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HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local

On-line version ISSN 2145-132X

Historelo.rev.hist.reg.local vol.15 no.32 Medellín Jan./Apr. 2023  Epub Dec 16, 2022

https://doi.org/10.15446/historelo.v15n32.100212 

Artículos

El ascenso del gaitanismo en Colombia. Itinerario de un triunfo electoral en el departamento de Santander, 1944-1948

The Rise of Gaitanismo in Colombia. Itinerary of an Electoral Triumph in the Department of Santander, 1944-1948

A ascensão do gaitanismo na Colômbia. Itinerário de um triunfo eleitoral no departamento de Santander, 1944-1948

Juliana Villabona-Ardila* 
http://orcid.org/0000-0002-5829-9063

Álvaro Acevedo-Tarazona** 
http://orcid.org/0000-0002-3563-9213

* Magíster en Historia por la Universidad Industrial de Santander, Colombia; Historiadora y Archivista de la misma Universidad. Investigadora del grupo Políticas, sociabilidades y representaciones histórico-educativas (PSORHE), Universidad Industrial de Santander. Este artículo es resultado parcial del proyecto de investigación “Resistencias: las producciones culturales audiovisuales y literarias como alternativa de la memoria del conflicto armado colombiano, 1987-2016” financiado por el Centro Nacional de Memoria Histórica y Minciencias. El autor principal del artículo, Álvaro Acevedo-Tarazona, participa como director de la investigación y la coautora, Juliana Villabona-Ardila, labora como auxiliar de investigación. Correo electrónico: villabonardila@hotmail.com https://orcid.org/0000-0002-5829-9063

** Doctor en Historia por la Universidad de Huelva, España. Profesor Titular de la Universidad Industrial de Santander, Colombia. Correo electrónico: acetara@uis.edu.co https://orcid.org/0000-0002-3563-9213


Resumen

Este artículo analiza el ascenso del gaitanismo en el departamento de Santander, entre 1944 y 1948. Luego de las elecciones presidenciales de 1946 en las que el partido liberal se presentó con dos candidatos, Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán, el primero recibió una de las mayores votaciones en este departamento, incluso mucho mayor que la votación por Jorge Eliécer Gaitán. No obstante, posterior a esta elección presidencial, Gaitán conseguiría en 1947 las mayorías en Senado, Cámara y Asamblea tanto en el departamento de Santander como en todo el país. Este ascenso vertiginoso del gaitanismo se analiza a partir del diario Vanguardia Liberal de Bucaramanga, principal periódico del liberalismo en Santander, quien pasaría de atacar a Gaitán a apoyarlo, en medio de un contexto de polarización, confrontación y violencia nacional que se desbordaría inconteniblemente con el asesinato del carismático líder en 1948.

Palabras clave: elecciones; gaitanismo; polarización; política; violencia; Colombia-Santander

Abstract

This article looks into the rise of Gaitanismo in the Department of Santander, between 1944 and 1948. For the presidential elections held in 1946, the Liberal Party had two candidates: Gabriel Turbay and Jorge Eliécer Gaitán. The former got one of the highest polls in the region, much higher than that of the latter. Nonetheless, only a year later, in 1947, Gaitán managed to obtain the Senate and Chamber majorities, as well as those from the regional power in Santander and all over the country. The fast climb of Gaitanismo is examined based on Vanguardia Liberal, a local newspaper from the city of Bucaramanga and the main paper of Liberals in Santander, which would go from attacking Gaitán to supporting him, amid polarization, confrontation and a nationwide violent context that went out of control after the charismatic leader's murder in 1948.

Keywords: elections; gaitanismo; polarization; politics; violence; Colombia-Santander

Resumo

Este artigo analisa a ascensão do gaitanismo no departamento de Santander, entre 1944 e 1848. Após as eleições presidenciais de 1946 em que o partido liberal concorreu com dois candidatos, Gabriel Turbay e Jorge Eliécer Gaitán, o primeiro recebeu uma das maiores votações neste de partamento, até mesmo muito superior ao voto de Jorge Eliécer Gaitán. Contudo, depois desta eleição presidencial, Gaitán obteria em 1947 maiorias no Senado, Câmara e Assembleia, tanto no departamento de Santander quanto em todo o país. Esta ascensão vertiginosa do gaitanismo é analisada a partir do diário Vanguardia Liberal de Bucaramanga, o principal jornal do liberalismo em Santander, que passaria de atacar Gaitán a apoiá-lo, em meio de um contexto de polarização, confronto e violência nacional que transbordaria incontrolavelmente com o assassinato do líder carismático em 1948.

Palavras-chave: eleições; gaitanismo; polarização; política; violência; Colômbia-Santander

Introducción

Desde el siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX el departamento de Santander fue reconocido, de modo indiscutido, como un territorio de filiación política liberal. En 1922, en la primera campaña electoral del siglo XX en la que los partidos liberal y conservador participaron, Benjamín Herrera, promovido por el partido liberal, salió victorioso en territorio santandereano. En 1930, con el retorno definitivo de los liberales a la contienda electoral, el triunfo también fue para el partido liberal. En la década de 1920 la trinchera política del liberalismo en Santander estaba encabezada por Alejandro Galvis Galvis, quien desde su periódico Vanguardia Liberal se había convertido en líder indiscutible del partido y en un crítico de la situación política nacional.1 Su apoyo a la campaña presidencial de 1930 daría sus frutos cuando sería nombrado gobernador del departamento de Santander a finales de este año, tras la consistente campaña realizada por este en favor de la candidatura de Enrique Olaya Herrera.

El ascenso de la carrera política de Alejandro Galvis no se detendría allí. En 1942, Galvis asumiría como ministro de defensa en el segundo gobierno de Alfonso López Pumarejo. Durante estos años Galvis y su periódico representan la oficialidad del partido liberal en Santander, combatiendo incluso a las propias disidencias de su partido. En 1946 Vanguardia Liberal y Galvis Galvis realizaron una firme campaña en favor de la candidatura presidencial de Gabriel Turbay, político santandereano y candidato oficial del liberalismo, quien obtendría en el departamento de Santander 54 914 votos frente a los 6946 por Jorge Eliecer Gaitán. No obstante, estas elecciones fueron ganadas a nivel nacional por el conservador Mariano Ospina Pérez y este partido regresó al poder a finales de ese año. Empero, a partir de 1947 el escenario electoral cambiaría radicalmente en favor de Gaitán. Aun cuando todo el arsenal político liberal se enfocó en apoyar las candidaturas oficialistas, el gaitanismo obtuvo mayoría electoral sobre el liberalismo oficialista en Santander y en todo el país para las elecciones de Senado, Cámara de Representantes y Asambleas departamentales, realizadas el 16 de marzo de 1947 (Contraloría General de la República 1947, 16).

Para el año de 1947 el gaitanismo adquirió tal importancia en Bucaramanga que las visitas de Jorge Eliécer Gaitán se convirtieron en grandes acontecimientos en la ciudad, organizados con gran antelación de modo minucioso. En Bucaramanga el gaitanismo se apoyó en la pequeña prensa y en la movilización de sus seguidores, y no necesitó de la prensa oficial, pilar fundamental de las campañas hasta ese momento en el país. En 1947 el gaitanismo contaba ya con la estructura política, jerárquica, organizacional y de poder de un partido político nacional, algo que los partidos tradicionales habían conseguido luego de décadas de lucha. El presente artículo se enfoca en mostrar el ascenso de este movimiento político de la mano de la politización y la polarización que favorecieron su impulso y consolidación.

Esta revisión del movimiento a escala local ha permitido matizar las hipótesis más conocidas de los estudios nacionales, que por lo general se centran exclusivamente en Bogotá. Está el caso de Esteban Morera-Aparicio quien intenta analizar la influencia del movimiento gaitanista en la ciudad de Cali y muestra como este movimiento se mantuvo con capacidad de movilización luego del asesinato de Gaitán (Morera-Aparicio 2019, XXI). Algo importante de este trabajo y de otros como el de Carlos Charry-Joya (2010), es que conectan al fenómeno gaitanista con un contexto de lucha social de diferentes grupos durante la década de 1940. Este punto es central para el desarrollo de este texto y para comprender las dinámicas del partido liberal en un departamento como Santander, en donde durante toda la década de 1930 y 1940, diferentes grupos y líderes, poco conocidos y difíciles de rastrear, se enfrentaron a liberalismo que consideraban oficialista y alejado de sus bases, algunos por medio de publicaciones periódicas efímeras, que pueden dar algunas pistas sobre este itinerario de ascenso vertiginoso de un movimiento que logró al menos alterar estrategias de medios consolidados como Vanguardia Liberal. Todo esto en medio de una ola creciente de politización, polarización y violencia política que terminaría por desbordarse.

Politización, polarización y populismo: una reflexión necesaria

Cabe señalar, que Gaitán no fue el único ni el primero en tener en cuenta la polarización política en el país como eje de su campaña. El objetivo de los partidos había sido crear hegemonías excluyentes, lo cual conducía a la polarización y creaba un clima de insalvable confrontación (Oquist 1978, 183). Para García (1983), el proceder gaitanista se basó en una unidad inquebrantable al adaptar tácticas de acción partidista tradicionales de exclusión al otro. El propósito gaitanista de plantear una confrontación radical ante una tradición política bipartidista en Colombia, hizo que el gaitanismo se mostrara revolucionario, de impulso popular y con claros visos de justicia social, pero, en esencia, el gaitanismo no dejó de tener contradicciones entre el objetivo y la táctica al plantear una ideología revolucionaria con los métodos tradicionales y las vías formales de hacer la política en Colombia (García 1983).

Esta tesis es reafirmada por Staper-Núñez2 quien propone que, si bien el gaitanis-mo se constituyó como una disidencia del liberalismo sus postulados básicos fueron derivados del partido liberal y, por consiguiente, el gaitanismo nunca estuvo por fuera de este, consolidándose mediante un discurso político con un sentido de justicia social (2011, 168). No obstante, autores como Acuña-Rodríguez (2011) y Braun (2016) sí consideran que el gaitanismo tuvo claras diferencias ideológicas con el partido liberal. Acuña-Rodríguez diferencia al gaitanismo como una tendencia liberal de sentido social con una orientación populista que buscaba el reconocimiento del pueblo como base central de la nación colombiana (2011, 168). Por su parte, Herbert Braun enfatiza en el vínculo que creó Gaitán con las multitudes mediante una forma diferente de hacer política y en la que se evidenciaba un desmonte progresivo de las fronteras entre lo público y lo privado (Braun 2016, 117). Este carácter amplio de inclusión social del gaitanismo es lo que también conduce a relacionar su apuesta política con el populismo.

Cabe señalar que esta suerte de populismo del gaitanismo ha sido planteada por la historiografía desde varios puntos de vista. Basta retomar a Braun quien argumenta que Gaitán para los años de 1930, ya aparece como un conciliador de los intereses de clase. Su interés en quitar "las inequidades que lesionaban a las clases dominadas por la base oligárquica del aparato estatal criollo" se puede rastrear en las relaciones de propiedad descritas en el Plan Gaitán, en su tesis de grado y, especialmente, en los proyectos de ley presentados ante el Congreso que buscaban garantizar un nivel decente de vida, de reciprocidad y de protección para todos los trabajadores. Al respecto y apoyándose en una tesis liberal, Braun señala que el presunto populismo del gaitanismo se habría reducido al propósito algo rosa de reducir la explotación y la exclusión social a proporciones tolerables (Braun 2016, 117). Incluso se podría enfatizar que el populismo gaitanista promovió una política de reconciliación con el pueblo solo para incorporar las masas al juego político (Cardoso y Faletto 1998, 108).

Sin embargo, el problema del populismo se ha complejizado y nuevos estudios han intentado alejar este concepto de las interpretaciones que no pueden evitar verlo como un "error" "desviación" o "amenaza", entendiendo la pluralidad, heterogeneidad y los contextos específicos en los que se han desarrollado experiencias populistas (Magrini y Acosta-Olaya 2021). Para la perspectiva desarrollada en este trabajo es importante el análisis que realiza Acosta-Olaya (2021) sobre la relación compleja entre gaitanismo, populismo y violencia. Este autor sostiene que el movimiento gaitanista no fue una simple continuación de las disputas entre liberales y conservadores y sus dinámicas, sino que, por su prelación a los procesos electorales, encauzó la violencia hacía la amenaza y la beligerancia. Esta perspectiva es problemática para lo que se desarrollará a continuación: primero, la forma como las disidencias liberales y el gaitanismo estuvieron imbuidos en las dinámicas y las confrontaciones partidistas locales en diferentes coyunturas, y segundo, las resonancias específicas que los discursos de la prensa y los grupos políticos a través de esta tenían, en un departamento en que la violencia política se había desarrollado de esta forma (Villabona-Ardila 2021).

Es claro que desde la década de los años veinte del siglo pasado una nueva generación de políticos, a diferencia de generaciones anteriores, cansada de las guerras civiles, no logró encontrar un clima de concordia entre los partidos. Esta nueva generación hizo de la altivez, de la fuerza y de la beligerancia valores supremos de la política, además de recurrir a una retórica incendiaria y actuaciones políticas excluyentes, con efectos desastrosos para el país. De manera que mediante el uso de una retórica agresiva no solo conservadores sino también liberales hicieron invivible la república. Si bien durante diez y seis años de gobierno liberal entre 1930 y 1946, los conservadores rompieron lazos con el gobierno, la ruptura no fue total como la que hicieron los liberales en 1949 cuando el país ya vivía el más grande caos político y social del siglo XX con la muerte de Gaitán el año inmediatamente anterior. El desbordamiento de la violencia llegó a tales extremos que se argumentó, si fuese el caso, defender el partido con la muerte del adversario (Acevedo-Tarazona y Correa-Ramírez 2016, 90, 102, 567).

Las consecuencias de esta polarización política irreconciliable, en la que se llegó a justificar la muerte del adversario ante la legítima defensa de la vida, ya se dejaban ver con más intensidad desde 1945. Los periódicos y los líderes políticos que habían llamado a la guerra intentaron desesperadamente llamar a la paz, pero el odio y la violencia ya eran incontenibles. De tal magnitud era el clima político incendiario en el país, que el 7 de febrero de 1948 Jorge Eliécer Gaitán leyó en la Plaza de Bolívar la famosa Oración por la paz ante unas cien mil personas (Braun 2016, 251). Dos meses después, su muerte sería la gota que derramó la copa en un ambiente en el que la violencia era ya norma, y en un país en el que la confrontación política y la polarización había llegado a ciudades y campos. La confrontación tenía fuerza propia y los discursos de la paz ofrecidos por los líderes de los partidos liberal y conservador tanto a nivel nacional como local, no surtieron ningún efecto. Si bien es cierto que sectores representativos de ambas colectividades partidistas realizaron esfuerzos por restablecer la convivencia y aclimatar la paz, estos naufragaron, unos más tarde que otros, en medio de una fuerza inercial que se había salido de control.

En 1949 las cosas llegaron a un punto de no retorno con la ruptura definitiva del pacto de Unión Nacional en el mes de mayo, y ante el inicio de la campaña por la presidencia. Los esfuerzos por un acuerdo de paz fracasaron y se hizo patente el alejamiento entre las directivas de los partidos y sus bases. Luego de la muerte de Gaitán, la separación entre partidos y bases sería definitiva, pues la elite política quedó desacreditada y la dinámica espontánea de la violencia sería más poderosa que los llamados a la paz. El punto final de este camino sin retorno se evidenció en el golpe militar de Gustavo Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953. Desde 1947 cuando ya era innegable el nivel de confrontación y los liberales fuera del poder empezaron a denunciar la violencia que habían negado durante los diez y seis años de gobiernos liberales, políticos, intelectuales y periodistas hicieron un llamado a la paz, la concordia y la reconciliación. La prensa fue testigo de ello. Pero no fue suficiente: los liberales, luego de la victoria en solitario de Laureano Gómez en la carrera por la presidencia, el 27 de noviembre de 1949, rompieron todas las relaciones con el conservatismo y el gobierno. Al respecto, Carlos Lleras Restrepo diría que "las relaciones entre liberales y conservadores, rotas ya en el orden público, deben estarlo igualmente en el orden privado" (Acevedo-Carmona 2003, 185).

Es imposible estudiar el ascenso electoral del gaitanismo sin tener en cuenta este clima político de confrontación bipartidista nacional. Para el caso del departamento de Santander el contexto de confrontación vivido incluso desde la coyuntura electoral de 1930, registró el ascenso del gaitanismo al pasar de apoyar las candidaturas oficiales del liberalismo por más de dos décadas, al derrotar a las mismas en solo un año. Para ello se tendrán en cuenta tres momentos. Primero, la crisis del segundo gobierno de Alfonso López Pumarejo ante las divisiones, disidencias y faccionalismos dentro del partido liberal. Segundo, el gaitanismo que surgió como una tendencia del liberalismo y que para 1945 se constituyó en una disidencia política del partido liberal con la proclamación de Jorge Eliécer Gaitán como candidato a la presidencia de la República para el año de 1946; un año electoral, vale señalar que se expresó con la más alta votación registrada desde los inicios del siglo XX en Colombia. Finalmente, las elecciones a Asamblea, Cámara y Senado en todo el país en 1947, que le dieron el triunfo a las listas gaitanistas y, en consecuencia, definieron el retorno triunfante de Gaitán al oficialismo liberal; cabe señalar que a finales de este mismo año el gaitanismo se presentó a las elecciones de concejos municipales como el representante oficial del partido liberal. Desde 1947 hasta el asesinato de Gaitán el 19 de abril de 1948, la violencia, la politización y la polarización bipartidista alcanzaron dimensiones nunca antes vistas en el país.

De acuerdo con el historiador mexicano Enrique Krauze, politización es "una concentración excesiva en la política a expensas de las diversas zonas de la realidad, una concentración excesiva en los aspectos más superficiales de la propia política" (Krauze 2012), la cual a través de la orientación puede ofrecer un contenido político y emocional a personas que, corrientemente, no lo tienen. Esta acción de politizar conlleva necesariamente a la polarización política, entendida como el "nodo de conflictos y de confrontaciones políticas intrapartidistas e interpartidistas" (Acevedo-Tarazona y Correa-Ramírez 2016, 161). La época está marcada por una orientación política -politización- implementada desde la plaza pública -oradores como Jorge Eliécer Gaitán y Laureano Gómez-, la Iglesia -sacerdotes- y la prensa que incitaba más a la violencia que al diálogo político, lo cual irremediablemente conllevaría a una alta politización que abriría una ancha brecha de polarización política.

Crisis del gobierno López

En 1942 el panorama del liberalismo era muy diferente a aquellos días de optimismo de 1930. La oposición se había fortalecido ante las constantes crisis y escándalos políticos del segundo gobierno de Alfonso López Pumarejo. Pero no solo la oposición se había fortalecido, las disidencias y los faccionalismos dentro del mismo partido liberal se hicieron evidentes tras los escándalos bien aprovechados por los enemigos del gobierno, entre ellos el caso de la muerte en 1943 de Francisco A. Pérez, más conocido como Mamatoco, y la avalancha de escándalos que mancharon al presidente y a miembros cercanos de su familia.

En medio de la convulsión política, en noviembre de 1943, Alfonso López Pumarejo dejó la presidencia en manos de Darío Echandía y se fue a Estados Unidos acompañando a su esposa enferma. Atrás dejaba una atmósfera tensa y un gobierno atacado por Laureano Gómez y el propio Gaitán. Con la marcha de López quedaría prácticamente abierta la carrera por la campaña presidencial y, de esta manera, Jorge Eliécer Gaitán, Gabriel Turbay y Carlos Lleras Restrepo iniciaron sus giras políticas de cara a las elecciones para alcanzar la máxima jefatura del Estado. Gaitán aprovechó, además, las circunstancia para hacer resonancia de un discurso en el que señalaba que en Colombia existía un hondo problema de orden social, económico y moral, apuntando como culpables de la crisis a las camarillas políticas, especialmente las que rodeaban a Alfonso López Pumarejo. Si bien desde la década de los años de 1920 Gaitán había hecho énfasis en este discurso, desde este momento se escucharía con más fuerza su voz en todo el país.

Si bien es cierto que el gaitanismo nació en Bogotá, muy pronto se esparciría por todo el país. En Bucaramanga la primera noticia que hace alusión al gaitanismo como opción directa de poder presidencial, se registró en el diario Vanguardia Liberal el 1° de abril de 1944: "Gaitán agradece a Gilberto Cadena Rey, Benjamín García R., Joaquín García N., José Santos Mejía H., José Rosario Valbuena R. y demás simpatizantes, por la proclamación de su nombre para ocupar la primera magistratura de la República" (Vanguardia Liberal 1944). Es difícil saber quiénes eran estos simpatizantes, ya que solo se encuentran dos menciones más en Vanguardia de sus nombres.3 Sin embargo, el diario liberal reconocía al movimiento y lo caracterizaba señalando que buscaba ante todo la purificación de las costumbres, el perfeccionamiento de las instituciones y la eficacia en los órganos de poder público. Sin embargo, López regresaría al país y el 16 de mayo de 1944 retomaría la presidencia, lo cual aplazaría la contienda electoral. Sin embargo, en este periodo el gaitanismo continuaría fortaleciéndose y el liberalismo en general debilitándose.

El antagonismo político entre los dos partidos tendría su máxima expresión en un acontecimiento sucedido a dos meses de la vuelta de López al país y que, aun cuando inicialmente lo beneficiaría -se realizarían manifestaciones a su favor y la declaración del estado de sitio, consecuencia de este hecho, le permitiría imponer las dos últimas reformas importantes de su presidencia (Henderson 2006, 416)-, finalmente terminó por acabar con su gobierno y aumentar el clima de incertidumbre en el país (Atehortúa 2009, 167). El 10 de julio de 1944 al asistir a maniobras militares en Pasto, López fue hecho preso en un intento de golpe militar por el coronel Diógenes Gil, el cual también tuvo duras réplicas en Bucaramanga e Ibagué (Acevedo-Tarazona y Correa-Ramírez 2016, 551).

Aun cuando la normalidad se restableció en cuestión de días, se decretó el estado de sitio dándole amplios poderes al Ejecutivo y censurando la prensa. Los liberales terminaron por justificar el estado de sitio y el incremento del poder presidencial sobre la base de proteger la libertad y la seguridad, de la misma forma que ciertos sectores conservadores justificarían estas medidas en pro del orden y la paz (González-Jácome 2018, 128). No obstante, duras críticas se escucharían también del lado conservador, al igual que se expresarían voces de descontento dentro del mismo partido de gobierno. En razón de estas medidas de control social instauradas por el gobierno, Laureano Gómez acudiría a la propia dirección nacional del partido conservador para hacer una defensa de los principios esenciales de la Constitución, que, según este, habían sido violados. Gaitán, por supuesto, también capitalizaría estos sucesos para promover su candidatura presidencial.

Las fisuras políticas de la división se harían aún más notorias dentro del mismo partido de gobierno. En Santander la división liberal incluso estaba ya patentada desde finales de la década de 1930 cuando se presentaron varias listas a las elecciones de Cámara, Asamblea Departamental y Concejo por el liberalismo. El descontento con el liberalismo oficialista empezó siendo liderado por Mario Ruíz Camacho,4 quien sería uno de los responsables del éxito del gaitanismo en Santander. Este diputado veleño que había llegado a Bucaramanga en la década de 1930 para hacerle frente al oficialismo representado por Alejandro Galvis Galvis, colaboraría en la fundación de un diario en 1934, Tribuna Liberal. A partir de entonces aparecieron en las coyunturas electorales en Bucaramanga y Santander tanto las listas liberales del círculo galvista o de Vanguardia Liberal y las de Tribuna Liberal. En 1945 se inscribieron tres listas liberales para la Cámara y seis para la Asamblea, aparte de una por el partido socialista democrático (Vanguardia Liberal 1945b). En ese momento, el gaitanismo aún se mantenía dentro del partido liberal y no presentó planchas propias para estos comicios. En las elecciones de concejos municipales que se celebraron a nivel nacional el 7 de octubre de 1945, el gaitanismo tampoco presentó planchas independientes de candidatos y se plegó a las decisiones tomadas por el sector oficialista del liberalismo. Esta actuación se debió a que Gaitán siempre mantuvo la esperanza de ser proclamado candidato por el partido liberal. En Bucaramanga se presentaron siete planchas: cuatro liberales, dos conservadoras y una socialdemócrata (Staper-Núñez 2011, 156-158).

Candidatura de Jorge Eliécer Gaitán

El clima de zozobra política que vivía el país no disminuyó en medio del estado de sitio que se extendió por casi un año en el país, y un desalentado López anunció su renuncia definitiva el 26 de junio de 1945, la cual fue aceptada finalmente por el Congreso de la República el 30 de julio. En estas circunstancias, el 22 de julio de 1945 se instaló la Convención Nacional del Liberalismo en el Teatro Colón de la ciudad de Bogotá. Integrada la mesa directiva, se nombró una comisión para entablar comunicaciones con los dos candidatos a la presidencia de la República por el partido liberal, Gabriel Turbay y Darío Echandía, en busca de una fórmula de unión del partido para los comicios electorales de 1946. Sin embargo, algunos delegados liberales mostraron su inconformismo, además de la decisión de Gaitán de continuar su campaña pese al candidato que fuese elegido en la convención allí reunida. Gabriel Turbay terminó siendo elegido candidato oficial del partido liberal.

Casi dos meses después, Jorge Eliécer Gaitán proclamó popularmente su candidatura a la presidencia de la República en la Plaza de Toros de Bogotá. Fue precisamente en este evento, el 24 de septiembre de 1945, que el gaitanismo públicamente dejó de ser una tendencia política dentro del liberalismo y se constituyó oficialmente en una disidencia política para poder competir independientemente por el triunfo electoral. Gaitán optó por separarse de la doctrina oficial liberal, no reconoció la legitimidad del Directorio Liberal Nacional y organizó un nuevo partido fundamentado en la justicia social. Ante el panorama político tan enrarecido y los escándalos de corrupción del gobierno López, el gaitanismo finalmente proclamó un candidato distinto al oficialismo liberal para las elecciones presidenciales del 5 de mayo de 1946. De no hacerlo, el gaitanismo tendría que haber reconocido al candidato oficial del partido liberal. En el caso del departamento Santander, las mayorías liberales se adhirieron a la candidatura del político santandereano Gabriel Turbay. Para reafirmar la candidatura de Turbay se llevó a cabo la Semana Liberal del 24 al 31 de enero de 1946.

Aunque el conservatismo había anunciado desde el mes de enero de 1945 su abstención de participar en la lucha presidencial, el 24 de marzo de 1946 se proclamó la candidatura oficial de Mariano Ospina Pérez. Ante estas nuevas circunstancias, el partido liberal realizó diversas reuniones y conferencias entre los cuatro grandes jefes de la colectividad: Eduardo Santos, Alfonso López Pumarejo, Gabriel Turbay y Jorge Eliécer Gaitán Ayala. El líder del gaitanismo no se acogió a las directrices del partido liberal y reafirmó su candidatura presidencial.

El gaitanismo en la disidencia política

Para 1946 el gaitanismo comenzó a perfilar la estructura de un nuevo partido político en cuanto a jerarquías y organización en todo el país. En Bucaramanga se designaron nuevos cargos en el directorio gaitanista; sin embargo, las divisiones al interior, la pugna de poderes y la actitud de los jefes del directorio llevaron a una crisis en la mesa directiva de esta corriente política (Staper-Núñez 2011, 58). El resultado de estas pugnas se reflejó en las urnas: seis mil votos, una de las votaciones más bajas en todo el país. Por su parte, el diario Vanguardia Liberal no había escatimado esfuerzos para hundir la campaña gaitanista, asegurando a sus copartidarios también la inminente victoria de Gabriel Turbay. Este diario en su labor de orientación política se propuso debilitar la figura política del gaitanismo,5 lo cual dio como resultado el triunfo amplio en Santander de Gabriel Turbay, siendo el único departamento junto a Boyacá en donde el candidato oficialista liberal alcanzó la mayoría de los votos.

Gaitán fracasó en las urnas, pero su actitud de lucha y altivez ante la derrota le significó la adhesión de un gran número de liberales en todo el territorio nacional y, por consiguiente, el fortalecimiento de su movimiento. Por el contrario, Turbay quedó fuera de la escena electoral y prácticamente en el ostracismo después de su derrota. Mariano Ospina Pérez obtuvo la presidencia con 565 849 votos sobre Gabriel Turbay con 441 199 y Jorge Eliécer Gaitán Ayala, alcanzó 358 957 sufragios respectivamente (Posada-Carbó 2000). En Bucaramanga, al conocerse los resultados electorales, el pueblo se lanzó a las calles y destruyeron las oficinas de los periódicos conservadores El Deber, El Frente y algunas otras edificaciones particulares de miembros de ese partido.

Fuente:Contraloría General de la República (1946).

Figura 1 Resultado elecciones presidenciales por departamento 1946 

Luego de los sucesos electorales, Vanguardia Liberal inició una encuesta para formar opinión en torno a los aspectos que se debatían en el liberalismo. La pregunta central del sondeo era: "¿cuál cree usted que es el deber del partido ante el hecho de la derrota electoral que vino gracias a la división?" (Staper-Núñez 2011, 61). Enrique Becaría, Jorge Arenas Buenahora, Bernardo Mutis Arenas, Alfonso Lora Camacho, Alberto Lamus Cáceres, Mario Galán Gómez, David Pimiento, Clodomiro Ribero, Rafael Acevedo, Adán Martínez, entre otros ciudadanos y representantes liberales, dieron una respuesta rotunda: "rodear al caudillo Jorge Eliécer Gaitán, reorganizar el partido bajo su dirección, y resistencia decidida a todo intento de colaboracionismo" (Vanguardia Liberal 1946b, 1-3). El resultado de esta encuesta, en el que los entrevistados dieron su opinión, era una muestra de la derrota de la política que el periódico había llevado a cabo hasta el momento con respecto al gaitanismo a nivel local, a pesar de haberse impuesto en las elecciones. Sin embargo, esta línea no se seguiría al menos hasta 1947, pues se continuaron impulsando listas diferentes a las apoyadas por los seguidores de Gaitán en Bucaramanga y Santander.

El 7 de mayo de 1946 en el Teatro Municipal, Gaitán pronunció un elocuente discurso para demostrar que el liberalismo no había sido derrotado por ninguna mayoría y que era indispensable la compactación del partido para lograr una gran victoria en los próximos debates electorales de 1947. A partir de este momento, el líder del gaitanismo comenzó a ser reconocido por las gentes como el jefe de la colectividad liberal. Aunque el presidente Ospina Pérez conformó un gabinete ministerial con miembros de ambos partidos y nombró gobernadores y alcaldes de tendencia tanto liberal como conservadora, sus esfuerzos en el propósito de lograr una convivencia armónica de los partidos, que le permitiera al mismo tiempo adelantar una administración eficaz, se vio continuamente socavado en varios frentes. Antes de terminar el año, los ministros liberales del gabinete presentaron sus respectivas renuncias al primer mandatario, manifestando así la decisión adoptada por las mayorías parlamentarias de su partido de no colaborar con el gobierno vigente.

El ascenso del gaitanismo

A inicios de 1947 el gaitanismo se proclamó como gran ganador en las elecciones de Senado, Cámara de Representantes y asambleas departamentales en todo el país. En Santander fueron elegidos cuatro senadores, dos conservadores y dos liberales -uno de ellos gaitanista-, cuatro representantes conservadores y cinco liberales -tres de estos gaitanistas- y ocho diputados conservadores, once diputados liberales -siete por la lista gaitanista-.

El gaitanismo logró ganar adeptos en la ciudad de Bucaramanga a través de distintos medios de comunicación, diferentes a los usados tradicionalmente por los partidos. La oratoria de Gaitán se convirtió en un principio activo para politizar, dirigir y armonizar el movimiento; y aun cuando este talante era utilizado por varias generaciones de políticos, la importancia sería mayor en el caso de Gaitán, quien logró conectar rápidamente con el público que era seducido no solo con su voz que se escuchaba en las plazas públicas, sino con un discurso incluyente de las clases medias y bajas, a la par que ofrecía un inminente cambio en el acontecer económico y social del país. En Bucaramanga serían el Hotel Bucarica y el Parque Centenario los sitios habituales para los discursos políticos de Gaitán: "el desfile se iniciará a las 3:00 p.m., desde el Parque Centenario hacia la plaza La Concordia, por la carrera 19 hasta la calle 35, bajando hasta la carrera 17 y por esta zona hasta la Plaza de Santander. Los manifestantes se estacionarán frente al Hotel Bucarica; desde allí hablará Jorge Eliécer Gaitán" (Vanguardia Liberal 1947c, 1). De igual forma existía ya una organización y planificación en la campaña. Los comités, además, se movilizaban e intentaban poner en contacto al líder con los espectadores. Sabían que allí estaba su fuerte:

El sábado 31 de mayo, arribará al aeropuerto Gómez Niño, en un avión de la Lansa, el Dr. Gaitán. Desde el aeródromo partirá un desfile hacia la Plaza del Centenario, atravesando la ciudad. Los directorios gaitanistas designaron distintas comisiones para la organización del desfile y la manifestación que tendrá lugar en la Plaza de Santander, frente al Hotel Bucarica. Las comisiones nombradas fueron las siguientes: de vehículos, de vigilancia, de recepción y de propaganda (Vanguardia Liberal 1947c, 1).

Aun así, el gaitanismo se apoyó en medios más tradicionales y confiables como la prensa (Rodríguez-Franco 2021, 401). Sin embargo, al no poder competir contra los grandes diarios, su apuesta sería por la "pequeña prensa", los volantes y los afiches publicitarios, lo cual fue mal visto por los diarios tradicionalmente consolidados: "Jorge Eliécer Gaitán abrió hace pocos días los fuegos de su campaña electoral, desde la azotea del Hotel Bucarica [...] dejó en la capital santandereana unos afiches absurdos en donde figuraba al lado de Benjamín Herrera" (Vanguardia Liberal 1947a, 3). De igual forma, ante la candidatura de Gaitán se evidenciaban los inicios de una polarización en el departamento de Santander, pues se consideraba que el gaitanismo desafiaba la autoridad de la prensa tradicional: "Para mal de la democracia Jorge Eliécer Gaitán fundó un movimiento político bajo nombre propio [...] Aquí en Bucaramanga están sacando un semanario mal llamado Vocero Liberal, en donde insulta con los peores recursos al candidato único del liberalismo, Gabriel Turbay" (Vanguardia Liberal 1945a, 3).

Pese a ello, el mensaje y la estrategia de Gaitán ganaron rápidamente adeptos en la ciudad de Bucaramanga y en el departamento de Santander. Staper-Núñez señala que la razón del rápido crecimiento del movimiento en Bucaramanga y en el departamento en general se debió a la situación social y económica que se vivía luego de la crisis económica de 1929 que afectó todo el país, agudizada por una crisis financiera vivida en el departamento entre 1944 y 1948 (Staper-Núñez 2011, 52). Sin embargo, esta conexión es difícil de hacer. Es cierto que la situación no era sencilla, al menos desde finales de los gobiernos conservadores e inicios del liberal. En la inauguración de la administración de Galvis en 1930, en medio de los gritos de júbilo de los liberales se escucharon también otros que gritaban pidiendo trabajo y algo de comer (Villabona-Ardila 2021, 126).

La cuestión social sería una preocupación constante para los gobiernos de turno y una fuente de críticas por parte de los grupos conservadores y liberales disidentes. Había también un sentimiento de inferioridad y atraso con respecto a otros departamentos, en cuanto a obras de infraestructura e inversión de parte del gobierno nacional. Este contexto no permite, sin embargo, explicarlo todo, y es necesario tener en cuenta las largas disputas entre sectores del partido liberal, la labor de las disidencias, la polarización del departamento desde 1930 y la temprana violencia política, los discursos incendiarios y las confrontaciones entre conservadores y liberales, pero también entre miembros de este partido, la dura derrota de 1946 y el impactante llamado de un retorno rápido al poder de parte de un carismático líder.

Fuente:Contraloría General de la República (1947).

Figura 2 Resultado de las elecciones para diputados, representantes y senadores en el departamento de Santander, 1947 

Debido a los resultados electorales de 1947, en el departamento de Santander se solicitó al gobierno nacional la designación de un gobernador liberal. El presidente Mariano Ospina Pérez desconoció estas peticiones y nombró interinamente a Pedro Manuel Arenas, lo cual llevaría a un enfrentamiento entre la gobernación y la asamblea departamental (Hernández-Velasco 1998, 9). La labor de Arenas causaría gran malestar en el departamento: los liberales lo acusaron de estar llevando a cabo todo un proceso de conservatización de la policía desde la secretaría de la gobernación, algo por lo que ya habían sido acusados los mismos liberales una década atrás (Villabona-Ardila 2021, 137). La polarización se agudizó cuando el concejo de Bucaramanga rechazó la actuación del gobierno interino de Santander y declaró su solidaridad con el pueblo y la asamblea departamental, solicitando al gobierno central un cambio inmediato de los agentes de la policía en este lugar del país.

Pese a todo tipo de peticiones, por decreto ejecutivo fue designado como gobernador de Santander Julio Martín Acevedo Díaz, quien tomó posesión de su cargo el 12 de mayo de 1947. El liberalismo de Santander interpretó este hecho como una notificación de una guerra a muerte orientada por el propio presidente de la República. Elegido por voto popular como miembro de la Asamblea Departamental de Santander, Jorge Eliécer Gaitán llegó a la ciudad de Bucaramanga el 3 de junio de 1947 en compañía de Evaristo Herrera de la Torre, David Luna Serrano, Mario Ruíz Camacho, Carlos V. Rey, Roberto Ordoñez Peralta y Alfonso Lora Camacho, con el objetivo de ocupar transitoriamente su puesto en la curul, abrir la campaña para concejos, estudiar la crisis fiscal y política del departamento y armonizar el funcionamiento de la asamblea con el gobierno departamental. Pese a los propósitos de Gaitán, el conflicto político entre la gobernación del departamento y la asamblea de Santander persistiría. El 18 de junio del año en curso, la Asamblea Departamental se declaró en receso para imitar la actitud asumida por el ejecutivo seccional. Como resultado, la economía departamental se vería afectada, pues no se llegó a ningún acuerdo en cuestiones fiscales.

Ante esto y de acuerdo con las solicitudes del presidente del Senado, Jorge Eliécer Gaitán, y del presidente de la Cámara de Representantes, César Ordoñez Quintero, fueron reemplazados los gobernadores de los departamentos de Boyacá, Bolívar, Santander, Caldas y Norte de Santander, para dar prioridad a un gobierno de Unión Nacional. El 23 de septiembre de 1947 la Radiodifusora Nacional dio a conocer el decreto por el cual se designaba al conservador Rafael Ortiz González como nuevo gobernador de Santander. Pese a su filiación política, este nombró un gabinete bipartidista. Para 1947 el gaitanismo ya era una disidencia liberal partidista organizada: contaba con una estructura jerárquica con Gaitán como líder principal y logísticamente ya tenía directorios, así como oficinas gaitanistas distribuidas por todas las regiones del país. Los discursos de Gaitán habían pasado a la acción y el gaitanismo contaba con plataformas específicas en lo económico, social y político: el Plan Gaitán y la Plataforma del Colón. El gaitanismo se había convertido en un nuevo y poderoso partido político, y el departamento de Santander era en ese momento uno de sus fortines para llegar a la presidencia de la República.

Gaitán: jefe del liberalismo

Pese al ascenso del gaitanismo como un partido disidente del liberalismo, Gaitán regresó al Partido Liberal luego de la victoria del gaitanismo en las elecciones de 1947. Gaitán entró con mucha fuerza en la colectividad liberal y con una opción muy firme de alcanzar el poder.6 Luego de recorrer Barbosa, Socorro, San Gil y Piedecuesta, Gaitán llegó a la ciudad de Bucaramanga el 4 de enero de 1947 con el propósito de dar inicio a las actividades electorales que precederían las deliberaciones parlamentarias del 16 de marzo del año en mención:

En Bucaramanga, el grupo de sus amigos lo esperó frente al Hotel Bucarica, desde donde pronunció su discurso. Los fervorosos gaitanistas llenaron el parqueadero del hotel y en los demás sectores vecinos se situaron centenares de curiosos que anhelaban escuchar al jefe de la restauración. Entre esos espectadores había mujeres de todas las clases. El Dr. Gaitán, luego de breves palabras de saludo de don Lázaro F. Soto y del Dr. Julio Sorzano, inició su discurso anunciando la victoria el próximo marzo (Vanguardia Liberal 1947f, 10).

Con base en los resultados de las últimas elecciones parlamentarias, en las cuales el gaitanismo había obtenido gran mayoría en buena parte del territorio nacional, el 10 de junio de 1947 se designó a Jorge Eliécer Gaitán Ayala como jefe único del Partido Liberal Colombiano. La clausura de la junta parlamentaria del liberalismo se llevó a cabo el 11 de junio de 1947. En esta reunión fueron aprobadas numerosas proposiciones sobre la organización del partido y la conducta de este frente al gobierno de Mariano Ospina Pérez, entre ellas la designación de Francisco de Paula Vargas Vélez, Carlos Lozano y Lozano, Alonso Jaimes, Plinio Mendoza Neira y Antonio José Lemus como integrantes de la junta asesora del jefe del liberalismo. En cumplimiento de sus funciones, la junta asesora nombró directorios para los departamentos de Santander, Caldas, Tolima, Norte de Santander y la intendencia del Meta.

La nómina para el directorio de Santander fue conformada de la siguiente manera, los principales: Lázaro F. Soto, Samuel Arango Reyes, Emilio Suárez, César Ordoñez Quintero, Leonardo Ballesteros y Luis Enrique Figueroa (Vanguardia Liberal 1947g, 1). De igual forma, se designó el nuevo directorio liberal para Santander, premiando a quienes apoyaron al gaitanismo en sus inicios. En la lista se dejó por fuera a los liberales oficialistas que habían atacado la campaña. Estos fueron los principales: Lázaro F. Soto, Emilio Suárez, Luis Ernesto Puyana, César Ordoñez Quintero, Jorge Arenas Buenahora, Luis Camacho Rueda y Alfonso Rueda Martínez. Los suplentes: Leonardo F. Ballesteros, Gustavo Serrano Gómez, Guillermo García García, Carlos Saúl Goyeneche, Luis Enrique Figueroa, Vicente Giordanelli Carrasquilla y Pedro Ramón Serrano.

En razón a que se acercaban las elecciones a concejos municipales, se asignaron tareas a todos los directorios gaitanistas, pues era necesario ratificar el tono de la política local. En la sesión de instalación de la Asamblea Departamental de Santander, el 31 de agosto de 1947, se presentó el saludo a Jorge Eliécer Gaitán como jefe único del liberalismo y se manifestó adhesión política a todas y cada una de las líneas de organización del partido liberal, en cabeza de su máximo líder. Con el objetivo de estar al tanto de las medidas impartidas por el nuevo jefe del partido liberal, se convocaron asambleas populares en todos los barrios de la ciudad de Bu-caramanga y el 28 de septiembre de 1947 se realizó el gran bazar liberal en la Plaza Centenario, con el fin de reunir fondos para el partido.

En elecciones al Concejo Municipal de Bucaramanga se inscribieron, finalmente, dos planchas liberales, una de ellas encabezada por Jorge Eliécer Gaitán Ayala, líder del Partido Liberal, y otra por una Lista Liberal Independiente; también se inscribió una lista por el Partido Conservador y otra por el Partido Socialista Democrático. El triunfo de las elecciones del 5 de octubre de 1947 para concejos municipales correspondió nuevamente al partido liberal. El cabildo municipal de Bucaramanga quedó conformado por diez concejales gaitanistas liberales, un liberal independiente y cuatro conservadores (Vanguardia Liberal 1947e, 1).

Fuente:Eastman (1989, 458).

Figura 3 Resultado elecciones Concejo Municipal de Bucaramanga 1947 

El 24 de octubre de 1947 se realizó finalmente la proclamación oficial de Gaitán como candidato a la presidencia de la República por el partido liberal y el 17 de noviembre de 1947 falleció el excandidato presidencial Gabriel Turbay (Vanguardia Liberal 1947b, 1). Desde la proclamación de Gaitán como jefe único del Partido Liberal, se inició en la prensa local una fuerte campaña de oposición al gobierno. Para ello, el liberalismo se valdría del mismo argumento que los conservadores, en su momento, habían utilizado para deslegitimar los gobiernos liberales: la violencia en los campos.

El 28 de enero de 1948 Jorge Eliécer Gaitán Ayala, en compañía de los miembros de la junta asesora del liberalismo y de otras personalidades de la nación, presentaron al primer mandatario del país un memorial de agravios por escrito. En el documento se denunciaban numerosos asesinatos y atropellos cometidos contra liberales. Pese a todo tipo de intentos por lograr la concordia nacional, Ospina Pérez se vio ante un nuevo desequilibrio ministerial. Cada oportunidad en la que la estabilidad de un gabinete ministerial vacilaba, el gaitanismo se fortalecía a nivel nacional, y Jorge Eliécer Gaitán Ayala adquiría protagonismo en la defensa de los intereses liberales. Sin otra alternativa, el 14 de enero de 1948 Mariano Ospina Pérez dio a conocer su cuarta nómina de ministros, esta vez con un gobierno de partido.

Desde la década de 1930 la concordia no había sido posible. Ahora la polarización política era incontenible en el país. El contradictor, el enemigo ya no solo provenía del partido antagónico. Durante décadas los dos partidos, por medio de la prensa, habían construido enemigos intolerables. Los liberales habían realizado campañas a través de caricaturas, imágenes y columnas en las que creaban una imagen monstruosa del conservatismo. Los conservadores habían hecho lo mismo en los años precedentes que estuvieron por fuera del gobierno, señalando a los liberales como asesinos, perseguidores, enemigos declarados de los conservadores. La Iglesia también terció con este lenguaje altisonante de violencia y declaratoria de enemigo a liberales o corrientes de otros partidos que cuestionaran el fuero católico (Acevedo-Tarazona y Correa-Ramírez 2016, 105).

Una vez más la polarización política a través de la prensa quedó plasmada en una guerra retórica y de imágenes entre liberales y conservadores. Los recursos y las técnicas de degradación fueron iguales a las anteriores a ese año de 1948; el propósito era dañar la imagen y afectar el prestigio del contrario con la dureza de términos, descalificativos y un apasionamiento desbordado del discurso (Villabona-Ardila 2016, 140).

El 21 de febrero de 1948 las mayorías parlamentarias del liberalismo se reunieron en el salón central del capitolio para tratar el delicado problema de colaborar en el gobierno del presidente Mariano Ospina Pérez. Después de múltiples debates, las deliberaciones de esta junta de mayorías, presidida por Jorge Eliécer Gaitán, culminaron el día 25 del mismo mes con la elaboración de una serie de demandas al gobierno. El presidente Ospina Pérez emitió un comunicado que no cumplió con todas las expectativas de los liberales, por lo cual declararon el 1° de marzo de 1948:

No habiendo encontrado acogida en el excelentísimo Señor Presidente de la República las proposiciones presentadas por la convención liberal con el objeto de modificar la situación del país y dar bases reales a la política de Unión Nacional, el Partido Liberal, por este hecho, ha sido colocado en la situación de partido de oposición y desautoriza, mientras subsistan las expuestas condiciones, la colaboración de los liberales en aquellos cargos que aparejen responsabilidad en las orientaciones políticas de la administración vigente (Vanguardia Liberal 1948b, 1).

Ante la evidente ruptura de conciliación bipartidista, el presidente Ospina Pérez, mediante la firma del Decreto 1072, anuló el gobierno de Unión Nacional para dar comienzo a un gobierno hegemónico conservador. De allí el clima de violencia en el país no dio tregua. De manera permanente, los periódicos publicaron noticias relacionadas con actos de violencia en los que el partido contrario era el único responsable de los asesinatos de los copartidarios. La prensa liberal se valdría de todo un arsenal retórico, de columnas, de caricaturas y, sobre todo, de titulares y editoriales para denunciar la incontenible violencia en el país.

El 9 de abril de 1948 fue asesinado Jorge Eliécer Gaitán y el caos y el pánico se desbordó en todo el país. Lugares de comercio fueron tomados y saqueados, calles y plazas fueron destruidas junto con todo aquello que representara el odioso "país político" que pregonaba Gaitán. Multitudes prendieron fuego a las oficinas de El Siglo, diario de propiedad de Laureano Gómez. La oficina de La Voz de Colombia y el Palacio de Comunicaciones también fueron incendiados por la multitud.

En Bucaramanga, tan pronto se conoció la noticia del asesinato de Jorge Eliécer Gaitán, el comercio y la industria cerraron sus puertas y multitudes se lanzaron a las calles. Una parte de la manifestación se dirigió al Parque Benjamín Herrera y allí se apoderó de las oficinas telegráficas y telefónicas. Más tarde, miles de ciudadanos se concentraron en el Parque García Rovira. Allí, frente a la gobernación, exteriorizaron su protesta por el asesinato de Gaitán con gritos, banderas al aire y puños en alto.

El 10 de abril de 1948 el país se encontró con la noticia de la constitución de un nuevo gabinete de Unión Nacional con miembros de ambos partidos. Ospina Pérez llamó a los liberales a gobernar a su lado. El partido liberal se reagrupó en torno a Carlos Lleras Restrepo, quien había estado marginado de la política desde que Jorge Eliécer Gaitán Ayala asumió el liderato del partido.

Los gaitanistas acostumbrados a la figura carismática de Gaitán como aquel quien controlaba todas las decisiones, después de la muerte de su líder, fueron desapareciendo de la arena política. En Bucaramanga, después del 9 de abril de 1948, serían escasas las noticias que aparecerán publicadas en el diario Vanguardia Liberal sobre la continuidad del gaitanismo en esta región del país. Sin embargo, el asesinato del líder liberal fue titulado por este diario así: "Asesinado Gaitán por un agente del gobierno" (Vanguardia Liberal 1948a, 1). Cambiaba nuevamente la narrativa: empezaba a nacer el mártir, el héroe, la leyenda.

Conclusiones

Desde finales de los años veinte del siglo pasado un exacerbado bipartidismo irrumpió de nuevo en la política colombiana. Nuevas generaciones entraron en la escena política para reafirmar posiciones ideológicas de los dos partidos políticos tradicionales del país o para promover posiciones radicales que darían lugar a diversas confrontaciones. Los Leopardos, jóvenes pertenecientes a la nueva derecha, con una política agresiva, ultracatólica y tradicionalista fue tan solo un caso de esta nueva generación partidista militante. Fue también el caso del joven Jorge Eliécer Gaitán, quien con 21 años lanzó su candidatura a la Asamblea de Cundinamarca para el periodo 1924-1925 y fue elegido diputado. Desde allí su carrera profesional y política no hizo sino crecer.

Jorge Eliécer Gaitán también ganó protagonismo en el país gracias a que lideró un debate en el Congreso de la República por el asesinato de un gran número de trabajadores de la United Fruit Company, contribuyendo a agudizar la crisis del partido conservador en el gobierno durante el año de 1929. Al igual que Gaitán, otros jóvenes como Laureano Gómez o Alfonso López Pumarejo entrarían desde muy temprano y con éxito a la arena de la política colombiana, ya criticando o denunciando el colaboracionismo y la pasividad de los gobiernos conservadores en el poder durante la hegemonía conservadora.

Con la coyuntura política de 1930 en la que el liberalismo regresó al poder luego de más de cuarenta años de hegemonía conservadora, el panorama político del país cambió abruptamente. Si antes del año treinta fue posible que jóvenes liberales o conservadores coincidieran en sus críticas ante la pasividad de la hegemonía conservadora, tan pronto el liberalismo quebró esta hegemonía de poder la nueva generación de políticos liberales y conservadores buscaron hacer su propia carrera política desde las trincheras de sus partidos o desde críticas y distanciamientos a sus mismos partidos. Esto fue lo que hizo el propio Jorge Eliécer Gaitán cuando intentó distanciarse de ciertos postulados del partido liberal y de sus dirigentes. Gaitán intentaría romper con su partido en 1933 con la creación de la Unión Nacional Izquierdista Revolucionaria (UNIR). Aunque ganó con esto capital político, el episodio le demostró que era difícil realizar un trabajo político por fuera del liberalismo.

Si bien inicialmente el gaitanismo surgió propiamente en medio de la crisis política de Alfonso López Pumarejo, no es menos cierto que se fortaleció con la inestabilidad ministerial del gobierno de Mariano Ospina Pérez. Sin embargo, el itinerario del movimiento en Santander inicia mucho antes, en las confrontaciones entre grupos liberales oficialistas y disidentes que se disputaban la vocería del partido, inclusive desde 1930 y que elección tras elección se enfrentarían casi como enemigos irreconciliables. La labor de estas disidencias fue constante, por medio de pequeñas publicaciones periódicas difíciles de rastrear, así como en las diferentes instancias de deliberación. Algunos de estos grupos y líderes apoyaron decididamente la candidatura de Gaitán en 1946, pero su campaña no dio efecto. Santander fue el único departamento en el que Gabriel Turbay, el candidato liberal, triunfó arrolladoramente con 54 914 votos (Contraloría General de la República 1946, 3).

Sigue siendo inquietante como en solo un año estas cifras se revirtieron y el gai-tanismo triunfó decididamente en el departamento en las elecciones de 1947. Esto es algo que sucedió también a nivel nacional y que catapultó a Gaitán como jefe único del partido liberal. Llama la atención además la posición vacilante de la prensa oficialista, que, una vez derrotado el partido, llamó a los líderes locales para decidir qué hacer en adelante y todos pidieron rodear a Gaitán. Esto fue algo que no se hizo inmediatamente y al menos en las elecciones de asambleas, cámara y senado se apoyaron listas diferentes a las de los seguidores del carismático líder. Sin embargo, lo que sí realizó esta prensa local, y que fue cada vez más en concordancia con el discurso de Gaitán, fue atacar al gobierno nacional y crear un clima de no concordia entre partidos.

El ascenso del gaitanismo, particularmente en Santander y Bucaramanga, evidenció una clara polarización entre los partidos políticos liberal y conservador, la cual salió de las páginas de los periódicos para hacer del odio y la violencia ya no solo un discurso sino un hecho incontenible en ciudades y campos de Colombia. No fue la causa directa de una Violencia en mayúsculas, pero no pudo escapar a las dinámicas de un país ya convulso. No es que exista una línea de continuidad entre el populismo, la polarización y la violencia política, pero en el caso del departamento de Santander, estos elementos, al menos los dos últimos, habían convivido desde finales de 1930 y no estuvieron lejos de los discursos y las estrategias del liberalismo oficial, de las disidencias y del gaitanismo.

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1El periódico Vanguardia Liberal fue fundado en 1919 por Galvis y mantiene hasta hoy su vigencia como el diario regional más importante del departamento de Santander. Este periódico desde su fundación asumió la posición de difusor de las ideas liberales y cumplió el rol de instancia orientadora de las bases partidistas tal como lo hicieron en simultáneo, diarios como El Tiempo (Bogotá), El Heraldo de Antioquia (Medellín) y El Relator (Cali) (Acevedo-Tarazona 2015, 74).

2La tesis de grado de Staper-Núñez es quizá el mejor trabajo hecho sobre el gaitanismo en el departamento de Santander. Por lo demás, se encuentran menciones en textos que abordan el periodo en general o los acontecimientos posteriores al 9 de abril (Hernández-Velasco 1998). Sin embargo, este trabajo presenta algunas limitaciones propias de una tesis de grado y no permite responder a la pregunta sobre el éxito del gaitanismo en el departamento.

3Gilberto Cadena se menciona en una noticia el 21 marzo 1946 relacionada con una crisis dentro del ya con formado directorio gaitanista en Bucaramanga. Lo mismo sucede con Joaquín García, quien es incluido en las listas al consejo de 1947 por la lista gaitanista (Vanguardia Liberal 1946a; 1947d).

4La trayectoria política de Mario Ruiz representa muy bien las disputas internas del partido liberal entre un sector oficialista, representado en este caso por Vanguardia Liberal y Galvis, y otros grupos y líderes inconformes con las políticas alejadas de sus bases, y que terminaría por adherirse al movimiento gaitanista en la década de 1940. Ruiz llegó siendo elegido representante a la asamblea de Santander en 1931, en un periodo de alta polarización y violencia política en el departamento, producto de las confrontaciones de los conservadores al nuevo gobierno departamental encabezado por Galvis. Esta asamblea recién electa y de mayoría liberal se opuso también al gobernador, el cual terminaría renunciando por las políticas de austeridad que se anunciaron. Estos enfrentamientos se mantuvieron durante toda la década de 1930, especialmente desde la fundación de Tribuna Liberal en 1934, primero como un interdiario que circulaba dos veces por semana y posteriormente como diario propiamente. Su propósito inicial era defender los intereses de sectores trabajadores de la ciudad y del departamento que, según sus fundadores, habían sido olvidados por el liberalismo oficialista de la ciudad, representado en Vanguardia Liberal y la figura de su dueño, Alejandro Galvis Galvis. El círculo de Tribuna Liberal estaba conformado por Raymundo Rueda, Pedro Gómez Parra, Alfredo Cadena D'Costa, Gabriel Silva Vargas, Mario Ruíz Gómez, Felipe Serrano, Luis Pineda y Alirio Peralta. Ruiz encabezaría diferentes listas disidentes del liberalismo y sería elegido representante a la Cámara en 1945, pero en 1947 sería elegido al Senado por la lista gaitanista del departamento.

5"Vanguardia Liberal señalaba: el Dr. Gaitán no es liberal ni conservador ni socialista, él es gaitanista por que solo se quiere a sí mismo [...] El golpe de Pasto fue organizado por conservadores e inspirado por Gaitán. [...] El enemigo número uno del pueblo es el demagogo. Gaitán es el primer demagogo de Colombia" (Acevedo-Tarazona y Correa- Ramírez 2016, 556).

6Esto explica por qué para las elecciones de concejos municipales del 5 de octubre de 1947 solo son inscritas planchas de candidatos en representación del liberalismo, el conservatismo y el Partido Social Demócrata en Bucaramanga.

Cómo citar este artículo/ How to cite this article: Villabona-Ardila, Juliana, y Álvaro Acevedo-Tarazona. 2023. "El ascenso del gaitanismo en Colombia. itinerario de un triunfo electoral en el departamento de Santander, 1944-1948". HiSTOReLo. Revista de Historia Regional y Local 15 (32): 208-239. https://doi.org/10.15446/historelo.v15n32.100212

Recibido: 21 de Diciembre de 2021; Aprobado: 09 de Mayo de 2022; Revisado: 25 de Mayo de 2022

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