EDITORIAL

Saludo de Ernesto Martínez Buitrago,
presidente de la ACIN, 2007-2009

La Asociación Colombiana de Infectología, ACIN, se encuentra pasando por buenos momentos en la actualidad. Su crecimiento en número ha sido el reflejo de la visión de sus miembros de una sociedad que responde mejor a sus necesidades y expectativas. Esto no debe ser sorpresa luego de las excelentes administraciones que la han presidido últimamente.

En este marco de progreso y pujanza de la sociedad me corresponde ahora presidirla, lo que significa tanto un gran honor como un verdadero desafío.

Sin embargo, es una tarea que asumo con entusiasmo y optimismo. Existen dos razones para ello, relacionadas con la gente. La primera es la armonía junto con el sentido de compromiso y de cooperación que los miembros de la ACIN han probado tener con creces en todo Colombia y, la segunda, tanto o más importante, continuar contando con el equipo humano de nuestra actual Junta Directiva y nuestro personal ejecutivo, Sonia Guerrero y Margoth Coba, equipo que confiere tranquilidad y confianza y que representa, ante todo, la continuidad de una obra en curso ya por dos años.

La Asamblea en pleno aprobó este pasado 31 de mayo lo que mejor debiera concebirse como una reelección de la Junta Directiva, con dos únicos cambios reales: el retiro de Jorge Enrique Gómez -quien lo solicitó por motivo de su año sabático- y la vinculación de Pío López como fiscal médico en reemplazo de Jaime Saravia, a quien deseamos agradecer su intachable y abnegada labor durante los últimos años y con quien esperamos contar más adelante; el doctor López aportará a la Junta toda su experiencia, capacidad y conocimiento. Buenos vientos, Jorge Enrique. Bienvenido, Pío.

Por lo anterior, tenemos toda la fe en que seguiremos aportando a nuestro gremio lo necesario y lo excelente: lo necesario, para crecer y afianzarnos como gremio y sociedad, y lo excelente, para mantenernos en la línea de la máxima calidad.

Igualmente, no podrá ser más grata la misión aceptada gracias a continuar con el concurso de Carlos Álvarez, quien en vez de adoptar el carácter como ex presidente notable, derecho merecido y ganado a pulso, aceptó la invitación de continuar como vicepresidente, confirmando su desinteresada e insuperable vocación a la ACIN y su inmensurable capacidad de trabajo. La ACIN hubiese podido, sin lugar a dudas, continuar bajo su tutela y aprovechar los beneficios de su atinada dirección por dos años más, en lo que creo todos estamos de acuerdo. Reciba usted de mi parte, como un miembro más de la ACIN, mis felicitaciones y reconocimientos a su labor, y en nombre mío y de la Junta Directiva, nuestra enorme gratitud por querer continuar con largas jornadas de trabajo y aceptar nuevos desafíos y buscar superar nuevos obstáculos.

En el transcurso de los dos próximos años pondremos nuestro mejor esfuerzo en atender las siguientes tareas y prioridades:

Ampliar nuestra capacidad de discusión de temas de salud pública directamente con los administradores y representantes del gobierno. Los trabajos conjuntos de las guías nacionales de VIH y de influenza pandémica son sólo una muestra de lo que debe enfocarse principalmente en los esfuerzos de una sociedad científica. El conocimiento y la experiencia de sus afiliados en servicio de la salud de la sociedad colombiana y la puerta abierta gracias a estos proyectos, deberán servir de acceso a muchas otras actividades conjuntas de revisión, discusión, análisis y protocolos.

Afianzar la imagen de la ACIN como el interlocutor obligado para todo tema relacionado con las enfermedades infecciosas en Colombia. Esto lo lograremos a través de una campaña activa y agresiva de medios de comunicación, que busque hacer ver a nuestra Sociedad, "sin la cual" no podría haber una posición final en ningún tema de infectología.

Mejorar cada vez más las condiciones de bienestar laboral y personal de sus afiliados. Como resultado, queremos llegar a vincular a todos aquéllos relacionados con el área de enfermedades infecciosas, tanto en la atención de pacientes como en las áreas de investigación clínica o básica, diagnóstico y soporte administrativo.