En la actualidad está reconocido que la adquisición de hábitos saludables durante la infancia, entre ellos la práctica regular de actividad física (AF), es un factor fundamental para favorecer un buen estado de salud durante toda la vida 1. La Organización Mundial de la Salud (OMS) 2 recomienda realizar al menos 60 minutos/día de AF de intensidad moderada (3-6 METS) a vigorosa (>6 METS). Esta pauta ayuda a la prevención y tratamiento del sobrepeso, circunstancia que está aumentando entre los adolescentes españoles 3.
Algunos autores 4 señalan que el nivel de práctica de AF se encuentra directamente relacionado con el nivel de Condición Física (CF) de un sujeto, lo que, a su vez, se relaciona con el estado de salud en la infancia y en la adolescencia 5. La CF también se encuentra determinada por la capacidad aeróbica, la cual se puede hallar con el consumo máximo de oxígeno (VO2 máx.), considerado como un importante indicador del estado cardiovascular de un sujeto y, por tanto, como predictor del riesgo de muerte 6. Los valores normales de VO2 máx. para sujetos adolescentes se sitúan entre 43,51 ml/kg/min (±6,92 SD) 7 y 45,3 ml/kg/min (±8,66 DT) 8.
Con el fin de prevenir futuras patologías, la asignatura de Educación Física se presenta como un medio de actuación idóneo para fomentar la práctica de AF en la escuela, puesto que además de tener un carácter obligatorio entre los 3 y los 16 años 9, posibilita la adquisición de hábitos saludables y ofrece otros beneficios como la mejora de las relaciones socio-afectivas 10 y el aumento del rendimiento académico.
Por otro lado, un factor a tener en cuenta en el incremento de los niveles de AF en la persona es la zona de residencia, haciendo la AF más o menos accesible según sea rural o urbana. Este hecho repercutirá en el Índice de Masa Corporal (IMC) del individuo 11,12.
Siendo conscientes de la importancia que tiene la práctica de AF, resulta determinante elegir un instrumento apropiado para cuantificarla como el acelerómetro: aparato resistente, fiable y no invasivo y uno de los más idóneos (en términos de cantidad, intensidad y frecuencia) 13,14. Además, el uso del acelerómetro en jóvenes ha despertado el interés de los investigadores, ya que los niveles de sedentarismo han ido en aumento en la franja de edad entre los 12 y 16 años en ambos sexos, y de manera especial en el sexo femenino 15.
Los objetivos principales de este estudio fueron: conocer la relación existente entre el nivel de práctica de AF y el VO2 máx. en adolescentes de la provincia de Salamanca (España); y analizar el nivel de práctica de AF y su relación con el género, la localidad, el porcentaje que suponen las clases de EF en dicha práctica y el IMC.
MÉTODOS
Participantes
La muestra total estaba compuesta por 101 adolescentes escolares de la provincia de Salamanca, pertenecientes a centros de Educación Secundaria Obligatoria (ESO). El estudio tuvo una mortalidad de 12 sujetos, debido a que no cumplieron con el criterio de inclusión de acelerometría que indicaba un mínimo de ocho horas de registro al día, tiempo mínimo aceptable 16 durante, al menos, cuatro días a la semana 17, por lo que la muestra final fue de 89 sujetos de entre 12 y 16 años de edad (14±1,18 años). Atendiendo al género, el 55,1% (n=49) eran hombres y el 44,9% (n=40) mujeres. Los participantes fueron seleccionados al azar, mediante muestreo proporcional por conglomerados en dos fases. Los diferentes estratos fueron seleccionados de acuerdo a la localización geográfica, edad y sexo. Se trabajó con un error <0,05 a un nivel de confianza del 95%. Se invitó a participar a todos los adolescentes pertenecientes a las clases seleccionadas. El 25,84% (n=23) de la muestra perteneció a centros de zonas urbanas, determinándose esta procedencia a partir de 10 000 habitantes 18.
Instrumentos
Se utilizaron diferentes instrumentos para analizar el nivel de práctica de AF, la CF y el IMC, así como variables sociodemográficas.
a) Para analizar el nivel de práctica de AF se utilizó el acelerómetro Actigraph GT3X, con un tamaño de 4,6 x 3,3 x 1,5 centímetros, 18 gramos de peso y firmware Actilife (v. 6.11.9). Este dispositivo cuantifica las aceleraciones llevadas a cabo por un individuo cuando se mueve 13. Dado que se trata de un acelerómetro triaxial, dichas aceleraciones son medidas en tres dimensiones o ejes (antero-posterior, medio-lateral y longitudinal) 19 las cuales son convertidas en unas unidades de movimiento llamadas counts (cuentas por minuto). Los counts calculan el movimiento durante un periodo de tiempo prefijado (epoch) que, en nuestro caso, fue de 10 segundos. Este periodo pequeño de medición tiene relevancia en los escolares, ya que estos tienden a practicar AF de forma aislada a niveles de intensidad variable 14.
Para valorar la intensidad de la AF realizada, se utilizaron los puntos de corte propuestos por varios autores 20 que relacionan los counts registrados con el nivel de actividad, en base a los siguientes parámetros: de 0 a 100 para actividad sedentaria; de 101 a 2295 para ligera; de 2296 a 4011 para moderada; £4012 para vigorosa y £2296 para la AF de moderada a vigorosa (AFMV).
b) Para valorar la CF se aplicó el Test Course Navette, conocido también como test de ida y vuelta en 20 metros y 20 metre shuttle run test (20m-SRT). Se trata de una prueba que mide la capacidad aeróbica máxima y calcula, de forma indirecta, el VO2 máx. expresado en ml/kg/ min 21. Por tanto, a través de él se puede conocer la CF de un sujeto 7. La fórmula que debe utilizarse con niños de entre 6 y 17,9 años, para transformar los paliers en VO2 máx., es la siguiente 22: VO2 máx. =31025 + (3,238XVFA)-(3,248XE) + (0,1536XVFAXE), siendo E la edad en años del sujeto y VFA la velocidad en km/h-1.
c) Para calcular el IMC se utilizó el monitor de composición corporal Tanita MC780MA.
d) También se tomó información sobre el género y la localidad de residencia como aspectos sociodemográficos.
Procedimiento
Respecto al uso de los acelerómetros, se facilitaron instrucciones a todos los participantes, de manera individualizada, tanto de forma oral como escrita, indicándoles la ubicación y las normas de utilización. Debían llevar el monitor a la altura de la cadera del lado dominante durante una semana, desde primera hora de la mañana hasta antes de acostarse, a excepción de las horas de sueño y de la ducha o las actividades acuáticas. Asimismo, se proporcionó a todos los sujetos de la muestra una plantilla horaria en la que se comprometían a informar del tipo de actividad realizada durante el día.
Para obtener medidas fiables a través del monitor de composición corporal, los sujetos debían realizar la prueba en posición de bipedestación, sin calzado y con ropa ligera, con las piernas y los brazos separados y extendidos, en ayuno y sin haber realizado ejercicio, al menos, en las tres horas previas.
El Test de Course Navette, así como la evaluación de la composición corporal y de la talla fueron realizadas por un mismo investigador en colaboración con el profesor de EF, durante el horario habitual de dicha asignatura. Se contó con la autorización del centro escolar, profesorado y el consentimiento escrito de los padres o tutores de los menores implicados. En todo momento, se aseguró la confidencialidad de los datos obtenidos y ofrecidos por los participantes. La participación fue totalmente voluntaria y los sujetos no recibieron ninguna compensación académica y/o monetaria por su cooperación. La investigación fue desarrollada siguiendo las directrices éticas de la Declaración de Helsinki vigente (Brasil, 2013), cumpliendo en todo momento con los máximos estándares de seguridad y ética profesional para este tipo de trabajos.
Análisis estadístico
Los análisis se realizaron con el programa estadístico SPSS, v. 21.0 para WINDOWS (SPSS Inc., Chicago, EE. UU.). Se llevó a cabo un análisis descriptivo de datos mediante análisis de frecuencias, utilizándose la prueba Chi-cuadrado para analizar las diferencias de proporciones entre variables categóricas. Se utilizó la correlación de Pearson para analizar la correlación entre variables. Asimismo, se realizó un análisis de regresión lineal para observar la relación entre el total de AFMV realizada en una semana (variable dependiente) y el VO2 máx., el porcentaje que suponen las clases de EF sobre la AF semanal, el género (chico o chica), la localidad (rural o urbana) y el IMC (normopeso, sobrepeso u obesidad), como variables independientes. Los análisis de regresión se realizaron variable a variable, incluyendo el resto como covariables. Todos los datos fueron tratados de forma anónima mediante un sistema de códigos, empleándose para todos los resultados un nivel de confianza del 95% (p<0,05).
RESULTADOS
Tabla de contingencia
Analizando el porcentaje de sujetos de la muestra que cumplía con las recomendaciones mínimas de AF, establecidas por la OMS, se observó que lo alcanzaba el 18%. Distinguiendo por género, el 17,5% de las chicas cumplía con dichas recomendaciones, mientras que en el caso de los chicos lo hacía el 18,4%.
Análisis descriptivo y de varianza
Analizando los resultados por género, los chicos realizaban un total de minutos semanales de AFMV superior al de las chicas (3 50,779±189,367 vs. 253,379±122,710; F(0,011)=7,874; p=0,006). Asimismo, en relación a la AF practicada según su intensidad, las chicas mostraban un mayor número de minutos de actividad sedentaria (3870,712±882,461 vs. 3485,418±805,036; F(0,011)=4,626; p=0,034), mientras que los sujetos de género masculino presentaban un mayor número de minutos de AFMV (350,771±189,366 vs. 253,382±122,713; F(0,011)=7,872; p=0,006). Además, los resultados indicaron que los chicos poseían un VO2 máx. superior al de las chicas (44,845±5,726 vs. 42,414±4,637; F(0,011)= 4,691; p=0,033)(Tabla 1).
Correlaciones entre variables.
Existió una correlación positiva entre el género (tendente al masculino) y las variables minutos totales de AFMV (r=0,288; p=0,006) y VO2 máx. (r=0,226; p=0,033), así como una correlación negativa con los minutos de actividad sedentaria (r-0,225; p=0,034). En cuanto al total de la muestra, los resultados ofrecieron una correlación positiva entre los minutos totales de AF y las variables AF de intensidad ligera (r=0,420; p=0,000), AFMV (r=1,000; p=0,000) y VO2 máx. (r=0,332; p=0,001). Por el contrario, existió una correlación negativa entre los minutos totales de AF y el porcentaje de AFMV que ocupaban las clases de EF en la AF semanal (r-0,406; p=0,000). Asimismo, en los resultados se observaron correlaciones positivas entre la actividad sedentaria y la AF ligera (r=0,337; p=0,001), y la AF ligera y la AFMV (r=0,420; p=0,000). Sin embargo, los datos obtenidos mostraron correlaciones negativas entre la AF de intensidad ligera y el porcentaje de AFMV que ocupaban las clases de EF semanal (r=-0,329; p=0,002), siendo también negativa entre los sujetos con un mayor IMC y el VO2 máx. (r=-0,341; p=0,001). (Tabla 2).
Análisis de regresión
El total de minutos de AFMV realizada mostró asociaciones significativas con el género (β=79,024; ET = 31,637; t=2,498; p=0,014), el tipo de localidad (β=69,676; ET = 34,917; t=1,995; p=0,049), el porcentaje que ocupaban las clases de EF en la AF semanal (β= -12,683; ET = 3,240; t= -3,915; p=0,000) y el VO2 máx. (β=7,232; ET=2,991; t=2,418; p=0,018) ( Tabla 3).
DISCUSIÓN
Este estudio indica que los chicos realizan mayor cantidad total de AFMV que las chicas. De igual modo, los chicos y aquellos sujetos con menor IMC poseen mejores niveles de VO2 máx. Por último, las clases de EF no contribuyen de manera relevante al total de AFMV semanal.
El presente estudio puede considerarse pionero en relacionar la medición objetiva de AF con el género, la CF, las clases de EF, el IMC y la localidad de residencia en adolescentes. Es decir, siembra un precedente en el estudio de la relación existente entre todas estas variables (algunas analizadas en otros estudios por separado) que, habitualmente y más aún en la etapa escolar, se encuentran íntimamente ligadas entre sí.
Resulta especialmente preocupante, que únicamente un mínimo porcentaje de los adolescentes de la provincia de Salamanca, con edades comprendidas entre los 12 y los 16 años, cumple con las recomendaciones mínimas de AF pautadas por la OMS, no existiendo diferencias significativas por género. En un estudio similar 23 se obtuvieron datos muy superiores (en torno al 60% de la muestra), destacando los sujetos de género masculino (45,5%), aunque las mediciones realizadas con el acelerómetro solo recogieron datos a lo largo de tres días. Más recientemente, otro estudio 24 reveló un porcentaje muy superior a los obtenidos en el presente estudio, destacando un mayor porcentaje de AF en el género masculino en tramos de tiempo concretos (43,1% de la muestra durante el tiempo escolar, 59,1% durante el tiempo no escolar y 10% en el tiempo de viaje a la escuela). Dichas diferencias pueden deberse a la subdivisión de los tiempos de AF realizada por estos autores.
Igualmente, en otra investigación 25 se obtuvieron datos muy superiores a los de este estudio, concluyendo que el 69,3% de los participantes cumplía con las recomendaciones mínimas de práctica de AF. Estas diferencias pueden ser debidas a la división por grupo de edad realizada en el mismo, ya que si se atiende a ello, se observa que únicamente el 26,5% de los sujetos de edades comprendidas entre 14-18 años cumple con dichas recomendaciones, lo que se aproxima a los resultados obtenidos en el presente estudio. No obstante, en los artículos de otros autores 14,26, los resultados encontrados fueron similares a los de esta investigación (15% y 22,2%, respectivamente), contabilizándose en todo momento más práctica de AF en el género masculino.
Respecto al nivel de intensidad de la AF, los resultados del presente estudio indicaron que los chicos presentaban un menor tiempo de actividad sedentaria que las chicas, así como mayor tiempo de AFMV, lo cual coincide con algunos estudios 1,14, no encontrando diferencias significativas entre género para la AF de intensidad ligera, en ninguno de ellos.
Asimismo, los resultados hallados en los sujetos de esta investigación, en relación con el VO2 máx., coinciden con los parámetros de referencia 7,8. Se encontraron correlaciones positivas entre el VO2 máx. y el total de AFMV, coincidiendo con los resultados obtenidos por otros autores 27, y también entre el VO2 máx. (r=0,226; p=0,033) y el género masculino, en consonancia con distintas investigaciones 28,29.
Por otro lado, se obtuvo una correlación negativa entre los minutos totales de AFMV y el porcentaje de AFMV que ocupaban las clases de EF en la AF semanal. Estos datos discrepan con los alcanzados en otras investigaciones 30,31, los cuales no encontraron diferencias significativas en los niveles de AF durante los días que había clase de EF y los que no. Sin embargo, estos autores sugieren que los participantes fueron ligeramente más activos los días en los que tenían clase de EF. Dichas diferencias pueden deberse a las distintas edades de las muestras analizadas, dado que los sujetos de ambos estudios cursaban Educación Primaria; o a la dispar motivación del alumnado con respecto a los contenidos abordados en las clases de esta asignatura 32.
En otro estudio 1, las clases de EF apenas contribuyeron al incremento de la AF, ya que el tiempo de compromiso motor durante las sesiones era escaso y la cantidad de clases semanales también.
En cuanto a la variable IMC, resultados de este estudio muestran una asociación negativa entre los sujetos con sobrepeso/obesidad y el VO2 máx., al igual que diversos estudios con participantes escolares 33,35. Sin embargo, en otra investigación 25 se concluye que un IMC superior se relaciona inversamente con la práctica de AFMV, datos que no se asocian significativamente en la presente investigación.
En relación a la localidad de residencia, el estudio aquí desarrollado, muestra una asociación positiva entre los adolescentes que practican un mayor número de minutos de AFMV semanal y la localidad urbana. Conclusión similar a la establecida en un estudio 36, aunque en desacuerdo con otro 37, en el que se afirma que los residentes en zonas rurales realizan mayor cantidad de AF que los de zonas urbanas. Por otra parte, otros autores 38 analizaron la influencia de la localidad de residencia sobre la CF, obteniendo mejores niveles de VO2 máx. en los alumnos de entorno rural, con respecto a los de zonas urbanas.
Limitaciones
En relación a las limitaciones del estudio, hay que mencionar la diversidad en cuanto al bloque de contenidos que se estaba trabajando en las distintas clases de EF, en función del centro y del curso, lo que podría influir en la cantidad de AF practicada por los distintos sujetos, así como en su CF 32.
El 18% de los adolescentes cumple con las recomendaciones mínimas de AF. El VO2 máx. es inferior en los estudiantes con mayor IMC y superior entre los que practican más AF total, así como entre los pertenecientes a zonas urbanas.
Las clases de EF no se muestran determinantes en el total de minutos de AF practicada a lo largo de una semana. Por ello, se observa la necesidad de realizar y/o reorientar los programas de fomento de AF y prevención del sobrepeso y la obesidad entre escolares atendiendo, quizá, a los intereses del alumnado, con el fin de intentar revertir una situación que está considerada como un problema de salud pública 39 ·