Introducción
La competitividad se refiere al grado de efectividad y a la capacidad del sistema empresarial o de un país para lograr crecimiento y rentabilidad en el mercado frente a los competidores. Cumple una función trascendental en términos de productividad para generar bienestar y posicionamiento en las empresas y en la economía nacional.
Si bien el crecimiento de Colombia ha superado las cifras históricas de las últimas dos décadas, no muestra un gran avance en comparación con otros países. El desarrollo de la economía colombiana en un contexto regional o mundial contiene déficits estructurales, no solo el relativo retraso en el crecimiento frente a otros países de la región, sino también la sostenibilidad a largo plazo de la actual estructura productiva, por lo que es necesario aunar esfuerzos para mejorar la producción en los diferentes sectores, especialmente la agricultura y la industria (Reina et al., 2013).
Cuando una economía está liderada por un nivel alto de competitividad en el ranking que le permite mejorar su posición en el índice de competitividad nacional significa que es una economía próspera y productiva. Sin embargo, la brecha de competitividad de Colombia aún es grande; mejorar la calidad de vida y el bienestar de los habitantes de la región y del país requiere incrementar los indicadores de competitividad.
Actualmente, la importancia de la competitividad del país sigue siendo relevante en cuanto a la capacidad de enfrentar la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19, recuperar el crecimiento económico para remediar sus efectos y retomar los avances de bienestar logrados en los últimos años. Esto requiere un plan de desarrollo basado en el aumento de la productividad y la competitividad del país (Consejo Privado de Competitividad [CPC], 2020). Además, los problemas de competitividad aumentan con la trasparencia y eficiencia de las instituciones (Niño Rodríguez et al., 2018; CPC, 2020).
Sin embargo, los esfuerzos para incrementar la competitividad del país para así mejorar la calidad de vida de los ciudadanos deben estar alineados con el diseño y la implementación de políticas públicas que fortalezcan la institucionalidad, el comercio y las relaciones bilaterales entre los países donde las políticas financieras estén en armonía con los planes a implementar (Niño Rodríguez et al., 2018). De igual manera, mejorarla del país requiere de la articulación de proyectos entre los sectores público y privado para mejorar los factores que inciden en la competitividad nacional (SNRCI, 2020).
No obstante, el problema surge cuando, a pesar de encontrar algunos informes sobre la competitividad del país, no se contaba con una investigación que hubiera presentado el panorama de la competitividad de Colombia frente a los países latinoamericanos para el periodo 2010-2021; tampoco hay evidencia de publicaciones empíricas que emplearan documentos de organismos gremiales, gubernamentales y sectoriales para analizar los indicadores internacionales de competitividad nacional en el mismo periodo para acceder a un conocimiento amplio y profundo. Ante esta situación, surgieron las preguntas de investigación: ¿Cuál es el panorama de la competitividad de Colombia frente a los países de América Latina en el periodo 2010-2021? ¿Qué acciones se pueden recomendar para mejorar la competitividad del país?
A partir de ellas, y considerando la relevancia de la competitividad de Colombia en el desarrollo social y económico del país y el adelanto de la competitividad frente a otros países surgió la inquietud por la brecha en competitividad para el país. De esta forma, el objetivo principal fue analizar la competitividad de Colombia frente a los países de América Latina en el periodo 2010-2021 para con base en este identificar los avances y principales desafíos y recomendar ciertas acciones que conduzcan a mejorar el desarrollo de la competitividad en el país y las regiones.
El artículo se dividió en tres grandes secciones. La primera parte contiene el marco teórico, el cual presenta los antecedentes que se encontraron en el campo académico que fueron objeto de análisis y discusión. A continuación, se explica la metodología de la investigación, los resultados y la discusión de los hallazgos de la investigación, la cual consta de dos partes. La primera trata sobre el análisis de la competitividad de Colombia frente a América Latina en el periodo 2010-2021. En la segunda, se analizaron los departamentos del país; en la primera y la segunda fase se identificaron los avances y principales desafíos y a partir de esto se propusieron algunas recomendaciones que conduzcan a mejorar la competitividad en el país y las regiones. Finalmente, se presentan las conclusiones.
Marco teórico
El concepto de competitividad ha despertado interés en varios campos por ser importante para el desarrollo regional y la economía nacional. Para efectos de esta investigación, el concepto se aborda a partir de la competitividad del país. Porter (1982) analiza los factores endógenos y exógenos con base en la teoría de la competitividad y define las implicaciones estratégicas apropiadas en diferentes entornos competitivos para que las condiciones del mercado giren a favor de la industria y el entorno socioeconómico. Por su parte, Rojas y Sepúlveda (1999) señalan que el término ha pasado por un "proceso evolutivo el cual incorpora nuevos elementos tales como cambios tecnológicos, productivos y organiza-cionales". Para Burbano Vallejo et al. (2011), el concepto de competitividad ha cambiado a lo largo del tiempo y aparece paralelamente en dos campos: la macroeconomía, que incluye los agregados económicos, y la microeconomía, donde se evalúa la competitividad en sectores, empresas y productos.
Avendaño Mancipe y Garzón Camacho (2014) señalan que la competitividad está determinada por la productividad del país en el manejo de las personas, la economía y los recursos naturales; el punto de partida son las fuentes de desarrollo que posee el país, por lo que el modo de vida está determinado por la productividad de su economía, que se mide por el valor de los bienes y servicios producidos de acuerdo con sus recursos naturales, humanos, la economía y la eficiencia con la que se pueden producir.
Corredor González (2015) establece que la competitividad es una herramienta axiomática que se refiere a la intención y operación de las políticas y acciones del país, así como a la acción de mejorar sus referentes de buenas prácticas a partir del cumplimiento de estándares internacionales que facilitan la entrada y acceso a nuevos mercados y la incursión diversificada en iniciativas empresariales. Niño Rodríguez et al. (2018) señalan que esta se puede analizar desde dos ángulos: una serie de factores que indican el nivel de productividad y como un medio del crecimiento continuo del bienestar humano. Argumentan, además, que la competitividad actualmente es definida por una serie de posiciones establecidas por escuelas y organismos internacionales relacionadas con la evaluación sobre la viabilidad de los países en ese tema. Medeiros et al. (2019) contemplan el concepto de competitividad como eficiencia, ya que el objetivo es saber cómo funcionan los países en desarrollo, para ese propósito es importante el análisis de los factores diferenciales. Por lo tanto, la competitividad es la capacidad de una organización para desarrollar y aplicar estrategias competitivas que permitan un crecimiento sostenido de la cuota de mercado. Asimismo, el Foro Económico Mundial (FEM) señala que la competitividad nacional es un conjunto de instituciones, políticas y factores que indican la productividad del país (SNCCTI, 2016) y debe mantenerse un crecimiento sostenible del PIB per cápita. Lo que todas estas posturas tienen en común frente a la competitividad (figura 1) es que esta se refiere al análisis de los factores que inciden en la productividad del país y, con ello, el incremento en la prosperidad de la economía nacional (SNCCTI, 2016).
Finalmente, la competitividad cumple su principal función de crear diferenciación y ventaja competitiva en las empresas y la economía nacional. Se convierte en una condición necesaria para generar nuevos escenarios de posicionamiento a nivel nacional e internacional. Una ventaja competitiva o ventaja diferencial es "una característica de una organización que es claramente reconocida por el mercado y que la diferencia de sus competidores ofreciendo mayor valor al mercado objetivo" (Limas Suárez, 2012). Asimismo, Suñol (2006)) afirma que lograr una competitividad verdaderamente sostenible en el largo plazo requiere de la implementación de diversas políticas que permitan superar los obstáculos existentes para alcanzar dicha competitividad. Por tanto, es necesario entender el problema y crear mecanismos para que las economías menos desarrolladas puedan ver procesos viables de desarrollo o al menos el crecimiento de algunos sectores.
En estudios previos, autores como Montoya et al. (2010) investigaron los principales factores que afectan la competitividad de las pymes colombianas y analizaron las dificultades que enfrentan, especialmente las macroeconómicas y microeconómicas, para contribuir a mejorar la competitividad. Su análisis se basa en indicadores internacionales como el Índice de Competitividad (2009) del Institute for Management Development (LMD), de Suiza; el Índice de Competitividad Global 2009, y el Índice de Facilidad para Hacer Negocios (Doing Business, DB) del Banco Mundial 2010. Concluyen que, como una oportunidad para mejorar la competitividad, es necesario que se fortalezca la composición de las empresas cuidando las condiciones internas para crear condiciones políticas y económicas que puedan mejorar y superar las dificultades derivadas de su tamaño. Finalmente, como solución a estos problemas, proponen la integración entre empresas, que ha demostrado ser la opción más eficaz para avanzar rápidamente en esta materia.
En su investigación, Puentes Buitrago (2019) analiza la competitividad del país frente a países altamente competitivos con base en el Índice de Competitividad Global (ICO). El informe concluye que la base esencial de la competitividad de un país está asociada con el uso racional de los recursos y dotaciones factoriales, es decir, costes/precios más bajos en comparación con los competidores; la productividad; la realización de programas de investigación y desarrollo (I+D) para la obtención de nuevos conocimientos, innovaciones y patentes, así como utilizar las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para comunicarnos sin importar la distancia y desarrollar actividades entre las personas y las empresas.
Solano Benavides y Alandete Brochero (2020), por su parte, analizan la competitividad regional de Colombia a partir de la teoría económica y determinan su vínculo con el PIB de los departamentos. Como resultado principal encuentran 7 indicadores de competitividad relacionados con la teoría económica: el índice de aglomeración muestra un alto nivel de diferencia entre departamentos; la fuerza centrífuga se refiere a factores de la tierra y mineros; hay serias deficiencias en infraestructura; el capital humano es el que muestra menor desigualdad por la cobertura educativa en los departamentos; la economía geográfica también muestra baja desigualdad, lo que indica menores costos de transporte en el país; la economía institucional es el indicador con menor desigualdad entre los departamentos, y la ciencia, la tecnología y la innovación presentan la mayor desigualdad. Los resultados permiten obtener información para la formulación de políticas públicas en los departamentos.
Estos aportes tienen en común el análisis de los factores que determinan e influyen en la competitividad del país frente a indicadores internacionales (tabla 1), donde se analizan las métricas para identificar los avances y principales dificultades que enfrenta el país, especialmente de tipo macro y microeconómico, para encontrar los principales factores que contribuyen al mejoramiento de la competitividad. Coinciden al afirmar que la brecha en competitividad para Colombia aún es grande, se requiere del crecimiento en los indicadores de manera que se convierte en una condición necesaria para generar nuevos escenarios de posicionamiento nacional e internacional, lo que repercute en el bienestar económico y social del país y, a su vez, en el mejoramiento de la calidad de vida y el desarrollo poblacional de las regiones y del país.
Factor | Indicador | Descripción |
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Condiciones habilitantes | 1. Instituciones | Las instituciones deben operar con efectividad: incluye los marcos normativos y de gobernanza que influyen en la forma en que los individuos, las empresas y los gobiernos interactúan, invierten y crean riqueza (WEF, 2019; CPC, 2019; Acevedo Prins & Jiménez Gómez, 2015). |
2. Infraestructura | Se refiere a la capacidad de conectar todo el país a través del transporte y la comunicación acortando las distancias entre regiones, e integrando y conectando sectores y mercados que pueden desarrollarse internamente (WEF, 2019; CPC, 2020). | |
3. Adopción de TIC | Las nuevas TIC son un avance como herramienta interactiva que facilitan la disponibilidad y el intercambio de información, contribuyendo al progreso de la sociedad (CPC, 2020). | |
4. Estabilidad macroeconómica | La economía debe crecer de manera sostenible, por lo tanto debe existir un entorno macroeconómico estable que refleje el crecimiento económico del país para la inversión y el desarrollo empresarial (WEF, 2019). | |
Capital humano | 5. Salud y educación | Responde a desafíos estructurales en pertinencia, calidad y deserción en la educación. En salud, incluye desafíos relacionados con el acceso al sistema de salud, protección y la prestación efectiva de atención médica (CPC, 2020). |
Eficiencia de los mercados | 6. Mercado de productos | Los países con productos adecuados en los mercados satisfacen mejor la demanda, se posicionan más fácilmente y crean ventajas competitivas que impulsan la inversión privada y el crecimiento económico (WEF, 2019). |
7. Mercado laboral | El mercado laboral comprende flexibilización de los trabajadores ante políticas salariales, la creación de nuevos cargos, la promoción por meritocracia, los incentivos salariales y la equidad de género, lo que impacta positivamente el desempeño laboral y la competitividad (WEF, 2019). | |
8. Mercado financiero | Captura los mercados financieros, crea e induce crédito para inversiones que son esenciales para la productividad, asigna sistema de pago efectivos y, por lo tanto, el sistema financiero necesita ser regulado y eficiente (CPC, 2020). | |
9. Tamaño del mercado | Se ocupa de los mercados nacionales e internacionales y del acceso empresarial a ellos. Los mercados más grandes no solo aumentan la productividad e innovación a través de economías de escala, sino que expanden los mercados y el comercio internacional, lo que conduce a la acumulación de capital, la adopción de nuevas tecnologías, la transferencia de conocimientos y el crecimiento económico (WEF, 2019; CPC, 2020). | |
Ecosistema innovador | 10. Dinamismo empresarial | La dinámica empresarial impulsa la productividad, crea e innova productos, modelos de negocios e incrementa operaciones. Esto requiere modernización tecnológica para atender la dinámica del entorno (WEF, 2019). |
11. Innovación | La innovación requiere I+D lo que lleva a la acumulación de conocimientos, desarrollo tecnológico, apoyo interdisciplinario, nuevos modelos de negocio y nuevos productos/servicios para el desarrollo económico (WEF, 2019). |
Metodología
La investigación se enfocó inicialmente, mediante el método empírico-descriptivo de tipo documental y cuantitativo, en analizar la competitividad de Colombia frente a los países de América Latina en el periodo 2010-2021 con base en indicadores internacionales de competitividad nacional; luego se compararon los departamentos y ciudades del país en el periodo 2020-2021. A partir de este análisis se procedió a identificar los avances y desafíos más importantes de la competitividad del país; de allí se plantearon algunas recomendaciones que conduzcan a mejorar su desarrollo.
Por ser empírico, buscó identificar los avances y desafíos más importantes para recomendar algunas acciones adecuadas para el desarrollo de la competitividad nacional y, por tanto, regional. Es un estudio documental porque el análisis de los indicadores internacionales de competitividad nacional se realizó en comparación con el ICO para Colombia en el periodo 20102021 con América Latina y el Índice Departamental de Competitividad en el periodo 2020-2021; el análisis se basa en el Reporte de Competitividad Global (RCG) 2016-2019 junto a su principal indicador: el ICO 2016-2020, así como el informe en relación con el Índice Departamental de Competitividad (IDC) en Colombia a partir de la fuente primaria fue la información de informes de entidades gremiales, gubernamentales y sectoriales (2010-2021).
Además, la investigación se completó con fuentes secundarias desde la literatura académica hasta artículos publicados en revistas científicas para soportar los antecedentes sobre las diferentes posiciones de análisis de los factores que determinan e influyen en la competitividad del país, lo que contribuyó en la discusión de los resultados sobre los avances y desafíos que enfrenta Colombia en materia de competitividad. De igual manera, se utilizó documentación bibliográfica, investigaciones previas y contenidos digitales para explorar los conceptos de competitividad y ventaja competitiva en el marco teórico, así como la composición de factores que influyen a partir de la teoría de la competitividad.
Finalmente, es cuantitativo, ya que se utilizó el paquete estadístico en Excel luego de la recolección, uso y estudio de los datos numéricos y posterior análisis estadístico mediante gráficos y tablas de comparación. Esto permitió interpretar las tendencias y el comportamiento de las variables y su evolución por periodos de tiempo en comparación con otras. Para la validación y confiabilidad de las variables se utilizó para análisis los indicadores internacionales de competitividad, reconocidos a nivel nacional y miden la competitividad de los países a nivel internacional.
El proceso de investigación se llevó a cabo en tres fases (figura 2). La primera correspondió a la metodología de la investigación e incluyó una revisión de informes de entidades gremiales, gubernamentales y sectoriales (2010-2021). Este proceso dio inicio al análisis de la competitividad de Colombia frente a los países de América Latina en el periodo 2010-2021 y a la definición de variables de análisis a partir de la exploración documental -organización y clasificación de la información para posterior unificación de las variables para facilitar el proceso de identificación, comparación y análisis de estas variables-.
En la segunda etapa se tabularon los datos y procesó la información. Para la recolección de la información se utilizó una matriz de compilación, donde esta se categorizó, organizó y procesó; se elaboró en formato Excel para facilitar la organización y clasificación de la fuente primaria, según las variables de análisis. En el procesamiento de la información se utilizó el paquete estadístico en Excel con el fin de recolectar, utilizar y estudiar datos numéricos para su posterior análisis estadístico haciendo uso de gráficos y tablas de comparación.
La tercera fase abordó el análisis de resultados, lo que permitió la observación e interpretación de las tendencias y el comportamiento de las variables, así como su evolución a lo largo del tiempo y frente a otras variables. Con base en este análisis, se identificaron los principales avances y desafíos en cuanto a la competitividad del país y, a partir de ello, se plantearon algunas recomendaciones que conducirían a un mejor desarrollo del país y, por ende, regional.
Resultados
La competitividad cumple una función elemental en la economía nacional por ser una condición necesaria para la creación de nuevos escenarios posicionales a nivel nacional e internacional. En esta sección se presentan los resultados del análisis de la posición competitiva del país a nivel mundial y, a su vez, su posición frente a los países de América Latina, así como la evolución de la posición competitiva de Colombia en el periodo 2010-2019 según el ICO, que mide la competitividad y evalúa los factores que impulsan la productividad y el crecimiento en economías a nivel mundial; es construido por el "Foro Económico Mundial, que mide la capacidad de un país para lograr un crecimiento económico sostenible en el mediano plazo" (SNCCTI, 2016).
Como resultado, Singapur (puesto 1) fue el país más competitivo a nivel mundial, seguido de Estados Unidos (puesto 2), Hong Kong (puesto 3), Países Bajos (puesto 4) y Suiza (puesto 5) (WEF, 2019).
En Latinoamérica y el Caribe, Colombia fue el cuarto país más competitivo de la región en el reporte para el año 2019, ascendió un puesto respecto al año anterior, después de Chile (puesto 33), México (puesto 48) y Uruguay (puesto 51). Los países menos competitivos fueron Venezuela (puesto 133), Bolivia (puesto 107) y El Salvador (puesto 103). Sin embargo, Chile se mantuvo respecto al año anterior, mientras que México y Uruguay descendieron, perdieron 2 y 1 posición, respectivamente, en el ranking (tabla 2). América Latina ha logrado mantenerse estable en medio de la crisis económica mundial, mostrando indicadores positivos en comparación con otras regiones (Avendaño Mancipe & Garzón Camacho, 2014; CPC, 2021).
Convenciones: ND = Información no disponible.
Fuente: elaborado a partir de WEF (2011; 2014; 2017; 2019) y Datosmacro.com (2019).
En 2010, Colombia ocupó el puesto 69 como el país más competitivo del mundo y el séptimo de América Latina, después de Chile (puesto 30), Costa Rica (puesto 53), Brasil (puesto 56), Panamá (puesto 58), México (puesto 64) y Uruguay (puesto 66) según el ICO. Para 2011 mejoró su posición, subió un lugar en el ranking de competitividad mundial (68 puesto), y se mantuvo en el séptimo lugar entre los países de América Latina, después de Chile (puesto 30), Panamá (puesto 53), Costa Rica (puesto 56), Brasil (puesto 58), Uruguay (puesto 66) y México (puesto 66).
En 2012, el país mantuvo su posición en el ranking (68 puesto) y descendió un lugar respecto a los países de América Latina, ocupó el octavo puesto después de Chile (31 posición), Panamá (49 posición), Brasil (53 posición), México (58 posición), Costa Rica (61 posición), Uruguay (63 posición) y Perú (posición 67). En 2013, descendió un lugar en el ranking de competitividad mundial con respecto al año anterior (69 puesto), pero mejoró su posición en América Latina al recuperar el puesto siete ocupado en el periodo 2010-2011, después de Chile (puesto 33), Panamá (puesto 40), Brasil (48 puesto), México (53 puesto), Costa Rica (57 puesto) y Perú (61 puesto).
En 2014, el país mantuvo su posición en el ranking de competitividad mundial respecto al año anterior (69 puesto), y en América Latina el séptimo lugar después de Chile (puesto 34), Panamá (puesto 40), Costa Rica (54 puesto), México (55 puesto), Brasil (56 puesto) y Perú (61 puesto). Desde 2015, el país comenzó a mejorar su posición en el ranking de competitividad mundial (posición 66), subió tres posiciones y mantuvo el séptimo lugar en América Latina, después de Chile (puesto 33), Panamá (puesto 48), Costa Rica (51 puesto), Brasil (57 puesto), México (61 puesto) y Perú (65 puesto).
En 2016, Colombia subió cinco lugares en el ranking de competitividad mundial (posición 61) y comenzó a subir frente a América Latina, se ubicó en el quinto puesto después de Chile (puesto 35), Panamá (puesto 50), Costa Rica (52 puesto) y México (57 puesto). Para 2017, el país cayó en el ranking de competitividad mundial cinco lugares (posición 66) pero mantuvo su posición en América Latina, se ubicó en el quinto puesto después de Chile (puesto 33), Panamá (puesto 42), México (51 puesto) y Costa Rica (54 puesto). Colombia mantuvo el quinto puesto por tres años consecutivos (2016-2018) en el ranking de las economías más competitivas en América Latina.
En el periodo 2018-2019, Colombia mejoró su posición en el ICO, ocupó el puesto 57 entre 141 países analizados, aumentó 3 posiciones en comparación con el año anterior (puesto 60 entre 140 países), para el 2019 ascendió un lugar y se ubicó en la posición 4 después de Chile (puesto 33), México (puesto 48) y Uruguay (54 puesto).
Entre 2010 y 2019, las economías de América Latina más competitivas fueron Chile (puesto 1), que lideró consistentemente en la región, Panamá (puesto 2) 2011-2017, Costa Rica (puesto 3), Brasil (puesto 4) y México (puesto 5) según el ICO. En 2019, los principales países de América Latina que lideraron posiciones fueron Chile (puesto 33), México (puesto 48), y Uruguay (puesto 51) los tres más competitivos de esta región, según el RCG.
Cuanto mayor sea el puntaje en los indicadores medidos por el índice, mejor quedará situado el país en el ICO. Como se puede observar, la brecha de competitividad aún es grande y estamos lejos de ella, por lo que se deben realizar esfuerzos para optimizar los recursos disponibles y mejorar la competitividad del país. Por otro lado, en "naciones competitivas, el entorno del país juega un papel importante en el éxito competitivo de las empresas, algunos entornos nacionales contribuyen más al progreso y al avance que otros" (Morales González & Pech Várguez, 2000). Este es el caso de Singapur (puesto 1), Estados Unidos (puesto 2), Hong Kong (puesto 3), Países Bajos (puesto 4) y Suiza (puesto 5), que lideraron la lista de países más competitivos.
A continuación, se muestra la evolución de la posición competitividad de Colombia a partir de dos criterios analíticos. Uno es el ICO y el otro es el ranking (posición) de competitividad del país durante el periodo 2010-2019 (figura 3). En 2010, Colombia, con una puntuación de 57.91 en el índice de competitividad global, se ubicó en el puesto 69 de 141 países analizados (Figura 3). Para 2011 mejoró su posición, subió un lugar (puesto 68) respecto al año anterior, el índice pasó de 57.91 (posición 69) a 59.18 en 2011 (posición 68). En 2012, el país mantuvo su posición en el ranking de competitividad mundial (puesto 68), a pesar del aumento en el índice de 59.18 a 60.04. En 2013, Colombia descendió un lugar en el ranking de competitividad mundial (puesto 69), el índice pasó de 60.04 a 59.76. Para 2014, el país logró mantener su posición en el ranking de competitividad mundial (69 puesto), pero el índice subió de 59.76 a 59.90.
A partir de 2015, el país comenzó a mejorar su posición en el ranking de competitividad mundial (figura 3), aumento 3 posiciones en comparación con el año anterior (posición 66) y el índice pasó de 59.90 a 60.46. En 2016, continuó mejorando su posición en el ranking, escaló 5 posiciones a nivel mundial (posición 61), con un índice que pasó de 60.46 a 61.12. Para 2017, el país cayó 5 lugares en la clasificación, regresó a su posición de 2015 (posición 66), el índice pasó de 61.12 a 61.29.
En el periodo 2018-2019, Colombia mejoró su posición en el ICO, ocupó el puesto 57 entre 141 países analizados, aumentó 3 posiciones en comparación con el año anterior (puesto 60 entre 140 países), el índice pasó de 61.63 en 2018 (posición 60) a 62.73 en 2019 (posición 57). Dado que las diferencias de competitividad aún son grandes, se deben tomar medidas para mejorar el panorama competitivo del país con relación a los países de América Latina y la posición a nivel mundial, porque mejorar las condiciones de calidad mejora el desarrollo del país.
Con base en lo anterior, se pudo conocer la evolución de la posición competitiva de Colombia y la posición del país frente a los países de América Latina, así como la posición a nivel mundial en el periodo 2010-2019 según el ICO. Ahora, se procede a conocer los factores que inciden en la competitividad del país, para ello, el análisis se basó en los indicadores internacionales de competitividad.
Colombia mide la competitividad de su economía a partir de 12 indicadores del IOC: instituciones, infraestructura, entorno económico, salud y educación primaria, educación superior y capacitación, eficiencia del mercado de bienes, eficiencia del mercado laboral, desarrollo del mercado financiero, preparación tecnológica, tamaño del mercado, sofisticación de los negocios e innovación (WEF, 2019). Se considera como la evaluación más completa de la competitividad de los países a nivel mundial.
No obstante, si se analizan los indicadores que inciden en la competitividad de un país y que, por su actuación y posterior valoración, sitúan al país en los rankings de competitividad mundial, se evidencia que algunos indicadores son mejores para Colombia que otros. Por ello, se analizan los indicadores que mostraron el mejor desempeño durante el periodo 2017-2021 y representan un avance significativo en la competitividad del país, para luego analizar los indicadores que requieren de mayor atención en su desempeño. Durante este periodo, los indicadores de salud, estabilidad macroeconómica, dinámica empresarial, infraestructura, mercado laboral, tamaño del mercado y educación, mejoraron. En el informe 2016-2017 los indicadores avanzaron y se lograron mejoras en 6 de ellos (tabla 3): instituciones (114 a 112), salud y educación básica (97 a 90), eficiencia del mercado de bienes (108 a 100), mercado laboral (86 a 81), preparación tecnológica (70 a 64) y tamaño del mercado (36 a 35) (WEF, 2017). Salud y educación primaria logró una mejora significativa (+7) en las siguientes variables que incidieron positivamente, avance en el "registro de incidencia de malaria (+5), tasa de incidencia VIH-Sida (+10) y la tasa de matrícula neta en educación primaria (+5)" (DNP, 2016-2017, p. 9).
Fuente: elaborado a partir de WEF (2017; 2019) y (CPC, 2019; 2020).
Por su parte, la eficiencia de mercado de bienes mejoró (+8) en cinco variables: grado de dominancia de empresas sobre mercados (+12), prevalencia de barreras no arancelarias (+15), procedimientos aduaneros (+6), intensidad de la competencia en mercados locales (+11) y prevalencia de la propiedad extranjera (+5), así como la variable importaciones (+9) como porcentaje del PIB (DNP, 2016-2017, p. 10). La eficiencia del mercado laboral escaló cinco puestos por avanzar en la capacidad para retener talento (+11), el alcance y el efecto de la tributación en incentivos para trabajar (+6), la relación entre la remuneración y la productividad (+7) y la incorporación femenina a la fuerza laboral (+8) (DNP, 2016-2017, p. 10). En preparación tecnológica, refleja avance significativo (+6) en el nivel tecnológico de las empresas (+5) e internet de banda ancha, mayor ascenso (+34) para el país con relación a las variables que conforman el IOC (DNP, 2016-2017, p. 10).
Desde 2018, la metodología para construir el ICO cambió. En adelante, se evalúa a través de los siguientes indicadores distribuidos en cuatro áreas: Entorno habilitante: instituciones, infraestructura, adopción de Tics y estabilidad macroeconómica; capital humano: salud y educación; mercados: mercado de productos, mercado laboral, mercado financiero y tamaño del mercado, y ecosistema de innovación: dinamismo empresarial y capacidad de innovación (SNCI, 2020).
En el reporte de 2019, Colombia mostró avances y mejoras en 10 de los 12 indicadores (tabla 3), incluyendo salud (16), tamaño del mercado (37), estabilidad macroeconómica (43) y dinamismo empresarial (49). Los mejores indicadores son salud (35 a 16) y estabilidad macroeconómica (56 a 43), destaca su lugar en el puntaje general (CPC, 2019).
En comparación con el informe de 2018, Colombia avanzó en 2019 en indicadores de infraestructura (83 a 81), estabilidad macroeconómica (56 a 43), salud (35 a 16) y mercado laboral (80 a 73); los indicadores que permanecieron en la misma posición fueron educación y habilidades, tamaño del mercado y dinamismo empresarial (tabla 3). Sin embargo, el país tiene que continuar mejorando sus factores si quiere avanzar posiciones porque, aunque se avanzó en algunos aspectos, las demás naciones también están en la dinámica de avance y crecimiento para ser más competitivas (Avendaño Mancipe & Garzón Camacho, 2014; CPC, 2019).
En salud, la variable de mejora significativa fue la expectativa de vida saludable (+19), que incluye calidad, acceso y sostenibilidad. En estabilidad macroeconómica, la mejora (+13) fue en la variable inflación (+107), que también hace parte la dinámica de la deuda pública del país. En infraestructura (+2), la conectividad aeroportuaria, el índice de conectividad de las líneas marítimas y la calidad de la energía se ubicaron como las principales variables, mientras que la calidad de la infraestructura vial, la eficiencia ferroviaria y la calidad de la red vial ocuparon el lugar más bajo (CPC, 2019; DNP, 2019; WEF, 2019).
En mercado laboral (+7), las variables con mejor posición fueron la movilidad laboral interna, la participación de la mujer en el mercado laboral y la cooperación en las relaciones trabajador-empleador. Por el contrario, en los últimos puestos se ubicaron práctica de contratación y despido, el nivel de desempleo (especialmente juvenil), derecho de los trabajadores y remuneración y productividad. Educación y habilidades (0) no presentó variaciones, se ubicaron en mejor posición las variables calidad de la formación para el trabajo, aptitudes de los graduados y facilidad para encontrar empleados aptos. Descendieron de posición las variables alcance de la capacitación del personal, aptitudes digitales entre la población activa y media de años de escolarización (CPC, 2019; DNP, 2019; WEF, 2019).
En tamaño del mercado (0) no presentó variaciones en sus dos variables: importaciones de productos y PIB. Dinamismo empresarial (0) tampoco presentó variación frente al año anterior, pero mejoraron la tasa de recuperación de insolvencia, tiempo para empezar una empresa y marco regulatorio de la insolvencia; entre tanto, en últimas posiciones está costo de nueva empresa, crecimiento de empresas innovadoras y actitudes del riesgo emprendedor (CPC, 2019; DNP, 2019).
Finalmente, el periodo 2020-2021 reflejó un periodo difícil y de alta complejidad en todo el mundo, lo que afectó, entre otras cosas, la salud de la población, la economía de los países, el empleo, la liquidez empresarial, las exportaciones y el índice de pobreza, entre otros aspectos como consecuencia de la crisis provocada por la pandemia de la COVID-19.
En respuesta a esta situación, el FEM suspendió temporalmente su ranking internacional, y en su lugar publicó un Informe de Competitividad Global en torno a la recuperación de las economías nacionales y regionales; este se centró en tres categorías: análisis de tendencias (indicadores de desarrollo sostenible e inclusivos de bienestar e impacto de la crisis por COVID-19); reactivar la economía (recomendaciones de corto plazo de 2-3 años) y transformación económica (establecer prioridades y cambiar el sistema económico donde los objetivos de las personas y el planeta estén integrados en las políticas). El informe abordó cuatro áreas tradicionales: entorno habilitante, capital humano, mercados y ecosistema de innovación (INCAE, 2020).
Por lo tanto, para este periodo se realizó el análisis de la competitividad de los departamentos del país, utilizando el IDC que valora la competitividad regional y la nueva metodología impartida en el IGC-2018. Este es un referente para establecer algunos planes de desarrollo departamental, formular políticas públicas y establecer estrategias en los departamentos de Colombia.
En el informe 2020-2021, las primeras cinco posiciones las ocuparon Bogotá D. C. (1) y los departamentos de Antioquia (2), Valle del Cauca (3), Santander (4) y Risaralda (5) (figura 4). Mantuvieron su posición respecto al año anterior Bogotá D. C., Antioquia, Santander y Risaralda. Mientras que las últimas posiciones fueron ocupadas por los departamentos de Vaupés, Amazonas, Chocó, Guainía y Vichada (CPC, 2021).
Bogotá, Atlántico y Antioquia sobresalieron en infraestructura, mientras que Bogotá, Santander y Caldas lideraron en adopción TIC; Amazonas, Guaviare y Santander encabezaron el ranking en sostenibilidad ambiental; Bogotá, Valle del Cauca y Caldas registraron mejor puntaje en salud; Boyacá, Bogotá y Santander obtuvieron los mejores puntajes en educación; Caldas, Risaralda y Bogotá se caracterizaron por un clima de negocios muy favorable. Entre tanto, Bogotá, Casanare y San Andrés puntuaron en el ranking de mercado laboral; Bogotá ocupó primer lugar en sistema financiero; Bogotá, Antioquia y Cundinamarca se mantuvieron en los tres principales lugares en tamaño del mercado; Valle del Cauca, Bogotá y Atlántico encabezaron las posiciones en sofisticación y diversificación. Finalmente, Bogotá, Antioquia y Risaralda obtuvieron el mejor puntaje en dinámica empresarial e innovación (CPC, 2021).
Discusión
Los resultados muestran que, luego de analizar los indicadores de mayor avance en la competitividad nacional y regional, se encontraron estudios que concuerdan con los resultados, muestran que indicadores como innovación, dinamismo empresarial y tamaño del mercado tienen un impacto significativo en la competitividad. Además, se constató que indicadores como infraestructura, salud, educación y estabilidad macroeconómica son condicionantes necesarios para mejorar la competitividad del país (Medeiros et al., 2019; Acevedo Prins & Jiménez Gómez, 2015).
Una vez identificados los indicadores de mejor desempeño para el periodo 2017-2021 que representaron un avance significativo en la competitividad del país, se recomiendan algunas acciones estratégicas que permitan mejorar la competitividad a nivel nacional y, en consecuencia, regional (tabla 4).
Indicador - avances | Algunas acciones estratégicas |
---|---|
Salud | Fortalecer la inversión en salud pública |
Mejorar las condiciones de salud de la población en los departamentos | |
Aumentar el acceso y la cobertura en aseguramiento para la población | |
Promover la expectativa de vida saludable garantizando acceso, calidad y sostenibilidad | |
Estabilidad macroeconómica | Conservar la estabilidad económica del país manteniendo la inflación moderada (0.5 % y 4 %) |
Mantener la deuda pública sostenible (calificadoras crediticias) que permita reducir la incertidumbre | |
Promover la inversión extranjera y aumentar la confianza empresarial | |
Dinamismo empresarial | Incrementar la tasa de nuevas iniciativas empresariales y de innovación en el país para llegar a mercados más exigentes y sofisticados |
Fomentar la innovación tecnológica en las empresas | |
Velar por el fortalecimiento de las pymes, actualizándolas en mejores prácticas y modernos métodos en procesos, productos y sistemas de gestión | |
Adoptar nuevos modelos de negocio en el entorno digital | |
Fortalecer competencias y actitudes hacia el riesgo emprendedor como medio de crecimiento económico y empresarial articulando esfuerzos entre el ámbito regional y nacional | |
Fomentar la asociatividad como medio para impulsar la creación de nuevas iniciativas empresariales (Limas Suárez & Ramírez Rodríguez, 2011) | |
Mejorar la tasa de recuperación de la insolvencia y fortalecer el marco regulatorio de la insolvencia | |
Mayor articulación entre el ámbito regional y nacional sobre políticas en materia de competitividad | |
Infraestructura | Mejorar obras de construcción regional, mantenimiento y acceso vial |
Incentivar el turismo y fortalecer el desarrollo productivo de las regiones | |
Aumentar la disponibilidad de energía eléctrica en todas las regiones, la eficiencia energética y las energías renovables | |
Fortalecer la infraestructura y la conexión aeroportuaria y marítima | |
Mejorar la infraestructura y la red vial | |
Desarrollar una infraestructura de transporte ferroviario eficiente y productivo | |
Fortalecer la infraestructura logística del país (terrestre, marítima y aérea) | |
Mercado laboral | Incentivar la empleabilidad de la fuerza laboral juvenil en el país |
Promover incentivos tributarios para la formalidad laboral y empresarial | |
Regular las formas y prácticas de contratación, despido y remuneración, amparando la estabilidad laboral y los derechos de los trabajadores | |
Promover la participación de la mujer en el mercado laboral | |
Promover estímulos a la productividad laboral y nuevas prácticas laborales (evitar explotación / sobre carga laboral) para la eficiencia, eficacia y efectividad en la gestión | |
Tamaño del mercado | Incursionar en nuevas cadenas productivas, así como sofisticar y fortalecer las existentes, incorporando nuevos mercados y oportunidades de negocio |
Capacitar y fortalecer en las pymes la actividad exportadora, a fin de impulsar la internacionalización y el tamaño de los mercados | |
Mantener el crecimiento económico según circunstancias del país (> PIB 7 % anual) | |
Educación y habilidades | Avanzar en la modernización tecnológica, plataformas virtuales, aplicaciones, herramientas y recursos digitales |
Mayor inversión en la calidad de educación básica y media | |
Aumentar la cobertura educativa a nivel regional | |
Articular el sistema educativo y el mercado laboral con calidad para la pertinencia en la formación académica según las necesidades de formación laboral | |
Fomentar el uso de competencias digitales en la población activa y media de años de escolarización como medio de transformación y resiliencia actual | |
Enfoque de formación por competencias para un aprendizaje pertinente y que atiendan las necesidades y exigencias del mercado laboral (Chacón Díaz & Limas Suárez, 2019) | |
Favorecer la formación educativa para el trabajo digno y reducir la pobreza en la población | |
Garantizar el acceso a la educación | |
Cerrar brechas en cobertura y calidad educativa |
Luego de analizar los indicadores que han mostrado avance en el desempeño durante el periodo 2017-2021, es necesario conocer los principales desafíos que debe enfrentar el país para mejorar su competitividad. Por lo tanto, la atención se centra en los indicadores que merecen mayor atención para mejorarla. En este periodo, los indicadores de instituciones, mercados de productos, mercados financieros, adopción de TIC y capacidad de innovación son un gran desafío, ya que presentaron retrocesos.
En el informe 2016-2017 los indicadores en retroceso que mostraron los principales desafíos (tabla 3) fueron entorno macroeconómico e innovación. El primero disminuyó 21 puestos (32 a 53) respecto al año anterior, mostrando una tendencia a la baja porque la tasa de inflación anual disminuyó 102 posiciones (1 a 103), el balance presupuestario del gobierno disminuyó 25 lugares y la deuda pública cayó 11 posiciones, lo que redujo el indicador de requisitos básicos 8 lugares luego de estar en el puesto 85 (ANDI, 2017, p. 20). El retroceso en innovación (76 a 79) se debió a la adquisición de productos de alta tecnología y a que el gasto en I+D de las empresas se redujo en 12 y 5 posiciones respectivamente (ANDI, 2017, p. 20).
Clasifican impuestos (21.1), corrupción (16.2), inadecuada infraestructura (9.0), burocracia gubernamental (8.7), legislación tributaria (8.6), educación inadecuada en fuerza de trabajo (6.0), regulaciones laborales restrictivas (5.4), robo y crimen (5.3), acceso al financiamiento (5.2), inestabilidad de políticas (3.0), inflación (4.5), ética de la fuerza de trabajo deficiente (2.4), capacidad innovadora insuficiente (2.1), deficiencia de salud pública (0.9), inestabilidad gubernamental (0.9), regulación a la moneda extranjera (0.8) como los factores de mayor problema para hacer negocios (ANDI, 2017).
Entre tanto, en el informe de 2019 los mayores desafíos fueron los indicadores instituciones y mercado de productos, donde descendió en comparación con otros países. En el informe de 2018, los indicadores instituciones (89 a 92), mercado de productos (85 a 90), adopción de TIC (84 a 87) y capacidad de innovación (73 a 77) disminuyeron su posición respecto a 2019 (tabla 3).
En el indicador instituciones (-3), la caída fue por la desmejora en los indicadores propiedad intelectual (14), incidencia en corrupción (5) y libertad de prensa (1,8); la variable que mejor se situó fue regulación de conflicto de intereses, mientras que en los últimos puestos se ubicaron tasa de homicidios, costo empresarial del crimen organizado e incidencia del terrorismo (CPC, 2018).
La desmejora en el indicador mercado de productos (-5) correspondió a los resultados en el indicador competencia y comercio exterior donde el nivel de dominancia de mercados (12), complejidad arancelaria (11), competencia en servicios (6) y prevalencia de barreras no arancelarias (7) perdieron posiciones (DNP, 2019).
El indicador adopción de TIC (-3) mejoró la posición en 2019, pero perdió tres lugares en comparación con el 2018, se ubicó en el puesto 87; las variables con mejor desempeño fueron suscripciones a internet de fibra óptica, suscripciones a internet fijo de banda ancha y suscripciones a telefonía celular móvil. Por el contrario, en los últimos puestos se ubicaron suscripciones a banda ancha móvil, velocidad media de internet y usuarios de internet (DNP, 2019). En mercado financiero (-1), la variable con mejor desempeño fue brecha crediticia. En capacidad de innovación (-4), la caída fue a causa de la desmejora en el estado de desarrollo de clústeres, también en gastos en I+D y satisfacción de compradores, las variables de mejor posición en este indicador fueron índice de visibilidad de instituciones de investigación y publicaciones científicas (CPC, 2019; DNP, 2019; WEF, 2019).
El periodo 2020-2021 reflejó un periodo difícil y de alta complejidad a nivel mundial debido a la pandemia por COVID-19, por lo cual el FEM suspendió temporalmente su ranking internacional. En consecuencia, para este periodo se realizó el análisis de la competitividad de los departamentos del país utilizando el IDC, que definió la temporalidad de la investigación.
Esta situación muestra que la crisis económica y social generada por la COVID-19 representó un enorme desafío para los departamentos de Colombia, junto al impacto por pérdidas de capital humano, empleo y nivel de ingresos. Esto implicó una reactivación económica en el corto plazo mediante la articulación entre el ámbito regional y nacional sobre políticas en materia de competitividad por medio de los planes de desarrollo departamental (CPC, 2021).
En resultados, los departamentos con más bajos puntajes en el IDC fueron Vichada, Guainía, Chocó, Amazonas, Vaupés, Guaviare, Arauca, Putumayo y Guajira (figura 4). Además, se constata en estudios previos que estas regiones se caracterizan por una baja población, producción industrial casi inexistente, falta de conexiones viales, clima extremo, estructuras económicas en sectores con poco valor agregado, baja cobertura en educación secundaria y media y baja demanda laboral de profesionales, factores que dificultan el crecimiento económico y la competitividad regional (Solano Benavides & Alandete Brochero, 2020).
De acuerdo con los resultados, en el análisis de los principales desafíos de la competitividad del país, problemas recurrentes como la lucha contra la corrupción en la contratación pública necesitan mayor atención para contrarrestar sus efectos negativos en el país. Desde esta perspectiva, hay investigaciones que concuerdan con los resultados, muestran que la corrupción es una de las mayores desventajas para la competitividad del país (Avendaño Mancipe & Garzón Camacho, 2014). Asimismo, indicadores como infraestructura, desarrollo tecnológico e innovación también son importantes para el futuro desarrollo económico del país. Además, el mejoramiento de la seguridad debe continuar para reducir el crimen y el robo y para que la inversión extranjera sea más representativa en el país. Finalmente, la falta de gobernabilidad del Estado frente al sector financiero, así como la informalidad en el mercado laboral y los problemas de trasparencia de las instituciones son esenciales y se deben mejorar para avanzar en la competitividad del país (Avendaño Mancipe & Garzón Camacho, 2014; Niño Rodríguez et al., 2018).
Una vez identificados los indicadores que mostraron retroceso en el periodo 2017-2021, que representaron un desafío significativo en la competitividad del país, se recomiendan algunas acciones estratégicas para mejorar la competitividad a nivel nacional y, por ende, regional (tabla 5).
Indicador-desafíos | Algunas acciones estratégicas |
---|---|
Instituciones |
Fomentar la libre expresión en un Estado democrático, eliminando obstáculos en el otorgamiento de licencias a periodistas y el control en los contenidos de programas de televisión Establecer mecanismos para proteger la propiedad intelectual y promover el respeto de estos derechos en las regiones Proteger y respetar la libertad de prensa para ejercer una prensa libre y sin censura Proteger y respetar las garantías de los periodistas y del periodismo en el país para que este se ejerza con transparencia y compromiso Fortalecer la calidad en la imagen institucional gubernamental, agobiada por altos niveles de corrupción Combatir la corrupción en el sistema de contratación pública Definir estrategias y una política pública que contrarresten el crimen organizado, la tasa de homicidios y la incidencia del terrorismo Promover una imagen institucional eficiente y trasparente al contrarrestar acciones de corrupción con sanciones ejemplares |
Mercado de productos |
Consolidar la oferta exportadora empresarial en las regiones fortaleciendo mercados internacionales mediante modernización tecnológica, innovación y emprendimiento Implementar estrategias de dominancia en el mercado nacional e internacional Fomentar el desarrollo y la productividad a nivel regional, base de crecimiento y por ende de competitividad a nivel nacional Incrementar el comercio de servicios, la cobertura y la competitividad de estos en el país Replantear la reforma estructural arancelaria de manera que contrarreste la prevalencia de barreras no arancelarias y la complejidad arancelaria para el país |
Mercado financiero |
Formar hacia la cultura de la educación financiera Reducir la brecha crediticia en las zonas rurales y asegurar el acceso al sistema financiero para proyectos productivos y emprendimientos rurales Facilitar el análisis y otorgamiento de créditos tanto a agricultores como a empresarios incentivando el ahorro, la inversión y la productividad Priorizar el financiamiento de inversión y capital de trabajo para microempresarias y mujeres rurales Promover el seguro de cosecha contra riesgos climáticos en la red bancaria Formular una política que regule el sistema crediticio y estimule la inversión de capital |
Adopción de TIC |
Fortalecer la conectividad en todo el territorio nacional en especial zonas rurales y alejadas para mejorar la conectividad y productividad Aumentar la disponibilidad de internet de fibra óptica, suscripciones de telefonía móvil e internet fijo de banda ancha en las regiones de todo el país Disponer de tecnologías que apoyen la gestión en procesos productivos, comerciales y gerenciales como la inteligencia artificial (IA) y el internet de las cosas, entre otros Digitalizar las operaciones empresariales mediante la transformación digital Hacer uso de las tic como estrategia de negocio (limas suárez, 2020). Estimular el uso de internet en los usuarios mediante el acceso a plataformas tecnológicas como banca electrónica o móvil, e-commerce, plataformas de gobierno digital, identificación electrónica de los ciudadanos (e-id), etc. (limas suárez et al., 2021). |
Capacidad de innovación |
Propiciar una cultura en el sector empresarial para mayor inversión en innovación (I+D) Fomentar el desarrollo tecnológico, la compra de productos de alta tecnología y el gasto empresarial en I+D Aumentar la inversión en innovación e incursionar en desarrollo y adquisición de productos de alta tecnología y la sofisticación empresarial para aumentar el nivel de ingresos Fortalecer la coordinación entre universidad-empresa-Estado para definir programas de innovación y la vocación productiva de regiones basadas en conocimiento e innovación Transferir conocimiento e innovación a través de las universidades que deben contar con un potencial relevante ello Orientar la gestión empresarial hacia la cultura de la innovación como estrategia de crecimiento y posicionamiento para generar ventaja competitiva (Limas Suárez, 2020) Favorecer la capacidad innovadora y las condiciones para obtener el registro de nuevas patentes (Limas Suárez, 2020). Incentivar el desarrollo de nuevas innovaciones que permitan mejorar el desempeño y la competitividad empresarial (Limas Suárez, 2020) |
Por otra parte, se encontró que la competitividad del país se convierte en una condición necesaria, directamente relacionada con los determinantes de su entorno por lo que se debe prestar más atención a los factores problemáticos para mitigar el impacto negativo sobre la competitividad de Colombia. Esto está en concordancia con los aportes de Guasca Ricaurte y Buitrago Jiménez (2012) y Limas Suárez y Franco Ávila (2018). En este sentido, mejorar la competitividad del país requiere del compromiso mutuo y articulado entre el Estado, la empresa privada y la academia (universidades) para desarrollar acciones estratégicas en conjunto que permitan no solo solucionar problemáticas que impacten en la competitividad, sino también mejorar los factores que inciden en ella (SNCI, 2020; Puentes Buitrago, 2019).
Asimismo, para que la economía del país logre una mejor posición en el índice de competitividad a nivel nacional es necesario que exista una articulación de operaciones entre ámbito nacional y departamental (regional) conducentes a tal fin. Lo mismo entre los gobiernos nacional, departamental y local para el trabajo conjunto de agendas de competitividad y planes de desarrollo sobre políticas de competitividad. Una economía impulsada por un nivel de competitividad alto en el ranking, se cataloga como una economía próspera y productiva, mejora la calidad de vida y genera mayor bienestar para la población regional y del país.
Conclusiones
El estudio permitió analizar la competitividad de Colombia frente a los países de América Latina en el periodo 2010-2021 para identificar los avances y principales desafíos y recomendar algunas acciones que conduzcan a mejorar la competitividad en el ámbito nacional y, en consecuencia, regional. Además, se encontró que la competitividad juega un papel trascendental, y el ranking en el ICG no solo clasifica al país a nivel nacional e internacional, sino que también promueve la productividad y la prosperidad, además de crear calidad de vida para la población.
Los referente investigativos de análisis muestran que la brecha en competitividad para Colombia aún es grande, por lo que se requiere, además del crecimiento de los indicadores de competitividad que le permitan mejorar la posición competitiva del país a nivel nacional e internacional, desarrollar acciones estratégicas junto con el trabajo articulado entre las partes que permitan una economía próspera y de mayor desarrollo para el país.
Los resultados muestran que entre 2010-2021, el país ocupó el cuarto lugar en el ICG de 2019, la clasificación más alta del periodo, y el 57 a nivel mundial. Para 2010, era el país 69 más competitivo del mundo y el séptimo de América Latina, fue escalonando posiciones de avance y retroceso durante el periodo 2010-2019 hasta llegar a ocupar el cuarto lugar en 2019. No obstante, en el análisis de los indicadores que inciden en la competitividad del país y que según valoración ubican al país en el ranking del ICG, se encontró que los indicadores de mejor desempeño durante el periodo 2017-2021 que representaron un avance significativo en la competitividad del país fueron los indicadores de salud, estabilidad macroeconómica, dinámica empresarial, infraestructura, mercado laboral, tamaño del mercado y educación. Asimismo, también identificó otros indicadores que merecen mayor atención por presentar retroceso durante el mismo periodo: instituciones, mercados de productos, mercados financieros, adopción de TIC y capacidad de innovación. En ambos casos, se han planteado algunas acciones estratégicas que conducirán a una mayor competitividad en el ámbito nacional y regional.
A través de un análisis cuantitativo fue posible identificar los avances y principales retos de la competitividad de Colombia en comparación con otros países de América Latina. A partir de ello, se formularon algunas acciones para mejorar la competitividad nacional y regional. Además, la competitividad juega un papel crucial en el aumento de la productividad de la economía, lo que redunda en el bienestar y posicionamiento de las empresas y la economía nacional. Las acciones propuestas pretenden alcanzar esa aproximación.
De igual manera, mejorar la competitividad del país requiere la coordinación de operaciones entre los ámbitos nacional y departamental (regional) que conduzcan a este propósito. Lo mismo ocurre con la formulación de agendas entre los gobiernos nacional, departamental y local para la implementación de políticas de competitividad para mejorar la posición en los indicadores de competitividad en el ranking del índice de competitividad a nivel nacional e internacional y el bienestar de la población regional y por ende del país. Así mismo, es necesario articular las operaciones del Estado, la empresa privada y la academia para desarrollar acciones estratégicas en conjunto que permitan solucionar los problemas que afectan la competitividad y mejorar los factores que inciden en la competitividad del país.
Esta investigación es un aporte al conocimiento en el campo de la economía y la administración pública (gobierno nacional, departamental y municipal), ya que brinda un análisis de la competitividad de Colombia, los avances y principales desafíos y recomienda varias acciones estratégicas a concretar a través de los planes de desarrollo que lleven a una mayor competitividad a nivel nacional y, con ello a nivel regional. De igual forma, en política y gobernabilidad, proporciona la base para que los líderes políticos construyan propuestas de campaña electoral orientadas a atender las necesidades del país y las regiones. Es también un aporte al conocimiento y un referente de orientación para las instituciones de educación superior al momento de realizar proyectos de investigación para la generación y transferencia de conocimiento que lleven a la solución de problemáticas que afectan la competitividad del país. Por último, aporta al conocimiento en el sector empresarial, al ser un referente en procesos de gestión y competitividad empresarial por ser motor de desarrollo económico de la economía del país y, por tanto, de la competitividad nacional.
Se presentaron la recopilación y clasificación de los datos estadísticos y su organización, lo que llevó a la implementación de una matriz de compilación de información y demoró el desarrollo del proceso.
Para futuras líneas de investigación, se sugiere analizar la competitividad del país para cada indicador como factor de competitividad, su evolución y desarrollo en las regiones y el vínculo con la situación actual para contribuir al desarrollo estratégico del país, además de un análisis comparativo de la competitividad en países similares a Colombia en términos de contexto, productividad e ideología.