Introducción
La especial sensibilidad frente a las diversas formas de violencia sexual y el desarrollo progresivo de diferentes líneas de investigación en torno a los adolescentes que presentan prácticas sexuales abusivas han permitido comprender los factores de riesgo asociados a la génesis y la reiteración de este problema. El estudio de este tipo de prácticas ha demostrado lo importante que es contar con herramientas especializadas que sustenten la valoración del riesgo de reincidencia en decisiones judiciales y la gestión del tratamiento. Dentro de las ventajas que conlleva el uso de este tipo de instrumentos se encuentra, entre otras, la posibilidad de orientar intervenciones diferenciadas de acuerdo con el nivel de riesgo, evitar el estigma social para los casos de baja complejidad y disminuir la posibilidad de contagio criminógeno en la vinculación entre adolescentes con diferentes niveles de riesgo (Epperson y Ralston, 2015; Ralston et al.,2016; Rasmussen, 2018;Worling et al., 2012).
La evaluación de los adolescentes que presentan estas conductas es una tarea compleja, lo que estaría relacionado en gran medida con los cambios ocurridos durante esta etapa de la vida (Prentky y Righthand, 2003). Hay toda una línea de investigación en desarrollo sobre los factores de riesgo específicos para las prácticas sexuales abusivas, por lo que muchos de los hallazgos en el área son preliminares y no concluyentes (McCann y Lussier, 2008; Ralston et al., 2016; Viljoen et al., 2012). Dada la complejidad de este procedimiento, durante las dos últimas décadas han surgido herramientas específicas para apoyar la labor de los profesionales en la valoración del riesgo de reincidencia de estas prácticas. Estos, en su mayoría, se sustentan principalmente en la evidencia empírica disponible sobre factores de riesgo (estáticos y dinámicos) vinculados a la reincidencia y, de forma más incipiente, en factores protectores aparentemente relacionados con el desistimiento de este tipo de prácticas (Worling y Langton, 2015).
Dentro de las herramientas más utilizadas e investigadas a nivel internacional se encuentran el ERASOR 2.0 [Estimate of Risk of Adolescent Sexual Offense Recidivism] (Worling y Curwen, 2001), J-SOAP-II [Juvenile Sex Offender Assessment Protocol-II] (Prentky & Righthand, 2003) y J-SORRAT-II [Juvenile Sexual Offense Recidivism Risk Assessment Tool-II] (Epperson et al., 2006). ERASOR 2.0 y J-SOAP-II cuentan con traducción al castellano, pero a la fecha no existen reportes de investigaciones que exploren las propiedades psicométricas de estas herramientas en Latinoamérica (Horcajo-Gila et al., 2019; Salazar et al., 2016; Wenger y Andrés-Pueyo, 2016).
Si bien en Chile existen antecedentes de utilización de instrumentos para valorar el riesgo de reincidencia en prácticas sexuales abusivas, entre ellos el ERASOR 2.0 (Venegas, 2009), la presencia de estudios de validez es un tema pendiente. En efecto, es posible observar un desfase importante entre la evidencia empírica acumulada a nivel internacional y los lineamientos de trabajo generados por la política pública en Chile, lo que dificulta el desarrollo de prácticas de evaluación y tratamiento con fundamentación teórica y solidez metodológica. Por consiguiente, el aporte del presente estudio radica en efectuar la primera exploración psicométrica de este instrumento en el contexto latinoamericano.
ERASOR 2.0
Fue creado en Canadá por Worling y Curwen (2001) con el objetivo de ayudar a los evaluadores a valorar el riesgo de reincidencia a corto plazo de ofensas sexuales en adolescentes entre 12 y 18 años con historial de agresión sexual. Este evalúa 25 factores de riesgo agrupados en cinco categorías: (a) intereses, actitudes y comportamientos sexuales, (b) historial de agresiones sexuales, (c) funcionamiento psicosocial, (d) funcionamiento familiar/entorno y (e) tratamiento. La totalidad de las dimensiones (excepto el historial de agresiones sexuales), se centran en los factores de riesgo dinámicos, los cuales consideran un tiempo de valoración retrospectivo de seis meses al momento de la evaluación.
ERASOR 2.0 es un instrumento de tipo juicio profesional estructurado. Es decir, se caracteriza por la integración de una lista fija de factores de riesgo sugeridos por la investigación previa y la opinión experta, con la experiencia profesional del evaluador. A diferencia de las escalas actuariales, no existen reglas fijas para hacer el recuento de las puntuaciones de riesgo. Sin embargo, para su uso se requiere protocolizar el proceso de evaluación e instruir adecuadamente a los profesionales (Andrés-Pueyo y Redondo, 2007).
Para la construcción del instrumento, los autores se basaron principalmente en la revisión de estudios publicados sobre reincidencia en adolescentes que habían agredido sexualmente, la experiencia de profesionales en evaluación clínica de factores de riesgo, de protección y la literatura acumulada sobre la reincidencia en ofensa sexual de adultos (Worling y Curwen, 2000). La versión piloto del instrumento se compuso de 23 factores de riesgo y, tras un proceso de revisión de expertos y una prueba de campo, se llegó la versión final del instrumento, denominada ERASOR 2.0 (Worling, 2004).
Para la validación de la herramienta, Worling (2004) recolectó las calificaciones de riesgo de 28 profesionales que evaluaron integralmente a 136 adolescentes varones entre 12 y 18 años (M=14.93, SD=1.67) ingresados en agencias comunitarias en el área metropolitana de Toronto (n=459) y en un centro de tratamiento especializado residencial de Minnesota (n=91). Algunos de los criterios de inclusión para el estudio fueron el reconocimiento por parte del adolescente de haber cometido una ofensa sexual o una condena por ofensa sexual. El análisis psicométrico arrojó aceptables atributos de confiabilidad interjueces en la puntuación general del riesgo (0.92), correlación ítem-total (r>0.25 para 21 de 25 factores) y consistencia interna (0.75), mientras que la capacidad predictiva de la reincidencia sexual fue significativa tanto para la evaluación clínica de riesgo (AUC=0.66, IC 95%: 0.55-0.76) como para la puntuación total del instrumento (AUC=0.72, IC del 95 %: 0.62 a 0.80).
Desde la construcción del instrumento, el cúmulo de investigaciones orientadas a explorar las propiedades psicométricas de ERASOR 2.0 se han concentrado principalmente en Norteamérica y más recientemente en algunos países de Europa y Asia. En general, existe un buen número de estudios que reportan adecuadas evidencias de validez que respaldan su amplia utilización a nivel internacional (Viljoen et al., 2009; McCoy, 2007; Rajlic y Gretton, 2010;Worling, 2004; Worling et al., 2012).
Las únicas exploraciones psicométricas del instrumento llevadas a cabo fuera del contexto anglosajón han sido realizadas en Singapur por Chu et al. (2012), quienes analizaron los archivos de 104 adolescentes varones con historial de prácticas sexuales abusivas, observando un acuerdo entre evaluadores en la puntuación total de 0.49. En cuanto a la validez predictiva del ERASOR 2.0, tras recabar datos oficiales de reincidencia a partir de una base de datos nacional que se extendió por un periodo de seguimiento promedio de 4.5 años, los autores compararon la validez predictiva del instrumento con el J-SOAP-II y YLS/CMI, encontrando que la calificación de criterio clínico (AUC=0.83, IC del 95%: 0.70-0.96) y la puntuación total (aUC=0.74, IC del 95%: 0.81-0.88) fueron significativamente más predictivas que las otras herramientas examinadas.
En el mismo país, un estudio posterior de Zeng et al. (2015) reportó que las puntuaciones de dos instrumentos orientados a explorar factores protectores para el desistimiento de la reincidencia sexual en adolescentes, DASH-13 y SAPROF, se correlacionaban inversamente con la puntuación total del ERASOR 2.0 (r=0.43 y r=0.25, respectivamente), en tanto que la capacidad predictiva de la reincidencia sexual en la puntuación total era adecuada (AUC=0.70).
En Alemania, Barra et al. (2018) exploraron las propiedades de ERASOR 2.0, J-SOAP-II y VRAG-R, codificando expedientes judiciales de una muestra de 597 adolescentes varones entre 12 y 18 años con antecedentes de prácticas sexuales abusivas, observando que el ERASOR 2.0 era el instrumento más adecuado para predecir la reincidencia sexual en un periodo de seis meses a tres años.
Trabajos recientes en materia de valoración del riesgo en adolescentes con historial de estas prácticas sugieren una tendencia a incorporar factores protectores en el procedimiento de evaluación, con la intención de alcanzar una mayor integralidad de las valoraciones y apoyar de mejor forma la gestión de tratamiento (De Vries et al., 2015). En los últimos años, Worling ha desarrollado dos escalas que incorporan factores protectores en su estructura y que vienen a complementar el trabajo realizado por el ERASOR 2.0. El primero se trata del DASH-13 [Desistence for Adolescents who Sexually Harm] (Worling, 2013), una lista de verificación de 13 factores protectores que, según la evidencia disponible hasta el momento, podrían estar relacionados con el desistimiento de los delitos sexuales perpetrados por adolescentes. El segundo instrumento es el Protective+Risk Observations For Eliminating Sexual Offense Recidivism [PROFESOR] (Worling, 2017), una lista de verificación estructurada de 20 factores de riesgo y protección para apoyar la gestión del tratamiento de adolescentes y adultos entre 12 y 25 años que han ofendido sexualmente. Ambas escalas se encuentran en pleno proceso de investigación, por lo que su uso y estudio son aún incipientes.
Conforme a lo expuesto, el objetivo general del presente estudio es explorar las propiedades psicométricas del ERASOR 2.0 en una muestra de adolescentes chilenos que han realizado prácticas sexuales abusivas. Los objetivos específicos del estudio son: (a) determinar el coeficiente de consistencia interna del instrumento ERASOR 2.0, (b) establecer el nivel de confiabilidad interjueces en la puntuación del instrumento ERASOR 2.0 y (3) determinar la validez concurrente del instrumento ERASOR 2.0.
En relación con el tercer objetivo específico, se propusieron dos hipótesis, tomando en consideración la evidencia disponible a nivel internacional desprendida de estudios de caracterización de adolescentes con practicas sexuales abusivas -PSA-. Así, las hipótesis planteadas fueron: (HI) Existe correlación significativa y directa entre los puntajes del patrón de personalidad "Poderoso" otorgados por el MACI y los puntajes del ERASOR 2.0. (H2) Existen diferencias significativas en el nivel de comportamiento social proporcionado por el CACSA entre los adolescentes con PSA considerados de bajo y alto riesgo por el ERASOR 2.0.
Método
Participantes
La población se constituyó por adolescentes chilenos ingresados en centros de tratamiento para adolescentes dependientes del Servicio Nacional de Menores de Chile (Sename) que habían incurrido en prácticas sexuales abusivas. Se utilizó un muestreo no probabilístico compuesto por 196 adolescentes varones procedentes de seis regiones del país: Arica y Parinacota (n=25), Antofagasta (n=10), Metropolitana (n=55), Biobío (n=25), Araucanía (n=43) y Los Lagos (n=38). La muestra fue seleccionada de acuerdo con los siguientes criterios de inclusión: (a) adolescentes varones con historial de agresión sexual, (b) ubicados en el rango etario comprendido entre los 12 y 18 años, (c) que se encuentren ingresados en programas especializados en intervención a adolescentes del Sename que presentan prácticas sexuales abusivas y (d) que hayan tenido un tiempo de intervención entre tres y cinco meses (para asegurar la disponibilidad de información que permita puntuar los factores de riesgo). Las características de la muestra se exponen en la Tabla 1.
Variables | Categorías | f | pi | Pi |
---|---|---|---|---|
Edad | Entre 12 y 13 años | 78 | 39.8 | 39.8 |
Entre 14 y 15 años | 92 | 46.9 | 86.7 | |
Entre 16 y 18 años | 26 | 13.3 | 100 | |
Origen | Urbano | 171 | 87.2 | 87.2 |
Rural | 25 | 12.8 | 100 | |
Estrato socioeconómico | Alto | 9 | 4.6 | 4,6 |
Medio | 99 | 50,5 | 55,1 | |
Bajo | 88 | 44,9 | 100 | |
Educación | Cursa Educación básica | 78 | 39.8 | 39.8 |
Cursa Educación media | 92 | 46.9 | 86.7 | |
Educación media completa | 6 | 3.1 | 89.8 | |
Deserción Escolar | 20 | 10.2 | 100 | |
Estructura familiar | Monoparental | 96 | 48.9 | 48.9 |
Biparental | 75 | 38.3 | 87.2 | |
Familia extensa | 17 | 8.7 | 95.9 | |
Residencias de Sename | 8 | 4.1 | 100 | |
Tipo de ofensa | Abuso Sexual Infantil | 153 | 78.1 | 78.1 |
Violación | 24 | 12.2 | 90.3 | |
Exposición a pornografía infantil | 10 | 5.1 | 95.4 | |
Voyerismo | 6 | 3.1 | 98.5 | |
Exhibicionismo | 3 | 1.5 | 100 |
Fuente: Elaboración propia.
Nota: Todos los adolescentes de la muestra se encuentran judicializados a través de medidas de protección establecidas por Tribunales de Familia de Chile.
Instrumentos
Para este estudio se consideraron las variables de Reincidencia sexual, Patrón de personalidad poderoso y Comportamiento social adolescente. La primera variable fue medida a través del ERASOR 2.0, versión traducida al español por Venegas et al. (2013). Según Worling y Curwen (2001), los métodos de recolección de información para calificar los factores de riesgo del instrumento son variados, razón por la cual el evaluador para realizar la puntuación, puede recurrir a entrevistas clínicas, test psicológicos, observación del comportamiento, exámenes médicos y revisión de informes previos. Con la información disponible, los factores de riesgo pueden ser codificados como: a) presente, b) posible o parcialmente presente, c) ausente y d) desconocido. Además, se incluye de manera adicional la opción "Otro factor", a fin de incluir algún factor de riesgo específico que sea relevante para explicar el riesgo de reincidencia sexual (Worling, 2004). Con respecto al procedimiento de corrección y estimación final del riesgo, ERASOR 2.0 no considera puntajes de corte, de modo que los evaluadores, a través de una valoración clínica global, deben calificar el riesgo a través de tres opciones: a) bajo, b) moderado y c) alto.
La segunda variable se extrajo del Inventario Clínico para Adolescentes de Millon (MACI). Este es un autoinforme que consta de 160 ítems con formato de respuesta verdadero-falso, que se encuentran organizados en 31 escalas, de las cuales 27 tienen significado clínico: 12 escalas de patrones de personalidad, ocho escalas de preocupaciones expresadas y siete escalas de síndromes clínicos (Millon, 1993). Las escalas no clínicas corresponden a tres escalas de control y una de validez. Las normas chilenas para el MACI fueron desarrolladas por Vinet y Forns (2008) e incorporan baremos diferenciados por sexo para adolescentes entre los 13 y 19 años de edad.
Para la tercera variable del estudio se utilizó el Cuestionario de Autorreporte de Comportamiento Social Adolescente (CACSA), elaborado por Alarcón et al. (2010) con el propósito de explorar comportamientos prosociales y antisociales en adolescentes. El instrumento se compone de 56 ítems distribuidos en siete escalas: Conducta prosocial (CPRO), Comportamiento Antisocial Violento (CATV), Conducta Rebelde Escolar (CRE), Conducta Abusiva con Personas (CAP), Conducta Antisocial y Drogas (CATD), Delitos (D) y Consumo de Drogas y Alcohol (CDA). El registro de las conductas se realizó mediante una escala tipo Likert, además de consignar de modo dicotómico (sí/no) su realización durante los últimos 12 meses. La validación del instrumento en Chile da cuenta de buenas propiedades psicométricas en consistencia interna y validez convergente y discriminante (Alarcón et al., 2010).
Finalmente, para caracterizar sociodemográficamente la muestra, se utilizó una ficha construida con base en una revisión bibliográfica que permitió obtener información general en torno a la identificación, el estrato socioeconómico, el nivel educacional, los antecedentes familiares y las características de la práctica sexual abusiva en cuestión.
Procedimiento
Para el desarrollo de la investigación se utilizó un diseño instrumental. La estrategia de investigación fue formal; así, la primera etapa del estudio consistió en solicitar la autorización al Sename para la realización de la investigación. Una vez obtenida, se efectuó una instancia de formación especializada en valoración del riesgo de violencia sexual. La capacitación tuvo un carácter teórico-práctico, con énfasis en el desarrollo de ejercicios de puntuación obtenidos del manual de codificación de ERASOR 2.0 (Worling, 2006). Con el fin de resguardar la calidad del proceso de puntuación, se realizaron en total 100 horas de supervisión presencial en el uso del instrumento (aspectos técnicos y éticos) a los profesionales encargados de la aplicación en las ciudades de Arica, Antofagasta, Calama, Santiago, Chillán, Temuco y Castro.
En total fueron 20 los profesionales capacitados que puntuaron los instrumentos y aportaron protocolos válidos para la investigación. En cada uno de los casos, el evaluador procedió a establecer la firma del consentimiento de los adolescentes, explicitando el objetivo del estudio, la confidencialidad de la información, el anonimato de los participantes y la posibilidad de abandonar el proceso en cualquier momento del estudio, así como el uso ético de la información y los resultados.
Análisis de datos
Para el análisis sociodemográfico de la muestra se utilizó la aplicación de estadígrafos descriptivos (frecuencia relativa y acumulada). Con la finalidad de determinar la confiabilidad del instrumento se usaron los coeficientes Alfa de Cronbach y kappa de Fleiss. Para determinar la validez del instrumento se utilizó el coeficiente de correlación no-paramétrico de Spearman (Hipótesis 1) y pruebas T (Hipótesis 2), integrando el análisis del tamaño de efecto y la potencia estadística. Los análisis fueron ejecutados a través del software estadístico IBM SPSS Statistics v.20.0.
Resultados
A continuación, se exponen los principales resultados obtenidos, en función de los objetivos específicos propuestos:
Consistencia interna
El análisis psicométrico para la escala total (25 ítems) dio cuenta de un nivel de Habilidad dentro del rango aceptable (α=0.75). El análisis por dimensión arrojó valores para tres de las cinco dimensiones con un alfa sobre 0.6, como es el caso de Intereses, actitudes y comportamientos sexuales (α =0.695), Historial de agresiones sexuales (α =0.638) y Funcionamiento familiar/entorno (α =0.637); mientras que la dimensión Funcionamiento psicosocial (α =0.8) se ubicó en el rango bueno, y la dimensión Tratamiento presentó valores inferiores (α =0.356). El análisis de ítems del ERASOR 2.0 mostró que buena parte de estos (14) tenían adecuados valores en las correlaciones elemento-total (sobre 0.3). Sin perjuicio de lo anterior, también existen ítems que se correlacionaron con el total del ERASOR 2.0 débilmente (bajo 0.3). Es importante consignar que, al eliminar los ítems con menor puntuación, el valor de alfa no aumentó significativamente, por ello no se procedió a la eliminación de ítems de acuerdo a este criterio, considerando para el análisis la totalidad de los ítems que componían la escala (ver Tabla 2).
Dimensión | Ítem | Media de la escala si se elimina el elemento | Varianza de la escala si se elimina el elemento | Correlación elemento-total | α si se elimina el elemento Escala total | α Dimensión | α Escala Total |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Intereses, actitudes y comportamientos sexuales | 1 | 18.82 | 51.059 | 0.542 | 0.728 | ||
2 | 18.8 | 51.506 | 0.556 | 0.729 | 0.695 | ||
3 | 18.85 | 53.195 | 0.345 | 0.74 | |||
4 | 18.75 | 53.298 | 0.345 | 0.74 | |||
Historial de agresiones sexuales | 5 | 18.52 | 52.753 | 0.266 | 0.745 | ||
6 | 18.42 | 55.309 | 0.082 | 0.758 | |||
7 | 18.62 | 52.428 | 0.307 | 0.742 | |||
8 | 18.92 | 54.135 | 0.248 | 0.745 | 0.638 | ||
9 | 17.65 | 60.482 | -0.317 | 0.779 | |||
10 | 19.14 | 56.309 | 0.114 | 0.751 | |||
11 | 18.89 | 54.973 | 0.156 | 0.751 | 0.75 | ||
12 | 17.94 | 54.934 | 0.031 | 0.772 | |||
13 | 18.94 | 51.715 | 0.562 | 0.729 | |||
Funcionamiento psicosocial | 14 | 18.66 | 50.665 | 0.497 | 0.729 | ||
15 | 18.37 | 53.08 | 0.296 | 0.742 | |||
16 | 18.75 | 52.345 | 0.409 | 0.736 | 0.637 | ||
17 | 18.83 | 51.268 | 0.522 | 0.729 | |||
18 | 18.66 | 50.321 | 0.559 | 0.725 | |||
19 | 18.42 | 50.215 | 0.588 | 0.724 | |||
Funcionamiento familiar/entorno | 20 | 18.14 | 50.496 | 0.531 | 0.727 | ||
21 | 18.12 | 50.516 | 0.437 | 0.732 | 0.8 | ||
22 | 18.22 | 55.453 | 0.062 | 0.76 | |||
23 | 17.94 | 54.277 | 0.186 | 0.75 | |||
Tratamiento | 24 | 17.77 | 55.087 | 0.116 | 0.754 | 0.356 | |
25 | 17.42 | 56.028 | 0.126 | 0.751 |
Fuente: Elaboración propia.
Confiabilidad interjueces
Para obtener el coeficiente de concordancia entre evaluadores se extrajo de la muestra total una submuestra de 58 adolescentes. Se conformaron tres duplas de evaluación conformadas por un investigador (el mismo para las tres duplas) y tres profesionales a cargo de los casos evaluados, quienes fueron entrenados en el uso del instrumento y conocían la información de cada adolescente de forma directa.
En general, los resultados mostraron un nivel de acuerdo para la valoración global del riesgo dentro del rango sustancial (0.67). En relación al análisis por ítem, fue posible apreciar que la mayoría presenta valores de kappa moderados (10 ítems) y sustanciales (7 ítems). A su vez, dos ítems reportaron valores casi perfectos, ambos en la dimensión Historial de agresiones sexuales, a saber, los ítems de Agresión sexual a dos o más víctimas (0,81) y Agresión sexual a víctima masculina (0,81).
En contraposición, los siguientes ítems evidenciaron bajos y débiles niveles de concordancia entre evaluadores: Amenazas, violencia o armas en agresión sexual (8), Agresión sexual a desconocido (10); Entorno que facilita reincidencia en agresiones sexuales (23), y Tratamiento incompleto para agresión sexual (25), como se muestra en la Tabla 3.
Fuente: Elaboración propia.
Nota: Los valores p no registrados en la tabla son todos ≤ 0,000.
Validez concurrente
Para dar cuenta de este objetivo se establecieron dos hipótesis. La primera de ellas buscó explorar la existencia de correlación directa y significativa entre el puntaje del patrón de personalidad Poderoso del MACI y los puntajes de ERASOR 2.0. Los resultados fueron concordantes con la teoría, dado que la correlación fue estadísticamente significativa, directa y baja rho=.592 p<,05, lo cual indicó que los adolescentes con prácticas sexuales abusivas que presentaron una puntuación de riesgo alta (según el ERASOR 2.0) mostraron tendencia a puntuar alto en el patrón de personalidad Poderoso. Por lo tanto, la hipótesis 1 contaba con sustento empírico.
Al analizar la correlación entre los puntajes del patrón Poderoso con los puntajes de las dimensiones del ERASOR 2.0, cuatro de las cinco dimensiones se correlacionaron estadísticamente de manera directa y significativa. Estas dimensiones son Intereses, actitudes y comportamientos sexuales (rho=.397 p<,05), Historial de agresiones sexuales (rho=.365 p<,05), Funcionamiento psicosocial (rho=.503 p<,05) y Funcionamiento familiar/ entorno (rho=.390 p<,05). La única dimensión que no mostró correlación significativa fue Tratamiento:
Validez Concurrente | ERASOR Total | Intereses, actitudes y comportamientos sexuales | Historial de agresiones sexuales | Funcionamiento psicosocial | Funcionamiento familiar/entorno | Tratamiento | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Poderoso (MACI) | rho | .592 | .397 | .365 | 0.503 | 0.390 | 0,082 |
p | 0.038 | 0.028 | 0.032 | 0,031 | 0,033 | N. s.* |
*N. s: No significativa.
Fuente: Elaboración propia.
La segunda hipótesis pretendió buscar diferencias entre los niveles de riesgo de los adolescentes con conductas sexuales abusivas y los puntajes del CACSA. Con el fin de lograr homogeneidad en esta submuestra se establecieron solo dos grupos de adolescentes: uno conformado por adolescentes calificados en la puntuación global del ERASOR 2.0 como de bajo riesgo (BR) (n=44) y otro de alto riesgo (AR) (n=55). Los resultados indicaron diferencias significativas en la puntuación total del instrumento CACSA para ambos grupos en cuatro de las siete escalas del CACSA: Comportamiento Antisocial Violento (CATV) (t=-3,02 p<0.05), Comportamiento social (CPRO) (2,10 p<0.01), Comportamiento Antisocial y Drogas (CATD) (-2,28 p<0.01) y Delitos (D) (-2,68 p<0.05). En contraposición, las dimensiones que no evidenciaron diferencias significativas son Comportamiento Rebelde Escolar (CRE), Comportamiento Abusivo con Personas (CAP) y Consumo de Drogas y Alcohol (CDA):
*GRB = Grupo con bajo riesgo de reincidencia
**GRA = Grupo con alto riesgo de reincidencia.
*** p < 0.01. * p < 0.05.
Fuente: elaboración propia
Discusión
La presente investigación se planteó como objetivo explorar las propiedades psicométricas del instrumento ERASOR 2.0 en una muestra de adolescentes chilenos con historial de prácticas sexuales abusivas y que por esto fueron ingresados en centros de tratamiento. En términos generales, es posible señalar que el instrumento ERASOR 2.0 cuenta con un nivel aceptable de consistencia interna global, un nivel sustancial de concordancia entre evaluadores y se correlacionaba significativamente con criterios externos extraídos de los instrumentos MACI y CACSA.
El análisis de Habilidad por dimensión señaló que todas las dimensiones del instrumento poseen valores positivos entre 0.637 y 0.8, a excepción de la dimensión relativa a Tratamiento, que mostró un bajo valor (0.356). Esto podría estar influenciado por la baja cantidad de ítems que la componían. Al analizar la correlación entre ítem-total, los ítems que menos aportaron a la consistencia interna están presentes en las dimensiones Historial de agresiones sexuales (6, 9, 10, 11 y 12), Funcionamiento familiar/ entorno (22 y 23) y Tratamiento (24 y 25). Una posible explicación para la baja relación entre los ítems de las dimensiones Historial de agresiones sexuales y Funcionamiento familiar/entorno con el total de la escala podría relacionarse con dos causas: (a) la escasa información sobre las trayectorias de vida de los adolescentes con la cual contaban los profesionales al momento de la evaluación integral y (b) la falta de formación especializada de los equipos psicosociales en la identificación de factores de riesgo específicos (estáticos y dinámicos) para la valoración del riesgo de reincidencia de las prácticas sexuales abusivas.
Por otra parte, el bajo nivel de correlación ítem-total en la dimensión de Tratamiento pudo estar asociado con que los adolescentes, al momento de ser evaluados, se encontraban en pleno proceso de intervención. Al comparar los resultados obtenidos con la evidencia existente a nivel internacional, fue posible advertir un nivel de Habilidad similar (0.75) a los resultados obtenidos por Worling (0.75) en la validación original del instrumento realizada en Canadá (2004).
El nivel de concordancia alcanzado entre evaluadores en la valoración global de riesgo (0,67), si bien es sustancial y supera el nivel de acuerdo alcanzado en el único estudio realizado sobre el instrumento en un contexto cultural no anglosajón (Chu et al., 2012), su valor se encuentra por debajo de los valores alcanzando en Canadá y Estados Unidos, los cuales oscilan entre (0,68 y 0,92). Al analizar los valores de kappa por opción de respuesta, es decir, presente, posible o parcialmente presente, ausente y desconocido, se aprecia una tendencia de mayor acuerdo entre evaluadores (sustancial) en la opción de Presente, mientras que en las demás opciones tiende a prevalecer el acuerdo moderado. El análisis por ítems indica que el 52% de (trece de veinticinco ítems) presentan valores de concordancia entre evaluadores moderados, bajos y débiles, de modo que podría sugerir un mayor trabajo de adaptación del instrumento al contexto sudamericano. Si bien durante la presente investigación los evaluadores recibieron entrenamiento en la codificación del instrumento y se efectuaron procesos de supervisión, la utilización de herramientas protocolarizadas para la valoración del riesgo de reincidencia fue, en gran parte para los evaluadores, la primera experiencia en sus trayectorias profesionales. Esto debe ser considerado como un factor de influencia.
Con respecto a la validez discriminante del instrumento, los resultados sugieren que el ERASOR 2.0 valoró en una dirección concordante con los criterios externos extraídos de los instrumentos MACI y CACSA. La primera hipótesis comprobó la relación positiva y directa entre el patrón de personalidad Poderoso y una puntuación alta en ERASOR 2.0, lo que fue consonante con estudios previos que confirmaron asociaciones en esta línea. De esta manera, es posible señalar que los adolescentes con patrón de personalidad Poderoso, desde la teoría de Millon, tendieron a experimentar placer en humillar, controlar, intimidar y abusar de otros, adoptando un rol activo en estas conductas. Por otra parte, la segunda hipótesis comprobó que los niveles de riesgo (bajo y alto) proporcionados por ERASOR 2.0 presentaban diferencias significativas en cuatro de las siete dimensiones vinculadas al Comportamiento social de los adolescentes, resultados que, en general, fueron coherentes con la evidencia disponible, la cual tendió a describir la orientación interpersonal antisocial y la agresión interpersonal como factores de riesgo que se correlacionan significativamente con la reincidencia sexual (Worling et al., 2012).
Sobre la relevancia de la investigación, a nivel metodológico es posible informar que estos hallazgos otorgaron las primeras evidencias respecto a las propiedades psicométricas del instrumento ERASOR 2.0 en Chile y Latinoamérica, dando cuenta de un instrumento con aceptables indicadores de confiabilidad y validez para la muestra analizada. Dada la relevancia social y clínica de la violencia sexual, este estudio aportó evidencia empírica ante un contexto carente de estudios psicométricos para este grupo de adolescentes, permitiendo avanzar hacia el desarrollo de prácticas de evaluación y tratamiento con fundamentación teórica y empírica en estos adolescentes.
A nivel clínico, como se ha señalado en diversos estudios internacionales, la incorporación de procedimientos estructurados en la valoración de riesgo de reincidencia tiene múltiples beneficios para la adecuada gestión del tratamiento en adolescentes con historial de prácticas sexuales abusivas. Por consiguiente, esta debe ser considerada por las políticas públicas que actualmente abordan este problema en Chile. Es importante tener presente la larga tradición de países de Sudamérica en cuanto a la evaluación del riesgo de reincidencia bajo el enfoque de la predicción clínica no estructurada (Singh et al., 2013), de modo que la formación especializada en la valoración de riesgos a través de guías de valoración estructuradas plantea un importante desafío a los profesionales que ya se encuentran interviniendo en los centros especializados de Chile.
Con respecto a las limitaciones del estudio, estas se encuentran relacionadas con la dificultad metodológica de explorar otras formas de validez del instrumento. No obstante, el emergente escenario de la temática a nivel nacional plantea la necesidad de efectuar seguimiento riguroso a los adolescentes que actualmente se encuentran recibiendo tratamiento especializado. Esto no solo permitirá indagar en la capacidad predictiva del instrumento en la muestra chilena, sino también iniciar líneas de investigación dirigidas a explorar en las trayectorias de vida de los adolescentes y evaluar la efectividad, en materia de reincidencia, de los programas que actualmente se ejecutan en Chile.
En relación a futuras líneas de investigación, resulta crucial continuar con estudios que permitan profundizar en torno a la estimación del riesgo de reincidencia sexual de las prácticas sexuales abusivas que presentan variables psicosociales y criminológicas especiales, como niños menores de 12 años, adolescentes con déficit cognitivo, mujeres adolescentes y delitos sexuales sin contacto. Finalmente, a causa del significativo número de publicaciones que han emergido durante los últimos años en torno a los factores protectores que estarían relacionados con el desistimiento de las conductas sexualmente abusivas, se estima pertinente avanzar en esta línea de estudio con el objetivo de complementar la investigación en el ámbito de la evaluación del riesgo de violencia, a través de valoraciones más integrales que orienten el tratamiento de los adolescentes con estos comportamientos.