INTRODUCCIÓN
El sistema educativo colombiano, en estos últimos años, ha experimentado cambios en el campo de la evaluación de estudiantes debido a la puesta en práctica en las Instituciones Educativas (I.E.) Oficiales del departamento de Nariño, del Sistema Institucional de Evaluación Educativa (SIEE) establecido mediante Decreto 1290 de 2009 del MEN, con la intencionalidad de intervenir los procesos de evaluación para mejorar su calidad. En consecuencia, con dicho decreto se reglamenta la evaluación del aprendizaje y la promoción de los estudiantes en los diferentes niveles de educación básica y media, a través de criterios, estrategias, procesos, acciones; se establece la periodicidad y estructura de los informes de los estudiantes y los mecanismos de participación de la comunidad educativa en la construcción del SIEE, especialmente como un llamado a la autonomía de las I. E. (MEN, 2009).
Debido a que estas nuevas disposiciones se refieren a los diferentes aspectos de la evaluación, su aplicación provocó múltiples reacciones y dificultades, tanto en su comprensión como en su aplicación, es así que la pretensión de mejoramiento, asociada al sistema de evaluación implementado en las Instituciones Educativas, se redujo a la urgencia de evaluar cuantitativamente, desconociendo una vez más que evaluar es uno de los actos más auténticamente pedagógicos por estar insertado en el proceso formativo, por tanto, demanda la coherencia entre el enfoque de evaluación y de enseñanza.
Esta nueva realidad se constituye en la problemática objeto de estudio de la presente investigación que documenta los procesos, las prácticas y actitudes, que se suscitan en algunas Instituciones Educativas Oficiales del Departamento de Nariño estudiadas, por parte de los diferentes actores, con la puesta en marcha del SIEE (Decreto 1290 de 2009), desde el año 2010, hasta el año 2012, periodo en el que se inicia la implementación de la nueva normativa.
METODOLOGÍA
La investigación se desarrolló con un enfoque de investigación cualitativa de tipo evaluativa, bajo la metodología de Investigación-Acción, que se desplegó en cinco momentos de investigación relacionados entre sí, como se describe a continuación.
Trabajo de campo. Acercamiento a la realidad: Implicó la aplicación de entrevistas y encuestas a docentes, estudiantes, padres y madres de familia. Además se realizó un análisis de contenido al documento escrito de SIEE, y a las técnicas e instrumentos que se aplican para la evaluación de estudiantes.
Informe de análisis preliminar: Se realizó el acercamiento a la realidad, luego se hizo el análisis de la información recopilada que permitió establecer los aciertos, las tensiones y dificultades de la implementación del SIEE.
Fundamentación teórica: Permitió confirmar y sustentar los aciertos, las dificultades y tensiones detectadas que se fundamentaron con autores y obras que han tratado dichas situaciones.
Devolución de la información: En este momento de la investigación y con miras a construir colectivamente la caracterización de la realidad y el referente teórico, se devolvió la información en el I Simposio de Evaluación del Aprendizaje, desarrollado durante los días 13, 14 y 15 de noviembre de 2013 en las Instalaciones de la Universidad de Nariño.
Formulación del plan de mejoramiento de los procesos evaluativos. A partir de los hallazgos alcanzados en los anteriores momentos se elaboró un plan de mejoramiento para el SIEE.
DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Se presenta a continuación la discusión de los resultados alcanzados en esta investigación que permitió el encuentro con la realidad de la evaluación en las instituciones educativas estudiadas, desde la mirada de los profesores, los estudiantes y los padres de familia a partir de la implementación del Decreto 1290 de 2009 que pretendía generar “mejores prácticas educativas, ambientes de aprendizaje y de evaluación, para apoyar los aprendizajes de los estudiantes” MEN ( 2009, p. 30), desde la autonomía de los colectivos de maestros trabajando con todos los actores de la comunidad educativa.
De igual forma, esta investigación abrió la posibilidad de reconocer los acuerdos y prácticas institucionales que se suscitaron en torno a la evaluación del aprendizaje de los estudiantes, que llaman la atención por la persistencia de concepciones y prácticas evaluativas asociadas a procesos de enseñanza y aprendizaje transmisionistas con la idea de evaluar para medir, calificar y mejorar el rendimiento académico.
2.1. Percepciones y actitudes de los profesores
Los maestros encuestados, en su mayoría, consideran que el SIEE reconoce su autonomía, no obstante, los maestros expresan una ambivalencia al referirse en el mismo porcentaje tanto a los sentimientos de ansiedad y preocupación por las exigencias que demanda el SIEE, como al agrado ante esta experiencia, como se puede apreciar en los resultados de la tabla 1.
Estos resultados evidencian las dificultades para comprender el SIEE y la nueva normativa debido a que son directrices que pretenden convertirse en la principal herramienta pedagógica para el mejoramiento de la calidad educativa y orientar el cambio de uno de los procesos más complejos y que presenta mayor resistencia, como es la evaluación. Aunque el MEN ( 2009) evidencia el proceso participativo de construcción colectiva y la posterior receptividad positiva de la ciudadanía sobre el decreto, los maestros encuestados manifiestan sentimientos y actitudes diversas, debido a las nuevas demandas que se le hace al maestro, en el sentido de implementar estrategias novedosas en el campo de la evaluación porque el decreto “es una clara invitación a los colectivos de maestros y a las instituciones educativas” (p. 30), para que trabajen con todos los actores de la comunidad educativa, a fin de “consolidar mejores prácticas educativas, ambientes de aprendizaje y de evaluación, para apoyar los aprendizajes de los estudiantes” (p. 30). La dimensión de estas demandas puede estar relacionada con la presencia de desconcierto, ansiedad y preocupación en los maestros encuestados, al encontrar que “la tarea de construir un sistema institucional, es un proceso amplio, complejo, de mucha responsabilidad y gran relevancia en cualquier institución escolar” (MEN 2009:34).
Sin embargo, otros maestros consultados expresan su agrado con esta experiencia que demanda el ejercicio de la autonomía escolar, establecida desde el año 1994 en la Ley General de Educación, y según el MEN ( 2009: 34) se trata de abandonar la idea de “tener un único modelo y sistema de evaluación de los estudiantes para todo el país”. En consecuencia, se hace necesario dialogar y llegar consensos con toda la comunidad educativa, conocer la cultura escolar, los contextos, además implica el estudio, reflexión, análisis, “para no generar efectos contrarios a los previstos o que la reforma no vaya más allá de la introducción de conceptos novedosos que no cambian en nada las prácticas tradicionales” . Es por eso que la tarea de construir un sistema institucional de evaluación, es un proceso amplio, complejo, de mucha responsabilidad y gran relevancia para toda institución educativa MEN ( 2009:34).
Por otra parte, los maestros encuestados, en sus percepciones reconocen que el SIEE contribuye al mejoramiento del rendimiento académico de los estudiantes (Tabla 2).
Al respecto se puede inferir claramente de los resultados que los docentes han establecido una correspondencia entre el mejoramiento del rendimiento académico y la implementación del SIEE, este es un hecho que puede estar sustentado en la influencia que tiene el peso de la tradición, la resistencia al cambio que se encuentra instalada en los actores escolares, es por eso que se toma el SIEE como nueva expresión, pero se mantiene la preocupación por el rendimiento académico, y con esta se sostienen las estructuras académicas, administrativas acríticas, el divorcio entre teorías y práctica y las prácticas transmisionistas.
En consecuencia, esta es una evidencia de la incomprensión del sentido y los propósitos de la evaluación en el decreto 1290/09 y la implementación del SIEE que no se concibió en función del rendimiento académico, si no para “recoger información sobre aprendizajes significativos, críticos, autónomos, cooperativos, sociales y solidarios” (MEN 2009: 29), al concebir una evaluación formativa que permita a los estudiantes poner en práctica sus conocimientos, defender sus ideas, exponer sus razones, saberes, dudas, ignorancias e inseguridades con la intención de superarlas (MEN 2009, 2009).
De otro lado, los maestros expresan divergencias en cuanto a su preparación para implementar el SIEE, sobre su imposición y la aceptación de directrices, que se manifiestan en pensamientos y sentimientos disímiles que oscilan entre parcialmente de acuerdo y totalmente en desacuerdo, como se muestra en la tabla 3.
Se aprecia que en el pensamiento de los maestros consultados se identifican desacuerdos en cuanto a su preparación para implementar el SIEE, esto se debe en gran medida a las diferentes interpretaciones que se le ha dado al sentido y los propósitos de la evaluación en el decreto 1290/09 y la implementación del SIEE, como se explicó en los párrafos anteriores, si dicha puesta en marcha está asociada solamente al rendimiento académico, no se requiere mayor preparación por parte de los maestros; pero si se trata de una evaluación formativa para recoger información sobre aprendizajes significativos, críticos, autónomos, entre otros, se debe reconocer que los maestros no estaban preparados.
Otra manifestación de los maestros encuestados hace evidente las divergencias en cuanto a la imposición del SIEE, que a la mayoría les disgusta, otros están de acuerdo, pero en todo caso consideran que hay una imposición, porque no se sienten participes de este cambio que lo asumen como otra directriz que viene desde arriba, en este caso del Ministerio de Educación Nacional.
Llama la atención el porcentaje de maestros indiferentes, tanto a la preparación para implementar el SIEE como a su imposición, que puede ser uno de los orígenes de las interpretaciones inadecuadas, de los reduccionismos y las actitudes de resistencia que, aparentemente, hacen algunas adecuaciones pero en el fondo esperan que nada cambie en las prácticas de evaluación, situación que se puede ver fortalecida con el alto porcentaje de maestros que dicen aceptar las directrices del SIEE, probablemente de manera acrítica y por temor a la sanción, con lo cual toda reforma e innovación quedan reducidas a buenas intenciones que no se pueden concretar, porque se requiere que el maestro y todos los actores escolares hagan una ruptura con la idea de evaluar para medir, calificar y mejorar el rendimiento académico, que les permita avanzar en nuevas formas de pensar y hacer la evaluación formativa de los aprendizajes desde enfoques incluyentes, integradores, participativos para el desarrollo de las competencias en coherencia con el proyecto educativo institucional, los contextos y que se legitime con la participación de la comunidad educativa.
2.2 Percepciones y actitudes de los profesores y los estudiantes
En cuanto a la percepción de profesores y estudiantes sobre la evaluación de las características personales por parte del SIEE se encuentran diferentes manifestaciones como se muestra en los resultados de las tablas 4 y 5.
Donde se evidencia que según la mayoría de profesores si se evalúan las características personales de los estudiantes, como parte de su formación integral y el desarrollo de las competencias, referidas especialmente a las actitudes, intereses y necesidades, por su parte los estudiantes, en un menor porcentaje, también están de acuerdo que en su I.E. se realiza la evaluación con estas características, sin embargo, llama la atención que algunos estudiantes consideran lo contrario.
Estos resultados muestran el avance hacia nuevas formas de evaluación que superan la preocupación exclusiva por el rendimiento académico y la calificación del dominio de contenidos como resultado de la transmisión de conocimientos. De esta manera, se muestra un acercamiento a los propósitos y características que se plantean en el SIEE en el sentido de “identificar las características personales, intereses, ritmos de desarrollo y estilos de aprendizaje para valorar sus avances; proporcionar información básica para consolidar o reorientar los procesos educativos relacionados con el desarrollo integral del estudiante” (MEN 2009: 21, 29, 30).
Por otra parte, los docentes encuestados en su gran mayoría tienen conocimiento sobre la evaluación de los aprendizajes de sus estudiantes y a los avances que obtienen en dicho proceso, como se presenta en los resultados de la tabla 6.
Dichos resultados indican que las evaluaciones realizadas por los profesores están orientadas a identificar la forma como aprenden los estudiantes, el aprendizaje que logran y los avances. Este es una evidencia positiva en el proceso de evaluación que permite al docente identificar los diferentes ritmos de aprendizaje de los estudiantes, los progresos y las dificultades para informar a tiempo al estudiante e implementar estrategias que le permitan superar las deficiencias que se manifiestan en el proceso de enseñanza y aprendizaje, de esta manera se promueve la integración entre estos procesos que son importantes desde la evaluación formativa, que es concebida como una actividad continua y no sólo al final de un tema o unidad como si fuera independiente de la formación.
Por su parte, los estudiantes manifiestan que cuentan con información sobre los instrumentos con los que son evaluados, también conocen sus calificaciones y reciben acompañamiento por parte de los docentes y la I.E. que exige el cumplimiento de compromisos, como se presentan en los resultados de la tabla 7.
Se aprecia un alto porcentaje de estudiantes que reconocen como los docentes desde el inicio del año escolar les informan sobre las formas de evaluación y los diferentes instrumentos con los que evaluarán sus aprendizajes, de esta manera se ve reflejado que los criterios de evaluación son claros y negociados entre profesores y estudiantes que garantizan ecuanimidad y equidad en el proceso de evaluación.
En un menor porcentaje los estudiantes manifiestan que conocen a tiempo las calificaciones y reciben acompañamiento por parte de los docentes cuando tienen inquietudes, dificultades y solicitudes relacionadas con el proceso de evaluación. Estos resultados permiten inferir que se están realizando esfuerzos para ofrecer un acompañamiento con el fin de que el estudiante logre nivelarse en cuanto a las competencias y estándares establecidos para determinado grado. De esta manera el docente debe generar estrategias innovadoras para motivar y guiar a los estudiantes en sus procesos complementarios de aprendizaje apoyados en el acompañamiento que realicen los padres de familia desde sus hogares, a fin de superar progresivamente sus dificultades para llegar a buen término al finalizar su año escolar.
Los profesores explicitan que los propósitos de la evaluación están orientados a determinar la promoción de los estudiantes y a partir de los resultados de evaluación se formulan planes de mejoramiento, como se ve en los resultados de la tabla 8.
Estos hallazgos demuestran que los profesores y las instituciones educativas han acogido los planteamientos del decreto 1290/09 en cuanto a la autonomía para determinar la promoción de los estudiantes y el uso de los resultados de la evaluación para el ajuste e implementación del plan de mejoramiento institucional; en busca de la calidad, sería conveniente hacer un seguimiento a estas iniciativas para conocer los aportes y su sostenibilidad y evolución en el tiempo.
2.3 Percepciones de los padres de familia sobre el proceso de evaluación
Sabemos que los padres de familia son los principales responsables de la formación de sus hijos y que deben participar de manera activa en el proceso a través del conocimiento del sistema institucional de evaluación en cuanto a los criterios, instrumentos, procesos y promoción de los estudiantes; no solo deben recibir los informes sino plantear inquietudes y sugerencias que lleven a fortalecer la formación de sus hijos y ayudarlos a superar sus dificultades.
Los padres de familia manifestaron que la institución educativa les comunica y les da participación en el proceso de evaluación de sus hijos como se muestra en los resultados de la tabla 9.
Dichos resultados, a nivel general, muestran que la comunicación entre padres de familia y la institución educativa es buena, porque les informa sobre la evaluación que realizan a sus hijos, sobre las estrategias y actividades que los docentes desarrollan, también los invitan a formar parte del gobierno escolar, les exigen que estén atentos a la evaluación que realizan sus hijos y les explican los resultados de la evaluación contenida en los boletines que se les entrega cada periodo. Sin embargo, existe un porcentaje de padres de familia que aún no están enterados y desconocen el proceso que se lleva a cabo al interior de las instituciones, en cuanto a la evaluación, por eso es necesario que las I. E. propongan otro tipo de estrategias para llevar la información de los padres y lograr que hagan parte del proceso y sean considerados los padres de familia “agentes activos y participativos en el proceso evaluativo de sus hijos” (MEN 2009:63), de tal manera que asuman un actitud comprensiva en el acompañamiento durante la vida escolar de sus hijos, que generen confianza y apoyo a las dificultades que puedan tener en el transcurso de este periodo.
Esta idea esta respaldada por el decreto 1290 mediante el cual se crea el sistema institucional de evaluación de estudiantes, donde abre un nuevo escenario de participación a los padres de familia, dándoles posibilidades de “intervenir en la construcción de los SIEE, además de hacer el respectivo seguimiento a los procesos de aprendizaje de sus hijos” (MEN 2009: 64).
De otro lado, los padres de familia, manifiestan interés y compromiso con el proceso de evaluación que desarrollan sus hijos, de acuerdo a lo que se muestra en la tabla 10.
Los resultados muestran que los padres de familia están comprometidos con el proceso de evaluación de sus hijos, manifiestan estar pendientes de las evaluaciones, asistir a las reuniones de entrega de boletines y visitar a los docentes para averiguar sobre el rendimiento académico de sus hijos. Como se había mencionado anteriormente, es de vital importancia la participación de los padres de familia en el proceso de evaluación, y hace parte de su responsabilidad como padres, interesarse en este proceso, debido a que las decisiones que se tomen al interior del establecimiento educativo afectan positiva o negativamente la vida de sus hijos, por lo que es indispensable estar informado sobre el “desarrollo del PEI, los resultados de las evaluaciones internas y externas, la auto evaluación institucional y la ejecución de planes de mejoramiento” (MEN 2009:64), la participación de las reuniones y la comprensión de los resultados de la evaluación, para que pueda convertirse en un apoyo para el docente en favor del proceso educativo de sus hijos.
2.4 Acuerdos y prácticas institucionales en torno a la evaluación del aprendizaje de los estudiantes
En este acápite se muestra los resultados de investigación que responden al interrogante ¿cuáles son las condiciones teóricas, metodológicas y actitudinales de maestros en ejercicio, en torno a su práctica pedagógica evaluativa actual? Estos resultados se organizan en categorías y subcategorías emergentes de los testimonios escritos por los maestros consultados que se analizan a partir de sus relaciones en redes semánticas que abren la posibilidad de hacer comentarios desde la teoría y la interpretación de los investigadores, como se presenta a continuación (cuadros 1, 2 y 3):
a. Afectaciones e implicaciones del Decreto 1290/09
b. Características de la evaluación formuladas en el SIEE
Como puede observarse, las características de la evaluación en la diferentes Instituciones objeto de estudio, tienen un listado que va de 3, que incluso son recurrentes en las instituciones estudiadas, a 7; y en una de ellas pasan de enumerarlas, a decir qué evalúan, lo que muestra la dispersión conceptual existente; esa pluralidad, hace que cuando se buscan evidencias de la puesta en práctica de dichas características, se torne difusa, por lo que hace más difícil entender las concepciones existentes en torno a la evaluación, y obliga a pensar en que este estudio debe ser objeto de otra investigación.
2. PROPUESTA PARA UNA EVALUACIÓN ALTERNATIVA
La alternativa estaría en la construcción de una “escuela evaluadora”, cuyo eje central curricular y pedagógico sea la evaluación que construye sujetos evaluadores: estudiantes y docentes, que invitan a otros sujetos: padres de familia y evaluadores externos, para generar una cultura evaluadora más allá de la norma, más allá de los discursos académicos externos que provocan mayor confusión y caos.
Sería una experiencia construida desde dentro, cuyos protagonistas son precisamente los diferentes sujetos que participan en la labor educativa y formativa: docentes, directivos, estudiantes, padres de familia que están implicados en todo proceso de evaluación, en su condición humana, al manifestar sentimientos, valores, creencias, concepciones sobre el aprendizaje, la enseñanza.
Siendo la educación una práctica social y la evaluación uno de sus principales actos que se lleva a cabo en las instituciones educativas, que no se puede despojar de su función social, política y pedagógica (Santos, 2003).
La función social y política se relaciona con la promoción, con el fracaso escolar, con el éxito, con la deserción porque el proceso de enseñanza y aprendizaje se desarrollan en un clima que se caracteriza por los conflictos y la incertidumbre que están presentes y forman parte de las instituciones educativas. Mientras que la función Pedagógica: Diagnostica, selecciona, jerarquiza, comprueba, comunica, dialoga, forma, describe, explica, comprende, motiva, investiga, orienta, provoca el diálogo y la mejora, por tanto, la evaluación se relaciona con procesos fundamentales de la pedagogía.
Acogiendo los planteamientos de Santos (2003), se pretende superar la concepción de evaluación que se limita a discriminar, jerarquizar y calificar para avanzar hacia una comprensión de la evaluación, que nos permita aprender para mejorar la enseñanza de los profesores, el aprendizaje de los estudiantes y la calidad de las instituciones educativas.
En consecuencia se propone la evaluación de competencias Frola (2007) entendida como un proceso funcional sistemático, continuo, integral, orientador y cooperativo para obtener información sobre la manera en que el estudiante, demuestra ser competente a través de sus desempeños sobre los que se realiza una evaluación integral de competencias y habilidades del pensamiento, referidos a ciertos criterios -indicadores- para comprender el estado de los aprendizajes. Implica concebir la evaluación como proceso, que a lo largo del curso ha de proponer con cierta periodicidad actividades, de carácter evaluable, que faciliten la asimilación y desarrollo progresivos de los conocimientos, de las habilidades de pensamiento y competencias a alcanzar, respectivamente.
Se trata de aprender haciendo, de tal forma que la evaluación se convierte en un proceso continuo o progresivo, es eminentemente un proceso de investigación, con todas las características de ésta, mediante lo cual, el profesor puede realizar un mayor y mejor seguimiento del progreso en el aprendizaje del estudiante, ya que permite una valoración integral que responde a los siguientes interrogantes:
¿Para qué se evalúa?: Evaluación integral de competencias y habilidades del pensamiento.
¿Qué se evalúa?: Visión integral del aprendizaje y del desarrollo del individuo como ser humano.
¿Cuándo se evalúa?: Al inicio, durante y al final del proceso de aprendizaje.
¿Quién evalúa?: Autoevaluación, coevaluación, heteroevaluación
¿Cómo se evalúa? : Actividades evaluativas variadas, instrumentos y formas cualitativas.
La evaluación de competencias comprende:
El contexto o ambiente de aprendizaje y sus factores
El saber o conocimiento
Las competencias a desarrollar. Referentes
Las actividades de evaluación
Las herramientas de evaluación
Se relacionan a continuación algunas actividades e instrumentos que pueden contribuir a la evaluación cualitativa de competencias y habilidades de pensamiento (cuadro 4).
CONCLUSIONES
Los hallazgos de esta investigación muestran como las percepciones y actitudes de los profesores, estudiantes y padres de familia que tienen sobre el SIEE y su aplicación en las Instituciones Educativas son diversas y algunas veces coinciden pero en otros aspectos difieren como se concluye en los siguientes párrafos.
Se encuentra dificultades para comprender el SIEE y la nueva normativa, debido a que la evaluación es uno de los procesos más complejos, que presenta mayor resistencia al cambio en un acto educativo y en este caso específicamente está asociado a las nuevas demandas que se le hace al maestro, en el sentido de crear con autonomía su propio modelo de evaluación apoyado en la reflexión, la participación y el estudio que le permita implementar estrategias novedosas en éste campo que busquen la calidad educativa.
Frente a estas demandas algunos maestros una vez más evidencian la fuerte influencia que tiene sobre ellos el peso de la tradición que impide el cambio, cuando se crea una correspondencia entre el mejoramiento del rendimiento académico y la implementación del SIEE, de tal manera que se sostienen las estructuras académicas y administrativas acríticas, el divorcio entre teorías y prácticas, la evaluación en función solamente de los resultados desconociendo que en esencia el sentido y los propósitos de la evaluación se refieren sobre todo a las de obtener información sobre “aprendizajes significativos, críticos, autónomos, cooperativos, sociales y solidarios” (MEN 2009: 29) de los estudiantes.
Es así que éstos maestros consideran que no se requiere mayor preparación para implementar el SIEE porque solo trata de mejorar el rendimiento académico, mientras los profesores que entienden y asumen el sentido y los propósitos de la nueva propuesta de evaluación consideran que les hace falta preparación.
Un hallazgo importante permite señalar que algunos docentes tienen aún, una mirada instrumental de la evaluación, ya que como se registró arriba, “el propósito de la evaluación es apropiarse de herramientas, en un caso y en el otro que la evaluación es una herramienta de trabajo”, concepción presente en los imaginarios de los docentes que se debe erradicar por su carácter instrumental y superarse con una sólida fundamentación teórica y metodológica.
Uno de los puntos a resaltar es la resistencia que un grupo de docentes expresa ante la concepción sobre evaluación, que en una correcta aplicación estaría entre las más pertinentes: “supone recoger información válida y confiable apoyada en diferentes técnicas e instrumentos, implica emisión de juicios y toma de decisiones”. No obstante un docente considera que esto no es posible llevar a cabo, debido a que en su I.E. trabaja con seis cursos, en dos grados diferentes (6º y 7º) con 50 estudiantes en promedio por cada curso, por tanto manifiesta: “¿a qué horas cumplo con todas esas condiciones que implica la evaluación?”. Esta realidad supera cualquier concepción teórica, por consiguiente el problema de la evaluación debe pensarse desde la actitud de los docentes que no es propiamente el abordaje que se ha hecho en la normativa, que puede estar bien concebida, pero las concepciones y prácticas evaluativas de los maestros pueden desvirtuar lo pretendido en dichas normativas.
Otra evidencia está en el papel que juegan los directivos, al preocuparse excesivamente por los resultados de las evaluaciones externas, lo cual desvirtúa los esfuerzos o innovaciones que puedan realizar los profesores en el proceso. Esto se agrava cuando toda la tarea institucional se reduce a los resultados de las pruebas como se registra en el siguiente testimonio: “En nuestra IE el esfuerzo estuvo orientado a pensar una nueva evaluación que tuviese en cuenta al estudiante, lograr su participación por eso se pusieron en ejecución la auto y co evaluación, pero a los directivos solo les interesa los resultados, su afán por mostrar dónde se ubica su Institución Educativa, lo demás no importa.”
Por otra parte, es necesario y conveniente señalar -para no caer en miradas absolutistas, que se identificaron maestros e instituciones educativas con claros indicios de su avance hacia nuevos escenarios de evaluación formativa y continua de los aprendizajes desde enfoques incluyentes, integradores, participativos para el desarrollo de las competencias, con la intencionalidad de superar la preocupación exclusiva por el rendimiento académico y la idea de evaluar para medir, calificar el dominio de contenidos como resultado de la transmisión de conocimientos. Entre esos indicios se pueden registrar:
Los criterios de evaluación son claros y negociados entre profesores y estudiantes.
Se realiza un acompañamiento para que el estudiante logre nivelarse en cuanto a las competencias y estándares establecidos para determinado grado.
Se ejerce la autonomía para determinar la promoción de los estudiantes y el uso de los resultados de la evaluación para el ajuste e implementación del plan de mejoramiento institucional, en busca de la calidad.
Se promueve la integración entre enseñanza, aprendizaje y evaluación como procesos importantes, continuos y articulados a la formación.