INTRODUCCIÓN
Los diferentes sistemas de producción pecuarios tienen como objetivo común la producción de alimentos para el hombre. Dentro de estos sistemas, se puede encontrar la explotación ovina que, en los últimos años en Colombia, ha despertado el interés por parte de los productores, por ser animales de tamaño mucho menor que el bovino y de fácil manejo, además de producir carne y leche para la humanidad. En el departamento de Córdoba, la ovino-cultura se encuentra en etapa de crecimiento, pasando su población de 22.783 ovinos en el 2014, a 104.604, en el 2019 (DANE, 2016; ICA, 2019), en donde los ovinos se han convertido en una fuente de trabajo y de producción y está dejando de ser una especie relegada en comparación con los sistemas de producción bovina.
Para sacar un mayor provecho al ovino criollo nativo, se tienen que llevar a cabo investigaciones que muestren los pros y los contras que brindarían estos animales al sistema productivo, debido a que, la información sobres ellos, es escasa. Además, al ser un sistema que anteriormente se manejaba de manera extensiva y sin ningún soporte técnico, el mejoramiento que se ha hecho en las características de importancia para la producción es poco. El estudio de las características de crecimiento es necesario para implementar con un adecuado programa de mejoramiento genético, que tiene como meta aumentar, la precocidad de la especie, además que sirve para inferir las tasas de crecimiento, necesidades alimenticias, pesos y grado de madurez de cada especie (Lobo et al. 2006). Las medidas de crecimiento las han utilizado algunos investigadores como guía para describir el crecimiento y el estudio de características de interés económico, como indicadores de peso vivo y para evaluar el desarrollo muscular y grado de acabado de los animales (Lobo et al. 2006; Fitzhugh, 1976).
Cabe resaltar que existen factores que influyen sobre el crecimiento de los ovinos, como la edad, la raza, el tipo de animal, la fase fisiológica, el estado nutricional, el tipo de nacimiento y las estrategias de manejo (Patiño & Van Cleef, 2010).
Por otro lado, la medición del área del ojo del lomo (AOL), mediante ultrasonografía, es una opción práctica a bajo costo, que permite evaluar el mérito de la carcasa en el animal vivo (Battista et al. 2017), donde el aumento del área del ojo del lomo es considerado el objetivo más importante de la industria cárnica ovina para optimar el mérito de la canal, mejorando esta, si los animales se sacrifican a una edad más temprana (Lupton, 2008).
Por ello, el objetivo de este estudio fue evaluar características asociadas al crecimiento, así como el área del ojo del lomo de los ovinos criollos de pelo, en Córdoba, Colombia, como herramienta para volver eficientes y competitivos a los sistemas de producción ovina en la región.
MATERIALES Y MÉTODOS
Localización. Los datos utilizados en este estudio fueron obtenidos de dos sistemas de producción ovina, en los municipios de Montería y Sahagún, departamento de Córdoba. El municipio de Montería está localizado al noroeste de Colombia, a 8°45' de latitud Norte y 75°53' de longitud Oeste. Tiene una altitud de 18m s.n.m., una temperatura promedio de 28°C, una humedad relativa del 85% y una precipitación media anual de 1.156mm. Por su parte, el municipio de Sahagún, se encuentra ubicado en la parte nororiental del departamento de Córdoba, se localiza a los 8º56´58” de latitud Norte y 75º26´52” de longitud Oeste, a 71km de Montería, a 75m s.n.m. y posee una temperatura media de 26,9ºC (Santana, 1999).
Las madres y los corderos al destete fueron manejados bajo condiciones de pastoreo en praderas de Bothriochloa pertusa, con disponibilidad de agua y sal mineral a libre acceso; durante la época seca, los animales del sistema de producción de Montería se suplementaron con ensilado de maíz (Zea mays) con grano y los del sistema de producción de Sahagún, con ensilado de Pennisetum purpureum.
Los animales, se manejaron por monta estacional, en el cual, las hembras que se expusieron a macho por un periodo de 45 días, posibilitando la oportunidad de cubrir dos ciclos ováricos de la hembra, durante dicha estación.
Desde el punto de vista sanitario, las hembras fueron sometidas a una evaluación sanitaria, específicamente, evaluando puntaje de FAMACHA y la carga parasitaria, mediante técnica de Mac Master. Luego, se realizó desparasitación selectiva y control de la carga parasitaria a los 15 días de haber realizado desparasitación. Un mes antes del parto, los lotes de hembras reproductoras fueron desparasitadas y vacunadas contra clostridiosis y pasteurelosis. Las crías evaluadas fueron vacunadas 15 días antes del destete contra clostridiosis y pasteurelosis, y revacunadas a los 15 días.
Recolección y organización de datos. Se utilizaron 55 corderos, provenientes de 55 hembras y cuatro machos reproductores, dos en cada finca. En el sistema de producción de Montería, se utilizaron 15 (9 machos y 6 hembras) y en el sistema de producción de Sahagún, 40 animales (18 machos y 22 hembras); los animales nacieron entre noviembre del 2013 y abril del 2014. Al nacimiento de los animales fueron identificados con collares y permanecieron con sus madres hasta los 90 días, momento en que se realizó el destete. Se realizaron pesajes cada 15 días, a partir del nacimiento hasta los 6 meses de edad y mediciones del área del ojo del lomo (AOL) por ultrasonografía, a los 4 y 6 meses de edad. Las mediciones de peso en cada una de los sistemas de producción, se obtuvieron con una báscula digital JAZ-DINA L150, con capacidad para 150kg; además, se realizó el registro de cada pesaje, donde se tuvo en cuenta: la identificación del animal, la fecha y edad del animal, la fecha del parto, la mortalidad en el periodo pre y post-destete, el sexo de los animales y la identificación de los padres. Todos los animales provenían de partos simples y no se disponía de información precisa del número de partos de la madre. El peso de los animales fue ajustado al destete (90 días) y a los seis meses utilizando la siguiente fórmula:
Donde:
Pxi = Peso estimado para la edad xi, siendo xi = 90 y 180 días de edad.
Pyi = Peso tomado a la edad más próxima de xi; yi = edad en días, más próxima de xi.
PN= Peso al nacimiento.
Para determinar el AOL, se utilizó un ecógrafo marca ALOKA SSD-500, equipado con transductor lineal de 5Mhz. Antes de la captura de imágenes por el ecógrafo, se procedió a limpiar la región entre la 12a y 13a vértebras torácicas del lado izquierdo del animal, seguido del afeitado de esta zona, para evitar interferencia de la transmisión del haz de la onda de sonido.
La sonda estaba equipada con una guía acústica, que se colocó de manera perpendicular al músculo Longissimus dorsi, entre la 12a y 13a vértebra torácica, para medir el área del AOL. Las imágenes obtenidas fueron analizadas con el analizador de imágenes Eview-Echo ImageViewer y la información proveniente de estas medidas, se anotó en registros diseñados para tal fin.
Análisis estadístico. Las características evaluadas fueron peso al nacer (PN), peso al destete (PDA90), peso a los seis meses de edad (PA6M), ganancia de peso predestete (GPPRD) y posdestete (GPPOD) y área del ojo del lomo (AOL), a las cuales, se les realizó estadística descriptiva. Además, se efectuó un análisis de varianza por medio del procedimiento GLM del SAS (SAS, 2007) y para determinar diferencias significativas entre sexo y finca para las variables en estudio, se utilizó el procedimiento LSMEANS (SAS, 2007).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
En la tabla 1, se muestran la estadística descriptiva de las diferentes características de crecimiento evaluadas. La media del PN fue similar a la reportada por López-Ordaza et al. (2012), en ovinos criollos de Chiapas (2,48 ± 0,52) y por Ríos-Utrera et al. (2014), en raza Pelibuey (2,6 ± 0,07). Un promedio superior fue encontrado por Raoof et al. (2017), en ovinos nativos en Kurdistan (3,9); Mortimer et al. (2017), en animales Merino en Australia (4,58 ± 1,08); Baneh & Ahmadpanah (2018), en ovinos Ghezel en Irán (4,27 ± 0,68); Haile et al. (2018) y Jawasreh et al. (2018), en animales Awassi en Jordán (4,48 ± 0,8 y 4,54 ± 0,75). Por su parte, un PN inferior al de este estudio fue reportado por Macedo & Arredondo (2008), en ovinos de Pelibuey (2,30 ± 0,11) y Safi et al. (2017), en ovinos Harnai (2,39 ± 0,23). Cabe resaltar que las diferencias entre los pesos al nacer del presente estudio con la literatura citada, se debe a las diferencias raciales, de alimentación y manejo de cada una de las poblaciones, que van a influir sobre esta característica.
PN: Peso al nacimiento; PDA90: Peso al destete ajustado a 90 días; PA6; Peso ajustado a los seis meses; GPPRD: Ganancia de peso predestete; GPPOD: Ganancia de peso posdestete.
Con relación al PDA90, el promedio estimado se encuentra por encima del reportado por López-Ordaza et al. (2012), en México (8,96 ± 2,54) y es similar al obtenido por Hinojosa-Cuéllar et al. (2012), en corderos Pelibuey, en México (11,0 ± 0,09). Un promedio superior fue encontrado por Safi et al. (2017), Mortimer et al. (2017) y Baneh & Ahmadpanah (2018), a los 90 días de destete (13,51±0,38, 23,8 ± 5,06 y 23,37 ± 4,12), Jawasreh et al. (2018) y Haile et al. (2018), a una edad de destete de 65 (17,13 ± 0,7) y 56 (19,34 ± 4,50) días. Al igual que el PN, las diferencias de PDA90 entre las poblaciones citadas y este estudio, se deben a diferencias raciales, de alimentación y de manejo.
Para PA6M, la media estimada se encuentra por debajo de la reportada por Quintero et al. (1997) y Dickson-Urdaneta et al. (2004), en la raza West African (17,0 ± 1,34 y 18,0 ± 4,5); por Maza et al. (2015), en animales criollos (23,6 ± 3,7) y por Baneh & Ahmadpanah (2018), en Merino (31,83 ± 5,32). Para mejorar el peso a los seis meses, que es el peso que, por lo general, los productores venden sus animales al mercado para el sacrifico, se debe mejorar la alimentación de los animales, especialmente, en el periodo posdestete y comenzar a realizar procesos de selección para las características de crecimiento en los ovinos criollos de pelo.
Para GPPRD, el promedio estimado (0,095 ± 0,04 kg/d) fue inferior al encontrado por González et al. (2002), en ovinos Black Belly (0,122 ± 0,026); Dickson-Urdaneta et al. (2004), en animales West African (0,101 ± 0,03); Jawasreh et al. (2018) y Haile et al. (2018), en ovinos Awassi (0,20 ± 0,07 y 0,264 ± 0,046) y por Ríos-Utrera et al. (2014), en cruces Dorper x Black Belly (0,102 ± 0,005) y Katahdin x Pelibuey (0,104±0,004). Un promedio similar al de este estudio fue hallado por Ríos-Utrera et al. (2014), en ovinos Dorper x Pelibuey (0,097 ± 0,005), Katahdin x Black Belly (0,095 ± 0,005) y Pelibuey (0,093 ± 0,004). Por su parte, Ríos-Utrera et al. (2014) encontraron un valor inferior en ovinos Pelibuey x Black Belly (0,085 ± 0,005). Con relación a la GPPOD, el promedio encontrado (0,06 ± 0,03kg/d) fue similar al hallado por Dickson-Urdaneta et al. (2004) (0,069 ± 0,03) y Maza et al. (2015) (0,064,68 ± 0,008), en ovinos criollos suplementados e inferior al reportado por González et al. (2002) (0,088 ± 0,054).
El sexo del cordero tuvo influencia (P≤0,05) sobre PDA90, PA6M y GPPRD, obteniendo mejor desempeño los machos, con relación a las hembras.
Según la investigación realizada por Hinojosa-Cuéllar et al. (2012), ninguna de las tres variables dependientes (PN, GPPRD y PD) estudiadas fue afectada por el sexo (p>0,05) de la cría en ovinos de raza Pelibuey, similar a lo reportado por Benyi et al. (2006), en corderos híbridos West African; sin embargo, Carrillo & Segura (1993), en corderos Pelibuey, encontraron que los machos tenían valores más altos en PN y PD que las hembras; asimismo, Jawasreh et al. (2018), en ovinos Awassi, reportaron efecto del sexo sobre el peso al nacer, al destete y en la GPPRD. De acuerdo con Bores et al. (2002), el efecto hormonal de la testosterona en los corderos machos no se manifiesta significativamente a edades inferiores a 70d. Posterior a ello, la testosterona promueve un crecimiento mayor en los machos con relación a las hembras, lo que explica las diferencias en los pesos para PDA90 y PA6M.
El tipo de finca afectó (P≤0,05) todas las características de crecimiento evaluadas (Tabla 2). Las diferencias encontradas entre las medias de los pesos de las características de crecimiento evaluadas, se podría deber al manejo que se brinda en cada finca a los individuos dedicados a la producción, básicamente al alimento que se les proporciona a estos. De acuerdo con los resultados encontrados en este estudio, como se mencionó anteriormente, habría que mejorar los sistemas de alimentación en las poblaciones estudiadas e iniciar un proceso de selección, con el fin de mejorar los promedios de las características evaluadas.
PN: Peso al nacimiento; PDA90: Peso al destete ajustado a 90 días; PA6; Peso ajustado a los seis meses; GPPRD: Ganancia de peso predestete; GPPOD: Ganancia de peso posdestete.
Con relación al AOL, el sexo del cordero no afectó (p>0,05) el AOL a los cuatro y seis meses de edad de los corderos. Por su parte, el factor finca influyó (p≤0,05) a los cuatro meses de edad (Tabla 3). Varios autores han encontrado medidas superiores para el AOL; es así como Bianchi (2006) reportó valores de 14,39, 14,24 y 13,89cm2, en ovinos de 140 días de edad, de las razas Merino, Mestizo y Suffolk. Por su parte, Kiyanzad (2004) consiguió un promedio de AOL al año de edad de 11,39 y 10,90cm2, en ovinos Moghani y Makui; Correa Santos et al. (2013), en ovinos Santa Inés castrados, que recibieron diferentes tipos de suplementación, encontraron promedios entre 11,16 y 12,77cm2; Battista et al. (2017) registraron, en corderos de 200 días de edad, un promedio de 11,16 ± 0,21cm2. La diferencia que existe entre los resultados de este estudio para el AOL y la literatura citada, está relacionada con la poca selección que se ha sometido el ovino criollo, con relación a otras razas, que han sido mejoradas genéticamente para la producción de carne. Hay que tener claro que un ojo de lomo más grande tiende a aumentar el rendimiento valor de la canal (Leeds et al. 2008; Notter et al. 2014).