Entre las principales actividades económicas del municipio de Quinchía está la explotación minera del oro. Tal actividad incluye la explotación tecnificada por parte de las multinacionales presentes en la región y la minería informal. Para esta última, generada por la explotación del oro de aluvión de una forma artesanal, se emplean cianuro y mercurio cuyo uso está restringido en Colombia 1.
Es bien conocido que los compuestos del mercurio son productos químicos peligrosos para la salud humana y el medio ambiente 2. La exposición a altos niveles de estas sustancias puede causar daño permanente al cerebro, los riñones y, si se da durante el embarazo, al feto en desarrollo. Los efectos en la función cerebral pueden manifestarse como irritabilidad, timidez, temblores, cambios en la visión o en la audición y problemas de memoria. La exposición a los vapores de mercurio puede causar dolor de pecho, dificultad respiratoria y secreción de fluidos en los pulmones (edema pulmonar) que puede ser fatal 3-5. Por otra parte, el cianuro, como sustancia química tóxica presente en la naturaleza, puede ser letal en ciertas cantidades concentradas; el efecto nocivo y letal más importante de las distintas variedades de cianuro es el de impedir que el oxígeno, que es transportado por los glóbulos rojos de la sangre, llegue a las demás células del organismo, impidiendo así el proceso de respiración celular 6.
El procedimiento para la extracción de oro mediante amalgamación se inicia con la trituración del material en molinos eléctricos, como se muestra en la Figura 1, en donde se vierte agua y mercurio. La mezcla se agita con la mano y, luego, el material triturado de los molinos pasa a baldes con orificios; esto permite clasificar el material líquido del sólido. El material líquido se deposita en tanques y el material sólido, donde está el mercurio, se traslada a un recipiente de madera, conocido como batea. En la Figura 2, se muestra la agitación del material con agua para ubicar la amalgama (mercurio adherido al oro). La amalgama es sometida a un proceso de calentamiento, para obtener el oro limpio.
Para el proceso de cianuración, los residuos de arena obtenidos después de la trituración de las rocas se depositan en tanques, en los cuales se adiciona agua limpia, cal y soda cáustica, para quemar impurezas, neutralizando el ácido y el pH del agua. Luego se agrega el cianuro. El procedimiento se completa al depositar virutas de zinc, con el propósito de que el oro se adhiera de forma magnética. Finalmente, se lava el zinc, se deja secar y el oro queda en forma de polvo de color negro. El proceso tarda de 2 a 3 meses. El oro queda en forma de polvo después de secar las virutas, como se muestra en la Figura 3 y, finalmente, se funde con soplete, para evaporarlo.
La exposición del minero al mercurio y al cianuro es de 2,62 horas diarias. Este lapso incluye: 1) la molienda del material, durante la cual se manipula el mercurio; y 2) el proceso de evaporación para separar el mercurio de la amalgama. Adicionalmente, al material sobrante de la trituración se le agrega cianuro, lo cual conlleva una exposición al químico en el proceso de lixiviación y fundición.
MÉTODOS
Se llevó a cabo una investigación cuantitativa, de tipo descriptivo, entre mayo de 2018 y mayo de 2019. Se definieron de modo sistemático las características de la población y el proceso de amalgamiento de oro. Asimismo, se describieron variables tales como el tiempo en el oficio, la exposición al mercurio y cianuro, la percepción de síntomas y los niveles de concentración de mercurio y cianuro en sangre. Como población objeto del estudio, se eligieron mineros artesanales del municipio de Quinchía, pertenecientes a diez frentes; entre los cuales se seleccionó una muestra por conveniencia de 28 mineros: 24 de ellos con exposición únicamente al mercurio, 2 con exposición directa al cianuro y 2 con exposición al cianuro y mercurio simultáneamente. Las variables de la población y el procedimiento de amalgamiento de oro se obtuvieron mediante una encuesta semiestructurada, aplicada a los mineros sujetos de estudio; así como la percepción de síntomas relacionados con la utilización del cianuro y mercurio en el proceso de amalgamamiento. Los niveles de concentración de mercurio se midieron a través de espectrometría por absorción atómica (AA), efectuada en muestras de 10 ml de sangre total con EDTA. Para la determinación de los niveles de cianuro, se empleó la técnica de colorimetría, en muestras de 5 ml de sangre total con EDTA.
Como criterios de inclusión se tuvieron en cuenta los siguientes: a) frentes mineros seleccionados: Aguas Claras, Alacranes, Corpoare, Chuscal Alto, El Tunel, Guayacanes, La Azucena, La Montaña, Las Vegas y Miraflores; b) tiempo en el oficio; c) exposición a cianuro y mercurio; d) mineros activos y; e) voluntad de participar en el estudio. Para los exámenes médicos, se seleccionaron los mineros cuya actividad estuviese relacionada con el tipo de concentración que se requería medir. Por otra parte, se excluyeron del estudio los mineros pertenecientes a frentes diferentes a los seleccionados para el estudio.
En un primer momento, se caracterizó el proceso de amalgamiento de oro; se llevó a cabo una revisión bibliográfica acerca de sus posibles efectos sobre la salud; y se determinaron las etapas del procedimiento de amalgamiento del oro, así como los elementos de protección personal utilizados. En un segundo momento, se identificaron los factores de riesgos laborales, sus causas y posibles efectos sobre la salud. Una vez identificados, se realizó la encuesta de percepción de síntomas y se tomaron las muestras para determinar, mediante pruebas de laboratorio, las concentraciones de mercurio y cianuro en la sangre presentes en los mineros. Los resultados se registraron y tabularon en Excel para su análisis. Por último, se determinaron las posibles medidas de intervención, tanto preventivas como correctivas.
RESULTADOS
La encuesta, con variables sociodemográficas y percepción de síntomas relacionados con la utilización del cianuro y mercurio en el proceso de amalgamiento del oro, arrojó los resultados que se exponen a continuación. El 96% de los mineros pertenece al sexo masculino y solo un 4% al sexo femenino. En cuanto a la edad, el 89% se encuentra entre los 27 y los 57 años; el 7% entre los 60 años y más; y el 4% entre los 14 y 26 años. El 43% cursó primaria y secundaria incompleta; el 32%, primaria y secundaria completa; el 11% no tiene estudios; y solo el 14% culminó estudios técnicos. Constituye la cabeza del hogar el 93% y el 7% no lo es. El 89% está afiliado al sistema de salud y el 11% no está afiliado. El 96% no está afiliado a un fondo de pensiones y el mismo porcentaje carece de afiliación a una administradora de riesgos laborales (ARL). El 85% pertenece al régimen subsidiado y solo el 8%, al régimen contributivo; el 7% no responde. Cinco de los mineros encuestados cuentan con exámenes de laboratorio previos realizados hace 20 años. Tres obtuvieron resultados positivos; pero ninguno buscó ayuda o recibió tratamiento, y desconocen el tipo de enfermedad diagnosticada.
El 75% de los mineros extraen actualmente el material de Miraflores. El 75% de los mineros son trabajadores independientes; el 10% son líderes de un frente minero; el 4% tiene contrato de trabajo y el 7% es propietario de las fincas; el 4% es dueño del montaje en donde se lleva a cabo el proceso de recuperación del oro.
La técnica utilizada para la recuperación del oro es la amalgamación con mercurio (82%), seguida de la cianuración (14%) y el 4% emplea ambas técnicas. Respecto a las razones por los cuales se utiliza una u otra técnica, el 53% de los encuestados manifiesta que es por facilidad; el 11%, por tradición; el 29%, por no conocer otras alternativas; y el 7% refiere que utiliza otra técnica.
Respecto a los años en el oficio, o a la actividad variable, importante a la hora de medir los efectos sobre la salud por el tiempo de exposición, se encontró que el 36% de los encuestados lleva aproximadamente 20 años dedicados a esta labor; el 50%, entre 21 y 30 años; y el 14%, de 30 a 52 años. Al medirse la frecuencia de trabajo a la semana, se pudo establecer que la actividad minera se lleva a cabo de lunes a domingo; el tiempo dedicado diariamente al proceso de recuperación es de 7 horas, de las cuales 2,6 horas se dedican a la manipulación y contacto con el mercurio y el cianuro.
Respecto al uso de los elementos de protección personal durante la recuperación del oro, se halló que solo el 43% de los mineros usa protección para la cabeza. El 14% usa gafas, aunque el 39% percibe que estas lo protegen. El 25% usa protección para los oídos y el 54% perciben que este elemento no los protege. En cuanto a la protección de las vías respiratorias, el 25% no usa protector respiratorio de ningún tipo, aunque el 54% percibe que lo protege. Para la protección de las manos, el 36% usa guantes, con un porcentaje de percepción de protección del 61%. Las botas son elementos de protección usados por los mineros en un 100%, con una percepción sobre la protección del 64%.
Cuando se les preguntó a los mineros sobre el uso de la retorta (equipo utilizado para la evaporación del mercurio, con el fin de separarlo del oro), el 18% de los mineros refirió que la usa.
A partir de la información obtenida, se logró identificar que los peligros durante el proceso de extracción y recuperación de material son locativos: objetos que caen (93%), atrapamientos (82%), caídas (89%). Entre los peligros químicos están la inhalación de polvos (86%), la inhalación de vapores (89%) y el contacto directo con sustancias toxicas (86%). También se encontró peligro eléctrico por contacto directo (68%) y por contacto indirecto (71%). Así como peligro biomecánico por posturas prolongadas (86%), trabajo dinámico (82%), sostenimiento de carga (100%) y manipulación de carga (100%). El 46% de los mineros encuestados han sufrido accidentes laborales: amputación de dedos, heridas en las manos, aplastamiento de venas del cuello.
Los resultados de la encuesta respecto a la sintomatología relacionada con exposición a mercurio y cianuro se presentan en la tabla 1. Los síntomas, referidos por los mineros por la inhalación de mercurio y cianuro tras la exposición cutánea a ellos, se relacionan con el sistema nervioso, digestivo, trastornos neurológicos y del comportamiento; con síntomas como temblores, insomnio, pérdida de memoria, efectos neuromusculares, cefalea o disfunciones cognitivas y motoras.
Por otra parte, en cuanto al tiempo dedicado al oficio de minería aurífera artesanal, se encontró que el 50% de los mineros lleva en el oficio entre 21 y 30 años. Los resultados detallados al respecto se muestran en la Tabla 2.
Finalmente, según los exámenes de laboratorio cuyos resultados se muestran en la Tabla 3, el 33% de los mineros presentan concentraciones de mercurio en la sangre entre 4 y 4,9 μg/L. Las concentraciones sanguíneas menores a 10-20 μg/L se consideran dentro de los valores referenciales; sin embargo, la correlación entre el nivel de mercurio y su toxicidad es variable 7.
Los resultados de los exámenes de laboratorio efectuados a 4 mineros, con el fin de determinar la concentración de cianuro en la sangre (Tabla 4), y los resultados arrojados en la encuesta de percepción no fueron coincidentes; puesto que, los mineros refirieron síntomas que pueden estar asociados a exposición por cianuro, pero los resultados arrojados por el laboratorio fueron negativos.
DISCUSIÓN
En este estudio participaron 28 mineros artesanales expuestos a mercurio y cianuro en el proceso de amalgamiento de oro en el municipio de Quinchía. Respecto a las características sociodemográficas, se pudo determinar que la actividad es desarrollada principalmente por hombres, cuyo rango de edad se encuentra en una etapa de adultez, con baja escolaridad; además no se encuentran afiliados a un fondo de pensiones ni a una administradora de riesgos laborales. Tal hallazgo coincide con lo descrito por Muñoz-Vallejo 8. Los resultados muestran, además, que tal como se ha reportado en estudios previos sobre las prácticas de minería aurífera artesanal en Colombia, en cuanto a la cobertura de seguridad social en salud, la mayoría de quienes se dedican a este oficio se encuentran afiliados al régimen subsidiado 9 y hay baja cobertura de los programas desarrollados por el Gobierno 10.
Es evidente que en la minería aurífera se continúa empleando prácticas rudimentarias 11. Si bien el uso del cianuro permite recuperar mayores cantidades de oro que cuando se utiliza mercurio, ambos son peligrosos para la salud humana y para el medio ambiente; puesto que, son sustancias toxicas. A ello se suma el hecho de que las prácticas de cianuración para la recuperación del oro se realizan de una manera inapropiada 12. Por otra parte, según se pudo determinar, los mineros utilizan el mercurio por facilidad; hecho que también ha reportado Güiza 13, en cuyo estudio refiere que en la minería aurífera se emplea el mercurio por facilidad, rapidez y economía.
Debido a estas prácticas, los metales pesados son descargados en el ambiente 14; y con el tiempo, cuando hay una exposición prolongada, estas sustancias químicas penetran al organismo, tanto por vía dérmica como por vía respiratoria, y afectan la salud 15,16. Los mineros artesanales reconocen que la exposición a estos elementos constituye un riesgo para la salud; sin embargo, los conocimientos al respecto y las medidas de protección que emplean son insuficientes 17; son escasos el uso de elementos de protección personal 18 y de equipos que minimicen la exposición 19. Los accidentes que ocurren obedecen a la escasa utilización de los elementos de protección personal. Se facilita la inhalación de vapores durante la quema de la amalgama; lo mismo ocurre cuando no se utilizan guantes, pues, mientras se realiza la mezcla del material con el cianuro y mercurio, las manos entran en contacto con estas sustancias y así, a través de la piel, son absorbidas por el organismo. En cuanto al uso de equipos de protección colectiva, como las retortas para la quema de la amalgama, momento en el cual existe mayor riesgo de exposición 20, se constató su desconocimiento al respecto.
Es claro que la inexistencia de protocolos de seguridad para el desarrollo de la actividad genera diversas lesiones y padecimientos de salud. Como lo señala la Organización Mundial de la Salud y se ha confirmado en diversos estudios, la exposición al mercurio tiene efectos nocivos para la salud, asociados con síntomas como cefalea, náuseas, lesiones de la mucosa oral, pérdida de la memoria, cambios emocionales (depresión y ansiedad), alteraciones neurológicas, amnesia e insomnio 22-25.
Los niveles de mercurio, detectados en los mineros de Quinchía que participaron en el estudio, demuestran que ha habido una exposición crónica. Por otra parte, los síntomas relacionados con la exposición a cianuro, referidos por ellos, concuerdan con los identificados por la Agencia para Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades de los Estados Unidos 6. No obstante, cuando se pretende conocer los efectos que tiene sobre la salud la exposición crónica a mercurio y cianuro, acumulada en el organismo, es preciso considerar tanto los años de exposición como la percepción de síntomas y el grado de concentración de dichas sustancias tóxicas 26; puesto que, la sintomatología presente, cuando ha habido exposición crónica a ellas, es similar a otros cuadros clínicos neurológicos de diversa etiología 9. Por consiguiente, se considera que es necesario realizar exámenes complementarios.
Lo observado en el desarrollo de esta investigación permite inferir que las medidas de control adoptadas por el Gobierno nacional -por ejemplo, mediante la Ley 1658 de 2013 27 que regula la comercialización y el uso de mercurio en las diferentes actividades industriales del país-, hasta el momento, no han sido efectivas; pues se siguen utilizando sustancias tóxicas prohibidas. Aun cuando la legislación nacional y ciertos acuerdos internacionales contienen disposiciones para controlar la proliferación y limitar el uso del mercurio 28, en las prácticas actuales de minería aurífera se emplean métodos y herramientas para el proceso del amalgamiento del oro que, como lo ha señalado la Organización Mundial de la Salud, generan efectos nocivos sobre la salud. Los mineros artesanales del municipio de Quinchía desconocen los protocolos de seguridad; las técnicas y equipos que emplean son inapropiados y no usan los elementos de protección personal requeridos. Es claro, entonces, que tal como sucede en otras regiones del país y de Suramérica 29 en donde se practica la minería aurífera, hace falta capacitación y sensibilización, con el fin de minimizar el impacto de tales prácticas sobre la salud.
Como lo han señalado diversos estudios, los mineros informales se siguen catalogando como ilegales y no se presta atención a la minería de subsistencia; y, por ende, lo más probable es que se sigan presentando conflictos entre las partes: mineros y Gobierno 30. Por ello, es importante que las políticas públicas respecto a la explotación minera se coordinen de forma articulada 31. En el contexto nacional, la implementación de programas de asistencia técnica, mejoramiento tecnológico y la eficiencia en la fiscalización de los títulos mineros incidirán en una disminución de la actividad minera 32. Es evidente la necesidad de elevar la vigilancia de la exposición; por lo que, es fundamental fortalecer la capacidad de los trabajadores de la salud para el diagnóstico precoz, el tratamiento apropiado y la rehabilitación de las personas cuyo estado de salud puede verse afectado por estas prácticas.
Teniendo en cuenta, el esfuerzo del Gobierno para contrarrestar los efectos sobre la salud y el ambiente generados por el uso de mercurio y cianuro para el amalgamiento del oro, es importante dar a conocer las mejores prácticas a nivel nacional e internacional para la recuperación del oro.
Los hallazgos de esta investigación, que coinciden con los de otros estudios que se han ocupado de la misma problemática, muestran la necesidad de que las autoridades establezcan medidas correctivas y preventivas -exámenes médicos ocupacionales y monitoreo constante del estado de salud de los mineros, entre otras-; debido a que, están expuestos a una actividad económica de riesgo clase V, según la clasificación para el sistema general de riesgos laborales 33,34. Es preciso, además, establecer sistemas de vigilancia epidemiológica en relación con los factores de riesgos químicos, biomecánicos y locativos 35. Asimismo, debe promoverse la capacitación de quienes se dedican a la minería aurífera en el uso de tecnologías limpias que fomenten el cuidado de la salud y el medio ambiente. Para tal fin, sería de gran utilidad conocer y difundir iniciativas aplicadas por otras comunidades mineras 31,36,37; así como acompañar el proceso de formalizar la asociación minera 38,39. Otro aspecto fundamental es el apoyo para el diseño del sistema de gestión de la seguridad y salud en el trabajo -tal como lo determina el Decreto Único Reglamentario 1072 de 2015 (título 4, capítulo 6) y la Resolución 0312 de 2019 del Ministerio de Trabajo colombiano, donde se establecen los estándares mínimos del Sistema de Gestión de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SG-SST).
A nivel de los mineros, se debe promover la adquisición y el uso de los elementos de protección individual, la afiliación al sistema de riesgos laborales y la adopción de técnicas alternativas para la recuperación del oro. A la academia le corresponde brindar espacios de formación y capacitación que promuevan estilos de vida saludable y toma de conciencia sobre el estado de salud y el medio ambiente.
La concentración de mercurio en la sangre, encontrada en las pruebas realizadas a los mineros sujetos a investigación, demuestra exposición crónica. Los resultados de cianuro en sangre fueron negativos, no coinciden con la percepción de síntomas; se sugiere practicar exámenes complementarios. En general, los resultados obtenidos son similares a los de estudios efectuados en otras regiones del país. Las concentraciones de mercurio y cianuro en la sangre se asocian con el tiempo en el oficio, las horas de exposición a mercurio y la percepción de síntomas. Pese a que se reconoce su toxicidad, aún se emplean métodos tradicionales y prohibidos sin tener en cuenta los protocolos de seguridad y sin emplear los elementos de protección adecuados. Los mineros constantemente están expuestos a procedimientos que implican riesgos para la salud, sin que se tomen medidas de prevención; y refieren sintomatología que no ha sido diagnosticada y que podría afectar el organismo a largo plazo ᴥ