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Sociedad y Economía
Print version ISSN 1657-6357
Soc. Econ. no.24 Cali Jan./June 2013
Oportunidades negadas: limitando a las mujeres negras a trabajos devaluados
Branch, Enobong Hannah. Opportunity Denied. Limiting Black Women to Devalued Work. New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press, 2011. 190pgs.
Descripción del libro
¿Por qué las mujeres Negras están, persistentemente, sobrerrepresentadas entre los pobres norteamericanos? En Opportunity denied: Limiting Black Women to devalued work la socióloga afroamericana Enobong Hannah Branch1responde esta pregunta, argumentando que la raza y el género han determinado la ubicación de las mujeres Negras en ocupaciones devaluadas. La autora destaca que la opinión pública estadounidense asume que la causa de la pobreza de las mujeres Negras es su falta de autorresponsabilidad. E. Branch contiende que este dictamen no toma en consideración las formas en que los empleadores discriminan en contra de las mujeres Negras en el mercado laboral. Por esta razón, en este libro analiza cómo la discriminación laboral emana del punto en el que la raza y el género se interceptan. Discute que la estructura ocupacional es una locación clave donde las diferencias raciales y de género son transformadas en desigualdad de clase.
La autora argumenta que entre 1860 a 1960, el trabajo de las mujeres Negras y las experiencias de discriminación, en la búsqueda y conservación de trabajo, han permanecido firmemente constantes. Para E. Branch, investigar el progreso de las mujeres Negras en la época post-declaración de los derechos civiles, permite documentar la evolución histórica de su participación en el mercado laboral y exponer las estructuras socioeconómicas que las han localizado en lugares devaluados de la pirámide ocupacional de los Estados Unidos.
El libro consta de seis capítulos, organizados temáticamente de acuerdo a las ocupaciones a las que las mujeres Negras fueron restringidas: el trabajo agrícola, el servicio doméstico y trabajos en la periferia industrial. Metodológicamente, la investigación integra datos censales para examinar las ocupaciones en las que se emplearon entre 1860 y 1960, cuando la discriminación racial y de género eran vistas como legítima. Adicionalmente, la autora utiliza fuentes cualitativas, tales como documentos de archivo y narraciones publicadas2para contextualizar los datos e ilustrar las formas en las que estas mujeres fueron limitadas a trabajos depreciados.
Contenido del libro
La introducción del libro responde a la pregunta por qué es importante este tema y por qué nos debería interesar. E. Branch sostiene que las mujeres Negras fueron restringidas a trabajos devaluados y ocupaciones en decadencia que otros grupos escaparon en la primera oportunidad que tuvieron. Para la autora la perspectiva interseccional provee los lentes a través de los cuales entender la influencia conjunta de la raza y el género en la ubicación laboral de las mujeres Negras. Por esta razón, privilegia el enfoque del racismo y el sexismo como componentes integrales para entender el pasado, el presente y la futura posición de las mujeres Negras en los Estados Unidos. El capítulo 1 titulado Jerarquías de preferencia en el trabajo: la necesidad de una perspectiva interseccional presenta la necesidad de aplicar intersectionality como una perspectiva para estudiar la participación de las mujeres Negras en el mercado laboral. E. Branch escribe:
La raza y el género están inexorablemente conectadas a la oportunidad ocupacional y las consecuencias de ubicar a las mujeres Negras en el fondo de estas jerarquías de poder son terribles (p.3).
A través de modelos de representación de los salarios percibidos por hombres Blancos, hombres Negros, mujeres Blancas y mujeres Negras, la autora demuestra que ser mujer Negra en los Estados Unidos antes de 1960 tenía un efecto negativo cuantificable en la oportunidad ocupacional, independiente de ser o mujer (Blanca) o Afroamericano (hombre). Uno de los hallazgos más significativos de este capítulo es la demostración de que, aunque el indicador de salario es significativamente bajo para los hombres Negros, las mujeres Blancas y mujeres Negras en comparación con los hombres Blancos; entre estos, los hombres y mujeres Negros/as tuvieron un indicador de ingreso (occupational income score) menor y para estas últimas la desigualdad salarial entre 1860 y 1960 fue mayor. E. Branch destaca que otros factores fueron definitivos para influenciar las oportunidades laborales disponibles, entre estas el ser casadas o solteras, el número de hijos, la edad, el nivel de educación y la residencia.
En el capítulo 2, Tan buenas como cualquier hombre: mujeres Negras en el trabajo agrícola la autora presenta la empleabilidad de las mujeres Negras en el mercado agrícola entre 1860 y 1930. Subraya que muchas mujeres Negras casadas decidieron salirse de este tipo de trabajos y sacar a sus hijas con ellas. Sin embargo, “este experimento de autodeterminación fue corto en la medida en que los hacendados sureños ayudados por el Freedmen's Bureau3coaccionaron a muchas mujeres Negras a reenlistarse en el trabajo agrícola porque fueron consideradas como sujetas críticas para la reconstrucción del sur” (p. 4).
E. Branch argumenta que la lógica que posibilitó esta serie de eventos fue la construcción de una otredad racial en la que se inscribió a la mujer Negra. Tal esquema ideológico (el racismo) permitió que los propietarios de esclavizados justificaran la explotación y la violación. En adición, la disociación del concepto mujer Negra del concepto feminidad profundizó su explotación y, cuando el uso de la fuerza bruta fue privilegiado, el estatus de esclavas prevalecía sobre su condición de mujeres. Esta dualidad permitió borrar la división sexual del trabajo en el campo del trabajo agrícola. La fuente empírica de este capítulo son los discursos de los senadores a finales del siglo XIX, las canciones de las mujeres en los campos de recolección de algodón y el cálculo de la proporción de mujeres Negras trabajadoras agrícolas en comparación con los demás trabajadores en el período comprendido entre 1860 y 1960.
En el capítulo 3, Sirvientas excelentes: el servicio doméstico como el trabajo de las mujeres Negras, la autora explora las tendencias de empleabilidad de mujeres Negras en el servicio doméstico entre 1860 y 1960. La autora subraya la contradicción existente en la lógica que se creó para argumentar la idoneidad de las mujeres Negras para el trabajo agrícola, debido a que no eran consideradas mujeres; mientras la concentración de estas en el servicio doméstico estuvo explícitamente vinculada a la designación de que el trabajo del hogar era un trabajo de mujeres. La medición de la proporción de mujeres Blancas, mujeres Negras, hombres Blancos y hombres Negros empleados como sirvientes domésticos muestra una participación de aproximadamente 68% de mujeres Negras que se reduce al cerca del 37% en 1870, como resultado de la emancipación. E. Branch indica que esta reducción tan significativa se debe a que fueron registradas en el censo como trabajadoras que percibían un salario, aunque continuaban haciendo el mismo trabajo que realizaban en condición de esclavización. Al final de la década de 1930 la participación de las mujeres Negras en el servicio doméstico vuelve a incrementar a aproximadamente 58% y decrece en 1960 al 38%. Una significativa anotación que realiza la autora en este capítulo, es que la naturaleza del problema del servicio doméstico varió por regiones. La presencia mayoritaria de mujeres Negras en el servicio doméstico fue primordialmente en el sur. En el norte, este trabajo se atribuye a inmigrantes irlandeses, alemanes y escandinavos. En el sureste, las mujeres mexicanas dominaron el sector y en el occidente hombres chinos y japoneses, y luego mujeres japonesas aparecen en mayor proporción registrados como sirvientes domésticos (p. 53).
El capítulo 4, Existiendo en la periferia industrial: mujeres Negras en las fábricas, evalúa la ubicación de las mujeres Negras en el contexto industrial entre 1920 y 1960. E. Branch sostiene que las creencias acerca de los roles raciales y de género que emergieron durante la esclavitud fueron reproducidos en las fabricas. Los supervisores -aquellos que mantenían los límites entre los grupos y aseguraban que cada uno permaneciera en su trabajo- fueron los hombres Blancos. Los hombres Negros trabajaron la maquinaria pesada y realizaron trabajos arduos, frecuentemente transportando materias primas a través de la fábrica. Los espacios limpios y los roles de terminar y/o empacar fueron reservados para las mujeres Blancas, debido a que la preocupación por su bienestar y seguridad era primordial. Las mujeres Negras fueron comúnmente empleadas para limpiar fábricas, y también fueron usadas para cualquier otro tipo de trabajo que no fuera realizado por otros grupos.
La autora detalla las distintas condiciones de trabajo bajo las que trabajaban las mujeres Negras y Blancas, así trabajaran en las mismas empresas. En casos como el manejo de las hojas de tabaco, a las primeras les correspondió la labor de separar, limpiar y desramar las hojas de tabaco; las segundas, contratadas como operarias semi-cualificadas, debieron enrollar los cigarrillos y empacar las hojas de tabaco (p. 77). Retomando las declaraciones de algunos empleadores de North Carolina, la autora argumenta que los empleadores activamente promovieron el antagonismo racial y la desigualdad a través de sus declaraciones abiertas en contra de la integración. Branch incluye en este capítulo declaraciones de antiguas trabajadores de fábricas de tabaco quienes articulan su molestia por estar realizando trabajos que se consideraban sucios y por estar ubicadas en espacios separados del resto de los trabajadores.
La premisa central del capítulo 5 titulado Tus Blues no son como los míos: la raza y el género como las claves para la oportunidad ocupacional es que el privilegio en el mercado de trabajo es intrínsecamente relacional. Branch usa los blues como una metáfora para comparar las experiencias de trabajo de las mujeres Negras con las de los hombres Negros, las mujeres Blancas y los hombres Blancos. E. Branch describe cómo la apertura de nuevas esferas ocupacionales en labores más deseadas que el trabajo agrícola y el servicio doméstico -tales como las profesiones, la administración, el trabajo con el gobierno, la propiedad de negocios, el trabajo de asistencia en oficinas y en ventas- fueron puestas a disposición, en mayor medida, de las mujeres Blancas y los hombres Negros que de las mujeres Negras. Branch sustenta este argumento en un análisis de la distribución de hombres y mujeres, diferenciados por raza, en distintas ocupaciones entre 1900 y 1920. Las ocupaciones analizadas son: profesionales y trabajadores técnicos; administrativos, oficiales y propietarios de empresas; asistentes de oficinas y trabajos afines, vendedores, operarios, sirvientes (domésticos), sirvientes (no domésticos), artesanos, agricultores y labriegos. Siendo estas tres últimas las ocupaciones en las que se agruparon la mayor parte de la población.
En el capítulo 6, La ilusión de progreso: el trabajo de las mujeres Negras en la era post- derechos civiles se muestran los cambios en su ubicación laboral posterior a 1960. En la primera sección del capítulo, E. Branch responde al argumento de que las mujeres Negras fueron las principales beneficiarias del movimiento de los derechos civiles. La autora advierte que, aunque de hecho experimentaron ganancias en términos económicos y ocupacionales, los conceptos de ganancias y progreso deben ser contextualizados históricamente y comprendidos en el marco de las restricciones ocupacionales que vivieron en el curso del siglo estudiado. La autora presenta dos factores para sostener este argumento. Primero, los salarios recibidos por estas mujeres en 1980 deben ser comparados con los bajos salarios que recibieron entre 1940 y 1960, por su sub-representación en trabajos lucrativos y deseables. Segundo, el progreso económico no fue sostenido en comparación a otros grupos sociales tomando en consideración que este fue un período de agitación económica nacional.
E. Branch atribuye, en parte, el progreso laboral de las mujeres Negras posterior a 1960 a la declaración de los derechos civiles de 1964, especialmente al capítulo VII, que prohíbe La discriminación laboral basada en la raza, el color, la religión, el género o el origen nacional. También reconoce la influencia de la orden presidencial No. 11246 del 24 de septiembre de 1965 que solicitó el establecimiento de prácticas no discriminatorias y acciones afirmativas en la contratación y en la promoción en las diferentes compañías y oficinas, aunque esta orden tuvo un éxito limitado. Para revelar la “ilusión de progreso” Branch extiende el análisis hasta el 2008 para determinar el porcentaje de mujeres Negras y Blancas cuyos salarios están por debajo de la línea de pobreza. Más del 15% de las primeras y menos del 7% de las segunda es la imagen que se genera. De esta manera, Branch refuerza su argumento de que las mujeres Negras pobres son el producto de la intersección de la raza, el género y la clase. Advierte que las relaciones jerárquicas de poder basadas en la raza y el género se traducen directamente en estructuras formales de autoridad, ampliamente aceptadas y, con el tiempo, naturalizadas en las instituciones.
Observaciones
Este libro es el resultado de la tesis doctoral de E. Branch, que concluyó a sus 25 años en la Universidad de Albany. Cuatro años después este proyecto de materializa en este libro que la crítica categoriza como “una importante historia para contar”, “una contribución significativa”, “una demostración convincente del legado de la exclusión racial y de género”. Opportunity denied es una excelente contribución a la sociología, por lo que considero que requiere ser traducido al español. La metodología empleada y sus conclusiones abren una puerta para el estudio socio-histórico de la desigualdad laboral y de género en Colombia y en América Latina. Una versión en español de esta obra será de gran inspiración para las nuevas generaciones de sociólogas/os que buscan comprender los sustentos históricos de las desigualdades sociales, raciales y de género y sus efectos en las relaciones contemporáneas. Estoy de acuerdo con la autora, la evolución histórica de la distribución desigual de las mujeres Negras entre ocupaciones es una historia que permanece sin contar.
Citas de pie de página
1.Enobong Hannah Branch es profesora asociada del departamento de Sociología de la University of Massachusetts Amherst. Entre sus últimas publicaciones se encuentran: Branch y Wooten (2012); Branch y Hanley (2011); y Branch (2007).
2.Ejemplos de estos documentos son los avisos clasificados que especificaban el tipo de mujeres que los empleadores de diversos sectores requerían y las memorias, biografías o autobiografías de mujeres Negras.
3.El nombre completo de este departamento fue Bureau of Refugees, Freedmen, and Abandoned Lands (Departamento para los refugiados, hombres libres y de las tierras abandonadas). Operó como una agencia del gobierno federal entre 1865 y 1872, durante el período de la reconstrucción de los Estados Unidos. Esta agencia fue inicialmente ubicada en el departamento de hacienda; con la ley de 1865 fue adscrito al Departamento de guerra (Du Bois 1901, 356-357). En un ensayo de evaluación sobre los logros y limitaciones de este departamento W.E.B. Du Bois escribió “(p)ara resumir, podemos decir; este departamento promovió un sistema de trabajo libre; estableció al propietario campesino Negro; aseguró el reconocimiento de los hombres Negros libres frente a las cortes; fundó las escuelas públicas gratis en el Sur. Por otra parte, falló en establecer buena voluntad entre los antiguos esclavistas y los hombres libres; resguardar su trabajo de métodos paternalistas que disuadieron la autosuficiencia; para permitir el crecimiento de Negros propietarios de tierras en números considerables” (Du Bois 1901, 363).
Referencias bibliográficas
Branch, Enobong Hannah. «The Creation of Restricted Opportunity due to the Intersection of Race & Sex: Black Women in the Bottom Class». Race, Gender & Class, Vol. 14, No. 3-4, 2007: 247-264. [ Links ]
________. Opportunity Denied. Limiting Black Women to Devalued Work. New Brunswick, New Jersey: Rutgers University Press, 2011. [ Links ]
________ y Caroline Hanley. «Regional Convergence in Low-Wage Work and Earnings, 1970-2000». Sociological Perspectives, Vol. 54, No. 4, 2011: 569-592. [ Links ]
________ y Melissa Wooten. «Suited for Service: Racialized Rationalizations for the Ideal Domestic Servant from the Nineteenth to the Early Twentieth Century». Social Science History, Vol. 36, No. 2, 2012: 169-189. [ Links ]
Du Bois, W.E. Burghardt. «The Freedmen's Bureau». The Atlantic Monthly, Vol. 0087, No. 521, marzo, 1901: 354-365. [ Links ]
Jones, Claudia. «An End to the Neglect of the Problems of the Negro Women!». Political Affairs, Vol. 28, No. 6, 1949: 51-67. [ Links ]
Aurora Vergara Figueroa
Docente Universidad Icesi, Cali-Colombia
avergara@icesi.edu.co