Introducción
El proceso de interrelación entre la comunicación y la política implica, en tiempos actuales, un conocimiento y un amplio manejo de todo lo que se circunscribe en el escenario virtual. Este espacio se sustenta, igualmente, en el acercamiento permanente entre el dirigente político y el ciudadano a través de una efectiva comunicación de su programa o propuesta de gobierno, solo que ahora por medio de una fuerte implicación de las redes sociales.
Por ello, la comunicación debe ser dinámica, flexible y eficiente, puesto que va articulada a procesos fluidos y permanentemente cambiantes. En estos procesos, el comunicador amplía sus funciones y pasa de ser un “simple” observador o asesor del accionar político para formar parte activa y protagónica del proceso a partir del involucramiento de su experticia en el manejo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) (Anderson, 2015).
En este contexto, surge la principal razón de ser del comunicador en la política actual: es un mediador entre lo que propone el político, lo que recepta y comprende el ciudadano, lo que cumple el político y lo que opina finalmente el ciudadano a través de los distintos medios digitales. Esta situación no dista de su condición profesional esencial, pero sí es novedosa en cuanto a su necesidad de especialización en el mundo virtual. En los medios digitales, los procesos de la información y la comunicación se soportan en las nuevas formas de llevar hechos y opiniones a los ciudadanos y de su pronta necesidad de reciprocidad, simultaneidad y contestación (López-Marín, 2016; El Adawiyah et al., 2019).
Este hecho implica una latente atención por parte del comunicador en el mensaje político -incluso en su posibilidad de mutación (Espino-Sánchez, 2011)- en la estrategia política (en cuanto a los nuevos medios de difusión) y en el público objetivo (asiduo y creciente consumidor de los medios digitales y de las redes sociales).
Por lo tanto, se puede decir que el proceso político de hoy implica todo un reto para los profesionales de la comunicación, pues su tarea consiste en comunicar efectivamente lo que esta nueva forma de hacer política presenta, sin desconocer su vigente relevancia como profesional transmisor de lo que sucede en el acto político, pero ahora con la necesidad de ser generador o formador de opinión en los sensibles y volátiles contextos virtuales.
Con base en lo anterior, este artículo presenta un desarrollo investigativo en el que se evidencia la importancia que tienen las redes sociales en el escenario político actual, como herramientas comunicativas fundamentales para la labor del comunicador político, quien debe considerarlas en la construcción de una completa estrategia de comunicación política, como instrumentos complementarios a los medios de comunicación tradicionales asociados a dicho contexto y a su profesión.
Revisión de la literatura
La razón de ser de la comunicación en la política es la de informar al público acerca del accionar de los partidos políticos, sus programas y sus candidatos, así como contribuir a la formación de la opinión.
En este contexto, los actuales estudios que relacionan a la comunicación con la política recomiendan, entre sus estrategias, la atención cada vez mayor al uso de las redes sociales como mecanismo para entender y potenciar dicha asociación (Ryabchenko, Malysheva y Gnedash, 2019), así como para comprender las tendencias poblacionales acerca de su posibilidad democrática de participación (Abaplaza- Campos, 2017).
A través de dichas redes, la información política (y de toda índole) puede llegar a alcanzar un crecimiento exponencial impensado y trascender hacia múltiples y diversas perspectivas y formatos (Barberio et al., 2020). Esta condición hace indispensable, en el accionar de la política moderna, el acceso a las redes sociales en el proceso de comunicación, dado su carácter de instrumento inmediato, veloz, ubicuo y de alto impacto (Álvarez-García, 2010).
Al respecto, Smith (2018) establece que la población actual mundial es de 7,6 mil millones de personas, de los cuales 4,2 mil millones de individuos son usuarios de internet y 3,03 mil millones están activos en las redes sociales. Estas personas poseen alrededor de 5,54 mil millones de cuentas vigentes (algunos poseen hasta cinco o seis cuentas). He aquí un potencial muy amplio e importante que debe ser tenido en cuenta en una estrategia comunicativa asociada a la política.
Adicional a esto, también existe, a través de estas herramientas, la posibilidad de llegar con el mensaje político a una gran cantidad y variedad de públicos, dada la multiplicidad de perfiles y usuarios presentes en estas plataformas. Las más populares de estas son Facebook, Twitter, YouTube, Instagram y WhatsApp (Cansino, Calles-Santillana y Echeverría, 2016; Gallardo et al., 2019), lo que las convierte en una importante vitrina política que debe ser aprovechada por el comunicador y su equipo político (Delgado-Gil, 2017; Cunha-Carlomagno, Soares-Braga y Cardoso Sampaio, 2018).
Sumado a lo anterior, dichos instrumentos también permiten llevar un control acerca de su uso, lo que posibilita generar y analizar tendencias asociadas a la aceptación del proceso político y de la labor del comunicador. En este sentido, se puede estudiar, incluso, la relación entre propuesta política, forma de comunicarla y nivel de aceptación como simple sondeo o como posible predictor de resultados (Domínguez, 2012; Briones-Martín, 2014; Crespo-Pereira, López-López y Jaráiz-Gulías, 2020).
En términos generales, los expertos en campañas políticas y uso masivo de redes sociales defienden la hipótesis de que cada vez más las acciones políticas estarán dominadas por la injerencia que tengan los medios tecnológicos y digitales. Esta situación convierte este escenario en un fenómeno interesante en el que deben confluir y coincidir mayormente la expresión ciudadana en dichos medios y su materialización efectiva en el momento de su participación en política (Abejón- Mendoza, Carrasco-Polaino y Garralón, 2019; Vardiansyah y Delliana, 2020).
Ya no es necesario ir en búsqueda del candidato para poder conocer y reconocer su discurso, pues este puede participar del mismo o de debates o diálogos asociados a este a través de las redes. De igual manera, puede incluso difundir sus planteamientos por medio de estas plataformas (Cárdenas, Ballesteros y Jara, 2017).
Por lo tanto, se puede decir que las redes sociales fungen como mediadoras entre el sistema político y los ciudadanos. Además, ocupan un papel de filtrado y de modificación de los mensajes antes, incluso, de que los mismos sean incorporados por el sujeto (Eskibel, 2016) y este pueda darles contestación. Justamente esta condición expone la creciente influencia de lo comunicativo-digital en la nueva forma de hacer política y ganar adeptos, pues los mensajes incrustados en las redes sociales por parte de los individuos en constante relación con las TIC, son más personalizados, más emocionales y, por ende, más influyentes e impactantes.
Metodología
Esta investigación es de tipo descriptivo y exploratorio, y utiliza las técnicas de observación, encuesta y entrevista (no estructurada) para su realización. Su enfoque es de corte mixto, pues combina elementos del análisis cualitativo -propio de la comunicación- con elementos del análisis cuantitativo que complementan los datos cualitativos encontrados, los cuales son operacionalizables y medibles a partir del análisis de datos propio del trabajo con las redes sociales (Baena-Paz, 2014).
El método de investigación a aplicar persigue fundamentalmente determinar qué factores aparecen como elementos concomitantes. En este sentido, se analiza el grado de asociación existente entre las variables objeto de estudio. Esta condición posibilita establecer la implicación que tiene la comunicación y las redes sociales en el proceso político como elemento estratégico de éxito. Además, permite responder la siguiente pregunta: ¿qué tan relevantes y estratégicas son las redes sociales para el actual contexto político?
Por ello, en la realización de este estudio no se hace una simple descripción o explicación, sino que dichos aspectos -evidentemente en su mayoría cualitativos- se convierten en las bases del estudio. De esta manera, se pueden obtener, compilar, organizar, agrupar y procesar para, posteriormente, con apoyo de lo cuantitativo, analizar.
Por lo tanto, el procedimiento desarrollado comprende tres etapas:
Etapa 1. Se exploran distintos comportamientos, ideas y reflexiones ciudadanas en torno al uso de las redes sociales como medio de comunicación en el contexto político (¿qué tanto se utilizan estas redes en general?, ¿qué tanto se utilizan en lo político?). Aquí la técnica que prima es la observación. La intención es ver cómo es la dinámica política en las redes sociales, proceso a través del cual surgen las preguntas contenidas posteriormente en las encuestas y entrevistas.
Etapa 2. Se analiza la percepción de conocedores y expertos en el tema con la intención de aprobar o refutar lo observado en la etapa 1 (¿coinciden sus opiniones con lo encontrado en la primera etapa?). Las técnicas predominantes en esta etapa son la encuesta y la entrevista. Principalmente, se trabaja con setenta y cuatro comunicadores políticos, en ejercicio de su profesión, quienes resuelven una encuesta soportada en lo previamente observado. También se trabaja con tres expertos en el campo (Andrés Lizarralde-Henao, Carlos Villota-Santacruz y Ángel Becassino), quienes son entrevistados.
En esta etapa, la muestra encuestada se establece como representativa a partir de una población total de cien comunicadores políticos que laboran en las principales ciudades colombianas. Esta cifra permite un margen válido de error del 5 % con un nivel de confianza del 90 %, según la fórmula que establece el Departamento Administrativo Nacional de Estadística [DANE] (2018) y que es aplicada para la Encuesta Nacional de Calidad de Vida.
Etapa 3. En esta etapa se fusionan los resultados de las dos etapas anteriores para poder establecer un análisis general y unas conclusiones definitivas en torno al tema.
Resultados
Principales hallazgos con base en la observación inicial realizada
La velocidad de las comunicaciones modernas (Castells, 2012) ha ocasionado que el ciudadano entre en contacto con la política a través de la virtualidad (Holgado-González, 2003), muchas veces sin demasiado conocimiento de la cultura política. Esto se debe a la facilidad de uso de las redes sociales, las cuales se convierten en medios ágiles de opinión y en plataformas facilitadoras de las expresiones libres del individuo (ver figura 1 acerca del uso digital en el mundo), pero con escasa vigilancia o control (Campos-Domínguez y García-Orosa, 2018).
Lo anterior es visto como un aspecto positivo cuando se habla de igualdad, interactividad y democracia, pero también puede ser lascivo cuando se carece de mecanismos de revisión o inspección que permitan analizar el verdadero comportamiento político de los ciudadanos y separar las tendencias y posiciones bien intencionadas, propositivas y proactivas de las que no lo son (Rúas-Araújo y Casero-Ripollés, 2018).
Esto significa que, en la vida política moderna, el uso y la injerencia de las redes sociales son evidentes y participativos (ver figura 2 acerca de la relevancia de las redes sociales). Pero también significa que deben estudiarse con sumo cuidado para no caer en posturas, señalamientos o generalizaciones tendenciosas o contaminadas por el afán proselitista que, sin duda, son producto de su indudable repercusión en la opinión pública y de su participación fundamental en el éxito o fracaso de cualquier proceso político.
En este contexto, todo proceso político debe contar con una estrategia de comunicación que involucre el análisis de las redes sociales circundantes a dicho proceso. De esta forma, se puede llegar a un público más diverso e, incluso, de manera más cercana. Además, se puede llevar una vigilancia constante de sus predilecciones o comportamientos políticos (Rizo-García, 2006) si se emplean consultorías o sistemas especializados para ello.
Principales hallazgos reflejados en las encuestas
La figura 3 muestra que el 75 % de los comunicadores políticos encuestados considera que hoy en día es crucial contar con las redes sociales como herramientas aliadas al proceso comunicativo-político. Esto conduce a pensar que las personas se convencen cada vez más acerca de la importancia del uso de estos medios en el marco del contexto político. Esta condición debería ser valorada por la totalidad de “conocedores” sobre el tema de la comunicación política e incorporarse en todas las estrategias de comunicación asociadas al tema.
En relación con el impacto que genera el uso de redes sociales en la política, más de la mitad de los encuestados lo resaltó como un aspecto positivo. Sin embargo, se evidencia que el tema aún causa expectativa o duda en cierto porcentaje de la población (figura 4). En todo caso, las respuestas muestran que el tema de las redes sociales en la política es relevante, significativo y trascendente, máxime cuando todos estamos insertos en la Sociedad de la Información y a todos nos permean las TIC (Vásquez-Rizo, 2012).
Por otro lado, la figura 5 presenta opiniones divididas en cuanto a los beneficios del uso de las redes sociales en la política. Sin embargo, las opciones con un mayor porcentaje posibilitan soportar la hipótesis que afirma que cada día las redes sociales tienen una mayor utilidad para los procesos políticos (lo que se corrobora también revisando el mínimo porcentaje asociado a la opción “ninguna de las anteriores”).
Por último, la figura 6 certifica lo observado en la literatura consultada, donde Facebook y Twitter aparecen como las redes sociales más utilizadas para difundir información política.
Con base en las anteriores figuras se puede afirmar que las redes sociales son unas de las herramientas más potentes para los comunicadores políticos, puesto que permiten interactuar de manera sincrónica o asincrónica con la ciudadanía. De esta manera, brindan facilidades de comunicación entre el político, el medio y el público y dinamizan la acción política y la transferencia de información.
Sin embargo, al mismo tiempo, se debe tener cuidado porque estas mismas redes exponen un escenario interactivo, de debate permanente, en el que es necesario que los participantes estén formados o se encuentren informados en relación con la dinámica política sobre la que se debate. Solo de esta manera se podrá suplir el desconocimiento mencionado sobre la cultura política imperante, tan arraigado y evidente en muchos ciudadanos.
Hablan los expertos
A continuación, las tablas 1, 2 y 3 presentan los apartes más significativos de las entrevistas realizadas, los cuales complementan lo ya expuesto a partir de tres preguntas concretas.
Colombiano. Comunicador social-periodista en MP+C marketing político y comunicaciones. Experto en marketing y publicidad | Andrés Lizarralde-Henao | |
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Preguntas | Respuestas | Análisis de respuestas |
¿Qué conceptos se desarrollan en el u so de las redes sociales en la comunicación política? | Realmente son numerosos los conceptos a desarrollar, todos ellos asociados a la sociedad de la información y al mundo digital. Entre ellos se pueden mencionar: marketing político, estrategia digital comunicacional, imagen digital, conectividad, plataformas digitales, debate virtual, trabajo colaborativo, competencia digital, flujo de información. | Se concientiza acerca de la existencia de todo un glosario asociado al concepto de redes sociales y entorno digital, el cual debe ser conocido y manejado correctamente por el comunicador político para poder sacar el mejor provecho a esta nueva realidad. |
¿Cómo inciden las redes sociales en el desarrollo de la actividad política? | Son indispensables para el ciudadano de hoy, por eso se debe concientizar a todos los participantes en política acerca de su uso responsable y del aprendizaje permanente. También deben ser parte activa del trabajo mancomunado que se debe realizar entre el comunicador y el proceso político, pues solo así el público reconocerá su utilidad. | Se reconoce la importancia de las redes sociales y su incidencia actual, pero al mismo tiempo se invita a entender que son solamente instrumentos al servicio de la sociedad y no un fin último en sí mismas. Todo depende de su óptima utilización. |
¿Cuáles desafíos enfrenta el comunicador en esta nueva forma de hacer política? | Debe romper paradigmas, volverse experto en la terminología y tecnología asociadas a las redes sociales, debe decidir acerca de los mensajes y su interpretación, de los tiempos en la virtualidad, de las herramientas adecuadas, debe reconocer también que son un medio complementario a los medios tradicionales, debe estar alerta 24/7 y ser polifacético. | Se asume la labor del comunicador político como una actividad múltiple, cargada permanentemente de nuevas responsabilidades, las cuales implican una formación constante, una indagación latente, una voluntad permanente y una habilidad tecnológica más que suficiente. |
Análisis general de la entrevista: se hace énfasis en que la política moderna encuentra en la virtualidad un nuevo escenario, mucho más amplio, mucho más flexible, mucho más dinámico. Y es responsabilidad del comunicador político aprovechar al máximo dicho ámbito de manera inteligente y responsable, así como promover su uso consciente y participativo a través de las redes sociales. Estas herramientas permiten que los usuarios tengan un contacto cercano con el proceso político, de ahí la importancia de su correcta utilización. |
Fuente: elaboración propia.
Colombiano. Comunicador social-periodista. Especialista en Marketing Político y Marketing de Ciudad. Conferencista en la Cumbre Mundial de Comunicación Política, Buenos Aires, Argentina. | Carlos Villota-Santacruz | |
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Preguntas | Respuestas | Análisis de respuestas |
¿Qué conceptos se desarrollan en el uso de las redes sociales en la comunicación política? | La presencia de comunicadores políticos en las redes sociales permite desarrollar tres conceptos o elementos: sociedad red incorporada a las expresiones de la vida citadina; ciberespacio y su cercanía al contorno de la plaza pública, la escuela, la familia y el trabajo; y potencialidades de internet como generadoras de satisfactores asociados a las necesidades humanas. | Se constata que las redes sociales son epicentros de interacción e intercambio dinámico entre personas en la web (el nuevo contexto político no es ajeno a esto), donde se interrelacionan grupos de personas identificadas por necesidades y problemáticas comunes. |
¿Cómo inciden las redes sociales en el desarrollo de la actividad política? | El gran desafío consiste en interpretar la comunicación como un diálogo ciudadano, y es aquí donde las redes sociales juegan un papel fundamental de cara a una campaña política moderna. Por lo tanto, se deben saber manejar para que estas tengan algún grado de incidencia en la actividad política. | Se busca ampliar el horizonte de relacionamiento del comunicador con los medios. Se le invita a pensar en una mayor fluidez comunicativa, reflejada en una mayor fluidez del mensaje hacia la opinión pública y viceversa; y esto lo dan las redes sociales. |
¿Cuáles desafíos enfrenta el comunicador en esta nueva forma de hacer política? | El gran desafío es entender la comunicación como un amplio diálogo entre individuos. Aquí las redes sociales juegan un rol estelar de cara a una campaña, puesto que se convierten en el principal medio actual para que dicho diálogo suceda y el elector conozca y reconozca los pormenores de una campaña y sus candidatos. | Se intenta dejar constancia de que la base de una buena campaña política es la comunicación permanente con el ciudadano, y este ejercicio lo facilitan las redes sociales. |
Análisis general de la entrevista: La acción del comunicador en la política tiene una razón de ser esencial, traducida en establecer una comunicación activa entre el candidato o político y la gente. Para ello, emplea los diferentes medios de comunicación, entre ellos y cada vez con más fuerza, las redes sociales. Estas juegan un rol primordial en la formación de una cultura política colectiva que permita a cada ciudadano mirar la realidad política desde todas las aristas que esta conlleva. |
Fuente: elaboración propia.
Argentino. Escritor, músico, fotógrafo, periodista, publicista y consultor político. | Ángel Becassino | |
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Preguntas | Respuestas | Análisis de respuestas |
¿Qué conceptos se desarrollan en el uso de las redes sociales en la comunicación política? | Se busca la novedad en la apariencia, lo diferente en la forma, los conceptos que “vendan”, que llamen la atención, que suenen bien en inglés y que sirvan para construir nuevas historias, reales o no, desde lo digital (ciberespacio, troll, fake, etc.). | Se plantea que en el trabajo político asociado a las redes sociales se introducen conceptos innovadores, que impacten en la vida de las personas y que se conviertan en términos cotidianos. |
¿Cómo inciden las redes sociales en el desarrollo de la actividad política? | En momentos de efervescencia digital. Es que la democracia digital -uso de TIC para la participación política (García-Guitián, 2016)- por medio de las redes sociales no es algo que funcione perfectamente. Solo son momentos breves de debate digital, los cuales deben ser continuados en la calle, en la acción ciudadana. De ahí la complementariedad en la comunicación política entre medios tradicionales y no tradicionales. | Se expone que el debate político se caracteriza por su dinamismo, y a esto contribuyen hoy las redes sociales. Estas permiten la generación de respuestas y reacciones breves e inmediatas. Son dinámicas con la posibilidad de la libre circulación de las ideas. |
¿Cuáles desafíos enfrenta el comunicador en esta nueva forma de hacer política? | El mundo digital nos sorprende, llevamos algo más de veinte años en esta historia, y aún no sabemos muy bien en qué “caballo” estamos montados. Por lo tanto, el comunicador político debe estar presto a todo, a que ocurran las cosas (incluso en las redes) de la manera más inverosímil, sorpresiva, posible. | Se afirma que en la acción política a través de las redes sociales todo está por hacerse, por aprenderse. Por ello, lo importante para el comunicador es estar atento permanentemente, tanto de lo que se envía como de lo que se recibe como mensaje en el proceso comunicativo. |
Análisis general de la entrevista: Se resalta el carácter instrumental de las redes sociales y se las reconoce como herramientas de manipulación muy poderosas e influyentes en el arte de comunicar. Debido a esto, se reconocen las múltiples posibilidades que estas permiten, pero también se llama la atención a identificar sus falencias y su necesidad de complementariedad con los medios tradicionales. De esta manera, se señala que en todo momento lo importante es la relación entre emisor (desde la campaña), comunicador (como puente) y receptor (público final). |
Fuente: elaboración propia.
Según las anteriores tablas, se puede afirmar que la labor del comunicador político, con el advenimiento de las redes sociales y la virtualidad, está totalmente reevaluada, puesto que este profesional ahora entra a mediar en una contienda política mucho más amplia, con más actores, con más instrumentos, pero también con más responsabilidades en la implementación de los procesos asociados a la comunicación y a la toma de decisiones.
Estas situaciones parten del entendimiento, en su labor, de no sobredimensionar estas redes, pero sí darles un valor ponderativo como generadoras de opinión en la sociedad actual (sociedad de la información). Esto se debe a que el hombre moderno (un posible elector), entendido según Knöbl (2017) como un sujeto que vive las vicisitudes del tiempo presente, es un activo consumidor (usuario) de internet, y a través de este medio encuentra una forma pronta de dar a conocer sus puntos de vista y de recibir retroalimentación.
Adicional a esto, se manifiesta que el comunicador político, además de cumplir su rol tradicional, debe fungir como catalizador de la comunicación (y la información) en estos nuevos medios, así como ser asesor en el manejo de los mismos sin perder de vista los escenarios y medios tradicionales. Estas condiciones exigen que el comunicador político viva actualizado, tanto contextual como tecnológicamente.
Todo lo anterior significa, en síntesis, que la acción política está llamada a incorporar cada vez más complejos, dinámicos y frecuentes procesos de intercambio, difusión y circulación de información, es decir, procesos donde las redes sociales tienen un rol muy importante en la manera actual de hacer política y en la elaboración de una estrategia efectiva y completa de comunicación.
Discusión
Si bien se ha demostrado que las redes sociales son un medio de comunicación actual con bastante injerencia en el campo político -aspecto que coincide con Delgado-Gil (2017) , Cunha-Carlomagno et al. (2018) y Ryabchenko, Malysheva y Gnedash (2019) -, también es importante reconocer que no toda la información presente en estos espacios se puede interpretar definitivamente o de la misma manera. Esto quiere decir que se debe entender que la preferencia o no por alguna publicación en estas redes no necesariamente indica que así va a ser el derrotero político, puesto que estas sirven para generar y analizar tendencias, pero nunca para generalizar o concluir en torno al proceso. Autores como Rodríguez-Andrés (2018) y Paniagua-Rojano, Seoane-Pérez y Magallón-Rosa (2020) afirman que existe una gran desinformación asociada a la incorporación de las redes sociales en la política.
Por ello, el comunicador político debe intentar ser muy objetivo o consciente en las interpretaciones que realice frente a estos nuevos medios, pues su oportunidad de análisis es muy distinta en relación con los medios tradicionales. Por lo tanto, se deben realizar estudios previos y posteriores al proceso político sobre el impacto de las acciones llevadas a cabo en las redes sociales y por fuera de ellas como parte de la estrategia de comunicación política.
De esta manera, una acertada estrategia política comunicativa debe incorporar el equilibrio entre el proceso político virtual y el presencial. Esto significa que no se trata de reemplazar una estrategia por otra, sino de complementarlas, toda vez que los medios convencionales logran llegar a sectores poblacionales que no acceden a redes sociales. Este es un segmento importante del público que también se debe considerar (Molina-Carrillo, 2019) porque los medios modernos pueden ser un escenario de diagnóstico de determinado proceso político en cuanto a su inmediata popularidad (García-Ruiz, Tirado-Morueta y Gómez 2018; Cansino, Calles-Santillana y Echeverría, 2016; Gallardo et al., 2019).
Conclusiones
El desarrollo dinámico, cambiante y lleno de múltiples desafíos a que se enfrentan los comunicadores amplía su panorama de acción e interacción en diferentes ámbitos, entre ellos el político, a partir de asumir una serie de nuevas dinámicas que promuevan la libre circulación de las ideas y el uso especializado de las redes sociales, cuyos mensajes e interacciones inciden en la comunicación política según las distintas formas de manifestación social actualmente existentes.
Si bien es cierto que el uso y consulta permanente de dichas redes sociales es una realidad innegable en todos los campos humanos, también es cierto que es cada vez más fuerte la relación de estos instrumentos con la posibilidad de participación política. Es así como a lo largo de este estudio se pudo constatar la realidad de esta estratégica asociación (redes sociales y política) para servir como escenario de debate e interacción política.
El uso de las redes sociales en política no deja de estar sujeto a los roles tradicionales de la política y de los medios, donde quien domina los medios tiene un importante elemento a su favor en contraposición con quien no lo hace. Esta situación exige que los escenarios políticos actuales involucren profesionales de la comunicación que sepan cómo generar valor agregado a partir de las herramientas digitales.
Por lo tanto, se puede decir que las redes sociales abren un compendio de posibilidades anteriormente impensadas para la efectividad y el éxito de la política gracias a las características de estas plataformas y a la motivación generalizada relacionada con el uso de las TIC. Esta condición posibilita que la política contemporánea genere todo un movimiento alrededor suyo, a partir de su participación en la red, con la posibilidad de que su discurso llegue a un mayor número de personas, en un menor tiempo y que estas puedan interactuar con él.
Por todo esto, la comunicación política actual se constituye en todo un nuevo panorama de acción para los profesionales de la comunicación. Cuando deciden formar parte del contexto político, deben agudizar sus sentidos, permanecer en constante actualización y ser muy hábiles en el manejo de sus conocimientos de lo público, así como en el reconocimiento estratégico de la realidad social que los rodea, el afianzamiento de sus competencias y capacidades de relacionamiento y en el manejo de las redes sociales y las tecnologías.