Introducción
La pandemia de COVID-19 (síndrome respiratorio agudo severo coronavirus SARS-CoV-2) fue reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2021) el 11 de marzo de 2020. Debido a las altas tasas de propagación y mortalidad, así como la falta de vacunas y con el objetivo de frenar la pandemia, muchos países tomaron la decisión de establecer cuarentenas nacionales; la población se confinó en sus hogares, viviendo en una situación de aislamiento y distanciamiento social (Sohrabi et al., 2020). Los resultados de varias investigaciones demuestran que durante el confinamiento surgieron problemas psicológicos como estrés, ansiedad, depresión, desadaptación, alteraciones de sueño y miedo (Devi, 2020; Rettie & Daniels 2020; Son et al. 2020); asimismo, los estudios reportan que las personas que experimentaron un miedo intenso al COVID-19 presentaron varios problemas de salud mental (Kara & Çanakç, 2022; Mertens et al., 2020). Sin embrago, también se han reportado resultados con bajos niveles de miedo al COVID-19 (Tekir, 2022).
Por lo anterior, diversas investigaciones se centraron en comprender los factores que afectaron la salud mental de las personas, pero se ha hecho mayor hincapié en los aspectos negativos, como depresión, ansiedad y estrés postraumático (Sandín et al., 2020), y se le ha puesto menor atención al estudio de las características y factores positivos relacionados con la Salud Mental Positiva (SMP) (Barragán, 2021). Al respecto, la OMS (2021) define la salud mental como algo más que la ausencia de enfermedad; propone su estudio destacar los recursos positivos para identificar no solo las patologías, sino también los indicadores que permiten a las personas vivir con mayor bienestar.
Una de las propuestas que definen la salud mental como un estado de bienestar es la de Keyes (2002), que hace referencia a tres indicadores del estado de salud mental: bienestar emocional, psicológico y social. Esta definición incluye las características del bienestar subjetivo de un individuo, que son las percepciones y evaluaciones que los individuos hacen de sus propias vidas, así como la presencia de funcionamiento positivo de la vida en los diferentes aspectos (Ryff & Keyes,1995). El bienestar emocional se refiere a la presencia de sentimientos positivos sobre la vida; el bienestar psicológico hace referencia al funcionamiento positivo de los individuos, que se caracteriza por la autoaceptación, relaciones positivas con los demás, tener propósitos en la vida, creer que pueden lograr un crecimiento personal y autonomía, son capaces de adaptarse a su entorno para satisfacer sus necesidades y tienen un grado de autodeterminación, por último, el bienestar social significa que las personas ven a la sociedad como algo significativo y comprensible que les permite obtener crecimiento, sienten que pertenecen a su comunidad, son aceptados por ellas y pueden contribuir a la sociedad (Keyes, 2002).
Los resultados de algunas investigaciones acerca de la SMP muestran niveles bajos (Eidman et al., 2020) y moderados de SMP durante la pandemia (Eidman, 2021A); si bien la salud mental y el bienestar de los estudiantes disminuyó en algunos aspectos, como tener relaciones sociales gratificantes y de apoyo y estar comprometidos e interesados en sus actividades diarias, también mostraron capacidad de controlar su vida cotidiana, veían la situación como un desafío y creían que la sociedad podía mejorar. Los autores señalan que algunos de los factores que afectaron la SMP, sobre todo en el primer año de la pandemia, fue la exigencia académica y el aislamiento social; en cambio, sugieren que un sistema social de apoyo, la independencia y el rendimiento académico se relaciona con los altos niveles de SMP (Graham & Eloff, 2022). Otros estudios reportan niveles moderados y altos de SMP (Lai-Tong et al., 2022) y afirman que si la SMP es constante a lo largo del tiempo, puede mantenerse estable en situaciones adversas y ser un factor protector para evitar el estrés postraumático (Bassi et al., 2021); también se relaciona con una menor presencia de depresión y con la capacidad de afrontar de forma adaptativa la situación de la pandemia (Eidman, 2021B).
Las evidencias demuestran que dos factores protectores fundamentales para la SMP son las estrategias de afrontamiento funcional (Eidman et al., 2020) y la resiliencia (Hou et al., 2020; Sampogna, 2021). El afrontamiento se define como el esfuerzo conductual y cognitivo (pensamientos y acciones) dirigido a controlar las demandas internas y ambientales, generadoras de estrés (Lazarus & Folkman, 1984). Hay diferentes clasificaciones acerca de afrontamiento, una de las más utilizadas es la de Seiffge-Krenke (2011), que propone dos grandes grupos de estrategias de afrontamiento: funcional y disfuncional. El afrontamiento funcional hace referencia a las respuestas adaptativas que consisten en realizar acciones concretas para afrontar y resolver una situación estresante o problema, ya sea por autosuficiencia, análisis, reestructuración cognitiva, adaptación y búsqueda de apoyo, así como buscar los aspectos positivos de la experiencia estresante. Este tipo de estrategias disminuyen el nivel de amenaza percibido por el individuo. El afrontamiento funcional incluye cuatro dimensiones: el pensamiento positivo y búsqueda de soluciones (las cuales son estrategias encaminadas a solucionar el problema y enfocarlo de manera positiva), la búsqueda de apoyo en la familia, la búsqueda de apoyo con el grupo de pares y la religión (Lucio et al., 2016).
Por otra parte, el afrontamiento disfuncional se caracteriza por presentar pensamientos, actitudes y conductas que incluyen la negación, represión, distracción, evitación, así como enojo, autoagresión, aislamiento social y retraimiento (Lucio & Monjarás, 2020). Contiene tres dimensiones: respuestas fisiológicas negativas, que se relacionan con la posibilidad de desarrollar enfermedades físicas; los pensamientos obsesivos y desesperanza; se generan pensamientos y emociones negativas respecto al problema que no conducen a la solución, así como acciones que se llevan a cabo sin un proceso de evaluación de sus consecuencias y el pensamiento evitativo pasivo que representa la negación del problema, es decir, no se realiza ningún esfuerzo para encontrar solución (Lucio et al., 2016).
Las estrategias de afrontamiento funcionales presentan una relación significativa con la SMP y tuvieron un papel significativo para afrontar y adaptarse a la pandemia. Resultados de una investigación en adultos australianos mostraron que los estilos de afrontamiento asociados con una mejor salud mental fueron los estilos de afrontamiento centrados en las emociones positivas (hacer una reinterpretación del evento estresante en términos positivos); de igual forma, la aceptación de la situación y el uso del humor se asoció con bajos niveles de estrés y depresión (Gurvich et al., 2020). Otros estudios mencionan que, en adultos chinos, las estrategias de afrontamiento adaptativo y activo, así como la aceptación, el reencuadre positivo y el apoyo emocional se correlacionaron positivamente con las dimensiones de bienestar social, emocional y psicológico que propone Keyes (2002). Específicamente, el apoyo social se asocia con el bienestar social y la planificación con el bienestar psicológico; así mismo, tener una actitud positiva permite a las personas interpretar positivamente una situación adversa, contribuyendo a una mejor salud mental (Lai-Tong et al., 2022).
En el contexto latinoamericano, se encontró que, en universitarios colombianos, las estrategias de afrontamiento, tales como solución de problemas, búsqueda de apoyo social, religión, evitación cognitiva, reevaluación positiva y negación presentan una correlación significativa con el bienestar psicológico, por lo que es posible que las personas con mayor capacidad para afrontar y resolver desafíos en la vida sean más positivos, regulen sus emociones y experimenten mayor bienestar psicológico (Harvey et al., 2021).
Por el contrario, el uso de estrategias ineficaces, como la autoinculpación (Gurvich et al., 2020 y la autodistracción (Sampogna, 2021), se asocian con mayores niveles de depresión y ansiedad.
Por lo que el uso de las estrategias de afrontamiento funcionales resultaron fundamentales para afrontar la pandemia, ya que muchas personas hicieron uso de estos recursos positivos, además de la expresión emocional, autocuidado, comunicación, cuidado de la familia, distracción y el humor, lo que ayudo a proteger la salud mental, así como a disminuir los síntomas de ansiedad y depresión ante el COVID-19 (Fluharty, Steptoe, & Fancourt, 2021; Hussong et al., 2021; Ramos-Lira et al., 2020; Rettie & Daniels, 2020; Yu et al., 2020). En este sentido, el uso de estrategias de afrontamiento funcionales, también, se encuentra relacionado con la capacidad de ser resilientes (Kara & Çanakç, 2022).
Respecto a la resiliencia, se considera un constructo multidimensional que tiene en cuenta atributos psicológicos y actitudinales, se define como una fortaleza psicológica, capacidad o proceso adaptativo mediante el cual es posible afrontar emocional y mentalmente una experiencia traumática, una situación adversa o una crisis y recuperarse, es un proceso dinámico con interacciones entre las características personales y el entorno (Devi, 2020; García, Molinero & Salguero, 2016). Las personas con un alto nivel de resiliencia tienen una serie de factores protectores, como la autonomía, la autoeficacia, el control de los impulsos, una estructura familiar sólida y de apoyo, relaciones positivas con los compañeros y vínculos sociales con los demás; asimismo, pueden utilizar eficazmente tanto sus habilidades y capacidades psicológicas como el sistema de apoyo social, la familia y el entorno para hacer frente a las dificultades (Kara & Çanakç, 2022).
Los hallazgos científicos mencionan que la resiliencia fue un factor importante para hacer frente al proceso de la pandemia por COVID-19 (Naem, Irfan & Javed 2020), ya que influye en la elección de estrategias de afrontamiento positivas (Liang et al., 2020; Peng et al., 2022; Zhao, Wang & Shi, 2020), minimiza indicadores de ansiedad, estrés, depresión y pensamientos obsesivos sobre la pandemia y mejora los aspectos positivos frente a las adversidades (Surzykiewicz et al., 2021), puede predecir el estilo de afrontamiento positivo que implica adoptar respuestas positivas y eficaces para adaptarse, afrontar y resolver los problemas que provocan los diversos eventos estresantes que pueden afectar la salud mental (Kara & Çanakç, 2022; Macia et al., 2021; Li et al., 2020).
Por lo que se ha comprobado que la resiliencia presenta un efecto directo sobre la salud mental, algunos estudios en adultos turcos reportaron que la resiliencia se relaciona con las fortalezas y los aspectos positivos de la salud mental (Kara & Çanakç, 2022). De igual forma, otros autores encontraron en adultos polacos que la resiliencia es un factor protector directo del bienestar mental y reduce los niveles de ansiedad (Skalski et al., 2022) y resultados en adultos eslovenos muestran que predice un mayor bienestar subjetivo, promueve fortalezas personales en contextos adversos y protege de los factores estresantes (Zager, Kavcic & Avsec, 2021).
Aunado a lo anterior, algunos autores mencionan que la resiliencia presenta una influencia importante junto con las diferentes estrategias de afrontamiento funcional en la SMP, por ejemplo, con las estrategias de afrontamiento centradas en el problema (Macia et al., 2021); de igual forma, la resiliencia predice el bienestar subjetivo de manera positiva a través del afrontamiento activo, la búsqueda de apoyo, la religión y el humor, y de manera negativa, con el uso de estilos de afrontamiento disfuncionales (afrontamiento emocional, por evitación y el uso de sustancias), esto significa que los jóvenes resilientes hacen mayor uso de estrategias relacionadas con la búsqueda de apoyo, se reduce la tendencia a centrarse en emociones negativas y disminuye la creencia de que deben de afrontar los problemas por su cuenta sin ayuda de los demás (Konaszewski, Niesiobędzka & Surzykiewicz, 2021), por lo que se reducen los niveles de estrés psicológico y mejora la salud mental (Huang et al., 2021).
A pesar de las evidencias previas, se cuenta con pocos estudios que analicen cómo la resiliencia influye en la SMP a través de las estrategias de afrontamiento, la mayoría son de tipo descriptivo y correlacional, por lo que resulta fundamental realizar investigaciones más concisas para comprender el papel que presenta la resiliencia junto con las estrategias de afrontamiento (Lucio et al., 2016) en la SMP, de esta forma, es posible ampliar las evidencias teóricas y empíricas al respecto, además de que no se cuenta con investigaciones de esta relación en muestras de jóvenes mexicanos, por lo que es indispensable contar con bases sólidas acerca de los aspectos positivos que protegen la SMP, de esta forma es posible confirmar los aspectos que se deben de tomar en cuenta en el desarrollo de recursos terapéuticos como los programas de intervención psicológica, que incluyan la promoción de estas variables para para proteger o mejorar la salud mental de los jóvenes ante situaciones adversas.
Por lo tanto, se pretende probar la hipótesis que plantea que la resiliencia presenta una influencia en la salud mental positiva a través de las estrategias de afrontamiento funcional, por consiguiente, el objetivo de esta investigación consiste explicar en qué medida la resiliencia influye en la SMP a través de las estrategias de afrontamiento de jóvenes mexicanos universitarios que han vivido la pandemia de COVID-19.
Método
Diseño
Investigación no experimental, empírica cuantitativa, de corte transversal, porque se hizo en un único momento temporal, explicativo con estrategia asociativa, ya que se tiene como objetivo probar modelos acerca de las relaciones existentes entre un conjunto de variables (Ato, López & Benavente, 2013; Hernández, Fernández-Collado & Baptista, 2006).
Participantes
Se trabajó con una muestra no probabilística de 1042 jóvenes mexicanos universitarios de 18 a 24 años de edad (M = 20.5 DS = 1.9). El 78.4 % son mujeres (817) y 21.6% son hombres (225), 86.3 % (899) son solteros, 6.3% (66) casados, 6.4 % (67) viven en unión libre y 1% (10) marcaron la opción: otro. El 90 % de los participantes viven en zonas urbanas y semiurbanas de municipios del Estado de México, y el 10 %, en municipios de estados como Hidalgo, Veracruz, Guerrero, Michoacán y Ciudad de México. Los participantes asisten a diferentes universidades públicas y privadas de México que se encuentran en zonas urbanas de su Estado, como la Ciudad de Toluca, Ciudad de México, Pachuca y Córdoba.
Criterios de inclusión. Jóvenes universitarios, hombres y mujeres que tengan entre 18 y 24 años de edad y que vivan en México; que respondan a todos los ítems y que otorguen el consentimiento informado y su participación sea voluntaria. Criterios de exclusión: Jóvenes de 17 años o menos y de 25 años o más; no dar su consentimiento informado de participación, y los jóvenes con un llenado incompleto de los instrumentos aplicados.
Instrumentos
Mental Health Continuum-Short Form (MHC-SF) (Keyes, 2009). Para medir la SMP se utilizó el MHC-SF de 14 ítems, considerados prototípicos de las tres dimensiones de SMP. Dimensiones: 1) bienestar emocional, 2) bienestar social y 3) bienestar psicológico. Los participantes responden al planteamiento de ¿cómo te has sentido durante el último mes?, calificando la frecuencia de cada síntoma de SMP en el mes anterior en una escala tipo Likert con 6 opciones de repuesta: 1 = nunca, 2 = una o dos veces por semana, 3 = más o menos una vez por semana, 4 = más o menos una o dos veces por semana, 5 = casi todos los días, 6 = todos los días. La escala presentó valores de confiabilidad y validez adecuados en una muestra de jóvenes mexicanos, alfa de Cronbach total = .924, bienestar psicológico (α = .895), bienestar emocional (α = .843), bienestar social (α = .796) (Toribio & Andrade, 2023).
Escala de Resiliencia. Para medir la resiliencia se aplicó la escala The Connor-Davidson Resilience Scale (CD-RISC-10) versión reducida (Campbell-Sills & Stein, 2007). Consta de diez ítems en una escala tipo Likert de cinco puntos (de 0 = nunca a 4 = siempre). Se realizó la traducción y adaptación de los diez reactivos de la versión de Campbell-Sills y Stein (2007). La escala ha presentado propiedades psicométricas adecuadas en muestras mexicanas (Wang et al., 2020).
Escala de Afrontamiento para Adolescentes (Lucio et al., 2016). Contiene 27 reactivos, siete dimensiones de primer orden y dos de segundo orden. Dimensión afrontamiento funcional contiene cuatro subescalas: 1. Pensamiento positivo y búsqueda de soluciones (α=.89), 2. Búsqueda de apoyo en la familia (𝛼=.84), 3. Búsqueda de apoyo con el grupo de pares (𝛼=.64), 4. Religión (𝛼=.68). Dimensión afrontamiento disfuncional: contiene 3 subescalas 1. Respuestas fisiológicas (𝛼=.82), 2. Pensamientos obsesivos y desesperanza (𝛼=.44) y 3. Pensamiento Evitativo pasivo (𝛼=.65). Se evalúa en una escala tipo Likert con 5 opciones de respuesta que van de nunca a siempre.
Escala de miedo al COVID-19 (Kwasi et al., 2020). Es una escala unidimensional, evalúa el estado de ánimo ansioso y temeroso de las personas como resultado de su miedo a infectarse de COVID-19, presenta una confiabilidad 𝛼= .82. Contiene siete reactivos en escala tipo Likert con 5 opciones de respuesta, con puntuaciones que van de 1 a 5, el puntaje mínimo y máximo para el total de la escala es siete y 35, respectivamente. Se recomienda la siguiente escala para evaluar la gravedad del miedo al COVID-19: leve (< 17), moderada (18 a 23) y grave (más de 24) (Wang et al., 2022). Se cuenta con datos de confiabilidad para muestras mexicanas (García-Reyna et al., 2020). Por lo tanto, se considera un instrumento válido y confiable para obtener una medida de miedo al COVID-19.
Procedimiento
En primer lugar, se realizó una invitación pública en distintas redes sociales (Facebook, Instagram, WhatsApp y correo electrónico), donde se mencionó que la finalidad de la investigación era de carácter científico; se especificó que la participación era voluntaria y la información confidencial. Se compartió el enlace del cuestionario con la herramienta de Google formularios. El tiempo aproximado para contestar el cuestionario fue de diez minutos. La participación fue voluntaria, marcaron el consentimiento informado y no recibieron retribución alguna por su colaboración. Se recibieron respuestas durante la pandemia por COVID-19 en los meses de diciembre de 2021 a febrero de 2022.
Análisis de datos.
En primer lugar, se llevaron a cabo análisis descriptivos y de correlación; enseguida, se hicieron análisis confirmatorios por medio de ecuaciones estructurales con el método de máxima verosimilitud de las escalas de resiliencia y afrontamiento respectivamente, con el objetivo de obtener un modelo de SMP con mayor parsimonia. Los componentes del modelo que se sometió a prueba para el análisis de resiliencia fueron: variables latentes (exógenas: resiliencia); variables observadas (endógenas: los 10 reactivos de la escala). Los componentes para el modelo de la escala de afrontamiento fueron: variables latentes exógenas: 1) afrontamiento funcional y 2) afrontamiento disfuncional; variables latentes endógenas: 1) pensamiento positivo y búsqueda de soluciones, 2) búsqueda de apoyo en la familia, 3) búsqueda de apoyo con el grupo de pares, 4) religión 5) respuestas fisiológicas, 6) pensamientos obsesivos y desesperanza y 7) evitativo pasivo, y las variables observadas (endógenas: los 27 reactivos de la escala). Cabe mencionar que se cuenta con datos de validez de la escala Mental Health Continuum-Short Form (MHC-SF), los cuales se reportaron en una investigación previa (Toribio & Andrade, 2023). Posteriormente, se realizó un análisis factorial confirmatorio con ecuaciones estructurales con el método de máxima verosimilitud para poner a prueba el modelo de SMP. Los componentes para el modelo de SMP fueron variables latentes (exógenas): resiliencia, afrontamiento funcional, afrontamiento disfuncional y salud mental positiva, y las variables observadas (endógenas): 1) búsqueda de apoyo en la familia, 2) búsqueda de apoyo con el grupo de pares, 3) religión 4) respuestas fisiológicas, 5) evitativo pasivo, 6) los diez reactivos de la escala de resiliencia, 7) bienestar emocional, 8) bienestar social y 9) bienestar psicológico. La evaluación de los modelos se realizó tomando en cuenta los siguientes índices de ajuste: el nivel de significancia (El valor de p (χ2 ) (>05)), bondad de ajuste absoluto: chi-cuadrado (X2), grados de libertad (df), razón chi-cuadrado (X 2 /gl), índice de bondad de ajuste comparativo (CFI) (>.90), error de aproximación cuadrático medio (RMSEA) (inferior a .05 es bueno; entre .05 y .08 razonable, mayor a .08 indica un ajuste pobre, entre .08 y .10 mediocre) y residuo cuadrático medio estandarizado (SRMR) (con valores entre .05 y .10) (Escobedo, Hernández, Estebané & Martínez, 2016; Lai, 2020). Los análisis de datos se realizaron en el Paquete Estadístico para las Ciencias Sociales (SPSS) y en Amos versión 23.0.
Consideraciones éticas
Esta investigación forma parte de un proyecto autorizado por el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCyT): “Modelo de salud mental positiva en jóvenes mexicanos durante la pandemia de COVID-19”. Este trabajo se llevó a cabo respetando los principios del Código de Conducta de la Asociación Americana de Psicología referentes a la investigación y publicación (American Psychological Association [APA], 2017). La participación de los jóvenes fue voluntaria, bajo consentimiento informado y anónima. Se les informó que los datos recabados serían totalmente confidenciales, que solo se usarían con fines científicos, y que se podían retirar de la investigación en el momento que lo desearan.
Resultados
Los resultados de los análisis descriptivos mostraron una distribución asimétrica para las dimensiones y el total de las escalas. La muestra presentó puntuaciones por arriba de la media teórica en las dimensiones de salud mental positiva, la dimensión con mayor puntuación fue bienestar psicológico, se obtuvieron altas puntuaciones en la resiliencia y respecto a la escala de afrontamiento, la dimensión con la puntuación más alta fue la búsqueda de apoyo con el grupo de pares y la más baja respuestas fisiológicas, la muestra presentó nivel leve de miedo al COVID-19 (véase Tabla 1).
DIMENSIONES | M | DE | VALOR MIN | VALOR MAX | ASIMETRÍA | CURTOSIS |
---|---|---|---|---|---|---|
Escala de salud mental positiva | ||||||
Bienestar emocional | 4.70 | 0.9 | 1 | 6 | -1.148 | 1.138 |
Bienestar social | 4.00 | 1.0 | 1 | 6 | -0.480 | -0.319 |
Bienestar psicológico | 4.80 | 0.9 | 1 | 6 | -1.117 | -0.898 |
Escala de Resiliencia | ||||||
Resiliencia total | 35.9 | 6.0 | 10 | 50 | -0.666 | 1.234 |
Escala de afrontamiento | ||||||
Afrontamiento funcional | ||||||
Búsqueda de apoyo en la familia | 3.30 | 1.2 | 1 | 5 | -0.317 | -1.000 |
Búsqueda de apoyo con el grupo de pares | 3.6 | 0.9 | 1 | 5 | -0.447 | -0.474 |
Religión | 2.7 | 1.2 | 1 | 5 | 0.193 | -1.100 |
Afrontamiento disfuncional | ||||||
Respuestas fisiológicas | 2.4 | 0.9 | 1 | 5 | 0.428 | -0.499 |
Evitativo pasivo | 3.0 | 0.9 | 1 | 5 | -0.100 | -0.490 |
Escala de Miedo al COVID-19 | ||||||
Miedo al COVID-19 | 13.9 | 6 | 7 | 35 | 1 | 0.548 |
Respecto a los resultados del análisis de correlación, se observan correlaciones altas, positivas y significativas entre las dimensiones de SMP, afrontamiento funcional y resiliencia, y correlaciones moderadas, positivas y significativas entre las dimensiones de afrontamiento disfuncional (respuestas fisiológicas y pensamiento evitativo pasivo), SMP y resiliencia (véase Tabla 2).
Dimensiones | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | 7 | 8 | 9 |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
1.Bienestar emocional | 1 | ||||||||
2.Bienestar social | .672** | 1 | |||||||
3.Bienestar psicológico | .724** | .675** | 1 | ||||||
4.Resiliencia total | .378** | .353** | .540** | 1 | |||||
5.Respuestas fisiológicas | -249** | -.175** | -.259** | -.181** | 1 | ||||
6.Búsqueda de apoyo en la familia | .417** | .407** | .486** | .361** | .100** | 1 | |||
7.Pensamiento Evitativo pasivo | -.221** | -.176** | -.198** | -.016 | .298** | -.200** | 1 | ||
8.Búsqueda de apoyo con el grupo de pares | .369** | .361** | .482** | .414** | -.092** | .562** | -.095** | 1 | |
9.Religión | .276** | .277** | .268** | .163** | .094** | .346** | -.086** | .277** | 1 |
**p = 0.001
Antes de realizar el análisis factorial confirmatorio del modelo que propone esta investigación, se llevaron a cabo análisis factoriales confirmatorios de las escalas de resiliencia y afrontamiento para confirmar que los instrumentos presentan validez en esta muestra. A continuación, se presentan los resultados, donde se puede observar que del análisis factorial confirmatorio de la escala de resiliencia se obtuvo el modelo 1 con índices de bondad de ajuste aceptables, se revisaron los índices de modificación y se eliminó el reactivo 2. El modelo 2 reespecificado presentó índices de bondad de ajuste aceptables (véase Tabla 3).
Respecto la escala de afrontamiento, el primer análisis confirmatorio presentó índices de bondad de ajuste aceptables, se revisaron los índices de modificación y la subescala que menos porcentaje de varianza explicó fue pensamientos positivos, por lo que se eliminó, se obtuvo el modelo 2 reespecificado; se revisaron nuevamente los índices de modificación y la subescala que menos porcentaje de varianza explicó fue pensamientos obsesivos, por lo que se eliminó. El modelo 3 presentó índices de bondad de ajuste aceptables e incluyó dos dimensiones: afrontamiento funcional, con las subescalas 1) búsqueda de apoyo en la familia, 2) búsqueda de apoyo con el grupo de pares y 3) religión, y la dimensión afrontamiento disfuncional, con las subescalas 1) respuestas fisiológicas y 2) pensamiento evitativo pasivo (véase Tabla 3).
Modelos | X 2 | df | X 2 /df | SRMR | RMSEA | CFI | p |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Escala de Resiliencia | |||||||
Modelo 1 | 219.992 | 35 | 6.2 | 0.039 | 0.072 | 0.939 | .001 |
Modelo 2 | 121.141 | 27 | 4.4 | 0.033 | 0.058 | 0.959 | .001 |
Escala de afrontamiento | |||||||
Modelo 1 | 1151.30 | 254 | 4.5 | 0.066 | 0.058 | 0.938 | .001 |
Modelo 2 | 653.120 | 155 | 4.2 | 0.067 | 0.056 | 0.957 | .001 |
Modelo 3 | 355.931 | 94 | 3.7 | 0.060 | 0.052 | 0.972 | .001 |
Finalmente, para el análisis del modelo de ecuaciones estructurales para analizar la relación entre resiliencia, estrategias de afrontamiento y SMP, los componentes fueron: variables latentes (exógenas): resiliencia, afrontamiento funcional, afrontamiento disfuncional y salud mental positiva, y las variables observadas (endógenas: 1) búsqueda de apoyo en la familia, 2) búsqueda de apoyo con el grupo de pares, 3) religión, 4) respuestas fisiológicas, 5) pensamiento evitativo pasivo, 6) los diez reactivos de la escala de resiliencia, 7) bienestar emocional, 8) bienestar social y 9) bienestar psicológico. El resultado mostró un modelo de SMP con índices de bondad de ajuste satisfactorios (X 2 = 532.913, df = 114, X 2 /df = 4.6, SRMR = .053, RMSEA = .059, CFI = .927, p = .001), donde se puede observar que la resiliencia presenta un efecto directo en las estrategias de afrontamiento funcional y disfuncional, un efecto directo en la SMP e indirecto a través del afrontamiento funcional y disfuncional, y el afrontamiento funcional y disfuncional presentan un efecto directo en la SMP. Las cargas factoriales estandarizadas de las variables exógenas fueron todas estadísticamente significativas, la resiliencia tiene un efecto directo menor en la SMP que el afrontamiento funcional y mayor que el afrontamiento disfuncional. El afrontamiento funcional presenta un efecto mayor en la SMP que la resiliencia (véase Figura 1).
De acuerdo con los coeficientes estandarizados de regresión, se obtuvieron efectos indirectos y efectos totales estadísticamente significativos, por ejemplo, la resiliencia presenta un efecto total en la SMP (β = .680, p = .001), en afrontamiento funcional (β = .615, p = .001) y en afrontamiento disfuncional (β = .344, p = .001) (Tabla 4).
Variables | Tipo de Efecto | SMP | AF | AD | BAGP | BAF | R | PEP | RF | BP | BS | BE |
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
Resiliencia | Efecto indirecto | .351 | .000 | .000 | .451 | .470 | .260 | -.145 | -.243 | .617 | .516 | .550 |
Afrontamiento funcional | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .407 | .340 | .362 | |
Afrontamiento disfuncional | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | -.199 | -.167 | -.178 | |
Resiliencia | Efecto total | .680 | .615 | -.344 | .451 | .470 | .260 | -.145 | -.243 | .617 | .516 | .550 |
Afrontamiento funcional | .448 | .000 | .000 | .733 | .764 | .423 | .000 | .000 | .407 | .340 | .362 | |
Afrontamiento disfuncional | -.220 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .422 | .708 | -.199 | -.167 | -.178 | |
Salud mental positiva | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .000 | .908 | .759 | .808 |
**p=.001
Nota: SMP = Salud mental positiva. AF = Afrontamiento funcional. AD = Afrontamiento disfuncional. R = Resiliencia. BAGP = Búsqueda de apoyo en el grupo de pares. BAF = Búsqueda de apoyo en la familia. R = Religión. PEP = Pensamiento evitativo pasivo. RF = Respuestas fisiológicas. BP = Bienestar psicológico. BS = Bienestar social. BE = Bienestar emocional.
Discusión
La finalidad de la presente investigación consistió en explicar en qué medida la resiliencia y las estrategias de afrontamiento influyen en la SMP en jóvenes mexicanos universitarios que han vivido la pandemia de COVID-19. De acuerdo con los resultados se comprobó que el impacto de la resiliencia en la SMP está relacionado con el uso de estrategias de afrontamiento funcional, como lo mencionan otros autores (Konaszewski et al., 2021). Se puede decir que la resiliencia como fortaleza psicológica, ayudó a los jóvenes a evaluar la situación estresante a causa de la pandemia por COVID-19 con mayor coherencia y elegir estrategias de afrontamiento funcionales para afrontarla y superarla (Huang et al., 2021; Lai-Tong et al., 2022; Liang et al., 2020; Naem, Irfan & Javed 2020). En este caso usaron la búsqueda de apoyo en el grupo de pares y en la familia, lo que significa que los jóvenes tuvieron la capacidad de plantearse soluciones eficaces relacionadas con estrategias de afrontamiento funcionales y positivas (Peng et al., 2022; Zhao, Wang & Shi, 2020) para obtener orientación y apoyo emocional, y, a su vez, esto tuvo un efecto positivo en su SMP (Macia et al., 2021; Zager et al., 2021).
De acuerdo con los resultados de la investigación, los estudiantes presentan puntuaciones altas en SMP, obtuvieron mayor puntuación en la dimensión bienestar psicológico que en bienestar social y emocional, lo que coincide con evidencias previas (Eidman et al., 2020; Eidman, 2021A; Khalid et al., 2022). Por lo que se puede decir que los jóvenes mantuvieron su bienestar mental a pesar de vivir una situación adversa (Sandín et al., 2020), veían que la sociedad se estaba convirtiendo en un lugar mejor y se sentían capaces de gestionar sus responsabilidades y ser mejores personas (Bassi et al., 2021; Graham & Eloff, 2022), lo cual puede estar relacionado con características de la muestra, ya que los jóvenes continuaron con su formación académica en línea y contaron con recursos de apoyo como la familia y los amigos, pero es necesario continuar con la investigación.
También se puede decir que la muestra presenta puntuaciones más altas en las dimensiones de afrontamiento funcional que en las del disfuncional, esto se relaciona con lo que se ha reportado anteriormente en otros estudios (Ramos-Lira, 2020; Rettie & Daniels, 2020; Son et al., 2020). Estos resultados pueden deberse a que los jóvenes tuvieron la capacidad de evaluar la situación de pandemia de forma lógica y utilizaron recursos personales y sociales que facilitaron la adopción de estrategias enfocadas a hacer frente a dicha adversidad (Sandín et al., 2020).
Asimismo, se presentó un alto nivel de resiliencia, lo que coincide con estudios previos (Konaszewski et al., 2021), por lo que estos resultados confirman que ha sido una característica fundamental para evaluar la pandemia, tener la capacidad de adaptarse, afrontarla y superarla, por lo tanto, es probable que la capacidad de ser resilientes ayudará a amortiguar los efectos negativos que pueden provocar este tipo de situaciones (Naem et al., 2020).
La muestra mostró bajos niveles de miedo al COVID-19, esto coincide con otras muestras de universitarios (García-Reyna et al., 2020; Lai-Tong, 2022; Tekir, 2022). El resultado de este estudio puede deberse a que, si bien se encontraban en aislamiento, esto redujo el riesgo de contagio y, también, que la muestra son jóvenes universitarios con recursos de apoyo emocional por parte de la familia y amigos que les permitió mitigar el miedo durante la pandemia. Es importante realizar más investigaciones para ampliar estos resultados.
Los resultados del modelo de SMP muestra que la capacidad de ser resiliente tiene un efecto directo en las estrategias de afrontamiento disfuncionales (pensamiento evitativo pasivo y respuestas fisiológicas negativas). De acuerdo con evidencias previas, se puede decir que el alto nivel de resiliencia en los jóvenes pudo disminuir la manifestación de malestares físicos (Surzykiewicz et al., 2021), así como aminorar indicadores de ansiedad, estrés, depresión, emociones y pensamientos negativos durante la pandemia, así como la negación del problema y la creencia de que pueden resolver los problemas sin ayuda de los demás y contribuyera a resaltar los aspectos positivos frente a las adversidades, lo que pudo contribuir en el nivel de SMP (Konaszewski et al., 2021; Macia et al., 2021).
Por otro lado, las estrategias de afrontamiento funcionales también presentaron un efecto directo en la SMP (Lai-Tong et al., 2022; Hussong et al., 2021). Se puede decir que pesar de las adversidades, los jóvenes rescataron recursos positivos y funcionales (en este caso la búsqueda de apoyo en el grupo de pares, la búsqueda de apoyo en la familia y la religión) para afrontar la pandemia; en lugar de evaluar la situación de forma negativa, aceptaron la realidad (Gurvich et al., 2020) y lo vieron como un desafío en el cual utilizaron recursos positivos, como recibir ayuda de los demás (Graham & Eloff, 2022; Khalid et al., 2022; Konaszewski et al., 2021). De acuerdo con otros autores (Sandín et al., 2020), también es posible que el hecho de ser joven sea un recurso que facilite la percepción de aspectos positivos que surgen incluso en las adversidades, por lo que la edad puede ser un factor protector de la SMP. Sin embargo, vale la pena continuar con las investigaciones para confirmar estos hallazgos.
Estos resultados respaldan el hecho de que la resiliencia promueve aspectos personales en contextos adversos y protege a las personas del efecto potencialmente perjudicial de los factores estresantes (Zager et al., 2021). Son pocas las evidencias que explican la influencia de la resiliencia junto con los estilos de afrontamiento en la SMP (Macia et al., 2021; Konaszewski et al., 2021), por lo que los hallazgos de esta investigación presentan implicaciones importantes, ya que permiten ampliar las evidencias científicas que afirman que la capacidad de ser resiliente permite elegir estrategias funcionales eficaces para afrontar las adversidades y proteger la salud mental positiva; por lo tanto, esta investigación se puede replicar en diferentes poblaciones para comprobar y consolidar estos hallazgos. Además, es un aporte relevante ya que estos resultados pueden servir de base para realizar intervenciones en las instituciones educativas, para el desarrollo de políticas públicas relacionadas con la salud mental, así como para sustentar la elaboración de programas de intervención psicológica y proteger la SMP de los jóvenes
Se puede concluir que la muestra presentó indicadores de SMP, con altos niveles de bienestar emocional, psicológico y social; es un grupo de jóvenes con altos niveles de resiliencia que utilizaron en mayor medida estrategias de afrontamiento funcionales durante la pandemia, relacionadas con la búsqueda de apoyo. La resiliencia es un factor fundamental que influye en la elección de estrategias de afrontamiento eficaces y funcionales y en la SMP, en jóvenes mexicanos universitarios que han vivido la pandemia por COVID-19.
Esta investigación presenta algunas limitaciones que pudieron haber influido en los resultados. La muestra se obtuvo de forma no probabilística, por lo que no se pueden generalizar los resultados a la población. La aplicación de los instrumentos se llevó a cabo en formato online, y los participantes contestaron en diferentes momentos y circunstancias, por lo que algunos factores pudieron haber interferido en las respuestas.
Se recomienda para futuras líneas de investigación continuar analizando los factores que influyen en la SMP para confirmar y ampliar estos hallazgos. Se propone incluir otras variables que es posible que influyan en la SMP, como, por ejemplo, el apoyo social percibido, la autoestima, el optimismo, y variables sociodemográficas, como la edad y el sexo. Se recomienda realizar estudios longitudinales para observar los niveles de SMP a largo tiempo cuando se viven situaciones adversas. Estos resultados fortalecen la perspectiva positiva sobre la salud mental y pueden contribuir al diseño de programas de intervención psicológica para fomentar los recursos que protegen la SMP de los jóvenes, como son la resiliencia y las estrategias de afrontamiento funcionales.
Conflicto de intereses: Las autoras declaran no tener ningún conflicto de intereses.
Fuentes de financiamiento: Este artículo de investigación fue financiado en parte por el Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (CONAHCYT).