El juicio moral se considera la unidad básica de los estudios cognitivos de la toma de decisiones morales. El estudio sobre la variable 'juicio' en la investigación psicológica -como objeto de estudio cognitivo-, retoma elementos de la tradición filosófica y lógica sobre el razonamiento, la cual ha despertado en las comunidades académicas el interés por distintos campos que de allí se derivan. El presente trabajo aborda la conexión entre dos de estos campos de estudio: la psicología moral y la toma decisiones, los cuales han cobrado fuerza durante las últimas décadas, en particular, bajo el concepto de juicio moral, en el que convergen ambos discursos. El creciente interés en este tema ha suscitado una gran cantidad de trabajos empíricos, con suficiente diversidad metodológica para dificultar la construcción de modelos explicativos a partir de los resultados obtenidos.
La psicología moral retoma antecedentes de la tradición filosófica racionalista de Kant sobre la conciencia moral, la perspectiva cognitivo-evolutiva del desarrollo moral de John Dewey y la lógica y desarrollo operatorio de Piaget (Zerpa, 2007). Durante la segunda parte del siglo xx, Kohlberg formuló lo que se ha constituido tradicionalmente como el inicio del campo de estudio moral en psicología partiendo de una sistematización de los planteamientos de Piaget, que conforman la teoría del desarrollo del juicio moral, la cual ha sido ampliamente estudiada y debatida. Desde entonces, la psicología moral puede considerarse como el "área que se dedica al estudio de la moralidad en sus dimensiones psicológicas" (Zerpa, 2007, p.138), entendiendo por dimensiones psicológicas los procesos mentales que operan en la clasificación humana de lo bueno y lo malo (Bauman & Skitka, 2009). A partir del trabajo de Kohlberg (1969), el juicio moral se aborda como la resolución del problema lógico que acontece cuando existe un dilema moral, una situación en la que se confrontan los valores de la persona.
Por su parte, la toma de decisiones ha sido presentada como un proceso racional limitado (Simon, 1955) y susceptible de utilizar heurísticos o saltos cognitivos en la evaluación de posibilidades en contextos de incertidumbre (Kahneman & Tversky, 1982). La condición de incertidumbre se presenta con recurrencia en la tradición teórica de la toma de decisiones, y parece referirse a las condiciones desconocidas o inciertas asociadas a decisiones de importancia que, por tanto, implican juicio probabilístico y enfrentan al decisor a limitaciones cognitivas (Schoemaker, 2004; Wu et al., 2004). El punto de encuentro entre la moral y la toma de decisiones aparece ante la consideración de situaciones que activan el procesamiento cognitivo sobre lo bueno y lo malo, para una consecuente decisión, esto es, el juicio moral: la evaluación del valor o de las probabilidades que presenta una opción sobre otra y sobre las cuales debe decidirse (Holyoak & Morrison, 2012).
En el estudio de moralidad en ciencias cognitivas, los abordajes respecto a toma de decisiones han ganado cada vez más fuerza; sin embargo, el momento actual de este campo se establece como resultado de una serie de tensiones teóricas. Así pues, dentro del discurso de la toma de decisiones morales existen tensiones en torno a la defensa, o por un juicio moral prominentemente intuitivo y que desarrolla la inferencia racional como soporte para la decisión ya tomada por un sistema automático; o por un juicio moral racional que puede ser moldeado por medio de procesos lentos, consecutivos y de gran esfuerzo. Actualmente existen varias teorías que procuran la resolución del problema concentrado en qué procesamiento predomina en la cognición moral. Dos de estas teorías son el Modelo Social Intuicionista (SIM) y la Teoría del procesamiento dual.
Haidt (2001) aboga por la comprensión de un juicio moral automático con su Modelo Social Intuicionista (SIM), el cual considera que la determinación de lo que está bien o mal es conducida en gran parte por intuiciones inconscientes, por lo que el SIM asigna un papel inferior al razonamiento moral, comprendido como la actividad mental consciente, intencional, con esfuerzo y controlable que consiste en transformar la información recibida para llegar a un juicio, y ocurre en raras ocasiones en que las intuiciones son confusas o conflictivas. De allí que el SIM entienda los juicios morales principalmente como emocionales y que la participación de mecanismos deliberativos funcione como racionalizaciones posteriores a los juicios propiamente dichos. El modelo determina que el juicio se da a causa de un flujo rápido de intuiciones sobre lo correcto o incorrecto, que no requieren de la reflexión o la razón. Dichas intuiciones son el resultado de contenidos innatos, sentimientos y percepciones de evaluación que han sido seleccionadas evolutivamente y moldeadas por la cultura (Zhong, 2011).
De manera adicional, los estudios de neuroimagen han reportado actividad en varias regiones del cerebro, demostrando que el proceso de juicio moral implica la integración de varias áreas, algunas asociadas con procesos emocionales y otras con el procesamiento racional. De aquí se desprende que, Greene et al. (2009) propongan la Teoría del procesamiento dual dando paso a una comprensión dual de la cognición moral. Según Dedeke (2015), la Teoría del procesamiento dual propone que los hechos sean percibidos en paralelo tanto desde el sistema cognitivo como desde el sistema intuitivo. Es decir, desde este modelo, el procesamiento moral implica tanto un procesamiento controlado como uno automático, generando una doble entrada que puede o no estar en conflicto. Para Greene et al. (2001) la decisión moral de una persona consiste en la resolución del conflicto que se da entre estas dos entradas interdependientes.
Por todo lo anterior, en la actualidad la literatura científica sobre el juicio moral está en pleno desarrollo y contrastación, dando paso a un incremento de producción empírica que logra evidenciarse al realizar una búsqueda organizada en bases de datos, filtrada a publicaciones en psicología, estudios del razonamiento, historia y filosofía de la ciencia, ciencias de la conducta, psicología social, cognición, ciencias de la decisión, neurociencias y ciencias sociales (véase tabla 1). El incremento se evidencia fuertemente en el intervalo del 2005 al 2020, y se caracteriza por abundantes trabajos empíricos. El presente artículo presenta una revisión sistemática que buscó reunir variados registros de la literatura científica existente de carácter interdisciplinar, sobre la teoría validada frente al juicio moral en la toma de decisiones morales, asumiendo la aplicación de protocolos de revisión de evidencia, a fin de ser analizada metodológicamente y clasificar teóricamente los estudios revisados.
Nota. La base de datos SAGE Journals se utilizó para esta tabla sobre la publicación de estudios antes de la fecha de la revisión, pero no fue utilizada posteriormente en la investigación.
Método
En este trabajo se revisaron 80 artículos extraídos de las bases de datos: APA PSYCNET, PNAS, EBSCO, Dialnet, Science Direct, JSTOR, Redalyc y Web of Science. La selección de estudios obedeció a criterios de inclusión y exclusión, determinando que los artículos a revisar debían ser investigaciones en formato artículo, publicadas en revistas indexadas entre el 2005 y 2020, dentro del campo de las ciencias cognitivas, en idiomas inglés y español y con disponibilidad en texto completo en las bases de datos consultadas. Se excluyeron estudios publicados en revistas no indexadas, reseñas, boletines o documentos que no fueran producto de investigación y trabajos sobre juicio moral y toma de decisiones morales por fuera del campo de las ciencias cognitivas o resultados de investigaciones asociadas a otras disciplinas, porque a pesar de que en algunos casos se asume el juicio moral y su consecuente toma de decisión, suelen ser abordados con fines de impacto social y al servicio de estudios ambientalistas, teológicos o de otras ramas del conocimiento. También fueron excluidos libros y capítulos de libros cuyo objetivo de la revisión se centró en el análisis de la evidencia empírica, pues no existen listas de chequeos aprobadas internacionalmente para la revisión de la evidencia en este tipo de documentos. La búsqueda de los estudios revisados en las bases de datos se realizó por medio de palabras clave (Moral Judgment, [OR], [AND] Decision Making).
La evidencia es "la mejor información científica disponible" (Primo, 2003, p. 39) por lo que el análisis de la evidencia como metodología "permitió tomar conciencia de la existencia de un orden jerárquico en la calidad de la evidencia entre los estudios científicos" (Manterola & Zavando, 2009, p. 582). De donde se deriva que la revisión sistemática (RS) y el meta-análisis (MA) sean las mejores herramientas para sintetizar las pruebas científicas respecto al estudio de asuntos psicológicos (Sánchez-Meca & Botella, 2010).
Instrumentos
La presente investigación utilizó la escala de calificación Scottish Intercollegiate Guidelines Network (SIGN), una herramienta de la ciencia basada en la evidencia avalada por las comunidades académicas internacionales que formulan tales prácticas (Primo, 2003), desde el ajuste que ha sido realizado para su utilización en estudios de psicología básica (Fernández & Villada, 2015; Villada Zapata & Chaves Castaño, 2012), la cual establece su pretensión principal en la valoración de la evidencia empírica de los estudios, enfatizando en la calidad metodológica (véase tabla 2). La adaptación referida, ha sido utilizada al menos en tres estudios anteriores a este para realizar revisiones sistemáticas en psicología básica (Fernández & Villada, 2015; Villada Zapata & Chaves Castaño, 2012; Villada Zapata et al., 2016), en los que se puede observar que el ajuste consiste en cambios de palabras, tales como ensayo clínico a experimento.
Nivel de evidencia | Tipo de estudio |
---|---|
I. a | La evidencia científica procede de revisiones sistemáticas, meta-análisis, de experimentos controlados y aleatorios. |
I. b | La evidencia científica procede de, al menos, un experimento controlado y aleatorio. |
II. a | La evidencia científica procede de, al menos, un estudio prospectivo controlado, bien diseñado y sin aleatorizar. |
II. b | La evidencia científica procede de, al menos, un estudio cuasi experimental, bien diseñado. |
III | La evidencia científica procede de estudios descriptivos no experimentales, bien diseñados como estudios comparativos, de correlación o de casos y controles. |
IV | La evidencia científica procede de documentos u opiniones de expertos o experiencias clínicas de autoridades de prestigio. |
Pese a la confiabilidad del instrumento avalado por las comunidades académicas de la tradición de ciencia basada en la evidencia, dado que no había sido realizado un proceso de validación para el uso de la SIGN en trabajos de psicología básica, esta investigación realizó una validación de contenido de la adaptación de esta escala mediante un juicio de expertos quienes calificaron la suficiencia, claridad, coherencia y relevancia de la SIGN. Para el análisis de concordancia se utilizó el estadístico de confiabilidad W de Kendall, el cual provee información sobre el grado de acuerdo entre los rangos de calificación otorgados por los jueces, obteniendo un valor p asociado a la validez de contenido de la tabla (véase tabla 3).
Estadística | Suficiencia | Claridad | Coherencia | Relevancia |
---|---|---|---|---|
W de Kendall | 0.597 | 0.074 | 0.254 | 0.528 |
p | 0.005 | 0.513 | 0.102 | 0.009 |
Así pues, se procedió a analizar con W de Kendall el grado de concordancia de las calificaciones dadas en términos de suficiencia, claridad, coherencia y relevancia. Para esto se parte de la hipótesis nula y alterna de este procedimiento, teniendo en cuenta que se rechaza Ho (hipótesis nula) en favor de la H1 (hipótesis alterna), cuando el valor arrojado por el nivel de significancia del estadístico es inferior a 0.05, concluyendo que hay concordancia entre los rangos asignados por los jueces respecto a la categoría evaluada. Las hipótesis del análisis de concordancia son Ho: los rangos dados por los expertos no concuerdan; H1: hay concordancia significativa entre los rangos.
Suficiencia: w= 0.597 (p= 0.005). Se rechaza Ho a favor de H1, dando cuenta de concordancia significativa entre los expertos sobre la suficiencia de los ítems de la SIGN para medir y calificar la evidencia de los estudios.
Claridad: w= 0.074 (p= 0.513). No se rechaza la Ho, por tanto, no se encuentra concordancia significativa entre las calificaciones dadas por los expertos sobre la fácil comprensión de los ítems y su adecuada sintaxis y semántica.
Coherencia: w= 0.254 (p= 0.102). No se rechaza la Ho, por tanto, no se encuentra concordancia significativa entre las calificaciones dadas por los expertos con respecto a la relación lógica de los ítems con la evidencia que está midiendo.
Relevancia: w= 0.528 (p= 0.009). Se rechaza Ho a favor de H1, dando cuenta de concordancia significativa entre los expertos sobre lo esencial e importante de los ítems para medir la evidencia.
En consecuencia, el análisis estadístico indicó concordancia significativa entre los expertos sobre la suficiencia y relevancia de los ítems de la SIGN para medir y calificar la evidencia de los estudios. En cambio, para el caso de la claridad y la coherencia no se encontró concordancia entre las calificaciones dadas por los expertos sobre la fácil comprensión de los ítems y lo adecuado de su sintaxis y semántica, principalmente debido a que la SIGN establece grados de recomendación de las investigaciones, sin embargo, por la diferencia práctica que implica la evaluación de la recomendación de los estudios psicológicos en relación con los médicos, estos grados resultan inapropiados para clasificar los estudios. Basados en estas recomendaciones y con fines de otorgarle al instrumento la mayor claridad y coherencia requerida para su evaluación en estudios de psicología básica, se aceptaron los comentarios de retirar la sección de los grados de recomendación de la adaptación de la escala SIGN.
Procedimiento y análisis de la información
La búsqueda realizada arrojó un total de 279 artículos, sumados de todas las bases de datos. Esta muestra documental se vio reducida a 80 artículos, al excluir los textos repetidos en bases de datos y aquellos que exigían pago para permitir su acceso. La revisión de artículos partió de un registro en fichas de ingreso de información, que permitió establecer los correspondientes niveles de evidencia y grados de recomendación cuando, en un segundo momento, se sometió esta información a los criterios de la SIGN. Una vez consignados los datos en la ficha, se llevó a cabo el análisis bibliométrico de los niveles de evidencia y grados de recomendación de los artículos mediante el software IBM SPSS versión 22®. Adicionalmente, se realizó un análisis cualitativo del contenido de los artículos utilizando el software Atlas TI versión 7.5.4 ®, permitiendo el acceso a las referencias por medio de grupos conceptuales relevantes o categorías, las cuales agruparon los resultados en tendencias teóricas por medio de las unidades de análisis de las investigaciones revisadas.
Resultados
En cuanto al análisis bibliométrico de los 80 artículos revisados, la mayor parte fueron publicados en el 2013 (15.0 %), seguidos por los publicados durante el 2014 (12.5 %). En su mayoría, los artículos fueron revisados en inglés (88.8 %). El tipo de investigación utilizado con mayor recurren-cia fue el empírico analítico (73.7 %), seguido por los estudios documentales (23.8 %). Los alcances de las investigaciones fueron, en mayor medida, explicativos. En cuanto a los diseños metodológicos predomina el cuasi experimental y los estudios de revisión, la mayoría de los estudios utilizaron como instrumentos baterías de dilemas morales. En la tabla 4 se presentan los principales resultados del análisis bibliométrico.
Nivel del estudio | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
Explicativo | 40 | 50.0 |
Descriptivo | 21 | 26.3 |
Relacional | 19 | 23.7 |
Total | 80 | 100 |
Diseño metodológico | Frecuencia | Porcentaje |
Cuasi experimental | 28 | 35.0 |
Experimental | 19 | 23.6 |
Revisión | 17 | 21.3 |
No experimental | 10 | 12.5 |
Meta-análisis | 3 | 3.7 |
Hermenéutico | 1 | 1.3 |
Diseño metodológico | Frecuencia | Porcentaje |
IAP | 1 | 1.3 |
Revisión sistemática | 1 | 1.3 |
Total | 80 | 100 |
Instrumentos | Frecuencia | Porcentaje |
Dilemas morales | 34 | 42.5 |
Fuentes documentales | 18 | 22.5 |
Cuestionario o análisis de tarea | 17 | 21.3 |
Registro electrofisiológico | 11 | 13.7 |
Total | 80 | 100 |
La clasificación de los niveles de evidencia implicó la revisión de los controles utilizados sobre la muestra y los datos en cada estudio. Los artículos con mayor nivel de evidencia fueron clasificados en I. a y I. b, correspondientes a estudios de meta-análisis, revisiones sistemáticas y experimentos controlados y aleatorios. La mayoría de los estudios presentaron niveles de evidencia III. Los resultados se resumen en la tabla 5.
Nivel de evidencia | Frecuencia | Porcentaje |
---|---|---|
I. a | 6 | 7.5 |
I. b | 15 | 18.8 |
II. a | 0 | 0 |
II. b | 31 | 38.7 |
III | 11 | 13.7 |
IV | 17 | 21.3 |
Total | 80 | 100 |
El listado de artículos revisados para esta investigación -y debidamente organizados según su clasificación en el nivel de evidencia respectivo- puede solicitarse al autor principal de este texto. En el listado final de referencias también se puede encontrar la información de los artículos clasificados.
A partir de una codificación de los estudios y su posterior categorización en unidades de análisis más amplias, se estructuraron siete tendencias teóricas: cerebro moral, influencia biológica, influencia psicológica, influencia socio-cultural, razón vs. intuición, divergencia conductual, y juicio moral como proceso de evaluación. La tabla 6 permite asociar la cantidad de estudios clasificados en cada tendencia teórica; téngase en cuenta que algunas investigaciones fueron clasificadas en más de una tendencia teórica.
Categorías | Frecuencia en estudios | Porcentaje en estudios |
---|---|---|
Cerebro moral | 13 | 14.7 |
Influencia biológica | 11 | 12.6 |
Influencia psicológica | 14 | 15.9 |
Influencia socio-cultural | 11 | 12.6 |
Razón vs. intuición | 15 | 17.0 |
Divergencia conductual | 8 | 9.0 |
Juicio moral como proceso de evaluación | 16 | 18.2 |
La tendencia cerebro moral recogió los estudios en neurociencias cognitivas que han permitido corroborar y refutar algunas de las teorías de la psicología moral (Ostrosky-Solís & Vélez García, 2008).
Los trabajos consideran que el desarrollo moral implica el correcto desarrollo del cerebro (Narváez & Vaydich, 2008), para lograr que los individuos realicen una adecuada atribución de creencias en los momentos en que se realiza un juicio moral (Young et al., 2007; Koster-Hale et al., 2013). También se presentan evidencias de que existen diferencias significativas en la cognición moral dependiendo de la edad del individuo según el desarrollo cronológico normal del cerebro (Harenski et al., 2012) y destacan en esta tendencia de investigación los estudios de neuroimagen que han identificado las áreas de activación del cerebro al realizar juicios morales, incluyéndose un meta-análisis (Avram et al., 2013; Garrigan et al., 2016; Young et al., 2010; Wiech et al., 2013). Finalmente resalta en esta tendencia la relación entre la actividad neurocognitiva de la toma de decisiones morales con la toma de decisiones económicas (Shenhav & Greene, 2010).
Se identificaron tres escenarios de influencia que constituyeron, cada uno, una tendencia teórica de la investigación contemporánea. La influencia biológica ha recibido una importante atención en los estudios sobre juicio moral, inicialmente debido a la importancia de la emoción de repugnancia o asco moral que dio paso a consideraciones sobre la influencia emocional en los juicios morales (Olivera-laRosa & Roselló, 2013; Ong et al., 2014; Schnall et al., 2008; Wheatley & Haidt, 2005). Los estudios detallan en la influencia de la oxitocina (Walter et al., 2012), la serotonina (Crockett et al., 2010), la testosterona (Montoya et al., 2013) y el propranolol (Terbeck et al., 2013) como sustancias endógenas y exógenas que generan variación en el juicio moral.
La influencia psicológica ha sido estudiada frecuentemente a la luz del desarrollo psicológico del niño, por lo que el desarrollo de la Teoría de la Mente (TOM) en la comprensión de la intencionalidad y el resultado de las acciones, marca una serie de variables que interactúan activamente con el juicio a la hora de tomar decisiones morales (Fu et al., 2014; Moran et al., 2011). Se estudia en esta tendencia, también, la influencia de los procesos cognitivos automáticos y controlados, y las condiciones internas y externas de la situación de conflicto moral (Crockett et al., 2014; De Freitas & Johnson, 2018; Djeriouat & Trémolière, 2014; Greene et al., 2009; Koster-Hale et al., 2013; Lotto et al., 2014; Migliore et al., 2014; Reynolds & Ceranic, 2007; Rhim et al., 2020; Sosa & Ríos, 2019; Starke et al., 2012; Yang & Wu, 2009; Zezelj & Jokic, 2014).
Como último escenario de influencia, las variables socio culturales, marcadas por la discusión sobre los principios universales que darían paso a una gramática universal, presentan la importancia de los valores culturales y las diferencias ideológicas (Rom & Conway, 2018; Sachdeva et al., 2011; Sobral & Islam, 2012). Se estudian en esta tendencia algunas situaciones que modulan el juicio moral en las culturas basadas en los derechos, por ejemplo, los derechos de propiedad (Millar et al., 2014), la evasión al pago de impuestos (Culiberg & Bajde, 2014), la práctica educativa (Robles, 2013), el individualismo y el colectivismo (Husted & Allen, 2008), el rol del consenso social en los procesos decisorios morales (Albert et al., 2015), la estimación de consecuencias sociales en dilemas de daño (Rom et al., 2017), el impacto de estereotipos culturales en la predicción moral (Dungan et al., 2019) y las logias actuales asociadas al uso de tecnologías de Big Data (Kodapanakkal et al., 2020).
La tendencia razón vs. intuición reúne los trabajos con más alto nivel de evidencia de la presente investigación. Se trata del grupo de teorías que sostienen las propuestas normativas más reconocidas de este campo de investigación: la deontología y el utilitarismo. Esta tendencia, por tanto, incluye estudios que giran en torno al debate clásico entre razón y emoción (Monin et al., 2007), basado en la propuesta kantiana y humeana (Cummins & Cummins, 2012; Hommers & Lee, 2010; Kurzban et al., 2012) y que consideran los modelos intuitivos y racionales de la cognición moral (Barque-Duran et al., 2017; Dedeke, 2015; Paxton et al., 2012; Zhong, 2011), los sistemas mentales deontológico y utilitarista (Christensen & Gomila, 2012; Greene et al., 2008; Friesdorf et al., 2015; Kahane et al., 2015; Körner & Volk, 2014; Rosas et al., 2013; Suter & Hertwig, 2011).
La tendencia divergencia conductual se refiere al problema de la discrepancia entre juicio moral y comportamiento o conducta moral (Manly et al., 2011), que deriva en teorías sobre el procesamiento independiente del juicio y el comportamiento moral (Gold et al., 2015; Tassy et al., 2013). En esta tendencia se considera a la ética de la virtud, como una propuesta teórica alternativa a la deontología y el utilitarismo (Albert et al., 2015, Caruso & Gino, 2011; Provis, 2010; Slingerland, 2011).
La tendencia juicio moral como proceso de evaluación presenta los estudios sobre la evolución del concepto de juicio moral desde las distintas disciplinas que lo han abordado, tales como la primatologia (Krebs, 2008), el enfoque cognitivo evolutivo (Dávila, 2009; Delgado & Ricapa, 2010; Olivera-laRosa & Rosselló, 2014; Yáñez et al., 2009), la tradición filosófica (Parellada, 2006) y la tradición económica (Rosas, 2007), y cómo ha sido comprendido por los modelos de toma de decisiones morales (Bartels, 2008; Echavarría & Montoya, 2006; Maeda et al., 2009; Mc Danel, 2013; Pastötter et al., 2013; Robles, 2011; Strohminger et al., 2011).
Discusión
En los estudios revisados se encuentra un predominio de la investigación empírico analítica y del alcance explicativo, lo cual sugiere un fuerte interés por la operacionalización de las variables que interactúan en el tema en cuestión y una pretensión dirigida a responder preguntas causales que explican cómo ocurre y en qué condiciones se da el juicio moral en la toma de decisiones. Sin embargo, esta cantidad de estudios con pretensión explicativa sobre el tema debería implicar, al menos en un alto porcentaje, un estado del conocimiento que diera cuenta de consensos sobre la comprensión causal del fenómeno. Dicho de otra forma, a pesar de que existen abundantes estudios con pretensión explicativa, no se evidencian suficientes consensos teóricos y metodológicos, o los autores difieren en el sustento teórico a partir del cual conceptualizan las variables utilizadas, por lo que la pretensión de establecer relaciones causales no alcanza acuerdos conceptuales.
Los autores señalan este problema del campo, por ejemplo, ante la confusión entre la toma de decisiones y el concepto de decisión (Geipel et al., 2015) o la concepción del juicio como proceso y como resultado (Vélez & Ostrosky, 2006), entendido en algunos estudios como resultado o producto de un proceso mental de evaluación, mientras que en otros se comprende como el mismo proceso mental que ocurre al momento de decidir o evaluar moralmente. Se sugiere que, en función de la formulación de modelos teóricos y para posibilitar el diálogo entre disciplinas, es conveniente atribuir al concepto de decisión la categoría de resultado de un proceso cognitivo, y al concepto de juicio la categoría de proceso evaluativo.
Otro problema teórico encontrado en la producción de estudios con pretensión explicativa es que se identifican dificultades conceptuales, incluso existiendo fuertes consensos teóricos en cuanto al uso de estos conceptos. Es decir, algunos estudios de alcance explicativo no alcanzan a ser determinantes en la teoría debido a que existen fuertes críticas que consideran inadecuado el manejo dado a los conceptos utilizados en los estudios, lo cual impide considerar confiables los resultados empíricos. Por ejemplo, se critica la pertinencia teórica de la concepción utilitaria del juicio moral (Kahane et al., 2015), aun cuando esta teoría goza de reconocimiento y es utilizada por muchos investigadores como punto de partida de sus análisis.
Los estudios documentales revisados hacen énfasis en este mismo asunto, incluyendo tanto el análisis teórico como el abordaje metodológico, y haciendo énfasis en las críticas a modelos teóricos débiles por la carencia de sustento empírico. En general, se sostiene que es necesario mejorar la discusión teórica y delimitar conceptualmente las variables operacionalizadas en los estudios, en función de la validez de los resultados que se obtienen, particularmente en un tema tan enriquecido metodológicamente. Pese a ello, aún resultan escasos los estudios documentales de alto nivel de evidencia -al menos en comparación con otros diseños-, los cuales permitirían legitimar la teoría en aras de la consolidación del conocimiento.
En el mismo orden de ideas, el nivel explicativo se presentó en los estudios revisados, mayormente, por medio de diseños experimentales y cuasi experimentales. Los estudios cuasi experimentales no cumplen con el criterio de aleatorización de la muestra, es decir, la muestra no es asignada al azar ni emparejada, lo cual introduce posibles problemas de validez interna y externa, por lo que no pueden considerarse los resultados al mismo nivel de los estudios experimentales. Sin embargo, el muestreo intencional, propio de estudios cuasi experimentales y no experimentales, es útil dentro de la investigación cientifica y se accede a él, regularmente, ante la imposibilidad de establecer una asignación aleatoria de la muestra. Con fines de mejorar la validez de los resultados, la mayoría de estos estudios daban cuenta de controles en la repartición de los participantes a los grupos y el emparejamiento de las variables de la muestra -i.e., repartición controlada en grupos por partes iguales según el sexo de los participantes, sus edades, u otras características sociodemográficas-. No obstante, la definición inicial de la muestra surge en muchos casos de criterios a conveniencia, siendo escasos los diseños experimentales que convocan a los participantes por medios que aseguren una elección azarosa, lo cual sería conveniente para mejorar la confiabilidad sobre los datos que se obtienen.
De igual forma, se encuentra una marcada tendencia a la introducción de variables dentro de un contexto experimental, reduciéndose el uso de diseños no experimentales que utilicen instrumentos de medición bajo condiciones naturales. Esta práctica de investigación concentrada en diseños empíricos, se considera acertada y se recomienda para la investigación del juicio moral en toma de decisiones morales debido a la naturaleza de estos temas, a razón de que la moralidad como pretende ser comprendida, es decir, dentro de una condición de conflicto moral, entra a operar en situaciones especificas que deben plantearse artificialmente a fin de no presentar un auto-reporte, el cual, en esta temática concreta no brindaría datos muy certeros.
En cuanto a las variables independientes introducidas por los investigadores, en la mayoría de los casos recibían suficientes controles sobre variables extrañas asociadas tanto a condiciones externas e internas del participante. Con frecuencia el escenario experimental seguía recomendaciones o protocolos utilizados en investigaciones previas, tales como el control del espacio en el cual se desarrollaba, los estímulos visuales que se observaban, el cuidado por los tiempos en los que serían expuestos los participantes a la variable independiente, la medición previa de variables del participante por medio de baterías instrumentales, entre otros controles.
En términos metodológicos, destacan cuatro estudios documentales de alto nivel de evidencia que fueron revisados: tres meta-análisis (De Freitas et al., 2018; Friesdorf et al., 2015; Garrigan et al., 2016) y una revisión sistemática (Christensen & Gomila, 2012). Los diseños de MA y RS en psicología se suelen utilizar asociados al campo clínico (Navarro & Pascual, 2003) y en pocas ocasiones para estudiar teoría concerniente a ciencias cognitivas. Los autores que llevan a cabo este tipo de diseños realizan un esfuerzo por estructurar un protocolo de análisis, clasificación y calificación de las investigaciones a fin de establecer mejores abordajes teóricos y metodológicos. Para que sea factible realizar diseños de MA y RS, se requiere un esfuerzo de la comunidad cientifica por ahondar metodológica y teóricamente sobre un mismo diseño empírico, motivo por el cual probablemente son aún escasos estos diseños documentales.
En cuanto a los instrumentos con los cuales se suelen recoger datos sobre el juicio moral en toma de decisiones morales, se encuentra recurrencia en la utilización de historias cortas sobre situaciones que impliquen distintos niveles de conflicto moral, comúnmente denominadas dilemas morales. Christensen y Gomilla (2012) abordan las variaciones en los paradigmas experimentales de los dilemas morales, demostrando una serie de dificultades que presentan, particularmente, los diseños experimentales que utilizan este instrumento para recoger los datos y condicionar la variable dependiente. En la literatura se encuentran muchos tipos de conflicto moral, sin embargo, lo regular es que resulte ser una situación que presente un escenario en que las distintas opciones tienen suficientes razones de peso moral para generar incertidumbre.
Pese a lo anterior, los estudios que utilizan dilemas morales sufren dos deficiencias principales: la falta de homogeneidad metodológica que dificulta comparaciones fiables de los resultados entre los estudios y el descuido al control de parámetros de diseño relevantes (Christensen & Gomilla, 2012). Los dilemas morales permiten identificar variables internas y externas al participante, tales como las asociadas a la intencionalidad, al antecedente situacional, a las características parentesco o amistad de los personajes, al tipo de daño o transgresión, al intercambio de bienes y males, a la franqueza del daño, a la certeza de los eventos, entre otros aspectos. Por tal motivo, es relevante establecer criterios comunes para obtener resultados que signifiquen progreso en la inferencia teórica y no estancamiento por la irregularidad metodológica.
En los resultados de nuestra investigación se encontró que algunos estudios no controlaron suficientemente el factor del contacto corporal entre los personajes del dilema, aunque se ha sugerido que la activación del cuerpo del agente en la ejecución del daño hace variar el juicio moral (Christensen & Gomilla, 2012). A su vez, se observó una tendencia acentuada a utilizar historias de poca validez ecológica, situaciones por fuera de la vida cotidiana para la formulación de los dilemas, por lo que se sugiere generar más acciones hacia el control de la normalidad de los dilemas utilizados para mejorar las inferencias que se extraigan de los resultados. El descuido en el control de estas variables puede ocasionar ruido en los resultados debido a su incidencia en el juicio moral, constituyéndose en variables extrañas que pueden confundir los resultados de medición.
Ahora bien, pese a que muchas de las investigaciones revisadas plantearon objetivos explicativos, se podría plantear, con los límites que establece esta investigación, que el juicio moral no se encuentra suficientemente explicado, al menos no en términos normativos, es decir, existen sugerencias útiles frente a la optimización del juicio moral en la toma de decisiones morales, en mayor medida que estándares que lo determinen, por ejemplo, mediante algoritmos que planteen su funcionamiento. Una razón que justificaria dicha carencia normativa, pese a la marcada pretensión empírica explicativa, podría ser la multitud de variables que interactúan en el juicio moral y la toma de decisiones morales, por lo que se han alcanzado claridades sobre el funcionamiento de dichas interacciones, pero el avance del conocimiento aún no ha alcanzado un punto suficientemente esclarecedor sobre todas las variables que entran en juego. Otra razón podría ser de tipo metodológico, debido a que no existen suficientes réplicas de los diseños empiricos que permitan contrastar los resultados para desarrollar modelos teóricos y, al mismo tiempo, se identifican algunas inconsistencias en la forma en que los diseños asumen conceptualmente ciertas variables debido a los debates internos que se sostienen sobre la definición teórica de los conceptos.
Un asunto final que se plantea con este trabajo, implica un intento por clarificar la unidad teórica básica de la investigación dentro de este campo: el juicio moral. La investigación contemporánea ha permitido que los campos de estudio clásicos de la psicología moral y la toma de decisiones se conecten en función de la toma de decisiones morales. Dicha conexión propone una rica discusión que posibilita nuevas comprensiones del tema en cuestión. No obstante, el problema que enfrenta esta teoría, al encontrarse fundada en tradiciones independientes entre sí, es la necesidad de clarificación de conceptos básicos que permita la operacionalización adecuada de las variables de estudio como el juicio moral, debido a que resulta ser un término en el que confluyen distintas perspectivas que pueden generar dificultades a la hora de formular modelos teóricos.
Dentro del estudio cognitivo de la moralidad, se puede considerar al sentido moral como un antecesor del juicio moral. Según Krebs (2008), el sentido de la moralidad es un fenómeno mental que consiste en pensamientos y sentimientos acerca de los derechos y deberes, de los rasgos buenos y malos de carácter (virtudes y vicios), y de las buenas y malas intenciones y comportamientos. Dentro de este sentido moral se ubican los juicios morales como productos de las creencias morales (Krebs, 2008). En el enfoque racionalista que predominó inicialmente en los estudios de psicología moral, se comprendía el juicio como una capacidad del ser humano que era susceptible de un desarrollo psicoevolutivo. Para Piaget, los niños desarrollan su comprensión moral a través de procesos constructivos y progresivos de desarrollo de mecanismos psicológicos (Olivera-laRosa & Rosselló-Mir, 2014). Para Kohlberg (1969), el juicio moral es una evaluación y justificación de los valores pres-criptivos frente a lo bueno y lo malo, y considera que su funcionamiento se organiza en estructuras cognitivas de las cuales se deriva todo razonamiento moral guiado por principios universales y abstractos (Dávila, 2009).
El debate ha sido actualizado desde distintos campos de la ciencia. Los hallazgos de la primatología exponen que el individuo nace con una facultad moral, por lo que los juicios morales se estructuran en un conjunto de principios implícitos que constituyen un dispositivo innato de adquisición de la moralidad, a partir de un conjunto de principios y reglas que determinarían el estatuto deontológico de una infinita variedad de actos (Olivera-laRosa & Rosselló-Mir, 2014). También, el ingreso de las neurociencias al estudio del juicio moral permitió sugerir la existencia de algunos principios no conscientes y subyacentes a los juicios morales, por medio de estudios de neuroimagen que analizaban la integración de varias áreas del cerebro en la producción del juicio moral, algunas asociadas con procesos emocionales y otras con el procesamiento racional. De aquí se desprende que Greene (2009) proponga la Teoría del procesamiento dual de la cognición moral y que, en el mismo sentido, Haidt (2001) proponga que este juicio es conducido por intuiciones cargadas de afecto. Finalmente, la economía experimental ha integrado los elementos de las distintas tradiciones en torno a los modelos de toma de decisiones morales dedicados a pensar la influencia del juicio en el comportamiento moral desde estructuras cognitivas y emotivas del individuo, mediante las que se valora y responde a las acciones de otros (Robles, 2011).
En general, los estudios revisados en este trabajo permiten inferir que juicio y decisión moral son conceptos necesariamente ligados entre sí, puesto que el juicio se estudia como el proceso ocurrido en esta toma de decisiones. Por lo que, si bien, el juicio tiende a comprenderse como proceso y resultado, es pertinente que, en función de la construcción de modelos de toma de decisiones morales, se reserve la definición de resultado a la decisión, presentando el juicio como proceso de evaluación (Dedeke, 2015).
Así pues, dentro de la tradición de la toma de decisiones morales, el juicio moral constituye un proceso que deriva en la decisión moral, y requiere como supuestos la existencia de un conflicto moral, esto es, de una situación en la que entren en conflicto valores ofreciendo la necesidad de resolver cognitivamente tal situación, ya sea por medio de una opinión o por medio de una sentencia que tenga posible influencia en la acción. En cualquier caso, el resultado de tal proceso se considera la decisión moral.
Conclusiones
Los estudios revisados ofrecen representatividad de evidencia en niveles explicativos, preferencia por el tipo de investigación empírico analítica, manejo asiduo de variables independientes en diseños experimentales y uso de instrumentos de DM y registro electrofisiológico que ofrecen amplias posibilidades inferenciales. Del análisis pudieron definirse siete categorias temáticas que presentan tendencia en la muestra revisada, resultando más o menos homogéneos los resultados de características metodológicas y niveles de evidencia, estableciendo tendencias teóricas que se encuentran fuertemente desarrolladas en el campo, pero que también requieren optimizar sus procedimientos metodológicos y repensar algunos supuestos teóricos con fines de consolidar sus hallazgos en la comunidad cientifica.
El análisis realizado permite inferir que la recursividad metodológica en los estudios no es un problema per se; sin embargo, en términos de la inferencia realizada de los datos, resulta ser un factor por ajustar. Las dificultades del campo no se asocian a carencia de diseños de alto nivel de evidencia -aunque claramente hacen falta mayor número de estudios meta-analíticos y de revisiones sistemáticas-, sino al manejo, a veces desconectado, de los criterios metodológicos y de los fundamentos teóricos que los sostienen, tales como el control adecuado a las variables de los dilemas morales y el escaso consenso en la comprensión de unidades teóricas como el juicio moral. Se espera que esta revisión permita plantear líneas de trabajo que fortalezcan los diseños de réplicas experimentales y la consolidación teórica en los fundamentos de las tendencias.
Limitaciones
Esta revisión sistemática declara sus mayores limitaciones en términos de la muestra documental revisada, puesto que el campo de estudio en cuestión incluye una vasta producción. Se considera, sin embargo, que los elementos planteados posibilitan guía para el reconocimiento del campo y la identificación de sus necesidades de investigación.