Introducción
Actualmente se identifican tres modelos teóricos o paradigmas desde los cuales históricamente se han abordado las ciencias cognitivas, a saber:
Primero, el paradigma del procesamiento simbólico de la información (computacionalista/ representacionalista de la mente, cognitivismo), apoyado en la metáfora del ordenador, en el cual la cognición es esencialmente concebida como procesamiento de información en el cerebro. Su origen se ubica a mediados del siglo XX con los trabajos de Kenneth Craik, Warren McCulloch y Walter Pitts, entre otros (citados por Di Paolo, 2016), a partir de la teoría de la computación de Turing y Von Neumann, entre otros (citados por Bedia y Castillo, 2010) y el surgimiento de los ordenadores como entidades concretas. De esta manera los computadores dieron pie a la construcción de una analogía “casi perfecta” para entender la relación cuerpo-mente (Bedia y Castillo, 2010).
Segundo, el paradigma conexionista el cual se soporta en la metáfora del cerebro, es decir, explica la naturaleza de la cognición basado en la neurofisiología del cerebro. Este modelo de procesamiento ha dado lugar a la modelación de redes neuronales computacionales que son la base del procesamiento distribuido en paralelo (PDP) (Suárez de la Torre et ál., 2019). Su origen es determinado en los estudios de redes neuronales de Santiago Ramón y Cajal a finales del siglo XIX, y con Donald Hebb en 1948 cuando aplicó el concepto de conexión neuronal a los procesos de aprendizaje. Sin embargo, es hasta la década de los años 80 del siglo XX cuando el conexionismo se estructura en un modelo teórico de las ciencias cognitivas, particularmente en la psicología cognitiva, con autores como McLelland, Rumelhart, Hanson Burr, Hertz, Krogh, Palmer, Smolensky, Fodor, Pylyshyn y el grupo PDP, entre otros (citados por Campanario, 2004).
Tercero y más reciente, el paradigma de tercera generación o paradigma dinámico, surgido en la última década del siglo XX, recogido recientemente en la teoría cognitiva de las 4E, la cual postula que la cognición es un fenómeno situado (embedded), extendido (extended), corporeizado (embodied) y enactivo (enactive) (Rossi et ál., 2019). Algunos de sus precursores y exponentes, desde cada una de sus componentes, son Varela, Thompson, Rosch, Di Paolo, Rohde, De Jaegher, Froese,(citados por Di Paolo, 2013), Nardi (1995), Clark y Chalmers (1998), Zhang y Patel (2006), Bedia y Castillo-Ossa (2010), Rossi et ál. (2019), entre otros. Surge de forma explícita con la publicación en 1991 del trabajo de Francisco Varela, Evan Thompson y Eleanor Rosch, The Embodied Mind (Di Paolo, 2016)
Los dos primeros modelos, es decir, el cognitivismo y el conexionismo, pueden agruparse en el paradigma clásico de las ciencias cognitivas (Suárez de la Torre et ál., 2019), soportado en las metáforas computacional y neurofisiológica de la cognición. Este paradigma clásico, representacionalista o funcionalista de la cognición se basa en general en los siguientes principios y características (Bedia y Castillo, 2010; Suárez de la Torre et ál., 2019):
Con el surgimiento de los ordenadores, la relación cerebro-mente y cuerpo-mente fue metaforizada como la relación hardware-software. Así, “la mente pasó a ser entendida como una computación sobre representaciones simbólicas de carácter lingüístico, representaciones que adquieren realidad física mediante la forma de un código simbólico en el cerebro o en una máquina” (Bedia y Castillo-Ossa, 2010, p. 103). De ahí que el paradigma clásico sea también conocido como representacionalismo.
Posteriormente, con los avances en la investigación en neurociencias, surge el modelo del Procesamiento Distribuido en Paralelo, en el cual se asumen los procesos cognitivos como emergentes de redes formadas por unidades sencillas interconectadas, de las cuales las más comúnmente descritas son las redes neuronales, donde las unidades son las neuronas y las interconexiones son las sinapsis. En este conexionismo de información participan básicamente un receptor de estímulos, un transmisor de señales (aferencias), un centro integrador interconectado con otras estructuras para mapear y representar la información, una vía eferente y un efector final.
Coherente con lo anterior, el paradigma clásico sitúa a la mente únicamente en el cerebro y la mecaniza, sin reconocer su relación con el cuerpo y menos aún con el contexto.
Su pilar fundamental es el pensamiento abstracto y su soporte simbólico basado en reglas lógicas, virtuales y abstractas.
Entiende el conocimiento como procesamiento de información y la cognición como representación y manipulación de símbolos abstractos, valga decir, promulga una visión objetivista de la mente.
Tiene como objetivo general comprender los mecanismos que subyacen a las funciones cognitivas y procesos mentales, tales como la memoria, la percepción, la planeación, el aprendizaje, el lenguaje, la inteligencia, el razonamiento, la transmisión de información, entre otras.
De esta manera, la mente fue reducida por la psicología cognitiva a “un sistema que combina y procesa símbolos” (Bedia y Castillo-Ossa, 2010, p. 103).
En suma, el modelo clásico o cognitivista reduce esencialmente la cognición a procesamiento de información en el cerebro (Di Paolo, 2013).
El presente artículo se centra en los modelos cognitivos de tercera generación, particularmente en la teoría de Cognición Fundamentada y recogido en el objeto de estudio de las ciencias cognitivas propuesto por Rossi y colaboradores (2019): “sistema cerebro-cuerpo-en-el-mundo”, que a su vez se basa en la teoría de las 4E en Ciencias Cognitivas que postula que “la cognición es un fenómeno situado/Embedded, extendido/Extended, corporeizado/Embodied y que debe ser comprendido dentro de la postura enactiva/Enactive”1 (Rossi et ál., 2019, p. 377). A manera de síntesis, se exhiben las siguientes características de la cognición situada, enactiva, corporeizada y extendida, expuestas por Bedia y Castillo (2010, p. 105-120):
“La mente está anclada realmente a través del cuerpo.
Las representaciones internas no se definen en información abstracta o proposicional, más bien deben ser entendidas como estructuras preconceptuales organizadas desde la experiencia corporal.
La situacionalidad involucra corporalidad en todo proceso cognitivo.
La situacionalidad tiene que ver con personas en acción.
La cognición no depende de manipulación de representaciones sino de patrones de conducta de un organismo en un entorno”.
En los últimos años ha crecido el interés por la búsqueda de evidencia científica sobre la cognición corporeizada, enactiva, extendida y situada, pero la gran mayoría de publicaciones se han hecho a partir de diseños cuantitativos, evidenciándose la necesidad de complementar la investigación con diseños cualitativos. El objetivo del presente manuscrito es evaluar la cantidad y calidad de la publicación científica basada en diseños de investigación cualitativos, en el área de las teorías dinámicas de la cognición o teorías cognitivas de tercera generación.
Metodología
Se realizó un análisis documental en las principales bases de datos internacionales sobre artículos científicos con diseño cualitativo, a cerca de investigación original que brindara evidencia de la teoría de las 4E en Ciencias Cognitivas. Se realizó la búsqueda en seis bases de datos y una de metadatos (Google Scholar). De las bases de datos, una fue especializada en salud y ciencias afines (Pubmed), otra en ciencias generales (Science Direct), una más en rehabilitación (Rehabdata), otra en fisioterapia (PEDro) y dos más que incluían literatura general del ámbito iberoamericano (Redalyc y Scielo). En dicha revisión se siguieron los criterios especificados en la tabla 1.
Inicialmente se seleccionaron cuatro ecuaciones de búsqueda referidas a las 4E en ciencias cognitivas (embodied, enactive, embedded y extended), pero fue necesario agregar un quinto término de búsqueda, el cual suele agrupar a los cuatro primeros: grounded cognition (cognición fundamentada).
Resultados de la búsqueda
Como se observa en la tabla 2, la búsqueda en las siete fuentes seleccionadas arrojó en total 176 artículos, de los cuales, una vez revisados, se seleccionaron catorce que cumplían plenamente los criterios de inclusión y respondían al objetivo de la revisión bibliográfica. A estos últimos se les hizo el análisis de sus diseños de investigación cualitativos, resultados principales y conclusiones en cuanto a las teorías cognitivas dinámicas.
*En el caso de Google Scholar, solo se seleccionaron artículos nuevos, es decir, aquellos que no habían sido arrojados en otras fuentes
Fuente: elaboración propia
En tres bases de datos no se seleccionaron artículos debido a que no cumplían los criterios de búsqueda (tabla 2), lo que demuestra que en las revistas indizadas del área de rehabilitación (Rehabdata, PEDro) aún no se incursiona de forma decidida en las ciencias cognitivas.
La ecuación que arrojó mayor número de artículos fue “embodied cognition AND qualitative research”, seguida de “grounded cognition AND qualitative research” (tabla 2). Esto puede explicarse debido a que el término “embodied cognition” (cognición corporeizada) ha sido el que se ha generalizado al hablar de teorías cognitivas de tercera generación; por otra parte, el término “grounded cognition”, como ya se explicó, tiene la cualidad de ser integrador de las ciencias cognitivas dinámicas.
El idioma predominante de publicación fue el inglés, solo dos artículos se encontraron en idioma español (San Martín-García, 2016; Centonze et ál., 2021) y otro en danés (Madsen y Aggerholm, 2020). Esto confirma lo previsto, es decir, la mayor producción científica a nivel mundial, particularmente en ciencias cognitivas, se publica en inglés. Igualmente, puede significar que las revistas publicadas en español tienen poca cobertura investigativa en teorías actuales de las ciencias cognitivas.
Análisis de artículos seleccionados
Aunque fue no abundante, se observa un interés investigativo de enfoque cualitativo en las ciencias cognitivas dinámicas a nivel internacional, con presencia de publicaciones en todos los continentes. Sobresalen en esta revisión las publicaciones europeas y norteamericanas. No se encontró ninguna publicación colombiana (tabla 3). Este hallazgo indica una necesidad desde latinoamérica a publicar investigaciones de alcance cualitativo o mixto en ciencias cognitivas corporeizadas, que complementen los resultados de investigaciones cuantitativas, en revistas indizadas internacionalmente.
Se encontró que las áreas de investigación cualitativa en ciencias cognitivas emergentes son amplias, destacándose los ámbitos clínico, educativo, lingüístico, danza, deportivo, musical, teatro y procedimientos alternativos como Taichí y en la respiración cuerpo-mente. El campo clínico fue el de mayor prevalencia, pues como se observa en la tabla 2, la base de datos con más artículos seleccionados fue Pubmed, que como se mencionó, publica mayoritariamente en ciencias de la salud, psicología, ciencias biomédicas y afines.
El diseño de investigación cualitativa más prevalente fue el fenomenológico, presente en la mitad de las publicaciones revisadas, seguida del biográfico-narrativo y estudios de caso (dos artículos cada uno). También se encontraron investigaciones en teoría fundamentada, etnografía y hermenéutica. Un enfoque mixto combinó un diseño pre-experimental con un diseño biográfico-narrativo (tabla 3). Dada su preponderancia, se revisaron a continuación las posibilidades investigativas de las ciencias cognitivas corporeizadas desde el método fenomenológico
La fenomenología permite estudiar y comprender las experiencias de las personas sobre fenómenos vividos, descritos en primera persona y presentados en estructura de significados (Laza et ál., 2012; Rubio y Arias, 2013). Su intención es comprender los fenómenos (o experiencias) tal como se presentan, proporcionando una descripción de la experiencia humana tal como es vivenciada por la misma persona (Laza et ál., 2012; Trejo, 2012). En este sentido, Botero (2009, p. 23-24) caracteriza la relación entre fenomenología y ciencias cognitivas en su forma más general, como “una indagación acerca de la forma como las descripciones fenomenológicas de la conciencia, por una parte, y las explicaciones científicas de la cognición consciente humana, por otra parte, pueden integrarse y formar un continuo teórico que permita obtener una comprensión cabal de este tema”. Una de las subdisciplinas que emergen en esta relación es la neurofenomenología.
La neurofenomenología intenta establecer puentes entre el abordaje dinámico de la mente y las aproximaciones fenomenológicas a la subjetividad humana (Escudero, 2012). En esta intersección resulta relevante la propuesta de una perspectiva enactiva con el fin de unificar diferentes ideas interrelacionadas, a saber: a) Los seres vivos son agentes autónomos que se autorregulan; b) El sistema nervioso es un sistema dinámico autónomo; c) Las estructuras y los procesos cognitivos emergen de recurrentes patrones sensoriomotores de percepción y acción; d) El mundo cognitivo no es un ente externo representado internamente por su cerebro, sino “la esfera de relaciones que este agente autónomo establece con el mundo exterior y los demás agentes”; y e) La experiencia es fundamental para comprender la mente, la cual debe ser abordada fenomenológicamente (Escudero, 2012).
Para Vargas-Guillén (2011) el objeto de estudio de la investigación fenomenológica es la conciencia pura, distintos a los procesos psico-físicos estudiados por la psicología. En este sentido, Vanegas-García (2010) propone abordar la concepción de conciencia e intencionalidad en relación con las ciencias cognitivas, en una perspectiva fenomenológica. Sostiene que la conciencia, desde la fenomenología, “es un acto que nace en el sujeto como ser animado y que posibilita que el ser humano vuelva sobre sí mismo y sus pensamientos, es decir, que pueda hacer de su propia existencia y sus conocimientos un objeto de reflexión” (p. 17). Por su parte, define la intencionalidad como “la capacidad de atención o de atender que tienen los seres vivos en general, pero de una manera vivencial en los seres humanos” (p. 17). Propone que las ciencias cognitivas pueden articular esta concepción en cada una de las representaciones: las reglas, la lógica las imágenes, las analogías, como actos de la conciencia que le dan más posibilidades de comprensión de las representaciones y su fin en el ser humano.
Conclusiones
Los resultados y conclusiones de las investigaciones cualitativas aquí revisadas aportan sustento teórico de la cognición corporeizada, enactiva, extendida y situada, y soportan el objeto de estudio de estas ciencias cognitivas emergentes: “el sistema cerebro-cuerpo-en el mundo”. Se observa el potencial de los diseños cualitativos en el estudio las teorías cognitivas dinámicas en distintos ámbitos, como lo son, la psicología, la salud, el funcionamiento y la discapacidad, la educación, la actividad física y el deporte, el arte, la lingüística, la filosofía de la mente, entre otros.
Recomendaciones
Se hace necesario ampliar la búsqueda de literatura en otras bases de datos internacionales que amplíen el espectro de conocimiento sobre investigación cualitativa en ciencias cognitivas emergentes. Igualmente podría ampliarse la búsqueda en una ventana de tiempo mayor, como por ejemplo diez años.
Se anima a los científicos cognitivos de habla hispana a realizar investigaciones con diseños cualitativos que permitan aumentar el cuerpo teórico de las ciencias cognitivas de tercera generación, dinámicas, fundamentadas o corporeizadas, complementando de esta manera la mayor literatura disponible que utiliza diseños cuantitativos.