Introducción
La psicología ha sido abordada en su gran mayoría desde una mirada de la gestión del reparo del daño y no desde la búsqueda del bienestar (Grau, Hernández, & Vera-Villaroel, 2005; Vera, 2006). Así lo han demostrado los estudios. Salanova (citado por Vázquez & Hervás, 2008) realizó una revisión en PsycINFO de las temáticas que se han publicado entre 1997 y 2007, y encontró 77 614 artículos relacionados con estrés y solo 6 434 con bienestar. Por otra parte, 69 481 artículos tratan sobre depresión con ansiedad, mientas que aquellos que hablan de felicidad y disfrute no llegan a los 1 500. Esta diferencia, que puede radicar en el interés por parte de los investigadores, no ha permitido describir los fenómenos psicológicos desde la mirada del bienestar de las personas, y la falta de investigación en el área puede estar generando que los fenómenos no se estén explicando de forma correcta.
La Psicología Positiva ha sido definida como el “estudio científico del funcionamiento humano óptimo” (Seligman, 1999). Dentro de este contexto se han estudiado variables que tienen relación con el bienestar de las personas, en especial se ha estudiado el optimismo. Scheier, Carver, y Bridges (1994) definieron el optimismo y pesimismo como las expectativas generalizadas (favorables y desfavorables) acerca de las cosas que le sucede a las personas en la vida, y lo describieron como un constructo unidimesional polar que se considera relativamente estable en el tiempo. Los autores llevaron este constructo a un instrumento de medición con la creación del Life Orientation Test (LOT) (Scheier & Carver, 1985). La misma versión se revisó en 1994, donde se crea el LOT-R (Scheier et al., 1994).
El LOT-R se ha trabajado en el diagnóstico del optimismo por sus interesantes propiedades, y de hecho es el instrumento más utilizado para medir este constructo (Ferrando, Chico, & Tous, 2002; Lai & Yue, 2000). El estudio del optimismo ha entregado indicadores interesantes y correlaciones con distintas variables. Por ejemplo, está relacionado con herramientas para la disminución de estrés (Chico, 2002; Grau et al., 2005), y se asocia negativamente con quejas somáticas (Martínez-Correa, Reyes, García-León, & González-Jareño, 2006). Se reconoce la importancia del optimismo como un factor protector para las personas. Por ejemplo, en el estudio de Pavez, Mena, & Vera-Villarroel (2012), los autores señalan que la felicidad y el optimismo son factores protectores para la ansiedad estado y la ansiedad rasgo.
El LOT-R se ha utilizado en distintas culturas, de partida el instrumento fue desarrollado en población angolosajona. El instrumento fue desarrollado en población anglosajona (Scheier et al., 1994), con estudios que señalaron un Alfa de Crombach de 0.79 para el puntaje general, de 0.72 para el optimismo y de 0.71 para el pesimismo; resultados que se correlacionaban(r= 0.54) (Heinonen et al., 2006). También existe una versión China (CLOT-R) que entregó un alfa de 0.7 y de 0.66 al re-test, replicando que sean dos factores (Lai, Cheung, Lee, & Yu, 1998). En el 2006, Rauch, Scheweizeir, & Moonsbrugger reportan un coeficiente alfa de 0.75 con correlaciones ítem-total rangeadas de 0.37 a 0.58. En estudios latinoamericanos se ha trabajado, por ejemplo, en una muestra peruana que entregó un alfa de 0.61 y medidas de validez convergente y divergente en la línea de lo esperado (r=-0.25 con ansiedad, r=-0.4 con depresión, r= 0.37 con vigor) (Grimaldo, 2004) y en muestras brasileñas con un alfa de 0.68 (Bandeira, Bekou, Silva Lott, Teixeira, & Silva Rocha, 2002). En general en muestras latinoamericanas, el LOT-R ha logrado niveles bajos de confiabilidad, lo que se ha repetido en otro tipo de muestras a nivel mundial.
Si bien la presente investigación no tiene como objetivo validar el instrumento LOT-R a nivel latinoamericano, la necesidad de estudios transculturales y adaptaciones en distintas culturas y países se evidencia en la búsqueda de antecedentes del tema. Las variables de la Psicología Positiva pueden ser una gran fuente de explicación de fenómenos que hasta ahora no se han considerado de forma masiva. En este contexto, se encuentran estudios no científicos del optimismo que solo refieren a las percepciones de las situaciones que se están viviendo en los países latinoamericanos, pero no se trabaja el fenómeno en su dimensión completa, es decir, se suele utilizar para hacer estudios sociales, pero no se le investiga de forma completa.
En función de las búsquedas de investigaciones en las que se puedan comparar muestras del LOT-R en distintos tipos de poblaciones, se plantea como objetivo del presente estudio conocer las diferencias que existan entre cuatro países de habla hispana que se encuentran en el continente americano para ver exploratoriamente si se pueden asociar las formas de cultura con un nivel de optimismo.
Método
Participantes
Los participantes de la muestra fueron 464 personas. El 59.03% son mujeres y el 40.97% son varones. Según los países, el 40.5% de las personas vivían en Chile, el 31% en Argentina y el 28.4% en México.
En función de la edad, la media aritmética fue de 32.38 años con una desviación típica de 11.91 años. El rango de edad fue entre 18 y 56 años. La edad se distribuyó con una asimetría negativa y una curtosis leptocúrtica, es decir, una distribución bastante homogénea cerca del promedio. Por último, el 65.5% de los encuestados son trabajadores dependientes o independientes, el 27.2% son estudiantes y un 7.4% se encuentran desempleados. Para la determinación de la muestra a utilizar, se optó por el muestreo accidental, que según Kerlinger y Lee (2002) consiste en tomar muestras disponibles de la población que se quiere estudiar.
Instrumento
El instrumento utilizado fue el Test de Orientación Vital revisado (LOT-R; Scheier et al., 1994 en la versión española de Otero, Luengo, Romero, Gómez, & Castro, 1998). El LOT-R consta de 6 ítems y 4 de relleno que cooperan con no hacer tan evidente el contenido del instrumento, en escala de 5 puntos (Chico, 2002). De los 6 de base, hay tres redactados en sentido positivo y 3 en sentido negativo, los cuales se deben cambiar en la puntuación final (Ferrando, et al., 2002).
Las propiedades de la versión en español se parecen a las del test original, pues se logra una clara estructura de dos dimensiones (optimismo y pesimismo), y los factores presentan una correlación negativa. Las propiedades psicométricas en población chilena muestran un Alfa de Crombach de 0.65, y se replica la estructura factorial (Vera-Villarroel, Córdova-Rubio & Celis-Atenas, 2009). En el presente estudio, los indicadores que entregó el instrumento son de un Alfa de Crombach de 0.75 y una correlación negativa y media entre las dimensiones optimismo y pesimismo (r=-0.586; p=0).
Procedimiento
El procedimiento para esta investigación fue una encuesta a través de un portal en internet, en donde se podía recoger datos de las personas que quisieran contestar el instrumento LOT-R en distintos países. En función de esto, se revisó la investigación de Pavía, Rausell, Marco-Serrano, y Coll (2011), quienes describieron la sustentabilidad que tenían las encuestas online y la confianza que le tenían los usuarios de ellas. Se utilizó para ver si existían diferencias estadísticamente significativas la prueba de ANOVA Simple.
Resultados
Como antecedente para el cumplimiento de los objetivos de investigación, se realizaron algunos análisis con variables sociodemográficas. En este análisis se evidencia que existen diferencias entre hombres y mujeres, a favor de estas últimas en la dimensión Optimismo (t=2.24; p=0.025) y a favor de los varones en la dimensión Pesimismo (t=-3.66; p=0). En cuanto a la edad de los participantes, existe una relación positiva pero débil con el Optimismo (Rxy=0.12, p=0.013) y una relación negativa con el Pesimismo (Rxy= -0.124; p= 0.01). Respecto a los objetivos de trabajo, el primero consistía en ver las diferencias existentes entre los niveles de optimismo en función de los países que participaron del estudio:
En la primera tabla se observa que no existen diferencias estadísticamente significativas entre la dimensión Optimismo y los diferentes países que participaron de la evaluación (F=1.773; p= 0.152). Con respecto a la dimensión Pesimismo, sí se encontraron diferencias entre Argentina, Chile y México (F= 3.96; p= 0.008). Realizando un análisis entre los países, se observan diferencias significativas entre Argentina y Chile en la variable pesimismo, donde los argentinos son más pesimistas que los chilenos (t=2.21; p=0.029) y entre México y Chile donde los mexicanos son más optimistas (t=-2.22; p=0.027).
En el Gráfico 1 se observa que los residentes de México son los más optimistas, seguidos por Argentina y Chile. Con respecto al pesimismo, las personas de Argentina son las más pesimistas, seguidos por México y los menos pesimistas son los residentes de Chile.
Llevando el análisis a los ítems asociados con la dimensión Optimismo, dentro de su escala positiva se presentan diferencias entre los países en “Siempre soy optimista sobre mi futuro”, donde los residentes de México tienen la mejor percepción, seguidos por Argentina y luego Chile (F= 4.555; p= 0.011). En la afirmación “En general, espero que me ocurran más cosas buenas que malas”, se presentan diferencias también a favor de la percepción de México, seguida por la percepción de los residentes de Chile y por último de Argentina (F= 3.28; p= 0.039). En cuanto a las diferencias entre los países se encuentran resultados significativos entre Chile y México en “Siempre soy optimista sobre mi futuro” (t=-3.65; p=0) y entre Chile y México (t=-2.14; p=0.034) y entre Argentina y México (t=-2.44; p=0.016) en el ítem “En general, espero que me ocurran más cosas buenas que malas”.
Por último, se realizaron las comparaciones con el sexo de los encuestados y se encontraron diferencias significativas a favor de las mujeres entre “Cuando no se sabe qué va a suceder, siempre espero lo mejor” (t= -3.14; p=0.002).
Al analizar las comparaciones entre los residentes de los países en función de las afirmaciones que apuntan a la dimensión Pesimismo (de la variable optimismo), se observa que en su gran mayoría no se encuentran diferencias, solamente se encuentran en “Pocas veces cuento con que vayan a sucederme cosas buenas” (F= 4.848; p=0.008) donde los residentes de Argentina tienen la evaluación más alta, seguidos por México y por último Chile. En la afirmación “Pocas veces cuento con que vayan a sucederme cosas buenas” se encuentran diferencias significativas entre Argentina y Chile (t=-3.7; p=0) y, entre Chile y México (t=2; p=0.048). También se realizaron pruebas de medias para los ítems y el sexo, y se encontraron diferencias significativas en “Cuando algo malo puede ocurrirme, termina sucediéndome” a favor de los varones (t=2.19; p=0.029) y en “Pocas veces cuento con que vayan a sucederme cosas buenas”, también a favor de los varones (t=2.65; p=0.008).
Discusión
En el presente estudio se han intentado verificar las posibles diferencias existentes entre los niveles de Optimismo, en sus dimensiones Optimismo y Pesimismo entre los residentes de distintos países de Latinoamérica (Argentina, México, Chile). Este estudio buscó explorar diferencias transculturales que podrían existir en países de Latinoamérica con una muestra de adultos entre 18 y 60 años, a través de un muestreo no predispuesto, no probabilístico y accidental.
La decisión de buscar una hipótesis de este tipo se debe a la ausencia de estudios que recopilaran información transcultural en Latinoamérica. En la comparación de los niveles de Optimismo, solo se encuentran antecedentes de aplicaciones del LOT-R (instrumento utilizado en la investigación) en distintos países como en los estudios de Vera-Villaroel et al., (2008) en Chile, Grimaldo (2004) en Perú y Bandeira et al., (2002) en Brasil. El estudio de Avella (2014) muestra la comparación de distintas variables asociadas al trabajo y que incluyen al optimismo, pero no se hacen las comparaciones estadísticas que busca el presente estudio.
En cuanto al comportamiento psicométrico del instrumento de evaluación del Optimismo, este tuvo un comportamiento similar a los estudios anteriores. Por ejemplo, en el estudio con población anglosajona que realizó Scheier et al., (1994) se obtuvo un Alfa de Crombach de 0.79, y en el presente estudio se obtuvo un 0.75 de nivel de fiabilidad. También se repite la relación inversamente proporcional entre las dimensiones Optimismo y Pesimismo con valores de p iguales a 0. Esta relación también se muestra en los estudios de Vera-Villaroel et al., (2008), Scheier et al., (1994) y el de Yorck, Glaesmer, Hoyer (2006) donde se estudiaron a 46 mil participantes entre 18 y 103 años. Se observó en el proceso de levantamiento de datos, que el instrumento no mostró dificultades para el entendimiento de los participantes, pues no afectó las diferencias culturales, claro está, en un contexto latinoamericano. En el estudio no existieron diferencias significativas en las dimensiones según los países de residencia, sin embargo, se produjeron algunas diferencias en los ítems específicos, como por ejemplo “Siempre soy optimista sobre mi futuro”, “En general, espero que me ocurran más cosas buenas que malas” y “Pocas veces cuento con que vayan a sucederme cosas buenas”.
El presente estudio, al presentarse como una primera búsqueda de resultados para la investigación del optimismo en países latinoamericanos, se debe mejorar realizando un estudio con muestras mucho más representativas y realizando análisis con variables que puedan influenciar los niveles del optimismo en países latinoamericanos. El estudio de estas variables desde la psicología positiva se hace muy relevante en función de la inversión que están haciendo los gobiernos en programas para mejorar la calidad de vida de las personas.