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Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud
Print version ISSN 1692-715XOn-line version ISSN 2027-7679
Rev.latinoam.cienc.soc.niñez juv vol.3 no.1 Manizales Jan./June 2005
Segunda Sección: Estudios e Investigaciones
Descripción de la dinámica interna de las familias Monoparentales, simultáneas, extendidas y compuestas del municipio de Medellín, vinculadas al proyecto de prevención temprana de la agresión*
María Eugenia Agudelo Bedoya**
* Este artículo hace parte del proyecto de investigación denominado Dinámica interna de las familias monoparentales, simultáneas, extendidas y compuestas de las comunas 1, 2, 3 y 8 del municipio de Medellín, financiado por la Universidad Pontificia Bolivariana, inscrito en el CIDI con el código 388-05/03-15.
** Trabajadora Social, Especialista en Familia, Docente Universidad Pontificia Bolivariana y Universidad de Antioquia. Colombia. Participaron en la investigación la T.S. Maribel Pérez R. y las estudiantes de Trabajo Social de la UPB Andrea Cardona Benítez, Luz Adriana Carmona Monsalve, María del Pilar Messino Rodas y Lina Marcela Monsalve Álvarez.
Primera versión recibida noviembre 25 de 2004; versión final aceptada mayo 6 de 2005 (Eds.).
Resumen:
El estudio efectuado por el Grupo de Investigaciones en Familia de la U.P.B., caracteriza la dinámica interna de las diferentes tipologías familiares en las Comunas 1, 2, 3, 8 y 9 del Municipio de Medellín que participaron en el proyecto de "Prevención Temprana de la Violencia, Pautas de Educación y Crianza" que se desarrolló entre enero de 2001 y septiembre de 2002, contando con la financiación del Municipio de Medellín y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Se analiza la dinámica interna de 536 familias distribuidas por tipología de la siguiente manera: 204 Monoparentales Femeninas; 11 Monoparentales Masculinas; 173 Extendidas; 109 Simultáneas y 39 Compuestas.
La información se tomó de los registros de visita domiciliaria y entrevistas aplicados directa y personalmente por el grupo de asesores que tuvo a su cargo el proceso formativo y de orientación con las familias de niños y niñas de las instituciones educativas participantes. Es importante anotar que el modelo de intervención incluye la aplicación del cuestionario para evaluación de conductas en niños/niñas entre 3 y 11 años de edad (COPRAG), que permite identificar si están en riesgo de asumir conductas agresivas. Según el puntaje que obtienen en dicha prueba, se clasifican en 2 categorías: en la de "índice" los niños y las niñas que aparecen en mayor riesgo y en la de "no índice" quienes aparecen en menor riesgo. Por esto, el análisis de la información se hace diferenciando un grupo de otro.
Las variables de la dinámica interna que se tuvieron en cuenta fueron: autoridad, comunicación, afectividad y pautas de crianza. Además se indagó sobre la percepción que las familias tienen de la salud física y emocional de estos niños y niñas.
Palabras clave: Tipología familiar, dinámica familiar, familia monoparental, familia simultánea, familia extendida, familia compuesta.
Resumo:
O estudo efectuado pelo Grupo de Investigações na Familia da U.P.B., caracteriza a dinâmica interna das diferentes tipologías familiares nas Comunas 1, 2, 3, 8 y 9 da Prefeitura de Medellín que participaram no projeto de "Prevenção Temporão da Violência, Pautas da Educação e Criação" que desarrolló-se entre janeiro do 2001 e setembro do 2002, contando com a financiação da prefeitura de Medellín e o Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
Se analiza a dinâmica interna das 536 familias distribuidas pela tipología da siguente maneira: 204 Monoparentais Femeninas; 11 Monoparentais Masculinas; 173 Estendidas; 109 Simultâneas e 39 Compostas.
A informação tomó-se dos registos da visita domiciliária e entrevistas aplicados direita e pessoalmente pelos/as assessores quens tiveram a seu cargo o processo formativo e de orientação com as familias de meninos e meninas das instituições educativas participantes. é importante anotar que o modêlo de intervenção comprende a aplicação do questionário pra evaluação das condutas em meninos/meninas entre 3 e 11 anos de idade (COPRAG), que permite identificar sim istos/istas estão o não, no risco de assumir condutas agressivas. Conforme ao puntagem que obtem cada menino/menina em dita prova, classificam-se em 2 categorías: como "índice" quens aparecem no maior risco e, "não índice", menor risco. Por isto, o análise da informação se faz diferençando um grupo do outro.
As variaveis da dinâmica interna que se tiveram en conta foram: autoridade, comunicação, afectividade e pautas de criação. Ademais se indagó como percebem as familias a saude física e emocional de meninos e meninas.
Palavras chave: tipología familiar, dinâmica familiar, familia monoparental, familia simultânea, familia estendida, familia composta.
Abstract:
The study carried out by the Family Research Group of the U.P.B., characterizes the internal dynamic of the different familiar typologies in the communes 1,2,3,8 and 9 from the Municipality of Medellín which participated in the project about "Early Prevention of the Violence, Education and Upbringing Guidelines" that was developed between January 2001 and September 2002, with the funding of the Municipality of Medellín and the BID.
The internal dynamic of 536 families arranged by typologies was analyzed in the following way: 204 female one-parent families, 11 male one-parent families, 173 widespread families, 109 simultaneous families and 39 compound families.
The information was taken from the home visits records and interviews which were applied personally by the consultants who were in charge of the formative process and orientation with the families of the children from the participating Educational Institutions.
It is important to annotate that the intervention model includes the application of a questionnaire to evaluate the behaviors in the boys and girls between 3 and 11 years old (COPRAG), which permits to identify if the children are in risk to take on aggressive behaviors. According to the score got by each boy or girl in the test, they were classified in two categories: index (indice) who appeared with more risk and no index (no indice) who appeared with less risk. For this reason the analysis of the information was done differentiating one group from the other.
The variables of the internal dynamic were: authority, communication, affectivity, and upbringing guidelines. Therefore, it was investigated how the families notice the physical and emotional health of the boys and girls.
Key words: familiar typology, familiar dynamics, one-parent family, simultaneous family, extended family, compound family.
I. Introducción
El Grupo de Investigación en Familia de la Universidad Pontificia Bolivariana tuvo a cargo la ejecución de la prueba piloto del proyecto aplicado en instituciones educativas: "Prevención temprana de la violencia: pautas de educación y crianza en el ámbito familiar", el cual se inició en el mes de enero de 2001 y concluyó en junio de 2002, financiado por el Municipio de Medellín y el Banco Interamericano de Desarrollo, BID.
El objetivo general de dicho proyecto consistió en conformar un proceso de gestión educativa que permitiera a las instituciones educativas promover, por medio de la capacitación y de la asesoría, la transformación de patrones de interacción entre maestroalumno y padres-hijos con el propósito de incrementar el número de niños/niñas con comportamientos prosociales y disminuir el número con comportamientos agresivos.
Este proyecto fue coordinado por 4 profesionales Especialistas en Familia y ejecutado directamente por estudiantes y profesionales de Psicología, Trabajo Social y otras disciplinas del área social; quienes en su función de asesores tuvieron la responsabilidad de implementar los talleres, las entrevistas y la visita domiciliaria que propone el modelo con un grupo de familias de los establecimientos educativos y los hogares infantiles que le fueron asignados.
Para la visita domiciliaria y las entrevistas se diseñaron algunas guías que permitieron recoger información completa sobre tipología, tamaño, dinámica interna y estrato socioeconómico de las familias abordadas. Los datos obtenidos, son de gran utilidad para indagar acerca de lo que ocurre en la actualidad y su análisis permite identificar nuevos fenómenos que se presentan en las familias de algunos sectores de nuestra ciudad; particularmente en lo que se refiere a las familias monoparentales femenina y masculina, simultáneas, compuestas y extendidas, las cuales han ido aumentando en nuestro contexto social.
Este estudio, que se enmarca en la línea de "Tipologías Familiares" definida por el Grupo de Familia de la Universidad Pontificia Bolivariana, es interesante en tanto aborda la familia como un sistema básico de socialización en el que transcurre el desarrollo de los individuos que integran el mundo social y trata de describir particularidades de otras formas de configuración familiar que van surgiendo y aumentando en nuestro medio.
En el año 2002 dicho grupo dirigió 3 investigaciones realizadas por estudiantes del programa Trabajo Social para optar por el título profesional. Estas investigaciones, al igual que la presente, se realizaron con información recopilada durante la ejecución del proyecto que se desarrolló en 32 establecimientos educativos y 24 hogares infantiles del ICBF, localizados en las comunas 1, 2, 3, 8 y 9 de la ciudad de Medellín durante los años 2001 y 2002. Los estudios mencionados versaron sobre los siguientes temas: El primero, consistió en la descripción de las 2.442 familias vinculadas al proyecto; el segundo, sobre la dinámica interna de las familias nucleares y el tercero, sobre las familias extensas.
El estudio que caracteriza las 2.442 familias es muy importante como punto de partida y como antecedente de la investigación a la que se refiere el presente artículo, puesto que aporta información básica sobre la composición de las familias a estudiar: Si bien el proyecto fue concebido para familias con población infantil catalogada como índice según la aplicación del COPRAG, en esta caracterización se pudo establecer que el 76.9% de las familias vinculadas correspondían a niños/niñas no índice y el 23.6% a índice.
Todas las familias abordadas tienen menores en edad escolar, es decir que se encuentran en una etapa crucial para la socialización logrando con este proyecto brindarles la oportunidad de reflexionar sobre las pautas de crianza aplicadas en su vida cotidiana, contribuyendo de esta manera a la prevención de la agresión.
El mayor porcentaje (46.8%) de las familias se concentró en el tamaño mediano, que tienen entre 5 y 7 miembros, siendo 4 el número de personas más frecuente por familia y 3, el promedio de adultos, dato que por sí mismo no es garantía en nuestro medio de que los menores gocen del acompañamiento requerido, puesto que los afanes por garantizar la subsistencia llevan a que el adulto o los adultos, hombres y mujeres, pasen gran parte del tiempo por fuera de la casa.
En el proyecto hubo dificultad para lograr la participación de varios miembros de la familia y de los padres/hombres debido a compromisos laborales, a la realización de múltiples actividades para la consecución de ingresos y a la delegación del cuidado de niños/niñas en abuelos, en otros parientes o vecinos. Sin embargo, más del 50% de las familias convocadas presentó una buena respuesta a las actividades programadas, lo cual lleva a pensar que se sintieron satisfechas en el proceso al tener la posibilidad de ser escuchadas, orientadas y respaldadas para la educación y crianza de sus hijos/hijas y sobre aspectos de la vida familiar.
Conviene anotar que las tipologías familiares que aparecieron con mayores frecuencias en el proyecto, fueron la nuclear (43.7%), la extensa (21.5%) y la monoparental femenina (13.8%), lo cual es similar a lo reportado en el censo de 1993 para la ciudad de Medellín. Como se ha mencionado, existen 2 estudios anteriores que dan cuenta de las familias correspondientes a las 2 primeras tipologías mencionadas.
El objetivo general del estudio consistió en "Describir la dinámica interna de las familias monoparentales, simultáneas, extendidas y compuestas de los niños y niñas índice y no índice de las comunas 1, 2, 3, 8 y 9 del Municipio de Medellín, vinculadas al proyecto de Prevención Temprana de la Violencia: Pautas de Educación y Crianza en el ámbito Familiar". Es de anotar que estas comunas están habitadas en su mayoría por familias de estrato socioeconómico bajo y medio bajo.
Los objetivos específicos fueron:
- Describir cómo se da el ejercicio de la autoridad en cuanto a tipo, figura, normas, sanciones y estímulos en las familias de las tipologías mencionadas que fueron beneficiarias del proyecto.
- Identificar las características básicas de la comunicación y destacar las diferentes maneras como se expresa la afectividad en las familias estudiadas.
- Describir la percepción de estas familias frente a la salud física y emocional de los niños y niñas.
- Detectar las ideas, expectativas y temores que manejan estas familias frente a la crianza de los hijos y las hijas.
II. Materiales y métodos
El nivel del estudio es descriptivo en cuanto busca caracterizar la dinámica familiar a partir de un conjunto de tópicos como son: autoridad, comunicación, afectividad, pautas de crianza y condiciones de salud física y emocional de niños/niñas. Tal descripción se realiza teniendo en cuenta los atributos de las variables mencionadas que fueron evaluadas por el grupo de asesores en las entrevistas con la familia, mediante el diligenciamiento de 2 instrumentos con preguntas abiertas: El primero, aplicado en la visita domiciliaria, contiene datos sobre la dinámica familiar relativos a la autoridad, la afectividad, la comunicación, las ideas sobre la crianza de niños/niñas y, el segundo, aplicado en entrevista a la familia en el establecimiento educativo, incluye información sobre condiciones de salud física y emocional de niños/niñas, temores y expectativas respecto a su crianza y complementa el aspecto de la autoridad familiar.
Se definió como tipo de estudio cuanti-cualitativo, teniendo en cuenta que los instrumentos que se utilizaron recogen información de tipo cualitativo como son las guías de visita domiciliaria y de entrevista, los cuales contienen información abierta; es decir, que no se rige por el uso de categorías previamente estructuradas.
La muestra estuvo dada por la totalidad de las familias monoparentales, simultáneas, extendidas y compuestas que participaron en el proyecto, a las que se les aplicó los formatos de visita domiciliaria y entrevista en el establecimiento educativo. Fue un total de 536 familias distribuidas según la tipología de la siguiente manera: Monoparentales femeninas 204; Extendidas 173; Simultáneas 109; Compuestas 39 y Monoparentales masculinas 11.
En el estudio se hace alusión a familias de niños/niñas índice y no índice, clasificación ésta que propone el modelo y se hace con base en el COPRAG, este es el cuestionario de actitudes y comportamientos de niños y niñas en edad escolar (3 a 11 años), aplicado por los/las docentes. Mide 4 dominios: trastorno agresivo, ansiedad-depresión, prosocialidad y trastorno deficitario. Para efectos del proyecto de prevención, los niños y niñas se clasificaban en índice cuando obtenían un puntaje de 29 ó más en agresividad directa (golpes, estrujones, trato brusco, etc.) y de 11 ó más en indirecta (menospreciar, hablar negativamente, excluir del juego a otros, etc.). El instrumento permite evaluar el riesgo, no hacer diagnóstico de cada niño/niña.
A continuación se definen brevemente las variables del estudio:
"La familia es una institución, un subsistema dentro del sistema mayor que es la sociedad, es un grupo de personas entrelazadas en un sistema social, cuyos vínculos se basan en relaciones de parentesco fundados en lazos biológicos y sociales con funciones específicas para cada uno de sus miembros y con una función más o menos determinada en un sistema social" (Páez, 1984, p. 216).
La tipología familiar se asume como una modalidad de familia según los vínculos existentes entre sus miembros, los cuales pueden ser consanguíneos, por afinidad, adopción o amistad. La convivencia es elemento importante en este concepto porque las familias se clasifican a partir de las personas que comparten el mismo techo, lo que le confiere a la familia unos rasgos o caracteres peculiares.
Familia Monoparental Femenina y Monoparental Masculina
"Es aquella conformada por un solo cónyuge y sus hijos, surge como consecuencia del abandono del hogar de uno de los cónyuges, por fallecimiento, separación y/o divorcio, madresolterismo o padresolterismo" (Castaño, 2002, p. 132). De hecho, la conformación de la familia monoparental se genera por condiciones materiales, psicológicas y sociales que viven estas familias; pueden ser causadas por viudez, por abandono de uno de los progenitores; por madre solterismo o padre solterismo; por separación o divorcio, por adopción a cargo de una sola persona adulta o por situaciones como emigración, encarcelamiento u hospitalización de uno de los progenitores.
Jiménez (1999, p. 127) la concibe como "la formada por un adulto que vive con uno o más hijos a su cargo, situación a la que se ha llegado por diferentes circunstancias causales".
Este concepto de monoparentalidad se encuentra ligado a un padre o una madre ausente o en algunas ocasiones presente de manera intermitente; es decir, no aparece como una figura permanente en el hogar, esta situación se puede presentar porque el progenitor ha fallecido o se encuentra en un lugar desconocido, pero a pesar de estas circunstancias, el hijo se inscribe en una filiación doble.
La familia Extendida es aquella conformada por personas de dos generaciones de una misma familia (conviven uno o ambos padres con hijos y tíos/tías, primos/primas), lo cual probablemente genera procesos interaccionales que en alguna medida se asemejan a los descritos para las familias extensas (conformada por 3 generaciones: abuelos/as, hijos/as, nietos/as) en lo que se refiere a comunicación, autoridad y cumplimiento de funciones de cuidado y socialización, más aún cuando se trata de familias con niños pequeños.
La convivencia con un miembro de la familia de origen de uno de los progenitores, puede llevar a que éste asuma funciones jerárquicas similares a las de los padres o, que por el contrario, se mantenga en una posición de apoyo sin repercusiones en la dirección del subsistema parental. Sobre esta tipología, no encontramos en nuestro medio reportes teóricos ni investigativos.
Familia Simultánea: uno o ambos cónyuges tienen hijos de relaciones anteriores y en la actualidad la pareja convive con estos y/o con los hijos de ambos. "Esta es conocida comúnmente como 'tus hijos, mis hijos y los nuestros', es aquella donde llega un nuevo miembro a asumir un papel sustituto debido a la ausencia del progenitor biológico" (Gómez, 2001, p. 30).
La primera denominación que se utilizó para aludir a esta tipología, fue "reconstituida" o "recompuesta", que hace referencia a las familias rotas que se vuelven a construir con el fin de garantizar a los hijos, mediante una lógica de asimilación con la familia nuclear, la convivencia familiar y la transmisión de valores.
Olga Lucía López, en su investigación de desplazamiento forzado, realizada en diciembre del 2001, define a la familia simultánea como la constituida con base en la segunda relación conyugal de uno de los miembros de la pareja o de ambos, con el aporte de hijos de la anterior relación.
Virginia Gutiérrez de Pineda (2000) habla de la familia padrastal la cual se constituye por la ausencia de uno de los progenitores y el otro conforma una nueva pareja aportando sus hijos a ésta.
Otra terminología que hace referencia a esta tipología es "familia mixta", integrada por una pareja en la que uno o ambos adultos están casados por segunda vez y tienen hijos de su relación anterior, constituyendo una nueva relación con ambos grupos familiares.
La Familia Compuesta está integrada por dos o más familias que entre sí no están unidas por vínculos consanguíneos, sin embargo, la cohabitación los lleva a compartir relaciones y procesos de la dinámica interna propias de la familia y generalmente se constituye por razones de índole económica.
Una versión de esta tipología puede ser la denominada familia ampliada, la cual se define como aquella conformada por la familia nuclear y otra u otras personas que no tienen lazos de parentesco con dicha familia.
En nuestro medio se presume que las familias compuestas han aumentado como consecuencia de las situaciones de violencia que generan procesos de desplazamiento forzoso tanto de las zonas rurales a las urbanas, como de un barrio a otro, llevando a que en una misma vivienda se ubiquen dos o más grupos familiares.
Si bien no se puede establecer hasta ahora cuánta es la permanencia de estas familias, sí puede suponerse que la cohabitación conlleva interacciones que hacen aún más compleja la dinámica familiar, puesto que la intimidad de la familia se ve afectada y, por lo tanto, se empiezan a compartir funciones, afectos, tensiones y a enfrentar, probablemente conflictos que ameritan un manejo oportuno o que bien pueden llevar a que esta forma tipológica se resienta y se reacomode una vez pase la urgencia que motivó su conformación. La información obtenida en los registros que se utilizan en el presente estudio no permite dar cuenta de la permanencia de estas familias.
La Dinámica familiar comprende las diversas situaciones de naturaleza psicológica, biológica y social que están presentes en las relaciones que se dan entre los miembros que conforman la familia y que les posibilita el ejercicio de la cotidianidad en todo lo relacionado con la comunicación, afectividad, autoridad y crianza de los miembros y subsistemas de la familia, los cuales se requieren para alcanzar el objetivo fundamental de este grupo básico de la sociedad: lograr el crecimiento de los hijos y permitir la continuidad de las familias en una sociedad que está en constante transformación.
La comunicación se asume como el intercambio de información y afectos que se hace de manera verbal y no verbal. Puede ser directa cuando se basa en la manifestación clara de acuerdos y desacuerdos y en la coherencia entre lo verbal y no verbal, generando unión entre los implicados aún en situaciones de desacuerdo y tensión. La comunicación bloqueada se caracteriza por el poco diálogo y, los escasos momentos de intercambio, su contenido suele referirse a asuntos superficiales que no comprometen afectivamente a los miembros de la familia. La comunicación dañada se basa en reproches, sátiras, insultos, críticas destructivas y silencios prolongados. Ante estas dos últimas modalidades comunicativas, algunas familias acuden a un intermediario generando la denominada comunicación desplazada la cual, si bien puede ser una opción para el manejo de conflictos al contar con la ayuda de un tercero, puede ser contraproducente cuando se instaura de manera permanente propiciando cada vez mayor distancia afectiva entre quienes no se comunican directamente.
La afectividad es el vínculo que une a la familia y puede tener diferentes expresiones: El rechazo que es una forma de afecto que se traduce en exclusión, abandono y en el uso de castigo severo. La sobreprotección que, por el contrario, se refiere a un contacto excesivo que se traduce en hacer cosas que el niño o la niña pudieran hacer por sí mismos, limitando sus posibilidades de autonomía acordes con la edad. La ambivalencia afectiva lleva a que los progenitores fluctúen entre expresiones de rechazo y actitudes de sobreprotección que confunden a los niños y a las niñas toda vez que son expuestos a patrones afectivos inconsistentes. Finalmente, la aceptación que como vivencia de la afectividad permite a niños y niñas sentirse amados, valorados y cuidados al saber que cuentan con un lugar importante en la vida de sus padres, hermanos y otros parientes cercanos.
La autoridad entendida como el poder legítimo en la familia, se considera autocrítica al basarse en la imposición rígida de normas y la aplicación de castigos que acuden a medios físicos, psicológicos o verbales violentos. La permisividad y la inconsistencia, como formas inapropiadas de ejercer autoridad se caracterizan, respectivamente, por la falta de normas claras y explícitas y por la coexistencia de figuras de autoridad que se contradicen y descalifican entre sí. A diferencia de estos tipos de autoridad, todos con implicaciones desfavorables para el desarrollo psicosocial de niños y niñas, estaría la del tipo democrático en la que se estimula y propicia la reflexión sobre el sistema normativo, los estímulos y soluciones generando sentido de responsabilidad.
Las pautas de crianza son los conocimientos, actitudes y comportamientos que padres y madres asumen en relación con la salud, nutrición, importancia del ambiente físico y social y las oportunidades del aprendizaje de hijos/hijas en el hogar. Puede ocurrir sin embargo que en algunas familias, las figuras parentales transmitan pautas de crianza disfuncionales, es decir, poco favorables al desarrollo integral.
Las creencias, los valores y las actitudes que rigen la socialización, así como la manera de inculcar las normas y desarrollar el comportamiento deseable en niños y niñas, varían entre culturas. Sin embargo, todas las sociedades aspiran a que unos y otras sean cada vez más independientes y capaces de cuidar de sí mismos/as, que inhiban o expresen la agresión en formas socialmente aceptables, y que se abstengan de hacer conductas claramente antisociales; más aún, esperan no sólo que los individuos se autocontrolen sino que se socialicen con el fin de realizar conductas prosociales, tales como compartir, ayudar, cooperar y compadecerse. Para conocer algo al respecto, en el estudio se indagó acerca de creencias, temores y expectativas que las familias dicen tener frente a la crianza de sus hijos/hijas en edad escolar, las respuestas que se obtuvieron se agruparon en tres categorías: Vida familiar, conducta de los/las menores y ambiente social.
En "vida familiar" se incluyen las representaciones ligadas a la dinámica, las relaciones, las conductas y la presencia o ausencia de quienes conforman la familia. En la "conducta de los/las menores" se retoman las alusiones que hacen las familias en cuanto a los comportamientos deseables e indeseables por parte de éstos. Y en el "ambiente social" se agrupan todos los factores y las situaciones externas señaladas por las familias, que ejercen mucha influencia en la socialización y crianza de niños/niñas pero que éstas no pueden modificar.
III. Resultados
A continuación se presentan los hallazgos obtenidos mediante la información recopilada con la aplicación de los instrumentos mencionados en páginas anteriores.
Familias Monoparentales Femeninas:
De las 204 familias con esta tipología que participaron en el proyecto, 49 son de niños y niñas índice y 155 de no índice.
En relación con la autoridad impartida en las familias índice y no índice de tipología monoparental con jefatura femenina, se puede decir que las madres cabeza de familia son la principal figura de autoridad, la cual ejercen de una forma autocrática, que se caracteriza por el uso de castigo físico y/o verbal. El 57% de familias índice y 47% de no índice presentan este tipo de autoridad que, como se sabe, puede dificultar la forma de relacionarse entre los miembros de la familia, y es considerada riesgosa para el desarrollo de conductas problemáticas en niños y niñas dada la ausencia del padre y/o el incumplimiento de funciones de cuidado y formación que le corresponden, generando vacíos afectivos en sus hijos/hijas y recarga en la mujer.
En esta tipología familiar se encuentra como aspecto significativo que en su dinámica interna, las familias tanto de la población infantil índice (67%) como de la no índice (71%) cuentan con la existencia de normas en el proceso de educación de sus hijos/hijas. Otro aspecto que se vislumbra como favorable es el tipo de castigo que se usa, puesto que se reporta como más significativo el "quitar privilegios" (45% para índice y 49% para no índice), mecanismo considerado propicio para formar en niños/niñas conciencia de que cumplir o incumplir las normas provoca ganancias y pérdidas, respectivamente. No se puede pasar inadvertido el uso del "castigo físico" que también es relevante, siendo un poco más alto en las familias de los/las no índice (40%) que para los/las índice (34%), lo cual como se sabe, no es favorable para el desarrollo psicosocial de los seres humanos y tiende a producir estilos de actuación y relación basados en la agresión.
El tipo de comunicación que alcanza los porcentajes más altos en ambos grupos es la directa (47% y 48% respectivamente), posibilitando el acercamiento de sus miembros. Llama la atención que un número significativo de familias no da información acerca de esta pregunta (22% índice y 21% no índice), lo que puede hacer pensar que en nuestra cultura las familias tienden a dar mayor importancia al ejercicio de la autoridad, dejando a un lado los demás componentes de la dinámica familiar como son la comunicación y la afectividad.
Con relación a la afectividad, las familias de niños/niñas tanto índice como no índice, expresan aceptación en el momento de demostrar afecto (47% y 46% respectivamente), lo que se considera un signo favorable, teniendo en cuenta que la afectividad es un aspecto fundamental en la educación y socialización de los hijos/hijas. Se presenta, además, como principal figura afectiva la madre (49% para índice y 54% para no índice), lo cual es entendible y permite ver que a pesar de la sobrecarga de funciones que esta tipología implica para ella, no deja de asumir otras tan significativas como son las de protección, cuidado y afecto hacia sus hijos/hijas.
En cuanto a la salud física y emocional, se encontró que la mayoría de las familias de niños y niñas índice y no índice opinan que éstos/éstas presentan buena salud física (61% índice y 75% no índice) y emocional (45% y 62% respectivamente). Las familias de ambos grupos que reportan al niño/niña como no saludable físicamente, expresan como principal síntoma las afecciones respiratorias, haciendo pensar que estas enfermedades se presentan ligadas, posiblemente, a las precarias condiciones de vida pues los niños y las niñas no tienen la alimentación necesaria y/o deben exponerse a espacios húmedos o ambientes contaminados. En la salud emocional, se presentan como principales síntomas las alteraciones del estado de ánimo (24% para índice y 14%% para no índice) seguidas en menor porcentaje por las actitudes rebeldes y agresivas. Estos hallazgos ponen en evidencia la necesidad de atender a las familias a nivel preventivo.
Las ideas que estas familias monoparentales tienen sobre la crianza, se refieren principalmente (47%) a la "vida familiar. Las madres muestran, así, a la familia como el eje principal para la educación y socialización de sus hijos/hijas. Para las familias con niños/niñas no índice, se presentan con mayor porcentaje (70%) las ideas referidas a la "conducta" destacando su preocupación por aquellos/aquellas menores que se tornan agresivos(as) y desobedientes.
En cuanto a los temores que se tienen frente a la crianza en este tipo de familias, se encontró que ambos grupos enfatizan en la "conducta" de niños y niñas (47% y 48%). Las madres presentan como mayor respuesta el temor a que sus hijos/hijas desarrollen estilos de vida desfavorables, como son el consumo de sustancias psicoactivas, los embarazos precoces o las conductas delictivas. En las familias con niños y niñas no índice, las madres temen por el "ambiente social" (34%), preocupándose porque la violencia del sector donde viven los afecte emocionalmente o los implique como actores.
Las expectativas que tienen las madres, se centran principalmente en la "conducta" de sus hijos/hijas (47% para índice y 48% para no índice), queriendo que sean personas trabajadoras, buenas estudiantes, obedientes y de buen desempeño en el ámbito social.
Familias Monoparentales Masculinas:
De las 11 familias Monoparentales Masculinas, 3 corresponden a niños y niñas índice y 8 a no índice.
Al analizar la autoridad en estas familias se encontró que prevalecen aquellos tipos que son menos adecuados; pues el autoritarismo, la permisividad y la inconsistencia, que suman 66% y 75% respectivamente en índice y no índice, generan alteraciones en el proceso de socialización de niños y niñas. Esto ocurre porque el padre ejerce así la autoridad o porque acude a otras personas de su familia extensa para el cuidado de sus hijos/hijas, llevando esto a que se den confusiones en el manejo de este proceso regulador de la vida familiar, con las implicaciones posteriores que acarrea en el desenvolvimiento social de las personas, puesto que dicho antecedente en la vida de una persona se asocia a conductas impositivas y a trato fuerte de las personas que posteriormente estén a su cargo.
Ambos grupos de familias reconocen la importancia de establecer normas para la convivencia familiar y la educación de los/las menores, sin embargo al momento de especificar las normas no lo hacen dejando la idea de que no se aplican concretamente para regular los comportamientos y generar reflexión frente a lo aceptado y lo reprobado.
Respecto al tipo de comunicación en niños y niñas tanto índice como no índice, hay un mayor número de familias que utilizan la comunicación directa y, el padre aparece como la figura afectiva más relevante para ambos grupos, lo cual puede indicar que estos procesos se vislumbran como favorables, poniéndose el padre como figura central de los mismos. Este hallazgo refleja que en nuestro medio algunos padres han empezado a vincularse en procesos socio-afectivos de sus familias, los que por tradición habían sido legados a las mujeres.
Con relación a la salud física y emocional de niños y niñas tanto índice como no índice; se puede decir que en su mayoría se reportan saludables, sin embargo es importante destacar que en ambos casos se encontraron algunos niños/niñas con problemas de salud física y emocional (de 11, se registran 4 con síntomas físicos y 2 con alteraciones emocionales).
Al hablar de las ideas que tienen los padres sobre la crianza de sus hijos/hijas se puede decir que les dan mucha importancia a aquellas que tienen que ver con la "vida familiar", refiriéndose específicamente a educarlos/las en valores para que sean respetuosos, obedientes y responsables.
Los temores que tienen los padres sobre la crianza de sus hijos/hijas están referidos, en su mayoría, al ambiente social, ya que éstos expresan temor a que sus hijos/hijas se relacionen con malas amistades y cojan "malos vicios".
Al indagar sobre las expectativas que tienen frente a la crianza, se encuentra mayor énfasis en lo relacionado con la "conducta" de niños/niñas, y hacen referencia principalmente a que sean personas de bien ante la sociedad.
Estos hallazgos ponen en evidencia una preocupación que expresan los padres en cuanto a si serán capaces de conducir la vida familiar sin contar con la madre, persona a quien culturalmente se le atribuye un papel central.
Familias Extendidas:
De las 173 familias extendidas que se registraron, 40 corresponden a niños y niñas índice y 133 a no índice.
En cuanto a la autoridad puede verse diferencia en el manejo que se hace en estos dos grupos de familias: para los/las índice, aparece como más frecuente la autocrática (50%), la cual se rige, como ya se ha mencionado, por castigos antieducativos y por la rigidez de su estructura llevando a pensar que esta manera de ejercer la autoridad influye en alguna medida en los comportamientos agresivos de niños y niñas que según el COPRAG son clasificados como índice. Para el caso de los/las no índice, aparece con mayor porcentaje la autoridad democrática (39%) que da la posibilidad de intercambiar puntos de vista de cada una de las partes que integran la familia, llegando a implementar normas, sanciones y estímulos acordes con cada situación que se presenta, aprovechándola como evento formativo.
Vale la pena destacar que para ambos grupos la autoridad inconsistente abarca un porcentaje considerable (22% y 27% respectivamente), lo que significa que las personas que ejercen la autoridad no se ponen de acuerdo, provocando contradicciones al interior de la familia y por lo tanto ambivalencia en el comportamiento, lo cual es bastante contraproducente en el desarrollo emocional y social de niños y niñas, al no orientar de manera precisa sobre lo que se considera aceptable y reprobable en su conducta.
Las personas que ejercen la autoridad en las familias extendidas son múltiples pero la categoría que alcanza el mayor porcentaje en índice y no índice, es la representada por ambos padres (28% y 38% respectivamente), seguida por la figura de la madre sola (20% y 17%). Esto parece indicar que a pesar de que la familia extendida está compuesta por varios adultos, son los padres quienes principalmente se encargan de educarlos y guiar los comportamientos que se consideran adecuados para su desarrollo.
En la variable autoridad, se encontró que las familias de ambos grupos (índice y no índice) cuentan con normas en el proceso de educación de niños y niñas (92% y 88% respectivamente); asignándoles algún tipo de responsabilidad y labores (en lo doméstico y escolar, fundamentalmente) con el fin de lograr una disciplina que permite orientar sus conductas presentes y configurar las futuras.
En cuanto al castigo y al estímulo, se halló que las familias manifiestan con mayor frecuencia la existencia de castigos (índice y no índice superan el 80%) y en el momento de hablar sobre los estímulos, la mayoría expresa que sí los tienen incorporados a su vida y a sus relaciones cotidianas (ambos grupos con 65%), sin embargo, un porcentaje considerable no los especifica. En el momento de analizar los porcentajes en el tipo de estímulos y de castigos, se encuentra algo paradójico y es que los estímulos que con mayor frecuencia se aplican son de tipo afectivo (índice 58% y no índice 50%), es decir, caricias, besos y abrazos; y el castigo más usado es el físico (61% y 41% respectivamente) o sea golpes, estrujones, arañazos, lanzar objetos y dar palizas; lo que indica que primero va el golpe y después la caricia o viceversa, generando consecuencias poco favorables en el desarrollo evolutivo de niños y niñas.
La comunicación en estas familias extendidas muestra para el grupo de índice resultados que reflejan la poca claridad que existe en el manejo de ésta, ya que en la sumatoria de aquellos tipos de comunicación que son calificados como menos adecuados (dañada, desplazada, bloqueada), se registra 52% que supera el resultado de la comunicación directa (35%); hallazgo éste que se relaciona con lo descrito para la autoridad, puesto que ambos procesos mal encaminados tienden a producir en los niños y en las niñas una dificultad marcada para expresarse libremente con los adultos que los rodean y sus pares. La mayoría de familias del grupo infantil clasificado como no índice, dice tener una comunicación directa (56%) que permite a sus miembros manejar con fluidez y transparencia los mensajes que desean emitir en las diferentes situaciones que se presentan en la cotidianidad de su dinámica.
En cuanto a la afectividad, la aceptación aparece con el porcentaje más alto para ambos grupos (48% y 57% respectivamente). Niños y niñas reciben diferentes expresiones de afecto de sus familiares y los adultos dicen manifestarlas con facilidad. Esta categoría está seguida de la ambivalencia (superando ambos grupos el 20%) asociada a las múltiples crisis previstas e imprevistas que afronta una familia de esta tipología y que a su vez influyen en los estados de ánimo de cada uno de sus miembros; dejando consecuencias en el comportamiento de los niños y niñas debido a que deben manejar a tan cortas edades situaciones familiares que no son apropiadas (convivencia con otros familiares y adultos con quienes probablemente no habían compartido muy estrechamente hasta el momento en el que una situación imprevista para las familias las llevó a compartir el mismo techo y a enfrentar las nuevas vivencias y tensiones que esto implica).
Con respecto a la salud de niños y niñas se encontraron resultados muy similares en cuanto a si son o no saludables físicamente. El que algunos niños y niñas no sean saludables (50% en índice y 42% en no índice) puede relacionarse con el hecho de que las familias participantes en el proyecto viven en condiciones precarias en las cuales están expuestas a ambientes contaminados, espacios húmedos y a terrenos poco seguros.
A nivel emocional es similar el resultado, quienes no son saludables (40% índice y 45% no índice) presentan como principales síntomas la alteración en el estado de ánimo y las actitudes rebeldes y agresivas; reflejando de esta manera alteraciones en la dinámica familiar expresadas en el inadecuado manejo de la autoridad, la distorsión de la comunicación y la falta de expresión de afecto hacia parte de la población infantil.
Las ideas frente a la crianza se refieren a lo que las familias de ambos grupos creen que la manera más adecuada de criar a niños y a niñas es la "vida familiar" (60% y 72% respectivamente), consideran que este es su principal ambiente socializador, que forma parte fundamental de su desarrollo y de la capacidad que adquieran para relacionarse con las demás personas que los/las rodean.
En segundo lugar, dentro de estas ideas, las familias ubican "la conducta de niños/niñas" (20% y 22%) pues según ellas, ésta influye también en el adecuado o inadecuado manejo de las pautas de crianza que las familias tienen establecidas. Sin embargo, la categoría denominada "ambiente social" no aparece como relevante. Es importante anotar que en las respuestas dadas en torno a los temores y las expectativas es frecuente la referencia a esta categoría, tal como se puede ver más adelante.
Con respecto a los temores y a las expectativas, ambos grupos hacen mención a "la conducta de niños/niñas" (superando el 50% en los 2 aspectos) que enmarcan y reflejan todas aquellas actitudes que unos y otras repiten durante su proceso evolutivo y que quienes los cuidan las consideran como negativas; pero a la vez parecen recargar hacia niños y niñas, muchas expectativas respecto a su buen comportamiento y a su autonomía, aliviando quizá el gran compromiso que representa ser la persona encargada de una adecuada educación. También se mencionan temores y expectativas referidos a la influencia del "ambiente social" en el que se desenvuelve esta población infantil, pues en sus barrios se han vivido eventos de violencia marcada y un ambiente agresivo en el que se percibe resentimiento; en algunos casos el lenguaje de las familias parece validar la venganza como medio de hacer respetar los bienes familiares e individuales.
Familias Simultáneas:
En el proyecto se registraron 109 familias de esta tipología, 30 de niños y niñas índice y 79 de no índice.
La principal forma de ejercer la Autoridad en las familias simultáneas de niños y niñas índice, es la autocrática (33%) y le sigue con menor porcentaje la democrática (27%). En cambio, en el otro grupo de familias, ésta es la principal forma de ejercer la autoridad (46%). Estos datos indican que aunque hay familias conscientes de la importancia de llegar a acuerdos, existen otras que siguen encontrando en la rigidez y en el abuso del poder, la estrategia para educar a niños y niñas. Hay que destacar que para ambos grupos aparecen con porcentajes superiores aquellas que reportan dificultades en la autoridad en comparación con las que la ejercen de manera adecuada.
En ambos grupos de familias se reporta mayoritariamente el uso de estímulos (80% y 59%) y castigos (97% y 82%); indicando que el tipo de estímulos predominantes son de tipo afectivo, (más del 60%) como son caricias, besos y abrazos. Le sigue con menor frecuencia el estímulo material que se manifiesta por medio de regalos, dinero, obsequio de ropa y salidas. Los castigos más usados son quitar privilegios y el castigo físico, en ambos con porcentajes un poco inferiores al 50%.
La forma de comunicación que mayor porcentaje obtiene en estas familias, es la directa (43% y 52% respectivamente), lo que hace pensar que los integrantes de estos hogares, pueden transmitir con claridad lo que sienten, desean y piensan, y se reconocen con capacidad de escuchar al otro de forma adecuada y respetuosa. No obstante, las formas de comunicación dañada, desplazada y bloqueada que se presentan en menor frecuencia (suman para índice 35% y para no índice 27%) hacen evidente la necesidad de trabajar este aspecto en la educación preventiva, con el fin de corregir actitudes que dificultan e impiden la interacción familiar y, en especial para evitar el incremento de comportamientos agresivos en niños y niñas.
La aceptación afectiva obtiene el porcentaje más alto, (58% y 56% respectivamente) admitiendo estas familias que son capaces de crear espacios de convivencia que propician la escucha y la comprensión. Además, aunque el rechazo, la ambivalencia y la sobreprotección se presentan con menor frecuencia, (suman 40% Y 29% para índice y no índice) tienen importancia, puesto que pueden generar una influencia negativa en el desarrollo emocional de niños y niñas.
Respecto a la afectividad, se encontró que es la madre quien más expresa el cariño, el amor y el respeto (42% y 37% en índice y no índice respectivamente), manifestándolo principalmente por medio de expresiones verbales, seguidas por expresiones físicas y emocionales, como son el reconocimiento, el cuidado y la protección. Llama la atención que un número significativo de familias no especifican este aspecto de su dinámica, lo cual podría ser indicio de que no se le concede la importancia que amerita o que lo sienten como algo tan natural y cotidiano que no es necesario destacarlo.
El 73% de niños/niñas índice y no índice son percibidos/as como saludables físicamente, al no presentar síntomas o alteraciones en su desarrollo físico; sin embargo, los que reportan como enfermos presentan como síntomas más comunes fiebre, vómito, diarrea, gripa y amigdalitis. En pocos casos también se presentan enfermedades respiratorias o alergias en la piel, relacionadas con la falta de cuidado en el aseo ambiental o corporal del grupo de infantes.
El 58% de niños/niñas de ambos grupos es reportado como sano emocionalmente y un poco más del 30% los/las perciben con alteraciones en el estado de ánimo, manifestando estar tristes, sensibles, ansiosos/as, nerviosos/as o vulnerables, lo cual indica un estado emocional cambiante relacionado posiblemente con la falta de atención, expresión de cariño por parte de los adultos cercanos o situaciones difíciles del entorno en el que se desenvuelven cotidianamente.
En las pautas de crianza, particularmente en lo relacionado con las ideas, se encontró en las familias de ambos grupos (índice y no índice) que el mayor porcentaje se ubica en la categoría vida familiar (50% y 56% respectivamente), donde los adultos responsables tienen como pensamiento ofrecer una dinámica familiar adecuada que incluya una comunicación clara, afecto, apoyo, confianza, dedicación para el juego y el estudio así como el ejercicio de una autoridad consistente.
En cuanto a los temores, hay mayor frecuencia de familias índice que desconfían del ambiente social (50%) que rodea a los niños y niñas por la situación de conflicto social y por las amistades que pueden ejercer una influencia negativa afectando su vida futura. En cambio, para las familias no índice, el principal temor se relaciona con la vida familiar (43%) al experimentar sensaciones de impotencia para educar adecuadamente a niños y niñas expuestos a situaciones familiares perturbadoras como es el caso de la violencia entre sus miembros.
En las expectativas que tienen los adultos responsables de la crianza, aparecen con mayor frecuencia las referidas a la vida familiar (40% y 50% respectivamente), queriendo priorizar las condiciones que permitan brindar un buen desarrollo personal y emocional de niños y niñas, otorgando una buena crianza sobre metas laborales y académicas, viendo la necesidad de cultivar valores, principios y un buen comportamiento que les permita enfrentarse con mayores elementos a las situaciones y demandas del medio.
Familias Compuestas:
En el proyecto se registraron 39 familias de esta tipología de las cuales, 8 corresponden a niños y niñas índice y 31 a no índice.
La figura de autoridad más importante en estas familias de niños y niñas índice, es "otro familiar" (50%) tal como una tía, un hermano/a mayor, la abuela o un primo. Dichas familias, han delegado esta función parental en otros familiares, generalmente por motivos de trabajo. En las familias de niños y niñas no índice, el 32% del ejercicio de la autoridad se atribuye a ambos padres, correspondiendo esto a las funciones socialmente definidas para ellos en tanto deben cumplir con la transmisión de normas y disponer los mecanismos para orientar su asimilación y cumplimiento.
En las familias compuestas del grupo infantil índice, el tipo de autoridad más frecuente es la autocrática, (38%), queriendo decir que la autoridad es rígida, se imponen normas y no hay flexibilidad. En cambio, en el grupo de no índice, la autoridad predominante es la inconsistente alcanzando un 55%. Este tipo de autoridad se genera casi siempre por la inseguridad y los sentimientos de confusión y duda de las figuras encargadas de ejercerla. Le sigue la democrática que es más flexible, mostrando como las personas que están a cargo de niños y niñas crean espacios de diálogo que les permite entender el sentido de las normas y los castigos, pudiendo llegar algunas veces, si fuera el caso, a acuerdos formativos en este sentido.
Se encontró que en las familias de niños y niñas índice aparecen con un mayor uso de normas referidas a las labores domésticas, en cambio en el otro grupo se destacan las normas respecto a la conducta de niños y niñas mediante las cuales ejercen control para que no asuman actitudes agresivas.
En las familias compuestas de ambos grupos, el uso de castigos aparece más alto que los estímulos (100% y 77% respectivamente), hay, además, una alta presencia del estímulo (75% y 71%), que se manifiesta a través de las expresiones físicas como besos, abrazos, caricias; también se presentan estas expresiones de afecto de una manera material pero con menos frecuencia. Estos datos parecen indicar que quienes ejercen la autoridad, acuden más a corregir de manera negativa que a implementar alternativas que incentiven el buen comportamiento.
Con respecto a la comunicación, es importante destacar que en ambos grupos de familias, la sumatoria de los tipos de comunicación inadecuada es superior a la comunicación directa; sin embargo para el caso de las familias de niños y niñas índice, la categoría con más alto porcentaje es la bloqueada (38%) generando distancia entre sus miembros. En cambio, en niños y niñas no índice, el tipo de comunicación más utilizado es la directa (32%), expresada por medio de diálogo ameno, intercambio de decisiones y capacidad de lograr acuerdos entre los implicados.
El rechazo, es el tipo de afectividad más utilizado por las familias de los niños y niñas índice (38%) dando muestra de cómo los adultos que están a cargo no manejan un acercamiento que exprese positivamente cariño y respeto, generando en niños y niñas sentimientos de soledad y abandono; lo que podría motivar la presencia de comportamientos agresivos e inadecuados y hacer difícil su crianza. En las familias del grupo no índice, el porcentaje más alto corresponde a la aceptación (51%), mediante la cual se les expresa de alguna manera que son importantes dentro del núcleo familiar en el que se desenvuelven.
Al indagar por la figura afectiva se observa que en la familia la madre es quien con mayor frecuencia, en ambos grupos, expresa el afecto porque pasa la mayor parte del tiempo con los niños/niñas y también porque ésta es una función que por tradición ha sido asignada a la mujer.
Se reporta como no saludable físicamente el 50% del grupo infantil índice participantes en el proyecto, puesto que presentan algún tipo de síntoma físico o emocional, llevando a pensar que su cuidado no está siendo el adecuado. Para el grupo de no índice, cambia el resultado ya que existen más niños y niñas que son saludables física y emocionalmente. (55% y 51% respectivamente)
Entre los síntomas físicos en el grupo índice, se encontró que el más frecuente (75%) son las alergias en la piel y le siguen con 25%, las afecciones respiratorias como asma, otorrinolaringología; problemas en el sistema nervioso central como meningitis y epilepsia; alteraciones visuales como miopía, hipermetropía, estrabismo. En cambio, los síntomas físicos más destacados para niños y niñas no índice, fueron los síntomas constitucionales tales como: fiebre, dolor abdominal, diarrea y vómito (31%).
En cuanto a la salud emocional de niños y niñas de ambos grupos, se reportan como síntomas más frecuentes (75% y 55% respectivamente) las alteraciones en el estado de ánimo, es decir, la variación entre la euforia y la aflicción y los comportamientos rebeldes y agresivos, que suelen ser la expresión de inconformidad que tiene con su entorno y sus relaciones más próximas como son las de la familia y la escuela.
Con relación a las ideas de crianza, para estas familias lo fundamental, y con un porcentaje significativo (62%), es "la conducta" de niños y niñas índice frente a las indicaciones que le dan los adultos encargados de su crianza, esto puede prestarse para pensar que dichas personas están recargando toda la responsabilidad de la crianza en los niños y las niñas dejando de lado lo que ellos como adultos tienen el deber de hacer. En el grupo no índice se halla el mayor resultado en la categoría que se refiere a "la vida familiar" (52%), tienen en cuenta la preocupación por las consecuencias que tiene en el futuro desarrollo de niños y niñas, el mal manejo de los diferentes procesos que integran la dinámica familiar y las crisis y conflictos que en este ámbito enfrentan esta población.
Entre los temores que existen en las familias de ambos grupos se encuentra que "el ambiente social" en el que se desenvuelven, (38% y 81%), el cual crea mucha incertidumbre en las personas que están a su cargo por las situaciones de conflicto que se han vivido en dicho ambiente. En segundo lugar, aparecen temores relacionados con las conductas de los niños/niñas (38 % y 16%), pues consideran que pueden ser fácilmente influenciables para que realicen actividades inapropiadas en su desarrollo y su vida presente y futura.
Las expectativas que más se expresan en ambos grupos de familias son las que tienen que ver con el "ambiente social" de niños y niñas (50% y 71% índice y no índice respectivamente); quizá porque las condiciones de las comunas en las que se realizó el proyecto no son las más favorables para su desarrollo, alejándolos de una u otra manera, de los anhelos que tienen proyectados para su futuro las personas que están a su cargo.
IV. Conclusiones y recomendaciones
Los hallazgos en las diferentes tipologías abarcadas en el presente estudio, hacen pensar que al momento de aplicar proyectos como el de Prevención Temprana de la Agresión, lo más recomendable será atender a la totalidad de la población infantil y a las familias de las instituciones educativas seleccionadas, dado que para todas las tipologías, se reportan alteraciones en los procesos de su dinámica interna que requieren atención preventiva y promocional ya que sin duda alguna, tienen incidencia en la aparición y persistencia de comportamientos agresivos.
En los programas preventivos en el ámbito de la educación con familias, es importante sensibilizar a la comunidad en general sobre las nuevas tipologías que surgen en la sociedad, permitiendo potencializar en todas ellas, condiciones, relaciones y recursos propicios para el crecimiento y desarrollo de sus miembros, puesto que como se observó en este trabajo, cumplen igualmente su función socializadora.
Aunque no se reporta que la mayoría niños y niñas de las diferentes tipologías estén expuestos a esquemas de autoridad, comunicación y afectividad que se consideran desfavorables para su desarrollo como son el autoritarismo, la comunicación dañada y el rechazo; es muy significativo que estos estilos de relación imperen en muchos casos, lo cual pone en evidencia la necesidad y la urgencia de programas que los desestimulen con miras a afianzar el papel formativo de la familia, independiente de cual sea su conformación.
Los profesionales en ciencias sociales y humanas tienen un gran compromiso como investigadores para conocer aquellas situaciones que se presentan al interior de familias que, como las monoparentales, las compuestas, las extendidas y las simultáneas, surgen generalmente como maniobras de reorganización para superar situaciones críticas y, a partir del conocimiento que se logre mediante procesos investigativos, diseñar y optimizar programas que contribuyan a la búsqueda de alternativas que estimulen una adecuada convivencia entre quienes las conforman.
Debido a que en las familias extendidas y compuestas se encuentran personas con diversos tipos de vínculo, es necesario crear espacios formativos en los que se les posibilite capacitarse en el manejo de límites y el respeto de los roles familiares con el fin de que los adultos que participan en la crianza de niños y niñas, no interfieran en las funciones paterna y materna, las cuales sin duda, son fundamentales en los procesos de socialización.
Dado el papel tan significativo de la escuela como contexto de socialización, es indispensable generar propuestas de capacitación dirigidas a las personas encargadas de los niños y de las niñas en las que se les oriente sobre el adecuado manejo de los procesos que integran la dinámica familiar para que respondan a los requerimientos de las diferentes etapas del desarrollo infantil. Este estudio pone en evidencia que los niños y las niñas en edad escolar, pertenecientes a diferentes tipologías, pueden presentar alteraciones en su salud física y emocional que bien pueden relacionarse con factores familiares, educativos y sociales del medio en el que transcurren sus vidas.
También se necesitan programas formativos con quienes integran familias simultáneas, con el fin de que logren establecer acuerdos explícitos en los que definan formas de orientar la comunicación, la autoridad y la afectividad contando con la participación del compañero o compañera del progenitor y definiendo con claridad las relaciones con el otro progenitor con quien no conviven.
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Referencia para citar este artículo: Agudelo Bedoya, M. E. (2005). Descripción de la dinámica interna de las familias Monoparentales, simultáneas, extendidas y compuestas del municipio de Medellín, vinculadas al proyecto de prevención temprana de la agresión. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 3 (1), pp.157-179