Introducción
El vínculo entre médico y pacientes ha sido estudiado para identificar los roles, las prácticas y las creencias en torno al ritual clínico (Strong & Dingwall, 2018). Esta relación entre médico y paciente ha sido en su mayoría asimétrica en la que el médico es quien tiene el poder sobre el paciente. El primero lo diagnostica y categoriza mientras el segundo mantiene una posición pasiva y expectante frente a las decisiones comunicadas (Abbott, 1988).
Sin embargo, este vínculo ha ido cambiando, de modo que fue Henderson (1935) el primero en referirse a esta relación como un sistema que va más allá de la comunicación de síntomas, diagnósticos y tratamientos, pues, a diferencia del paradigma moderno, contiene un todo que involucra otros trabajadores de la salud, familia, aspectos sociales, económicos, psicológicos y fisiológicos (Weiner, 2012), lo cual incide en los desenlaces en la salud. Además, el lenguaje verbal y no verbal que expresa el paciente es importante en respuesta al tratamiento (Donaldson, Yordy & Vanselow, 994).
Con la difusión de las tecnologías digitales y su integración a la práctica clínica, el paciente se ha convertido en corresponsable de su enfermedad y en consumidor de servicios o tecnologías (Lupton, 2017). Esto ha traído implicaciones tanto para profesionales como para pacientes, puesto que ha permitido acelerar los diagnósticos y las intervenciones terapéuticas, ha reducido tiempos y distancias, y generado una ruptura en la verticalidad de la relación tradicional al ser los pacientes más activos y estar informados (Conrad, 2007; Prigogine, 2006).
Las estrategias de m-health, adoptadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) para “transformar la manera en la que se entrega salud en todo el mundo” (World Health Organization [WHO], 2011), suponen una aceptación de tecnologías móviles en procesos de atención clínica de baja y mediana complejidad (Park, 2016). Una de estas tecnologías es WhatsApp (Graziano, Maugeri & Iacopino, 2015) que permite interactuar a través de mensajes de texto, voz, fotografías, videos o documentos, y la confidencialidad de los datos enviados (WhatsApp, s. f.). Este tipo de tecnologías permiten que los médicos con mejores métodos diagnósticos y pacientes más informados superen las barreras físicas del consultorio y el hospital, y se transforme la relación (Daniel, Jabak, Sasso, Chamoun & Tamim, 2018; Montag & Diefenbach, 2018).
Por otro lado, esta aplicación ha sido usada en ciencias de la salud como una herramienta útil para la medicina, por ejemplo, en la formación de talento humano, interconsultas y telemedicina (Graziano et al. , 2015; Kay et al. , 2011). En este sentido, se hace necesario explorar la evidencia existente en el mundo de este tipo de tecnologías en los sistemas de salud. Por tanto, esta revisión pretende responder a la pregunta: ¿cuál ha sido la influencia del uso del WhatsApp en el sistema médico-paciente?
Método
Tipo de estudio
Se realizó una revisión rápida de la literatura que es un tipo de revisión que busca desarrollar una síntesis de conocimiento en un corto periodo. Es un método útil para abordar problemas novedosos y que no necesariamente tiene que ver con ensayos clínicos o guías de práctica. Incluye los elementos metodológicos de la revisión sistemática como la evaluación independiente de títulos y resúmenes, la extracción de datos, y la evaluación y calidad metodológica con listas de chequeo (Tricco et al. , 2015).
Búsqueda de artículos
Se consultaron las siguientes bases de datos: Scopus, PubMed, SciELO, Embase y ScienceDirect. Se utilizó el diagrama preferred reporting items for systematic reviews and meta-analyses (Prisma) y se inició la búsqueda construyendo diferentes combinaciones. El algoritmo establecido fue el siguiente: “WhatsApp” y “Medicina” en español y “WhatsApp” and “Medicine” en inglés, publicados entre 2000 y mayo de 2018.
Criterios de inclusión
Artículos completos cuyo objetivo fuera investigar el sistema médico-paciente y el uso de WhatsApp en inglés o español.
Criterios de exclusión
Revisiones de literatura, capítulos de libro, resúmenes de conferencia, blogs o artículos de periódicos y cartas al editor, artículos que hicieran referencia a tecnologías que no incluyeran WhatsApp y artículos que trataran el uso de WhatsApp en contextos diferentes de la relación médico-paciente en la consulta médica. Se eliminaron los documentos duplicados.
Selección de artículos
Se utilizó el aplicativo web Rayyan (Ouzzani, Hammady, Fedorowicz & Elmagarmid, 2016) en el que hubo una valoración por título y resumen por parte de dos observadores que aplicaron la lista de chequeo con los criterios de inclusión y de exclusión. El diagrama Prisma (Moher, Liberati, Tetzlaff, Altman & Prisma Group, 2009) fue usado para guiar el proceso de revisión.
Concordancia y extracción de datos
Se calculó el índice Kappa en dos momentos: el primero tras la lectura de los veinte artículos y el segundo al finalizar la revisión total de estos. Cuando hubo alguna discrepancia, se solicitó la participación de un evaluador adicional. El índice Kappa mide la concordancia entre los observadores y puede tener valoresentre -1 y +1, donde -1 es menor concordancia y +1 mayor concordancia (Cerda & Villarroel, 2008).
La extracción de datos tuvo en cuenta las siguientes variables: tipo de estudio, revista, objetivo, tamaño de la muestra, uso de WhatsApp y hallazgos. Finalmente, se estableció el porcentaje de uso de WhatsApp en la relación médico-paciente, calculada con el software OpenEpi versión 17.9 (Dean, Sullivan & Soe, 2013).
Resultados
Se obtuvieron 249 trabajos de la búsqueda en línea. Luego de eliminar duplicados y de revisión por título y resumen, se tuvieron 14 artículos para lectura completa (Ben-Zeev et al. , 2017; Calderón et al. , 2017; Carmona, Alayed, Al-Ibrahim & D’Souza, 2018; Cherrez et al. , 2017; Daniel et al. , 2018; Dhiliwal & Salins, 2015; Fleischmann et al. , 2018; Giordano et al. , 2017; Gur et al. , 2017; Ibarra-Yruegas, Camara-Lemarroy, Loredo-Díaz & Kawas-Valle, 2015; Lahrach & Furnham, 2017; Duymuş et al. , 2017; Sanders, Sánchez Valle, Viñaras & Llorente, 2015; Thapa, Kc & Shakya, 2016). Finalmente, se aplicaron criterios de inclusión y exclusión, y cuatro artículos quedaron incluidos para la revisión final. Se obtuvo un estudio de casos y controles, un reporte de caso y dos estudios transversales (figura 1).
La concordancia estimada mediante el índice Kappa al finalizar la evaluación de los 335 artículos fue de 0,80, lo que significa una alta concordancia entre los observadores. A continuación, se presenta de manera resumida la información reportada en los estudios de reporte de casos.
Reporte de casos: Israel
El estudio se realizó para evaluar la aceptación del uso Skype y WhatsApp entre médicos y pacientes con fibrosis quística como un medio para hacer seguimiento teledirigido al tratamiento (Gur et al. , 2017). Los autores reportaron que el uso de estas dos plataformas resulta factible. No obstante, WhatsApp presentó una mayor aceptación en comparación con la videollamada, en especial cuando los cuidadores son jóvenes. Igualmente, permitió una mejor adherencia al tratamiento. Entre las desventajas, está la dificultad de ajustar las agendas del personal médico y de los pacientes, y los aspectos técnicos de conexión a internet.
Reporte de casos: India
Se realizó un estudio para evaluar el uso de WhatsApp entre adultos mayores para el seguimiento de los cuidados paliativos en casa y sus médicos tratantes (Dhiliwal & Salins, 2015).
Los autores refirieron que WhatsApp permitió la realización de consultas sin atender al hospital, incluso fuera de horarios laborales. Su uso permitió el manejo en casa de sintomatología, complicaciones, continuidad del tratamiento, cuidados paliativos y muerte en casa. Mejoró la comunicación entre paciente, médico tratante, cuidador y médico familiar local, y los pacientes se sintieron satisfechos con el apoyo recibido a través de WhatsApp.
Estudios descriptivos observacionales
Los estudios observacionales (n = 2) agruparon 521 médicos de diferentes especialidades clínicas y quirúrgicas. La frecuencia de uso de WhatsApp agrupada de los estudios incluidos fue del 65,83 % (n = 343) (IC95 % 61,76-69,91).
Dada el limitado número de estudios para análisis agrupado, a continuación se presentan los hallazgos más significativos de cada uno de los estudios. El primer estudio llevado a cabo en una muestra de 321 ortopedistas en Turquía refiere que la herramienta para comunicación médico-paciente más común fue WhatsApp. Los autores refieren que el 62 % de los ortopedistas hacen uso de esta aplicación para comunicarse con sus pacientes. No hubo diferencias estadísticamente significativas frente a la edad de médico y el uso de WhatsApp como medio de comunicación con el paciente (p < 0,05). Además, mencionan que es más frecuente usar WhatsApp en la consulta del sector privado que en el público. El artículo propone que este tipo de tecnologías puede aumentar la accesibilidad del paciente hacia el médico y hacer la relación médico-paciente más informal (Duymu et al. , 2017).
El segundo estudio fue realizado en una muestra de 238 médicos de diferentes especialidades clínicas y quirúrgicas del Líbano (Daniel et al. , 2018). Los autores reportaron que WhatsApp fue la segunda forma más común de comunicación entre pacientes y médicos. De acuerdo con los resultados publicados, los médicos que eran de sexo masculino (p = 0,003), mayores de 30 años (p = 0,02) y que tenían una especialidad quirúrgica (p = 0,03) tenían más probabilidades de tener actitudes positivas hacia el uso de estas tecnologías con sus pacientes. No obstante, el 72 % de los participantes consideraron que WhatsApp puede generar problemas médicos y legales, y una potencial violación a la privacidad. Los autores afirman que es necesario incluir una regulación normativa sobre el uso de WhatsApp como herramienta vinculada a la relación médico-paciente (Daniel et al. , 2018).
Discusión
Este estudio buscó explorar la evidencia en el mundo sobre de la influencia que ha tenido el uso de WhatsApp en las relaciones médico-paciente mediante una revisión sistemática de literatura. Se encontró que entre los artículos incluidos en el análisis agrupado el 65 % de los médicos encuestados refirieron usar este tipo de herramientas para comunicarse con sus pacientes. De acuerdo con los autores, tanto pacientes como médicos se mostraron receptivos a esta tecnología como parte de la relación entre médico y paciente.
A la fecha de la realización de la revisión, se encontraron aproximadamente 285 trabajos acerca del uso de WhatsApp vinculados a diferentes aspectos de la práctica clínica de la medicina y otras profesiones del área de la salud. Entre los trabajos reportados, se encuentra el uso en la realización de interconsultas y consejos profesionales (Bakshi, 2018; Gross et al. , 2018), el fortalecimiento de las capacidades de comunicación en los equipos de salud (Carmona et al. , 2018; Ellanti, Moriarty, Coughlan & McCarthy, 2017; Kordowicz, 2018; McKechnie, 2018; Pahwa, Lunsford & Livesley, 2018), la atención de desastres (Basu, Ghosh, Jana, Bandyopadhyay & Singh, 2017)Mountain View, CA, la educación no formal para personal de salud (Karimuribo et al. , 2017; Malik, Batra, Blanchard, Douglass & Schreiber, 2018) y la evaluación de la calidad del sueño en estudiantes de Medicina y profesionales de salud (Asiri, Almetrek, Alsamghan, Mustafa & Alshehri, 2018). Incluso, se empieza a ver trabajos que dan cuenta del uso de esta tecnología en la aplicación en telemedicina para el tratamiento de algunas enfermedades (Blom, Laflamme & Mölsted Alvesson, 2018; Calleja-Castillo & González-Calderon, 2018; Sener et al. , 2018; Williams & Kovarik, 2018).
De los estudios que cumplieron los criterios de inclusión y exclusión, el 100 % se desarrollaron en países del Medio Oriente y la India, lo que podría sugerir una tendencia en el uso de WhatsApp en la relación entre médicos y pacientes de esa región.
Adicional a WhatsApp se han estudiado otras plataformas como Facebook (Moubarak, Guiot, Benhamou, Benhamou & Hariri, 2011), Twitter (Baptist et al. , 2011; Prochaska, Pechmann, Kim & Leonhardt, 2012) o correo electrónico (Hamine, Gerth-Guyette, Faulx, Green & Ginsburg, 2015) que también han mostrado aceptación entre los médicos y pacientes.
Si bien el número de trabajos a este respecto es reducido, tiene una tendencia a aumentar. La literatura existente parece mostrar un patrón de aceptación y satisfacción por parte de los médicos y pacientes acerca del uso de WhatsApp en las comunicaciones con sus pacientes, por lo que se requieren estudios que den cuenta de esta situación en otras regiones diferentes de Medio Oriente y la India.
Limitaciones
El estudio tiene muchas limitaciones. En primer lugar, solo incluyó trabajos realizados en bases de datos y dejó por fuera literatura gris. En segundo lugar, por tratarse de una revisión rápida de la literatura, no se realizó una evaluación de la calidad de los estudios incluidos con criterios como los de STROBE Statement (Cuschieri, 2019). Lo anterior se debió a que dos de los cuatro trabajos fueron reportes de caso para los cuales no hay guías de evaluación de calidad. Además, la aplicación de las guías podrán haber dejado por fuera varios de los artículos de los que se ocupó la revisión. No obstante, los resultados de la revisión concuerdan con el hecho de que este es un problema incipiente que requiere ser profundizado en estudios de salud digital.
Conclusiones y recomendaciones
WhatsApp es una herramienta usada en campos como telemedicina, interconsultas y fortalecimiento de los equipos de salud intrahospitalarios, no obstante, faltan estudios que evidencien la influencia que ha tenido esta aplicación en la relación médico-paciente. Por ello, es necesario impulsar este tipo de investigaciones para ampliar el conocimiento de la relación y su interacción con el sistema de salud en diferentes poblaciones alrededor del mundo. Igualmente, es importante establecer los retos, límites y aspectos éticos de uso de estas tecnologías en el sector salud como herramienta de comunicación en esta era virtual. Finalmente, se necesitan estudios que den cuenta de la aceptabilidad del uso de esta tecnología en contextos como América Latina y el Caribe.