Introducción
Entre los insectos cavernícolas, la mayoría de las especies registradas corresponden a organismos terrestres. La fauna cavernícola de insectos acuáticos a nivel mundial tiene relativamente pocos estudios. Así por ejemplo, Peck et al. (1998) registran para 11 cuevas en Cuba, 53 especies de Coleoptera, incluyendo 4 especies de Dytiscidae, 2 de Gyrinidae y 2 de Hydrophilidae. Salavert et al. (2011), registran 7 especies de tricópteros en cuevas de Andalucía, todas ellas de la familia Limnephilidae y 11 para toda España, incluyendo las islas Baleares. Para Venezuela, Sanfilippo (1958) describió la especie Trogloguignotus concii (Dytiscidae) y posteriormente en Texas, Spangler y Barr (1995) describieron un nuevo género y nueva especie de la misma familia (Comaldessus stygius), la cual tiene ojos rudimentarios. Posteriormente, Spangler (1996) describió 4 nuevas especies de las familias Dytiscide, Noteridae y Elmidae.
En el caso particular de los hemípteros acuáticos o semiacuáticos, Decu et al. (1994) describen a Nepa anophthalma (Nepidae), de una cueva sulfurosa en Rumania, como la primera especie troglobia descrita entre los hemípteros acuáticos. Según estos autores, esta especie está adaptada a estos ambientes y ha perdido los ojos. Latella et al. (1999) registran la presencia de Nepa cinerea en una cueva sulfurosa de Italia, pero esta especie también se registra comúnmente en aguas superficiales.
Para el suborden Gerromorpha, hay antecedentes de especies asociadas a hábitats subterráneos y cavernícolas. En la familia Mesoveliidae, Gagne y Morré (1975) describen Speovelia aaa, como la primera especie de hemíptero troglobio, habitante de áreas húmedas en cuevas de lava en Hawaii. Esta especie tiene ojos pequeños con poca pigmentación. Polhemus (1975) describe Speovelia mexicana en baja California, Sonora, México, en cuevas expuestas a aguas intermareales; esta especie estaría restringida a las regiones adyacentes al Mar de Cortez. Speovelia maritima, también está asociada a costas rocosas y cuevas en Japón (Polhemus, 1975). Estas dos últimas especies se consideran troglófilas.
La familia Hernatobatidae con un solo género marino y nuevo especies, habita en las áreas intermareales de costas rocosas de origen coralino, en las oquedades de las mismas, incluso en pequeñas cavernas que quedan sumergidas con una burbuja de aire. Sus hábitos de vida están muy influenciados por los cambios de marea. Abandonan las grietas poco antes de la marea baja y se desplazan en la superficie del agua hasta una hora antes de que cambie la marea, por lo que no pueden ser consideradas como especies cavernícolas (Aristizábal-García, 2017).
Específicamente para la familia Veliidae, Microvelia cavernula habita en cavernas de Venezuela (Polhemus, 1972). Este autor la describe para la cueva Alfredo Jahn en el estado Miranda (Caribe venezolano), sin mayor información sobre su hábitat ni la profundidad a la que fue colectada, aunque esta caverna cuenta con un río subterráneo de gran longitud y envergadura (Lasso, obs. pers.). Drake (1952) describió a Micovelia oraria como habitante de oquedades (madrigueras) construidas por cangrejos en la costa atlántica de Costa Rica, sin dar más detalles sobre su hábitat. Posteriormente, dos especies de Microvelia, M. chanita y M. inquilina, fueron descritas también como habitantes de dichos tipos de madrigueras de cangrejos (Polhemus y Hogue, 1972). La primera especie fue colectada en un agujero del cangrejo terrestre o de manglar, Cardisoma crassum, que construye sus madrigueras justo por encima de las mareas más altas, mientras que la segunda especie es propia de la zona intermareal y se conoce solo de agujeros del cangrejo violinista (Ucides occidentalis), ambas especies de la costa pacífica de Costa Rica. Microvelia cavicola, pese a su nombre, no está asociada específicamente a cavernas sino a huecos en árboles (fitotelmata) en Panamá (Yanoviak, 1999), por lo que estas especies no deberían ser consideradas en ninguna de las categorías de troglóbias.
Para la subfamilia Veliinae, Velia caprai ha sido registrada en una cueva de Almería en España por Ruíz-Portero et al. (2002).
En Colombia, Casallas-Pabón et al. (2013) señalan a un hemíptero terrestre excavador de la familia Cydnidae, para varias cuevas y cavernas de Santander.
El género Strudivelia se caracteriza por poseer depresiones glabras en el tórax y abdomen y mecanismos estridulatorios en su conexiva, con excepción del subgénero Aenictovelia, al cual pertenece S. cinctipes, que carece de mecanismos estridulatorios y presenta una amplia distribución en Suramérica, encontrándose principalmente entre los 0 y 500 m s.n.m. Strudivelia cinctipes, es la única especie del género en la que el macho presenta una espina o espolón de tamaño variable en el trocánter posterior, que está ausente en la hembra. Se distribuye desde México a Brasil. Para Colombia, se ha encontrado en los departamentos de Antioquia, Magdalena, Meta, Norte de Santander y Valle del Cauca, asociada a la película superficial de cuerpos de agua, (Aristizábal García, 2017), por lo que este es el primer registro para el departamento de Santander y representa un aumento en el intervalo altitudinal de su distribución.
En la presente nota se registra esta especie por primera vez para ambientes cavernícolas.
La especie fue colectada en el interior de la Cueva Piquitos (Finca La Milagrosa), vereda Árbol Sólo, El Socorro (Santander), Colombia (06°25´37,2´´N-73°14´34,9´´O) a 1410 m s.n.m. (Figura 1), por C. A. Lasso y J. Andrade (20-09-2017), en el marco de las investigaciones bioespeleológicas realizadas por el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt en el departamento de Santander. La cueva está dentro de una matriz agrícola conformada principalmente por cultivos de café y cítricos.
Se colectaron 2 individuos (macho y hembra) (Figura 2), a 350 metros de profundidad de la entrada de la cueva, en una galería de 2 m de ancho por 5 m de alto aproximadamente, en la cual se encontró un pozo de 70 cm de profundidad. Este pozo mantenía agua corriente conectada al cauce principal del río subterráneo que atraviesa la caverna (Figura 3) y mostró las siguientes características fisicoquímicas: pH = 7,72; conductividad = 38 μ/cm; Total de Sólidos Suspendidos-TDS = 22 ppm y una temperatura de 21,8 °C. El río discurre a lo largo de toda la cueva (aunque en ciertas secciones desaparece en sumideros) y aparentemente no se conecta con los sistemas hídricos epigeos, ya que la quebrada o río adyacente a la cueva, mostró valores muy diferentes (elevados) de conductividad y TDS (C = 295 us/cm; TDS = 168 ppm), en relación a las aguas cavernícolas.
La presencia de este hemíptero en ambientes acuáticos hipogeos (subterráneos) y a unos 900 m s.n.m por encima del intervalo altitudinal conocido para la especie, muestra la necesidad de seguir estudiando la bioespeleofauna acuática colombiana a mayor profundidad. Es muy probable que con nuevas prospecciones y exploraciones en las cuevas, cavernas y otros sistemas subterráneos de la región Andina de Colombia, se reporten nuevos registros y ampliaciones de distribución.