Introducción
La enfermedad originada en la provincia de Wuhan, China por el nuevo virus SARS-CoV-2 ha tenido una rápida progresión hasta derivar en una pandemia a mediados de Marzo 1. Esta ha sido responsable de más de 10 millones de casos y 470 000 muertes asociadas 2. En muchos estudios a nivel mundial, se ha reportado que el COVID-19 afecta desproporcionalmente a adultos en comparación con niños, ya que menos del 5 % de los casos son en población pediátrica 3-6.
En menores, se ha establecido una mayor tasa de casos asintomáticos y casos leves en comparación con adultos 7,8. Se ha visto que un IMC para la edad mayor a 85 (sobrepeso) o 95 (obesidad), al igual que estados de inmunosupresión y preexistentes condiciones médicas complejas, son factores de riesgo para enfermedad severa 7,9.
Prevención
Se debe hacer énfasis en el bienestar físico, la ausencia de comorbilidades, adecuado estado nutricional, salubridad y medidas de higiene como agentes mitigadores del contagio y esparcimiento de la enfermedad 10,11. Asimismo, la higiene de manos es una medida efectiva que se parece disminuir la transmisión de las partículas y gotas que contienen el virus 12.
Los estados de malnutrición y las carencias de micro- y macronutrientes pueden tener un efecto negativo en el desenlace de los pacientes con COVID-19 ya que promueven estados proinflamatorios y comprometen el sistema inmunológico 13-20. No obstante, son necesarios más estudios para determinar la eficacia de la suplementación como estrategia terapéutica.
La vacunación como estrategia preventiva viene en desarrollo por la comunidad científica desde el inicio de la pandemia. La OMS registró más de 100 entidades que buscan desarrollar una vacuna, de las cuales 10 se encuentran en fase clínica. Se espera que esta sea la principal herramienta preventiva; sin embargo, a pesar de los esfuerzos, esta sigue siendo una posibilidad remota 21,22.
Presentaciones clínicas
Casi la mitad de los casos cursan con cuadros leves y aproximadamente un cuarto de los casos son asintomáticos 8. Se ha visto que los pacientes pediátricos cursan con cuadros más leves que los adultos 3,4. Por su parte, los pacientes que requieren ingreso a unidad de cuidados intensivos tienen alguna comorbilidad (obesidad, inmunosupresión, etc.) 9,23.
Los síntomas más comunes son fiebre y tos seca 3,4,7,8,24. Y en menor proporción otro espectro de síntomas (tabla 1)3,8,23.
Tabla 1. Espectro clínico de síntomas observados relacionados con la frecuencia de aparición en pacientes pediátricos con COVID-19

Fuente: Adaptada de Ludvigsson JF y cols; Qiu H, Wu J y cos; Lu X, Zhang y cols 3,8,23.
Los hallazgos radiológicos son las opacidades múltiples y en parche. En la tomografía lo más común es vidrio esmerilado, engrosamiento bronquial o lesiones inflamatorias pulmonares 8,23.
Diagnóstico y estratificación
El diagnóstico de COVID-19 se realiza a través de hisopado nasofaríngeo o pruebas moleculares sanguíneas de reacción de cadena polimerasa (PCR); al igual que en muestras de esputo y lavado bronquio-alveolar 3,24. También se utilizan métodos de secuenciación genética de SARS-CoV 2 en muestras del tracto respiratorio y sanguíneo 3, o PCR en heces o sangre y serología, pero no son de utilidad en la fase aguda de la infección 4.
Ahora bien, se realizan pruebas diagnósticas en aquellos que cumplan algún criterio epidemiológico y al menos dos clínicos (tabla 2) 25.
Tabla 2 Criterios epidemiológicos y clínicos

Fuente: Tomada de China National Clinical Research Center for Respiratory Diseases 25.
Se considera un caso confirmado aquellos sospechosos que cumplan los siguientes criterios 25:
Test positivo para SARS-CoV 2 por RCP en tiempo real
Secuenciación genética de SARS-CoV 2 del tracto respiratorio o muestra sanguínea
IgM e IgG específico positiva
IgG sanguíneo específico que cambia de negativa a positiva, o que aumenta 4 veces el valor previo
Anticuerpos totales contra SARS-COV-2
Posterior al diagnóstico, se debe clasificar al paciente según la severidad de la enfermedad (tabla 3) 25.
Tabla 3. Clasificación del paciente pediátrico con COVID-19

Fuente: Tomada de China National Clinical Research Center for Respiratory Diseases 25.
Tratamiento
El tratamiento en la población pediátrica va dirigida al manejo de soporte, control de sintomatología y monitorización de posibles complicaciones 4. Para la fiebre, se recomienda el uso de medidas no farmacológicas, como baños con agua tibia, y también medidas farmacológicas con antipiréticos incluyendo acetaminofén o medicamentos antiinflamatorios no esteroideos AINE 25.
Como parte del tratamiento sintomático, se puede usar expectorantes para evitar obstrucción del tracto respiratorio por secreciones, con acetil cisteína o solución salina normal 25.
Se debe garantizar un adecuado soporte respiratorio, con el uso de oxígeno suplementario a requerimiento de cada paciente, desde cánula nasal hasta ventilación mecánica invasiva cuando sea necesario. En la población pediátrica, el requerimiento de suplencia de oxígeno es menor a comparación con los adultos. Es necesario el uso oportuno de resucitación hídrica según los requerimientos y edad de cada paciente, e iniciar agentes vasoactivos cada vez que sea necesario 4.
El uso de antivirales es controversial, dado que la evidencia es muy limitada; no hay estudios que demuestren seguridad y eficiencia en ninguno de los antivirales disponibles, y en los estudios actuales no suelen incluir menores de edad. Los más usado son el lopinavir/ritonavir, ribavirina, hidroxicloroquina e interferón alfa 9. El uso de esto está reservado para aquellos con casos severos o críticos 26.
El remdesivir, demostró mejorar las complicaciones respiratorias en los adultos. Ha demostrado disminuir la duración de síntomas y la estancia hospitalaria 27. La hidroxicloroquina, en periodos cortos de cinco días, ha sido empleado como inmunomodulador, en pacientes que no son candidatos a remdesivir o cuando este no está disponible. Ha demostrado disminución en la replicación viral ha reducido las exacerbaciones por neumonía y podría mejorar hallazgos radiológicos. La combinación con azitromicina no se recomienda por la prolongación del QT y el riesgo a muerte súbita en pacientes con arritmia subyacente 7,9,26. El interferón alfa nebulizado, ha demostrado disminuir la carga viral y los síntomas 25.
El uso de glucocorticoides, en forma de pulsos de metilprednisolona, por 4 a 5 días, está indicado en casos severos, sin embargo, su uso está limitado a pacientes con soporte ventilatorio y hemodinámico, dadas las posibles reacciones adversas como necrosis avascular, osteoporosis y diabetes de novo 4,25. Del mismo modo, el uso de inmunoglobulina está indicado en casos severos según cada paciente y no hay estudios suficientes 25.
El ensayo clínico Recovery ha demostrado que la dexametasona en dosis de 6 mg al día, por hasta 10 días, disminuiría la mortalidad a los 28 días en pacientes con ventilación mecánica invasiva y terapia de oxígeno sin soporte ventilatorio. El estudio incluyó también pacientes menores de 18 años y mujeres embarazadas 28.