Introducción
La atención que la investigación dedica al bienestar y la salud mental ha ido en aumento durante la última década, convirtiéndose en un tema de interés tanto en círculos académicos como políticos 1. Aunque la mayor parte de los investigadores están de acuerdo con la definición general del bienestar ofrecida por Ryan y Deci 2, en la que este se conceptualiza como “el funcionamiento y la experiencia psicológica óptima”, el debate sobre su naturaleza continúa.
Una de las perspectivas más fundamentadas empíricamente ha sido el enfoque eudaimónico del bienestar, o modelo psicológico del bienestar. Según esta perspectiva, se anima a las personas a vivir de acuerdo con su verdadero yo 2. Carol Ryff, autora de referencia en el estudio del bienestar eudaimónico, define el bienestar como “la búsqueda de la perfección que representa la realización del verdadero potencial de uno mismo” 3.
En este contexto, el bienestar se ha asociado a una mejor salud percibida, menor morbilidad, menor dolor y mayor longevidad 4-6. Pressman et al. 7, en un estudio de carácter mundial, encontraron que las emociones positivas eran capaces de predecir la salud percibida. Así pues, diversos autores han llamado a la inclusión del bienestar como factor protector de la salud, en la implementación de acciones de diversa índole, siendo especialmente importantes para el objetivo de estudio aquellas relacionadas con el contexto laboral 8.
El bienestar de los trabajadores resulta especialmente crítico en aquellos que deben lidiar con sucesos estresantes en su día a día, como es el caso de los profesionales de la salud, que presentan altas tasas de enfermedades relacionadas con el estrés, y multitud de quejas mentales y somáticas 9. En concreto, se ha expresado la preocupación por los efectos del estrés sobre la salud y el bienestar de los profesionales enfermeros 10,11. Entre los diversos problemas que caracterizan el entorno laboral de los enfermeros se han destacado factores como el bajo apoyo en las relaciones del trabajo, bajo control, necesidad continua de formación 12 y altas demandas del trabajo 11; ser trasladados a diferentes unidades clínicas de la organización, limitación de recursos, afrontar la muerte y excesiva carga de trabajo 13; rotación de turnos, demanda de tiempo 14; falta de control e implicación emocional 15; relaciones laborales ineficaces con los médicos 16; y pobres relaciones con los supervisores 17.
A este panorama tan complejo se añade, además, en el caso de los enfermeros de cuidados paliativos, un reto adicional: trabajar diariamente en contacto con la muerte. Recientes estudios apuntan a que los profesionales de cuidados paliativos padecen mayor sufrimiento 18, burnout 19 y fatiga de la compasión 20, de ahí la importancia de estudiar el bienestar de los/as enfermeros/as de cuidados paliativos.
Para evaluar este constructo complejo se han utilizado diversos instrumentos a lo largo de la literatura. Tradicionalmente, el estudio sobre el bienestar subjetivo ha mostrado especial interés en el análisis de los afectos y la satisfacción con la vida, y el bienestar psicológico ha centrado su atención en el desarrollo de las capacidades y el crecimiento personal. Sus primeras concepciones se articularon en torno a nociones como la autoactualización, el funcionamiento pleno o la madurez 21. A pesar de su relevancia teórica, ninguna de ellas llegó a tener un impacto significativo en el estudio del bienestar, debido, fundamentalmente, a la ausencia de fiabilidad y validez en los procedimientos de medida. Buscando los puntos de convergencia entre todas estas formulaciones, Carol Ryff 22 desarrolló un modelo que se concreta en una escala de seis dimensiones de la realización humana: autoaceptación (tener una actitud positiva hacia uno mismo), relaciones positivas con los demás (tener relaciones satisfactorias y de calidad), autonomía (independencia y autodeterminación), dominio del entorno (manejo de la propia vida), crecimiento personal (estar abierto a nuevas experiencias) y propósito en la vida (dar sentido a la vida) 21,22. Este modelo es uno de los más utilizados para evaluar el bienestar de las personas 1, de forma que las escalas han sido traducidas y validadas en al menos 18 lenguas 23-25. Sin embargo, y a pesar de haberse aplicado recientemente en población de enfermería 26-28, hasta la fecha no se han estudiado sus propiedades psicométricas.
Derivado de lo anterior, dos propósitos se proponen para esta investigación: el primero, validar las escalas de Bienestar Psicológico de Ryff, en concreto, su versión española de 29 ítems, y conocer sus propiedades psicométricas en una muestra de profesionales de la enfermería de cuidados paliativos; el segundo, ampliar el conocimiento actual de este campo, aportando evidencia sobre algunos de los factores que influyen en dicho bienestar, en concreto, mostrando cuantía y signo de su relación con burnout, fatiga por compasión, satisfacción con la compasión, afrontamiento de la muerte y autoconciencia.
Materiales y métodos
Diseño, procedimiento y muestra. El diseño fue de corte transversal, con procedimiento por encuesta electrónica anónima realizada en el año 2013 a nivel nacional en España. De los 1.309 miembros de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (Secpal) invitados a participar, 433 respondieron y, de estos, 385 cumplieron los criterios de inclusión. El 40,3 % eran médicos, 33,1 % enfermeros, 14,2 % psicólogos, 4,8 % auxiliares de enfermería, 4,0 % trabajadores sociales y el 0,8 % restante tenía más de una de estas profesiones. De esta forma, la muestra objeto de estudio estuvo compuesta por 123 enfermeros. La descripción detallada de la muestra se observa en la tabla 1.
Instrumentos. Además de los datos sociodemográficos, se utilizaron las siguientes escalas:
Escalas de Ryff de Bienestar psicológico 21. La versión utilizada en este estudio fue la adaptación española 25, que evalúa 29 ítems que forman parte de 6 dimensiones del bienestar interdependientes (ver Apéndice). La medición se realiza mediante una escala de Likert de 6 puntos, desde 1 (Totalmente en desacuerdo) a 6 (Totalmente de acuerdo). Esta escala puede consultarse en el Apéndice.
Escala de Atención consciente 29. Esta escala mide la tendencia general a estar atento y consciente a las propias experiencias de la vida diaria. Cuenta con 15 elementos que se miden mediante una escala Likert de 6 puntos, desde 1 (Casi siempre) a 6 (Casi nunca). Algunos ejemplos son: “Yo podría experimentar una emoción y no ser consciente de ello hasta más tarde” o “Me resulta difícil mantener la concentración en lo que está sucediendo en el presente”. La consistencia interna (alfa de Cronbach) fue de 0,90.
Escala de Afrontamiento ante la muerte 30. Trata de evaluar la competencia de afrontamiento ante la muerte. Incluye ítems que examinan la presencia de una serie de destrezas y capacidades para afrontar la muerte, y las creencias y actitudes sobre la existencia de las mismas. Cuenta con 30 ítems, que puntúan en escala tipo Likert de 7 anclajes, desde 1 (Totalmente en desacuerdo) a 7 (Totalmente de acuerdo), 3 de los cuales son ítems invertidos. Ejemplos de ítems son: “Tengo una buena perspectiva de la muerte y del proceso de morir” o “Estoy familiarizado con los arreglos previos al funeral”. La puntuación total en afrontamiento ante la muerte se obtiene mediante la suma de las puntuaciones de los 30 ítems. El alfa de Cronbach fue de 0,89.
Escala de calidad de vida profesional 31, formada por tres subescalas (Fatiga de compasión, Riesgo de síndrome de burnout y Satisfacción de compasión). Esta escala mide el riesgo de sufrir fatiga de compasión y riesgo de padecer el síndrome de burnout, como consecuencias negativas de las profesiones de ayuda, y el nivel de satisfacción de compasión que experimenta el sujeto evaluado. Estas tres dimensiones se evalúan mediante 10 ítems cada una, que puntúan en una escala con anclajes tipo Likert de 6 puntos que van desde 0 (Nunca) a 5 (Siempre). Para la subescala de Satisfacción de compasión el alfa de Cronbach fue de 0,77, para la fatiga de compasión 0,78 y para el riesgo de burnout 0,54.
Análisis de datos. La validez de constructo fue evaluada mediante un análisis factorial confirmatorio (AFC) con una estructura a priori de seis factores. El método de estimación fue de máxima verosimilitud, con correcciones robustas para los errores estándar y correlaciones policóricas, el recomendado para datos ordinales y no normales 32. La plausibilidad del modelo se evaluó utilizando diversos índices 33: a) el estadístico chi cuadrado 34; el Comparative Fit Index (CFI) 35; y el Root Mean Squared Error of Approximation (RMSEA) 36.
Se calcularon estadísticos descriptivos (medias, desviaciones típicas, puntuaciones mínimas y máximas) para las dimensiones del bienestar estudiadas, así como distintas estimaciones de fiabilidad: alfa de Cronbach, coeficiente Rho y Greatest Lower Bound (GLB). Alfa es el índice de fiabilidad más comúnmente utilizado, con valores entre 0,70 y 0,79 considerados como moderados, y estimaciones de 0,80 o superiores consideradas indicadores de alta fiabilidad 37. Sin embargo, alfa está influido por la longitud de la escala y tan solo es apropiado para ítems tau-equivalentes, siendo un límite inferior de la verdadera fiabilidad 38. De esta forma, los índices Rho y GLB, calculados en el contexto de los modelos de ecuaciones estructurales, también fueron estimados.
Finalmente, se calcularon correlaciones entre las dimensiones del bienestar y las variables relacionadas con el trabajo aportando evidencias de su validez.
Resultados
La validez factorial de las escalas de Ryff se estableció mediante un modelo de ecuaciones estructurales, en concreto, un análisis factorial confirmatorio. Este modelo mostró un ajuste adecuado: X2(362) = 438,59 (p = 0,01), CFI = 0,98, RMSEA = 0,05 (0,03-0,06), pues los distintos índices de ajuste tomaron valores comprendidos entre las recomendaciones que ofrece la literatura 33,35,36.
Adicionalmente, el ajuste analítico fue también adecuado, con todas las cargas factoriales elevadas y estadísticamente significativas en las dimensiones correspondientes (figura 1). La saturación factorial más baja fue para el ítem 17 (β = 0,70) y las más altas para los ítems 1 y 24 (β = 0,77) en la dimensión de autoaceptación; en la de relaciones positivas, la más baja para el ítem 2 (β = 0,51) y la más alta para el ítem 25 (β = 0,69); en autonomía, para el ítem 23 (β = 0,30) y 4 (β = 0,53), respectivamente; en dominio del entorno, la saturación más baja fue la del ítem 19 (β = 0,37) y la más alta la del ítem 29 (β = 0,69); en crecimiento personal, la más baja para los ítems 21 y 27 (β = 0,76) y la más alta para el ítem 28 (β = 0,89); y, finalmente, en propósito en la vida la saturación más baja fue para el ítem 11 (β = 0,66) y la más alta para el ítem 16 (β = 0,77).
Las correlaciones entre los factores fueron positivas y estadísticamente significativas, tal y como se esperaba. Las correlaciones de mayor valor fueron las de la dimensión de dominio del entorno, con valores que oscilaron entre 0,72 y 0,98, y las de menor valor las de autonomía, oscilando entre 0,48 y 0,84 (tabla 2).
En la tabla 2 se presentan los estadísticos descriptivos de cada una de las dimensiones del bienestar. En cuanto a la fiabilidad, alfa, Rho y GLB fueron adecuados para todas las dimensiones del bienestar, con valores que oscilaron entre 0,73 (dominio del entorno) y 0,85 para el alfa y el Rho (propósito en la vida), y entre 0,76 (dominio del entorno) y 0,88 (propósito en la vida) para el GLB. Únicamente en el caso de la dimensión de autonomía los valores de fiabilidad no llegaron al punto mínimo recomendado 37 pues se obtuvieron valores de 0,59 (en los casos de alfa y Rho) y 0,69 (en el caso de GLB).
Se calcularon correlaciones con el fin de probar la validez externa del instrumento, y estudiar al mismo tiempo la relación entre el bienestar y las variables relacionadas con el trabajo. Como se observa en la tabla 2, no se han encontrado relaciones estadísticamente significativas entre las dimensiones del bienestar y la edad (oscilando entre r = -0,05, p > 0,05 y r = 0,16, p > 0,05), años de experiencia en salud (oscilando entre r = -0,03, p > 0,05 y r = 0,15, p > 0,05) y en cuidados paliativos (oscilando entre r = 0,01, p > 0,05 y r = 0,18, p > 0,05), lo que coincide con los resultados obtenidos en el estudio realizado por Arrogante et al.39. Por el contrario, sí se encontraron relaciones positivas y estadísticamente significativas entre el bienestar y la autoconciencia, la competencia de afrontamiento ante la muerte y la satisfacción de compasión, excepto para el caso concreto de las relaciones positivas con los demás y la autoconciencia (r = 0,18 > 0,05). Por último, todas las relaciones entre el bienestar y las dimensiones negativas de la calidad de vida (fatiga de compasión y riesgo de síndrome de burnout) fueron estadísticamente significativas y negativas, a excepción del crecimiento personal y la fatiga de compasión (r = -0,05, p > 0,05).
Discusión
El objetivo del estudio fue valorar la validez de la versión española de 29 ítems de la escala de Ryff de Bienestar psicológico, en una población española de profesionales de enfermería. Los resultados señalaron buenas propiedades psicométricas cuando se utiliza en el colectivo de enfermeros, lo que confirma los resultados obtenidos en una muestra de estudiantes de enfermería 39,40. El análisis factorial confirmatorio ofreció evidencia de la estructura tradicional de seis factores, con un buen ajuste global y analítico. La fiabilidad estimada fue también adecuada, excepto para la dimensión de autonomía, que presentó valores de alfa y Rho. Sin embargo, cuando fue calculada por otros procedimientos (GLB), la fiabilidad fue aceptable. Por último, la evidencia externa proporcionada por las correlaciones entre factores del bienestar y otras variables relacionadas también fue adecuada, y las relaciones con constructos psicológicos estaban en la línea de otros trabajos. Por ejemplo, se encontró una relación negativa entre el burnout y el bienestar, como se reportó en el trabajo de Amutio et al. 41. En cambio, y siguiendo con los hallazgos de este estudio, en el que demostraban una relación negativa entre la edad y el nivel de bienestar psicológico 41, en el presente trabajo no se encontraron relaciones significativas entre el bienestar y los datos sociodemográficos.
Los resultados remarcan el papel esencial de variables como la autoconciencia, el afrontamiento de la muerte y la calidad de vida de los profesionales de la enfermería en la determinación de su bienestar. Estos resultados concuerdan con lo propuesto por Sansó et al.42, quienes señalan la importancia de cultivar la vida interna de los profesionales para prevenir el trauma vicario y, en general, mejorar su bienestar personal y su efectividad terapéutica.
Pese a que se han encontrado trabajos previos similares 39-41, este es el primero que evalúa el bienestar psicológico de los profesionales de enfermería con las escalas de Bienestar psicológico de Ryff 21,22 y que ofrece un estudio detallado de las propiedades de este instrumento en una muestra de esta población. Tal y como apunta una reciente revisión sobre el tema 43, la literatura en este contexto se ha caracterizado por utilizar un amplio rango de instrumentos en la medida del bienestar psicológico, lo que ha dificultado enormemente la comparación de los resultados encontrados en los distintos estudios, sin poner a prueba sus bondades estadísticas. En cuanto a sus limitaciones, a pesar de encuestar a toda la población de enfermeros de la Sociedad Española de Cuidados Paliativos, la tasa de respuesta hizo que la muestra del colectivo de enfermería fuese finalmente limitada. Futuras investigaciones deberían contar con muestras de mayor tamaño y ampliarlas a otras áreas de la enfermería.
Conclusiones
Esta investigación da respuesta a la necesidad señalada de contar con estudios que evalúen la adecuación de las medidas del bienestar en el colectivo de los profesionales de enfermería 43. Los resultados sobre la validez de la escala de Bienestar psicológico de Ryff dan muestra de su idoneidad para usarla en enfermeros de cuidados paliativos. Precisamente, el bienestar de estos profesionales es de particular interés, dada su influencia en los pacientes que atienden, sobre todo teniendo en cuenta el ambiente de alta densidad emocional en el que trabajan, con una presencia muy frecuente de dolor y sufrimiento. En esta investigación se ha podido cuantificar la especial relevancia de las relaciones entre dimensiones de bienestar tales como dominio del ambiente con el burnout, o el propósito en la vida con la satisfacción por compasión. Estos son solo algunos de los datos que pueden guiar el diseño de intervenciones para promover la salud laboral en enfermería en situaciones de alta demanda o sobrecarga emocional como son los cuidados paliativos. Es posible conseguir un mayor dominio del ambiente dotando al personal de más autonomía y flexibilidad en la organización del trabajo, de los turnos y la asignación de tareas, lo que redundaría en un menor burnout. Asimismo, es necesaria una toma de conciencia sobre el propósito en la vida, e incorporar en las sesiones de trabajo y en la formación en enfermería técnicas para mejorar la autoconciencia, como mindfulness que, además, podrían facilitar ese cultivo interior tan propicio para desarrollar una mayor satisfacción por la compasión, que redundaría en un doble beneficio para el profesional y el paciente.