Introducción
Osteología
La articulación de la rodilla o también conocida como articulación femoro-tibio patelar, corresponde a una articulación de gran movilidad, clasificada como diartroidea o sinovial, participando en movimientos de flexión y extensión. Las estructuras óseas que permiten otorgar su morfología corresponden a la epífisis distal del fémur, patela y epífisis proximal de la tibia (Panesso et al., 2008; Evans, 2002).
A nivel de la epífisis distal del fémur es posible observar la presencia de dos cóndilos femorales de gran tamaño, dispuestos por medial y lateralmente, los cuales toman contacto con su cara distal con las caras proximales de los cóndilos medial y lateral de la epífisis proximal de la tibia, permitiendo transferir el peso del cuerpo al segmento distal de la rodilla. Inmediatamente caudo-distal a los cóndilos femorales se observa una separación intercondilar permitiendo la formación de la fosa intercondílea, la cual está limitada cranealmente por el borde distal de la superficie patelar y tróclea y caudalmente por la línea intercondílea, la cual lo separa de la superficie poplítea femoral (Sisson.,1992; Done.,2010).
El cóndilo lateral femoral es más plano en su cara lateral, y es menos prominente que el medial, aunque es más sólido y robusto. Este último se proyecta medialmente hacia distal permitiendo que la cara distal del fémur este prácticamente horizontal (König y liebich, 2011).
Lateral y medialmente en cada cóndilo es posible observar dos prominencias óseas denominados epicóndilos, siendo de estos dos, el más prominente el epicóndilo medial. Proximal al epicóndilo medial se encuentra una pequeña prominencia llamada tubérculo aductor (Evans., 2002; Sisson., 1992).
La superficie poplítea femoral, está en la cara caudal de la epífisis distal del fémur, inmediatamente proximal y medial a las fabellas, ubicados en las caras caudo proximales de ambos cóndilos femorales, otorgando una forma triangular a nivel de esta zona anatómica. Dicha región cuenta con relaciones neuro-vasculares importantes como la arteria, vena y nervio poplíteo, además de la presencia de las arterias genuales mediales y laterales en los márgenes más periféricos de la zona descrita. Al igual que varios sitios de inserción de grupos musculares como gastrocnemios, vasto medial y aductor mayor (Panesso et al., 2008; Evans., 2002).
El aspecto medial de la epífisis distal del fémur soporta mayor peso corporal a diferencia del segmento lateral, permitiendo soportar un peso en un eje más mecánico que anatómico (Sisson, 1992).
Budras et al., (2005); Sisson., (1992); König y Liebich, (2011) plantean que la anulación del fémur está dada por la ubicación del cóndilo femoral en una línea distal a la cabeza femoral, lo cual permite que la línea de soporte del peso atraviese el centro de la articulación de la rodilla.
Otra estructura ósea que participa en la conformación de la rodilla es la epífisis proximal de la tibia, la cual está constituida por dos cóndilos tibiales de forma redondeada y aplanada. El cóndilo lateral tibial presenta una superficie articular fibular, lugar en el cual se articula con la fíbula. Craneal a los dos cóndilos es posible observar la formación de una cresta tibial acompañada de una tuberosidad tibial (Adams, 1988).
Lateral a la tuberosidad tibial se distingue un surco denominado extensor, el cual permite el paso del tendón del músculo extensor digital largo. En su margen caudal entre ambos cóndilos se observa una incisura poplítea permitiendo el paso de los vasos poplíteos. Proximal entre ambos cóndilos se forman dos eminencias intercondilares y dos áreas intercondilares divididas en: craneal, y caudal. El área intercondílea craneal es una pequeña depresión situada en dirección craneal a las eminencias intercondilares, permitiendo el área de inserción del segmento craneal de los meniscos y ligamento cruzado craneal. El área intercondilar caudal ocupa un lugar similar a la anterior, siendo caudal a las eminencias intercondilares, permitiendo la inserción del segmento caudal de los meniscos y ligamento cruzado caudal (Shively.,1993; König y Liebich, 2011).
Artrología
Evans (2002), señala que la artrología de la rodilla se compone de una capsula articular femorotibial, formada por tres sacos, dos entre los cóndilos femoral y tibial (sacos articulares tibiofemorales) y un tercero, que es profundo a la patela (saco articular femoropatelar). Los sacos articulares tibiofemorales se extienden en dirección caudal y proximal. El saco tibiofemoral lateral continua distalmente a través del surco extensor formando la vaina tendinosa propia del tendón del músculo extensor digital largo, también rodea el tendón del origen del músculo poplíteo.
Entre cada cóndilo femoral y tibial se localizan los meniscos los cuales corresponden a fibrocartílago en forma de C con bordes periféricos gruesos y áreas centrales cóncavas delgadas que compensan la falta de concordancia entre la tibia y fémur Messner., (1998); König y Liebich, (2011) describe que la unión de ambos meniscos insertos en las áreas intercondilares es por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales.
La porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. El menisco medial se adhiere al ligamento colateral medial.
Los ligamentos tibiofemorales son los ligamentos colaterales y cruzados. El ligamento colateral medial se extiende desde el epicóndilo medial del fémur hasta el lado medial de la tibia, distal al cóndilo medial. Se fusiona con la cara lateral del menisco medial (Rosster, 2006).
El ligamento colateral lateral se extiende desde el epicóndilo lateral del fémur sobre el tendón de origen del poplíteo hasta la cabeza de la fíbula y el cóndilo lateral de la tibia (Budras,2005).
El Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia (Radford, 1996). La funcionalidad de este ligamento radica en impedir que la tibia se deslice cráneo distal al fémur cuando el miembro pélvico sostiene el peso, limitando también la rotación medial de la tibia cuando la articulación femorotibial esta flexionada (Evans, 2002).
Ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia caudalmente a la inserción caudal del menisco medial (Montgomery, 1995). Este ligamento impide el movimiento caudal de la tibia distalmente al fémur cuando el miembro pélvico sostiene el peso (Adams,1988).
Biomecánica de la rodilla
La articulación de la rodilla permite generar varios movimientos básicos: flexión, extensión, angulación hacia dentro, angulación hacia fuera, movimiento anteroposterior y rotación axial (Amis et al 2003). Estos movimientos o grados de libertad están controlados mediante la restricción primaria y secundaria. Con la flexión y la extensión de la articulación de la rodilla, hay un movimiento de rodamiento y deslizamiento de los cóndilos femolares en relación con la meseta tibial. Al contrario, cuando la articulación está en extensión, hay un movimiento anterior de los cóndilos femorales con relación a la meseta tibial (Piermattei,2009).
Gran parte de los perros en posición vertical tienen un ángulo normal en la rodilla de 130° a 140° grados. El límite normal de movimiento es de 110º, desde los 40º de flexión hasta los 150º en plena extensión. Para apoyar el peso de forma confortable en una postura de flexión parcial en todo momento, el mecanismo extensor de la articulación de la rodilla está muy bien desarrollado (Piermattei.,2009; König y Liebich, 2011).
Los principales músculos extensores de la rodilla son los cuatro músculos del grupo del cuádriceps. También existe un músculo extensor menor de la rodilla, el cual corresponde al músculo extensor digital largo (Shively., 1993; König y liebich, 2011).
Continuando con la musculatura extensora de la rodilla Maquet (1976), indica que la tuberosidad tibial tiene un vínculo de importancia en el aumento del mecanismo de eficiencia del cuádriceps, de esta manera la tibia permite generar una rotación de unos 10° en los últimos 20° de extensión de la rodilla, debido a los diferentes tamaños y curvaturas que pueden presentar los cóndilos femorales.
Nisell (1985) señala que existen fuerzas de adherencias variables puntualmente en la articulación femorotibial, la cual está dirigida hacia craneal y caudalmente dependiendo del ángulo de extensión y flexión de la articulación (ángulo del tendón patelar (PTA) y la dirección de la fuerza de la adherencia tibio femoral por el PTA.
Panneso (2008) y Williams (2001), plantean que la fuerza de flexión y la extensión de la articulación de la rodilla, permite un movimiento de rodamiento y de deslizamiento de los cóndilos femorales en relación con la meseta tibial. Al contrario, cuando la articulación está en extensión, hay un movimiento anterior de los cóndilos femorales con relación a la meseta tibial. La restricción primaria de este grado normal de movimiento son los ligamentos cruzados craneal y caudal (Nokin, 2005).
Las funciones principales del ligamiento cruzado craneal es evitar el desplazamiento hacia delante de la tibia en relación con el fémur (movimiento cajón anterior), mientras que el ligamento cruzado caudal evita el movimiento hacia atrás de la tibia en relación con el fémur (cajón posterior) (Voight., 2017; Mage., 2006). La lesión de los ligamentos cruzados anterior y posterior conduce a un movimiento anómalo entre el fémur y la tibia durante la flexión y extensión.
Sin embargo, las limitaciones secundarias no son por lo general eficaces para evitar el movimiento giratorio anómalo y se pueden lesionar ellos mismos cuando acuden a la función como limitaciones primarias en contra de un movimiento anteroposterior excesivo. Un ejemplo podría ser la elevada incidencia de desgarros de menisco asociados con lesiones del ligamento cruzado craneal (Cook, 2007).
El menisco medial actúa como un estabilizador contra un movimiento giratorio anterior excesivo, encajándose entre el cóndilo femoral y la meseta tibial. Esta acción conduce a un desgarro en mango de cuchara del menisco medial. Cuando la rodilla está flexionada, el ligamento colateral lateral empieza a relajarse, lo que permite el desplazamiento posterior del cóndilo femoral lateral en la meseta tibial. Este proceso conduce a una rotación interna de la tibia con relación al fémur. El movimiento axial de la tibia se invierte con la extensión cuando el ligamento colateral lateral empieza a estirarse, lo que produce un deslizamiento anterior del cóndilo femoral lateral en la meseta tibial. Las limitaciones primarias contra la rotación axial anómala son los ligamentos colaterales medial y lateral, así como los ligamentos cruzados anterior y posterior (Messner,.1998; Cook.,2007., Panneso, 2008).
Cuando la articulación de la rodilla está en extensión, los ligamentos colaterales limitan el movimiento axial anómalo de la tibia. Con la flexión de la articulación de la rodilla, los ligamentos cruzados limitan a la articulación para el movimiento axial lateral anómalo. Los ligamentos cruzados anterior y posterior son capaces de proporcionar una estabilidad axial a causa de su orientación espacial en la articulación.
Los ligamentos cruzados se torsionan uno con otro cuando la rodilla está en flexión, lo que limitan la rotación axial medial (Slatter, 2006).
En el caso de una lesión un estabilizador axial primario, a la inspección clínica se observa un reducido movimiento rotacional de la tibia en relación al fémur. Como ejemplo, la lesión del ligamento cruzado craneal, cuando la articulación está en flexión, se encuentra una rotación medial anómala de la tibia (Piermattei, 2009). Los estabilizadores secundarios del movimiento axial anómalo son los meniscos, la cápsula articular fibrosa, las fuerzas musculares dinámicas y la geometría normal de las superficies articulares. Los limitadores secundarios no son capaces de oponerse de forma eficaz a un movimiento axial anómalo cuando los limitadores primarios están lesionados. Sujetos a estas fuerzas anómalas, los limitadores secundarios conducen a menudo a su lesión. Los desgarros de menisco y la desestructuración de las superficies articulares son a menudo secuelas de un movimiento axial anómalo después de la lesión del ligamento cruzado anterior. Los limitadores primarios contra la angulación varo-valgo anómala son los ligamentos colaterales medial y lateral y la cápsula articular fibrosa. La lesión de los limitadores medial y lateral da lugar a una angulación interna o externa excesiva (Bojrab, 2000; Slatter, 2006).
Materiales y métodos
Se realizaron disecciones de 10 rodillas de perros machos (mestizos), de talla mediana, todos con edades entre 5 a 13 años, conservados con solución fijadora conservadora vía carótida común, vena yugular externa y arteria y vena femoral. La composición de esta solución consiste en: alcohol 97%, solución de formaldehido al 37%, cloruro de benzalconio, glicerina, sal, esencia de eucaliptus y agua, todo elaborado en dispensador con capacidad de 50 litros. El periodo de conservación de los cuerpos fue por 6 meses previo al trabajo de disección.
Cada muestra cadavérica fue trabajada en mesones de acero inoxidables en el laboratorio de Anatomía Veterinaria, de la Universidad Santo Tomás, sede Puerto Montt.
Se realizó trabajo de disección con los miembros pélvicos derechos, mientras que con los miembros pélvicos izquierdos se realizó técnica de osteotecnia para descripción ósea. Solo se consideraron aquellos miembros que no presentaban algún tipo de lesión: abrasión, laceración, solución de continuidad, hematomas u fracturas.
Disección extracapsular
La disección se inició desde el margen medial de la articulación aislando piel, tejido subcutáneo y fascia muscular para la observación extracapsular de la rodilla. Posterior a ello se refleja la musculatura extensora, presentando gran adherencia a nivel de los músculos vastos (lateral y medial) y flexora de ella. El tendón patelar es aislado permitiendo visualizar cranealmente el estrato fibroso de la capsula articular (Figura 2). Al despejar completamente las estructuras tendinosas y musculares de esta articulación, se puede observar desde sus márgenes mediales y laterales la presencia de los ligamentos colaterales (medial y lateral).
Disección intracapsular
Una vez diseccionado todo lo extracapsular, se realiza una incisión en el margen craneal del estrato fibroso sinovial, permitiendo exponer las estructuras intracapsulares entre las cuales se distingue: meniscos, ligamentos cruzados y estructuras vasculares. Los meniscos se observan como discos semilunares de tonalidad blanquecinas, siendo el menisco medial fino y cóncavo a diferencia del menisco lateral el cual es más grueso y convexo, acompañado de una coloración más oscura lo que se condice a su mayor capacidad de vascularización (Figura 3).
La disposición de los, ligamentos cruzados es en línea media a nivel de la fosa intercondilar del fémur. El ligamento menisco femoral es fuerte y grueso.
Descripción ósea
Se realizó la técnica de osteotécnica química y por cocción forzada de los miembros pélvicos izquierdos. Para ello se realizó la cocción del segmento apendicular por 60 minutos, acompañado de un desengrasante e hidróxido de potasio para acelerar el proceso de degradación de tejido orgánico. Todo precedido por un proceso de descarnado que tuvo una duración de 4 horas.
El secado de las estructuras óseas fue por medio de temperatura ambiente por un periodo de 6 horas diarias en un total de 4 días.
La unión de los huesos se realizó con la utilización de nylon de diámetro 0,60 a través de agujeros realizados con broca de diámetro 3.0 (Figura 4).
Resultados
En la tabla 1 se muestran los resultados obtenidos en las disecciones de las rodillas de caninos.
Rodilla diseccionada | Cápsula articular | Ligamentos cruzados | Meniscos | Estructuras óseas (epífisis distal del fémur y epífisis proximal de la tibia y patela |
1a 1b | 1a: evidencia anatómica normal de sacos femorotibiales. | 1a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 1a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 1b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
1a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 1a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
2a 2b | 2a: evidencia anatómica normal de sacos femorotibiales. | 2a: ligamento cruzado caudal, unido a ligamento menisco femoral. | 2a: mayor desarrollo de ligamento menisco femoral. | 2b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
3a 3b | 3a: evidencia anatómica normal de sacos femorotibiales. | 3a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 3a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales | 3b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
3a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | craneales y caudales. 3a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
4a 4b | 4a: evidencia anatómica normal de sacos femorotibiales. | 4a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 4a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 4b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
4a : ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 4a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
5a 5b | 5a: evidencia anatómica normal de sacos femorotibiales. | 5a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 5a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 5b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
5a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 5a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
6a 6b | 6a: se observa a nivel sacos femorotibiales, gran presencia de tejido adiposo adherido a la membrana capsular | 6a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 6a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 6b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación |
6a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 6a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
7a 7b | 7a: se observa a nivel sacos femorotibiales, gran presencia de tejido adiposo adherido a la membrana capsular. | 7a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 7a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 7b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
7a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 7a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | 7b: osificación en la unión tibio- fibular. | ||
8a 8b | 8a: se observa a nivel sacos femorotibiales, gran presencia de tejido adiposo adherido a la membrana capsular | 8a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 8a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 8b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
8a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 8a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
9a 9b | 9a: se observa a nivel sacos femorotibiales, gran presencia de tejido adiposo adherido a la membrana capsular. | 9a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 9a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 9b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación. |
9a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 9a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. | |||
10a 10b | 10a: se observa a nivel sacos femorotibiales, gran presencia de tejido adiposo adherido a la membrana capsular. | 10a: el Ligamento cruzado craneal se ubica en línea media a la fosa intercondilar femoral, llegando hacia el área intercondilar craneal de la tibia. | 10a: los meniscos se encontraban insertos en las áreas intercondilares por medio de los ligamentos meniscos tibiales craneales y caudales. | 10b: contacto y morfología de ambos cóndilos sin malformación 10b: osificación en la unión tibio- fibular. |
10a: ligamento cruzado caudal va desde la fosa intercondilar femoral en dirección distal, se inserta en el borde medial de la escotadura poplítea de la tibia. | 10a: la porción caudal del menisco lateral se inserta en la fosa intercondílea del fémur por un ligamento menisco femoral. |
Discusiones
Las características morfológicas se condicen con las descritas en la literatura presentándose leves variaciones. Al igual que Evans (2002), el cual señala que la rodilla se compone de una cápsula articular femoro-tibial, formada por tres sacos, dos entre los cóndilos femoral y tibial (sacos articulares femorotibiales) y un tercero, que es profundo a la patela (saco articular femoro-patelar). El 70 % de las muestras diseccionadas presentaron estas características, el 30% restante presentaron una reducida claridad en la consistencia de su capsula articular, debido a la presencia de grasa alrededor del estrato, la cual consistía en una prolongación del tejido adiposo infra patelar.
En relación con la morfología de los ligamentos cruzados, el 90% de las muestras diseccionadas se condicen a lo descrito por Evans (2002) y König y Liebich (2011). Solo una muestra presento la unión del ligamento intermeniscal caudal con el ligamento cruzado caudal (Figura 3).
Con respecto a la morfología ósea, dos muestras presentaron una osificación en la unión tibio- fibular (sinostosis), lo cual no es normal ya que esta unión corresponde una articulación sinovial plana. Una de las explicaciones de ello, se puede deber a una edad avanzada por parte del animal.
En relación con la capacidad de movilidad de esta articulación, fue de un promedio de 130° en hiperextensión y 50° en flexión forzado. Se debe considerar que como corresponden a muestras biológicas conservadas, los rangos de movilidad se pueden ver reducidas o adaptadas por los cambios biológicos de conservación de los cadáveres. Además de no correlacionar estos ROM (rango óptimo de movimientos) con animales vivos, ya que el estudio solo busco una relación anatómica descriptiva de componentes biomecánicos de la rodilla.
Se considerar que a pesar de estas variables de movimientos la flexión y extensión antes de ser diseccionadas se condicen con lo planteado por Piermatte (2009) y König y Liebich (2011) quienes indican que los límites normales de movimiento son de 110º, y pueden estar desde los 40º de flexión hasta los 150º en plena extensión.
Conclusiones
La articulación de la rodilla constituye uno de los complejos articulares únicos del cuerpo, debido a su diseño y combinación de diversos tejidos y órganos que lo conforman: Músculo, hueso, cartílago, estructuras vasculares, tejido adiposo y tegumento.
La capacidad de movimiento es especial debido a su ROM de flexión y extensión que cumplen un rol esencial en las diferentes actividades de nuestros pacientes caninos.
La cohesión de las estructuras anatómicas que conforman esta articulación, son las que permiten darle una consistencia y movilidad convirtiéndola en una de las articulaciones sinoviales de mayor complejidad.
Por medio del estudio realizado se buscó poder identificar características propias de la rodilla en miembros pélvicos diseccionados, con la finalidad de poder comprender la biomecánica de este complejo articular por medio de la observación y descripción anatómica.
A pesar de las disecciones realizadas se encontraron variaciones que no son significativas para una conclusión puntual.
Con relación a la biomecánica nos permitió verificar los grados de movilidad, los cuales son muy similares a los descritos por los autores, a pesar de solo realizar medición en cadáveres.
El poder realizar una descripción anatómica, por medio de una categorización de tamaños o razas, un mayor tamaño muestral y comparar grados de movilidad articular de rodillas en pacientes vivos, nos permitiría poder tener mayores conclusiones sobre este gran complejo articular.