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Sophia

Print version ISSN 1794-8932

sophia vol.15 no.2 Armenia July/Dec. 2019

https://doi.org/10.18634/sophiaj.15v.2i.952 

Artículo de Reflexión

La lectura en la infancia y niñez: incidencia en la construcción del sujeto lector

Reading in infancy and childhood: incidence in the construction of the subject reader

Leitura na infância e meninice: impacto na construção do sujeito leitor

María Angélica Ortiz-Salazar* 

Juan Manuel Peña Castaño** 

*Economista, Especialista en Gestión de proyectos de desarrollo, Magíster en Educación. Directora de investigaciones en la universidad La Gran Colombia, Armenia, Quindío, Colombia. dirinvestigaciones@ugca.edu.co

** Maestría en Filosofía. Docente Universidad La Gran Colombia. Armenia, Quindío, Colombia. Grupo de investigación Razones y Acciones. corrector@ugca.edu.co


Resumen

En el presente artículo se considera que en los periodos de la infancia y la niñez se incide sustancialmente en la construcción del sujeto lector. Este proceso involucra diversos actores: niños, madres, padres de familia, cuidadores y docentes. Aunque también se deben tener en cuenta las características del acto de leer. En este sentido, es necesario comprender sus aspectos psicológicos, lingüísticos y contextuales. En conclusión, promover la formación de sujetos lectores desde la infancia y la niñez implica reconocer las profundas y complejas características de la lectura para poder producir mejores prácticas de enseñanza y motivación hacia esta actividad.

Palabras clave: Aprendizaje; hábito de lectura; infancia; lector; lectura

Abstract

This article considers that the periods of infancy and childhood substantially influence the construction of the subject reader. This process involves various actors: children, mothers, fathers, caregivers and teachers. However, the characteristics of the act of reading must also be taken into account. In this sense, it is necessary to understand its psychological, linguistic and contextual aspects. In conclusion, promoting the formation of reading subjects from infancy and childhood implies recognizing the profound and complex characteristics of reading in order to produce better teaching practices and motivation for this activity.

Keywords: Learning; reading habit; childhood; reader; reading

Resumo

Este artigo considera que nos períodos da infância e meninicie há um impacto substancial na construção do sujeito leitor. Esse processo envolve vários atores: filhos, mães, pais, cuidadores e professores. Embora as características do ato de ler também devam ser levadas em consideração. Nesse sentido, é necessário entender seus aspectos psicológicos, linguísticos e contextuais. Em conclusão, promover o treinamento de sujeitos leitores desde a infância e a meninicie implica reconhecer as características profundas e complexas da leitura, a fim de produzir melhores práticas de ensino e motivação para essa atividade.

Palavras-chave: Aprendizagem; hábito de leitura; infância; leitor; leitura

Lectura en la infancia

La actividad de leer es una de las principales formas en que nos introducimos en la cultura. Desde la infancia se realiza un esfuerzo por trasmitir los valores de la cultura (Jaeger, 2001) y desarrollar las capacidades de los niños. No es un simple ejercicio de trasmisión de conocimientos. Va mucho más allá, es la constitución de sujetos capaces y autónomos, capaces de actuar como ciudadanos. La lectura es una de las formas más importantes, aunque no la única en la que se produce esto. Hay muchos actores que participan en el desarrollo de las competencias lectoras, desde los padres hasta los docentes. La actividad de enseñar a leer, no solo al nivel de la alfabetización básica, sino de reflexionar sobre lo leído. Desarrollar una actitud crítica es una actividad que debe ir formándose desde temprana edad. Sin embargo, no hay que olvidar que leer no solo es un proceso cognitivo, se vincula a estados emocionales como el placer de imaginar y vivir mundos posibles, especialmente en edades tempranas.

Pretendemos argumentar que es vital el ejercicio de la lectura en la primera infancia para la construcción del sujeto lector en que el proceso lector temprano adquiere significado por las relaciones afectivas que se tejen, por la intervención de la familia y/o cuidadores en este proceso y su incidencia en el desarrollo cognitivo y emocional del sujeto.

El significado de esas lecturas en la infancia y niñez posibilita la entrada al mundo simbólico que debe estar lleno de significado, sentido e intencionalidad para los lectores, este proceso implica reconocer o identificar qué libros leer y a qué edad leer cada uno de ellos, e ir avanzando en este proceso de acuerdo con los intereses y necesidades de ese sujeto (el niño) en su proceso lector.

Desde estos planteamientos, consideramos que es necesario continuar el recorrido, analizando la lectura como un acto y un medio para acceder al conocimiento y la revisión de su comprensión a través del análisis evaluativo, que compromete a docentes y estudiantes en procesos que permitan identificar su incidencia, profundidad y estrategias. De igual manera, no se debe olvidar que la reflexión sobre la lectura y sus procesos se enmarca dentro la imperiosa necesidad de indagar por los fines de la educación en el mundo contemporáneo (Vélez-Medina, 2014; Vélez-Medina, 2016). ¿La enseñanza es un medio para el trabajo o para la construcción de un ciudadano capaz de desarrollar sus habilidades y capacidades humanas? Lo retos de la educación se ven marcados por los fines que se proponen y en la actualidad los retos son por una educación que promueva en el sujeto la capacidad crítica, la aceptación de la contingencia y la responsabilidad de las acciones en el mundo.

La lectura es un proceso interactivo que requiere un trabajo de indagación que ayude al encuentro del nivel de conocimiento y comprensión y los procedimientos para implementarla como estrategia efectiva de adaptación y un movimiento de cambio en las prácticas de valoración de la comprensión lectora.

Ahora bien, la lectura es un proceso de interpretación simbólica en el cual entran en juego aspectos tales como el conocimiento y manejo de la lengua o el idioma, en el cual se lee, el conocimiento o por lo menos el acercamiento al tema, y el nivel cultural y de conocimientos que tenga el sujeto actor de la lectura. De esta manera, la lectura es una actividad humana, y se convierte en instrumento de importancia significativa para desarrollar lenguaje y procesos de pensamiento, en los que se utiliza como el vehículo de transmisión de información. Como medio, la lectura es un recurso que incrementa la capacidad de aprendizaje y de logro de conocimiento, y el resultado de escribir le proporciona al sujeto lector la oportunidad de ampliar y concentrar el conocimiento que la humanidad maneja en el desciframiento del universo.

La lectura cumple una función lúdica como la recreación y el manejo del tiempo libre o manejo del ocio, que le introduce en lecturas de versos, fábulas, cuentos, novelas, etc., que se convierten en estrategias de recreación y uso mejorado del tiempo de manera alegre, divertida y con objetivos de mejoramiento de la calidad de vida. También la lectura tiene un valor estético, como vía de comunicación entre un artista sujeto activo y un lector.

El ejercicio de la lectura es para los seres humanos, un encuentro en el cual, desde los diferentes roles, se posibilita el recorrido de un camino por el que buscamos acercamientos entre la capacidad de lectura y el manejo del material escrito. Para ello se hace indispensable el manejo de técnicas y procesos de adiestramiento como, por ejemplo, la correcta interpretación de signos y símbolos lingüísticos, combinaciones, entonaciones, tonos, matices, velocidad, no sólo para recorrer una página sino para interpretarla y extraer su idea principal, sus ideas secundarias, los elementos complementarios, desde el tiempo, el lugar, el modo, etc.

Procesos de lectura

Hay una actividad creativa en la lectura. No hay un solo sentido en el texto o un significado único de lo escrito. Es una visión ingenua la de suponer la uniformidad de los significados del dicho en un texto.

La lectura permite no solo el contacto con los signos lingüísticos impresos en las hojas, sino el reconocimiento de las ideas del autor, pero también, y no menos importante, descifrarnos como sujetos. La actividad de realizar una buena lectura implica indagar por los roles del que lee y de quién escribe, además requiere reconocer cuál es el mundo de referencia del texto, las representaciones o ideas que el discurso enuncia u oculta.

De una parte se encuentra el escritor con su comprensión del mundo expuesta en el texto. El lector busca o presupone la intención del autor, incluso el escritor devela pistas o lo hace explícitamente, para que el lector las reconozca. Sin embargo, es usual en la lectura que la identificación de las intenciones de escritor no sea completa por parte del lector. Esto ocurre porque nuestras lecturas son intencionales y moldeadas por nuestros pensamientos, emociones, categorizaciones e incluso nuestro ámbito social.

Al respecto, María Ángeles Redondo afirma:

La comprensión de un texto es entendida como un proceso mental intencionado, en el que el sujeto lector construye una interpretación de la información textual, basada en las pistas presentes en el texto y su conocimiento previo. Para elaborar una interpretación, el lector utiliza una amplia gama de estrategias lectoras, dada la diversidad de problemas a resolver. (Redondo, 2008: 2)

Además del texto, el contexto es otro factor a tener en cuenta. Este condiciona tanto la aproximación a temas como la importancia que le da a los mismos. El contexto se presenta como un fondo sobre el que se escogen las lecturas. Sirve en la medida que expresa posiciones ideológicas, concepciones y creencias de lector, elementos que hacen o modifican lo leído.

Comprender el sentido implica no solo extractar información supuestamente oculta, sino la generación de significado por medio de diferentes factores relacionados con el acto de leer y que, en últimas, producen el sentido del texto que el lector expresa (Cassany, 1995). Con este análisis, queremos decir que, en relación con la lectura, el proceso de comunicar lo leído, debe entendido no como una trasmisión del significado del texto, sino como una adecuación o interpretación.

Continuando con el tema de la generación de sentido, se debe reconocer que esta se encuentra relacionada con la experiencia vital y con la capacidad de comunicar. Es este sentido, la lectura se hace una actividad compartida, una acción comunicativa interpersonal y no reducida a los procesos mentales del sujeto. Esto hace que tratar de hacernos entender, nos permite interpretas los textos con mayor agudeza (Sánchez, 2015).En este sentido Cassany en su libro Tras las líneas afirma:

Comprender las líneas de un texto se refiere a comprender el significado literal, la suma del significado semántico de todas las palabras. Y entre las líneas, a todo lo que se deduce de las palabras, aunque no se haya dicho explícitamente: las inferencias, las presuposiciones, la ironía, los dobles sentidos, etc. Y lo que hay detrás de las líneas es la ideología, el punto de vista, la intención y la argumentación a que apunta el autor. (Cassany, 2006: 52)

Se trata entonces de que reconozcamos cuál es el mundo de significación en el que el texto fue producido y en el cual circula. Así, el lenguaje de los diferentes temas y tipologías textuales no son los mismos. En el ámbito del discurso, develar el texto implica comprender tanto el texto como los actores relacionados con la lectura, es decir, el escritor, sus intenciones, el contexto, etc. El texto expresa relaciones sociales y con él se expresan actos de habla, no solo se dice, sino que también se hace. Pero además, es prioritario entender que el texto en su circulación también implica un hacer con él, un modo de usarlo por los lectores para determinados própositos. Ahora, bien, estos aspectos deben ser incluidos en los modelos para incentivar la comprensión lectora.

Comprensión de la lectura

La comprensión de lo que se lee es uno de los aspectos que más se intenta implementar en la educación y formación lectora. Por supuesto, no hay un solo modelo ni un solo método para asegurar la comprensión de los textos. Además, las tipologías textuales y los intereses de los lectores hacen sean múltiples los modelos de comprensión. Debe ser diferente la aproximación cuando el propósito es una lectura inferencial de tipo argumentativo a la comprensión de una lo que expresa una narración. Incluso, si seguimos la idea de los niveles de lectura, solo para una comprensión analítica, se encuentran al menos cinco niveles de lectura: Parafraseo de texto, explicación de tesis central de un párrafo, análisis de la lógica del texto (estructura lógica del documento, orden de los argumentos), evaluación de la lógica del texto (coherencia, validez, veracidad, etc) y, por último, representación o voz del autor (Olave, Rojas y Cisneros, 2013).

Estos niveles son adecuados para una lectura inferencial y argumentativa, pero son insuficientes o innecesarios cuando la naturaleza del texto es la narración o la poesía. Incluso pueden ser inútiles si lo que leemos es un texto de otra tipología como un texto que expresa una receta a seguir para obtener un postre o un simple menú para pedir comida. Por lo anterior, los tipos de comprensión lectora deben adecuarse a los tipos de textos. Pero esto no es suficiente dado que el lector y el contexto, como se ha mencionado, modifican la significación de lo leído. Sin embargo, no se debe llegar a la idea de que todo es interpretación, “pura subjetividad”. Hay límites a la interpretación del texto pues hay unos márgenes que van desde el documento en su construcción lingüística, tipológica y lógica hasta los que el autor ha expresado y se conoce de las diferentes obras que el mismo ha elaborado e incluso del contexto, temporalidad o situación en que se lee.

En resumen, la comprensión lectora está enmarcada dentro de un abanico de interpretaciones aceptables determinadas por el texto, el lector y el contexto de la lectura. En este sentido la lectura es una actividad compleja en que la comprensión lectora no es caprichosa sino gobernada por factores difíciles de determinar aunque no imposible de hacerlo.

De este modo, un buen lector es quien sabe extraer de la lectura, los mensajes explícitos e implícitos, profundos y superficiales del material escrito que se tiene frente a sí mismo. Afirmamos que la valoración real de la lectura está fundamentada en la relación que se establece entre lector y contexto de lectura, que nace de la observación informal a una valoración sistemática y planeada de la conducta de los lectores, que están comprometidos con tareas de lectura y textos auténticos en los que priman las habilidades de los lectores bien sea con uso o no de una guía. Esta valoración efectiva y auténtica resulta de un proceso de comprensión, que como componente esencial requiere de una guía de trabajo en un ámbito natural de quien realiza la actividad (Elder y Paul, 2003).

Los conocimientos previos proveen una explicación posible de resultados finales de comprensión, que además son razones que afectan la comprensión final. La estructura del texto brinda una valoración desde las habilidades desarrolladas en el manejo de estos conocimientos. La metacognición relacionada directamente con la comprensión de la lectura que no es otra cosa que el manejo del conocimiento que cada uno de nosotros tiene de sus procesos y capacidades como por ejemplo el conocimiento de sí mismo, el conocimiento de la capacidad para ponerse tareas y el control que se tiene para regularlas.

En cuanto a los intereses y actitudes debemos tener claro qué intereses nos mueven como lectores, los objetivos que nos proponemos, los resultados que esperamos. Desde los diferentes enfoques de análisis de los tipos de aprendizajes, está demostrado que las personas comprendemos mejor los materiales en los cuales estamos interesados y si contamos con conocimientos previos. La interpretación puede mejorarse desde el conocimiento de las actitudes del sujeto lector dado que el proceso de lectura es un proceso de recuperación y comprensión de algún tipo de información que se ha almacenado por medio de un código y que denominamos lenguaje bien sea: visual, táctil, notación al o en forma de pictogramas (Parodi, 2010).

La lectura en la infancia y la niñez

La adquisición del proceso lector no tiene una ruta lineal definida, esta se construye poco a poco, a través de los encuentros, relaciones, intuiciones, deseos e incertidumbres que cada ser humano establece. En tanto más temprano llegue un niño a la lectura más fácilmente podrá conectarla con el mundo, asumiendo, en este caso, que se hace referencia a la lectura que va más allá de la decodificación de palabras en la cual la familia juega un papel importante.

En este proceso cobran especial atención los padres de familia y/o cuidadores, porque a través de este contacto entre padre, madre, cuidador, libro y niño, este último reconoce no sólo el valor del libro por la posibilidad que le da de conocer y reconocer el mundo, sino, por el desarrollo del plano afectivo en la relación que establece con el adulto o cuidador. Estos primeros contactos con los libros establecen las relaciones que se tejen entre los niños (infancia) alrededor del libro.

La apatía de los niños y adultos por la lectura no se da por sí sola, existen factores que la provocan. Los niños vienen al mundo ávidos de saber, explorar, y comunicarse, así como encontrar respuestas a imaginarios, que para ellos son normales. Sólo recientemente se ha aceptado que muchos de los procesos más importantes para el desarrollo de la alfabetización tienen lugar antes de que el alumno entre por primera vez en un aula. En este sentido, el neurocientífico Hyman, Rector de la Universidad de Harvard, afirma que

En la danza de la vida, los genes y el ambiente resultan ser socios inseparables. Por un lado, los genes esbozan un esquema básico del cerebro. Luego la estimulación del medio ambiente, ya sea la luz que llega a la retina o la voz de la madre en el nervio auditivo, enciende y apaga los genes, afinando estructuras cerebrales tanto antes como después del nacimiento (Mustard, 2003: 75)

La investigación de Esmeralda Caballero indica que la mayoría de las dificultades de los niños de poblaciones vulnerables en el aprendizaje de la lectura tienen su origen en la falta de oportunidades en el contexto educativo en la infancia (Caballero, 2008). Estas dificultades pueden ser reconocidas y corregidas incluso antes del ingreso a la educación básica. A continuación se indagan algunas planteamientos que busca mejorara la niveles de lectura.

Propuestas de incentivación de la lectura

Los niños requieren que los maestros, padres y/o cuidadores a través de sus voces, los acerquen a historias fascinantes que los animen y motiven al encuentro con otras nuevas realidades, que los llenen de significado y sentido de vida, porque de lo contrario, se reducirá el proceso de adquisición de lectura a un proceso mecánico, podrán responder a preguntas en torno al tema, identificar ideas, realizar resúmenes, pero sin encontrar un verdadero sentido y significado.

Incentiva la lectura requiere de ambientes acogedores. No se sugiere apresurar la adquisión de la lectura, sino una estrategia gradual de aprendizaje (Castañeda, 2006). El desarrollo de planes de lectura y de programas para incentivar la lectura requieren del apoyo de políticas naciones que permitan afrontar los profundos problemas en relación a la educación a la brecha social entre quienes pueden recibir una buena educación y aquellos que con difultad transitan por las instituciones educativas (Caballero, 2008). Este implica la concurrencia de distintos actores, tanto el estado como la familia y la sociedad tienen diferentes responsabilidades de atención a la infancia.

Estas preocupaciones se ven materializadas en un plan de lectura de un centro educativo que incluye tres facetas distintas pero complementarias y confluyen en la mejora de la competencia lectora.

  • En primer lugar, tenemos lo que podríamos llamar las actividades de dinamización de la lectura, que incluye revistas, certámenes literarios, rutas literarias, encuentros con autores, celebración del día del libro, etc.

  • En segundo lugar, la biblioteca representa un elemento significativo como espacio y como herramienta para la investigación y el tratamiento de la información.

  • Por último, el tercer elemento y objeto del proyecto que se presenta: el desarrollo de estrategias y procesos lectores como procesos cognitivos y, como tales, objeto de un tratamiento didáctico en el aula.

La lectura y la vida cotidiana de la escuela, y la promoción de la lectura son algunas de las experiencias típicas y siempre estimulantes que ponen la necesidad en el plano de la realidad y comprometen a toda la comunidad educativa. Estas tres facetas y su enlace para incentivación de la lectura pueden genera mayores niveles de comprensión y apasionamiento por la misma.

Conclusiones

Finalmente, para concluir, la lectura deviene en un acto creativo, no de consumo pasivo. Se trata de un verdadero trabajo que exige esfuerzo e ingenio. Como en todo arte, parte de un proceso de entretenimiento, búsqueda, indagación, investigación, y reflexión, para culminar en una actividad que se interioriza y conduce al lector a procesos de mediación entre lo que lee y lo que escribe. Por consiguiente, la lectura será la herramienta esencial para convertirnos en escritores medianamente asertivos.

La constitución de un buen lector no se reduce a forma el placer por leer, también requiere la cualificación del acto. Esto significa que no se puede solo sensibilizar la lectura como un acto en el que se encuentra algún entretenimiento, pues debe ir más allá para profundizar en los tipos de compresión lectora, en el análisis del texto, su coherencia interna, su utilidad para contexto de lectura y la comprensión de los intereses de escritor.

De esta forma se evidencia la necesidad de repensar los materiales de lectura que utilicemos desde la escuela, para inducir al niño, de tal manera que se facilite el acercamiento a los libros, pero reconociendo que no es suficiente, se requerirá un proceso significativo, secuencial, durable y perdurable. Un acompañamiento y seguimiento permanente para lograr objetivos significativos que garanticen resultados a largo plazo.

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Recibido: 11 de Febrero de 2019; Revisado: 26 de Junio de 2019; Aprobado: 30 de Agosto de 2019

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