La psicología de la salud es una disciplina que se encuentra en sus inicios. Hasta hace poco tiempo el acercamiento a los tópicos de esta disciplina se podía llevar a cabo a través de la psicología clínica y la psicología social. La instauración de la psicología de la salud como una disciplina independiente ocurre en 1978 y se constituye así en la división 38 de la American Psychological Association, a partir de los estudios realizados por William Schofield, quien muestra preocupación por los pocos artículos de psicología aplicados al campo de la salud, dado que los psicólogos estaban más interesados en investigar temas de salud mental que en la aplicación de la psicología al campo de la salud (Marín, 1998).
La preocupación por estudiar la psicología en esta área conllevó establecer y delimitar el campo de acción de esta disciplina, definida por Matarrazo (1980), citado por Oblitas (2010), como la suma de las contribuciones profesionales, científicas y educativas específicas de la psicología como disciplina, para la promoción y el mantenimiento de la salud, la prevención y el tratamiento de la enfermedad, la identificación de los correlatos etiológicos y diagnósticos de la salud, además del mejoramiento del sistema sanitario y la formulación de una política de la salud.
Asimismo, la salud, definida por Oblitas (2010) como el bienestar físico, psicológico y social que no necesariamente implica la ausencia de alteraciones y enfermedades, sino que incluye distintos grados de vitalidad y funcionamiento adaptativo, es considerada también un fenómeno social que solo puede ser explicado teniendo en cuenta estructuras de alto grado de complejidad, como las conductas humanas, donde entran en acción variables con fuerte interacción entre ellas (Moreno, 2008). También es importante comprender los problemas de la salud en los estilos de vida, los comportamientos de las personas y los factores relacionados con la estructura social de un país y sus servicios de asistencia médica.
Actualmente, el espectro de las investigaciones en salud resulta bastante amplio. De acuerdo con el Handbook of Health Psychology que publicaron Baum, Revenson y Singer (2012), abarca temas tan diversos como la autorregulación del comportamiento, el manejo del estrés, así como los estudios sobre obesidad, personalidad y salud, entre otros. De esta manera, esta disciplina realiza aportes significativos al bienestar físico, psicológico y social.
Al pensar en el futuro de la psicología de la salud, Sheridan y Keefe (1999) y Blumenthal (2004), citados por Garzón (2014), proponen cambios significativos tanto en la psicología como en sus profesionales en el campo para un mayor éxito de esta disciplina. Algunos de estos cambios se enfocan en la educación, la investigación y la práctica, el aumento de la evidencia empírica que muestra la eficacia de la intervención de psicólogos de la salud, la importancia de incluir este campo en los servicios de atención primaria, así como la necesidad de una cuidadosa evaluación de las cuestiones éticas y legales en los servicios de salud, el desarrollo de guías de la APA y la posibilidad de que los psicólogos desarrollen y utilicen nuevas habilidades (Garzón, 2014).