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CS
Print version ISSN 2011-0324
CS no.8 Cali July/Dec. 2011
RESEÑAS
Sáenz, José Darío. (2010). Élite política y construcciones de ciudad. Cali, 1958-1998. Cali, Colombia: Universidad Icesi, pp. 338.
Aura Hurtado
Universidad Icesi, Colombia
Las siguientes líneas tienen como propósito presentar algunas apreciaciones sobre el libro de José Darío Sáenz, Élite política y construcciones de ciudad. Cali, 1958-1998. Se privilegiarán los elementos que definen la construcción de su objeto analítico, la disposición de una estrategia metodológica para el tratamiento empírico de la noción de élite, tan espontáneamente utilizada por muchos investigadores que trabajan en el campo de las ciencias sociales y, finalmente, la relación entre Sociología e Historia que, si bien no aparece de forma explícita, se hace manifiesta a lo largo del texto.
El trabajo investigativo adelantado por del autor traza como su objeto analítico la configuración de la élite política moderna para la ciudad de Cali que se dio entre los años 1958 y 1998. Su interés se centra en un cuerpo político que además de materializar la concentración del poder del Estado, gestó como uno de sus rasgos distintivos la profesionalización de sus miembros, lo que se tradujo en la transformación de las formas del ejercicio de la dominación política en la ciudad.
Esto significa que la dedicación exclusiva a la búsqueda y el ejercicio del poder del Estado por parte de un colectivo de individuos, que en términos weberianos viven de y para la política, emergió desde entonces como la principal forma de dominación política.
Se trata de la forma moderna de dominación que se estableció en la ciudad durante la última mitad de siglo pasado, en el marco de un sistema político democrático de corte liberal, que establece como una de sus máximas la idea la libre participación ciudadana en la elección de aquellos que ejercen el poder político estatal. El trabajo investigativo del autor logra mostrar, identificando aquellos que lograron acceder y, sobre todo, retener los cargos más poderosos del Estado en el plano local, que este nuevo principio ordenador de la vida política es en buena medida una especie de ficción.
La estrategia empleada para acceder a este objeto analítico se fundamenta en la metodología que adopta dos dimensiones de análisis: la posicional y la decisional. En la primera de estas dimensiones, se propone identificar a aquellos políticos que han logrado cosechar una extensa actividad política que es posible medir en función de las posiciones alcanzadas dentro de la estructura estatal establecida en la localidad. El criterio para identificar, en medio del amplio grupo conformado por la clase política, a su porción más selecta, es decir a su élite, es la permanencia en el ejercicio político, medida en función del número de cargos públicos de posición relevante alcanzados por los políticos profesionales de la localidad. La recolección y tratamiento de un abundante material documental, dio paso a la construcción de una base de datos estadística que le permitió al autor caracterizar a este grupo controlando variables como lugar y año de nacimiento, lugar de residencia, centros de formación académica, profesión, partido y fracción política.
Al rastrear los desplazamientos de los miembros de la élite por las diferentes fracciones partidarias, es posible observar que se reducen las adscripciones y lealtades a los líderes nacionales que promueven proyectos ideológicos y políticos en el interior de los partidos, privilegiando la pertenencia a fracciones de alcance local que aseguran mayores réditos electorales. Esto significa una transformación trascendental en las formas de acción política de la élite, pues se abandona progresivamente la disciplina de partido para dar paso a la fidelidad hacia grupos y movimientos de orientación personal que se constituyen como eficientes empresas electorales en la localidad.
Pero el trabajo del autor no se limita a identificar a los miembros de la élite, sino avanza en la definición del sentido que, en el devenir político, adquieren las acciones que éstos realizan desde sus posiciones de poder. De manera que, en la segunda dimensión analítica la ruta de acceso elegida está conformada por las decisiones tomadas sobre la extensión de la ciudad. Los miembros de la élite, al tramitar las demandas de los sectores populares frente a la creación y legalización de barrios periféricos de la ciudad, lograron capitalizar eficazmente estas decisiones en el haber político de las fracciones que representaban.
Al retratar la extensión de la ciudad a partir de un ejercicio de cartografía social, el autor muestra, de manera detallada, la ampliación del perímetro urbano hacia zonas periféricas que aún no habían alcanzado un vínculo institucional con la ciudad. Los mapas presentados muestran cómo el desbordamiento de la ciudad hacia la zona oriental que colinda con el río Cauca, más propensa a las inundaciones, estuvo estrechamente relacionado con una estrategia de conservación de los predios mejor ubicados para otros sectores sociales. Pero, más importante aún, además permiten apreciar que este era uno de los mecanismos de afianzamiento político que empleaba la élite a través de la compleja red de relaciones de poder que tejen las diferentes fracciones que la componen. Observar de manera conjunta estas decisiones evidencia la implementación de una política pública que definió la distribución territorial de la ciudad en relación con las diferencias de clase, dando paso a la formación de espacios sociales excluyentes.
Aunque, como lo anotó Claudia López en el prólogo del libro, estos procesos de exclusión espacial son comunes en las ciudades colombianas, lo novedoso de la investigación reside en la posibilidad de establecer las utilidades que en términos de legitimidad acumula la élite política. En este punto, es posible mencionar que las perspectivas analíticas propuestas por el autor estimulan la formulación de nuevas preguntas en torno a la especificad de la élite política de Cali, en comparación con los procesos vividos en otras ciudades.
En este mismo sentido, es preciso anotar que la perspectiva histórica presente en la construcción de la élite política, como objeto de investigación, favorece la comprensión de la genealogía del fenómeno. En este caso, la valoración del tiempo como una variable comprensiva, que permite objetivar aquellos supuestos que son presentados como elementos esenciales de la sociedad. Evidenciar la configuración histórica de las relaciones de dominación constituye una de las fortalezas de la investigación del autor, pues se inscribe como un trabajo que desnaturaliza un orden social presentado bajo formas simbólicas de representación que gravitan en torno a un sentido de pertenencia a la ciudad. Igualmente, permite formular nuevas preguntas para desmitificar ideas sobre la preferencia de la gente negra por las zonas de la ciudad aledañas al río Cauca por tratarse de espacios ''más familiares y cercanos'' a los paisajes fluviales del Pacífico Colombiano.