INTRODUCCIÓN
Belén de los Andaquíes es un municipio del departamento del Caquetá que, por su ubicación, tamaño, estructura y composición de la vegetación, posee ecosistemas con áreas de alta diversidad florística y fauna silvestre, que cumplen funciones reguladoras del componente hídrico (Alcaldía de Belén de los Andaquíes, 2016). El potencial ambiental de la zona hace que sea pertinente conocer, desde la perspectiva de la sociedad, cuáles son los beneficios que experimentaría la población, si se instaurara un instrumento de política pública, como, por ejemplo, un Pago por Servicios Ambientales PSA, Decreto Ley 1007 de 2018 (MinAmbiente, 2018). La aplicación de este instrumento de política ambiental permitiría garantizar la protección de la cuenca hídrica de la quebrada la Mono, la cual, genera abastecimiento de agua para el consumo humano de la cabecera municipal y parte de la rural; de esta forma, se incorporan los beneficios económicos derivados de los servicios ecosistémicos que la naturaleza provee. El piedemonte amazónico es uno de los paisajes con la mayor tasa de deforestación en Colombia y en Suramérica, situación que puede comprometer el balance hídrico, con impactos a escala local y regional.
Los servicios ecosistémicos son externalidades positivas generadas por la existencia de los recursos naturales y ambientales que, a partir de sus dinámicas y procesos, garantizan la disponibilidad de materiales, de energía y de ciclos biogeoquímicos, necesarios para el desarrollo de las distintas formas de vida (Constanza et al. 1997; UNEP, 2005); estos servicios generan valor agregado a otros sistemas del orden económico y social. Se pueden agrupar en cuatro categorías: servicios ecosistémicos de regulación, de aprovisionamiento, de apoyo y servicios culturales (Van Riper et al. 2017). Los servicios ecosistémicos de apoyo son aquellos ciclos biogeoquímicos o naturales, como la regulación del clima, la creación de nutrientes, la fotosíntesis, mantenimiento y composición de la atmósfera, la biodiversidad, la formación de suelo y agua y todos aquellos procesos, que permiten la resiliencia del equilibrio ecosistémico, en un tiempo natural (Daily, 1997; Zúñiga González et al. 2015).
Los servicios ecosistémicos de aprovisionamiento provienen de la capacidad de los ecosistemas para proporcionar recursos utilizados, como insumos, materias primas, bienes de consumo directo, recursos genéticos, bioquímicos y farmacéuticos. En la categoría de los servicios de regulación, se encuentran aquellos que brindan soporte a la vida y a los procesos productivos, tales como la regulación hídrica y del clima; producción de alimentos, el ciclo de los elementos, regulación de la erosión, purificación y tratamiento de aguas de desecho; regulación de enfermedades, plagas y desastres naturales (MEA, 2005). Finalmente, los servicios culturales son aquellos que se asocian con los valores religiosos, estéticos, investigativos e históricos, relativos a especies, paisajes, belleza escénica, uso potencial recreativo y ecoturístico (Chan et al. 2012).
Entre las externalidades negativas en el mercado de tierras en América Latina, en Colombia y en el piedemonte amazónico, se encuentra la destrucción y la degradación de los recursos naturales y, por ende, un impacto en la dinámica de los ecosistemas (Álvarez et al. 2012). El mercado de tierras rurales no toma en cuenta el potencial que pueden ofrecer los servicios ecosistémicos, debido a la complejidad de su valoración y al desconocimiento de la importancia de estos (Martin-Ortega et al. 2019; Frey et al. 2021).
La naturaleza pública de los servicios ambientales hace difícil la cuantificación de valoración económica entre beneficios y daños (Ruiz-Agudelo & Bello, 2014); no obstante, es posible estimar los beneficios económicos de los servicios ecosistémicos, mediante las metodologías de valoración ambiental (VEA) (Toledo et al. 2018), que se fundamentan en la microeconomía y en la econometría, para construir las curvas de oferta y demanda, para luego calcular las medidas de bienestar económico, como la disponibilidad a pagar, el excedente del consumidor y la valoración compensada (Freeman III et al. 2014).
La VEA, se considera como una rama de la economía ambiental, que permite estimar los beneficios de naturaleza económica para bienes que no cuentan con mercado o sistema de precios convencional, como es el caso de los servicios ambientales o ecosistémicos. El objetivo de la VEA es evidenciar cómo los impactos en el ambiente, propiciados por el sistema económico, inciden en los costos de oportunidad del uso de los recursos naturales y su eficiente aprovechamiento (Freeman III et al. 2014).
La valoración de los ecosistemas, se enmarca en el concepto de valor económico total (VET), entendido como la asignación dada por las personas a un recurso o un servicio ecosistémico, ya sea por el uso que se le da o por el uso potencial. El VET, se encuentra conformado por tres componentes: un valor de uso directo VUD, un valor de uso indirecto VUI y el valor de no uso (VNU) (Azqueta Oyarzun et al. 2007); como ejemplo, se puede citar el bosque, el cual, puede ser visto con potencial de explotación maderera (es decir, un VUD), o como corredor ecológico y el hábitat de especies, que tiene una función estratégica para el hombre (un VUI), o el bosque, visto como protección a la conservación de una cuenca y su regulación hídrica, para generaciones futuras (VNU).
El servicio ecosistémico de regulación hídrica, se produce cuando el ecosistema almacena agua en los periodos lluviosos y la libera lentamente en los periodos secos, donde a mayor capacidad de regulación existe un mayor caudal (Chan et al. 2006). La regulación hídrica permite el abastecimiento de agua para el consumo humano, que tiene un valor de uso directo (VUI) y al bosque o los ecosistemas asociados, que garantizan este proceso, se les puede otorgar un valor por su uso indirecto (VUI). Pensar en la protección de estos bosques para garantizar la regulación hídrica y el agua para las futuras generaciones, es un ejemplo del VNU (Uribe et al. 2003).
Para estudiar estos procesos, se desarrollaron los métodos de VEA, tales como la valoración contingente, costo de viaje, precios hedónicos, la función de producción de salud, entre otros; algunos son considerados como métodos directos y otros como indirectos. El método directo consiste en la construcción de mercados hipotéticos a partir de los beneficiarios o demandantes del recurso o servicios ecosistémicos, debido a que no existen mercados asociados ni un sistema de precios; el más conocido y aplicado es el método de valoración contingente (Carson et al. 2003). Los métodos indirectos, se sustentan en mercados ya existentes, que cuentan con un sistema de precios asociados al uso del recurso o al servicio ambiental, entre ellos, el costo de viaje, precios hedónicos y función de daño (Uribe et al. 2003).
El método directo de valoración contingente sirve para estimar los cambios en el bienestar económico de los consumidores o beneficiarios, cuando estos cambios involucran bienes ambientales o servicios públicos, que no tienen precios en el mercado (Carson et al. 2003; Chan et al. 2006). Pardo Rozo & Sanjinés Tudela (2014) mencionan que la valoración contingente es usada por agencias internacionales, como el BID y la CEPAL. para valorar inversiones en transporte, en saneamiento, en salud, en artes, en educación y para bienes del medio ambiente, como calidad del aire, calidad del agua, seguridad en autopistas y derrames de petróleo. En Colombia, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible incorporó estos métodos en el manual para evaluación de impacto, para el desarrollo y posterior solicitud de licencias ambientales.
En este sentido, la valoración contingente tiene como objetivo evaluar los beneficios de políticas o proyectos relacionado con bienes y servicios ambientales, que no tienen un mercado definido y lo hace a partir de la estimación de las medidas de bienestar propuestas por la teoría económica: la disposición a pagar (DAP), la disposición a aceptar (DAA), la variación compensada y la variación equivalente.
De acuerdo con Toledo et al. (2018), la Valoración Contingente es un método que supone la maximización de la utilidad de los individuos por participar en un mercado hipotético del servicio ambiental, sujeta al presupuesto de los individuos, representado por el ingreso disponible. El modelo econométrico, que se plantea, tiene como variable dependiente, la probabilidad de que un individuo esté dispuesto a pagar por acceder a los beneficios que le genera el recurso natural o el SA y como variables explicativas, el valor de la disponibilidad a pagar (VrDAP) y otras características socioeconómicas (como edad, género, estrato, ingreso, gastos, entre otros).
Los estudios de valoración contingente dependen de la calidad de la recolección de información. Es importante considerar los sesgos que se puedan generar a partir de las preguntas relacionadas con las disponibilidades a pagar, al momento de la realización de la encuesta. Para ello, se pueden emplear preguntas abiertas, tipo subasta, tipo referéndum o la combinación de las anteriores. La pregunta abierta ¿Está dispuesto a pagar por acceder a los beneficios del proyecto (servicio ecosistémico regulación hídrica)? Y ¿Cuál sería el valor de su disponibilidad a pagar? (Barzev, 2002). Freeman III et al. (2014) indican que estas herramientas están validadas para la toma de decisiones en evaluación de proyectos, dado que permiten evidenciar y estimar impactos económicos para el diseño de políticas ambientales (Kolstad, 2010; Tietenberg & Lewis, 2014).
El objetivo de esta investigación fue estimar la disponibilidad a pagar de los hogares del piedemonte amazónico, por la conservación de los bosques aledaños a la quebrada la Mono (para garantizar el servicio ecosistémico de regulación hídrica que este provee). Con ello, se valoraron los beneficios económicos asociados al servicio ambiental, desde la perspectiva económica.
MATERIALES Y MÉTODOS
El área de estudio es la zona urbana del municipio de Belén de los Andaquíes, Caquetá, Colombia (1°25’20,9’’ - 1º24’50,3’’ N y 75º52’41’’ - 75°52’02,9’’ O) (Figura 1). La población urbana del municipio registra cerca de 11.541 (próximamente, 2.885 hogares) (DANE, 2018). La muestra de estudio fue de cien (100) personas, denotadas como jefes de hogar, según muestreo no probabilístico por conveniencia. La colecta de información primaria empleó la técnica de encuesta. Para el análisis de datos, se empleó estadística descriptiva e inferencial. Se propuso el siguiente modelo econométrico, fundamentado en el método de valoración contingente, para obtener la disponibilidad a pagar total DAPTotal, como argumento económico (Freeman III et al. 2014). El modelo empírico de Valoración contingente se presenta en la ecuación 1.
La variable dependiente fue la Disponibilidad a pagar DAP del beneficiario de los servicios ecosistémicos de regulación hídrica, la cual, es dicótoma y toma el valor de 1, si la persona está dispuesta a pagar por los beneficios del proyecto (proteger y conservar los servicios ambientales) o, de lo contrario, toma el valor de 0. Las Variables independientes fueron: VrDAP: valor de la disponibilidad a pagar anual del jefe de hogar por el servicio ecosistémico regulación hídrica, medido en pesos colombianos de 2018. Género del encuestado: variable dicótoma que toma valor de 1 si es masculino y valor de 0, si es femenino. Nivel educativo: variable categórica ordenativa, que indica el nivel educativo del encuestado jefe de hogar; toma el valor de 0, si no tiene formación; 1, si terminó la primaria; 2, si es bachiller; 3, si es universitario o técnico y 4, si tiene posgrado. Edad: variable continua que representa los años de vida del encuestado. Ingreso: variable continúa en pesos de 2018, que representa el ingreso mensual del encuestado. Interés en el proyecto: variable independiente escalonada, que muestra el interés del encuestado en la realización de un proyecto de conservación de bosques, para garantizar la protección de fuentes hídricas, en el área de influencia microcuenca la Mono, en Belén de los Andaquíes; empleó una valoración desde: demasiado (5), mucho (4), moderadamente (3), poco (2) e indiferente (1). El término ε corresponde al error del modelo.
Luego, se emplea la forma funcional Tobit (debido a la existencia de datos censurados) y se calcula la DAP, como medida de bienestar a partir de la ecuación 2.
Donde, β0 es el intercepto o constante que representa el punto de corte con el eje vertical; β1 es el coeficiente del valor de la disponibilidad a pagar y βi son los parámetros del modelo que acompaña las variables socioeconómicas (género, edad, nivel educativo, ingreso e interés), con i=5. Para estimar los beneficios económicos totales, se halló la DAP, obtenida en la media de los datos y luego se multiplicó este resultado por el número de individuos de la muestra, para inferir cuáles serían los beneficios para la población. Los estudios de valoración económica constituyen una línea base en la determinación de políticas ambientales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Características socioeconómicas y percepción de los habitantes frente al servicio ecosistémico regulación hídrica (proveniente de la conservación del bosque). De las 100 personas jefes de hogar encuestadas en la zona urbana del municipio de Belén de los Andaquíes, el 53 % fueron hombres y el 47 %, mujeres. El 46 % de los encuestados tienen edades entre 21 a 40 años y el 32 %, entre 41 a 60 años, con un promedio de edad de 40 años. El 68 % de los encuestados son casados o en unión libre y el 32 %, solteros. El promedio de personas en el hogar fue de cuatro. En cuanto a su nivel educativo, el 38 % son bachilleres; un 36 % culminaron la primaria; el 13 % tienen especialización, el 8 % no tienen ningún nivel de estudio y el 3 % son universitarios. En lo laboral, el 72 % son trabajadores independientes y el 28 % son empleados. En materia de ingresos (Tabla 1), las medidas de tendencia central indican que el ingreso mensual se aproxima al salario mínimo legal vigente a 2018 ($781.242 pesos colombianos). El valor máximo fue $3’000.000 y el mínimo de $200.000.
A la comunidad se le indagó sobre su conocimiento sobre los servicios ambientales y solo el 40 % conocen la importancia de los servicios ecosistémicos para los seres vivos y solo el 26 % de los jefes de hogar saben qué es la regulación hídrica. Las respuestas de los encuestados frente al nivel de interés del jefe de hogar por un proyecto hipotético de conservación de bosques (para mantener el servicio ambiental regulación hídrica de la cuenca de la quebrada la Mono) fueron diferentes (Tabla 2).
Se observó que el 76 % tienen interés por el proyecto, frente a un 13 %, que los considera como poco importante y para un 11 % es indiferente. Luego, se preguntó si estarían dispuestos a pagar por el proyecto y solo el 32 % contestó que sí. Las personas que dieron respuesta negativa arguyen que esto le corresponde al Estado, es decir, que su DAP es $0. Luego, se obtuvieron las respuestas cuando al encuestado se le propusieron unos valores anuales para conservar el servicio ecosistémico (Figura 2).
Determinación de beneficios económicos por protección de bosques para garantizar servicios ecosistémicos. Se obtuvieron las estimaciones de los parámetros del modelo econométrico estimado a partir de máxima verosimilitud, bajo la forma funcional Tobit, por contar con valores censurados en algunas variables (Tabla 3).
Las variables relevantes estadísticamente fueron: el género (al 10 % de significancia), el interés y el Valor de la DAP, es decir, de estas variables depende la probabilidad de que el jefe de hogar esté dispuesto a pagar por beneficiarse del proyecto que protege los bosques de la cuenca, para mantener el servicio ecosistémico regulación hídrica. Estos resultados se interpretan de la siguiente forma: existe una mayor DAP en los hombres respecto de las mujeres. También, se observó una DAP mayor en los jefes de hogar que están interesados en la conservación del bosque, respecto de los que no están interesados. A mayor valor de la DAP de los jefes de hogar, disminuye la probabilidad de que esté dispuesto a pagar. Este comportamiento es esperado conforme con la literatura, pues el signo negativo en el VrDAP representa la disminución del ingreso del encuestado al estar dispuesto a pagar dicho valor, para acceder al proyecto que garantizaría la conservación del bosque. Por otro lado, las variables educación e ingreso no fueron relevantes en el comportamiento de la DAP. Para estimar la DAP, se remplaza en la ecuación 1, el valor estimado de los parámetros y los valores medios de las variables (Tabla 3), obteniéndose:
La DAP total anual para los encuestados en este estudio fue de $2.214. Para una población de 11.541, en esta zona del piedemonte amazónico, los beneficios económicos por conservación se estimarían en cerca de $25’553.411. Este valor evidencia la existencia de un reconocimiento monetario por los servicios ambientales.
Los valores de este estudio fueron muy bajos respecto a los hallados en Ruiz-Agudelo & Bello (2014), quienes valoraron diversos servicios ecosistémicos en los Andes de Colombia; sin embargo, los resultados de la investigación se aproximaron a los valores de DAP por persona, obtenidos en García (2013), cuyo promedio fueron $3.000 anuales, por conservación de servicios de regulación, en el páramo de Santurbán. El estudio de Rueda Haider (2004) halló una DAP de $1.423 anuales, por la conservación del parque natural nacional Chingaza en Cundinamarca, un ecosistema que en el país y en el mundo es uno de los mayores productores de agua.
Aunque valorar los recursos naturales y servicios ecosistémicos es una labor compleja, es posible, mediante los métodos de valoración económica. Con estos métodos, se ha realizado valoración a servicios ecosistémicos en los bosques colombianos, como protección a la disponibilidad de agua y regulación, conservación de suelos, almacenamiento de carbono, entre otros, como se observa en Constanza et al. (2017). Tal como fue concluido en el estudio de Nieto et al. (2015), en la investigación de servicios ecosistémicos en los páramos colombianos, los datos obtenidos en los estudios de valoración contingente, brindan orientaciones que respaldan la construcción de política y la gestión ambiental, como es el caso de los pagos por servicios ambientales PSA, en coherencia con las políticas de gestión ambiental, de conformidad con las directrices contempladas en la Política de Crecimiento Verde, para Colombia y los objetivos de desarrollo sostenible, como política mundial.
De los resultados de la presente investigación, se podría concluir, que existe un reconocimiento por parte de la mayoría de los hogares urbanos, sobre la importancia de los servicios ecosistémicos y la conservación de bosques. Ya que el modelo econométrico demostró que el nivel de interés aumenta la disponibilidad a pagar, un programa local de sensibilización sobre la importancia de la conservación de bosques aumentaría la disponibilidad a pagar y, así, los beneficios económicos que de ellos se derivan. La identificación de un valor de disponibilidad a pagar en la comunidad urbana del piedemonte amazónico colombiano evidencia que la instauración en la zona de un instrumento económico, como un PSA por Regulación hídrica, es viable, porque generaría beneficios económicos en la comunidad y, con ello, se protegen ecosistemas estratégicos en la mitigación de cambio climático desde la Amazonia colombiana.