Acorde a la tendencia mundial, México experimenta un proceso de transición demográfica, observándose un acelerado envejecimiento poblacional que conlleva la aparición de patologías características del adulto mayor, como las caídas y la fractura de cadera secundaria a caída 1-4. Debido a los cambios demográficos estimados, se espera un aumento del 46% para el 2050 en la incidencia de fracturas de cadera en la población mexicana 3. La fractura de cadera por caída representa el principal motivo de ingreso de pacientes geriátricos en las unidades de ortopedia y destaca por la incapacidad, pérdida de autonomía y aumento en la mortalidad que generan en el paciente, con tasas de mortalidad mayores al 35% en países en vías de desarrollo 5-8. A través de este estudio se buscó describir las características psicosociales de los adultos mayores de 65 años con fractura de cuello femoral por caída de propia altura ingresados en un hospital universitario a fin de contribuir con evidencia que permita realizar intervenciones preventivas específicas en esta población.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio poblacional, observacional, transversal, cuantitativo de pacientes de 65 años o más hospitalizados entre marzo 1 de 2017 a febrero 28 de 2018 por fractura de cadera secundaria a caída de propia altura. La población atendida en nuestro hospital es, mayoritariamente, derecho-habiente del Seguro Popular, un aseguramiento público en salud que brinda acceso a servicios de salud a la población que carece de seguridad social y que se encuentra en los tres deciles socioeconómicos más bajos 9. Se interrogó a los pacientes o familiares de primer grado durante el internamiento tras recibir el consentimiento verbal de ambos. Los criterios de inclusión fueron: edad igual o mayor a 65 años con primera fractura de cadera secundaria a caída que aceptaron formar parte del estudio, así como aquellos con alteración del estado mental, déficit sensorial, trastornos del lenguaje y/o analfabetismo que contaran con un familiar de primer grado capaz de responder al cuestionario. Se excluyeron a todos aquellos pacientes con fracturas de cadera previas, residentes de asilos o casas de asistencia y con alteración del estado mental, déficit sensorial, problemas de lenguaje o analfabetismo que no contaran con un familiar de primer grado presente al momento del estudio, también a todos aquellos que rechazaran participar o decidieran retirarse del estudio una vez iniciado el interrogatorio.
Se aplicó un cuestionario sociodemográfico y el índice de Barthel (IB) para actividades de la vida diaria (IB), respondiéndolo de forma retrospectiva.
Fractura de cadera
Se definió como fractura de cadera a aquellos pacientes que presentaron una fractura de fémur proximal hasta 5 centímetros por debajo del borde inferior del trocánter menor, incluyendo fracturas del cuello del fémur 5,10. La identificación de los casos se realizó a través de la revisión diaria del censo médico en el que se indicaba la ubicación de la fractura (pertrocantérica, del cuello femoral, intertrocanté-rica, subtrocantérica o no especificada) según los códigos S72.0, S72.1, S72.2 y S72.9 del CIE-10 (Código Internacional de Enfermedades, 10a edición) 11.
Cuestionario sociodemográfico
Se conformó un cuestionario para evaluar los siguientes elementos: edad, género, nivel educativo, estado civil actual, número de hijos, práctica activa de religión, vida social activa, actividad física/deportiva, eventos estresantes recientes, situación laboral actual e ingreso económico mensual (determinado por rangos de ingresos de Trabajo Social de nuestro hospital, en pesos mexicanos), fuente de ingreso y consumo de tabaco y alcohol. Como se muestra en la Tabla 1, se evaluaron aspectos pertinentes al lugar de residencia: tiempo residiendo en dicho hogar, número de pisos, tipo de suelo, presencia de alfombras, número de habitantes y servicios básicos 12-18.
Índice de Barthel
Evalúa a través de 10 ítems la autonomía en las actividades de la vida diaria del adulto mayor, incluyendo la alimentación, aseo, vestimenta, control de esfínteres, uso del sanitario y movilidad 19. Representa la escala de evaluación de autonomía recomendada por el Centro Nacional de Excelencia Tecnológica en Salud de México (CENETEC) 6.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis de los datos obtenidos a través de un programa estadístico obteniéndose los datos estadísticos descriptivos tradicionales para las variables cuantitativas y las frecuencias en las de tipo cualitativo.
RESULTADOS
Acorde a los criterios de elegibilidad, se identificaron 55 pacientes, del 01 marzo 2017 al 28 febrero 2018, que cumplieron los criterios de inclusión. El 76,36% eran mujeres, la media de edad fue de 80,8 años con un rango de edad entre los 65 y 95 años. El 90,9% de los pacientes contaba solo con estudios de primaria o ningún tipo de estudios y el 58% se encontraba en estado de viudez 20.
En relación a la red de apoyo, se identificó que el 70,9% tenía uno o más hijos, el 83,6% habitaba con una o más personas mientras que el 98,2% practicaba alguna religión y el 65,5% reportó mantener una vida social activa; estos últimos dos elementos se han asociado con la presencia de una red de apoyo más sólida en el adulto mayor 13,21,22. El 67,27% de la población negó realizar actividad física regular y el 83,6% negó uso de alcohol ni tabaco 17. El 69,1% de la población era desempleada, mientras que el 56% percibía un ingreso económico mensual menor a $US 101,2, siendo esta cantidad dos veces más frecuente en mujeres que en hombres (64,3% v. 30,8%). El apoyo social gubernamental fue reportado como la principal fuente de ingreso en el adulto mayor (41,8%). El 63,6% de la población reportó llevar viviendo por más de 20 años en el mismo domicilio, siendo la mayoría de los domicilios de una planta (63,6%) con suelo de concreto o cerámica en el 89,1% de los casos. En la Tabla 2 se muestra que casi la totalidad de los pacientes contaban con gas (78,2%), agua potable (90,9%), drenaje (83,6%) y electricidad (96,4%).
Tabla 3 Grado de dependencia previo a la fractura de cadera (Índice de Barthel para actividades de la vida diaria)
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Como se indica en la Tabla 3, previo a la fractura, el 32,7% de los pacientes era independiente para la realización de actividades de la vida diaria, mientras que el resto presentaba un grado variable de dependencia, con solo 1 paciente totalmente dependiente.
DISCUSIÓN
Este estudio representa uno de los primeros intentos por describir las características sociodemográficas de la población mexicana mayor de 65 años con fractura de cadera secundaria a caída y busca responder a la falta de datos epidemiológicos que existen sobre caídas y fractura de cadera en países en vías de desarrollo 22. Nuestros resultados muestran que la media de edad (80,8 años) y la ocurrencia en el género femenino (76,36%) concuerdan con lo reportado en estudios de prevalencia en distintos grupos étnicos, con una incidencia de dos a tres veces mayor en mujeres 14,16,22-24. Se identificó un bajo grado de escolaridad en la mayoría de los sujetos estudiados, siendo más frecuente la baja escolaridad en mujeres. El bajo grado de escolaridad ha sido descrito como factor de riesgo independiente para caídas y fracturas de cadera en diversos estudios, destacado en algunos estudios como el elemento relacionado a la población de mayor impacto para aumento de riesgo de caídas 13,20,21,25,26. En concordancia con lo observado en los beneficiarios principales del Seguro Popular, individuos sin seguridad social y bajo nivel socioeconómico, destacó el hallazgo de que el 64,3% de la población femenina percibía un ingreso económico mensual inferior al salario mínimo de México en el 2017 y por debajo de la línea de bienestar de zona urbana, indicador de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL) 27,28. En contraparte, el ingreso económico mensual en hombres fue, en su mayoría, mayor al salario mínimo. Más de un tercio de los sujetos entrevistados dependían de los programas de apoyo social gubernamental como principal fuente de ingreso económico, la mayor proporción estaba desempleada y el porcentaje de jubilados se encontraba por debajo de la media nacional (14,3% vs. 74%) 1. Estudios realizados en países de primer mundo estiman un costo promedio por hospitalización secundaria a caída de entre $US 5 654 y 42 840, mientras que el costo día-cama en un hospital de traumatología en México se calculó en $US 267,61 con un promedio de estancia hospitalaria de 7 días 2,22,29. El costo total estimado para el manejo quirúrgico de fractura de cadera para el Seguro Popular en el año 2006 era de $us 1 942,94 por paciente 9. Las cifras anteriores se encuentran significativamente por encima del ingreso promedio de los sujetos estudiados. Características específicas de la vivienda, como el tipo de suelo, la ausencia de alfombras y escaleras, el vivir acompañado y el tiempo habitando en un mismo domicilio se han identificado como factores protectores para el adulto mayor 13,22,26,30. La mayoría de las caídas ocurren dentro del domicilio se asocian al tipo de suelo, especialmente cuando la superficie es irregular 25, tal y como se observó en nuestro estudio donde predominó el suelo de concreto o tierra. El bajo ingreso económico, poca educación y las condiciones de vivienda limitan el acceso a servicios de salud y colocan a los ancianos en un estado de vulnerabilidad económica, elevando la duda sobre la viabilidad económica de las estrategias de rehabilitación y recuperación actuales 22. Las caídas suelen ocurrir durante el ejercicio de las actividades cotidianas, con cerca del 50% de éstas sucediendo en casa y el 10-15% resultando en una fractura , por lo que la determinación del grado de autonomía en las actividades de la vida diaria y las características del domicilio adquieren especial relevancia 4,22,31. Las secuelas funcionales permanentes en post-operados de fractura de cadera es del 30%, esperándose un peor pronóstico en pacientes con pérdida de la autonomía previa a la fractura y con una afectación principal en la movilidad, autocuidado y actividades diarias 2,8. Algunos de nuestros hallazgos son consistentes con estudios previos, en los cuales las fracturas de cadera eran más comunes en mujeres, viudos y edad avanzada 13,25. Reconocemos el tamaño de la muestra, la ausencia de grupo control y el sesgo de memoria como las principales limitaciones de este estudio, siendo la población estudiada preferencialmente representativa de una zona urbana. Nuestro estudio ofrece una aproximación a la realidad psicosocial de los ancianos de la región, una de las regiones con menor proporción de personas en situación de pobreza por ingresos del país 8,32.
Los adultos mayores mexicanos hospitalizados por fractura de cadera secundaria a caída y que no cuentan con seguridad social se encuentran en una situación de elevada vulnerabilidad socioeconómica que sumada a la pérdida de autonomía en las actividades cotidianas pudieran complicar el proceso de recuperación, aumentando el riesgo de secuelas funcionales y mortalidad. Es necesario catalogar a las caídas y las fracturas de cadera asociadas como un problema de salud pública en la población geriátrica, reconociendo el elevado coste social y económico que generan. Sugerimos reproducir el presente estudio en una población más amplia y con controles sin fractura de cadera para determinar el impacto de los factores evaluados en la ocurrencia de caídas y fracturas de cadera asociadas 15. El presente estudio provee un panorama de la realidad psicosocial de los adultos mayores habitantes de una de las principales conurbaciones de México, alertando de la importancia de implementar estrategias preventivas y de rehabilitación en este grupo vulnerable♦