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Colombia Médica
On-line version ISSN 1657-9534
Colomb. Med. vol.38 no.4 suppl.2 Cali Dec. 2007
Una mirada actual de la simbología en enfermería
Consuelo Burbano, Enf.*
* Profesora Auxiliar, Escuela de Enfermería, Facultad de Salud, Universidad del Valle, Cali, Colombia. e-mail: cocamil@yahoo.com
Recibido para publicación abril 26, 2007 Aceptado para publicación octubre 19, 2007
RESUMEN
La investigación histórica y la valoración crítica de acontecimientos pasados que se refieren a la disciplina de enfermería revelan los efectos de la historia en conductas y prácticas presentes. La enfermería como ciencia y disciplina está constituida por hechos memorables; es la ciencia del devenir del ser humano en el tiempo, viene del ayer y va hacia el mañana. Como tantas otras ciencias se ha ido construyendo poco a poco en tres momentos: el conocimiento, la ética y la estética. La simbología en enfermería, la más antigua de las artes y la más joven de las profesiones, recuerda la historia, las conductas, pero ante todo debe orientarse con sentido crítico y de acuerdo con las prácticas actuales de la disciplina.
Palabras clave: Enfermería; Historia; Simbología.
A present look of the symbols in nursing
SUMMARY
The historical investigation as well as a critical assessment of previous events related to nursing, reveal their effects on nursing present behaviours and practice. Nursing as science and discipline is constituted by memorable facts; nursing is the science of human existence in time; it comes from the past and goes to the future; as others sciences, it has been built slowly through three stages: knowledge, ethics, and aesthetics. The symbols of the oldest art and youngest profession -nursing should be orientated with critical sense and in accordance with current practices in the discipline.
Keywords: Nursing; History; Symbol.
A la enfermería se le ha denominado la más antigua de las artes y la más joven de las profesiones. Como tal, ha atravesado numerosas etapas y ha hecho parte de los movimientos sociales; de ello se deriva la herencia militar, religiosa y la herencia femenina que se constituye como un episodio en la historia de la mujer y su papel en los cambios sociales e igualmente deja para la posteridad los símbolos que representan la profesión de enfermería.
El término nurse tiene sus raíces en el latín nutrix (nutricia) que significa «madre que cría». La humanidad prosperó bajo la protección de la deidad femenina en las llamadas diosas como puede verse en las diferentes figuras del arte monolítico descubiertas en los últimos tiempos1; ellas representan el arte, así como la herencia femenina en enfermería, una forma ingeniosa, creativa y estética de cuidar; lo estético define el arte, es decir la técnica, el espíritu sensible, la mente y la imaginación creativa. Carper según Monti y Tingen2, resalta la relación de la estética con el arte y la importancia de la forma, equilibrio, proporción y unidad e igualmente Cipriano et al.3 informan que Kant manifiesta cómo a través de los sentimientos delicados y sensibles se experimenta la belleza de lo sublime. Estas expresiones del arte-ciencia, a diario deben siempre constituir la profesión de enfermería.
Durante el imperio romano, la enfermería progresa como organización, se menciona a los nosocomi que ejercían la labor de enfermería en los hospitales militares. La hermandad de los Parabolani, vocablo que significa el que arriesga la vida al entrar en contacto con los enfermos, se originó cuando la peste negra asoló toda el área mediterránea, organizaron un hospital en Alejandría y por toda la ciudad iban atendiendo a los enfermos. El debilitamiento del imperio romano, favoreció la extensión y consolidación del cristianismo, el cuidado de los enfermos lo ejercían hombres y mujeres que entregaban sus vidas a los ideales cristianos. En los siglos IV y V las nobles matronas romanas se dedicaron al cuidado de los enfermos, sus posiciones independientes y su gran riqueza les permitió establecer una vida comunitaria y crear la base para el trabajo caritativo y de enfermería; algunas de estas matronas fueron Marcela, Fabiola y Paula elevadas como santas a los altares de la iglesia católica. De Marcela se dice que convirtió su palacio en un monasterio donde instruía a sus seguidoras en el cuidado de los enfermos; Fabiola fundó el primer hospital gratuito en Roma, buscaba a los pobres y enfermos por las calles para cuidarlos ella misma. Paula una de las mujeres más cultas de este período de la historia edificó hospicios para peregrinos y hospitales para los enfermos a lo largo del camino de Belén.
En la reconquista de los lugares santos de Israel, se destaca la formación de hombres enfermeros durante las Cruzadas, esto origina además la mezcla de tres elementos: enfermería, religión, y milicia; por aquella época hubo varias órdenes de enfermeros, por ejemplo los Caballeros Hospitalarios de San Juan de Jerusalén, que se distinguieron por su labor en el campo de la enfermería hasta cuando se expulsó a los cristianos de Palestina; los Caballeros Teutónicos se destacan en Alemania y los Caballeros de San Lázaro se dedican al cuidado de los enfermos de lepra en instituciones conocidas como lazaretos o leprosorios o leprocomios [en Colombia se conocieron hasta hace poco algunos en lugares como Agua de Dios (Cundinamarca), Caño de Loro (Bolívar) y Contratación (Santander)]4. Las órdenes militares de caballeros dejan igualmente marcada para la posteridad la herencia militar y la disciplina en enfermería. A esta herencia militar comunica brío y eficacia Florence Nightingale en 1854 cuando formaliza la enfermería como servicio de apoyo logístico a los ejércitos que participaban en la guerra de Crimea, en este momento reúne un grupo de enfermeras religiosas (las diaconisas protestantes de Kaiserswerth, Alemania) para llevar sus enseñanzas al frente de batalla; organiza luego en Londres la Escuela de Santo Tomás, donde prepara enfermeras para la guerra; mejora los cuidados en los hospitales militares y desarrolla el código sanitario para el ejército; por esta labor se dice que de la guerra de Crimea surgieron dos figuras la del soldado y la enfermera5. En Colombia, la herencia militar se observa también, pues en 1873 las hermanas de la Caridad de la Presentación prestaron sus servicios durante la Guerra de los Mil Días. En 1932 las enfermeras egresadas de las escuelas de Bogotá participan en la guerra del Perú y en 1938 se crea la Escuela de Enfermería de la Cruz Roja en cuyo currículo se incluyen aspectos de estrategia militar dentro de la formación de las enfermeras6. De la jerarquización militar se heredan los títulos de supervisora y jefe, condiciones que hacen referencia en la actualidad a profesionales de enfermería1. Igualmente el uniforme se constituye en otra herencia religioso-militar, un símbolo sin el cual la enfermera parece perder su identidad; el color blanco del mismo, expresa la vocación profesional de enfermería por la paz, así como justicia social, equidad, universalidad e igualdad frente al derecho a la salud que tienen todos los ciudadanos.
Una de las organizaciones que ha mantenido su importancia hasta los días actuales, son las Hermanas de la Caridad, comunidad fundada por San Vicente de Paúl, en Francia se conoció ampliamente su labor de enfermería domiciliaria, la primera supervisora de estas enfermeras fue Santa Luisa de Marillac1. Hoy la enfermería domiciliaria desempeña un papel importante en los servicios de atención primaria y es una novedosa forma de ejercer la profesión circunscrita al sistema de salud, pues el egreso precoz del paciente del hospital disminuye costos a las instituciones y a las familias.
Las abadesas, monjas de cuna real, se incorporan como enfermeras monásticas; usaron el velo blanco que simboliza la humildad, la obediencia y el servicio. La orden religiosa de las Diaconisas se crea en Europa después de la reforma protestante para brindar cuidado humano; su atuendo era ciertamente distintivo, el tocado se extendía en forma de alas llamado «cornette». También las Beguinas originarias de Bélgica en 1184 luego de la guerra ingresan a los centros religiosos y se asocian para trabajar como enfermeras, deciden en ese entonces usar una cofia para distinguirse de otras mujeres6. La toca de la enfermera moderna, una variante del velo religioso, de la cofia y de los tocados, se asocia con la humildad y la prestación de un servicio a la humanidad, por su origen se considera como el símbolo del cuidado humano en enfermería y su color blanco, representa honor, distinción y responsabilidad; la toca permite identificar a la enfermera, entre los otros miembros del equipo de salud como el profesional dedicado al cuidado de las personas.
Quizá este es el legado positivo de la herencia religiosa, el diseño evidentemente humanitario del cuidado y el desarrollo de los servicios de enfermería establecidos; la obediencia y la sumisión a otros estamentos como el sacerdote y el médico se han superado desde finales del siglo XIX con Nightingale, quien en sus escritos manifiesta interés en descubrir las leyes que gobiernan la salud, los conocimientos de los procesos reparadores y de la prevención, y desde otra perspectiva emerge la investigación y eleva la enfermería a un nivel de disciplina con análisis y discusión para definir sus propios paradigmas. De aquí que el juramento de enfermería o Juramento Florence Nightingale, que elaboró el Comité de la Escuela de Enfermería Ferrand del Hospital Harper de Detroit en 18937 y publicó la enfermera Lystra Eggert Gretter utilizado en las ceremonias de graduación o en la mal llamada ceremonia de «imposición de tocas» en la actualidad genera controversia, por sus enunciados de comportamientos de beneficencia y sumisión que no están acordes con la evolución de la cultura y de la práctica de la enfermería actual. Esta ceremonia debería llamarse «ceremonia de la luz» con referencia a la lámpara, otro símbolo en enfermería que muestra la luz que se requiere en todos los actos de cuidado, emblema de la claridad y de la ciencia, iluminación que brinda el saber y la calificación personal en relación con el autoconocimiento y la interacción respetuosa con los demás.
La revolución industrial produjo reformas y los hospitales se independizaron de la iglesia, los monjes fueron reemplazados por trabajadores sin preparación, aumenta la mortalidad y surge por ello un movimiento a favor de la higiene, en esta misma época surge Florence Nightingale quien nació el 12 de mayo, fecha que en la actualidad corresponde al día internacional del profesional de enfermería; logra cambios especialmente la elaboración de un programa de formación de enfermería sólido y basado en normas profesionales que permitió el progreso de la enfermería moderna. En su Fundación se forman las primeras enfermeras hospitalarias e instructoras que pronto viajarían a otros países para continuar la labor de enseñar la enfermería como profesión en escuelas como las de Norteamérica y el Virreinato de la Plata1. En Colombia, hacia 1903 se funda la primera Escuela de Enfermería en la ciudad de Cartagena de Indias; en 1912 el doctor José Ignacio Barberi funda el Hospital de la Misericordia en Bogotá, y crea un curso con duración de cuatro años en el mencionado centro asistencial. En los años de 1930 a 1950 se funda en Bogotá la Escuela Nacional de Enfermeras Visitadoras y por primera vez se dictan normas para el ejercicio profesional en el país, le siguen la Escuela de la Cruz Roja en 1938, su directora, señora Blanca Martí de David, colabora con el establecimiento de la Asociación Nacional de Enfermeras de Colombia ANEC. Los doctores Héctor Pedraza y Luis E Aconcha del Ministerio de Trabajo, Higiene y Previsión Social, en el mandato del presidente Alfonso López, con apoyo de la Fundación Rockefeller y la Organización Panamericana de la Salud, fundan la Escuela de Enfermería de la Universidad Nacional de Colombia en 1944; igualmente se funda la Escuela de Enfermería de la Universidad del Valle en 1945; de ella egresan las primeras enfermeras denominadas hospitalarias6.
La enfermería experimenta actualmente importantes cambios que surgen de la propia dinámica de crecimiento y evolución de las profesiones dentro del sistema de salud, la analogía del momento actual con el cierre de grandes instituciones de salud y la desaparición de los departamentos de enfermería, recuerda la época del protestantismo en Europa que caracterizó la «edad oscura de la enfermería», sus efectos llevaron a la clausura de instituciones donde cuidaban a los enfermos; por tanto, la calidad del cuidado en la enfermería entró en decadencia. Las políticas actuales en salud, por ejemplo, la Ley 100 de 1993, las instituciones de salud con su organización de servicios gerenciales, tienen en riesgo el ejercicio de la profesión y el principio del cuidado humano que se expresa en los símbolos que la representa. Como la historia debe permanecer en la memoria colectiva con principios rigurosos, la profesión de enfermería debe continuar el camino como disciplina con teorías explícitas para la práctica profesional, y salvaguardar el cuidado con calidad. Armiger10 manifiesta: «Existe hoy una necesidad sin precedentes de identificar la singularidad de la ciencia de enfermería y de su práctica, no sea que fuerzas avasallantes en la sociedad contemporánea nos lleven a la desintegración de enfermaría como una profesión distinta.»
La enfermería como disciplina es un actor trascendental en el equipo de salud, con conceptos epistemológicos en un continuo análisis a partir de la historia, de teorías y métodos donde se tiene en cuenta tanto los avances como las limitaciones en el desarrollo del conocimiento. Igualmente llevar la mirada a la historia de la enfermería y lo que constituyen los símbolos, a la reflexión y análisis por parte de los profesionales quizá permita a los mismos identificarse con el cuidado humano, la rigurosidad del trabajo con sentido ético y la participación gremial para defender derechos en la búsqueda de la reconciliación y la equidad social desde lo laboral como del derecho a la salud de las personas. Jean Watson8 en sus escritos de la Teoría del Cuidado Humano en las nuevas direcciones para el futuro de la práctica, afirma que la enfermería ha tenido la oportunidad de explorar su propia herencia y reconectarse con sus propios valores, como también con la filosofía para explorar métodos de investigación que sean consistentes con la naturaleza de la profesión. En los cuidados en enfermería, la aceptación de la persona como un ser libre ayuda a situarla en la posición de protagonista de esos cuidados, y no como simple espectadora de las acciones que se realizan para ella; esto lo hace posible con la aplicación del Proceso de Enfermería, método que le otorga identidad a la enfermera profesional. Henderson9 señala que cuidar es ayudar a las personas en aquellas actividades dirigidas a potenciar la salud o a restituirla lo más pronto posible, y que la persona realizaría por ella misma, si supiera, y si tuviera la fuerza y/o la voluntad necesaria.
Hoy se reconoce la rica herencia recibida de las filosofías, modelos conceptuales y marcos teóricos propios, que fundamentan y explican el fenómeno de interés de enfermería. Estas contribuciones han fortalecido a la enfermería como una disciplina científica y sirven como base para nuevos desarrollos teóricos. Para Donadlson y Crowley10, es importante definir la estructura de la enfermería a partir del conocimiento de su historia que permitiría investigarla como ciencia y disciplina. En este sentido se acepta, que la enfermería es un ciencia de la salud y una ciencia humana porque el centro de su responsabilidad es el cuidado de las personas en todas sus dimensiones, por lo que cobra importancia retomar la simbología de la enfermería en el proceso de formación del estudiante, con apropiación por el mismo, del significado de cada uno de los símbolos con referencia al cuidado y al proceso de preservar el derecho de la salud de todas las personas.
Según Villalobos11, enfermería es una profesión constituida esencialmente de dos partes: un componente profesional y un componente disciplinar. Como profesión toma parte en los esfuerzos para mejorar el futuro de la calidad de vida de los individuos y grupos al tratar de resolver los problemas que se interponen e influyen en su logro.
La profesión de enfermería se interesa en las actividades que desarrollan y canalizan sus practicantes, para lograr la promoción y el mejoramiento de la salud y el bienestar de los seres humanos. Como disciplina es un terreno del conocimiento, un cuerpo de conocimientos que evoluciona de manera independiente y tiene una forma individual de interpretar los fenómenos de su competencia: el cuidado y la salud. De aquí que el profesional de enfermería debe seguir el camino con responsabilidad y liderazgo, y como lo afirmaba Nightingale «nadie nos va a regalar un mundo mejor».
La investigación histórica de la enfermería, permite evitar errores del pasado y conduce a la consolidación del ethos propio de la disciplina para afrontar los desafíos de la globalización de la economía; vistos incluso en la emigración y por qué no decirlo en la «exportación» de profesionales, que no son sucesos actuales, pues según un informe en 1965 de la OPS, 12% del recurso de enfermería formado en Colombia se encontraba en el extranjero y en el mismo año, el número de enfermeras retiradas del ejercicio profesional representaba 19% de las enfermeras censadas. Según los datos obtenidos por el macrodiagnóstico de enfermería de 1972: había 75.6% de las enfermeras en cargos directivos administrativos, sólo 3% trabajaban en cuidado directo o programas especiales, la atención de enfermería en los servicios de salud se prestaba en su mayoría por personal auxiliar, pues éste representaba 92.4% del total de recurso que atendía a la población; de esta proporción sólo 39.l% eran auxiliares certificados, 47% eran ayudantes y 5.9% eran promotoras, la escasa disponibilidad y la inadecuada distribución de las profesionales de enfermería se atribuyó en ese entonces, al carácter más o menos reciente de los estudios de enfermería y a la escasa demanda que habían tenido esos estudios, se sugirió incrementar los estímulos (sobre todo salariales y de status profesional) con el fin de atenuar las tasas de abandono de la profesión. La Ley 266 de 1996 que pretende definir las competencias profesionales orientadas más bien a competencias laborales, nos ubica en este momento histórico, conduce al olvido de los ideales de Florence Nightigale, que partía del ejercicio de la profesión de un amplio conocimiento científico para transformar la profesión en disciplina y no del ejercicio de la misma en función de la necesidad concreta referidas a tareas o acciones mecánicas que no tienen nada que ver con el cuidado integrador u holístico y más bien conduce al profesional a disputarse funciones referidas al auxiliar de enfermería o a tarea administrativas, que tienen que ver con rentabilidad económica y no en políticas de salud en beneficio de las personas.
La discusión actual de formación con base en competencias laborales, otorgada a través del documento Compes de julio de 2004 y que faculta al SENA para implementar esta metodología y de modo específico a través del proyecto de Ley 024 de Recurso Humano en Salud, constituye una amenaza para la profesión liberal de enfermería, el mapa funcional del enfermero da cuenta de los aspectos antes mencionados12.
REFERENCIAS
1. Dohahue MP. Historia de la enfermería. St. Louis: Doyma; 1985. [ Links ]
2. Monti EJ, Tingen MS. Múltiple paradigms of nursing science. ANS 1999; 21: 64-80[ [ Links ]STANDARDIZEDENDPARAG]
3. Cipriano SM, Merkle SJ, Denise SC. De los patrones del conocimiento de Carper a las formas de ser: un cambio filosófico ontológico en enfermería. ANS 1995; 18: 1-14. [ Links ]
4. Echeverri PS. Enfermería: el arte y la ciencia del cuidado. Rev Med (Bogotá) 2003; 25: 172-185. [ Links ]
5. Velandia AL. Influencia española en la enfermería colombiana. Rev LAE (Ribeiräo Preto) 1993; 1:129-150. [ Links ]
6. Yoda Y. Libro de viaje. Cali: Arte y Color; 1991. [ Links ]
7. Alarcón NG. Enseñanza de la ética y la bioética en los programas de pregrado y de postgrado de enfermería. En: Directrices para la enseñanza de enfermería en la educación superior. Bogotá: ACOFAEN; 2006. p. 56-66. [ Links ]
8. Watson J. Nursing: human science and human care. A theory of nursing. Norwalk: Appleton-Century-Crofts; 1985. [ Links ]
9. Henderson V. La naturaleza de la enfermería: una definición y sus repercusiones en la práctica, la investigación y la educación. Reflexiones 25 años después. México: McGraw-Hill Interamericana; 1994. [ Links ]
10. Donadlson S, Crowley D. La disciplina de enfermería. Nurs Outlowk 1978; 26: 113-120. [ Links ]
11. Villalobos MM. Aspectos conceptuales del cuidado en enfermería: utilidad para la práctica y la investigación. Bogotá, III Congreso de Egresados, Universidad Nacional, 2000. p. 1-12. [ Links ]
12. SENA. Mapa funcional de enfermero (a). (fecha de acceso junio 28, 2005). URL disponible en: http://www.acofaen.org.co [ Links ]