El Síndrome Metabólico (SM) representa un problema para la salud de las personas, se observa que no solo ocurre en los adultos, sino que también afecta a los jóvenes 1,2. La causa más importante la representa el mal manejo del estilo de vida debido a la alimentación no balanceada, el sedentarismo y los antecedentes familiares de enfermedades crónicas. El (SM) es una condición patológica asociada a resistencia a la insulina e hiperinsulinemia que presenta un alto riesgo de desarrollar diabetes mellitus tipo 2 y enfermedad cardiovascular ateroesclerótica 1,3. Su prevalencia varía según factores como: género, edad, etnia; ubicándose entre un 15 % a 40 %, siendo mayor en la población de origen hispano 4,5. En 2001 el National Colesterol Education Program (NCEP) en el Adult Treatment Panel III (ATPIII) determinó que se deben cumplir tres o más de los siguientes criterios como diagnóstico: perímetro abdominal elevado (>102 cm en hombres y >88 cm en mujeres), triglicéridos ≥150 mg/dl, HDL bajo (hombres <40 mg/dl y mujeres HDL <50 mg/dl), presión arterial elevada ≥130/85 mm Hg, glicemia >110 mg/dl incluyendo Diabetes Mellitus6. En 2004 con la actualización de la American Diabetes Associatión se modificó la glicemia en ayunas a 100 mg/dl 7,8, así mismo la trombogénesis, inflamación, ácido úrico, estrés, cigarrillo, y sedentarismo son considerados factores de riesgo para el SM 9-11. La asociación de la hiperuricemia y la hipertensión arterial sistémica hace mucho tiempo que fue reconocida donde la prevalencia de hiperuricemia es aproximadamente de 20 % a 40 % en personas hipertensas no tratados y aproximadamente de 50 % a 70 % de los pacientes con insuficiencia renal e hipertensión; la gota prevalece entre el 2 % y 12 % de los pacientes con hipertensión 4,12,13.
Debido a la dificultad para distinguir la causa y las bases patológicas de la relación entre la hiperuricemia e hipertensión se ha encontrado que la depuración renal del ácido úrico depende de la secreción tubular y la reabsorción pos secretoria, la cual se ha reportado deteriorada en pacientes con hipertensión arterial 14,15. Dentro del estudio ARIC 16,17, se tomaron factores que predisponían a hiperinsulinemia, y se halló que la hiperuricemia (>6.4 mg/dl) se asociaba positivamente con hiperinsulinemia y SM, pues viene a ser un factor demostrable que indica alta probabilidad de desarrollar estas dos entidades clínicas. Estudios demuestran la asociación entre el SM y/o la Resistencia a la Insulina con el aumento de la (PCR), Ultrasensible (HSCRP), un conocido marcador de inflamación 8,18,19.
Se plantea como objetivo determinar la prevalencia de síndrome metabólico según el ATPIII y su relación con la concentración de ácido úrico y (PCR), Ultrasensible en personas de 45 a 60 años del barrio Getsemaní de la ciudad de Cartagena.
MATERIALES Y METODOS
Estudio descriptivo con un componente correlacional, la población fue de 802 personas entre de 45 a 60 años de edad habitantes del barrio Getsemaní de la ciudad de Cartagena de Indias. La muestra fue de 302 escogidos aleatoriamente, con un 95 % de nivel de confianza y un nivel de error de 0.05 %. El instrumento contó con variables socio-demográficos, antecedentes familiares, actividad laboral, así como datos clínicos y paraclínicos: peso, perímetro de cintura, toma de presión sanguínea, sedentarismo, cálculo del índice de masa corporal (IMC) de acuerdo a la fórmula peso (Kg)/talla(m)2. La presión arterial se tomó según las recomendaciones del Joint Nacional Comité VII 14. Se tomaron muestras previo ayuno con 8-i2 horas para determinar los niveles sanguíneos de glicemia, colesterol total, triglicéridos, HDLC, LDLC, ácido úrico, (PCR), proteína C reactiva ultrasensible, cálculo de LDLC por la fórmula de Friedewald. Posteriormente se centrifugaron a 2 500 rpm por 15 minutos refrigerándose hasta su medición. Todas las determinaciones se hicieron con un equipo Mindray BS- 200. Se emplearon pruebas de punto final, para la cuantificación (HSCRP) el método utilizado fue turbidimetrico.
Para el diagnóstico de síndrome metabólico se aplicaron los criterios del NCEP/ATP III 4. Para la glicemia se utilizó la actualización de la American Diabetes Associatión 2004, donde se modificó la glicemia en ayunas a 100 mg/dl 5. El análisis se realizó con el programa SPSS 19® aplicándose el coeficiente de correlación de Pearson con un nivel de significancia estadística del 95 % y un p-valor ≤0,05.
RESULTADOS
De 302 personas entre 45 y 60 años de edad 125 (41 %) son de sexo masculino y de sexo femenino 177 (59 %). La edad promedio fue de 51 años (DS 4,8), peso promedio 72,9 (DS 14,7), el perímetro de cintura promedio de 88,9 (DS 11,7), y un IMC 35,1 Kg/m2 (DS 14, 5) encontrándose un alto índice de obesidad. En relación a la presión arterial media promedio fue de 88 (DS 7,4). La actividad laboral que más se destaco es el comercio con 67 (22 %) y las actividades del hogar con un 97 (32 %). A su vez, al ser interrogadas sobre el sedentarismo se encontró que 193 (64 %) de las personas afirmaron que realizaron algunas de las practicas indagadas, y el 109 (36 %) personas no las realizan, pudiéndose considerar sedentarias (Tabla 1).
Tabla 1 Características socioeconómicas y antropométricas de la población total del barrio Getsemani

N: Frecuencia. (%): Porcentaje
Se encontró una prevalencia de sindrome metabólico de 54 (18 %) por tener más de tres factores de riesgo, según el ATP III, mientras que 248 (72 %) personas presentaron menos de tres factores de riesgo. La prevalencia de síndrome metabólico fue mayor en mujeres 39 (72 %), que en hombres 15 (28 %). El factor de riesgo más relevante fue el perímetro abdominal en 46 (85 %), seguido de la concentración de triglicéridos en 41 (76 %) ( Tabla 2).
Tabla 2 Susceptibilidad y prevalencia de padecer síndrome metabólico según la ATP III en la población total y por sexo

N: Frecuencia. (%): Porcentaje
La comparación de las medidas antropométricas entre hombres y mujeres con síndrome metabólico, no arrojó diferencia significativa. Las variables de las pruebas bioquímicas en ambos sexos muestran que existe diferencia marcada en la glicemia, cuyo promedio en los hombres fue de 121,6 mg/dl y en las mujeres de 90,4 mg/dl; con relación a los triglicéridos se encontró una media en los hombres de 228,1 mg/dl y en las mujeres de 170,6 mg/ dl. De acuerdo a los resultados de la proteína C reactiva ultra sensible, la media en los hombres fue 9,6 mg/l, y en la mujeres 5,7mg/l, aumentados en ambos sexos como un posible predictor de un evento inflamatorio (Tabla 3).
Tabla 3 Resultados de las pruebas bioquímicas de la población susceptible y prevalente de padecer síndrome metabólico según los criterios ATP III

n: Tamaño muestral. (%): Porcentaje. Ds: Desviación estándar. Li: Límite Inferior. Ls: Límite superior
En cuanto a la correlación de la proteína C reactiva y el ácido úrico en mujeres susceptibles a padecer síndrome metabólico mostró que no existe una correlación entre estos y los demás marcadores bioquímicos como la glicemia y perfil lipídico. Sin embargo, los niveles de ácido úrico se correlacionan moderadamente con los niveles de proteína C reactiva (r=0,4756; p=0,0022). En los hombres, los nivelés de proteína C reactiva y ácido úrico no se correlacionan con los marcadores bioquímicos (Tabla 4).
Tabla 4 Comparación del análisis correlacional de marcadores bioquímicos en mujeres y hombres

(M): Masculino. (F): Femenino. r: Coeficiente de Correlación de Pearson. n: Tamaño muestral. Ind: Indeterminado
En cuanto a las medidas antropométricas en las mujeres, se encontró una correlación positiva débil entre el ácido úrico y el peso (r=032117; p=0,045). Con el resto de las variables antropométricas no se encuentra una correlación significativa del ácido úrico y proteína C reactiva. (Tabla 5). Los resultados no tuvieron significancia estadística en la correlación entre el ácido úrico y la proteína C reactiva y las demás variables antropométricas en los hombres susceptibles a padecer síndrome metabólico (Tabla 5).
DISCUSIÓN
La prevalencia de (SM) encontrado en el estudio fue de 18 %, valor que concuerda en proporción con la prevalencia hallada en otros estudios de 22 % y 23 % en cual se utilizaron los criterios de ATPIII AHA 20,21. En el estudio realizado por Manzur, el nivel socioeconómico concuerda el presente estudio al igual que la edad en un 84 % con edades menores de 58 años. En cuanto al sexo, la prevalencia en mujeres fue en un 72 %, estos datos son similares a los reportados por Navarro, en la cual el 78.7 % fueron mujeres 10.
El componente del síndrome metabólico predominante fue la obesidad en un 85 %, siendo similar al reportado por Manzur en un 70,27 % en hombres y en 69,23 % en mujeres 20,22.
Los valores plasmáticos de (PCR) Ultrasensible se encontraron significativamente más elevados en las personas susceptibles a (SM). Sin embargo, estadísticamente no se encontró ningún tipo de correlación fuerte ni en hombres ni en mujeres con la (PCR) ultrasensible, cifras de glucosa, lípidos y medidas antropométricas, en personas susceptibles para síndrome metabólico, difiriendo esto con otros estudios donde encontraron una correlación débil con los datos de (PCR) y perfil lipídico 23,24. Sin embargo, hay que poner de manifiesto la utilidad de la (PCR) como predictor fuerte de riesgo cardiovascular.
Al aplicar los criterios del ATP III, la prevalencia de síndrome metabólico es alta y muy similar a la encontrada en otros estudios en Colombia, convirtiéndose en una base para estudios posteriores. Cabe destacar que a pesar del aumento del perímetro abdominal, estos pacientes presentaron una presión media menor que la establecida por el ATP III para síndrome metabólico, se podría decir que el riesgo cardiovascular puede comenzar desde valores menores que los requeridos por este criterio. Aunque no se encontró una relación significativa entre el ácido úrico y la proteína C reactiva ultrasensible con las variables estudiadas, se continúa documentándose sobre la coexistencia de estos dos factores con el Síndrome Metabólico ♦