Introducción

En la actualidad, la educación financiera ha cobrado mayor importancia, producto de la globalización, haciéndose fundamental en la vida de los ciudadanos para la toma de decisiones en ambientes económicos (Financial Literacy and Education Commission, 2006). La educación financiera se considera necesaria para lograr la inclusión económica en los diferentes ámbitos sociales y educativos, y se entiende como un complemento importante para promover desde los primeros años de escolaridad, el desarrollo financiero y, en última instancia, la estabilidad económica (^{Arthur, 2011}; ^{Fox et al., 2005}; ^{Kaiser & Menkhoff, 2019}). La educación financiera permite comprender y utilizar de manera eficiente los variados recursos para establecer una estabilidad económica (^{Devane, 2009}; ^{Lawson & O'Donnell, 1986}; ^{Migheli & Moscarola,2017}) . En este ámbito, el estudio se relaciona principalmente con el manejo de finanzas personales, ayudando a los protagonistas a mejorar sobre todo su bienestar, evitando la angustia generada en la decisión de asuntos económicos (Council for Economic Education,2018) . A través de una educación financiera, los estudiantes cuentan con habilidades necesarias para administrar sus finanzas, lo que se ha vuelto extremadamente importante en una economía en evolución permanente (Jorgensen & Savla, 2010; ^{McCormick, 2009}; ^{Michael-Collins & Odders-White, 2015}; ^{Way & Holden, 2009}).

De esta forma, encontramos a diferentes autores, los cuales analizan los compartimientos de los estudiantes enfrentados a decisiones a consecuencia de programas educativos implementados (^{Berry et al., 2018}; ^{Huchín-Flores, & Simón, 2011}; ^{Frisancho, 2020}). Hoy en día, existen variadas definiciones de educación financiera. Por ejemplo, la United Nations Children 's Fund (UNICEF, 2012) la define como la capacidad de tener conocimientos financieros y capacidad de decisión financiera. Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2017) su significado se asocia al desarrollo del conocimiento, comprensión de conceptos y riesgos financieros, en conjunto con habilidades, motivación y confianza para utilizar en la toma de decisiones efectivas en variados contextos financieros. En los últimos años, la OCDE (2005a) ha sugerido incorporar la formación financiera en Educación Primaria, de forma transversal, y con especial integración con las matemáticas y las ciencias sociales.

En consecuencia, resulta primordial entender la educación financiera en su enfoque sobre la comprensión de las finanzas y la capacidad de utilizarlas en tomar decisiones económicas personales (^{Vieira y Pessoa, 2020}). De igual forma, la calidad sobre decisiones económicas se encuentra directamente relacionada con el nivel de educación financiera que poseen los estudiantes y sus familias (^{Anderson et al., 2007}; ^{Bharucha, 2018}; ^{Fabris & Luburic, 2016}; ^{Webley & Nyhus, 2006}).

Para ^{Aceituno (2018)} la educación financiera ha cobrado especial relevancia a raíz de eventos como las crisis económicas y la globalización experimentada en el último siglo, generando que diversas entidades realicen programas sobre esta temática, las que se articulan con el sistema educativo formal. En este sentido, ^{García et al. (2015)} mencionan que los bajos niveles de cultura financiera que tiene la población en general, son consecuencia de la falta de instrucción sobre este tema, lo que se ve reflejado en malos hábitos o desconocimiento en la falta de planeación financiera en el día a día. Por su parte, ^{Aguilar-Sinche et al. (2019)}. indican que los latinoamericanos han enfocado los escasos programas en la concientización de la importancia del saber financiero. El común denominador es la enseñanza de conceptos financieros, tales como el ahorro, la inversión, el costo de los préstamos, careciendo de programas que incentiven emprendimientos en preparación financiera.

Las diversas crisis económicas han puesto de manifiesto la necesidad de ofrecer una educación financiera desde niveles educativos tempranos. Esta demanda fue acogida por la OCDE (2005b) realizando propuestas para incorporar contenidos financieros desde la Educación Infantil, en forma de materiales complementarios; uno de los principales motivos es que los estudiantes de primaria no comprenden los temas económicos (^{Drever et al. 2015}; ^{Hastings et al. 2013}; ^{Hagedorn et al., 2016}). Los niños se desarrollan con carencias en el ámbito de finanzas; los maestros, por su parte, a menudo consideran que los niños al no dominar la lectura, la escritura o la matemática, se les dificulta el aprendizaje en ámbitos económicos (^{Puspitarona et al., 2019}; ^{Lucey & Maxwell, 2011}). Como resultado de la escasa formación en educación financiera, el impacto a largo plazo, tanto en el bienestar económico de las personas como en la estabilidad financiera general, se ve mermada (^{Urban et al., 2018}).

El papel de la educación financiera en los estudiantes de primaria está relacionado a la adquisición de habilidades para enfrentar contextos reales y cotidianos, que serían necesarias para funcionar como ciudadanos activos y responsables económicamente (^{Elliott & Kim, 2013}; ^{Ferrada et al., 2020}). Por tanto, la educación financiera debe servir para prevenir problemas de este tipo, comenzando desde la infancia, en donde se forma la personalidad de los futuros consumidores y agentes de la economía global, enseñando cómo adoptar una actitud correcta hacia el dinero, el gasto, el ahorro y otros asuntos financieros (^{Peng et al., 2007}). En consecuencia, esta primicia ya no es válida para seguir ignorando la realidad educativa, los niños entienden todo lo que se les explica en su lenguaje y a su nivel cognitivo (^{Batty et al., 2015}; ^{Lührmann et al., 2018}).

Desde la perspectiva teórica (^{Collins & O'rourke, 2010}), la educación financiera es vista como un tema de interés para los establecimientos educacionales y gobiernos, motivando, desde el nivel político central, que se definan lineamientos y estándares para generar una enseñanza adecuada del tema. Por otro lado, la ausencia de políticas educativas en el nivel primario lleva a que las escuelas sean una instancia para generar interacción de saberes o percepciones que tienen los estudiantes sobre estos temas (^{Lucey & Maxwell, 2011}). La educación financiera para ^{Huston (2010)}. necesariamente deberá incorporar una socialización de saberes y el desarrollo de aptitudes y habilidades requeridas para la admisión correcta y responsable en decisiones económicas. Esta tarea formativa no puede darse a través de programas aislados o con acciones fragmentadas, sino que debe responder a lineamientos interdisciplinares entre las asignaturas formativas (^{Dare, Van-Dijk, Van-Dillen, Gallucci y Simonse, 2020}; ^{Van-Campenhout, 2015}).

En relación con el estado de las investigaciones, estas son limitadas, de ahí nace la necesidad de generar un barrido artículos que analizan la educación financiera en los primeros años de escolaridad (^{Batty et al., 2020}; ^{Hütten et al., 2018}).

Del Brío et al. (2015) analizan la relevancia de la educación financiera para la sociedad y la forma de integrar en la enseñanza formal. Los autores revisan diversas medidas que han aplicado instituciones públicas y privadas de la comunidad autónoma de Castilla y León, España en educación infantil y primeros años de primaria, las cuales buscan generar su transmisión de estrategias financieras. Los autores presentan una propuesta educativa dirigida a la Educación Primaria, en la que a través de cuentos identifican conceptos económicos básicos y necesarios para enfrentar estos escenarios.

^{Peña, Suarez y Avendaño (2018)} señalan diversos conocimientos financieros necesarios de adquirir por estudiantes en edad escolar. Su investigación se basa en una metodología cuantitativa, no experimental y descriptiva con 90 estudiantes de primaria. Se utilizó una encuesta, validada mediante juicio de expertos, que incluyó temas financieros básicos. Se observan escasos conocimientos de los participantes en los temas financieros, y se recomiendan mejoras curriculares, se logra evidenciar que la escuela no ha contribuido en la formación financiera del grupo escolar.

^{Huchín-Flores y Damián (2011)} reportan los resultados de una evaluación que tiene por objetivo conocer y comparar el nivel de Educación Financiera que han obtenido estudiantes del quinto y sexto grado de tres escuelas primarias urbanas y rurales de la ciudad de México La investigación fue exploratoria, descriptiva y transversal, utilizando el estudio de casos, en donde se diseñó y aplicó un cuestionario a ocho grupos con un total de 169 estudiantes, con siete variables y 35 preguntas. Los resultados arrojaron que los encuestados poseen conocimientos aceptables en materia de Educación Financiera. El ANOVA ratificó diferencias en diversas variables teniendo en cuenta aspectos como: tipo de escuela, grado escolar, sexo, edad de los participantes y la escolaridad de los padres. ^{Aceituno (2018)} realiza una investigación que tuvo por objetivos identificar y proponer unidades para incorporar la educación financiera al sistema educativo formal. Se desarrolló a través de un estudio cualitativo, el que evidenció incipientes esfuerzos por lograr esta articulación, pero centrados en un enfoque institucional-individual en las entidades que realizan estos programas, por lo que se propuso las bases para el diseño de una estrategia nacional de educación financiera e iniciar esta formación en el nivel de primaria.

^{Vieira y Pessoa (2020)} exploran cómo diferentes países organizan estrategias de educación financiera, mediante la lectura de informes oficiales de la OCDE y la consulta de sitios web gubernamentales e investigaciones académicas. Los resultados mostraron la tendencia mundial para instituir la Educación Financiera como política pública en los diferentes niveles, etapas y modalidades de educación, con el fin de promover una cultura o alfabetización financiera. Se concluye que existe diversidad de metodologías para abordar el tema y destacamos la importancia de una Educación Financiera escolar crítica y reflexiva.

^{Aguilar-Sinche et al. (2019)} presentan un resumen de los programas de educación financiera que se implementó en América Latina en los últimos diez años. Los resultados señalan que los países que destacan por la cantidad de programas de educación financiera aplicados son: Chile (12), Colombia (11), México (9), los cuales se enfocaron en la población en general, pero haciendo énfasis en los niños y jóvenes.

Materiales y Métodos

En el contexto de este artículo, realizamos una revisión sistemática de la literatura siguiendo las directrices entregadas por la Declaración PRISMA (^{Moher y Liberati, 2009}) según el diagrama de flujo en cuatro fases, además de su lista de comprobación y elementos del informe, considerando las siguientes fases de las 27 existentes.

Tabla 1 27 fases Declaración PRIMAS. 

Fuente: Elaborado por los autores

La consecución de estos propósitos está vinculada con los siguientes objetivos de investigación:

Planificación y realización de la revisión

La búsqueda inicial proporcionó 170 artículos. En la primera etapa se aplicó filtro por año de publicación, quedando en 139 documentos. Posteriormente, se filtró utilizando criterios: artículos e idioma (inglés y español), resultando 126 artículos. En una primera etapa se leyó con detención los títulos, resúmenes y palabras clave considerando los criterios de inclusión resultaron 16 artículos seleccionados.

Fuente: Elaborado por los autores

Figura 1 Diagrama de flujo de la revisión sistemática 

Cabe mencionar, que en la selección de artículos existió el proceso de eliminación de duplicados, el cual se ha realizado luego del análisis de inclusión del criterio 2.

Este análisis fue revisado y analizado por los dos autores principales, obteniendo un 95% de concordancia entre estos, las discrepancias se resolvieron de manera colaborativa entre los cuatro autores. El tipo de investigación de cada artículo publicado se clasifica en una de las siguientes categorías presentes en la Tabla 2.

Tabla 3 Principales aspectos de los artículos considerados en la revisión sistemática 

Fuente: Elaborado por los autores

En las siguientes tablas detallamos aspectos bibliométricos sobre primeros autores, año de publicación, país de afiliación, índice de citas y principal metodología utilizada en las investigaciones. De esta forma la tabla 3 nos muestra a Estados Unidos (10) como el principal país de origen de los autores y el año 20 (4) como el año de mayor producción académica. Mención especial posee el autor Batty, M quien es el más citado (126) con su artículo Experimental evidence on the effects of financial education on elementary school students'knowledge, behavior, andattitudes.

Tabla 4 Características principales de los estudios seleccionados. 

Primer autor	Año	País	Índice de citas
Batty, M	2020	USA	1
Batty, M	2015	USA	126
Berry, J	2018	USA	19
Bharucha,J	2018	India	0
Collins, J.M	2015	USA	11
Dare, S.E	2020	Netherlands	0
Devane, B	2009	USA	2
Elliott, W	2013	USA	3
Fabris, N	2016	Montenegro	6
Ferrada, C	2020	España	0
Frisancho, V	2020	USA	1
Hagedorn, E.A	2016	USA	2
Hütten, M	2018	Alemania	1
Lawson, L.D	1986	USA	3
Lucey, T.A	2011	USA	0
Puspitarona, D.S	2019	Rumania	0

Fuente: Elaborado por los autores

En la Tabla 4 mostramos las principales estrategias metodológicas utilizadas en las investigaciones analizadas, destacando los diseños de estudio cuantitativo (50 %), sin embargo, si sumamos los trabajos de carácter mixtos estos llegan a tener una preponderancia aún mayor por esta técnica de análisis de resultados.

Tabla 5 Características principales en la Metodología de investigación de los estudios seleccionados. 

Metodología	Frecuencia	Porcentaje
Cuantitativa	8	50
Cualitativa	6	37,5
Mixta	2	13,5

Fuente: Elaborado por los autores

Discusión

Por medio de esta revisión sistemática, en la base de datos Scopus, se obtiene un conocimiento más profundo sobre el desarrollo de programas e intervenciones educativas en el ámbito de educación financiera en primaria.

En relación con nuestro objetivo de estudio, luego de analizar los artículos seleccionados (N = 16), se observa que las experiencias en educación financiera se trabajan de forma permanente mediante instrucción de estudiantes, la familia y docentes (artículos A6, A12, A14). Para la consecución de los objetivos específicos, la Tabla 2 describe los artículos de educación financiera en primaria, dando respuesta al objetivo específico 2 y 4; la Tabla 3, que describe indicadores bibliométricos de los estudios, como países, índice de citas y años de productividad presentes, permite responder al objetivo específico 3.

La educación financiera puede concebirse como el puente de acceso a conocimientos para mejorar el nivel de vida de los estudiantes, porque garantiza un uso responsable de los recursos económicos. De esta manera, el objetivo 5 se encuentra con lo mostrado en la Tabla 4, donde la metodología cuantitativa es la más utilizada en los artículos analizados. Finalmente, el objetivo 6, que buscaba identificar aspectos relacionados con la igualdad de género, no es abordado en los artículos analizados. De la misma manera, los resultados obtenidos dan respuestas a nuestros objetivos específicos de investigación, los cuales buscan identificar los estudios en Educación financiera desarrollados en la Educación Primaria y describir los estudios o artículos de Educación financiera desarrollados en Educación Primaria. En primer lugar, se ha identificado diferentes contextos donde se realizan los programas o intervenciones, al igual que experiencias financieras en la vida diaria de los estudiantes de primaria (artículos A1, A4, A5 y A16). También, diversas investigaciones buscan identificar las opiniones de los estudiantes de la escuela primaria sobre los elementos financieros con que cuentan (artículos A2, A7, A8). Del mismo modo, encontramos investigaciones que analizan cómo aprenden los estudiantes de primaria los aspectos económicos (Artículos A10, A16). Mientras más pronto se reciba este tipo de educación, los estudiantes crecerán con un hábito y planeación financiera, logrando hacer uso de productos y servicios financieros, con lo que podrán mejorar su bienestar y calidad de vida. Además, trabajos recientes (artículos A4 y A9) muestran que la educación financiera tiene un impacto directo en la toma de decisiones de los estudiantes, lo que lleva a elecciones más consistentes. Los resultados de la revisión sistemática mostraron que, en general, los estudiantes de Educación Primaria han realizado alguna gestión financiera de forma independiente y aún se encuentran en la etapa de tomar decisiones.

De igual forma y en vista de fundamentar la respuesta al siguiente objetivo específico: Describir los estudios sobre Educación financiera desarrollados en Educación Primaria y analizar las áreas académicas se enseñan a través de Educación financiera educativa.

El conocimiento, la comprensión y la aplicación de conceptos económicos se dan mayoritariamente en las áreas de matemática y ciencias sociales (artículos A4, A8 y A10). Sin embargo, una de las características emerge como más importante que la otra área si cada demuestra la misma importancia (artículo A5). Un punto importante para destacar es el rol que juegan los padres, esencial en la gestión de las finanzas de los estudiantes (Artículo A2).

En particular, la educación financiera en las escuelas tiene un efecto estadística y económicamente significativo también cuando se realiza el tipo más riguroso de evaluación de impacto. Si bien encontramos que la efectividad es mayor en las escuelas primarias, esto no implica que la educación financiera deba limitarse necesariamente a estas edades tempranas.

Los resultados de este estudio concuerdan con otros previos, en donde se observó que la participación de los padres en los programas de educación financiera no está bien desarrollada. En este sentido, ^{Batty et al. (2015)} concluyen que el enseñar a los jóvenes a ser alfabetizados financieramente ha dejado a padres sin las habilidades necesarias, salvo excepciones. El propósito de esta investigación fue examinar más a fondo y evaluar el papel que juega la educación en la formación de una cultura financiera de estudiantes. En otras palabras, este estudio ha intentado evaluar la práctica sobre la mejora del nivel de educación financiera. Las acciones emprendidas en educación financiera por parte de los distintos actores, si bien es cierto han representado grandes avances. Resulta necesario redoblar esfuerzos y promover la generación de mayores vínculos entre los diferentes sectores, para que todos ellos trabajen en conjunto y no de manera aislada, alcanzando el objetivo de incrementar el grado de cultura financiera en los estudiantes, mejorando la calidad de vida financiera y económica (^{Bharucha, 2018}).

Una discusión de estas posiciones está más allá del alcance de esta investigación. No obstante, hemos demostrado que la educación financiera impacta en el conocimiento y el comportamiento económicos y la evidencia sugiere que este tema también puede tener efectos positivos en la vida y salud de las personas. Por lo tanto, la educación financiera proporcionada al principio del ciclo de vida puede tener resultados beneficiosos con respecto a la toma de deudas o los ahorros a largo plazo y puede llegar incluso más allá del dominio económico. Por lo tanto, la educación financiera mejora la comprensión de los asuntos económicos, pero parece tener implicaciones de bienestar más amplias, similar a otras formas de educación (^{Frisancho, 2020}).

Conclusión

La revisión sistemática realizada en este trabajo de investigación analizó la evolución de la educación financiera en contexto de educación primaria, no solo con aspectos cualitativos, más bien complementando con indicadores bibliométricos y midiendo el impacto de las intervenciones educativas en sus contextos. Para ello fueron seleccionados 16 artículos relevantes. La evolución vista en actividad científica en educación financiera en primaria mediante una revisión sistemática, es hoy en día una oportunidad de conocer el estado del arte en este tipo de intervenciones académicas, ya que es una forma de optimizar los tiempos cada vez más limitados que se dedican a la investigación y de justificar su uso ante investigaciones futuras.

De esta manera, vemos como la información obtenida nos ayudó a potenciar la construcción del conocimiento existente sobre la educación financiera en primaria, contribuyendo a dilucidar su complejidad y aplicación que transita desde lo multidisciplinario a lo contextualizado, junto a ello la idea de incrementar el refuerzo en los primeros años de escolaridad, ya que genera efectos positivos sobre los comportamientos financieros entre los estudiantes luego de participar en programas de intervención. Estos indicadores nos han aportado una valiosa información sobre la situación de la investigación en educación financiera en primaria.

A su vez, la fiabilidad de los indicadores bibliométricos trabajados nos proporcionó evaluar la actividad científica de manera correcta, utilizando varios indicadores y no exclusivamente uno ya que la información proporcionada sería sesgada y nos daría una idea falsa de esta actividad.

A pesar de esta situación alentadora, queremos enfatizar que se podría hacer más para aumentar la efectividad de la educación financiera y que una documentación más completa de tales esfuerzos dentro de los estudios empíricos sería crucial para obtener conocimientos más profundos en futuros metaanálisis. En conclusión, este artículo presenta un análisis actualizado de las investigaciones en educación primaria, etapa fundamental para el desarrollo financiero de los escolares.