Introducción
Cada especie de pez posee un patrón de coloración típico que le permite ocultarse, mimetizarse en el ambiente y proveer señales de advertencia y presencia, tanto para sus depredadores como para el sexo opuesto (Kodric-Brown, 1998). La coloración tegumentaria en los peces es producida por los cromatóforos, que incluyen a los melanóforos, xantóforos, eritróforos, leucóforos e iridóforos. Los melanóforos contienen organelos melanizados llamados melanosomas, que producen colores oscuros en la piel de los peces (Fujii, 2000). La desproporción de melanina genera patrones de coloración atípicos en los peces, y puede manifestarse en todo el cuerpo o en varias partes del mismo. La carencia de pigmento tegumentario causa coloraciones anormales en los peces, y de acuerdo con las características fenotípicas de los individuos, se denominan albinismo, leucismo, melanismo, xantismo, ambicoloración, metacromismo y policromismo (Dawson, 1964, 1966, 1971; Dawson & Heal, 1976).
El leucismo es una aberración cromática poco frecuente y es manifestado por la ausencia total o parcial de la coloración en la piel (Van Grouw, 2006). Las zonas afectadas normalmente presentan un aspecto blanco; no obstante, el leucismo nunca afecta las partes blandas (Miller, 2005). Esta condición es ocasionada por la mutación de genes recesivos que se expresan durante el desarrollo embrionario, inhibiendo la migración de melanoblastos (células productoras de pigmentos) de la cresta neural a la capa basal de la epidermis (Shin, 2000; Sugimoto, 2002; Van Grouw, 2006, 2012). Estudios sugieren que la ocurrencia del leucismo aumenta con la exposición a metales pesados, contaminación del hábitat, deficiencias nutricionales y endogamia (Oliveira & Foresti, 1996; Bensch et al., 2000; Ueda et al., 2007).
A pesar de la enorme diversidad de peces de Suramérica, los reportes de aberraciones cromáticas son muy escasos. Se han reportado 18 casos de aberraciones cromáticas en especies de peces dulceacuícolas de las familias Erythrinidae, Gymnotidae, Doradidae, Heptapteridae, Pimelodidae, Callichthyidae, Loricariidae, Atroblepidae y Lepidosirenidae, de los cuales la mayoría corresponden a casos de albinismo reportados en Brasil y Argentina (Nobile et al., 2016; Manoel et al., 2017). En Ecuador se han reportado casos de leucismo únicamente en poblaciones aisladas de astroblépidos de la cuenca del río Mira al noroccidente (Mena-Valenzuela & Valdiviezo-Rivera, 2016).
Las especies de la familia Lebiasinidae habitan en Costa Rica, Panamá, y casi todos los países de Suramérica, excepto Chile (Nelson et al., 2016). Frecuentan ambientes dulceacuícolas de aguas claras hasta negras, con corriente escasa o incluso estancada, desde el nivel del mar hasta elevaciones superiores a los 1000 m s. n. m. (Weitzman & Weitzman, 2003). La familia tiene 75 especies reconocidas (Fricke et al., 2018), 18 de las cuales se distribuyen en Ecuador (Barriga, 2012). En Ecuador, Lebiasina bimaculata se distribuye en las cuencas de los ríos Esmeraldas y Guayas en la región litoral, además de algunos registros en la Amazonia (Jiménez-Prado et al., 2015; http://vertnet.org/index.php;http://fishnet2.net/). Lebiasina bimaculata puede tolerar bajas concentraciones de oxígeno en el agua, por lo que es común encontrarla en aguas estancadas, remansos, quebradas y humedales (Jiménez-Prado et al., 2015).
En el presente estudio reportamos un caso de leucismo en L. bimaculata con base en un ejemplar recolectado el 9 de julio de 2017, en el río Chongón, tributario del río Guayas.
Materiales y métodos
El ejemplar leucístico de L. bimaculata fue capturado en el río Chongón (-2º 08’ 50’’S -80º 05’ 53’’O, a 200 m s. n. m.), parroquia Chongón, cantón Guayaquil, provincia del Guayas, Ecuador (Figura 1). El río Chongón forma parte de la zona ictiogeográfica del Guayas (Barriga, 2012). Presenta 2.1 m de ancho y una profundidad de 0.2 m, aguas transparentes y sustrato arenoso. La vegetación circundante corresponde a un remanente de bosque semideciduo de tierras bajas del Jama-Zapotillo (Chinchero et al., 2013).
Los peces fueron capturados mediante una red de arrastre a orilla. El individuo leucístico fue fotografiado in situ con una cámara Nikon D7200 y posteriormente se sacrificó según las directrices de la Asociación Americana de Medicina Veterinaria (AVMA) (Leary et al., 2013). Se preservó con base en los protocolos establecidos por Maldonado-Ocampo et al. (2005). El ejemplar se depositó en la colección de peces del Laboratorio de Vertebrados de la Escuela de Biología, Ecología y Gestión de la Universidad del Azuay (MZUA-IC), donde fue identificado con base en Jiménez-Prado et al. (2015).
Resultados
Durante la fase de campo del proyecto “Estudio de Impacto Ambiental (EIAD) de las líneas de transmisión a 500kV entre Ecuador y Perú”, se registró 1 ejemplar leucístico de L. bimaculata (Figura 1), conjuntamente con 20 individuos fenotípicamente normales en el río Chongón. Típicamente L. bimaculata se reconoce por presentar coloración verdoso-amarillenta en el dorso, grisácea a lo largo de la superficie de la línea lateral y blanquecina en el vientre. La base de las escamas de la segunda a la sexta serie longitudinal presentan pigmento que varían de rosado a rojo intenso. Además de una mancha pequeña redonda en la base de la aleta caudal, que la diferencia de Lebiasina aureoguttata (Figura 2A).
El caso de leucismo fue registrado en un individuo joven de L. bimaculata (MZUA-IC-622) de 62 mm de longitud estándar. Presenta despigmentación en todo el cuerpo, excepto en el iris y en la base de la tercera escama de la cuarta serie de escamas longitudinales, donde se observa una pequeña mancha de pigmento rojo intenso (Figura 2B).
Discusión
En Suramérica se han reportado 18 casos de aberraciones pigmentarias en peces dulceacuícolas, 88.9 % albinos (16 spp) y 11.1 % leucísticos (2 spp), en los órdenes: Characiformes, Gymnotiformes, Siluriformes y Ceratodontiformes. La mayor incidencia de aberraciones cromáticas la presentan los Siluriformes, con el 77.7 % del total (ver Anexo 1). En Ecuador los casos de leucismo se han reportado solo en poblaciones de astroblépidos (Mena-Valenzuela & Valdivieso-Rivera, 2016). Por lo tanto, el presente reporte es el primer caso de leucismo en Characiformes a nivel nacional y regional (Anexo 1).
Animales con anomalías cromáticas como el albinismo y leucismo son poco frecuentes debido principalmente a sus bajas tasas de supervivencia (Noronha et al., 2013). Los animales silvestres que presentan anomalías cromáticas generalmente nacen muertos o con malformaciones, y cuando logran llegar hasta adultos son detectados fácilmente por sus depredadores (Krecsák, 2008). Es así que presumimos que la supervivencia lograda por el ejemplar leucístico de L. bimaculata quizá se deba a la escasez de depredadores naturales en su hábitat, ya que no se registraron especies depredadoras en simpatría, como Hoplias microlepis.
Varios estudios han propuesto que las altas frecuencias de aberraciones cromáticas en fauna silvestre podrían ser indicativos de endogamia, contaminación, exposición a metales pesados o estrés ambiental (Oliveira & Foresti, 1996; Bensch et al., 2000; Ueda et al., 2007; Brito & Valdivieso-Bermero, 2016). El río Chongón recibe sedimentos emanados por las actividades mineras (extracción de roca caliza), y residuos por el manejo inadecuado de la ganadería y agricultura, que juntos han ocasionado la explosión de cianobacterias (e.g. Oscillatoria y Anabaena) (Mena-Jaen, 2013). Estas podrían estar actuando de manera sinérgica para causar la aparición de aberraciones cromáticas. Sin embargo, futuros estudios que ayuden a revelar las causas concretas de las anomalías pigmentarias son necesarios.