Introducción
Los escarabajos longicornios en Colombia (Coleoptera: Cerambycidae) se encuentran representados por 5 subfamilias, 69 tribus, 400 géneros y 920 especies (Botero, 2018), por lo que se constituyen en una de las más diversas familias de Coleóptera en el territorio colombiano. Particularmente, la subfamilia Prioninae reúne algunas de las especies de coleópteros más llamativas y, en algunos casos, de mayor tamaño corporal del planeta (Bleuzen, 1994; Blackwelder, 1946; Costa-Lima, 1955). En Colombia esta subfamilia incluye, entre otros, a dos raros géneros: Chalcoprionus Bates, 1875 (Macrodontiini) y Braderochus Buquet, 1852 (Prionini); estos géneros resaltan además por su rareza en las colecciones nacionales y por lo fraccionario de sus registros geográficos (Bleuzen, 1994; Botero, 2018; Pardo-Locarno, 1996; Salazar, 2018).
En ese sentido, no extraña que algunos de estos géneros, incluyan especies que, durante más de un siglo, solo han sido conocidas por los datos de la serie tipo, tampoco sorprende que dichos datos sean errados o muy imprecisos, como corresponde a una época en que la cartografía del nuevo mundo cursaba sus albores (IGAC, 2002); dicha situación y el acceso a una pequeña muestra de ejemplares planteó la posibilidad de precisar datos geográficos y aportar algunas observaciones sobre la composición y distribución de los longicornios de los géneros Chalcoprionus y Braderochus en Colombia.
Metodología
La revisión de literatura (Bleuzen, 1994; Botero, 2018; Lameere, 1912; Monné, 2021; Pardo-Locarno, 1996; Salazar, 2018; Santos-Silva & Martins, 2005; Santos-Silva, 2006) se complementó con la revisión de algunos especímenes disponibles, en las colecciones Familia Pardo-Locarno-CFPL-COL y la colección del Museo de Historia Natural de la Universidad de Caldas (Manizales); en cada caso se revisó la información de localidad, fecha, colector y circunstancias de la colecta; los diseños cartográficos del estudio se basaron en mapas disponibles en la web, particularmente mapas municipales o de otras entidades nacionales, pues no fue fácil conseguir mapas oficiales con la escala que permitiera las tomas requeridas (Alcaldía de Darién, 2018; IGAC, 2002; Moquete-Bencosme, 2014).
Resultados
La presente investigación dispuso de la revisión de ejemplares de los géneros Chalcoprionus y Braderochus, algunos de ellos se constituyen en nuevos registros geográficos de las especies conocidas para Colombia.
Chalcoprionus Bates, 1875 (Figura 1). Género conformado por la única especie C. badeni Bates, 1875, la cual además resulta ser un endemismo colombiano; Desde su descubrimiento, los datos geográficos de esta llamativa e inusual especie causaron mucha inquietud; en resumen, Bates (1875) indicó que un par de especímenes le fueron llevados a su casa de parte del colector Herr. Wallis, quien la obtuvo en “Frontino, on the Cauca side of the Central cordillera in New Granada” (Figura 2).
En la descripción se alude la cortesía de “F. Baden de Altona” a quien se le dedicó la especie, por ofrecer un macho para la descripción y una hembra donada para la colección Bates (actualmente en el Museum nationale d’Histoire naturelle, París, Francia); así las cosas, la especie permaneció por más de un siglo precariamente conocida, hasta que recientes noticias plantearon novedades al respecto (Bleuzen, 1994; Pardo-Locarno, 1996).
Los datos recopilados se basan en tres ejemplares, dos de ellos adultos y un inmaduro, presumiblemente la pupa de la especie. Un macho de 55 mm (Figura 1A) colectado en la quebrada La Cristalina Alta, río Calima, Cordillera Occidental, municipio de Darién Calima, Valle del Cauca, Colombia (Figura 3), a 1660 msnm, en marzo 27 de 1993 por Germán Gutiérrez y Luis Carlos Pardo Locarno; este ejemplar se observó en el suelo, en un proyecto de trazado vial no terminado, al pie de una selva de montaña, aparentemente recién muerto, pues se observaba flácido, pero en muy buen estado de conservación (Figura 3B). Una hembra (54 mm) colectada en la quebrada La Cristalina, río Calima, Cordillera Occidental, municipio de Darién Calima, Valle del Cauca, Colombia (Figura 1B), en abril 10 de 1990 por Luis Carlos Pardo Locarno y Diego García Mera, en circunstancias similares, camino a un campamento conocido como Campoalegre a casi 1450 msnm (Figura 3B).
Una larva, colectada en la quebrada La Cristalina Alta, río Calima, Cordillera Occidental, Darién Calima, Valle del Cauca, Colombia, a 1660 msnm, en abril de 1991 por Luis Carlos Reyes-Úsuga y Luis Carlos Pardo-Locarno; la larva pronto mudó a pupa y, en ausencia de condiciones, murió, siendo fijada; aunque el inmaduro de la especie no ha sido descrito, la similitud con el adulto y la coincidencia de lugar, permiten por ahora presumir tal identificación.
Los ejemplares ilustrados en la figura 1 exhiben los caracteres dimórficos planteados por el autor al momento de la descripción: cabeza, antenas y primer par de patas del macho más grandes, finalmente, el disco pronotal con dos juegos de carinas y el borde protorácico continuo, oblicuo y con una espina posterior lateral, expresiones muy diferentes a las observadas en el ejemplar hembra.
Estos datos definen una pequeña área, que comprende la cuenca baja y alta de la quebrada La Cristalina, río Calima, corregimiento de Río Bravo, municipio de Darién, Valle del Cauca, la cual constituye la localidad más precisa conocida de la especie. El dato inicialmente citado por el autor Frontino parece muy acertado y válido, mientras que la alusión a la Cordillera Central resulta, una información imprecisa, pues este municipio forma parte del occidente antioqueño, en el piedemonte de cara al Pacífico colombiano y con cuencas que drenan al Pacífico, algo muy al oeste de la cuenca del río Cauca (Figura 2A y B) y alejado de la cordillera Central; si se asume como localidad precisa a Frontino (locación fundada en 1806 y erigida como municipio en 1850, en ese entonces aún Nueva Granada), se estaría hablando de una distribución próxima o inmersa en el Chocó biogeográfico, un clima muy húmedo y una condición forestal selvática, pues este municipio exhibe un terreno quebrado, pendiente, perteneciente a la Cordillera Occidental, que incluye regiones selváticas muy húmedas de las cadenas montañosas de Cárcamo, Nore y Musinga, que originan las microcuencas Murrí y Sucio (Moquete-Bencosme, 2014); esta región podría ser candidata a ser la designación originaria del registro y de contener actualmente a la especie, una posibilidad que serviría de hipótesis para futuras investigaciones de su zoogeografía; la designación que hizo Bates sobre Frontino “New Granada (nombre que tuvo la nación entre 1831 y 1858), también deja inquietudes sobre los datos de fecha de colecta de los ejemplares.
Los datos más recientes aportados por Bleuzen (1994): dos hembras una de 51 mm, de “Frontino, N. Grenade, coll Bates in MNHN, Paris (syntipo) y otra de 60 mm, de “Colombia, Buga, Valle, 1985, in coll. J-P. Maréchal” lo que resume como “Colombia (Frontino; Cauca River, central cordillera; Buga Valle)” reiteran los discutidos datos de Bates (1875), pero añaden nuevas impresiones como son “Río Cauca… Buga, Valle y Cordillera Central”, pues los datos aquí reunidos descartan la distribución en la cuenca del río Cauca y confirman al corregimiento de Río Bravo, Darién, cuyo hábitat coincide con el descrito para Frontino, Occidente de Antioquia, es decir la selva nublada de la cordillera occidental en parte mapa del Chocó biogeográfico (Figura 3).
(Diseño: LC Pardo-Locarno; fuente original: A página web Alcaldía de Darién y B modificado desde Conocecolombia.com, 2009).
Algunas precisiones se habían expresado antes en la exposición de los Prioninae de la cuenca Calima-Bajo Sanjuán (Valle-Chocó) en el marco del congreso anual de la Sociedad Colombiana de Entomología (Pardo-Locarno, 1996), información que le fue compartida al autor Patrick Bleuzen durante su visita a la colección, quien observó con detenimiento los ejemplares disponibles y los datos en la cuenca Calima. Por lo anterior, se concluye que la verdadera filiación zoogeográfica de C. badeni es un gradiente del Chocó biogeográfico entre Antioquia y Valle, próximo a los 1400-1600 msnm, dejando como primer registro a la cordillera occidental en Frontino, occidente antioqueño y como registro más reciente a la cuenca del río Calima en el tramo que se sumerge en el Chocó biogeográfico.
Braderochus Buquet, 1852. Este género registra siete especies localizadas en parte de Centroamérica desde Honduras Costa Rica, Panamá y el norte de Suramérica entre Colombia Venezuela y Guyana (Monné, 2021; Santos-Silva, 2006); de esta cifra, al menos cuatro especies se conocen para Colombia: B. dentipes, B. hovorei, B. levoiturieri y B. retrospinosus (Bleuzen, 1994; Botero-Rodríguez, 2018; Monné, 2021; Pardo-Locarno, 1996; Salazar, 2018).
Braderochus dentipes (Chensak, 1979). Esta especie ha tenido una interesante dinámica nomenclatural (Monné, 2021). Originalmente descrita en el género Derobrachus Audinet-Serville, 1832, fue reasignada recientemente por Santos-Silva & Martins (2005) a Braderochus, estableciendo también una sinonimia con B. shuteaeBleuzen, 1994, proponiendo su distribución en Honduras, Costa Rica, Panamá y Colombia; no se dispuso de material biológico para el registro, el cual se basó en una hembra estudiada por Santos-Silva & Martins (2005), cuyos datos fueron “Chocó: Lloró (Granja Universidad del Chocó), 23.V.2003, J. C. Neita col (Figuras 4A y 5).
Braderochus hovorei (Santos-Silva & Martins, 2005). Endémica de Colombia (Figuras 4B, 5); muy similar a B. levoiturieri, de la cual se diferencia entre otras, por la cabeza un poco más larga, con la porción posterior detrás de los ojos más recta, los lóbulos oculares más extendidos en su porción ventral, convexidad elytral y ápices elitrales en la región de la sutura con espinas nítidamente expresadas. Los ejemplares aquí identificados tenían previamente rótulo de B. levoiturieri; esta nueva especie se conoce en la cuenca media del río Magdalena y la vertiente este de la cordillera oriental en el Meta, los datos inicialmente registrados por los autores fueron “Boyacá: Muzo,1931, Apolinar col. (MZSP); Santander: río Carare, ♂, V.1948, L. Richter col. (AMNH); Boyacá: Muzo, ♂, 1931, Apolinar col. (MZSP); Meta: Buenavista (1360 m), ♂, XII.1944, L. Richter col. (AMNH)”. Posteriormente, Santos-Silva (2006) adicionó Cundinamarca: La Mesa (Laguna Pedro Palo (1298 m), 11. III. 1995, sexo? San Francisco (1570 m), ♂, 12.X.1995, con ejemplares del Museo de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional, sede Bogotá-MEFA.
Esta investigación contribuyó con tres nuevos datos así: El Rubí, La Belleza, Santander, abril 2004, ♂ 69 mm; San Cayetano, La Belleza, Santander, mayo 13 de 2004, F. Vargas leg, ♂ 56 mm; Girardota, Antioquia, junio 15 de 2000, Y. Montoya, ♂ 63 mm. Así, la distribución de esta especie se extiende al departamento de Antioquia (Figura 5). Destacamos en estas líneas el profundo desconocimiento de esta especie de reciente descubrimiento, lograda en las colectas del Hermano Apolinar María (Museo de La Salle) y que cuenta hoy con un precario mapa de distribución en los relictos selváticos del Magdalena medio y con muy pocos ejemplares disponibles en los museos nacionales, urge en ella establecer un programa de conservación y su priorización en los Planes de Acción Trianual-PAT de las corporaciones regionales correspondientes.
Braderochus levoiturieri (Buquet, 1842). La especie más antigua del género, asignada inicialmente a Colombia, considerada endémica. Los fémures son carentes de denticulación, lóbulos tarsales ausentes de espinas y otros caracteres de ojos, pronotum, antenas y élitros expuestos por Bleuzen (1994) (Figura 4C). Su distribución, bastante simpátrica con B. hovorei, abarca la cuenca media del río Magdalena como Otanche y Muzo, Boyacá (Bleuzen, 1994). Más recientemente, Salazar (2018) adicionó datos de dos ejemplares colectados en el departamento de Caldas con los siguientes datos: “Manzanares El Roble, IV-2005, ♂, (MHN-UC) y Pensilvania-El Higuerón, II-2001, ♀ (MHN-Uca), ampliándose así a un nuevo departamento y una locación más al sur, de la misma cuenca del Magdalena, la distribución de la especie. A lo anterior adicionamos los nuevos registros: Boyacá, sin localidad, sobre Pastizal, julio 6 de 1968, H. Hernández, ♀ 87 mm; Otance, Boyacá, sin más datos, 1993, Jesús Urbina, ♀ 57 mm; La Belleza, Santander, abril 2004, ♀ 76 mm; San Carlos, Antioquia, marzo de 1996, ♀ 82 mm; Santa Rosa, Antioquia, marzo de 1994, Cesar Acosta, ♂ 53 mm; Gómez Plata, Antioquia, atraídos por luz, agosto 1984, A. Lotero, ♀ 74 mm. La nueva información reitera la distribución en la cuenca media del río Magdalena en Caldas, Boyacá, Antioquia y Santander (Figura 5). Braderochus levoiturieri (Buquet) constituye un notable endemismo de Colombia, distribuido en el cada vez más destruido mapa de las selvas húmedas de la cuenca media del río Magdalena, por lo que su conservación depara mucha preocupación para quienes valoramos su inmenso valor como reliquia evolutiva de la subfamilia.
Braderochus retrospinosus (Lameere, 1916). Endémica de Colombia y por casi un siglo, registrada solo por los datos del ejemplar tipo “Colombia, Santa Fe de Bogotá” (Bleuzen, 1994; Monné, 2021; Santos-Silva & Martins, 2005). Esta especie con fémures densamente denticulados, cabeza y antenas muy distintivos (Figura 4D), ha sido adicionada en su distribución por Santos-Silva (2006) al piedemonte de la Cordillera Oriental y Orinoquia colombiana así: Casanare: ♀, 19.IV.1970. Meta: San Carlos de Guaroa (350 m), ♂, 2.IV.2005; El Guamal (518 m), ♂, 29.III.1994; (518 m), ♀, 6.V.1999; Cumaral (La Cabaña; 480 m), ♂, III.1999; San Martin (419 m), ♂, 6.IV.1998; San Juan de Arama, ♂; Vichada: Puerto Carreño (90), ♀, 23.IX.1998; Cundinamarca: La Mesa (1298 m), ♂, 30.IV.1995. La mayoría de estos ejemplares depositados en el Museo de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional sede Bogotá-MEFA. Salazar (2018) aportó dos nuevos datos así: “Meta: Villavicencio-La Unión, 20-XI-2012, ♂ & ♀, G. Nielsen en MHN-Uca”; este trabajo adiciona los siguientes datos: Morelia, Caquetá, septiembre 7 de 1983, C Wilmer, ♂ 72 mm; Villavicencio, Meta, suelo, diciembre de 1995, ♀ 75 mm; Villavicencio, Meta, suelo, octubre de 1997, ♂ 72 mm; San Martín, Meta, 150 msnm, atraídos por luz, mayo 3 de 1967, L. Cardona, ♀ 68 mm. Aunque aún permanece poco conocida, la distribución de esta especie (Figura 5) en una región tan extensa auguraría algunas poblaciones saludables en selvas ribereñas de las cuencas orinocenses.
Epílogo
Chalcoprionus badeni es un notable registro zoológico colombiano. Lo singular y aislado de sus “facies” sirve de orientación a la evolución de los Prioninae neotropicales. Sobre el estado de conservación de la especie, hasta hace poco considerada rarísima y localizada, reconocida recientemente por un ejemplar de la colección Maréchale (Bleuzen, 1994), poco se conoce: la situación forestal actual de Frontino es desconocida y deja dudas sobre poblaciones saludables de la especie, debido a la creciente deforestación que ha registrado ese municipio. En cuanto a la microcuenca de la Cristalina en el río Calima, se sabe que el área cercana de Río Bravo constituye reserva natural, sin embargo no se tienen registros de la especie para esa región y la microcuenca de la quebrada Cristalina sigue siendo área de uso agropecuario, la cual debería incorporarse a la reserva vecina, ya que la especie merece prioridad de conservación (en especial de su hábitat) por ser un registro endémico, de una especie notable, pero muy pobremente conocida en su historia natural.
Las especies de Braderochus de Colombia, todas delicados y muy raros legados de la evolución de los Prioninae neotropicales, demandan mayor estudio taxonómico y, no obstante los inmensos avances científicos recientes, alusivos a la distribución de algunas y a la descripción de nuevos taxa (Salazar, 2018; Santos-Silva & Martins, 2005; Santos-Silva, 2006), su estudio dista de ser satisfactorio, quedando claro que la distribución de la mayoría de las especies sigue siendo un tema pobremente conocido y peor aún la localización de poblaciones sostenibles, por lo que, quizás, exceptuando B. retrospinosus, el resto se constituiría en prioridad investigativa en cuanto a la conservación. Esta investigación pondera los estudios en regiones selváticas como el Chocó biogeográfico y las selvas amazónicas en Putumayo y Amazonas colombiano, como posibles territorios de las especies aquí mencionadas, así como de posibles nuevos registros.