Introducción
El proceso de transición demográfica indica que el envejecimiento en la población colombiana, tiene tasas de crecimiento superiores al de la población mundial. Entre 1985 y el año 2013, la población total de 60 años o más aumentó en 1.672.344, con un ritmo de crecimiento promedio del 3,18% anual en ese periodo. Para el 2015, el incremento de la población mayor fue del 3,51% y se tiene proyectado para el 2020, un aumento del 3,76%1. Este crecimiento poblacional es más acentuado en ciudades como: Bogotá, Valle, Atlántico, Quindío, que presentan niveles relativamente altos de desarrollo social y transiciones demográficas más avanzadas2.
El envejecimiento es un proceso progresivo, caracterizado por el deterioro gradual acumulativo y generalizado de las funciones fisiológicas, que puede explicarse por factores genéticos, múltiples morbilidades, y a su vez factores no genéticos especialmente relacionados con la nutrición, el estilo de vida y la actividad física3; generando, un desgaste muscular y una alteración estructural del sistema nervioso, que limita a los sujetos en su movilidad, presentando una fuerte incidencia en el deterioro del equilibrio y la marcha4,5. Así mismo, se origina una pérdida gradual de la capacidad funcional, debido a una disminución de la densidad mineral ósea, la fuerza muscular y la calidad muscular, predisponiendo a los adultos mayores a un incremento en el riesgo de discapacidad6,7; situación, que se evidencia en el aumento de las caídas, reflejando una condición dependencia y movilidad que requiere de cuidados de enfermería o atención hospitalaria8. Considerando lo anterior, aparecen patologías como la dinapenia debido a las deficiencias funcionales del sistema neuromuscular humano que aunado a la pérdida de fuerza y potencia muscular, impactan de manera directa la condición física funcional en el adulto mayor9.
Es entonces, que la disminución de la fuerza se da de manera paralela a la pérdida de masa muscular; después de los 20 años y hasta los 70, se produce una reducción entre el 30 y 40% de ésta. La pérdida de masa muscular, ocurre principalmente a través del deterioro de unidades motoras y atrofia de las fibras musculares supervivientes; dicha, consunción de fibras musculares está asociada con la muerte de las motos neuronas (MN) en la columna vertebral10. Por ende, el detrimento de estos dos componentes impacta la distribución de la composición corporal; condiciones que aumentan la prevalencia de caídas, que afectan al 32% de los adultos con edades entre 65 a 74 años y a 51% con edad superior de 85 años11. Por consiguiente, el promedio de disminución en las moto neuronas en adultos mayores de 60 años, es de aproximadamente el 50%. Asociado a la atrofia muscular, se observa una reducción del 18% en la sección trasversal del musculo y un 25% menos de fibras musculares en los adultos mayores en comparación con los adultos jóvenes12.
Con respecto, a los cambios que ocurren durante el proceso de envejecimiento, la condición física funcional (CFF), se convierte en un elemento fundamental a estudiar, alterar alguno de sus componentes (fuerza muscular, flexibilidad, equilibrio, agilidad y capacidad aeróbica) conduce a la disminución de la capacidad funcional del adulto mayor; entendiendo la CFF, como el conjunto de cualidades físicas necesarias para la realización de las tareas de la vida diaria de una forma segura e independiente sin una fatiga excesiva13. En este sentido, en los últimos años se ha identificado el mantenimiento de las cualidades físicas (por ejemplo, fuerza, resistencia, potencia agilidad, y el equilibrio), como un factor clave en la preservación de la movilidad y la independencia que permite a los adultos mayores realizar las actividades cotidianas como subir escaleras, levantar y transportar objetos, entrar y salir de la silla de un vehículo, caminar alrededor de las tiendas, edificios o parques14. Estos niveles de funcionamiento físico son aspectos estrechamente relacionados con el concepto de “envejecimiento exitoso”15,16.
Con base en lo expuesto, se puede establecer por medio de estudios epidemiológicos, que una baja CFF, se convierte en un predictor significativo de eventos adversos de salud tales como discapacidad17, hospitalización y mortalidad entre adultos mayores18, producidos por el pobre funcionamiento muscular que disminuyen la capcidad funcional, aumentando así el número de caídas y mortalidad en esta población19,20. Es de vital importancia considerar que la CFF, se mejora a partir de la ayuda de la práctica habitual de la Actividad Física y una alimentación adecuada, retrasando el envejecimiento e incrementando la esperanza de vida21. El propósito del presente estudio fue determinar la CFF en un grupo de adultos mayores que residen en hogares geriátricos de la ciudad de Bogotá.
Materiales y métodos
Se trata de un estudio observacional de diseño transversal y de corte descriptivo, que evaluó la condición física funcional en el adulto mayor institucionalizado de la ciudad de Bogotá. La muestra se conformó por 253 adultos mayores institucionalizados en 12 hogares geriátricos de la ciudad Bogotá, que fueron seleccionados a través de la técnica de muestreo no probabilístico por conveniencia. El 42,7% fueron hombres y mujeres 57,3%, quienes participaron de manera voluntaria tras conocer el propósito del estudio y cumplir con los criterios de inclusión: ser mayor de 60 años, firmar el consentimiento informado y residir permanentemente en una institución de adultos mayores. Los criterios de exclusión estuvieron asociados a la presencia de dolores severos en extremidades, enfermedades respiratorias, insuficiencia cardíaca, episodios de vértigo y contraindicaciones médicas para esfuerzos físicos.
Evaluación de variables
La medición de las variables de estudio se realizó en un único día, iniciando por la valoración antropométrica y posteriormente, la valoración de la condición física funcional como se evidencia a continuación:
Variables antropométricas: Se evaluó: la masa corporal total utilizando una báscula electrónica (tanita BF-559, con 0,50 g. de precisión), la estatura con un estadiómetro móvil (SECA-217 rango20 - 205 cm y de 1mm de precisión). El IMC se calculó a través de la ecuación teórica IMC= peso (kg)/Talla (m)2.
Condición Física Funcional: Se valoró a través de la batería, Senior Fitness Test (SFT) propuesta por Rikli & Jones (2001), adoptando el siguiente orden en la realización de las pruebas físicas:
Sentarse y levantarse de una silla en 30 segundos (repeticiones): número de stands completos en 30 seg con los brazos cruzados sobre el pecho.
Flexión de codo en 30 segundos (repeticiones): número de flexiones de bíceps en 30 seg sosteniendo el peso de la mano (mujeres 5 lb; hombres 8 lb).
Capacidad aeróbica en 2 minutos (repeticiones): número de pasos completados en 2 min, elevando cada rodilla hasta el punto medio entre la rótula y la cresta ilíaca (la puntuación es el número de veces la rodilla derecha alcanza el objetivo).
Flexibilidad de miembros inferiores y superiores (cm): desde la posición sentada al frente de la silla, con la pierna y las manos extendidas hacia los dedos de los pies, número de cm (+ o -) desde los dedos extendidos hasta la punta del dedo del pie.
Juntar las manos (cm): con una mano por encima del hombro y la otra en medio de la espalda, número de cm entre dedos medios extendidos (+ o -).
Agilidad y equilibrio (seg): número de segundos necesarios para levantarse de la posición sentada, caminar 8 pies, girar y volver a la posición sentada en chai.
Los valores obtenidos en el presente estudio, fueron comparados con los valores de referencia propuestos en la batería mencionada.
Análisis estadístico
Para el análisis estadístico se utilizó el sofware SPSS-Statistical Package for Social Sciences versión 23.0 (SPSS Inc., Chicago, IL, USA). Respecto a la verificación de normalidad en la muestra se utilizó la prueba Kolmogorov-Smirnov. Se realizó un análisis descriptivo univariado según el nivel de medición de las variables, de manera que para las variables cuantitativas (peso, talla IMC, medidas por la SFT, entre otras) se calculó la media y la desviación estándar; mientras que para las variables cualitativas (género, grupos etarios, categorías del IMC) se obtuvo la distribución porcentual de frecuencias.
Consideraciones éticas
El estudio fue diseñado siguiendo las normas deontológicas reconocidas por la Declaración de Helsinki y la Resolución 008430 de 1993 del Ministerio de Salud de Colombia y aprobado por el Comité de Ética de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN). A todos los participantes se les explicó los detalles del estudio y firmaron el consentimiento informado.
Resultados
La muestra estuvo conformada por 253 adultos, 108 (42,7%) hombres y 145 (57,3%) mujeres, entre los 60 y 94 años de edad, distribuidos en cinco grupos etarios de la siguiente forma: 60-64 (n=41), 65-69 (n=42), 70-74 (n=37), 75-79 (n=42), 80-84 (n=36), 85-89 (n=32) y 90-94 (n=23) y según género como se observa en la Figura 1.
Las características de composición corporal por sexo y grupo etario se presentan en la Tabla 1. En relación al estado nutricional, la población del estudio se clasificó siguiendo la propuesta de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología.
Las variables de condición física funcional se presentan en la Tabla 2. En todas las pruebas se encontraron diferencias significativas para todos los rangos de edad tanto en hombres como en mujeres (p<0,01).
Variables | Sexo | 60-64 | 65-69 | 70-74 | 75-79 | 80-84 | 85-89 | 90-94 | p |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
n=41 | n=42 | n=37 | n=42 | n=36 | n=32 | n=23 | |||
Levantarse y sentarse (rep) | Hombres | 15,1±1,5 | 14,5±1,5 | 13,4±0,8 | 9,8±1,7 | 8,2±0,7 | 7,1±1,0 | 4,8±0,8 | <0,01** |
Mujeres | 13,9±9,7 | 12,9±9,4 | 12,3±1,7 | 11,7±1,2 | 8,7±1,2 | 6,7±1,0 | 4,0±1,0 | <0,01** | |
Flexión de codo (rep) | Hombres | 17,6±1,3 | 16,3±1,8 | 14,8±1,0 | 13,5±0,7 | 11,5±1,0 | 9,2±1,0 | 6,7±1,2 | <0,01** |
Mujeres | 14,6±1,6 | 15,2±1,9 | 13,4±2,2 | 13,0±1,4 | 8,1±1,6 | 7,6±1,5 | 6,0±1,5 | <0,01** | |
Flexión de tronco (cm) | Hombres | -1,1±3,6 | -2,5±3,3 | -7,3±2,1 | -13,6±1,9 | -16,4±0,7 | -21,2±2,3 | -26,0±0,9 | <0,01** |
Mujeres | 1,7±4,0 | 1,5±2,1 | 1,5±3,1 | -0,22±2,5 | -3,3±2,5 | -3,4±4,6 | -9,7±2,4 | <0,01** | |
Juntar las manos (cm) | Hombres | -1,54±2,7 | -7,0±3,0 | -8,1±4,0 | -23,0±0,8 | -26,1±1,6 | -27,3±1,3 | -30,2±0,7 | <0,01** |
Mujeres | -1,8±3,2 | -2,5±4,2 | -4,2±4,3 | -7,6±3,8 | -9,5±2,7 | -13,6±2,5 | -18,1±1,9 | <0,01** | |
Agilidad y equilibrio (seg) | Hombres | 5,1±0,6 | 5,1±0,6 | 6,0±0,3 | 7,4±0,6 | 9,5±0,5 | 9,5±0,4 | 12,6±1,4 | <0,01** |
Mujeres | 5,8±0,5 | 5,7±0,5 | 6,2±0,6 | 6,1±0,6 | 8,9±0,4 | 10,3±0,7 | 12,7±0,8 | <0,01** | |
>Marcha estacionaria (rep) | Hombres | 88,4±3,0 | 87,4±1,6 | 83,0±1,7 | 76,2±4,0 | 66,0±3,4 | 55,7±2,3 | 47,3±2,6 | <0,01** |
Mujeres | 80,5±5,4 | 77,1±2,8 | 67,3±3,1 | 64,2±1,7 | 54,7±1,9 | 46,6±3,3 | 40,1±3,5 | <0,01** |
Discusión
La condición física funcional en los adultos mayores puede verse afectada por múltiples factores, principalmente por el envejecimiento. Por tanto, envejecer bien ha sido una preocupación constante22. Evidencia emergente indica que la condición física es un parámetro de salud y funcionalidad en esta población.
Los cambios asociados al envejecimiento impactan significativamente la composición corporal. El IMC identificado en el presente estudio fue de 24,9 kg/m2 en la población total; esto significa que tanto en hombres como mujeres la diferencia es de 3% con respecto a lo encontrado en estudios como el de Kyrdalen et al.23, Reitlo et al.24 y Kim et al.25. Sin embargo, aunque el IMC como parámetro de adiposidad corporal, es un indicador ampliamente utilizado en estudios epidemiológicos para determinar el estado nutricional, sería pertinente realizar un análisis de la composición corporal desde la relación entre la masa muscular, masa grasa y osea con el propósito de estimar factores de riesgo asociados a la aparición de la sarcopenia o la caquexia26. Estudios longitudinales desarrollados en adultos mayores establecen que a medida que aumenta la edad, la masa muscular presenta un descenso27-29 y la masa grasa, tiende a aumentar30. Lo que conlleva a determinar una relación clara entre la edad, un bajo nivel de condición física y parámetros de composición corporal.
Al analizar los resultados a cerca de la condición física funcional en adultos mayores institucionalizados, se encontró que tanto hombres como mujeres a partir de los 80 años se encuentran por debajo de los valores de referencia de la SFT, propuestos por Rikli y Jones en seis pruebas que evalúan los componentes de fuerza, flexibilidad, equilibrio y resistencia5 en lo que respecta a los hombres en las pruebas que evalúan la fuerza en miembros superiores e inferiores (flexión de codo y levantarse y sentarse) se presentó una reducción del 20%. En cuanto a la flexibilidad, determinada por medio de las pruebas de flexión de tronco y juntar las manos, se reporta una disminución del 42% y 16% respectivamente; así mismo la agilidad y equilibrio presenta una pérdida de un 19% y un 7% en la resistencia aérobica (2 minutos de marcha). Ahora bien, para el caso de las mujeres, el declive de la condición física funcional se ve reflejada en la perdida de la fuerza en miembros superiores con un 23%, la resistencia con un 11% y por último la agilidad y equilibrio presenta una reducción del 9%.
En relación a la fuerza de miembros inferiores (levantarse y sentarse), el presente estudio estableció en mujeres de 65 a 79 años una pérdida del 8% contra el 13% de los estudios de referencia; en el caso de los hombres en las mismas edades se observó una pérdida del 5% con respecto al 7% reportado en países como Estados Unidos31-34. Si bien, una óptima condición física está relacionada con la salud, estudios experimentales en adultos mayores institucionalizados demuestran que una buena condición física desencadena en una buena capacidad funcional y por tanto disminuye el riesgo de caídas35,36.
Al contrastar los resultados de la presente investigación, con el estudio realizado en Taiwán en una población de hombres y mujeres con edad promedio de 72,6 años, n=12.393, se encontraron diferencias importantes en relación a la CFF37; el estudio refleja que, el desempeño de la condición física en hombres en la prueba de levantarse y sentarse presenta una variación porcentual del 18%, respecto a lo reportado; en el caso de las mujeres la diferencia es del 22%. En la marcha estacionaria, se registra solo una diferencia del 2% en hombres mientras que en mujeres fue del 25%; en la fuerza de miembros inferiores en hombres la diferencia es del 24% y en mujeres del 31%; finalmente, en la prueba de juntar las manos atrás de la espalda, la diferencia fue del 64% para el caso de los hombres y 65% para las mujeres.
En un estudio comparativo realizado por Herazo-Beltran cuyo propósito fue estimar las diferencias en la calidad de vida, funcionalidad y condición física en adultos mayores institucionalizados, respecto a los no institucionalizados; se encontró que la institucionalización de las personas mayores está relacionada con un aumento en los porcentajes de inactividad física y de limitaciones en al menos una actividad básica de la vida diaria (ABVD), lo que constituye un factor negativo en la funcionalidad de la población38.
Por otra parte Sampaio et al.39, realizaron un estudio en una población de adultos mayores institucionalizados con un promedio de edad de 78 años. Los resultados contrastados con los de este estudio, reflejan diferencias en cuanto a la resistencia en un 15%, obteniendo un mayor número de repeticiones; comparado con esto, la fuerza en tren inferior en el estudio referido, aparece con un desempeño del 18%, caso contrario es lo que se evidencia en la fuerza de miembros inferiores, en la que la población colombiana con 21% obtiene mejores resultados; se puede inferir que las actividades que se realizan al interior de los hogares pueden favorecer la forma física de los AM.
La calidad de vida de los adultos mayores institucionalizados, se puede mejorar a partir de la intervención de la condición física, factor fundamental para los aspectos relacionados con la cognición y la capacidad funcional. Como se determinó en el presente estudio, la perdida de capacidades, habilidades y destrezas físicas, están asociadas a estilos de vida sedentarios propios de los hogares geriátricos; por tanto, el aumento de mortalidad y baja calidad de vida, está relacionada con la condición de institucionalización, deteriorando especialmente el sistema neurológico, muscular y esquelético40.
Conclusiones
Los resultados aportados en esta investigación permiten identificar que a nivel general los adultos mayores institucionalizados que fueron evaluados, presentan características asociadas a una baja condición física funcional, respecto a los valores de referencia generados por ls SFT. Se evidencia que los componentes de la condición física funcional se ven impactados negativamente con el paso del tiempo, lo que seguramente tiene implicaciones severas en su capacidad funcional y en el desarrollo de las actividades básicas de la vida diaria; aumentando así, el riesgo de caídas y discapacidad física en el adulto mayor.
El presente estudio, puede convertirse en un referente para la formulación de programas orientados a la promoción del ejercicio físico en los hogares geriátricos, a partir de la caracterización del adulto mayor institucionalizado.