Introducción
El turismo ha representado, en los últimos años, una de las principales actividades económicas en el mundo (Lukoseviciute et al., 2023; Mejjad et al., 2022; Sergeyeva et al., 2022; Wei & Ullah, 2022). Esta realidad, unida a otros factores objetivos y subjetivos, ha dado paso a la diversificación de actividades para desarrollarse en contacto directo con la naturaleza, lo cual ha permitido la disponibilidad de recursos naturales y el reconocimiento del turismo como actividad estratégica para contribuir e impulsar el desarrollo económico (Mendoza Ledesma, 2023; Rodríguez Torres et al., 2022; Zúñiga-Collazos et al., 2023), sin dejar fuera del análisis elementos socioculturales y medioambientales.
Gestionar los recursos y atractivos turísticos se ha convertido en un factor vital para adaptar las formas tradicionales de operar en el turismo, en el que convergen diversas disciplinas, factores y actores a partir de relaciones multisectoriales (Perera Téllez et al., 2023; Tiwari et al., 2022; Zhao et al., 2022). El turismo ha sido gestionado por las comunidades locales desde la interpretación de su patrimonio (Cardoso de Santana et al., 2021; Rodríguez Torres et al., 2023). Destaca el turismo cultural con ese patrimonio tangible e intangible, y se reconoce el llamado turismo patrimonial que realza una experiencia más superficial (De la Calle Vaquero & García-Hernández, 2023; Lam-González et al., 2021). Esta situación ha permitido reanimar la dinámica socioeconómica de algunas zonas rurales ante la falta de revitalización, lo cual ha sido resultado del éxodo hacia entornos urbanos (Hortelano Mínguez & Mansvelt Beck, 2023; Rivera Mateos, 2021); de ahí la importancia de incluir la actividad turística, con su carácter transformador.
En el caso del turismo sostenible, se destacan modalidades como el ecoturismo, agroturismo y turismo rural (Mateo Burbano et al., 2020). Las actividades turísticas que desarrollan han potenciado valores éticos de respeto, responsabilidad, solidaridad y compromiso en la sociedad (Besga Zuazola, 2023). Por tanto, los recursos locales han adquirido importancia en el fomento de transformar la economía local (Gascón González et al., 2021), prevaleciendo el interés por proteger el medio ambiente.
Se presenta entonces el turismo rural como dinamizador de los procesos de desarrollo, una actividad económica que se complementa a la agricultura, y entendido como un producto específico que destaca la flora y fauna de un territorio en conjunto con sus tradiciones (Cardoso Carreño et al., 2019; Escobedo Garrido et al., 2023; Romagosa et al., 2020). Por una parte, favorece y promueve la producción agrícola, y al mismo tiempo genera nuevos empleos e ingresos en el territorio. De igual manera, se ha prestado atención a los impactos negativos de la práctica turística sobre la naturaleza en términos de sostenibilidad (Yayla et al., 2022), en la cual la población local debe garantizar un desarrollo turístico competitivo, endógeno, comunitario y sostenible.
Por tanto, se hace necesario establecer una colaboración entre diferentes empresas y organismos, que puedan vincularse a la actividad turística, en función de mejorar la calidad de los bienes y servicios (Mainet-Pérez et al., 2023). En esta dirección, diversificar la oferta turística con un enfoque innovador ha sido una primicia (Vera et al., 2023), puesto que una de las mayores dificultades del sector turístico radica en deficiencias relacionadas con la calidad de los servicios que se prestan. Todo ello se debe a la carencia de una formación especializada, con personal calificado capaz de desempeñar diferentes funciones, así como con decisores locales preparados no solo para enfrentar retos y proponer soluciones de manera activa, sino también para gestionar la actividad turística fungiendo como coordinadores y facilitadores.
En la actualidad, incrementar la capacitación del personal que trabaja en el turismo se ha considerado uno de los principales desafíos (Salinas Chávez et al., 2019), ya que es importante conocer y comprender las modalidades que pueden llevarse a cabo con sus respectivas actividades. Cuando se habla de capacitación en el turismo, es válido enfatizar que las acciones permiten estar mejor orientado y preparado, y al mismo tiempo se ha caracterizado por ser un proceso complejo (Del Toro Soto & Jiménez Sánchez, 2023), en el cual el vínculo con la comunidad es fundamental.
Según señalan Intriago et al. (2021), ha sido notable la existencia en el contexto latinoamericano de zonas rurales con potencialidades que pueden ser aprovechadas turísticamente, pero no han podido explotar esta variante por falta de conocimientos. Se devela entonces una problemática latente, en la cual se destaca que la gestión turística desarrollada en estos espacios debe contar con personal calificado, capaz de desempeñar diferentes papeles. En este sentido, se hace necesaria una adecuada capacitación que brinde conocimientos y herramientas, potencie habilidades ya adquiridas, y devele actitudes y aptitudes que posean. Dicha formación debe ser integradora, así como articular enfoques teóricos y metodológicos llevándolos al territorio y a la práctica continua y sistemática.
En Cuba, la problemática existente en torno a la formación de capacidades para la gestión local del turismo rural adquiere matices del entorno internacional, los cuales se derivan del esquema de trabajo definido entre el municipio y el sector turístico. En el caso específico de la provincia de Ciego de Ávila, se denota que los municipios con potencialidades turísticas no cuentan con una estructura u organización que permita alinear los intereses, las necesidades y prioridades locales, en materia de desarrollo local, a la política turística nacional. En consecuencia, se manifiestan otras problemáticas como: inhabilidad de los actores locales para la concreción de proyectos turísticos convenientes para estos espacios, por no contar con la preparación, el conocimiento y los mecanismos de gestión, y la limitada integración de otros sectores y ramas de la economía que actúan en el ámbito local relacionados con la gestión turística.
Se hace indispensable una oferta formativa de calidad, fundamentada en los pilares de un turismo sostenible, en el cual el ser humano tiene el protagonismo y la responsabilidad hacia una práctica turística que contribuya a la conservación del entorno natural. De ahí que el presente trabajo plantea como objetivo identificar, desde el vínculo universidad-empresa, modos de actuaciones para la ampliación de las capacidades de gestión del turismo rural como factor de desarrollo local en el aspecto municipal. Para ello, se visualiza la sinergia manifiesta entre las capacidades personales, colectivas e institucionales existentes, y demandadas por el municipio, para que este se consolide como la unidad básica administrativa del país. Se necesita que cada territorio sea competente para gestionar su propio desarrollo, lo cual requiere de conocimientos, métodos y mecanismos de trabajo. Mientras que la articulación entre las decisiones institucionales y el contexto municipal es fundamental para el accionar sobre los problemas locales, a partir de la activación del potencial de desarrollo local.
Metodología
En los últimos diez años, como parte del proyecto “Modelo de gestión integrada del turismo como factor de desarrollo local de los municipios en Cuba”, la Universidad de Ciego de Ávila ha colaborado con la Universidad de Camagüey en la realización de diversas investigaciones. Se han abordado, en sentido general, las problemáticas existentes en relación con este proceso y, en particular, con los factores que determinan que ciertas comunidades rurales de la provincia avileña pierdan su funcionamiento como hábitat o queden desconectadas de estrategias, políticas o programas nacionales y locales de desarrollo sustentadas en la actividad turística. Por tanto, los criterios y resultados presentados son un resumen del trabajo de campo desplegado en varios escenarios avileños, específicamente en zonas rurales con potencialidades turísticas localizadas en los municipios de Florencia, Chambas y Bolivia. Los análisis se realizaron a partir de los aspectos siguientes: propósito de la iniciativa turística, enfoque de gestión, participación del gobierno local, actores locales implicados, principales limitaciones y fortalezas en cuanto a la gestión turística.
Se escogió el tipo de investigación cualitativa por ser más flexible, en la cual el investigador tiene un papel vital y debe contar con habilidades que le permitan interpretar y analizar en contexto (Creswell, 2020; Rodríguez-Gómez, 2023). A su vez, tuvo un enfoque descriptivo, debido a que fue necesario la interacción sistemática con una representación de diferentes actores implicados, no solo para adquirir conocimientos, experiencias y acciones, sino también para vincular el estudio de la temática abordada a un contexto determinado.
En este sentido, resultó imprescindible comprender la realidad existente, desde el punto de vista de quienes interactuaban en la práctica para solucionar los problemas. Los análisis realizados con los actores locales, mediante el intercambio de criterios, permitió la reformulación de los modos de actuación, en correspondencia con las habilidades demostradas. Se detectó entonces un grupo de problemáticas, de las cuales las de mayor interés para la investigación son: el papel del sector turístico y su relación con las comunidades en la gestión del potencial turístico de las zonas rurales y, en consecuencia, la necesidad de fomentar la formación de capacidades para la gestión del turismo rural desde el ámbito local.
En este marco, el trabajo se centró en tres etapas, con sus respectivos objetivos y acciones que se sintetizan en la Tabla 1. Los análisis, los debates y las reflexiones realizados, así como los resultados presentados fueron conciliados con el grupo de trabajo asesor, el cual asumió dos funciones básicas: aportar información y emitir juicios valorativos en cada etapa. Estuvo integrado por 15 especialistas, seleccionados a partir de la responsabilidad o labor desempeñada, lo que requirió acudir a los años de experiencia y al conocimiento sobre la temática investigada, así como a la capacidad de estos para debatir y emitir opiniones en grupo e individualmente, lo que fue fundamental para lograr un consenso.
Durante todo el proceso, el análisis documental llevó a la consulta de los documentos que rigen la gestión turística y el desarrollo local en Cuba, pues aportaron información relevante que fue cotejada a través de la observación científica, la entrevista, el análisis estadístico y otros métodos participativos, como el debate, mientras que la observación científica facilitó el estudio de la evolución o la contracción de la gestión de iniciativas locales de desarrollo local a partir de la actividad turística rural. Se precisaron los niveles de implicación de los actores locales y la relación de este aspecto con las capacidades de gestión existentes. Además, se identificó un conjunto de capacidades para formar en el ámbito rural.
En el caso de la entrevista, se indagó sobre la necesidad de crear capacidades de gestión entre los actores locales, para lograr una participación activa en las iniciativas locales de desarrollo que se presentan desde del turismo.
Por otro lado, se caracterizó por ser semiestandarizada y en su modalidad cara a cara, aunque fue necesario interactuar por correo electrónico, vía telefónica y redes sociales. En todas las opciones, se procedió a la confección del cuestionario; la realización de un contacto previo con los futuros entrevistados para establecer una comunicación entre entrevistado y entrevistador, y explicar los objetivos, la finalidad y el uso que se le dará a la información recopilada; la realización de la entrevista y el procesamiento de la información. La entrevista se fundamentó en dos aspectos básicos:
Necesidad de controlar, desde el gobierno municipal, el proceso de elaboración de proyectos de desarrollo local y la selección de las fuentes de financiamiento para lograr la sostenibilidad de los proyectos en el tiempo y los aportes al desarrollo local.
Existencia de un vacío legislativo en torno a la gestión del turismo rural como factor de desarrollo local, lo que incide en la implementación de iniciativas que responden a sectores económicos estratégicos como el turismo.
Resultados
En estos territorios, al no visibilizarse un potencial para dinamizar su actividad económica tradicional, la investigación se organizó en tres ejes de trabajo: 1) Transformación productiva local; 2) Generación de aprendizaje para los actores locales; y 3) Fortalecimiento institucional y organizacional en el ámbito municipal.
De esta forma, mediante la observación científica, el cuestionario y las entrevistas, se pudo constatar el desconocimiento o la omisión del marco legal regulatorio vigente, lo cual evidencia un limitado desarrollo en la dimensión jurídica. Por otro lado, se evidenció la necesidad de que los decisores y actores locales profundicen en los criterios teóricos, metodológicos y prácticos que posibilitan gestionar el turismo rural desde lo local.
A continuación, se precisan un grupo de problemáticas detectadas:
Los espacios con vocación para el fomento del turismo rural tienen una marcada dependencia del sector turístico para gestionar su potencial turístico.
Las iniciativas responden a intereses del sector turístico y no se integran a las estrategias municipales de desarrollo local.
Los recursos humanos involucrados en la actividad turística carecen de una capacitación idónea, en función de brindar un servicio especializado de calidad.
Con base en la realidad descrita, se elaboró un conjunto de acciones que deben implementarse para solucionar o minimizar determinadas situaciones que frenan el desarrollo del turismo rural en el escenario avileño. En la Figura 1, se sintetiza el orden lógico seguido en la elaboración de dichas acciones y los talleres encaminados a potenciar la gestión de la actividad turística.
Si se analiza al turismo rural como una actividad complementaria a la economía tradicional, se puede entender como una oportunidad factible de desarrollo local. En esta dirección, se conformó un grupo de acciones que se describen en la Tabla 2, en la cual se presentan también los resultados deseados, con proyección a ejecutarse en el mediano y largo plazos.
Se tuvo en cuenta el nivel de compromiso presente en algunos actores locales entrevistados (empresarios y emprendedores), quienes son los principales encargados de impulsar y diversificar la economía local mediante la inserción de la actividad turística. Por otro lado, estas acciones se enfocan desde lo local, teniendo en cuenta las particularidades y potencialidades de cada territorio, donde el papel del gobierno se torna decisivo.
Mediante estas acciones se logra definir las necesidades de aprendizaje por parte de emprendedores, entidades responsables de la gestión y el control del desarrollo local, así como la población en general interesada en vincularse a la actividad turística.
Por una parte, el aprendizaje se encamina a la explicación de cuestiones teóricas, metodológicas y prácticas que exige el desarrollo de habilidades requeridas en la prestación de servicios turísticos básicos (alojamiento, transportación, restauración y recreación). También se pretende crear un espacio de socialización, donde se presenten ideas o proyectos de desarrollo local a partir de la implementación de actividades turísticas.
Desde esta perspectiva, se identificó que el escenario avileño necesita cambios para modificar actuaciones, comportamientos, métodos y mecanismos de trabajo y gestión en relación con el turismo. Por tanto, se definió un plan de formación orientado a socializar los conocimientos sobre desarrollo local, que puedan generar aprendizajes y compartir experiencias que se estructuren partiendo de la gestión del turismo rural como factor de desarrollo local. Se estructuraron cinco talleres que van a permitir el trabajo en equipo de los diferentes actores locales del municipio, a la vez que va a potenciar la capacitación de los recursos humanos involucrados en la actividad turística (véase la Tabla 3).
De esta forma, se busca debatir sobre los criterios que definen al turismo rural como factor de desarrollo local, y presentar propuestas para la inserción de esta modalidad turística en las estrategias municipales.
Como parte de estos talleres, se busca como finalidad determinar las habilidades adquiridas mediante el análisis y la aplicación de técnicas y herramientas que permitan identificar un grupo de fincas agropecuarias, que pueden brindar bienes y servicios encaminados a un turismo más sustentable. El mayor atractivo de estos espacios lo constituye el patrimonio agrario y natural, lo cual refleja una oportunidad de consolidarse para el intercambio de los valores más genuinos de la cultura campesina cubana.
A continuación, se presenta una metodología de trabajo para desarrollarse y fundamentarse en futuras investigaciones, que puede contribuir a la formación de capacidades de gestión y competencias:
Diagnóstico de la finca.
Evaluación de atractivos y recursos turísticos (Reyes Ávila, 2008).
Elaboración de fichas de inventario.
Valoración de las modalidades turísticas para desarrollarse.
Discusión
Cada entorno rural tiene sus propias características, lo cual denota que existen varias ruralidades, con sellos de identidad (Zabala Arguelles et al., 2022). Analizar estas desigualdades es complejo, significa comprender que su expresión cobra matices territoriales particulares. Se pueden interpretar en dos direcciones: desde la mirada rural urbana o atendiendo a las disparidades entre los propios territorios rurales con lógicas de desarrollo socioeconómicas diferenciadas.
En el desarrollo rural se debe considerar la relación entre crecimiento económico y bienestar de la población residente en las comunidades, así como involucrar los esfuerzos de agentes económicos, sociales y políticos que contribuyan a transformar el contexto y aumentar la productividad. Por tanto, la correlación entre ingreso, riqueza y calidad de vida favorece a los espacios rurales con oportunidades de desarrollo (García Sandoval et al., 2020).
De esta manera, se entiende que desarrollar una zona rural implica afrontar su realidad y así lograr igualdad entre los pobladores, además de fomentar valores sociales y ecológicos partiendo de las costumbres y tradiciones locales, entre otros elementos. Aunque es una realidad que muchos territorios necesitan de actividades económicas que diversifiquen, se debe valorar cuidadosamente la inserción del turismo, en el cual el patrimonio sociocultural, agrario y natural debe ser valorado como un recurso vital que identifica y tipifica la historia local.
Al analizar lo local, teniendo en cuenta el contexto y la diversidad, se ha obtenido como resultado el diseño de estrategias locales que involucran a diferentes actores a comprometerse para que los emprendimientos avancen y se concreten. En esta dirección, la actividad turística ha alcanzado mayor grado de explotación en las zonas rurales, donde se constatan efectos transformadores en el incremento de bienes y servicios (Noa Guerra & Gascón González, 2022). Corresponde a los residentes conservar y cuidar los recursos naturales y culturales, así como velar por el impacto de las políticas agrícolas en el desarrollo sostenible local (Koff et al., 2023; Ramos-García et al., 2023). Todo ello puede ampliar las capacidades y competencias del territorio, y de esta forma buscar nuevas fuentes de financiamiento e inversión, en las cuales las actitudes y aptitudes de los actores locales son decisivas.
El turismo rural engloba un grupo de modalidades turísticas que pueden contribuir a la actividad socioeconómica de cualquier zona rural, pero se debe tener presente la necesidad de capacitar al equipo asesor, la participación activa de las familias y, al mismo tiempo, contar con estrategias de desarrollo que garanticen el flujo dinámico (Ferreira da Silva et al., 2022).
En aras de contribuir a fortalecer el municipio, Álvarez Alvarado (2022) señala la objetividad del papel para desempeñar por los actores locales en la gestión del turismo rural, a partir de una oferta turística integrada (Orlando Narváez & Choez Lucas, 2023), con personal competente en función de garantizar un servicio de calidad.
El territorio es la integración de un espacio físico determinado, donde se expresan modos de articulación institucional, en relación con su tejido socioeconómico que permite diferenciar las capacidades latentes en los actores locales que inciden sobre su dinámica. Por otro lado, es importante capacitarse para prestar servicios turísticos o simplemente trabajar vinculados al sector del turismo, con el objetivo de brindar una atención adecuada y de calidad a los visitantes (Morillo Cortez & Moncada Rangel, 2017). De ahí la importancia de concebir cursos o talleres de capacitación que fomenten o consoliden conocimientos básicos relacionados con la gestión del turismo rural en zonas rurales, su significado e implicación dentro de la comunidad y su incidencia directa al desarrollo local, lo cual genera una dinámica de aprendizaje interna y externa, manifestada en la capacidad de gestión.
Conclusiones
Las zonas rurales con potencialidades turísticas, captan la atención del mercado turístico y se pueden implementar diferentes modalidades turísticas como es el caso del turismo rural. En este entramado, el desarrollo local se plantea como un proceso reactivador, de crecimiento económico y dinamizador de la sociedad local, capaz de generar cambios estructurales. Por tal razón, la gestión del capital financiero y las diversas formas de cooperación y aprendizaje son capacidades requeridas para materializar la articulación con el entorno, los valores dominantes y la toma de decisiones. Estos son factores que tienen un papel estratégico para dinamizar la capacidad de gestión y dirigir su propio desarrollo.
Las experiencias de trabajo en los municipios avileños de Florencia, Chambas y Bolivia ponen de manifiesto la necesidad de implementar iniciativas de desarrollo local a partir de la actividad turística, mientras que las interrelaciones que se concretan entre las organizaciones del municipio y las “instituciones de conocimientos” aportan, en el marco del vínculo universidad-empresa-municipio, herramientas y recursos que pueden potenciar el aprendizaje y la generación de capacidades de gestión innovadoras en el ámbito municipal.
En correspondencia con las problemáticas detectadas en esos territorios, y en función de impulsar la gestión del turismo rural como posible factor de desarrollo local, se conformó un grupo de acciones que sirve de apoyo al gobierno municipal en el proceso de diversificar las actividades socioeconómicas existentes.
En conjunto, se definió un plan de formación para potenciar la práctica del turismo rural en estos espacios, ya que se detectaron carencias en cuanto a los conocimientos básicos que deben tener los recursos humanos vinculados al sector turístico. Se reconoce la importancia de contar con personal capacitado, atemperado a las exigencias del mercado turístico actual, pero debe ser una capacitación integral que responda a las necesidades y expectativas formativas de cada uno. Se concibe, entonces, la capacitación en el entorno rural como eslabón principal para desarrollar a mediano o largo plazos, un turismo más sostenible y sustentable.1 2 3