INTRODUCCIÓN
Aun cuando el mundo ha desarrollado tecnologías de gran envergadura, uno de los grandes factores limitantes sigue siendo la nutrición y la seguridad alimentaria, devastadores para un desarrollo equitativo de la población. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) para el año 2015, que debían reducir el hambre un cincuenta por ciento, no fueron posibles cumplirlos. Se propusieron nuevamente objetivos para el 2030, donde se pretende disminuir el hambre y la pobreza, en el cual, la piscicultura es uno de los programas de mayor importancia, en especial para poblaciones de zonas rurales y de bajos recursos, genera fuentes de empleo, que crea ingresos para millones de personas (FAO, 2016).
Es preocupante que la pesca de captura en el mundo se considera estable desde 1990, trayendo por tanto un crecimiento constante y rápido de la piscicultura continental para suplir la demanda mundial de pescado que corresponde a un 91% para consumo humano, y supera los demás sistemas de producción pecuarios. La piscicultura continental se ha desarrollado por tanto en los países en desarrollo, de los cuales el 60% es producido en Asia, seguido de América Latina y el Caribe, África y Europa (FAO, 2016).
Se estima que la industria acuícola comenzará a desacelerar su rápido crecimiento a causa de la limitación de la disponibilidad de buena calidad y cantidad de agua, sitios geográficos estratégicos, poca inversión estratégica adicionado a los problemas políticos y sociales de las regiones, los costos de las materias primas en especial la harina y aceite de pescado (FAO, 2016), donde la alimentación es considerada el 73% del costo de producción de un sistema productivo piscícola (AUNAP, 2013).
Así, la especie de mayor distribución mundial para sistemas productivos campesinos y comerciales de áreas tropicales es la tilapia nilótica, con hábitos alimenticios propicios para consumo de plantas forrajeras, cuyo requerimiento nutricional es considerado en cultivos comerciales en una proteína cruda mínima de 24% (AKIYAMA, 1992; AUNAP, 2013), proteína aportada en su mayoría por la harina de pescado o subproductos de origen animal que participan en un promedio del 50% de la composición de la fórmula del alimento, lo que ha conllevado a la búsqueda de fuentes alternativas de proteína, económicos y de fácil acceso que satisfagan los requerimientos nutricionales de los peces, con coeficientes de digestibilidad por encima del 50%, además los materiales vegetales que posean un coeficiente de digestibilidad alto, la pérdida de nutrientes en la materia fecal es bajo por tanto el impacto negativo en el medio acuático es poco (PIMENTA et al., 2008; PEZZATO et al., 2002).
Como resultado, se están realizado diferentes estudios con plantas forrajeras para los diferentes sistemas de producción animal, en los que es importante disminuir el costo del alimento, para optimizar los recursos naturales. En la zona tropical existe una gran variedad de plantas forrajeras, pero es poco lo que se conoce sobre ellas, no existe una cultura en sí en utilizar alternativas naturales y económicas. Algunas de las especies con mayor distribución geográfica y de interés en piscicultura es la morera (Morus sp.), el bore (Xanthosoma sagittifolium), el botón de oro (Tithonia diversifolia), matarratón (Gliricidia sepium), el ramio (Bohemeria nívea), el nacedero (Thrichantera gigantea), entre otros.
La morera (Morus sp) perteneciente al orden de las Urticales, familia Morácea, comprende cerca de 800 especies de árboles y arbustos, es la planta predilecta del gusano de seda (Bombyx mori), históricamente se conoce su uso desde el año 2640 a. C. en China, de donde se presenta la migración de la industria de la producción de la seda por Asia y luego Europa; junto a ella la siembra de morera, llega a América en 1680 desde Gran Bretaña, por medio de los españoles (LLAGOSTERA, 2006). La morera se ha usado en diferentes producciones pecuarias, por ejemplo en la alimentación de corderos al suministrarse de manera fresca presentándose un aumento de peso promedio de 80 g/día; en cabras la producción de leche aumentó un 30% (BENAVIDES, 1995), en pollos se puede reemplazar el alimento balanceado con harina de morera en un 10%, con excelentes resultados en especial para pequeños productores (LEYVA et al., 2012). Se pretende incentivar el uso de plantas forrajeras como la morera para ser utilizada como alimento alternativo en la piscicultura campesina o seguridad alimentaria de zonas tropicales, con el propósito de disminuir los costos de producción de los pequeños piscicultores, por medio de las experiencias obtenidas en la Estación Piscícola de la Universidad de Caldas.
Localización
Los trabajos se realizaron en la Estación Piscícola, propiedad de la Universidad de Caldas, ubicada a 75° 45’ de Longitud Oeste, 5° 4’ de Latitud Norte, 1050 msnm, temperatura media de 22,5°C, humedad relativa de 75% y precipitación anual de 2.377 mm; región perteneciente al bosque húmedo tropical.
Cultivo de la morera
Para sembrar la morera se debe preparar la tierra con anticipación, la cual comprende la eliminación de arvenses, posteriormente se debe labrar la tierra hasta obtener una textura suave de la misma. Al realizar la siembra de la morera, los mejores resultados obtenidos fueron a través de la propagación por estaca, técnica de multiplicación vegetal utiliza trozos de tallos que generan nuevas plantas idénticas a la planta madre (STRASSBURGER, 1994); el uso de esquejes o ramas jóvenes o delgadas no ha dado buenos resultados en la propagación de la morera; igualmente si las estacas son sembradas en bolsas para ser trasplantadas posteriormente, la mortalidad de las plántulas excede el 60%. Las estacas deben tener una longitud promedio de 30 a 35 cm, con las hojas en sus tallos, las cuales no deben ser eliminadas para evitar lesiones en las yemas. Las estacas deben ser sembradas directamente en el terreno, donde se entierran 15 cm, es importante en la primera fase el suministro de agua suficiente para el desarrollo de las raíces, una vez que estas comiencen a nacer y se fortalezcan, se puede comenzar a realizar un plan de fertilización adecuado según las características y necesidades del terreno.
Para obtener un cultivo de morera, con una buena producción de hoja y de fácil mantenimiento, las estacas deben estar sembradas a 50 cm entre sí, de tal manera que el espacio existente entre las plantas no permita el crecimiento de arvenses y por tanto no se requiera el uso de herbicidas.
Los materiales genéticos de morera existentes en la Estación Piscícola de la Universidad de Caldas son Kanva 2 (Morus indica), IZ 19/13 (Rosa da Fonseca) (Morus alba), IZ 56/4 (Tamarina) (Morus alba) y el híbrido IZ 13/6 (Luiz Paolieri) producto del cruce entre la variedad Fernao días (Morus alba L.) y la variedad Kokuso 27, procedente de Brasil (GARCÍA-CARDONA et al., 2000), siendo éste último el material que mayor producción de biomasa produce, con un promedio de 25 t/ha/año, coincidiendo con BOSCHINI et al. (1998) y GARCÍA-CARDONA et al. (2000), quienes obtuvieron un promedio calculado de 21 a 28 ton/ha/año. La cosecha se realiza cada 40 a 50 días, al realizar la poda de las ramas jóvenes, dejando el tronco principal a 45 cm de altura. Después de realizar el corte de las ramas, estas pueden ser sujetas y suministradas a los peces de forma fresca, posteriormente se extraen los tallos de la morera del estanque y se devuelven al cultivo para incorporarlos a la tierra y ser utilizados como abono natural. También se puede retirar únicamente las hojas de los tallos de la morera y suministrar estas a los peces de manera fresca o secarlas para la producción de harina y posteriormente incorporarla al alimento balanceado.
Crecimiento de Oreochromis niloticus alimentado con Morus alba
Al realizar los análisis bromatológicos de la hoja de la morera cosechada entre los 40 a 50 días, se obtuvieron los siguientes resultados: digestibilidad in vitro en materia seca de 89%, proteína cruda del 24%, materia seca del 85%, fibra bruta del 15%, fibra ácido detergente 18% y fibra neutro detergente 26%, cenizas de 15%, grasa 1,2%, coincidiendo con lo encontrado por CRUZ (1997); SÁNCHEZ, (2002); LEYVA et al. (2012); ROSAS & MALDONADO (2013), quienes reportan una digestibilidad in vitro en materia seca de 92%, proteína cruda de 19 al 25%, materia seca de 89%, fibra bruta 11 a 18%, nitrógeno de 3%, fibra ácido detergente 18% y fibra neutro detergente 27%, cenizas de 15%, grasa 1,1 a 2,9%. Se puede deducir que la digestibilidad de la morera es similar comparada con los coeficientes de digestibilidad de la torta de soya, la cual varía entre el 85% y el 92,4% (VÁSQUEZ-TORRES et al., 2013; DELGADO & RODRÍGUEZ-M., 2012; GONÇALVES & CARNEIRO, 2003; PEZZATO et al., 2002).
Al alimentar machos de tilapia nilótica únicamente con hojas de morera fresca ad libitum, los peces no presentaron un buen desarrollo, posiblemente dado por un desbalance nutricional, sugiriendo adicionar para sistemas productivos campesinos una fertilización del agua adecuada. Al adicionar al suministro de hojas de morera fresca el 1% de alimento balanceado, utilizando un 24 y 30% de proteína, se observó un incremento en el crecimiento de los peces con una ganancia de 0,6 - 0,8 g/día, lo cual para sistemas de producción de seguridad alimentaria viene a ser de interés, y al aumentar al 2% el alimento balanceado en la dieta de los peces se obtiene una conversión de 1,9 y un crecimiento de 1,1 a 1,6 g/pez/día, siendo recomendable para producciones piscícolas campesinas y comerciales pequeñas (HAHN VON-H, et al., 2002). Así, se puede concluir que se puede reemplazar hasta un 30% del alimento balanceado con hojas de morera fresca en cultivos piscícolas campesinos, recomendándose el uso de fertilización de estanques, siendo los mejores con piso de tierra.
Los diversos trabajos realizados sugieren que el suministro de las hojas frescas de morera a las tilapias en crecimiento y engorde puede ser a voluntad, pero no más que tres veces por semana, suplementado con fertilización del estanque para la producción de plancton o alimento balanceado mínimo del 24% de proteína una vez al día, preferiblemente en las horas de la tarde. Una de las características de un exceso en el suministro de morera fresca en tilapia es la presencia de timpanización de los ejemplares y posteriormente la muerte.
Al utilizar machos de tilapia nilótica en jaula, con un peso promedio inicial de 25 g a los cuales se les suministró una ración balanceada del 30% de proteína según las especificaciones del NRC (1993), donde se incluyó harina de hoja de morera, obteniéndose el mejor resultado con una inclusión de la misma en un 4% reemplazando la torta de soya, obteniendo una ganancia de peso de peso de 1,6 g/pez/ día, (RONDON et al., 2003) parámetros similares a los obtenidos por KOGSON Y CALLE (1994), GARZÓN (1997) y NAVARRO-M. (1998), quienes trabajaron en las mismas condiciones de cultivo pero utilizando únicamente alimento balanceado. Se observó que al aumentar el porcentaje de inclusión de la harina de la hoja de morera, las tilapias presentan disminución del consumo del alimento, y por ende, deterioro de la conversión y del crecimiento, posiblemente causado por el bajo contenido de la metionina en la morera, figurando como la ley del mínimo de Liebig en este caso, el cual está sólo a un 45% de la metionina requerida por la tilapia (SANTIAGO & LOVELL, 1988; NRC, 1993), coincidiendo con AVAULT (1996), quien sugiere que el consumo de la morera se encuentra limitado por su baja digestibilidad normal en la mayoría de follajes.
CONCLUSIÓN
La morera es una planta forrajera de excelente crecimiento y propagación en climas tropicales con corte cada 40 a 50 días, en condiciones similares a la estación piscícola, se puede utilizar las hojas frescas en la alimentación de la tilapia nilótica acompañado por fertilización del agua del estanque o suplementado en parte con alimento balanceado comercial, y las hojas secas de morera pueden incluirse en un 4% en el alimento balanceado, con conversiones óptimas para producciones piscícolas campesinas o pequeños comerciales, siendo el costo de producción atractivo; además, permite disminuir el impacto ambiental en el medio acuático.