Los conflictos bélicos dentro de los Estados-nación son una realidad en varias decenas de países desde finales del siglo XX (Fisas et al. 2015, 13). Constituyen uno de los problemas más relevantes de nuestro tiempo, entre otras razones, por los elevados costos que comportan en ámbitos muy diferentes: sociales, psicológicos, ambientales, económicos, etcétera. Desde las ciencias sociales se han hecho aportes para la comprensión de las condiciones que permiten revertir la violencia armada, y existe un relativo consenso en que la reconciliación es una de las estrategias de intervención más integrales para la transformación constructiva de los conflictos: con ella se llega a las raíces de la confrontación, se cambia la relación entre las partes enfrentadas y se adquieren compromisos estructurales a largo plazo (Fisas 2004, 53).
La reconciliación social requiere cambios colectivos de gran calado, pues abarca a todos los sectores de una sociedad. Galtung la describe como una estrategia que opera de “abajo hacia arriba” (Galtung 1996), pues las personas comunes, y no sólo las élites, desempeñan un papel fundamental en este proceso. De hecho, en ocasiones, son aquellas las que presionan a los líderes para que se ponga fin al conflicto. Según Kelman (2008, 17), no es sólo el resultado de la resolución exitosa de un conflicto, sino un proceso que puede motivar la iniciación del proceso de pacificación, y además mejora la probabilidad de que permanezcan la estabilidad y la prosperidad tras el posacuerdo (Kosic y Livi 2012, 45-46; Manzi y González 2007, 71; Mukashema y Mullet 2010a, 33; Noor, Brown y Prentice 2008, 493).
De la comprensión de la reconciliación como un proceso, y no como un momento puntual de la culminación de un conflicto, deriva la necesidad de los investigadores de conocer la forma en que esta se manifiesta y evoluciona. Tal conocimiento se verá facilitado por instrumentos de medición psicométricamente fiables y adaptados a los contextos de evaluación; sin embargo, son pocos los cuestionarios que permiten dicha valoración (Alzate y Dono 2017). Además, los resultados alcanzados en las diversas investigaciones indican que hay múltiples procesos en interacción y que la reconciliación no sólo está acompañada de procesos constructivos. En una investigación llevada a cabo en Sierra Leona se evidencia que la reconciliación incrementa el capital social pero disminuye el bienestar individual (Cilliers, Dube, Ciddiqi 2016, 787).
Por su parte, el desarrollo teórico del constructo ha tenido un auge importante a partir de los años noventa, cuando incrementaron los conflictos dentro de los Estados y proliferaron las teorizaciones sobre reconciliación social. De esas múltiples aproximaciones, en la presente investigación se ha adoptado la definición de reconciliación social propuesta por Nadler y Shnabel: “proceso de eliminación de las barreras emocionales que bloquean el camino para poner fin al conflicto intergrupal” (Nadler y Shnabel 2008, 39). Estos autores proponen dos vías para alcanzar la reconciliación: la socioemocional y la instrumental. Abarcar ambas dimensiones permite restablecer las relaciones humanas en diferentes esferas, desde la personal e interpersonal hasta las que se dan en un ámbito comunitario y social.
La reconciliación socioemocional está íntimamente ligada a las esferas más privadas del ser humano. Implica la capacidad para gestionar las emociones y creencias que se despiertan en una persona cuando se imagina, o tiene contacto con, los individuos que consideraba adversarios. También ha sido denominada “sentimiento de reconciliación” y se refiere a esa sensación personal de estar reconciliado, por lo menos hasta un cierto nivel, con las personas que nos han perjudicado gravemente (Shamir y Shikaki 2002, 192). Mukashema y Mullet (2010b, 28) propusieron dos dimensiones dentro del sentimiento de reconciliación, una de carácter intrapersonal y otra interpersonal. La primera alude a la capacidad de controlarse uno mismo en presencia de los adversarios; es una dimensión centrada en la coexistencia. Por otra parte, la dimensión interpersonal se refiere a la sensación de compartir deseos, opiniones, intereses o actividades con los que antes fueron oponentes.
En lo que respecta a la reconciliación instrumental, se asocia a la esfera comunitaria y social; se manifiesta en los escenarios colectivos y políticos en los que antes no existía interacción entre los grupos. Por ejemplo, en espacios públicos como parques y escuelas o en espacios de representación como el Parlamento nacional o las alcaldías locales. En este sentido, Alzate, Sabucedo y Durán (2013, 63) plantean que la reconciliación de tipo instrumental busca lograr la convivencia social respetuosa y la tolerancia democrática; a diferencia de la reconciliación socioemocional, se plantea como el restablecimiento de la relación entre grupos, y no al nivel de las relaciones interpersonales. Es reconocida como un proceso en el que se reanuda la capacidad de interactuar públicamente y en el que se genera respeto por los conciudadanos. Implica un trato igualitario hacia los que fueron actores armados, el reconocimiento de sus derechos cívicos y políticos, la posibilidad de establecer metas sociopolíticas conjuntas y estrategias cooperativas.
Las reconciliaciones socioemocional e instrumental se consideran dimensiones interdependientes, en cuanto a su objetivo general de reducir las barreras que dificultan poner fin al conflicto. Sin embargo, son diferentes en cuanto a su objeto, naturaleza, énfasis temporal y sus objetivos específicos (Nadler y Shnabel 2008, 41). En la presente investigación se analizarán la conceptualización de la reconciliación social y sus dimensiones, a través de la aplicación de instrumentos que permitan una medición válida para el contexto del conflicto armado colombiano. El criterio de validez externa de las escalas se establecerá con la variable victimización, pues algunos autores como Cárdenas, Páez y Rimé (2013, 146) y Hayner (2002, 23), entre otros, la correlacionan con la propensión a reconciliarse. Otra de las razones para prestar especial atención al grupo de personas victimizadas es que, para el caso colombiano, se acercan al 20% de la población del país (Red Nacional de Información 2017).
Los objetivos de este trabajo son: a) evaluar psicométricamente un instrumento de reconciliación socioemocional en un contexto de conflicto armado y b) evaluar psicométricamente un instrumento de reconciliación instrumental y establecer su relación con la reconciliación socioemocional.
Para el cumplimiento de los objetivos se han realizado dos estudios orientados a cada uno de estos.
Estudio 1
El objetivo de este primer estudio es evaluar psicométricamente el instrumento de reconciliación socioemocional de Mukashema y Mullet (2010b, 31) en una muestra de población que vive en condiciones de conflicto activo. El instrumento original ha sido aplicado en condiciones de posconflicto; de ahí que sea indispensable analizar su validez dentro de un conflicto vigente. Por otro lado, el instrumento ha sido originalmente diseñado para víctimas; de ahí que deba establecerse la validez para ser aplicado a personas que no se categorizan como tales.
Método
Participantes
Se contó con dos grupos de población (ver la tabla 1), uno compuesto por 387 participantes víctimas del conflicto, 129 hombres (33%) y 258 mujeres (67%), con edades comprendidas entre los 18 y los 87 años (Media [M] = 41 años y Desviación Estándar [DE] = 13.98). El segundo grupo está compuesto por 387 participantes, 183 hombres (48%) y 204 mujeres (52%), con edades comprendidas entre los 18 y los 78 años (M = 33 años y DE = 13.77).
Personas victimizadas (n = 387) | Población general (n = 387) | ||||
Hombres | Mujeres | Hombres | Mujeres | ||
129 | 258 | 183 | 204 | ||
Hasta 24 años | 13 | 29 | 67 | 89 | |
25-44 años | 52 | 128 | 73 | 67 | |
45-64 años | 53 | 87 | 37 | 40 | |
Mayores de 65 años | 11 | 11 | 6 | 7 | |
Primaria | 35 | 49 | 5 | ||
Secundaria | 35 | 96 | 22 | 35 | |
Técnicos | 38 | 69 | 33 | 21 | |
Universitarios | 20 | 40 | 128 | 142 |
Fuente: elaboración propia.
Si bien se trata de una muestra de conveniencia, el número de participantes víctimas del conflicto se calculó con base en la fórmula general para determinar el tamaño de la muestra para poblaciones finitas. El n muestral de 387 personas tiene un 95% de confianza y un error máximo de .5, teniendo como tamaño del universo a las 9.724 personas incluidas en el registro único de víctimas del municipio de Barranquilla, lugar de recogida de datos.
Procedimiento
Las personas a las que se aplicó el cuestionario fueron contactadas por miembros del equipo, entrenados para la recogida de información en la ciudad de Barranquilla (Atlántico). Los participantes fueron informados de los objetivos del estudio, el anonimato, la voluntariedad y la confidencialidad de sus respuestas. Una vez que manifestaron su acuerdo, completaron el cuestionario en forma individual.
Tal y como ya se ha comentado, el instrumento de reconciliación socioemocional ha sido diseñado por Mukashema y Mullet (2010b, 31) en dos versiones, una para víctimas y otra para perpetradores. Dado que en esta investigación se pretende explorar la validez psicométrica del cuestionario aplicado a población general, se conformarán dos grupos de participantes, en aras de establecer si su identidad de víctima o no víctima influye sobre las características psicométricas del instrumento.
Las personas víctimas del conflicto fueron contactadas en centros en los que recibían atención especializada, tales como la Unidad de Víctimas de la Fiscalía y en la Pastoral Social. La población restante se contactó de forma aleatoria en lugares como parques, centros comerciales y actividades de extensión de una universidad, asegurándose de que no habían sido declaradas institucionalmente víctimas.
Instrumentos y variables
Variables sociodemográficas
Se identificaron el género de los participantes, su edad y nivel de escolaridad.
Cuestionario de reconciliación socioemocional
Se utilizó la versión en castellano del cuestionario de sentimiento de reconciliación para víctimas de Mukashema y Mullet (2011, 401). De este se seleccionaron los ítems que corresponden a la versión de doce preguntas utilizado por Mukashema y Mullet (2010b, 31). El instrumento se compone de dos subescalas. La primera evalúa el sentimiento de reconciliación intrapersonal, compuesta por los ítems 3, 4, 5, 6, 7 y 8, y la segunda, el sentimiento de reconciliación interpersonal, compuesta por los ítems 1, 2, 9, 10, 11 y 12. Los ítems están codificados en un rango de 1 a 10, donde 1 representaría “total desacuerdo”, y 10, “totalmente de acuerdo” (ver el Anexo 1).
Análisis de datos
Tal y como se ha mencionado, del cuestionario de sentimiento de reconciliación no se conocen antecedentes de aplicación en conflictos activos; por tanto, se buscó establecer su validez metodológica. Se realizó un análisis de ítems y se evaluaron la validez y la fiabilidad psicométrica de las escalas intrapersonal e interpersonal de población victimizada y de población no categorizada como tal.
Resultados
Evaluación psicométrica del instrumento
La capacidad discriminatoria de los ítems se verificó a través de un contraste de medias altas y bajas. Con una prueba t de Student se observan diferencias significativas al .001 entre todas las medias de los ítems. Esto se hizo para cada uno de los grupos (víctimas y no víctimas).
La homogeneidad de los ítems se evaluó según la propuesta de Jackson (1970), y se observó que los ítems 3 y 9 no cumplen con el criterio de mayor correlación con su propia escala, así que se eliminaron del instrumento antes de llevar a cabo el análisis de la estructura interna del constructo. Ocurrió lo mismo en el grupo de víctimas y de no víctimas. Otro criterio para eliminar los ítems 3 y 9 fue que al incorporarlos a los análisis factoriales conforman tres dimensiones, en lugar de las dos dimensiones propuestas por Mukashema y Mullet (2010b, 31-32).
El análisis factorial exploratorio realizado con cada uno de los grupos, víctimas y no víctimas, por el método de componentes principales y rotación oblicua permitió verificar la estructura interna del cuestionario; se obtuvo una agrupación en dos componentes que explican el 51,41% para víctimas y el 55,32% para no víctimas (ver la tabla 2). Para el análisis factorial se evaluó la multicolinealidad de las variables a través del test de esfericidad de Barlett y la adecuación muestral de Kaiser-Mayer-Olkin (KMO), obteniéndose un X 2 ᵪ (45) = 108118 (45 gl), con una p < .001 y un KMO de .856 para el caso de las víctimas. Para el grupo de no víctimas se obtuvo un X 2 (45) = 1217.18 , p < 0.001 y KMO de .851. Todos los valores fueron adecuados para llevar a cabo el análisis factorial exploratorio.
Personas victimizadas | Población general | |||||
Ítems | Factor 1 | Factor 2 | Ítems | Factor 1 | Factor 2 | |
Ítem 12 | .834 | Ítem 6 | .814 | |||
Ítem 10 | .818 | Ítem 4 | .803 | |||
Ítem 11 | .775 | Ítem 8 | .761 | |||
Ítem 1 | .656 | Ítem 5 | .743 | |||
Ítem 2 | .471 | Ítem 7 | .564 | |||
Ítem 4 | .817 | Ítem 12 | .844 | |||
Ítem 6 | .769 | Ítem 10 | .794 | |||
Ítem 8 | .703 | Ítem 11 | .763 | |||
Ítem 7 | .603 | Ítem 1 | .641 | |||
Ítem 5 | .543 | Ítem 2 | .615 | |||
Nota: análisis de componentes principales con rotación oblimin y normalización Kaiser.
Fuente: elaboración propia.
Las dos dimensiones obtenidas del análisis factorial coinciden con las propuestas en la escala de Mukashema y Mullet (2010b, 32). En el grupo de personas victimizadas, el primer componente es el que se corresponde con el sentimiento de reconciliación interpersonal, y el segundo, con el sentimiento de reconciliación intrapersonal. En el grupo de personas no victimizadas el orden es inverso: primero la reconciliación intrapersonal.
La fiabilidad de las dimensiones se evaluó a través de un alpha de Cronbach; este fue de .73 en la dimensión intrapersonal y de .78 en la dimensión interpersonal, para el grupo de personas victimizadas. El resultado es congruente con el cuestionario aplicado en Ruanda a víctimas del genocidio, en etapa de posconflicto; los alphas en dicha investigación fueron de .68 y .80 (Mukashema y Mullet 2010b, 35). En el grupo de personas no victimizadas fue de .79 para ambas escalas.
La decisión de eliminar los ítems 3 y 9 no evidencia cambios importantes en la fiabilidad de las escalas.
Medias entre grupos de participantes
La reconciliación socioemocional evidencia una media significativamente más alta entre las personas victimizadas, frente a las que no han sido categorizadas como tales. También se observan medias significativamente más altas en la dimensión intrapersonal e interpersonal de las personas victimizadas. El tamaño del efecto es pequeño para las tres comparaciones (ver la tabla 3).
Conclusiones
En este estudio hemos observado que una versión de diez ítems del cuestionario de Mukashema y Mullet cuenta con la validez metodológica necesaria para ser aplicada a población victimizada y no victimizada que se encuentra dentro de un conflicto activo.
La comparación de medias de la reconciliación socioemocional en personas víctimas y personas que no se categorizan como tales indica que el instrumento tiene una buena capacidad de discriminar entre las dimensiones de dos subgrupos con características de victimización distintas. A pesar de que el tamaño del efecto es pequeño, los resultados indican medias significativamente más altas en el sentimiento de reconciliación de una muestra de población victimizada; esto es congruente con otros resultados obtenidos en el país que evidencian que la población más afectada por el conflicto es más optimista frente a la reconciliación del país (Rettberg 2014, 239).
Estudio 2
Una vez establecida la fiabilidad psicométrica del instrumento que nos permitiría evaluar la reconciliación socioemocional se llevó a cabo la aplicación de este, junto con el instrumento que evalúa la reconciliación de tipo instrumental, y se analizaron de forma conjunta. La aplicación de los instrumentos se hizo con otra muestra de población colombiana, con el objetivo de contribuir a la validez ecológica de los instrumentos.
Método
Participantes
Se contó con 384 participantes, 157 hombres (40%) y 227 mujeres (60%), con edades comprendidas entre los 16 y los 86 años (M = 38.10 DE = 16.69). Las personas participantes fueron voluntarias; el n muestral se calculó con base en la fórmula general para determinar el tamaño de la muestra para poblaciones finitas; tiene un 95% de confianza y un error máximo de .5; el tamaño del universo corresponde a los 2.036.110 habitantes del municipio de Medellín (Antioquia) que son mayores de 16 años. El 1,6% de los participantes declaró ser víctima directa del conflicto, y el 26%, además de ser víctima directa, también ha tenido una persona cercana que ha sido victimizada, es decir que el 27,6% de los participantes responde Sí a las dos preguntas sobre victimización.
Procedimiento
Las personas a las que se aplicó el cuestionario fueron contactadas por las asistentes del equipo, entrenadas para la recogida de información. Este estudio se realizó en la ciudad de Medellín, otra de las grandes ciudades de Colombia receptora de población victimizada. Los participantes fueron informados de los objetivos del estudio, el anonimato, la voluntariedad y la confidencialidad de sus respuestas. Una vez que manifestaron su acuerdo complementaron el cuestionario en forma individual.
Instrumentos y variables
Variables sociodemográficas
Se identificaron el género de los participantes, su edad y nivel de escolaridad.
Cuestionario de reconciliación socioemocional
Se utilizó la versión de doce ítems del cuestionario de Sentimiento de Reconciliación de Mukashema y Mullet, y con base en los resultados del Estudio 1 se eliminaron los ítems 3 y 9. El instrumento se compone de dos subescalas. La primera evalúa reconciliación socioemocional intrapersonal (ítems 4, 5, 6, 7 y 8), y la segunda, reconciliación socioemocional interpersonal (ítems 1, 2, 10, 11, 12).
Los ítems están codificados en un rango de 1 a 10, donde 1 representaría “total desacuerdo”, y 10, “totalmente de acuerdo”.
Cuestionario de reconciliación instrumental
El cuestionario de reconciliación instrumental ya ha sido aplicado con población colombiana por Alzate, Sabucedo y Durán (2013, 63). Se contesta en una escala del tipo Likert entre 1 y 5, en donde 1 es “total desacuerdo”, y 5, “total acuerdo”. Algunos ejemplos de ítems son: “Estarías dispuesta/o a tratar a los exmiembros de los grupos alzados en armas como a otros miembros de la población colombiana”; “Estarías dispuesta/o a hacer valer ante otras personas los derechos cívicos, sociales o políticos de los exalzados en armas”; “Estaría dispuesta/o a compartir mi vida (barrio, transporte público, colegios, parques, iglesias, etcétera) con exmiembros de los grupos alzados en armas”.
Victimización
Se hicieron dos preguntas con las opciones de respuesta sí o no: “Ha sufrido algún daño físico, psicológico o material derivado de las acciones de alguno de los actores ilegales del conflicto armado (guerrillas-paramilitares)”; “Personas próximas a usted (familiares, amigos, compañeros, etcétera) han sufrido daños físicos, psicológicos o materiales derivados de las acciones de...”.
Análisis de datos
Se llevó a cabo un análisis factorial exploratorio con rotación oblimin, para todos los ítems que conforman la reconciliación socioemocional y la reconciliación instrumental. Se hizo esta exploración porque no se ha efectuado un estudio que evalúe, al mismo tiempo, ambas dimensiones. Se analizó la confiabilidad con un alpha de Cronbach, y como otro aporte de validez se establece la correlación de Pearson entre la reconciliación instrumental, las dimensiones socioemocionales, y de estas con la victimización.
Resultados
Para el análisis factorial exploratorio se evaluó la multicolinealidad de las variables a través del test de esfericidad de Barlett y la adecuación muestral de Kaiser-Mayer-Olkin (KMO). Se obtuvo un X 2 (120)= 4186.46, con una p < .001; y un KMO de .95. Ambos valores son adecuados para realizar el análisis factorial exploratorio.
Del análisis de componentes principales, los tres componentes explican el 70,60% de la varianza. Se mantiene la estructura factorial de las dos dimensiones de reconciliación socioemocional y se incorpora una tercera dimensión: la reconciliación instrumental (ver la tabla 4).
Matriz de estructura | |||
---|---|---|---|
Factores | |||
1 | 2 | 3 | |
Siento que puedo permanecer tranquilo(a) o calmado(a) delante de las personas que me han hecho daño | .880 | ||
Siento que puedo mantenerme controlado(a) si en una conversación se habla de las personas que me han hecho daño. | .878 | ||
Siento que puedo mantenerme controlado(a) cuando estoy en presencia de las personas que me han hecho daño. | .827 | ||
Siento que puedo soportar que las personas que me han hecho daño no estén siempre de acuerdo conmigo | .819 | ||
Siento que puedo ser espontáneo(a) delante de las personas que fueron alzadas en armas | .815 | ||
Estaría dispuesto(a) a tratar a los exmiembros de los grupos alzados en armas como a otros miembros de la población colombiana | .871 | ||
Estaría dispuesto(a) a hacer valer ante otras personas los derechos cívicos, sociales o políticos de los exalzados en armas | .840 | ||
Estaría dispuesto(a) a compartir mi vida (barrio, transporte público, colegios, parques, iglesias, etcétera) con exmiembros de los grupos alzados en armas | .824 | ||
Permitiría que la consecución de sus metas (sociales, laborales, económicas, etcétera) dependiera del trabajo cooperado con los alzados en armas, basándose en la máxima: “si uno gana todos ganan” | .770 | ||
Considero que hay temas comunes para los ciudadanos y los exmiembros de los grupos alzados en armas sobre los cuales emprender un trabajo conjunto en el futuro (mejoras en servicios básicos y libertades fundamentales, etcétera) | .767 | ||
Estaría dispuesto(a) a que los exmiembros de los grupos alzados en armas hicieran parte de los cargos públicos del país | .758 | ||
Siento que tengo ganas de compartir actividades placenteras, o de hacer juntos cosas entretenidas con la gente (exalzada en armas) que me hizo daño | -.849 | ||
Siento que ahora comparto opiniones o puntos de vista con las personas exalzadas en armas que antes me hicieron daño | -.819 | ||
Ahora siento que, pese a todo, formamos una comunidad que comparte los mismos intereses y destino con las personas que me han hecho daño | -.807 | ||
Siento que puedo hacer que me aprecien las personas que me han hecho daño en el pasado. | -.728 | ||
Con respecto a las personas que me han hecho daño , siento que quiero que les vaya bien | -.678 | ||
Nota: método de extracción: análisis de componentes principales. Método de rotación: oblimin con normalización Kaiser.
Fuente: elaboración propia.
El alpha de Cronbach de las dimensiones socioemocionales, intrapersonal e interpersonal, fue de .82 y .80, respectivamente. El de la reconciliación instrumental fue de .90.
La validez externa con el criterio de victimización sólo presenta correlaciones con la pregunta de tener personas cercanas victimizadas por el conflicto y las dimensiones instrumental e interpersonal, pero no hubo correlación con la victimización directa ni con la dimensión intrapersonal. Quizá esto se deba a que en esta muestra la población víctima directa fue muy pequeña y a que la dimensión intrapersonal es particularmente evaluable en aquellos que han tenido delante a los perpetradores de la violencia. La muestra recolectada en Medellín no parece ser especialmente representativa de estas condiciones (ver la tabla 5).
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | |
1. Instrumental | - | .640** | .746** | .058 | .129* |
2. Intrapersonal | - | .748** | .067 | .090 | |
3. Interpersonal | - | .060 | .121* | ||
4. Victimización directa | - | .376** | |||
5. Testigo de victimización | - |
Nota: ** la correlación es significativa en el nivel 0.01 (bilateral). * La correlación es significativa en el nivel 0.05 (bilateral). 1: Instrumental, 2: Intrapersonal, 3: Interpersonal, 4: Victimización, 5: Testigo de victimización.
Fuente: elaboración propia.
Conclusiones
El análisis factorial indica que se conforman tres dimensiones compuestas por los ítems que se presumía corresponderían a cada una; la varianza, al unir las dos vías de la reconciliación, se incrementa de un rango que se mueve entre 51,41% y 55,32% a 70,60%. Esto indica una mayor capacidad explicativa del constructo de disposición hacia la reconciliación social cuando se unen las escalas que evalúan las vías instrumental y socioemocional.
En este segundo estudio se siguen manteniendo unos buenos valores de fiabilidad, según el alpha de Cronbach, e incluso muestran una ligera mejoría.
La correlación entre disposición hacia la reconciliación y victimización es parcialmente diferente a lo esperado en este grupo de participantes de Medellín, lo que quizá se deba al bajo número de personas que se declaran víctimas directas. De ahí que sea necesario llevar a cabo nuevas investigaciones que permitan establecer los motivos de este resultado, introduciendo además variables mediadoras propias del contexto político, tales como la ideología o la confianza en las instituciones de una región del país.
Discusión general
Con este trabajo se ha hecho un aporte a la validación del cuestionario de Mukashema y Mullet (2011, 400-401) para ser aplicado en condiciones de conflicto activo. Evaluar la reconciliación socioemocional bajo condiciones de conflicto tiene algunas ventajas; la más destacada es que proporciona información sobre el momento presente, es decir que no es una medición mediada por el recuerdo o la presunción, y por tanto es útil para establecer el punto de partida en el que se encuentra una comunidad, y, sobre esto, poder plantear intervenciones que ayuden a la resolución más temprana del conflicto. Además, con la aplicación del cuestionario se constata que para el contexto colombiano la reconciliación socioemocional cuenta con dos dimensiones, la intrapersonal y la interpersonal.
Al igual que ocurrió con la escala de reconciliación socioemocional, la de reconciliación instrumental también muestra buen ajuste psicométrico en el contexto del conflicto colombiano. No es la primera ocasión en que se utiliza este instrumento (Alzate, Sabucedo y Durán 2013, 63), pero sí es la primera vez que se hace de forma conjunta a la reconciliación socioemocional. Constatar la validez metodológica de un cuestionario de disposición hacia la reconciliación social es un aporte no sólo a la estrategia de medición del constructo sino también a su conceptualización, porque pone en evidencia la complementariedad de las vías socioemocional e instrumental: evaluarlas de forma conjunta incrementó la capacidad explicativa del constructo de disposición a la reconciliación social.
Contar con un instrumento de disposición hacia la reconciliación social que evidencia buena fiabilidad psicométrica y varianza explicada es un insumo importante de cara a establecer los vínculos de este con otras dimensiones psicosociales que podrían mejorar la disposición de la población hacia la construcción de paz. También será un punto de partida que permite abrir nuevos interrogantes de investigación, tales como la explicación de la no correlación entre la victimización directa y las dimensiones de la reconciliación social que se presentó en la ciudad de Medellín. Una de las posibles explicaciones podría radicar en el grado de exposición a la violencia, pues la muestra recolectada apenas tiene un 1,6% de personas que han sido víctimas directas; esto también se ha sugerido en estudios previos que muestran las diferencias en el modo en el que se representan pasados traumáticos o formas de violencia colectiva (Manzi y González 2007, 83).
Los resultados de esta investigación dan cuenta de algunas de sus limitaciones, una de las cuales es que el tipo de muestreo no permite hacer generalizaciones a la población colombiana. Sin embargo, la obtención de resultados similares en el segundo estudio constituye un aporte a la validez ecológica del instrumento de medición. Otra de las limitaciones del estudio es que se centra en la reconciliación social entre población no combatiente y aquellos que fueron alzados en armas; sin embargo, los conflictos armados suelen dejar también rupturas en los lazos sociales de los miembros de la población que no ha sido combatiente, y surgen problemáticas como la denominada victimización competitiva, es decir, la competencia entre distintos grupos de víctimas, en aras de evidenciar un mayor nivel de sufrimiento (Noor, Brown, González et al. 2008, 821). Esto dificulta el restablecimiento de los vínculos que se rompieron o no se crearon a causa del conflicto.
Los resultados presentados en este artículo se convierten en un antecedente útil que permitirá asociar la reconciliación instrumental y socioemocional a variables previamente propuestas como promotoras de la reconciliación social, tales como la presencia de emociones positivas (Noor, Brown, González et al. 2008, 824), la atribución y el reconocimiento de responsabilidad (Nadler y Liviatan 2006, 466), y/o la identidad (Reysen y Katzarska-Miller 2016, 405).
Si bien los autores de este estudio somos optimistas sobre las ventajas de los procesos reconciliatorios, también somos conscientes de que entrañan riesgos como el mencionado por Rettberg y Ugarriza (2016, 6) sobre la agitación de emociones negativas que distancian mucho más a los oponentes. De ahí el interés de esta investigación por buscar estrategias de medición fiables que a su vez puedan asociarse a otros procesos psicosociales que permitan elaborar un panorama mucho más ajustado a la realidad de cada contexto de conflicto.