1. Introducción
Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), realizan grandes aportes en el ámbito educativo, laboral, cultural y social, siendo mediadoras en la construcción del conocimiento y convirtiéndose en herramientas indispensables en el desarrollo de las relaciones sociales y culturales, aspecto relevante, principalmente en los adolescentes (González-Ramírez & López-Gracia, 2018; Alfaro et al., 2015; Álvarez et al., 2011). Están presentes en la mayoría de actividades que realiza el ser humano, aspecto que se evidenció en la pandemia provocada por el COVID19, donde se convirtieron en las protagonistas de una virtualidad normalizada, en la que no solo apoyaron procesos relacionados con el trabajo y estudio, sino que se convirtieron en la única opción de acercamiento e interacción social entre amigos, compañeros, parejas y familiares, estudiantes y profesores en un momento en el que reinaba el aislamiento y el contacto físico no estaba permitido. Es innegable que las TIC apoyan procesos de formación y favorecen las interacciones humanas, principalmente en la población adolescente, pero, igualmente se convierten en una herramienta idónea para quienes buscan causar daño y generar nuevas formas de violencia (Estébanez, 2018; Ortega-Ruiz & Zych, 2016).
Violencia que, al generarse, magnificarse o reproducirse a través de las TIC, de internet o el ciberespacio, es denominada como violencia en la red, violencia online, violencia cibernética, violencia viral, violencia digital y ciberviolencia, término que será utilizado en esta investigación para referirse a la violencia generada a través de las TIC o el ciberespacio (Crosas-Remón & Medina-Bravo, 2019; Estébanez, 2018; Fernández & Esteban, 2018). La ciberviolencia y su incidencia en la vida de los adolescentes ha sido una preocupación a nivel mundial, diferentes autores han realizado investigaciones para identificar sus modalidades, factores de riesgo, actores involucrados y las consecuencias que tiene tanto en la edad temprana de los seres humanos como las posibles repercusiones en la edad adulta (Peris-Hernández et al., 2021; Catone et al., 2020; Sittichai & Smith, 2021; Gomez et al., 2020; Marín, 2020; Sanjuán, 2019; Cohen, 2018; Smith & Livingstone, 2017; Álvarez et al., 2011).
La ciberviolencia es un fenómeno que se presenta principalmente en adolescentes y que se agudizó debido a la pandemia generada por el COVID19, donde para garantizar el derecho a la educación, las aulas de clase se trasladaron a los entornos virtuales y los estudiantes fueron sometidos a un confinamiento en sus hogares donde su único medio de socialización fue una pantalla (Díaz-Buelvas & Puerta-Herrera, 2021; De La Cruz, 2022). Este fenómeno incide principalmente en estudiantes de básica secundaria y media, quienes se encuentran en la etapa de la adolescencia y pasan gran parte de su tiempo haciendo uso de internet (Chalco-Fernández, 2021).
Concretamente, en la institución educativa que hace parte de esta investigación, se han presentado prácticas a través de internet y las redes sociales que generan alerta en la comunidad educativa, por ser una forma de cibervictimización en la que están involucrados los estudiantes de básica secundaria y media. Estas consisten en utilizar las redes sociales para publicar el nombre y foto de una persona, acompañado de la frase “para curtir” y el motivo por el cual se postula a esa persona para ser víctima de ataques, es una invitación que incita a los demás usuarios a enviarle mensajes insultantes. La postulación se acompaña de la palabra “tape” que hace alusión a que no se deje ver a los demás el nombre del postulante, es decir, de la persona que elige o propone a otra para ser cibervictimizada.
De ahí que, muchas de esas prácticas de ciberviolencia, a pesar de generarse en el entorno virtual, están motivadas por comportamientos o conflictos que se han dado en el entorno físico, ya sea una mala mirada, un malentendido, un comportamiento no aprobado o simplemente porque algo de esa persona le molesta. La violencia en el entorno escolar se torna en acoso cuando por un desequilibrio de poder entre pares, dicho desequilibrio es el punto de partida de la violencia entre los estudiantes (López et al., 2021). Estas prácticas afectan considerablemente la convivencia escolar, algunas de ellas están motivadas por eventos desarrollados en el mundo físico que son llevados al ciberespacio y muchas otras se originan en el entorno virtual, pero sus consecuencias se observan en el mundo físico, es decir que los fenómenos de la ciberviolencia pasan fácilmente de un escenario virtual al físico y viceversa.
Por ende, esta investigación tiene como propósito caracterizar la ciberviolencia que se presenta en adolescentes de educación básica secundaria y media de una institución educativa del sector oficial de la ciudad de Duitama, dando respuesta a la pregunta de investigación: ¿En qué medida se presenta y cuáles son los principales tipos de ciberviolencia en adolescentes escolarizados de la educación básica secundaria y media?
2. Metodología
2.1 Ciberviolencia y sus tipos
La ciberviolencia es un fenómeno que está presente en la vida de los adolescentes (Relva et al., 2023; Peris-Hernández et al., 2021; Díaz-Buelvas & Puerta-Herrera, 2021; Estébanez, 2018; Smith & Livingstone; 2017; Del Rey et al., 2015), se expresa de diferentes formas y Sanjuán (2019), destaca las siguientes:
Sexting sin consentimiento: intercambio de mensajes o material online con contenido sexual
Sextorsión: chantaje o amenaza de publicar contenido audiovisual o información personal de tipo sexual.
Violencia online en la pareja o expareja: comportamientos que pretenden controlar o causar daño a la pareja o expareja.
Ciberacoso o ciyberbullying: hostigamiento hacia una víctima a través de mensajes, imágenes, videos o comentarios, todos ellos con la intención de dañar, insultar, humillar o difamar.
The happy slappining o paliza feliz: grabación y publicación de una agresión física, verbal o sexual hacia una persona.
Grooming: mediante el cual una persona adulta contacta electrónicamente a un niño, niña o adolescente con el propósito de ganarse su confianza e involucrarle en una actividad sexual.
Exposición involuntaria a contenidos inapropiados (material sexual y/o violento): exposición a un contenido violento o sexual que no es apropiado para su edad porque puede afectar su desarrollo y su comprensión de las relaciones personales.
La incitación a conductas dañinas: exposición a páginas o plataformas que explican o incitan a la autolesión o promueven desórdenes alimenticios.
A nivel mundial, diversos autores han diseñado y validado instrumentos para identificar las diferentes formas de ciberviolencia que se presentan y en qué medida afecta a los adolescentes. Se encontraron estudios como Cyber victim and bullying scale: A study of validity and reliability, de Çetin et al. (2011), quienes desarrollaron una escala para determinar las conductas de cibervictimización y bullying de los estudiantes de secundaria. El Structural validation and cross-cultural robustness of the European Cyberbullying Intervention Project Questionnaire, desarrollado y validado por Del Rey et al. (2015), es un instrumento que permite medir comportamientos de ciberacoso, diferenciando conductas de cibervictimización y ciberagresión. También está el Cuestionario de cibervictimización en estudiantes de Secundaria de Álvarez-García et al. (2015), diseñado para identificar en qué medida los adolescentes son víctimas de agresiones a través del teléfono móvil o Internet.
La ciberviolencia implica acciones de ciberagresión y de cibervictimización, por lo que ha sido estudiada tanto desde la perspectiva de la víctima como la del agresor. En esta investigación se estudiará el fenómeno de cibervictimización definido por Álvarez-García et al. (2015), como el padecimiento que sufren los adolescentes cuando son víctimas de cualquier agresión a través de internet, agresiones que pueden ser de tipo verbal, escrita, sexual, suplantación, exclusión online y sus posibles interacciones.
En esta investigación se aplicó el cuestionario validado por Álvarez-García et al. (2015), a una muestra de 656 estudiantes de básica secundaria y media de una Institución educativa de la ciudad de Duitama, Colombia, con el cual se identificaron diferentes formas de cibervictimización, como: insultos verbales y escritos, suplantación, exclusión online y envío de mensajes con contenido sexual. Los resultados evidencian una prevalencia significativa en el envío de fotos y videos desagradables y con contenido sexual, insultos a través de mensajes de texto, mensajería instantánea y mensajes anónimos de amenaza, entre otros.
2.2 Aspectos metodológicos
El diseño de la investigación es de tipo descriptivo, ya que buscó medir y analizar cómo se manifiesta la cibervictimización en adolescentes escolarizados (Hernández, Fernández & Baptista, 2015). Los estudiantes que participaron en el estudio pertenecen a una institución educativa pública de la ciudad de Duitama, que cuenta con una población aproximada de 1500 estudiantes, pertenecientes a los estratos socioeconómicos 1 a 3. La institución fue seleccionada a conveniencia de los investigadores por tener vínculo laboral con ella. Se tomó una muestra de 656 estudiantes, que accedieron voluntariamente a contestar el cuestionario online para medir la cibervictimización y de quienes sus acudientes o representantes legales firmaron el consentimiento informado para que fuesen partícipes de la investigación.
El cuestionario online está compuesto por variables de tipo demográfico, como: género, edad, grado, acceso a internet, acceso a dispositivos electrónicos (celular, Tablet, computador, entre otros). También se incluye el cuestionario de cibervictimización en estudiantes de secundaria de Álvarez-García et al. (2015), compuesto por 26 ítems calificados en una escala tipo Likert de 4 niveles, la cual permite medir si un adolescente ha sufrido cibervictimización de tipo verbal-escrita, visual, exclusión online, suplantación y relacional sexual en los últimos 12 meses.
La información recolectada en el cuestionario se analizó utilizando la versión de prueba gratuita del software IBM SPSS. En primer lugar, se aplicó el coeficiente Alfa de Cronbach para analizar la fiabilidad de las respuestas obtenidas de los estudiantes. Posteriormente, se aplicó un análisis estadístico descriptivo para analizar las frecuencias, medias y desviaciones estándar de las respuestas obtenidas en el cuestionario de cibervictimización.
3. Resultados y discusión
3.1 Análisis estadístico del cuestionario aplicado a los estudiantes
Se analizaron las respuestas de 656 estudiantes de grado sexto a undécimo de educación básica secundaria y media de una institución educativa del sector público de la ciudad de Duitama. Las edades están comprendidas entre los 10 y 19 años (M=13,934, DM=1,8411), de los cuales el 48,2 % son de género femenino, el 50,9 % de género masculino y el 0,9 % no se identifica con ninguno de los dos géneros. El 82,6 % de los estudiantes encuestados cuentan con celular para uso personal. Al momento de navegar en internet los porcentajes más representativos en cuanto a los dispositivos utilizados, son: el 26,5 % a través del celular con datos, el 20,6 % mediante el computador, el 14,6 % hace uso de computador y celular, el 8,2 % se conecta por medio del SmartTV, el 6,1 % hace uso del SmartTV y el computador, el 8,7 % combina smarTV, computador y celular, el 2,1 % asiste a un café internet, el 1,4 % navega a través de la Tablet y el 11,8 % se distribuye en la combinación de diferentes dispositivos. Para un mayor detalle en la edad, género y grado de los estudiantes de la muestra analizada, observar la tabla 1.
Edad Años) | |||||||||||||
---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
10 | 11 | 12 | 13 | 14 | 15 | 16 | 17 | 18 | 19 | 20 | 21 | ||
Género | Otro | 0 | 0 | 1 | 2 | 1 | 1 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Femenino | 4 | 30 | 39 | 56 | 66 | 52 | 49 | 14 | 5 | 1 | 0 | 0 | |
Masculino | 4 | 27 | 49 | 68 | 59 | 59 | 36 | 18 | 11 | 3 | 0 | 0 | |
Grado | Sexto | 8 | 52 | 24 | 15 | 4 | 2 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 |
Séptimo | 0 | 5 | 63 | 23 | 19 | 3 | 4 | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Octavo | 0 | 0 | 2 | 80 | 26 | 10 | 5 | 1 | 0 | 0 | 0 | 0 | |
Noveno | 0 | 0 | 0 | 8 | 73 | 37 | 15 | 4 | 1 | 0 | 0 | 0 | |
Décimo | 0 | 0 | 0 | 0 | 4 | 57 | 16 | 10 | 2 | 0 | 0 | 0 | |
Undécimo | 0 | 0 | 0 | 0 | 0 | 3 | 46 | 17 | 13 | 4 | 0 | 0 |
Los resultados anteriores concuerdan con los de Iranzo et al. (2019), quienes encontraron que el 70 % de los adolescentes españoles tienen un smartphone a los 12 años para uso personal, destacando que España es el país europeo con mayor porcentaje de acceso a internet a través de este tipo de dispositivos.
3.2 Prueba de confiabilidad cuestionario de cibervictimización
El Cuestionario de Cibervictimización en Estudiantes de Secundaria de Álvarez-García et al. (2015), consta de 26 ítems calificados en una escala tipo Likert de 4 puntos que van desde 1 (nunca) hasta 4 (siempre) y permite medir en qué proporción un adolescente ha sido víctima de ciberviolencia en los últimos 12 meses.
En este estudio se adicionó la subescala relacional sexual, atendiendo a la modificación de Álvarez-García et al. (2015), al señalar que los ítems 7, 24 y 25 no son congruentes con el modelo planteado inicialmente por Nocentini et al. (2010, citados en Álvarez-García et al., 2015), puesto que, estos tienen una connotación de tipo sexual, tipo de cibervictimización a la que recomiendan darle mayor importancia en futuros estudios. En este sentido se acata la recomendación, agrupando los ítems 7, 24 y 25 en una nueva subescala, llamada cibervictimización de tipo relacional sexual. En la figura 1 se muestran las cinco subescalas con sus respectivos ítems.
Para medir la confiabilidad del cuestionario en términos de consistencia interna, se utilizó el coeficiente del Alpha de Cronbach, obteniéndose una alpha de 0,947; es decir, la escala de cibervictimización tiene un coeficiente de fiabilidad superior, lo que indica que la fiabilidad de las puntuaciones del cuestionario de cibervictimización en la muestra es confiable. Esto en razón a que un coeficiente por debajo de 0,70 se considera inaceptable, entre 0,70 y 0,79 moderado, entre 0,80 y 0,89 alto y superior a 0,90 muy alto, como afirma Cicchetti (1994, citado por Álvarez-García et al., 2015).
El cuestionario de cibervictimización está dividido en cinco subescalas. Oviedo y Campo (2005), plantean que se debe aplicar el coeficiente Alpha de Cronbach para cada subescala, como se presenta en la tabla 2. En este caso, todas las puntuaciones del Alpha de Cronbach son superiores a 0,7, es decir, la fiabilidad de las puntuaciones en cada una de las subescalas en la muestra es idónea para medir los diferentes tipos de cibervictimización.
3.3 Análisis descriptivo cuestionario de cibervictimización
En la tabla 3 se presentan los resultados de los 26 ítems del cuestionario de cibervictimización, tal y como fueron presentados a la muestra de estudiantes que accedieron a contestar el cuestionario online. Se muestran el número de casos obtenidos en cada una de las categorías (1= Nunca, 2=pocas veces, 3= muchas veces, 4= siempre), para el total de la muestra. También se presentan las medias y las desviaciones típicas de las puntuaciones obtenidas con el criterio anterior. De esta manera la puntuación total (suma de las puntuaciones de los 26 ítems representará el nivel de cibervictimización de cada encuestado, entendiendo que, entre más alta sea la puntuación, mayor es el nivel de ciberviolencia que está afectando al estudiante.
No. | ítem | Nunca | Pocas veces | Muchas veces | Siempre | Media | Error típico de la media |
---|---|---|---|---|---|---|---|
1 | Se han hecho pasar por mí en Internet publicando comentarios a mi nombre, como si fuese yo | 574 | 65 | 9 | 8 | 1,16 | ,0 |
2 | Han copiado conversaciones privadas mías y se las han enviado a otros, para dañarme | 556 | 76 | 15 | 9 | 1,20 | ,0 |
3 | Alguna persona no me ha admitido o me ha expulsado de su equipo en juegos online, sin haber hecho yo nada malo que lo justifique | 511 | 93 | 39 | 13 | 1,32 | ,0 |
4 | Han colgado en Internet fotos mías trucadas (modificadas), para hacerme daño o reírse de mí | 616 | 23 | 10 | 7 | 1,10 | ,0 |
5 | Alguien se ha hecho pasar por otra persona, para reírse de mí a través de Internet o del teléfono móvil | 590 | 48 | 12 | 6 | 1,14 | ,0 |
6 | Me han echado o no me han aceptado en la lista de contactos de algún chat, red social (p.ej. Tuenti) o programa de mensajería instantánea(p.ej. Messenger) | 572 | 62 | 13 | 9 | 1,18 | ,0 |
7 | Me han enviado fotos o vídeos «fuertes”, desagradables para mí | 498 | 120 | 28 | 10 | 1,31 | ,0 |
8 | He recibido llamadas a mi móvil, que no contestan, supongo que para fastidiar | 416 | 158 | 59 | 23 | 1,53 | ,0 |
9 | Han colgado en Internet fotos o vídeos reales comprometidos, sin mi permiso, para hacerme daño o reírse de mí | 629 | 17 | 7 | 3 | 1,06 | ,0 |
10 | Se han publicado en Internet informaciones que había dado en secreto, para que no se lo dijesen a nadie, y que me dañan | 611 | 31 | 7 | 7 | 1,10 | ,0 |
11 | He recibido llamadas para insultarme o burlarse de mí | 595 | 40 | 14 | 7 | 1,14 | ,0 |
12 | Me han bloqueado el acceso al correo electrónico, a una red social (Tuenti) o a un programa de mensajería instantánea (Messenger, WhatsApp), cambiando mi contraseña | 575 | 57 | 16 | 8 | 1,17 | ,0 |
13 | Se han burlado de mí con comentarios ofensivos o insultantes en las redes sociales | 566 | 66 | 17 | 7 | 1,18 | ,0 |
14 | Me han pegado, lo han grabado y luego lo han difundido | 640 | 7 | 7 | 2 | 1,04 | ,0 |
15 | He recibido insultos a través de mensajes cortos de texto (sms) o programas de mensajería instantánea (p.ej. WhatsApp) | 530 | 96 | 23 | 7 | 1,25 | ,0 |
16 | Se han hecho pasar por mí en Facebook, Twitter, Tuenti, creando un falso perfil de usuario (foto, datos personales) con el que se me ha insultado o ridiculizado | 610 | 29 | 8 | 9 | 1,11 | ,0 |
17 | He recibido mensajes anónimos (sms, WhatsApp. . .), en los que se me amenazaba o atemorizaba | 582 | 53 | 12 | 9 | 1,16 | ,0 |
18 | Se han hecho quejas falsas sobre mí en algún foro, red social o juego online, que han hecho que me expulsasen | 596 | 46 | 10 | 4 | 1,12 | ,0 |
19 | Han reenviado a otras personas, para dañarme, correos o mensajes privados que yo había enviado | 612 | 30 | 10 | 4 | 1,09 | ,0 |
20 | Me han obligado a hacer algo humillante, lo han grabado y luego lo han difundido para burlarse de mí | 640 | 9 | 3 | 4 | 1,04 | ,0 |
21 | Me han amenazado públicamente, a través de las redes sociales (Tuenti, Twitter, Facebook. . .) | 617 | 25 | 9 | 5 | 1,09 | ,0 |
22 | Se ponen de acuerdo para hacerme el vacío (ignorarme) en las redes sociales | 596 | 39 | 14 | 7 | 1,13 | ,0 |
23 | He recibido llamadas anónimas, para amenazarme o atemorizarme | 610 | 30 | 10 | 6 | 1,10 | ,0 |
24 | He recibido comentarios sexuales no deseados a través de Internet | 521 | 105 | 18 | 12 | 1,30 | ,0 |
25 | Alguien que ha conseguido mi contraseña ha enviado mensajes molestos a algún conocido, como si hubiese sido yo, para meterme en líos | 585 | 53 | 12 | 6 | 1,14 | ,0 |
26 | Se han publicado rumores falsos sobre mí en alguna red social | 609 | 29 | 11 | 7 | 1,11 | ,0 |
Entre los ítems mejor valorados se destaca en primer lugar el 8, con una media de 1,5 puntos (He recibido llamadas a mi móvil, que no contestan, supongo que para fastidiar) correspondiente al tipo de cibervictimización “verbal o escrita”. En segundo lugar, con una media aproximada de 1,3 puntos los ítems 3, 7 y 24 (3 = Alguna persona no me ha admitido o me ha expulsado de su equipo en juegos online, sin haber hecho yo nada malo que lo justifique, 7= Me han enviado fotos o vídeos «fuertes”, desagradables para mí y 24= He recibido comentarios sexuales no deseados a través de Internet). El ítem 3 pertenece a cibervictimización de tipo “exclusión online”, mientras que los ítems 7 y 24 corresponden a victimización de tipo “relacional sexual”. Lo anterior indica que los tipos de cibervictimización que más sufren los estudiantes son la relacional sexual y verbal escrita.
La menor puntuación se obtuvo en los ítems 14 y 20, con una media de 1,04, correspondientes a victimización visual, lo que significa que, este tipo de victimización se presenta en una proporción muy baja. Es importante resaltar que, según la frecuencia de las respuestas, el ítem 14 (Me han pegado, lo han grabado y luego lo han difundido), se ha presentado pocas veces en 7 estudiantes, muchas veces en 7 estudiantes y 2 estudiantes afirman ser víctimas de este tipo de cibervictimización siempre. En cuanto al ítem 20 (Me han obligado a hacer algo humillante, lo han grabado y luego lo han difundido para burlarse de mí), se encontró que 9 estudiantes afirman haber padecido este tipo de cibervictimización pocas veces, 3 muchas veces y 4 estudiantes afirman que siempre son víctimas de este fenómeno.
3.4 Análisis de la cibervictimización de la media total por estudiante
En la tabla 4 se presentan los niveles de cibervictimización al analizar la sumatoria total obtenida por cada estudiante al responder el cuestionario aplicado. En este caso, valores iguales o menores a 26 no presentan cibervictimización, puntajes de 27 a 52 presentan un nivel bajo de cibervictimización, puntajes de 53 a 78 señalan un nivel de cibervictimización alto y puntajes de 79 a 104 evidencian niveles muy altos de cibervictimización.
Puntaje | % de estudiantes | Nivel |
---|---|---|
0 - 26 | 36,6 | Nunca |
27 - 52 | 60,4 | Pocas veces |
53 - 78 | 2,6 | Muchas veces |
79 - 104 | 0,5 | Siempre |
Se evidencia que el 63,5% de la muestra, que corresponde a 416 estudiantes, ha sufrido de cibervictimización por lo menos una vez; de estos, el 51% corresponden a género masculino, 48% género femenino y 1% no se identifica con ningún género. Estos resultados concuerdan con los de Martín-Criado et al. (2021), quienes encontraron en su estudio una prevalencia de cibervictimización del 13,21%, de los cuales el 51,2% eran chicos y el 48,8% chicas.
3.5 Análisis de la cibervictimización por género
En la figura 2 se muestra la media obtenida en la escala de cibervictimización a nivel general y las medias por cada tipo de cibervictimización en relación al género.
En la figura 2 se evidencia que en la escala de cibervictimización a nivel general, se presenta una mayor cibervictimización en los estudiantes que no se identifican con ninguno de los dos géneros. Respecto a los géneros masculino y femenino, se observa que los dos están muy cerca de la media general, predominando la cibervictimización en estudiantes de género masculino.
En cuanto a la clasificación por tipos de cibervictimización, la que se presenta en mayor medida es la de tipo relacional sexual, sufrida principalmente por estudiantes que no se reconocen en ninguno de los dos géneros, tendencia que se repite en los demás tipos de cibervictimización. En cuanto a los géneros femenino y masculino, este tipo de victimización afecta en mayor medida a las niñas. Caso contrario sucede en la cibervictimización de tipo exclusión online, en la que el género masculino presenta una mayor proporción.
3.6 Discusión
El objetivo de esta investigación ha sido indagar si los adolescentes de educación básica secundaria y media han padecido cibervictimización en cualquiera de sus tipologías. Los resultados evidencian que los adolescentes manifiestan haber sido víctimas al menos una vez de la ciberviolencia en un 63,41%, es decir, este es un fenómeno que está presente en las instituciones educativas, no es un problema menor que deba ser ignorado y requiere intervención oportuna. Los resultados concuerdan con estudios previos (Iranzo et al., 2019; Niño-Vega et al., 2020; Martín-Criado et al., 2021; Chalco-Fernández, 2021; De La Cruz, 2022; Relva et al., 2023), que analizan diferentes factores relacionados con el fenómeno de cibervictimización. Este fenómeno afecta la salud física y mental de niños, niñas y adolescentes y puede ocasionar consecuencias relacionadas con baja autoestima, adicción a sustancias psicoactivas, depresión, inadaptación social e ideación suicida (Chalco-Fernández, 2021; Iranzo et al., 2019; Casas et al., 2017).
En este estudio, los resultados evidencian que los estudiantes que no se identifican con ninguno de los dos géneros presentan diferentes tipos de cibervictimización; si bien es cierto que el porcentaje de estos estudiantes es bajo (1%), abre la posibilidad de indagar a futuro sobre la cibervictimización en una muestra más amplia de adolescentes con estas características. En cuanto a los géneros masculino y femenino, se observa que los dos están muy cerca de la media general (1,16), predominando la cibervictimización en estudiantes de género masculino. Estos resultados son opuestos a los encontrados por Luengo (2014, citado en Chalco-Fernández, 2021), quien señala que las mujeres son más propensas a sufrir de cibervictimización.
En la clasificación por tipos de cibervictimización, la que se presenta en mayor medida es la de tipo relacional sexual, sufrida principalmente por estudiantes que no se reconocen en ninguno de los dos géneros, tendencia que se repite en las demás clasificaciones. En cuanto a los géneros femenino y masculino, este tipo de victimización afecta en mayor medida a las niñas. Caso contrario sucede en la cibervictimización de tipo exclusión online en la que el género masculino presenta una mayor proporción. Resultados semejantes obtuvo Velázquez-Reyes (2022), quien en su investigación concluye que un 33,79% de adolescentes han sufrido cibervictimización y que las chicas se ven más afectadas que sus compañeros hombres, excepto en la cibervictimización de exclusión online, la cual está relacionada con ser expulsado o no aceptado en las partidas en línea de videojuegos.
Finalmente, el presente estudio aporta resultados relevantes en cuanto al padecimiento de la cibervictimización en estudiantes de básica secundaria y media, problemática que ha despertado el interés y preocupación de los docentes por buscar apoyo en herramientas didácticas que les permita afrontar este fenómeno (Cristancho-Vega & Niño-Vega, 2020). Así mismo, permite avanzar sobre el conocimiento de la cibervictimización y su relación con la aparición de problemas como la depresión, la ansiedad, el estrés postraumático, la ideación suicida y en algunos casos en los que las consecuencias traspasan del mundo virtual al físico, el suicidio (Casas et al., 2017). Igualmente, en el grupo de estudiantes que no declara abiertamente pertenecer al género femenino ni masculino, se observan indicios de un alto nivel de cibervictimización, lo cual constituye un nicho de investigación interesante para la inclusión.
4. Conclusiones
Los resultados evidencian que la confiabilidad interna de las respuestas del cuestionario es alta, por lo tanto, es adecuado y válido para medir la cibervictimización en estudiantes de básica secundaria y media, permitiendo identificar la tipología que en mayor medida padecen los adolescentes en edad escolar. Se recomienda aplicar este tipo de cuestionarios en las instituciones educativas públicas y privadas para identificar los tipos de cibervictimización que afectan a los estudiantes y así poder diseñar estrategias y políticas de prevención y erradicación de la ciberviolencia en adolescentes.
Se concluye que la ciberviolencia es un fenómeno que se presenta en las instituciones de educación básica y media, se presenta de diferentes formas y sin importar la edad ni el género.
En este sentido, es necesario establecer estrategias que contribuyan a mejorar la convivencia en los espacios virtuales, especialmente en aquellos que son empleados de manera frecuente por los escolares colombianos. Dichas estrategias deberían permitir la convivencia en el ciberespacio, basada en relaciones interpersonales positivas, el diálogo, el respeto mutuo y actitudes prosociales, es decir, lo que algunos investigadores denominan ciberconvivencia.
Los resultados de este proyecto demuestran que la cibervictimización es un fenómeno que afecta a los estudiantes y la forma como se relacionan en los espacios virtuales, tema que ha despertado el interés a nivel mundial de diversas instituciones e investigadores. Este estudio deja varias líneas abiertas para futuras investigaciones, en las que se recomienda analizar el papel que desempeñan la familia, los iguales y la escuela en la ciberviolencia y el efecto de la cibervictimización en la salud mental de los adolescentes, ampliando la población a otros niveles de escolaridad y contextos económicos.