre cautivar.

En el constante proceso por cautivar la mente y el corazón del consumidor final, la adecuada aplicación de la ética y la contabilidad de gestión pueden aportar elementos comunes que —junto a la innovación, el trabajo de equipo, la flexibilidad organizacional, la minimización de la rutina, el liderazgo colectivo, el buen uso de los recursos disponibles, la buena administración del potencial humano, el aprovechamiento de las oportunidades, el aprendizaje continuo, la confianza mutua y el compromiso de todos— pueden asegurar el camino que conduzca al logro de los objetivos necesarios para garantizar el crecimiento exitoso de las empresas.

Por consiguiente, en el contexto actual, las empresas se mueven en un mundo cambiante y plagado de situaciones imprevistas, pues los mejores gestores contables serán aquellos que actúen éticamente y comprendan que nada está escrito de manera definitiva y siempre será necesario plantearse nuevos interrogantes, en especial sobre cómo el capital humano de la organización está comprendiendo y aplicando sus funciones dentro de los parámetros de la responsabilidad.

A manera de cierre

La ética y la contabilidad de gestión conducidas adecuadamente en el actual y cambiante mundo de los negocios, pueden ser un hilo conductor vital hacia el logro exitoso de los objetivos empresariales; pues el éxito en el logro de objetivos no se alcanza por influencia de la mera casualidad sino fundamentalmente por el trabajo convertido en hábito de equipo y procurando mantener latente en el potencial humano el deseo de mejorar.

En este punto, conviene subrayar que este deseo de mejorar permite ver la importancia de reconocer al otro como persona y de que se nos reconozca como parte del equipo y seres humanos idóneos, éticos y capaces de generar confianza; comprendemos que tanto en el desempeño personal como en el campo laboral y profesional, siempre nos moveremos de lo conocido hacia lo temporalmente desconocido, para lograr comprenderlo y dominarlo, encaminados persistentemente a vivir ceñidos a la realidad de la empresa y su entorno con fundamentos éticos.

De igual modo, en la gestión contable interna de las empresas y en la vida cotidiana, para proceder éticamente, fundamentalmente necesitamos actuar con responsabilidad, ser optimistas, tener conocimiento pleno de las tareas asumidas y propender por el trato justo y equitativo para todos; esto fortalece la cultura del trabajo de equipo para lograr que los buenos actos empresariales se vuelvan habituales y ayuden a comprender de manera individual y colectiva, que solo se mejora cuando se quiere mejorar; para evitar caer en la tentación de creerse propietario o propietaria de la autosuficiencia absoluta y olvidar que cada empresa —y cada persona— es diferente pero necesaria para alcanzar los objetivos que conduzcan al éxito socioeconómico empresarial.

Desde esta perspectiva y en un constante caminar hacia el logro de los objetivos, para las empresas de hoy la ética y la gestión contable se podrían considerar una necesidad básica para la estabilidad socioeconómica y laboral, ya que cuando estas se interiorizan mediante el trabajo de equipo, pueden generar el crecimiento continuo que les permita a las organizaciones cultivar las cualidades necesarias para crecer y mantenerse en el mercado con la empatía y carisma necesarios para cautivar la mente y el corazón de los clientes con tendencia a la fidelidad creciente.

En este discurrir por el mundo de la gestión contable interna como un espacio vital para dinamizar la riqueza de las empresas mediante el logro de los objetivos con parámetros éticos de planeación y control, se requieren además otros factores básicos propios de cada organización: conocimiento, flexibilidad, idoneidad, paciencia y optimismo para conformar equipos de trabajo que alcancen y superen metas, soportados en el respeto por la persona, la legalidad y la constancia.

Desde esta órbita y en el ocaso de nuestro puntual propósito de dejar ver la ética y la gestión contable interna como una necesidad para el logro de objetivos, conviene decir que la ética y la contabilidad de gestión desarrolladas como trabajo de equipo, pueden ayudar a optimizar el uso de los recursos para minimizar costos innecesarios e incrementar ingresos, siendo coherentes con los intereses propios de la organización y de los clientes internos y externos; por esto, se requiere actuar con creatividad, justicia, inteligencia, coherencia, honestidad, rectitud y equidad, para no olvidar que en la tarea de alcanzar metas, los mismos datos no significan lo mismo para todos.

En este sentido y teniendo presente que normalmente juzgamos las cosas desde distintos paradigmas y niveles de conocimiento, es bueno recordar que en ocasiones nos negamos la oportunidad de aprender de las ideas del otro por simple egoísmo o falta de voluntad. Esto afecta en lo personal y organizacional el adecuado desarrollo de los procesos; para mitigar esta falencia, se hace necesario pensar en la retroalimentación frecuente de lo ético y de la gestión contable interna, como un camino válido para que el lenguaje de la empresa sea el mismo para todos sus colaboradores dentro de un ambiente de confianza mutua.

Por consiguiente, este ambiente de confianza mutua requiere ser fortalecido en la vida personal, profesional, social y laboral, para enrutar con mayor fuerza el camino hacia el logro de lo ético. Tal vez en algunos contextos especialmente sociolaborales, se ha perdido el rumbo por el desmedido interés de obtener crecimiento fundamentalmente económico fácil y rápido; pero sabemos que esto puede cambiar si se logra que en la vida personal y en el mundo de los negocios, la ética sea vista como herramienta básica de gestión que ayuda en la toma de decisiones en todos los niveles.

Para fortalecer la toma de decisiones adecuadas en todos los niveles, se requiere robustecer en el cliente interno o colaborador inmediato, la necesidad de fomentar el intercambio de conocimientos, habilidades y trabajo de equipo. El recurso más valioso y escaso en cualquier organización es el conocimiento acumulado de sus colaboradores. De aquí se deriva otra tarea fundamental que la ética y la contabilidad de gestión deben cumplir: propender por aglutinar en la empresa de manera inteligente las mejores experiencias del pasado, la visión particular y global que se tenga del presente y el fortalecimiento de la capacidad de innovación del potencial humano para construir futuro.

En el constante viaje que se debe emprender en las empresas hacia el fortalecimiento de la capacidad de innovación del potencial humano para construir futuro, es fundamental mantener el interés de todos los miembros de la organización por hacer cada vez mejor su trabajo, alejarse de la rigidez y acercarse a la flexibilidad creativa que les permita entender que los clientes internos y externos son la razón de ser y siempre estarán al lado de quien les proporcione mejores soluciones a sus necesidades más sentidas.

En este propósito empresarial de dar solución a las necesidades más sentidas tanto del cliente interno como externo, debemos recordar que el reconocimiento del trabajo del otro es clave para el éxito empresarial, porque genera motivación laboral y estados de ánimo capaces de alcanzar cualquier meta para sostenerse en un mundo convulsionado por los constantes cambios, que ha dejado atrás el predominio del poder del producto y la calidad individual de las organizaciones, para pasar al dominio del poder del cliente como individuo y la calidad percibida de manera colectiva, lo que hace del potencial humano el capital más valioso para las empresas.

Por último, en la ruta hacia la motivación para la cimentación constante de un camino posible para el logro de los objetivos, uno de los principales aportes que queremos dejar al lector de este documento además de la concientización de la importancia del potencial humano para sobrevivir en un mundo altamente competitivo, es el deseo de despertar su curiosidad y constante interés intelectual por adentrarse con mayor ahínco y profundidad en el mundo de lo ético y de la gestión contable interna, hasta lograr que estos aspectos se interioricen y produzcan buenos frutos en el quehacer cotidiano; propendiendo de esta manera por el fortalecimiento de un adecuado trabajo de equipo que genere la confianza necesaria para impulsar a los miembros de la empresa u organización hacia el mismo horizonte como motor de crecimiento económico y social; para que juntos y cada uno desde la orilla que le corresponda en el creciente río de conocimientos sobre ética y gestión que tenemos a nuestro alcance, aportemos a la construcción de mejores personas, mejores empresas y un mejor país.


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