INTRODUCCIÓN
El concepto de infidelidad se desarrolla en el contexto del noviazgo y matrimonio debido a que son prácticas románticas, de vinculación, compromiso y apoyo, en las que se establecen acuerdos que deben ser respetados por cada uno de los integrantes (Sánchez et al., 2011). Por este motivo, se debe tener en cuenta la existencia de factores que ponen en riesgo la misma, para evitar que el vínculo se disuelva y la relación funcione de manera adecuada (Bastida, Valdez-Medina, González & Rivera, 2012).
Cuando se presentan inconvenientes, alguno de los integrantes de la pareja se encuentra motivado a buscar el placer que necesita, para cubrir sus carencias, fuera de la relación establecida -casados o no y que cohabitan o no- (Lewandowsky & Ackerman, 2006; Romero-Palencia, Del Castillo & Díaz-Loving, 2008), rompiendo el compromiso de lealtad sentimental entre los involucrados y traicionando la promesa y expectativa de exclusividad hecha por cada uno de los integrantes (Baizan, 2009; Romero-Palencia et al., 2008; Hernández-Ramos, 2018), a esto se le conoce como infidelidad.
La literatura plantea cuatro formas características en las que se puede presentar la infidelidad: la infidelidad sexual, la cual hace referencia a la conducta sexual y la realización de actos eróticos con una persona fuera de la relación establecida, independientemente si se cuenta con el consentimiento de la pareja o no; la infidelidad emocional, la cual abarca la existencia de un vínculo afectivo -caracterizado por atención, expresión de afecto, interés y dedicación de tiempo- con otra persona diferente a la pareja (Sotera, 2013; Varela, 2014; Neri et al., 2018). Por otro lado, la infidelidad cognitiva o de pensamiento, entendida como el pensar y desear a una persona diferente a la pareja (Sotera, 2013); y finalmente, la infidelidad virtual, la cual hace referencia a aquella relación romántica y/o sexual iniciada en línea a través de conversaciones o encuentros aleatorios en salas de chat eróticas (Mao & Raguram, 2009).
El concepto de infidelidad, está en gran medida influenciado por la cultura en la cual se desenvuelve cada individuo debido a que en cada una existen reglas y leyes que condicionan, limitan y organizan las formas en las que se pueden dar las relaciones (Martín, 2004; Figueroa, 2015). Por esta razón, un acto de infidelidad puede considerarse como tal según el entorno socio-cultural en el que se presente; esto quiere decir que el concepto de infidelidad, sus motivos y consecuencias se han construido, regulado y transformado por cada sociedad.
A través de la información proveniente del mundo externo, el ser humano es capaz de interpretar, representar y formar modelos mentales que permitan la organización de esta información a través de las capacidades mentales -sensación, percepción, atención, memoria, pensamiento, lenguaje e inteligencia-, para dar una respuesta adecuada según la situación que se presente y en base a su realidad mental; a esto es lo que Rodríguez (2007) denomina, cognición. Autores como Gutiérrez-Rodríguez & Guzmán-Gutiérrez (2017), afirman que esta capacidad permite al ser humano desarrollar una vida sin dificultades, al resolver problemas y procesar correctamente la información del ambiente para recordarla y utilizarla posteriormente.
Esto quiere decir que la organización de la información se da a partir de las experiencias que un individuo ha tenido, lo que lo lleva a responder de ciertas maneras según la situación a la que se enfrente, los motivos que influyeron en estas conductas y las consecuencias de las mismas. Haciendo referencia a la infidelidad, el individuo ha generado esquemas mentales -a partir de la experiencia directa e indirecta- que le permiten comprender este fenómeno y, a partir de su propio criterio y de las pautas dadas por la cultura, establecer las causas, los motivos y las consecuencias que este acto podría generar en su relación de pareja.
Motivo, se entiende como aquella causa o razón que impulsa y dirige el comportamiento de un individuo (Valderrama, 2018). Esto quiere decir que un motivo explica el porqué de una acción, en este caso, una conducta de infidelidad; la cual puede ser ocasionada por la probabilidad de obtener beneficios múltiples como el buen humor, un estado de excitación mayor, la formación de un vínculo y/o una conexión emocional con el nuevo compañero, novedad, curiosidad y encuentro de nuevas experiencias (Bringle & Buunk, 1991; Martín, 2004; Sirvent, 2011); y el escape de problemas - de comunicación, comprensión, entendimiento, gratificación sexual, falta de amor, carencias afectivas, situaciones estresantes y traumáticas, presión social, aburrimiento, soledad maltrato y rechazo- que se pueden presentar en la relación de pareja (Martín, 2004; Camacho, 2004; Bastida et al., 2012).
Los motivos de la infidelidad femenina son diversos. Autores como Lemaire (1986), afirman que esta se da por el abandono o rechazo de su pareja, Tordjman (1989) menciona que puede ser por venganza, Varela (2014) afirma que estos se basan en la búsqueda de mayor excitación sexual, el sentirse especial o admirada. Por otro lado, los hombres lo hacen por una necesidad biológica (Buss, 2005), novedad (Varela, 2014) y por las pautas culturales de permisividad y aceptación de este tipo de conductas. Esto quiere decir que los motivos de la infidelidad abarcan la insatisfacción dentro de la relación-necesidad afectiva, carencia de amor- y la búsqueda de novedad y variedad sexual (Romero, Riviera & Díaz-Loving, 2007).
Por esta razón, cualquier motivo mencionado anteriormente puede llegar a causar el acto de infidelidad; dependiendo de la cultura, las creencias y las actitudes que tiene el individuo sobre este fenómeno, se pueden generar consecuencias positivas o negativas.
Turliuc & Scutaru (2014) afirman, que el cometer un acto de infidelidad trae un efecto negativo que supera cualquier beneficio potencial; esto se debe a que quien comete el acto siente culpabilidad, sentimientos encontrados y contradictorios debido a los estándares morales y personales que han incumplido; y sus parejas experimentan emociones negativas relacionadas con el sentimiento de traición, desilusión, enojo, celos y desconfianza (Buunk, 1995; Martín, 2004). Además, cometer una infidelidad puede provocar la inestabilidad y la disminución en la calidad de la relación de pareja, dañándola de forma irreversible (Contreras, Guzmán, Alfaro, Arraya & Jiménez, 2011). Por otro lado, Martín (2004) afirma que puede haber consecuencias positivas para la relación de pareja debido a que hay un fortalecimiento de la pareja y una revaloración de la misma.
Sin embargo, los motivos y las consecuencias de una infidelidad se ven determinadas por el tipo de infidelidad, la situación en la que se produjo y la percepción del individuo ejecutor o receptor (Torres, Torres & Riveros, 2016). Por lo anterior, resulta pertinente conocer cuál es la percepción de infidelidad que tiene un individuo, para unificar este amplio concepto, con el fin de que sea medible de una manera objetiva.
Diversos autores han intentado medir las diferentes dimensiones de este concepto a través de los siguientes instrumentos: a) Cuestionario de elección forzada de Buss, Larsen, Western & Semmelroth (1992), se pedía a los participantes que eligieran la situación más angustiante para ellos entre imaginar a su pareja formando un vínculo emocional profundo con otra persona o imaginándola disfrutando de una relación sexual con otra persona; b) Cuestionario de Infidelidad realizado por Yeniceri y Kökdemir (2006), el cual consiste en 24 ítems en una escala tipo Likert de 1 a 5, en donde 1 hace referencia a “nada importante” y 5 a “muy importante”, para medir las causas o motivos por los cuales un hombre y una mujer pueden ser infieles; c) Inventario Multidimensional de Infidelidad (IMIN) de Romero et al. (2007) cuenta con subescalas que miden la conducta infiel, los motivos, las creencias y las consecuencias de la infidelidad en los tipos de infidelidad sexual y emocional.
Los instrumentos antes mencionados se centran en la medición de la conducta infiel, la actitud que se tiene hacia la infidelidad, los motivos por los cuales se produce y las consecuencias que este trae a partir de los tipos de infidelidad sexual y emocional. Ninguno de ellos se enfoca en el conocimiento de las estructuras cognitivas de cada individuo y en los cuatros tipos de infidelidad expuestos anteriormente. Es por ello, que a través del desarrollo de la Escala de Evaluación Cognitiva de la Infidelidad, se puede llegar a una correcta y completa comprensión del fenómeno, dando lugar a una unificación del concepto a estudiar de una forma válida y confiable.
La creación de esta escala resulta importante debido a que la problemática de la infidelidad ha ocurrido en gran parte de la población; se estima que alrededor del 50 % de las personas han estado involucradas en un acto de infidelidad (Fisher, 1992). Eso se debe a que es un fenómeno motivado por los impulsos del ser humano, que trae consecuencias positivas a corto plazo -novedad, afianzar la relación sentimental y facilitar la revaloración del otro-; pero representa un problema, según la cultura, a partir de las consecuencias negativas que este puede generar -debilitamiento del vínculo, rompimiento de la relación sentimental y/o acceso a la violencia- en una relación.
Por este motivo, el objetivo de este estudio fue diseñar y validar una escala cuya finalidad fuera evaluar la percepción de las personas frente a la infidelidad, debido que, al indagar y comprender este fenómeno, se puede acceder de manera objetiva a las causas, motivos y consecuencias que cada individuo le otorga a los diferentes tipos de infidelidad -sexual, emocional, cognitiva y virtual-, con el fin de establecer acuerdos, entender la importancia de los motivos que llevarían a cometer un acto de infidelidad y conocer las consecuencias que este acto traería a los individuos involucrados en la experiencias romántica de noviazgo y matrimonio.
MÉTODO
Tipo de estudio
La presente investigación, de acuerdo con Montero & León (2007) es de tipo instrumental debido a que se orientó al diseño, desarrollo y validación psicométrica de una escala que evalúa la cognición -motivos y consecuencias- que posee un individuo frente a la infidelidad.
Participantes
Se contó con la participación voluntaria de 301 sujetos de la población general, 185 mujeres (61,46 %) y 102 hombres (38,54 %), entre los 18 y 70 años de edad ( = 29.84; DE = 14.07), obtenidos por un muestreo no probabilístico de bola de nieve. Este tamaño muestral fue elegido para que el análisis factorial -estadísticos KMO y esfericidad de Barlett- fuera apropiado, suficiente y pertinente. Entre los criterios de inclusión estaba tener más de 18 años, y como exclusión los patrones atípicos de respuesta, depurado con la prueba de distancias extremas de Mahalanobis.
Procedimiento
Posterior a la revisión teórica, se realizó el proceso de organización de ítems para establecer los componentes, subdimensiones, número de ítems y carga porcentual, para la creación de la tabla de especificaciones. Una vez concluida, se realizó la construcción de ítems y estos fueron sometidos a validación por jueces expertos, quienes determinaron la calidad de cada uno de ellos a partir de los criterios de redacción, pertinencia, consistencia y suficiencia, ajuste realizado a través del índice de validez de contenido (Tristán-López, 2008). A partir de los resultados obtenidos en la validación, se depuró el instrumento según la tabla de especificaciones y se realizaron las aplicaciones del instrumento por medio de la plataforma Survey Planet. Finalmente, se realizó en el programa IBM SPSS Statistics y en su aplicativo AMOS (versión 24.0) los análisis estadísticos, llevando a cabo tanto análisis factoriales exploratorios, análisis factoriales confirmatorios y análisis de consistencia interna y confiabilidad.
Análisis estadístico
Se realizó el análisis de la prueba Kaiser-Meyer-Olkin (KMO) y de la prueba de esfericidad de Barlett, con el fin de determinar la adecuación del tamaño muestral para la realización del análisis factorial (AF), esperando puntuaciones superiores a 0.7 en la prueba KMO, y significancia inferior al .05 en la prueba de esfericidad (Pérez & Medrano, 2010). El AF exploratorio se realizó con el método de extracción mínimos cuadrados no ponderados y el método de rotación Oblimin directo con todas las variables que componían el instrumento, debido a las intercorrelaciones entre los factores (Pérez & Medrano, 2010). Para la elección de los factores y los ítems, se consideraron los siguientes criterios: el reactivo debía tener una puntuación igual o superior a .3 en el indicador de extracción, el ítem solo se debía incluir en el factor con mayor puntuación, los ítems de cada factor debían poseer congruencia entre sí y un factor debía estar conformado por tres o más ítems, a excepción de aquellos en los que dos de ellos estuvieran claramente sustentados o validados por el coeficiente de consistencia interna Alfa de Cronbach y las intercorrelaciones entre los factores (Pérez & Medrano, 2010; Lévy & Varela, 2006). De igual forma, se realizó un análisis factorial confirmatorio a través de un método de máxima verosimilitud, teniendo en cuenta los siguientes indicadores de ajuste: X2/G.L. ≤ 3; Gfi ≥ .9; Agfi ≥ .9 Cfi ≥ .9; Tli ≥.9 y Rmsea<.08 (Lévy & Varela, 2006; Morata, 2017).
RESULTADOS
Tabla de especificaciones
A partir de la revisión teórica, se realizó el proceso de organización de ítems para la creación de la tabla de especificaciones con base en los componentes de la cognición -motivos y consecuencias- y los tipos de infidelidad existentes -infidelidad sexual, emocional, cognitiva y virtual- (ver Apéndice A).
Análisis de los jueces expertos
Una vez generada la tabla de especificaciones, se prosiguió con la construcción de 56 ítems -20 % más que los indicados en la tabla de especificaciones, para una mayor rigurosidad- los cuales fueron evaluados por cinco jueces expertos -dos expertos en medición y evaluación psicológica y tres expertos en Psicología aplicada al campo-.
Los ítems fueron evaluados de manera individual a partir de criterios de redacción, pertinencia y consistencia; y de manera categorial a través del criterio de suficiencia -motivos de la infidelidad sexual, motivos de la infidelidad emocional, motivos de la infidelidad cognitiva, motivos de la infidelidad virtual consecuencias de la infidelidad sexual, consecuencias de la infidelidad emocional, consecuencias de la infidelidad cognitiva y consecuencias de la infidelidad virtual-.
Los resultados suministrados por los jueces en los cuatro criterios, fueron evaluados a través del modelo de Tristán-López (2008), en el que se recomienda la conservación de los 56 ítems (IVC ˃ .6); sin embargo, para garantizar la equivalencia de la tabla de especificaciones, se eliminaron 16 ítems por similitud o sugerencias de los jueces.
Análisis factorial exploratorio
Se encontró que los datos obtenidos, denotan un tamaño muestral apropiado y suficiente para realizar el análisis factorial exploratorio (KMO = .83; Significación en prueba de esfericidad de Bartlett <.001). El índice de extracción arrojó una puntuación por encima de .3 en todos los ítems -a excepción de los ítems 3, 4, 6 y 39 cercanos a este número- indicando su conservación y se hallaron siete factores que explican el 48,64 % de la varianza total acumulada.
La distribución de cada ítem correspondiente a cada factor se puede observar en la tabla a continuación:
Ítems | Factor | ||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | |
34 | .792 | 0,084 | 0,035 | -0,119 | -0,12 | -0,082 | -0,008 |
29 | 0,678 | -0,01 | 0,033 | -0,021 | 0,06 | 0,134 | 0,103 |
33 | 0,674 | -0,1 | -0,128 | -0,019 | -0,069 | -0,102 | 0,019 |
36 | 0,66 | -0,035 | -0,088 | -0,023 | -0,196 | -0,064 | 0,052 |
28 | 0,65 | -0,131 | -0,047 | 0,011 | 0,166 | 0,128 | -0,046 |
38 | 0,606 | 0,033 | 0,025 | 0,071 | -0,132 | 0,174 | -0,097 |
35 | 0,595 | 0,081 | 0,094 | -0,129 | -0,042 | -0,049 | 0,073 |
31 | 0,496 | -0,084 | -0,105 | -0,009 | -0,141 | 0,011 | -0,003 |
30 | -0,012 | 0,772 | 0,052 | -0,048 | -0,075 | 0,015 | 0,069 |
37 | -0,047 | 0,564 | 0,055 | 0,037 | 0,041 | -0,06 | -0,135 |
32 | -0,025 | 0,561 | -0,035 | -0,109 | 0,024 | 0,118 | -0,007 |
39 | -0,1 | 0,493 | -0,114 | -0,043 | -0,089 | -0,005 | 0,012 |
40 | 0,145 | 0,438 | -0,141 | 0,2 | 0,09 | 0,017 | -0,111 |
25 | -0,051 | 0,406 | 0,083 | -0,034 | 0,158 | 0,018 | -0,276 |
22 | 0,034 | 0,377 | -0,06 | 0,11 | 0,195 | 0,141 | -0,189 |
13 | 0,049 | 0,112 | -0,807 | -0,03 | 0,031 | -0,076 | 0,072 |
15 | 0,004 | -0,006 | -0,762 | -0,045 | 0,04 | -0,041 | -0,135 |
12 | 0,024 | -0,091 | -0,736 | 0,052 | 0,086 | 0,133 | 0,035 |
14 | 0,022 | 0,02 | -0,729 | -0,111 | 0,031 | -0,08 | -0,052 |
20 | -0,025 | 0,077 | -0,595 | 0,034 | -0,168 | 0,097 | -0,056 |
8 | 0,048 | -0,056 | -0,05 | -0,722 | -0,013 | 0,147 | 0,03 |
9 | 0,079 | 0,063 | 0,01 | -0,704 | 0,1 | -0,125 | -0,12 |
10 | 0,078 | 0,03 | -0,048 | -0,578 | -0,06 | 0,094 | -0,001 |
6 | 0,032 | 0,009 | -0,191 | -0,303 | -0,03 | 0,243 | 0,124 |
24 | 0,181 | -0,04 | 0,035 | 0,048 | -0,8 | 0,139 | -0,069 |
23 | 0,307 | 0,068 | 0,053 | -0,014 | -0,638 | 0,011 | 0,098 |
1 | 0,033 | 0,105 | 0,074 | -0,003 | 0,041 | 0,623 | -0,023 |
4 | 0,067 | 0,025 | -0,012 | -0,026 | -0,002 | 0,503 | 0,069 |
2 | 0,033 | -0,022 | -0,124 | 0,023 | -0,105 | 0,485 | -0,067 |
3 | -0,076 | -0,023 | 0,005 | -0,246 | -0,096 | 0,363 | -0,092 |
17 | -0,029 | -0,024 | 0,045 | -0,058 | -0,054 | 0,012 | -0,886 |
16 | 0,029 | 0,103 | -0,044 | -0,041 | 0,114 | 0,009 | -0,625 |
19 | -0,078 | 0,071 | -0,263 | -0,006 | -0,105 | 0,002 | -0,488 |
Análisis factorial confirmatorio
Tras la depuración realizada y la estructura obtenida en el análisis factorial exploratorio, se realizó el análisis factorial confirmatorio, cuyo modelo obtenido se muestra en la Figura 1 y los coeficientes estadísticos en la Tabla 2.
Los coeficientes mostrados en la Tabla 2 refieren indicadores de ajuste del modelo entre aceptables y altos, y lo referido en la Figura 1 denota que los pesos de regresión de los errores al ítem son significativamente menores frente a los pesos del factor al ítem, lo que permite referir que el modelo muestra un apropiado ajuste y permite validar la estructura de la escala, lo que da cuenta de la validez de la misma.
Análisis de consistencia interna
Para verificar la confiabilidad interna del instrumento, se obtuvo un alfa de Cronbach general de .84 y un alfa específica para cada uno de los siete factores (ver Tabla 3), superior a .7 que evidencia una fuerte consistencia interna -a excepción del sexto factor, que arroja un alfa de Cronbach inferior a. 7. Además de ello, se realizó un análisis de confiabilidad por mitades -garantizando la equivalencia entre las partes- en donde la primera mitad arrojó un alfa de Cronbach de .73, la otra mitad un alfa de .71 y un coeficiente de dos mitades de Guttman de .87; lo que indica una fuerte relación entre las dos mitades.
FACTOR | ÍTEMS | ALFA DE CRONBACH |
---|---|---|
1 | 28, 29, 31, 33, 34, 35, 36, 38 | .871 |
2 | 22, 25, 30, 32, 37, 39, 40 | .771 |
3 | 12, 13, 14, 15, 20 | .857 |
4 | 6, 8, 9, 10 | .723 |
5 | 23, 24 | .865 |
6 | 1, 2, 3, 4 | .611 |
7 | 16, 17, 19 | .752 |
Finalmente, se realizaron los análisis de correlación entre ítem-total y alfa de Cronbach si se elimina el reactivo para cada factor. Con estas, se pudo observar correlaciones ítem-ítem positivas y superiores a .3 y una disminución del alfa de Cronbach si se elimina el ítem, esto en todos los ítems.
DISCUSIÓN
Dado que la infidelidad es una problemática presente en la sociedad, en la cual aproximadamente el 50 % de los individuos han sido víctimas de la misma (Fisher, 1992), la creación de la Escala de Evaluación Cognitiva de Infidelidad diseñada en este estudio resulta pertinente, debido a que aborda las cuatro dimensiones de la infidelidad -sexual, emocional, cognitiva y virtual- manifiestas en la literatura, así como los motivos y las consecuencias que llevarían a una persona a cometerla.
Al analizar los resultados obtenidos en la presente investigación, cabe destacar los métodos de validez y confiabilidad llevados a cabo: la validez del contenido del instrumento se determinó a través de la tabla de especificaciones y la validez de constructo por medio de la validación por jueces expertos.
Por otro lado, el análisis estadístico, concretamente el análisis factorial exploratorio, arrojó la distribución de 33 ítems en siete factores, que explican el 48,64 % de la varianza total acumulada: el primer factor, el cual hace referencia a consecuencias positivas de la infidelidad emocional, cognitiva y virtual abarca los ítems 28, 29, 31, 33, 34, 35, 36 y 38. Estos ítems incluyen el aumento de la confianza, el fortalecimiento de la pareja y la revaloración de la misma tras un acto de infidelidad; ítems acordes a lo mencionado por Martín (2004). Por otro lado, los ítems relacionados a sobrellevar los problemas de la pareja y disminuir la monotonía al involucrarse con otra persona -29, 31 y 34-, pueden ser tomados como consecuencias de una infidelidad, pero también como motivos de acuerdo a lo dicho por Romero et al. (2007). Esto puede deberse a la justificación que tienen las personas para cometer un acto de infidelidad, al tomar los motivos de insatisfacción y búsqueda de novedad como consecuencias positivas de cometerlo.
El segundo factor denominado consecuencias negativas frente a la infidelidad (sexual, emocional, cognitiva y virtual) incluye los reactivos 22, 25, 30, 32, 37, 39 y 40. Estos ítems incluyen sentimientos de culpa, desconfianza y celos en el momento en el que la pareja comete un acto de infidelidad; estos van acorde a lo dicho por Turliuc y Scutaru (2014); Buunk (1995); y Martin (2004), ya que se han incumplido los estándares morales -determinados por la cultura- y los estándares personales -incluidos los de la pareja-.
El tercer factor, motivos de la infidelidad cognitiva y virtual, comprende los ítems 12, 13, 14, 15 y 20; los cuales implican el pensar, imaginar e idealizar planes a futuro con una persona diferente a la pareja. Esto corresponde a lo dicho por Sotera (2013) al denominar la infidelidad cognitiva como el pensar y desear a una persona diferente a la pareja. Sin embargo, el ítem 20 corresponde a un motivo de la infidelidad cognitiva -mantener contacto virtual con una persona con la que se tuvo un vínculo sexual y/o emocional- el cual puede estar incluido en este factor al mantener contacto con la persona con la que se tuvo un vínculo emocional y/o sexual anteriormente.
El cuarto factor denominado motivos de infidelidad emocional contiene los reactivos 6, 8, 9 y 10; acordes a la definición de infidelidad emocional dada por Sotera (2013), Varela (2014) y Neri et al. (2018). Esto se debe a que las personas pueden llegar a ser infieles si otra persona diferente a la pareja, muestra interés, atención, afecto y mayor compatibilidad. Por otro lado, el quinto factor incluye los ítems 23 y 24 y hace referencia a consecuencias positivas de la infidelidad sexual; este factor se dejó de dos ítems, aun cuando se recomiendan al menos tres indicadores por variables, sin embargo se decide su conservación debido a la utilidad de la variable latente (consecuencias positivas percibidas ante la infidelidad sexual), y que es posible conservar factores de dos reactivos si se demuestra la intercorrelación de los factores (Lévy & Varela, 2006). Estas consecuencias percibidas como positivas en la infidelidad sexual, pueden relacionarse con la explicación dada para los ítems 29, 31 y 34 ya que las personas los pueden utilizar como justificación en el momento de cometer una infidelidad.
El sexto factor denominado motivos de infidelidad sexual, abarca los reactivos 1, 2, 3 y 4; la composición de este factor, muestra coherencia con lo dicho por Varela (2014) al afirmar que la infidelidad femenina se da por la búsqueda de mayor excitación o variedad sexual -ítems 2 y 3- y a lo dicho por Buss (2005) al afirmar que los motivos de la infidelidad masculina vienen dados por una necesidad biológica -ítems 1 y 4-. Finalmente, el séptimo factor motivos de infidelidad virtual incluye los ítems 16, 17 y 19; demostrando la consideración de la infidelidad virtual como uno de los tipos de infidelidad existentes en la actualidad. Estos siete factores representan la manera cómo la muestra percibe, actúa y concibe la infidelidad, sus motivos y consecuencias tanto positivas como negativas.
A pesar de que el número de participantes alcanzados en este estudio estuvo soportado por la prueba KMO y un alfa de Cronbach general de .84, se considera pertinente ampliar el tamaño muestral y utilizar métodos de selección probabilísticos, para lograr una mayor rigurosidad en la muestra y con ello, en el análisis factorial para que este arroje factores con mayor coherencia y suficiencia. Por otro lado, el ámbito de aplicación y la forma de aplicación son tomadas como limitaciones de este estudio, debido a que a pesar que esta prueba puede ser suministrada a adolescentes y a adultos con habilidades cognitivas básicas de comprensión lectora, el estudio actual se enfocó únicamente en adultos -estudiantes o empleados mayores de 18 años-. Es por esto, que para futuras investigaciones se recomienda abarcar un mayor rango de edad, haciendo inclusión de los adolescentes y un mayor rigor en el momento de aplicar la escala. Asimismo, para futuras investigaciones se puede evaluar la relación que existe entre los cuatro tipos de infidelidad y los celos, así como réplicas de esta investigación, con pruebas de invarianza por edades, sexo y otras variables de interés, y una evaluación temporal de la escala, encaminada a la validez predictiva.
Finalmente, esta prueba puede considerarse pionera en su campo debido a que puede ser utilizada de forma válida y confiable como tamizaje de la percepción de los motivos que llevarían a una persona a cometer un acto de infidelidad y las consecuencias que esto produciría en su relación de pareja, a través de la evaluación de las cuatro dimensiones de la infidelidad y las estructuras cognitivas de cada individuo. Por lo mencionado anteriormente, esta Escala puede ser de gran utilidad para el campo de la Psicología Clínica, concretamente para la terapia de pareja, ya que al tener claro el concepto de infidelidad que maneja cada uno de los integrantes, los motivos que llevarían a cometer un acto de infidelidad y las consecuencias que traería para la pareja, se podrían establecer acuerdos y estrategias para disminuir la probabilidad de ocurrencia.
Conflictos de interés: Los autores declaran que el trabajo no está asociado a conflicto de interés alguno.