La hipertensión arterial (HA) se caracteriza por una condición clínica multifactorial, ya que no es posible identificar una sola causa responsable de la elevación sostenida de los niveles de presión arterial 1.
El aumento progresivo de la presión arterial está asociado a la incidencia de muertes prematuras y a otras afecciones cardiovasculares, como la insuficiencia cardíaca, la enfermedad arterial coronaria y los accidentes cerebrovasculares 1,2. La HA se presenta como una de las causas de mayor reducción de la esperanza y la calidad de vida de los individuos 1,3. En Brasil, afecta al 32,5% de los individuos adultos (alrededor de 36 millones) y a más del 60% de los adultos mayores 4. Entre las mujeres de 75 años o más, la prevalencia puede llegar al 80% 1.
El creciente aumento de la prevalencia de HA está relacionado con el envejecimiento y la esperanza de vida de la población 5,6. Considerada un problema de salud pública debido a las altas tasas de mortalidad y a los elevados costos de un tratamiento prolongado 6, puede presentarse como una condición silenciosa y asintomática, lo que dificulta el diagnóstico precoz y el tratamiento del individuo 4.
Entre los adultos mayores, hay un gran contingente de personas que dependen de los servicios públicos de salud para el tratamiento de la enfermedad, que consiste en evitar las complicaciones, sobre todo mediante el uso de medicamentos 7,8 que actúan con el fin de reducir los eventos cardiovasculares y la morbimortalidad 1. Los medicamentos para controlar la HA actúan para disminuir la resistencia periférica, el volumen sanguíneo y la frecuencia o la fuerza de la contracción del miocardio 9. En los adultos mayores, el uso de antihipertensivos es la forma terapéutica más empleada para controlar los niveles de presión arterial 8 y es la más explorada en comparación con otros enfoques de cuidado 1,9.
Un estudio que cuantificó la contribución de las conductas en salud para el control de los niveles de presó-ricos en la población brasileña (≥50 años) identificó un 28,4% para el consumo moderado de alcohol, un 11,9% para la práctica regular de actividad física, un 2,6% para no fumadores y un 1,4% para la ingesta regular de frutas y verduras. En general, la contribución de estas conductas fue mayor en las mujeres 10.
Con el aumento de la esperanza de vida, la información sobre la magnitud y el cuidado orientado a las personas con esta condición crónica se vuelven esenciales, dada la necesidad de seguimiento y tratamiento prolongados de los individuos. Los estudios sobre la prevalencia de HA estratificada por sexo en una muestra de adultos mayores de 65 años y más son poco frecuentes en la literatura. Así pues, los objetivos del estudio fueron, primero, estimar la prevalencia de la hipertensión arterial y el uso de medicación en los adultos mayores brasileños según el sexo y las características sociodemográficas y, segundo, evaluar el uso de los servicios de salud y las recomendaciones de los médicos o profesionales de salud para el control de la enfermedad entre las personas hipertensas.
MÉTODOS
Estudio transversal de base poblacional, con datos de adultos mayores brasileños (≥65 años; n=7.712) incluidos en la Pesquisa Nacional de Salud (PNS) de 2013. La PNS es una encuesta domiciliaria de alcance nacional, realizada entre adultos (≥18 años) para obtener información sobre múltiples aspectos de la salud (como estilos de vida y atención terapéutica) asociados al acceso y uso de los servicios de salud, a las acciones preventivas, a la continuidad del cuidado y a la financiación de la asistencia a la salud para la población 11,12.
En la PNS se adoptó el muestreo por conglomerados en tres etapas de selección: inicialmente, se seleccionaron las unidades primarias de muestreo (UPA) por muestreo aleatorio simple; en la segunda etapa se seleccionó también por muestreo aleatorio simple un número fijo de domicilios en cada UPA y en cada domicilio se seleccionó un residente con edad ≥18 años (tercera etapa). Los detalles sobre la encuesta, el complejo plan de muestreo y las ponderaciones pueden verificarse en otras publicaciones 11,12.
En el presente estudio se investigó la hipertensión y el uso de medicación por medio de las preguntas: "¿Le ha diagnosticado algún médico alguna vez hipertensión arterial (presión alta)?" y "En las últimas dos semanas, ¿ha tomado alguna medicación para la hipertensión arterial (presión alta)?" (ambas categorizadas como de "'sí' o 'no'"). También se consideró el cuidado en salud y el acceso y uso de los servicios.
Las variables sociodemográficas consideradas fueron las siguientes: sexo (masculino; femenino), macrorregión de residencia (Norte, Nordeste, Centro-Oeste, Sudeste y Sur), rango de edad (65-69; 70-74; 75-79 y ≥80 años), raza/color de la piel autodeclarada (blanca, negra, parda...) situación conyugal (con cónyuge, sin cónyuge), escolaridad (sin educación/enseñanza primaria incompleta, enseñanza primaria completa/secundaria completa, enseñanza superior incompleta/completa) y plan de salud (sí o no).
Los indicadores del cuidado en salud y del acceso y uso de servicios fueron los siguientes: la edad en el primer diagnóstico, la visita periódica al médico/servicio de salud, la principal razón por la que no visitó al médico con regularidad, la última vez que recibió asistencia médica y, por último, si recibió del médico/otro profesional, durante alguna atención para la hipertensión, recomendaciones para el control de la enfermedad.
Inicialmente se estimaron las prevalencias de hipertensión arterial y el uso de medicación para el tratamiento, así como los respectivos intervalos de confianza del 95%, con el objetivo de identificar la amplitud de los valores en torno al parámetro poblacional (proporción), según las características sociodemográficas. Se realizaron comparaciones de las prevalencias observadas entre las categorías de las variables, para cada subgrupo, mediante la prueba de Chi cuadrado (Rao-Scott), considerando un nivel de significación del 5%. El valor de p, a diferencia del intervalo de confianza, no es una estimación cuantitativa de precisión, sino una medida de la fuerza de la evidencia frente a la hipótesis nula, en este caso, ninguna diferencia entre las proporciones. El análisis estadístico consideró el efecto del plan de muestreo y las probabilidades desiguales de selección. Los datos se analizaron en el software Stata 14.0, que analizó las estimaciones teniendo en cuenta los efectos del complejo diseño de la muestra de la encuesta.
La PNS fue aprobada por la Comisión Nacional de Ética en Investigación para Seres Humanos del Ministerio de Salud (Dictamen 328 159, del 26 de junio del 2013). Todos los participantes fueron consultados, informados y aceptaron participar en la investigación.
RESULTADOS
La prevalencia de hipertensión mencionada fue del 54,1% (IC95%:52,1-56,1) y, en promedio, el diagnóstico se produjo a los 54,4 años de edad (IC95%:53,5-55,3). Para el conjunto de los adultos mayores (n=7.712) con edad ≥65 años e individuos con hipertensión arterial, la edad media fue de 73,5 años (IC95%:73,2-73,7) y la mayoría eran mujeres (56,2%), de hasta 74 años (62,8%), blancas (54,8%), casadas (53,7%), sin educación/con enseñanza primaria incompleta (75,7%), y el 68,3% no tenía un plan de salud. Se estimaron prevalencias de hipertensión arterial del 48,6% (IC95%:45,4-51,7) en los hombres y del 58,4% (IC95%:55,9-60,9) en las mujeres (datos no presentados).
En el caso de los adultos mayores del sexo masculino, se observó una mayor prevalencia en las regiones sur y sudeste en comparación con el norte y nordeste de Brasil, y entre los que vivían con un cónyuge. Entre las mujeres, la prevalencia fue mayor en aquellas con edad entre 75 y 79 años, en comparación con las de 65 a 69 años (62,0% frente a 54,3%; p<0,05) y se observó una reducción gradual de la reducción con el aumento de la escolaridad (Tabla 1).
Variables | Total % (IC95%) | Masculino % (IC95%) | Femenino % (IC95%) |
---|---|---|---|
Regiones | |||
Norte | 44,9 (39,1-50,8) | 35,4 (27,7-43,9) | 54,2 (47,4-60,8) |
Nordeste | 48,2 (45,0-51,4) | 38,4 (34,3-42,8) | 56,0 (51,5-60,3) |
Centro-oeste | 54,1 (49,0-59,0) | 48,0 (41,2-54,9) | 59,1 (52,5-65,5) |
Sudeste | 56,3 (52,9-59,7) | 54,2 (48,7-59,6) | 57,9 (53,8-61,9) |
Sur | 60,0 (55,4-64,4) | 53,4 (46,3-60,4) | 65,0 (59,6-70,0) |
Rangos de edad | |||
65-69 | 52,1 (49,0-55,3) | 49,4 (44,7-54,2) | 54,3 (50,2-58,3) |
70-74 | 54,8 (50,7-58,9) | 46,2 (39,9-52,7) | 61,9 (57,2-66,4) |
75-79 | 56,8 (52,4-61,1) | 50,2 (43,8-56,4) | 62,0 (56,2-67,5) |
80 y más | 54,3 (50,0-58,7) | 48,8 (41,5-56,2) | 58,1 (53,1-63,0) |
Raza/color de la piel | |||
Blanca | 54,7 (51,8-57,5) | 51,3 (46,8-53,2) | 57,3 (54,0-60,5) |
Negra | 58,1 (51,6-64,2) | 44,2 (33,9-55,1) | 64,9 (57,9-71,3) |
Parda | 52,5 (49,2-55,8) | 46,4 (42,1-50,8) | 58,1 (53,6-62,5) |
Otras | 45,5 (29,6-62,3) | 28,4 (12,9-51,3) | 59,6 (41,7-75,3) |
Situación conyugal | |||
Con cónyuge | 54,4 (51,5-57,2) | 50,9 (47,3-54,6) | 59,7 (55,0-64,2) |
Sin cónyuge | 53,8 (51,3-56,3) | 41,5 (36,4-46,7) | 57,6 (54,9-60,3) |
Escolaridad | |||
Sin instrucción o enseñanza fundamental incompleto | 55,3 (53,0-57,7) | 47,2 (43,6-50,7) | 61,6 (58,6-64,4) |
Enseñanza fundamental completo a secundaria completa | 52,1 (47,8-56,3) | 51,6 (44,4-58,8) | 52,4 (47,3-57,5) |
Enseñanza superior incompleta/completa | 46,9 (40,4-53,4) | 54,2 (43,7-64,3) | 39,6 (31,2-48,6) |
Plan de salud | |||
No | 53,9 (51,4-56,4) | 47,0 (43,4-50,6) | 59,5 (56,3-62,6) |
Sí | 54,5 (51,2-57,8) | 52,1 (46,3-57,9) | 56,2 (52,1-60,2) |
Fuente: IC95%: Intervalo de Confianza del 95%.
El uso de medicación para tratar la enfermedad fue reportado por el 91,7% (IC95%:90,2-93,0) de los adultos mayores y no hubo diferencia cuando se estratificó por sexo y entre sexos (p>0,05). En general, y según las características sociodemográficas, las prevalencias del uso de medicación fueron altas (por encima del 80%) y no se detectaron disparidades entre los sexos (Tabla 2).
Variables | Total % (IC95%) | Masculino % (IC95%) | Femenino % (IC95%) |
---|---|---|---|
Regiones | |||
Norte | 86,2 (79,6-90,9) | 81,9 (73,6-88,0) | 88,9 (80,3-94,0) |
Nordeste | 92,0 (89,8-93,7) | 90,5 (86,8-93,2) | 92,8 (90,1-94,8) |
Centro-oeste | 93,4 (90,1-95,6) | 91,7 (86,9-94,9) | 94,5 (89,8-97,1) |
Sudeste | 90,8 (88,0-92,9) | 90,0 (84,3-93,8) | 91,3 (88,0-93,7) |
Sur | 95,1 (92,3-97,0) | 93,1 (88,4-96,0) | 96,4 (93,1-98,1) |
Rangos de edad | |||
65 - 69 | 91,7 (89,2-93,7) | 90,3 (87,0-92,9) | 92,8 (89,1-95,3) |
70 - 74 | 91,1 (88,1-93,4) | 90,4 (86,0-93,5) | 91,5 (87,8-94,2) |
75 - 79 | 91,4 (87,6-94,1) | 90,9 (83,1-95,3) | 91,7 (87,1-94,8) |
80 y más | 92,9 (88,2-95,8) | 89,9 (77,5-95,8) | 94,6 (91,6-96,6) |
Raza/color de la piel | |||
Blanca | 92,7 (90,5-94,4) | 91,6 (87,5-94,4) | 93,4 (90,8-95,3) |
Negra | 92,1 (87,5-95,1) | 93,2 (88,9-95,9) | 91,7 (85,7-95,3) |
Parda | 89,9 (87,0-92,3) | 87,7 (82,3-91,7) | 91,6 (88,3-94,0) |
Otras | 93,7 (80,6-98,1) | 94,2 (77,4-98,7) | 93,0 (79,8-93,0) |
Situación conyugal | |||
Con cónyuge | 91,8 (89,2-93,8) | 91,2 (87,6-93,9) | 92,6 (88,7-95,2) |
Sin cónyuge | 91,6 (89,9-93,1) | 87,2 (82,4-90,9) | 92,6 (90,8-94,1) |
Escolaridad | |||
Sin instrucción o enseñanza fundamental incompleto | 91,6 (89,8-93,1) | 89,4 (85,4-92,4) | 92,8 (91,0-94,4) |
Enseñanza fundamental completa a secundaria completa | 92,5 (88,7-95,1) | 91,7 (87,6-94,5) | 93,1 (86,9-96,5) |
Enseñanza superior incompleta/completa | 91,7 (85,6-95,3) | 94,6 (88,9-97,4) | 87,7 (75,3-94,3) |
Plan de salud | |||
No | 90,9 (89,2-92,4) | 90,1 (87,6-92,2) | 91,4 (89,0-93,3) |
Sí | 93,5 (90,3-95,6) | 90,8 (82,9-95,2) | 95,3 (92,3-96,8) |
Fuente: IC95%: intervalo de confianza del 95%.
En lo que respecta al uso de los servicios y recomendaciones sobre prácticas de cuidado ofrecidas por los médicos o profesionales de salud, se comprobó que las mujeres fueron diagnosticadas más temprano (edad ≤39). El diagnóstico de la enfermedad también fue significativamente mayor en los adultos mayores con 65 años o más del sexo masculino (p<0,05).
En cuanto a las recomendaciones sobre las prácticas de control en algunas de las consultas para HA, en general, todas las opciones presentaron altas frecuencias. Tanto el mantenimiento de una alimentación saludable con frutas y verduras como la menor ingesta de sal fueron más reportados por las mujeres (p<0,05) (Tabla 3).
Variables y categorías | Total | Sexo | Valor de pa | ||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
Masculino | Femenino | ||||||
n | % | n | % | n | % | ||
Edad en el primer diagnóstico de hipertensión arterial (años) | 0,0002 | ||||||
Hasta 39 | 499 | 14,1 | 127 | 12,7 | 372 | 17, 0 | |
40 a 59 | 2244 | 55,2 | 741 | 54,5 | 1503 | 55,7 | |
60 y más | 1229 | 30,7 | 494 | 35,8 | 735 | 27,3 | |
Visita al médico/servicio regularmente debido a la hipertensión | 0,0926 | ||||||
Sí | 2570 | 63,5 | 837 | 60,4 | 1733 | 65,4 | |
No, solo cuando tiene algún problema | 1150 | 30,2 | 417 | 31,9 | 733 | 29,1 | |
Nunca va al médico | 252 | 6,3 | 108 | 7,7 | 144 | 5,5 | |
Principal razón para no visitar al médico/servicio de salud regularmente debido a la hipertensión | 0,1364 | ||||||
El servicio se encuentra muy lejos | 116 | 4,8 | 47 | 3,1 | 69 | 6,1 | |
Tiempo de espera muy largo | 107 | 6,5 | 37 | 5,2 | 70 | 7,5 | |
No lo considera necesario | 964 | 74,3 | 360 | 77,4 | 604 | 71,9 | |
Otros motivosb | 215 | 14,4 | 81 | 14,3 | 134 | 14,5 | |
Total | 1402 | 525 | 877 | ||||
Última vez que recibió cuidados médicos debido a la hipertensión arterial | 0,1735 | ||||||
Hace menos de 6 meses | 2477 | 62,8 | 806 | 60,1 | 1671 | 64,4 | |
Entre 6 meses y menos de 1 año | 413 | 9,2 | 137 | 8,9 | 276 | 9,5 | |
Entre 1 año y menos de 3 años | 367 | 9,3 | 153 | 11,7 | 214 | 7,8 | |
Hace 3 años o más | 332 | 9,1 | 121 | 9,2 | 211 | 9,0 | |
Nunca recibió cuidados | 383 | 9,6 | 145 | 10,1 | 238 | 9,3 | |
¿En alguna de las atenciones para hipertensión, algún médico u otro profesional de salud le dio alguna de estas recomendaciones? | |||||||
Mantener una alimentación saludable | 3171 | 87,8 | 1.037 | 85,4 | 2134 | 89,4 | 0,0168 |
Mantener el peso adecuado | 2985 | 82,3 | 983 | 80,0 | 2002 | 83,8 | 0,0699 |
Reducir el consumo de sal | 3277 | 90,6 | 1.096 | 88,2 | 2181 | 92,2 | 0,0127 |
Practicar actividad física regular | 2786 | 76,7 | 928 | 75,6 | 1858 | 77,4 | 0,4638 |
No fumar | 2623 | 72,9 | 923 | 74,4 | 1700 | 71,9 | 0,3523 |
No beber en exceso | 2554 | 70,7 | 908 | 72,4 | 1646 | 69,6 | 0,2838 |
Someterse a un seguimiento regular | 3140 | 87,8 | 1.052 | 88,1 | 2088 | 87,6 | 0,7436 |
Fuente: n: número de individuos en la muestra no evaluada; aValor de p de la prueba Chi-cuadrado (Rao-Scott). dificultades financieras, horario de funcionamiento incompatible con actividades de trabajo/domésticas, el plan de salud no cubre las consultas, no sabe a quién consultar o adónde ir, dificultad de transporte, otras razones no especificadas en la encuesta.
DISCUSIÓN
La prevalencia de HA referida alcanzó más del 50% en el conjunto de los adultos mayores evaluados y fue mayor en las mujeres, lo que corrobora los resultados de otras encuestas 13-15. La mayor prevalencia de HA en los adultos mayores puede explicarse por el proceso de envejecimiento vascular, que conduce al endurecimiento de la pared arterial 1. Clínicamente, la rigidez arterial se manifiesta por una hipertensión sistólica aislada, un subtipo de hipertensión que es bastante frecuente en adultos mayores y que se asocia con mayor riesgo de enfermedades cerebrovasculares 1. En el mundo, el envejecimiento fue responsable de un aumento del 90% en el número de personas con HA en el período de 1975 a 2015 6.
En las mujeres, la búsqueda de asistencia médica es mayor en relación con los hombres, hecho que aumenta la oportunidad de recibir el diagnóstico en una edad más temprana 13,15,16. Sin embargo, datos de la Organización Mundial de la Salud indican que la prevalencia de HA en adultos es mayor en los hombres (29,2%) que en las mujeres (24,8%), así como en la región de las Américas (26,3% frente al 19,7%) 17. En Brasil, la prevalencia de HA por el criterio autorreferido fue mayor en las mujeres (24,2% frente al 18,3%), pero por el criterio medido fue superior en los hombres (25,8% frente al 20,0%) 18. En la región de América Latina y Caribe, la prevalencia de HA en adultos fue del 39,1%, sin diferencias significativas por sexo 19.
En este estudio, la prevalencia de HA fue mayor en las regiones sur y sudeste en relación con el norte y nordeste, tanto en el conjunto de adultos mayores como en el sexo masculino. Las disparidades en los niveles de educación e ingresos, en el acceso y uso de los servicios de salud, y en la esperanza de vida, pueden explicar las diferencias entre las macrorregiones del país 14,15,18,20. La información de la PNS 2013 señala desigualdades en el acceso al diagnóstico de DCNT, que varían del 39,0%, en el norte, al 53,2%, en el sur, y en la esperanza de vida saludable a los 60 años, que va de 15,3 años (norte) a 18,8 años (sudeste) para los hombres, y de 17,9 años (nordeste) a 21,6 años (sudeste) para las mujeres 20. En las regiones de Brasil (2014), la tasa de mortalidad asociada a las enfermedades hipertensivas fue de 2,56 (nordeste), 2,39 (sudeste), 2,06 (sur), 2,03 (centro-oeste) y 1,26 (norte) por cada 10 000 habitantes 2, lo que denota la importancia de las políticas de promoción de la salud, de las acciones asistenciales y de la superación de las desigualdades sociales para el control de la enfermedad.
En las mujeres se observó una reducción de la prevalencia de la hipertensión con un aumento de la escolaridad del 61,6% al 39,6%. En el segmento de baja escolaridad, a diferencia de las mujeres, los hombres presentaron una menor prevalencia de la enfermedad. La mayor carga de enfermedades crónicas entre los segmentos poco escolarizados y la mayor demanda de mujeres por servicios de salud justifican las diferencias encontradas 16,21,22. Los datos de ELSI-Brasil (2015-2016) muestran que la prevalencia de un control adecuado de la HA fue superior en los individuos con cuatro años o más de estudio (PR=1,12; IC95%:1,03-1,22) y en los de mayor nivel socioeconómico 23. Los adultos mayores más instruidos demuestran ser más receptivos ante las recomendaciones sobre alimentación saludable, control del peso corporal, práctica de actividad física y seguimiento médico regular, en comparación con los adultos mayores menos instruidos 24.
También se debe tener en cuenta la evaluación del letramiento/alfabetismo funcional en materia de salud y la relevancia de personalizar la comunicación entre los profesionales y los usuarios para asegurar la promoción de la salud y el tratamiento de las enfermedades crónicas 25-27. En las unidades de atención primaria de la salud de gama/distrito federal, se observó una probabilidad dos veces mayor de presión arterial no controlada en los adultos mayores hipertensos con alfabetismo funcional en materia de salud inadecuado 26.
Sin embargo, los individuos con mayor instrucción y letramiento funcional en materia de salud presentan un control más adecuado de la enfermedad (con ello demuestran su capacidad cognitiva para comprender y aplicar la información sobre salud para el autocuidado) 14,23-26,28,29 y un menor riesgo de mortalidad por todas las causas y por enfermedad cardiovascular 26,30. Así, cabe resaltar la importancia de adecuar el vocabulario médico y verificar si el paciente comprendió las orientaciones habladas/escritas en el enfoque rutinario de la atención primaria a la salud.
En este estudio, casi el 92% de los adultos mayores relataron el uso de medicación para el tratamiento de la HA, sin diferencia entre los sexos, como se verificó en la literatura 8,23,28. Los datos de la encuesta telefónica Vigitel (2017) muestran que el uso de medicación entre los adultos mayores hipertensos llegó al 80,0% 31. En Brasil, los medicamentos para el tratamiento de la HA y de otras condiciones de salud están disponibles gratuitamente para toda la población 32. La medicación es fundamental para el control de la HA en los adultos mayores, pero el tratamiento farmacológico requiere el seguimiento por parte del profesional de la salud, la reevaluación de la prescripción médica, orientaciones sobre el uso de medicación, el monitoreo de las medidas de presión arterial, así como el estímulo para adoptar de un estilo de vida saludable 10,28,29. Los hallazgos del estudio ELSI-Brasil indican que poco más de la mitad de la población tratada con antihipertensivos (51,1%) presentaba un control adecuado de la HA, lo que revela que, además de la oferta gratuita de medicamentos, es necesario adoptar medidas para garantizar el uso adecuado de la medicación prescrita, el derecho a recibir asistencia médica individualizada y respaldada en la condición de salud, y que permitan cambios en los hábitos de vida 3,23.
El diagnóstico de la hipertensión fue más tardío en los hombres, resultado que podría deberse a la sobremortalidad masculina 33, por lo cual es preciso destacar que es necesario adoptar medidas orientadas a la promoción de la salud del hombre para fomentar el autocuidado y la demanda de los servicios de salud 34; entre dichas medidas, la ampliación del horario de atención de la red de asistencia a la salud para potenciar la oportunidad de diagnóstico, tratamiento precoz y orientaciones sobre las enfermedades.
También se observó que la mayoría de los adultos mayores (74,1%) no consideraban necesario visitar regularmente al médico/profesional de la salud a causa de la hipertensión y que el 62,7% recibieron asistencia médica en los últimos seis meses. En el municipio de Campinas (São Paulo, Brasil) el 28,4% de los adultos mayores no visitaban regularmente al médico/servicio a causa de la enfermedad y la principal razón era que no lo consideraban necesario 35.
La HA es una enfermedad silenciosa y asintomática que puede inducir a la persona a no someterse al seguimiento necesario, por lo cual es importante el vínculo entre el profesional de la salud y el paciente para que el tratamiento no se caracterice únicamente por la demanda y oferta del medicamento 3,36. Para una mayor efectividad de la asistencia prestada, se debe tener en cuenta la singularidad del sujeto, valorar los saberes, las experiencias y fomentar el autocuidado. En un estudio sobre la percepción de los trabajadores de enfermería en relación con el cuidado del adulto mayor hipertenso, se identificaron, como elementos que favorecen el cuidado, la territorialización, las alianzas, la proactividad de los profesionales y el vínculo del usuario con el equipo 36.
En cuanto a las recomendaciones para el control de la enfermedad recibidas en alguna de las atenciones para la hipertensión, en general, todas presentaron frecuencias altas. En los adultos mayores del municipio de Campinas, el uso de medicación de rutina (94,4%), las consultas de rutina (83,6%) y la dieta sin sal (40,9%) fueron las prácticas de control más frecuentes, mientras que la actividad física y el régimen para mantener/perder peso fueron mencionados por solo el 15,5% y el 4,1% de los individuos hipertensos, respectivamente 37. Los adultos mayores hipertensos que controlan inadecuadamente la presión arterial tuvieron una probabilidad casi 3,5 veces mayor de no adherirse a la práctica de ejercicio físico y dieta 26. Las directrices nacionales e internacionales indican que la restricción de la sal, la ingesta moderada de alcohol, el consumo recomendado de frutas y verduras, la reducción de peso/mantenimiento del peso corporal ideal, la práctica regular de actividad física y el abandono del tabaco son conductas en salud que contribuyen a la reducción de los niveles de presión arterial alta 1,9,10. El aumento del consumo de productos lácteos por día, como la leche y el yogur, así como de frutas y verduras, dio lugar a la pérdida de casi 5kg de peso corporal y a una reducción de la presión arterial a lo largo de seis meses de intervención 38.
En resumen, los resultados de este estudio presentan las discrepancias entre hombres y mujeres de edad avanzada en la prevalencia informada de la HA y señalan el alto uso de medicación antihipertensiva durante el tratamiento. Se destaca la necesidad de intervenciones educativas sobre la enfermedad para los adultos mayores, pero especialmente entre los hombres, con el objetivo de promover el autocuidado, la búsqueda de asistencia médica, ampliando el control de la hipertensión y, como consecuencia, previniendo los eventos cardiovasculares y la mortalidad precoz ♦