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Revista Lasallista de Investigación

Print version ISSN 1794-4449

Rev. Lasallista Investig. vol.13 no.1 Caldas Jan./June 2016

 

De los viejos individualismos a las nuevas sociedades: tecnologías de la información en la cualificación de prácticas docentes universitarias*

From old individualimsm to new societies: IT in the qualification of university teaching practices

Dos velhos individualismos às novas sociedades: tecnologias da informação na qualificação de práticas docentes universitárias

Jaime Andrés Wilches Tinjacá**, Laura Lucía Amézquita García***, Hugo Fernando Guerrero Sierra****

* Este artículo original también hace parte de la investigación "La Universidad en la construcción de paz: propuesta para la comprensión y transformación de los conflictos en Colombia"; avalado por la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de La Salle (Bogotá, Colombia)
** Docente-Investigador de la Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia. Magíster en Estudios Políticos de la Universidad Nacional de Colombia. Correo electrónico jawilches@unisalle.edu.co.
*** Docente-Investigador de la Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia. Doctoranda en Economía Territorial de la Université de Neuchâtel. Correo electrónico lamezquita@unisalle.edu.co.
**** Docente-Investigador de la Universidad de La Salle, Bogotá, Colombia. Doctor en Relaciones Internacionales, Unión Europea y Globalización de la Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico hfguerrero@unisalle.edu.co.

Autor para correspondencia: Jaime Andrés Wilches Tinjacá, e-mail: jawilches@unisalle.edu.co.

Artículo recibido: 10/03/2015; Artículo aprobado: 29/02/2016


Resumen

Introducción. El artículo presenta resultados del proyecto La Salle Hum@nísTICa (iniciativa que busca fortalecer los usos pedagógicos de las tecnologías de la información y la comunicación) y la investigación la Universidad Piensa la Paz, en los que se indaga la relación entre tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la formación de profesionales propositivos en la resolución de conflictos. Materiales y métodos. La Salle Hum@nísTICa realizó una encuesta entre profesores de la Universidad, en aras de explorar la apropiación en el uso de las TIC como recurso didáctico para generar procesos de aprendizaje en el aula de clase. Resultados. Se debe motivar a los docentes para que vinculen los mundos virtuales como estrategia para orientar estudiantes críticos de discursos políticos que conciben un solo mundo posible. Discusión. Urge pasar de los diagnósticos a la adopción de metodologías, dirigidas a la transformación del binomio Educación-Tecnología. Conclusiones. La articulación de virtualidad, libertad de expresión y realidades sociopolíticas contribuye a la formación de sujetos que incidan y participen en el fortalecimiento de prácticas democráticas.

Palabras clave: Tecnología de la Información, práctica docente, universidad, libertad de expresión, democracia.


Abstract

Introducción. This article shows the results of the La Salle Hum@nísTICa project (an initiative to strengthen the pedagogical uses of IT) and the Universidad Piensa la Paz (The University Thinks Peace) research, in which the relationship between IT and the formation of proponent professionals for conflict solving is approached. Materials and methods. La Salle Hum@nísTICa made a survey among university professors, aiming to explore the appropriation in the use of IT as a didactic resource to generate learning processes in the classrooms. Results. Professors must be motivated to add virtual worlds as a strategy to guide students able to criticize political speeches that conceive one only world. Discussion. It is urgent to pass from diagnoses to the adoption of methodologies aimed to transform the Education-Technology binomial. Conclusions. The articulation of virtuality, freedom of speech and sociopolitical realities contributes to the formation of people that can influence and participate in the strengthening of democratic practices.

Key words: IT, teaching practices, university, freedom of speech, democracy.


Resumo

Introdução. O artículo apresenta resultados do projeto la Salle Hum@nísTICa (iniciativa que busca fortalecer os usos pedagógicos das tecnologias da informação e a comunicação) e a investigação a Universidade Piensa La Paz, nos que se indaga a relação entre tecnologias da informação e a comunicação (TIC) e a formação de profissionais propositivos na resolução de conflitos. Materiais e métodos. La Salle Hum@nísTICa realizou uma enquete entre professores da Universidad, em vista de explorar a apropriação no uso das TIC como recurso didático para gerar processos de aprendizagem na sala de aula. Resultados. Se deve motivar aos docentes para que vinculem os mundos virtuais como estratégia para orientar estudantes críticos de discursos políticos que concebem um único mundo possível. Discussão. Urge passar dos diagnósticos à adoção de metodologias, dirigidas à transformação do binómio Educação-Tecnologia. Conclusões. A articulação de virtualidade, liberdade de expressão e realidades sociopolíticas contribui para a formação de sujeitos que incidam e participem no fortalecimento de práticas democráticas.

Palavras chave: Tecnologia da Informação, prática docente, universidade, liberdade de expressão, democracia.


Introducción

Hace veinte años se hablaba de "Nuevas" tecnologías de la información, referencia lógica frente a un momento histórico en el que la circulación de razones y emociones comenzaba a tener un orientador distinto a las estructuras rígidas del Estado.

Con el paso de los años, la literatura se ha encargado de borrar la novedad de las tecnologías, en un claro síntoma de la aceptación e interiorización de la técnica como un elemento fundamental para organizar los modos de vivir y pensar de las sociedades. Pero a diferencia del poder -absoluto- que pudo ejercer el Estado en otros momentos de la historia -hasta el punto de calificar las sociedades como desarrolladas, subdesarrolladas, fallidas, tercermundistas- (Stavenhagen, 1965), la revolución de la información parece tener la particularidad de globalizar cierta democracia en el acceso de las ideas, con lo cual busca borrar o desplazar las clasificaciones impuestas por las instituciones de los Estados-nación.

La magnitud de este fenómeno es tan influyente que los casos de Julian Assange (Wikileaks) y Edward Snowden (filtración de documentos de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos) parecen demostrar que, si bien el Estado no va a perder su poder y por el contrario sus conflictos son más complejos (Guerrero, 2012), debe ahora competir por el control de ciudadanos globales que reivindican el derecho a "expresarse".

Por esa razón, una de las instituciones estatales que más ha sufrido los impactos de esta forma de vivir y pensar el mundo es la Escuela. En su rol tradicional de formar individuos con un sentido de la ética y el respeto por los demás, la alternativa de la educación formal ha ido perdiendo espacio y, en algunos casos, ha quedado estancada como un escalón incómodo, pero necesario para obtener reconocimiento social y progreso económico en el mundo de las empresas privadas -y estatales, de manera excepcional- (Wilches, 2014).

El panorama descrito motiva a individuos y colectivos que hacen parte de la denominada "comunidad académica", a pasar de la denuncia (la educación no es como antes, los estudiantes no leen, guarde el iPhone), y pasar a asumir la necesidad de articularse a un mundo que impone la tecnología, pero que todavía necesita muchas propuestas que le permitan reflexionar sobre cómo esas prácticas deben tener un compromiso frente a un hecho que nunca se podrá reemplazar: las realidades de la vida cotidiana.

En el caso de la Salle Hum@nísTICa - iniciativa de la Universidad de La Salle que busca fortalecer los usos pedagógicos de las tecnologías de la información y la comunicación-, se ha convertido en uno de los pilares para entender los cambios del mundo globalizado y cómo la Universidad debe responder con originalidad, rigurosidad y criterio a los nuevos retos que se le imponen en el siglo XXI.

En este artículo, se presentará uno de los ejercicios, el cual consistió en una encuesta aplicada a docentes de la Universidad con el objetivo de conocer la relación que establecen entre sus prácticas pedagógicas y las nuevas tecnologías. Si bien el dato es importante, se propone ir más allá del análisis cuantitativo, para hacer un alto en el camino y repensar la importancia de pasar de una metodología de indagación y descripción, a una estrategia de diálogo, en el que se identifique no solo la utilización de herramientas, sino la comprensión de las nuevas dinámicas de la información en el momento de pensar profesionales comprometidos con las transformaciones políticas y económicas que necesita el país.

Materiales y métodos

En el año 2012 el proyecto Salle Hum@nísTICa aplicó una encuesta entre los profesores de la Universidad1, en aras de explorar cómo era la apropiación de los profesores en el uso de las TIC. En esta parte se analizarán algunos de los resultados, en relación con la participación de los docentes de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FCES).

El objetivo del ejercicio es ir más allá de la discusión entre amigos o enemigos de las tecnologías (tecnófilos vs. tecnófobos), pues la tecnología no puede verse como una simple herramienta para expresarse o solucionar problemas inmediatos, pero tampoco puede ser un escenario para expresar nostalgias del pasado. El escenario de debate, entonces, debería dirigirse a preguntarse sobre las motivaciones que impulsan a la técnica a posicionarse como una alternativa válida por mujeres y hombres. Yus (2003) ofrece una respuesta interesante: la tecnología rescata una dimensión que ningún poder, por más autoritario y brutal, podrá eliminar de los seres humanos: la expresión. Al respecto dice:

[...] tanto en la comunicación cara a cara como en las conversaciones virtuales lo dado sigue siendo el discurso y, a partir de ahí el interlocutor ha de buscar un contexto adecuado en el que poder procesar óptimamente los enunciados que se le envían. A la vez, el emisor del enunciado debe prever que su interlocutor será capaz de encontrar ese contexto que permita procesar su enunciado de forma correcta. (12)

Tal vez, el error ha sido pensar que las emociones son un defecto y no el indicio que ayuda a delinear trazos de lo que la sociedad le está gritando a la estructura del poder, anclada en los formalismos de normas que quedan desbordadas por lo impredecible de la vida cotidiana. Tirado y Gálvez (2002) proponen pensar con más detenimiento esas "comunidades virtuales", y, de paso tener en cuenta diez variables que se citan y se sintetizan en la figura 1:

Las variables propuestas por los autores no son categorías absolutas y, como ellos mismos lo reconocen, están abiertas a ser intervenidas desde distintos campos del conocimiento. Sin embargo, lo que queda claro es que dejar a la tecnología, desde una definición limitada a la técnica, contribuye a dejar el debate estancado en unas minorías intelectuales, mientras que la sociedad avanza en apropiar este tipo de herramientas como parte de su vida diaria que tienen consecuencias interesantes para la movilización de las ideas, pero que son preocupantes, porque se alejan de los conflictos propios de la interacción humana. Levy (1998) advierte sobre los riesgos de menospreciar el poder de la tecnología o reducirlo a un mero aparato de control social:

Una visión plana de la informática, encerrada en la dialéctica, la reduce a un conjunto de herramientas para calcular, escribir, concebir y comunicar más rápido y mejor. El máximo enfoque retórico descubre un espacio de producción y circulación de los signos cualitativamente diferentes de los precedentes, en el que las reglas de eficacia y los criterios de evaluación de la utilidad han sido modificados (79).

El dilema realidad-virtualidad queda, entonces, transformado en la pregunta por la articulación de ciudadanías que desde la virtualidad puedan observar, incidir y participar (Quiñones, 2009) en realidades que fortalezcan la democracia, la equidad y la tolerancia. Valderrama (2009) avanza en esta idea, y añade la importancia de romper la rivalidad Saber Académico frente a Saber Popular, como una de las estrategias clave para pensar la también llamada "Sociedad de la Información":

Sin embargo, es claro que, más allá de un debate puramente académico sobre dos o tres categorías conceptuales, lo que está en discusión es el tipo de sociedad que se quiere construir bajo este paradigma denominado sociedad de la información, el tipo de sujeto de la educación y la manera como desde ciertas prácticas culturales se le hace frente académica y políticamente a ésta. Lo que se pone en juego es la relación entre el conocimiento científico y los saberes otros (de los sectores populares, de las oralidades primarias de Walter Ong), y la manera como estos saberes y las culturas que soportan, entran en juego en la educación de los ciudadanos y en la constitución de las sociedades (22).

Es así como la relación educación-tecnología es hoy un compromiso al que no deben escapar las instituciones educativas, en especial las de Educación Superior, pues la educación es una tecnología que busca la exploración de saberes, y la tecnología, es un fenómeno que orienta el conocimiento de otros mundos posibles. Hopenhayn (2003) invita a esta sincronía:

La educación encuentra aquí su límite y su posibilidad. Por una parte, capitalizar los nuevos insumos de aprendizaje para democratizar el acceso a la productividad, la ciudadanía, la comunicación y la diversificación de la vida cotidiana. Por otra, movilizar su propio patrimonio histórico para promover un uso de esos nuevos insumos que no implique ni el fin del sujeto ni la insoportable levedad del ser. No hay fórmulas claras entre lo que se debe desterrar y lo que se debe preservar en la pedagogía y en los currículos. En tiempos y espacios multimedia no es necesario internalizar la enciclopedia: basta saber buscarla en el monitor. Pero el monitor no enseña a apagar el monitor (188).

Desde la lógica de la globalización, las alianzas resultan fundamentales, en este caso, desde un sistema educativo que piense país. La figura 2 presenta la propuesta del proyecto Horizon Iberoamérica (Durall, Gros, Maina, Jhonson, y Adams, 2012, 17-21); es un buen ejemplo para reflexionar sobre estos nuevos desafíos:

La situación descrita tiene variados impactos, entre los cuales vale la pena mencionar dos: el primero, la tecnificación de la educación, es decir, docentes y estudiantes enmarcados bajo el contrato de una clase y unas notas, y cada uno por su lado utilizando las tecnologías para relacionarse con sus pares, y muy pocas veces con sus diferentes, esto es, la realidad que viven con intensidad y que solo es interrumpida por la obligación de unas horas de asistencia a un salón.

Resultados y discusión

Vale la pena resaltar que la apertura de espacios para aplicar una encuesta y analizar los resultados reafirma el interés de pasar de los diagnósticos a la adopción de distintas metodologías que orienten la formulación de estrategias y la toma de decisiones, dirigidas a pensar la relación educación-tecnología, planteada en la primera parte de este artículo. La tabla 1 muestra el perfil de la población que participó en este sondeo, pues inicialmente el hecho de suponer una adecuada disposición para contestar preguntas indica una aproximación a la misma práctica del tema. Los datos indican que el nivel de participación es alto, independiente de la modalidad de contratación de los docentes.

En relación con la tabla anterior, las gráficas 1 y 2 resaltan el rol fundamental que cumplen los profesores con formación de Maestría de todas las facultades en el momento de potenciar las nuevas tecnologías dentro del salón de clases y, pensando con más ambición, en la posibilidad de que sus experiencias puedan movilizar a los profesores con otra formación, en especial los que cuentan con el doctorado.

Por otro lado, aunque no hay una diferencia abismal en las gráficas que se van a analizar, la mayoría, de los encuestados está a la vanguardia en el uso de nuevas tecnologías.

No obstante, el potencial de los docentes queda atrapado en una paradoja. Por un lado, dicen conocer estrategias pedagógicas (gráfica 4), pero, a su vez, manifiestan no tener tiempo de preparar estrategias con TIC (gráfica 3). Es necesario ahondar en las razones que esgrimen los docentes, pues, a primera vista, puede estar instalado el prejuicio de pensar que el diseño de los recursos virtuales es dispendioso. En este caso sería interesante no solo ampliar la encuesta, con el fin de poder identificar con más claridad la relación que se establece entre estrategias pedagógicas y uso de las TIC.

Si se mira desde otro punto de vista, el esfuerzo por construir dicho recurso se convierte en un insumo que permanecerá vigente con algún ajuste de contenido, lo que no pasa con las herramientas que pensadas en el papel obligan a crear nuevos formatos de evaluación. Incluso, pensando más allá de la evaluación, estas estrategias promueven otro tipo de escenarios. Por ejemplo, los foros virtuales para discutir un tema coyuntural en relación con una perspectiva teórica de la clase; blogs para que los estudiantes conozcan los productos académicos e investigativos del profesor, redes sociales para recomendar vídeos, audio y textos que dialoguen con los alumnos desde las pasiones y emociones que los movilizan fuera de la universidad y que, en gran parte, terminan siendo más influyentes que los contenidos de los currículos.

La gráfica 5 complementa el análisis de las gráficas 3 y 4, con el reto de salir del dato cuantitativo para tratar de hacer una observación detallada en la que se establezca si la demanda por capacitación para el uso de las TIC parte de un interés por articular estrategias a las aulas de clase, o si la opción dicotómica SÍ/NO simplifica la demanda a una necesidad de responder la encuesta. El argumento anterior, está conectado con la idea de que los docentes pueden estar demandando capacitación, pero tal vez estén interesados en ser parte o comprometerse con una estrategia que vaya siendo parte de la vida académica, y no una excepcionalidad.

En síntesis, la encuesta recoge y siembra la semilla para pensar en la reafirmación de esta metodología, pero también en la apertura de nuevos caminos que dialoguen con las encuestas en un tono que respete el dato, pero que vincule a los seres humanos. De eso tratará de ocuparse la siguiente sección.

Discusión

La conformación del proyecto la Salle Hum@nísTICa invita a pensar rutas y consolidar resultados concretos y con capacidad de replicarse en otros espacios académicos de otras universidades. Para esto se sugieren tres estrategias.

  • Compromiso y continuidad

  • Transformar las sociedades y las mentalidades es un proyecto largo, complejo y que requiere comprender las formas de vivir y pensar de estudiantes, profesores y directivos. Lo que se quiere aquí es resaltar la necesidad de sostener equipos de trabajo que logren ganar la confianza y el reconocimiento de la comunidad académica, esto, sin dejar de tener un integrante que cada semestre pueda aportar nuevos elementos a lo construido. Sin esta idea, se hace muy difícil que haya un compromiso y el proyecto pierda la visibilidad que se requiere. Hacer de la investigación una actitud, y no una pesada labor o una vocación para genios o para personas encerradas en un círculo intelectual, es un proyecto que en el corto, mediano y largo plazo busca que un estudiante sea profesional, pero que también sea un ciudadano que le apueste a un proyecto de país. Esto queda claro cuando en el documento se resalta:

    La relación entre el currículo y la investigación no tiene que ver con estratificaciones infra o supraestructurales, no debe existir entre ellos una relación de subordinación en ninguna dirección... Atendiendo a estas perspectivas, el currículo en la Universidad de La Salle es un fenómeno que debe ser investigado permanentemente y, en esta medida, se cualifica para producir mejores efectos formativos... No obstante, se hace necesario pasar del nivel formal de cumplimiento de unos requisitos y exigencias estatales a constituir la investigación como parte integral de la cultura académica universitaria (Universidad de La Salle, 2013, 51 y 62).

  • La encuesta y otras alternativas

  • La encuesta es un paso fundamental para orientar y esbozar las posibles sensaciones que tienen los docentes que respondieron a las preguntas formuladas. Para cualificar la validez del ejercicio, se hace necesario tabular y la describir tendencias, pero también buscar otras estrategias de interpretación, en las que se ahonde no solo en la respuesta, sino en las posibles prácticas que dentro de la vida cotidiana reafirman o contradicen lo que se responde.

    Un ejemplo para ilustrar esta situación ya era delineado en el análisis de la encuesta. El docente puede responder que no le interesa utilizar las TIC, y con esto, el análisis apresurado podría indicar que debe haber más compromiso por parte de estos. Sin embargo, en una metodología como entrevista personalizada u observación de campo, se pueden encontrar algunas de las razones por las cuales no se utilizan los recursos tecnológicos. Puede ser que el docente haya tenido alguna experiencia ingrata en su formación universitaria, no conozca experiencias de TIC-Educación, sienta incomodidad porque sus estudiantes se la pasan chateando, entre otro abanico de posibilidades, que puede llegar a ser interesante tanto para investigadores como para población a investigar.

    La desventaja de este tipo de metodologías es que exigen más tiempo y preparación, pues una cosa es responder una encuesta que se recibe por correo electrónico, y otra muy diferente ganar la confianza de los docentes para que tengan la intención de colaborar y no vean al investigador como un obstáculo o un ojo vigilante que supervisa sus movimientos en las clases. Esta desventaja puede superarse si los docentes son apoyados para estar en el equipo durante el tiempo que se planifique en el proyecto de investigación impulsado por el equipo de docentes.

  • Los estudiantes: de objetos a sujetos de investigación

Las propuestas pedagógicas exitosas, en buena parte, explican sus resultados, gracias al diálogo que tuvieron con los estudiantes, quienes pasan de ser receptores de una clase, para empoderarse y tener la convicción de ser agentes vitales para el cambio en la forma como perciben el concepto de universidad. En este sentido, sería ideal que en el grupo de La Salle Hum@nísTICa se discutiera la idea de tener un grupo de estudiantes comprometidos, con sentido de identidad por la Universidad e inquietos por este tipo de temas, para que puedan ser partícipes y formulen recomendaciones que contribuyan a mostrar prácticas responsables, y crítica frente al uso de nuevas tecnologías. Los docentes creemos conocer a nuestros estudiantes, pero muchas veces lo que observamos en las aulas de clase es tan solo una dimensión de lo que pueden demostrar en otros espacios. El proyecto de investigación de la Universidad de La Salle (2013) reafirmaría esta necesidad:

Si a los estudiantes se les permite entrar en contacto con las realidades propias del fenómeno social que es objeto de estudio o con aquellas que tienen relación con este, en lugar de abordar inicial e ineludiblemente las teorías desde donde puede ser explicado, el aprendizaje no solo resulta más significativo, sino que despierta en ellos un mayor grado de sensibilidad por las problemáticas sociales. (64)

Otro punto importante es la legitimidad que puede tener el proyecto cuando sean los mismos estudiantes los que promuevan las actividades. Incluso, sería un ejercicio muy interesante si se ampliara la muestra a los estudiantes, para tratar de mirar las diferencias y similitudes con los resultados de los docentes, y de esta manera tomar decisiones en las que todos se sientan incluidos.

Conclusiones

Pocos se atreverían a decir que los estudiantes no conocen o no manejan las nuevas tecnologías. Ahora, el reto es avanzar en la búsqueda de mecanismos para que hagan un uso responsable y constructivo de una revolución en la que están siendo partícipes; de igual manera, contar con estudiantes que puedan tener docentes que los motiven a buscar, en las tecnologías, caminos que inspiren otros países posibles, y no siempre el escepticismo con el que suelen pensarse las paradojas que nos construyen como sociedad.

Resulta interesante observar en las aulas de clase cómo los estudiantes reconocen y son muy cuidadosos con lo que dicen en la web, lo cual significa un espacio ganado en el momento de potenciar el sentido de la responsabilidad de la expresión y de la circulación de información para la construcción de una ciudadanía tolerante de las diferencias. No se trata, como alguno hace, de no decir nada o ser lo más discreto posible; se trata de concebir estrategias para aprender a formular argumentos que circulen y defiendan una ética civil.

Es normal que no a todos los estudiantes les agrade este tipo de metodologías, y eso es muy motivante porque obliga a retarnos para buscar más estrategias en las que el estudiante se apropie de su formación y no la vea como un paso accesorio que debe sortear para lograr entrar en la vida profesional. Para esto es fundamental reconocer a los estudiantes y trabajar con ellos como sus guías, pero también como colegas, incluso firmando algunos productos de investigación en coautoría o creando objetos virtuales de aprendizaje con los aportes que surjan - seguramente los docentes que se acerquen a este artículo reconocerán que están en un aula de clase, gracias a un maestro que en algún momento de su etapa formativa los inspiró-.

Aplicar las nuevas tecnologías y sus usos sociales implica conectarse con el discurso de los estudiantes, entender sus lenguajes, contribuir a la cualificación de sus expresiones y hacerlos sentir que no están solos y que su mundo es el mundo que estamos viviendo y que estamos dispuestos a afrontar. Negar la tecnología es crear el mismo individualismo que nos ha acompañado en la política, la economía y la cultura. Por el contrario, trabajar con ella significa visualizar otro tipo de colectivos. La encuesta y las iniciativas de los docentes en las facultades son un primer paso, las iniciativas y estrategias para conjugar la virtualidad con cara a cara de la realidad son el segundo momento para seguir soñando con una educación para pensar, incidir y participar.


Notas

1 Se registraron 501 encuestas, de las cuales 405 se contestaron en su totalidad (3 páginas electrónicas); de 7 unidades académicas: Administración, Ciencias Básicas, Ciencias Sociales, Educación, Humanidades, Ingeniería y Salud. En el caso de la FCES participaron 56 docentes.


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