Introducción
El conocimiento detallado de los grupos taxonómicos de una región, además de tener importancia ecológica, es esencial para la conservación y aprovechamiento sostenible de los recursos biológicos. En el caso de los peces, es de particular utilidad para determinar la oferta del recurso pesquero, evaluar la calidad ambiental y fortalecer acciones de manejo y conservación (Siqueiros-Beltrones y de la Cruz-Agüero, 2004; Aburto-Oropeza et al., 2011; Jupiter, et al. 2014). Particularmente, para el adecuado manejo del recurso íctico se hace necesario generar información científica pertinente que permita no solo conocer cómo responde el recurso en su estado adulto, sino la composición taxonómica, abundancia y variación espaciotemporal de los estadios iniciales de desarrollo, de tal manera que se pueda establecer de forma integral la dinámica poblacional de las especies de interés comercial o artesanal (Anderson et al., 2008; Hinrichensen et al., 2011; Zhou et al., 2011; Kough et al., 2013).
El ictioplancton está conformado por los huevos, larvas, postlarvas y en algunos casos juveniles de peces. Esto constituye un elemento primordial para comprender la biología, ecología y patrones de distribución de las especies de peces en su estado adulto, además de ser un elemento esencial en los procesos de flujo de energía y estabilidad de los ecosistemas acuáticos (Köster et al., 2001; Frederiksen et al., 2006; Montagnes et al., 2010; Zhou et al., 2011).
En su mayoría, los peces teleósteos liberan huevos flotantes o demersales que eclosionan en larvas vitelinas, transformándose en libres nadadores que se alimentan de pequeños organismos planctónicos (Chambers y Trippel, 1997; Kunz-Ramsay, 2004; Rodríguez et al., 2015). Todos estos estados de desarrollo se encuentran en la columna de agua principalmente sobre 200 m y son susceptibles de ser capturados por redes de plancton (Richards, 2006).
La información sobre el ictioplancton en el Caribe colombiano se remonta a los años 70, con el trabajo de Mercado (1970), quien realizó la descripción taxonómica de las larvas del sábalo (Megalops atlanticus) especie de importancia comercial, y Avila de Tabares (1978) quien realizó la descripción taxonómica del ictioplancton asociado a la ciénaga Grande de Santa Marta entre enero de 1970 y mayo de 1972. Posteriormente, el programa INPAVecep (1994 a 1999) generó la mayor cantidad de información científica del ictioplancton de la región (Manjarrés et al., 1994, 1997, 1998a, 1998b, 1998c; INPA, 1999; Vergara et al., 1999; Vergara y Arteaga, 1999), debido a que su propósito fundamental fue evaluar los recursos pesqueros presentes en la plataforma externa y el talud superior a lo largo del Caribe colombiano hasta la isóbata de 200 m.
Aunque se han realizado otros estudios sobre ictioplancton en el Caribe colombiano (Escobar y Manjarrés, 1987; Rodríguez, 1996; Vergara, 1997; Medellín-Mora et al., 2013), la información disponible sobre estas fases de desarrollo de la fauna íctica en ambientes costeros de la zona norte del Caribe colombiano es escasa y más aún hacia el sector de la alta Guajira. En el presente trabajo se realizó la identificación taxonómica de las larvas de peces capturadas en Bahía Portete durante dos campañas de monitoreo oceanográfico, con el propósito de consolidar la lista de especies de peces que utilizan esta localidad como un sitio activo de su proceso reproductivo, generando así información que incrementa el conocimiento de la diversidad del componente íctico en esta área natural protegida de la región norte del Caribe colombiano.
Materiales y métodos
Bahía Portete se encuentra al norte del departamento de La Guajira, Caribe continental colombiano, entre el cabo de la Vela y Punta Gallinas, a los 12°12’56” N -71°54’40”O (Figura 1). Abarca una superficie aproximada de 125 km2, con 13 km de diámetro y se comunica con mar abierto a través de una boca de 2,1 km de ancho; presenta altos valores de salinidad (34-37 ups), temperatura (25-30 °C) y turbidez en la columna de agua (1-4 m) y una concentración de oxígeno de 5-8 mg l-1. Las condiciones climáticas locales están moduladas por el efecto de los vientos alisios del NE (Andrade, 1993; Solano, 1994).
Es una bahía somera, con un rango de profundidad entre 3 m y 20 m, en donde se encuentran praderas de pastos marinos y bosques de manglar bordeando el margen sureste, y formaciones coralinas sobre los costados sur y occidental (Solano, 1994; INVEMAR, 2004; Gutiérrez-Moreno et al., 2008). En diciembre de 2014 esta área fue declarada Parque Nacional Natural por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la República de Colombia, teniendo como uno de los objetivos de conservación del área el “contribuir con la generación de servicios ecosistémicos que brindan los ecosistemas marítimos y costeros y sus especies asociadas, favoreciendo la productividad pesquera de la alta Guajira a través de la protección de espacios de incubación y crianza de juveniles de especies hidrobiológicas” (MADS, 2014).
Para obtener el listado taxonómico de las larvas de peces presentes en Bahía Portete se analizaron 84 muestras de zooplancton obtenidas durante dos campañas oceanográficas establecidas con base en los reportes locales disponibles de precipitación y vientos (Andrade, 1993; GuzmánAlvis, et al., 2006). La primera fue realizada en el mes de julio de 2015, momento que se caracteriza por una mayor influencia de los vientos alisios y menor precipitación promedio, y la segunda en noviembre de 2015, periodo inmediatamente posterior al momento de máxima precipitación reportada para esta localidad (Andrade, 1993; Guzmán-Alvis et al., 2006).
Las pescas de zooplancton se realizaron en 21 estaciones de muestreo distribuidas en toda la bahía, con el propósito de cubrir los hábitats submareales y litorales descritos para esta localidad, utilizando una red bongo de 30 cm de boca, equipada con una malla 300 µm y una malla de 500 µm de poro, mediante arrastres circulares superficiales diurnos (1-10 m), con duración de 10 minutos. Se utilizó un flujómetro Hydrobios® adosado a cada boca de la red para cuantificar el volumen de agua filtrada y estandarizar la abundancia por unidad de volumen de agua filtrada con el propósito de estimar la abundancia relativa de cada especie identificada.
Las muestras de zooplancton fueron fijadas en una solución de formalina-agua de mar a una concentración final de 4 %, y transportadas al laboratorio de Ecología Animal de la Universidad del Valle. En el laboratorio se revisó la totalidad de cada una de las muestras recolectadas y se separaron, contaron e identificaron hasta el menor nivel taxonómico posible todas las larvas de peces. Se utilizaron las guías de Beltrán y Herrera (2000) y Richards (2006) para realizar la identificación taxonómica. El material identificado fue depositado en la colección de referencia de Biología Marina de la Universidad del Valle (UNIVALLE: CIR-LV-UV: 0150001 & 0150533).
Resultados
Se capturaron 2763 larvas de peces, pertenecientes a 37 familias y 66 especies (Anexo 1), de las cuales 1685 fueron capturadas en el mes de noviembre y 1078 en el mes de julio. En todas las estaciones de muestreo se encontraron larvas de peces, durante ambos periodos de muestreo. Durante julio, las familias con mayor frecuencia de captura fueron Haemulidae (95 %), Carangidae (76 %) y Pomacentridae (95 %), mientras que durante noviembre fueron Carangidae (100 %), Haemulidae (90 %) y Blenniidae (76 %). Las especies con mayor frecuencia de captura durante julio fueron Anisotremus virginicus (Linnaeus, 1758), Stegastes sp. y Labrisomus sp.; y durante noviembre fueron Anchoa spinifer (Valenciennes, 1848), Caranx sp.1 y A. virginicus (Linnaeus, 1758) (Anexo 1).
Considerando ambos periodos de muestreo, las familias más abundantes fueron Haemulidae (24 %), seguida de Pomacentridae (17 %) y Labrisomidae (12 %), siendo las especies más abundantes A. virginicus (21 %) y Stegastes sp. (17 %) (Anexo 1). De las 66 especies identificadas, el 38 % correspondió a especies de interés para las actividades pesqueras, destacando por su abundancia Anisotremus virginicus (21 %) (Figura 2). La familia con mayor riqueza fue Carangidae, con un total de 10 especies identificadas, seguida por las familias Haemulidae y Blenniidae, con 4 especies cada una. Además, es importante destacar que el mayor número de especies se registró en el mes de noviembre con 57 especies, mientras que durante julio solo se registraron 37. Las especies de mayor interés comercial fueron Bairdiella ronchus (Cuvier, 1830), Balistes capriscus (Gmelin, 1789), Trachurus lathami (Nichols, 1920), Trichiurus lepturus (Linnaeus, 1758), Opisthonema oglinum (Lesueur, 1818), Sardinella brasiliensis (Steindachner, 1879) y Sardinella aurita (Valenciennes, 1847) (Figura 2).
Discusión
Los resultados del presente estudio son similares a los reportados en otros ecosistemas marinos y estuarios someros: densidades larvales relativamente bajas, una predominancia de larvas pequeñas y una baja diversidad (Houde y Foodal, 1984; Ditty, 1986; Powell et al., 1989; Vásquez-Yeomans y Richards, 1999). Estudios previos en la zona costera norte del Caribe colombiano reportaron que las familias de larvas de peces más abundantes son Gobiidae, Carangidae, Sciaenidae y Synodontidae, siendo las especies con mayor porcentaje de aparición Eucinostomus sp., Lutjanus synagris y Upeneus parvus (Manjarrés et al., 2005a, b). Estos autores realizaron el trabajo de identificación considerando las larvas capturadas con un ojo de malla de 500 µm. A diferencia de estos trabajos previos, la descripción de la composición de larvas de peces presentes en Bahía Portete se realizó a partir del análisis de las capturas realizadas con malla de 300 y 500 µm, lo que incrementó de manera sustancial la probabilidad de captura de larvas de un mayor número de familias como lo sugieren Jhon y Vernie (1996), Morse (1989) y Jennings (1991), estando dominado el ictioplancton de esta localidad por cinco familias de peces (Haemulidae, Carangidae, Engraulidae, Labrisomidae y Pomacentridae), que juntas representaron el 72 % del total de las larvas de peces identificadas.
Los peces demersales y pelágicos representan un importante recurso económico para las pesquerías artesanales del Caribe colombiano, lo que significa que son principales objetivos de captura (Correa y Manjarrés, 2004; Paramo et al., 2009; García, 2010). Entre estas especies se destacan los pargos (lutjánidos), las corvinas (Sciaenidae), los coroncoros o roncadores (haemúlidos) y los cachicachis (Sparidae) (Correa y Manjarrés, 2004; Viloria-Maestre et al., 2016). Sin embargo, en las últimas décadas se ha presentado una reducción significativa en la captura total reportada para esta región, llevando a esta actividad económica hacia niveles de subsistencia (García, 2010; Parraga et al., 2010). Por tal motivo, han sido incorporadas nuevas especies como objeto de pesca artesanal, como es el caso de Trichurus lepturus; especies que hasta hace algunos años era un acompañante de la pesca de pargos y roncos, siendo ahora uno de los peces de interés en la pesca artesanal del Caribe colombiano (Gómez, 2009; SIPA, 2010). En el presente estudio, no solo se registraron larvas de T. lepturus en Bahía Portete, sino de varias especies que son de interés para la pesca artesanal del Caribe colombiano, lo que pone de manifiesto la importancia de esta localidad como lugar de crianza para el recurso pesquero artesanal de la alta Guajira (Paramo et al., 2009; García, 2010).
Teniendo en cuenta la riqueza de especies que han sido reportadas en las aguas adyacentes al Caribe colombiano, así como el mayor esfuerzo de muestreo en ciertas áreas de la costa y el énfasis hacia grupos de importancia comercial, el conocimiento disponible sobre la composición del ictioplancton en el mar Caribe colombiano puede aún ser considerado como bajo (Medellín et al., 2013). Recientemente, Miloslavich et al. (2010) estimaron que el número de especies de peces que habitan en todo el mar Caribe es de 1336, de los cuales, de acuerdo con Polanco et al. (2010), el 82,3 % se encuentran presentes en el Caribe colombiano. Lamentablemente, solamente se tiene información disponible de los estadios larvales del 8,7 % de las especies conocidas en estado adulto que habitan en esta región del Caribe (Polanco et al., 2010).
Una forma de incrementar el conocimiento acerca de los estados larvales de los peces presentes en una localidad es por medio de la consolidación de listados taxonómicos como el que se presenta en este trabajo. Este tipo de esfuerzo no solo incrementa la información general sobre una de las fases de desarrollo críticas para el componente íctico de una región, sino que también proporciona información relevante que puede ser utilizada en el marco de las acciones direccionadas a valorar y conservar la biodiversidad marina local (Warner et al., 2000). Además, uno de los insumos de conocimiento requeridos para comenzar a entender los patrones de distribución espacial, la variación temporal de la abundancia y las relaciones ecológicas con el hábitat disponible de los peces adultos es conocer la identidad taxonómica de sus larvas y establecer como estas varían espacial y temporalmente (Hermes-Silva et al., 2009, Costa et al., 2015). Por lo tanto, los resultados obtenidos en la presente investigación son de particular importancia para fortalecer en el corto plazo las acciones de manejo de los recursos naturales asociados a la zona costera de la alta Guajira, incrementando simultáneamente el conocimiento sobre la diversidad biológica del recientemente declarado Parque Nacional Natural Portete-Kaurele.